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La consulta popular minera en Ibagué: referente para la paz en el post-acuerdo

Jorge Mario Vera Rodríguez1

Con mucho agrado se recibió en el seno del movimiento social ibaguereño y nacional el aval dado
por el Tribunal del Tolima a la constitucionalidad de la pregunta que será puesta a consideración
de la comunidad ibaguereña en la denominada consulta popular minera, la cual da viabilidad a la
realización del primer ejercicio de democracia directa de este tipo en una ciudad capital a nivel
nacional y tal vez mundial.
La Consulta Popular es un mecanismo de participación ciudadana establecido por la Ley 134 de
1994, “mediante la cual, una pregunta, de carácter general sobre un asunto de trascendencia
nacional, departamental, municipal, distrital o local, es sometida por el Presidente de la República,
el gobernador o el alcalde, según el caso, a consideración del pueblo para que éste se pronuncie
formalmente al respecto” (Congreso de la República de Colombia, 1994). Dicho mecanismo para
que tenga carácter vinculante debe contar con la participación de la tercera parte del censo electoral
del país, departamento o municipio, según sea el caso.
En Ibagué fue necesario recurrir a este mecanismo dadas las implicaciones de la titulación minera
otorgada de manera inconsulta con la ciudadanía y que compromete cerca del 30% del territorio
municipal, poniendo en riesgo gran parte de sus ecosistemas y fuentes hídricas estratégicas (ver
recuadro).
Este proceso tiene múltiples implicaciones, pero en este caso se abordarán las relacionada con la
construcción de paz y los retos del movimiento social que esta dinámica representa.

La consulta popular y la paz


La pregunta que será puesta a consideración de la ciudadanía de Ibagué es la siguiente:
¿Está usted de acuerdo, sí o no, con que en el municipio de Ibagué se ejecuten proyectos y
actividades mineras que impliquen contaminación del suelo, pérdida o contaminación de las
aguas o afectación de la vocación agropecuaria y turística del municipio?
En principio se puede considerar que la pregunta en cuestión tiene implicaciones solo en el campo
ambiental; sin embargo, los alcances de la consulta van más allá de sus efectos para frenar la
locomotor minera en el municipio, ya que de hecho es una apuesta por la paz, en la medida que
crea un referente para la gestión de conflictos territoriales de manera vinculante, dando el papel
decisivo al constituyente primario, lo cual implica un ensanchamiento de la democracia,
fundamental para la construcción de una sociedad en paz, que en ningún caso se equipara a una

1
Ingeniero Agroindustrial, Magister en Planificación y Manejo Ambiental de Cuencas Hidrográficas. Coordinador de
Gestión y Educación Ambiental de la Universidad del Tolima e integrante del Grupo Interdisciplinario de Estudios
Sobre el Territorio “Yuma-Ima”.
sociedad sin conflictos, sino una que es capaz de gestionarlos sin recurrir a la violencia directa o
subjetiva como forma de lucha.
Para entender las implicaciones de lo planteado anteriormente es necesario reconocer que lo que
se está negociando es el fin de la guerra como expresión de la violencia directa o subjetiva la cual
causa muertes, desplazamiento, despojo, contaminación, etc.; sin embargo, a este tipo de violencia
subyacen otras violencias de carácter estructural o sistémica y cultural o simbólica (Galtung, 2003;
Zizek, 2009).
Estos tipos de violencia se expresan a través de la acumulación obscena de la riqueza, el
menosprecio por las cosmovisiones tradicionales, la imposición del desarrollo basado en el
crecimiento económico a expensas del despojo y la degradación del patrimonio ambiental y la
firma de tratados de libre comercio (TLC) de manera inconsulta, con los que se quiebra la
producción nacional; entre otros mecanismos que son fuente permanente de conflictos, los cuales
deben gestionarse para evitar el retorno a la guerra.
En este contexto La consulta popular en Ibagué da cabida a nuevas apuestas por una gestión no
violenta de los conflictos, de manera que las voces de los actores locales se empoderen y logren
expresar su voluntad en un ejercicio vinculante. En este sentido es muy significativo el efecto en
cadena que ha tenido a nivel nacional el inicio del proceso de la consulta en Ibagué desde sus
primeras fases, llevando a que en muchos municipios más se adelantes procesos similares.

El reto para el movimiento social Ibaguereño


El departamento del Tolima es escenario no solo de proyectos estratégicos mineros, de
infraestructura y agronegocios a gran escala, sino de procesos de resistencia social que se han
convertido en referentes nacionales e incluso mundiales (Vera, 2015); tal es el caso de la consulta
popular desarrollada en el municipio de Piedras y la Marcha Carnaval en Defensa de la Vida, la
cual en su 8a edición alcanzó una dimensión sin precedentes, constituyéndose en la mayor
manifestación popular en la historia del departamento.
Ahora se deben movilizar como mínimo 130.000 votantes para que los resultados de la consulta
sean vinculantes y obtener una mayoría por el NO a la minería contaminante, que permita frenar
la locomotora minera en el territorio del municipio. En este proceso se deben consolidar las
dinámicas de coordinación y confluencia de las diversas expresiones del movimiento social, de
manera que se pueda continuar el trabajo mancomunado alrededor de otros temas clave para la
ciudad, tales como el SÍ en el Plebiscito por la Paz, la recuperación de sus fuentes hídricas, las
cuales se han convertido en verdaderas cloacas, como son los casos de los ríos Combeima, Chipalo,
Alvarado y Ópia y sus principales afluentes; este reto podemos denominarlo como “Hacer las
paces con las fuentes hídricas del municipio” y la consolidación de Ibagué como ciudad de Paz.
Los defensores de la Locomotora minera ya han arreciado sus acciones de desinformación
divulgando mentiras como que si en la consulta gana el NO entonces será el fin de la minería de
materiales de arrastre que se practica en el río Combeima y de la cual dependen familias de escasos
recursos y el sector de la construcción de la ciudad; o que la lucha contra la pobreza y la mejora
de las condiciones de vida de la población se verán privadas de recursos importantes ya que la
minería es importante factor de desarrollo.
Frente a estas afirmaciones es necesaria una pedagogía para desmentirlas y formar cultura política
y ciudadana en la ciudad, de manera que se consolide la sociedad civil y se logre empoderar el
movimiento social como estrategia para la defensa del territorio y la gestión de conflictos.
El triunfo en la consulta popular de Ibagué tendrá un efecto motivador en municipios como
Cajamarca en donde se promueve de nuevo la realización de una Consulta Popular para frenar la
Locomotora minera y en particular el proyecto “La Colosa”; en este sentido uno de los retos
principales es el acompañamiento a estos procesos de manera que el movimiento gane dimensión
regional y nacional.

Referencias
Congreso de la República de Colombia. Ley 134 de 1994, Publicada en el Diario Oficial 41373
de Mayo 31 de 1994 (1994). Retrieved from
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=330
Galtung, J. (2003). Paz por medios pacíficos. Bilbao: Gernika Gogoratuz.
Vera, J. (2015). La locomotora minera: Paradojas y retos. In Cátedra Fundadores 2013-2014:
Visión Tolima 2025. Actualización. Tomo II (pp. 173–195). Ibagué: Ediciones Unibagué.
Zizek, S. (2009). Sobre la violencia: seis reflexiones marginales. Paidós contextos.

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