The Wolfen Lover PDF

The Wolfen Lover
Tessa Lane Blog Nocturnal Butterfly
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The Wolfen Lover
The Wolfen
Lover
(Tesa Lane)
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The Wolfen Lover
AGRADECIMIENTOS
A Chloe por enviarme tan maravillo libro, al maravilloso e incansable Staff NB en Traduccion,
Corrección, Recopilación, Diseño y a todos aquell@s que de una u otra manera estuvieron al
Tanto de este proyecto, sin ustedes no Hubiese sido posible su feliz término.
Disfrútenlo tanto como nosotr@s en su proceso.
Traductoras
Noelle
Jakeline Garcia
Je_tatica
Daniela P.V
Pamela
Correctora
Alejandra Belikov
Recopilación y Moderacion
Alejandra Belikov
Diseño
Alejandra Belikov
Traduccion terminada en el Blog

Nocturnal Butterfly
Visítanos:
Http://actividadvampirica.blogspot.com/
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The Wolfen Lover
Sinopsis
Michael es el único sobreviviente de un ataque de vampiros a su manada. Él ha jurado vengar el
asesinato de su familia y pasa sus días haciendo planes para destruir el clan de vampiros. En la
búsqueda de su objetivo de venganza él encuentra a Laina que censura las tentativas de su clan
de borrar la población Wolfen.
A medida que su relación se profundiza y crece, Michael comienza a preguntarse:
¿Sera realmente la venganza lo que él quiere o es a Laina?
Esto es una trabajosa y bien trabajada historia que trae al lector al mundo interno de Michael y
Laina. Las emociones de los personajes suben tras cada página y te hace leértelo de un tirón.
Las pasiones que son tejidas en la historia hacen de este un libro difícil de dejar.
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The Wolfen Lover
CAPITULO 1
TRADUCIDO POR NOELLE
Michael se movía nerviosamente mientras dormía. Él se retorcía en la oscura caverna donde

yacía. Las pesadillas que lo acosaban todas las noches causaban espasmos a su cuerpo.
Retorciéndose en su sufrimiento, prisionero de sus sueños oscuros.
Él soñaba con su jauría y la noche que fueron atacados. Gimió, emitiendo un sonido bajo y
animal, y se retorció sobre las pieles de cuero y las hojas que formaban su cama. Su pesadilla le
llevó de regreso a esa noche terrible, cuando él había perdido a los que amaba más que a nada.
Y comenzó a llorar dormido — no por primera vez.
Michael se despertó de sus terribles sueños poco antes del amanecer. A través de sus ojos
rasgados, observó el fuego que había encendido la noche anterior consumirse lentamente. El
cielo nocturno fuera de la caverna estaba negro y sin estrellas, y él cerró sus ojos por un
momento mientras la soledad y la desesperación lo abrumaban. Michael ha estado solo por
mucho tiempo, tan solo. La extensión renegrida del cielo nocturno pareció zambullirle más
profundamente en su tristeza.
Michael yacía cerca del fuego moribundo, abrió sus ojos y se desperezó en su cama de paja.
Estoy siempre solo, pensó. Día o noche, es siempre lo mismo. Él había dejado a su tribu algún
tiempo después del ataque, cuándo el clan de los vampiros cayó sobre la caverna Wolfen y
destruyó su apacible existencia para siempre. Él sabía que ninguna visita vendría a aliviar su
soledad, ya que todas las criaturas del bosque le temían. Saben que soy peligroso, pensó, y se
levantó y comenzó a rondar la caverna. Sus gruesos músculos le dolían a causa de otra noche
de tortura, y sólo el movimiento ayudaba a aliviar el dolor.
El fuego se había extinguido totalmente. Michael notó que las paredes de la caverna parecían
pintadas con sombras extrañas, las cuales emitían imágenes misteriosas sobre la piedra fría,
como nubes moviéndose a través de un cielo tempestuoso.
Michael odiaba las pesadillas. Él podía ver la cara de su madre, su pelaje suave veteado con
sangre. Él podía oír los gritos de los heridos. Cada noche ellos morían otra vez, y cada noche él
sólo podía observar impotentemente, tal como tuvo que hacerlo esa macabra víspera de Todos
los Santos. Era joven, él pensó furiosamente. Era demasiado joven para defenderlos, y ahora
están muertos. Michael se había agazapado con miedo en la parte de atrás de la caverna con los
otros jóvenes lobos. Estaban escondidos en la oscuridad, y los otros le sujetaron para evitar que
saliera corriendo a luchar contra los vampiros. Él siempre los odiaría por eso.
Michael tenía otros sueños, muchas veces inquietantes de forma diferente. Él soñaba con
aparearse, y despertaba sufriendo por el deseo de compartir su cuerpo, y su corazón, con otra
persona. Él se levantaría cada mañana, se calentaría con el sol naciente, y sería un hombre
otra vez. Cada mañana, él despertaría como un muchacho y no como un lobo, él nunca hizo las
paces con su propia naturaleza mágica.
Michael se sentó en su camastro mientras el amanecer se acercaba. La caverna ahora estaba

fría, era una verdadera cámara glacial. Él gimió a causa del dolor mientras el cambio
comenzaba, su lustroso pelaje convirtiéndose en una piel cálida y dorada, sus extremidades de
animales alargándose y convirtiéndose en las extremidades delgadas, tensas de un humano.
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The Wolfen Lover
Michael se sentó, sintiendo el dolor retroceder. La transformación ya había terminado, al menos

por ese día. Se estiró y elevó en toda su altura. Su piel estaba cubierta de piel de gallina al
ponerse de pie, completamente desnudo en esa fría mañana, y fue a buscar sus ropas. El cálido
olor animal que invadía la cueva le recordó que la noche anterior había salido de caza y había
arrastrado a su presa hacia su guarida. El era un Wolfen, y nadie que no fuera de su propia
especie podría entender el hambre terrible que le forzaba a sumergirse en el bosque. Nadie que
no fuera de su propia especie podría sentir la alegría y la libertad que era tan tangible como la
tierra áspera, cuando él corría con toda su fuerza, en sus cuatro piernas, sintiendo su presa
acercándose más y más.
Sabiendo que debía deshacerse del animal muerto por la entrada de la cueva, arrugó su nariz
ante la perspectiva. Como siempre, se maravilló de despertar cada mañana, limpio y perfumado,
con nada de la sangre y el sudor que siempre se pegaba a su forma Wolfen.
Soy mágico ciertamente, él se maravilló, poniéndose encima las ropas que había colgado en
una rama gruesa que había arrancado y traído adentro de la cueva.
Él miró fijamente su propio cuerpo. Era suave y casi sin pelo. Pasó sus manos por su pelo corto
y oscuro. La tristeza ya no llenaba su corazón. Ahora era de día, y la cólera tomó su lugar.
Michael tenía toda la belleza y la gracia animal de la especie Wolfen, y él sabía que esto era un
obsequio del Creador. En cierta época, él había alabado a su Dios en agradecimiento, cada
noche, por su Tribu. Su jauría había sido todo para él, y él había alegremente compartido su vida
con ellos. Después de esa noche, cuando los vampiros atacaron, su antigua vida se había
vuelto imposible. Él estaba sin madre y asustado, se separó por siempre de los únicos que le
podrían entender.
Ahora, él pasaba sus días buscando venganza y tratando de luchar contra la gran necesidad de
aparearse que parecía crecer en él siempre que se convertía en una criatura totalmente
desarrollada. Michael se sentía culpable por tales sentimientos cuándo recordaba la noche que
su jauría fue atacada. ¿Qué derecho tenía él de pedir amor o felicidad cuándo casi todos los
demás tuvieron que morir en el terror?
Michael no pudo evitar pensar otra vez en sus pesadillas, y supo que nunca podría sacar de su
mente la noche que su madre fue asesinada. Apesadumbrado se enfureció en contra de sus
enemigos y de su propia especie.
Nunca más podría mirar a los ojos de su madre, ver su ternura y su compasión. Su corazón
pareció estallar por el dolor, y el deseo por venganza era todo lo que quedó en su lugar. Desde
aquel día, él había decidido buscar a los vampiros y destruirles. Usaría su forma humana para
engañarlos, y disfrutaría especialmente matar al que recordaba más, el que asesinó a su madre
y bebió su sangre.
Los otros jóvenes no tuvieron el deseo de pelear. Cobardes, él pensó coléricamente. No son sino
cobardes, más preocupados con su seguridad, que con vengar a nuestra especie y nuestra
pérdida terrible.
Él hizo sus planes, reunió comida y suministros para los otros jóvenes, y esperó a que
regresaran los mayores, o a los que quedaban vivos. Pero nadie vino. Había cuatro de ellos allí
afuera— dos varones y dos hembras — pero no habían regresado. Todos habían abandonado a
los jóvenes lobos, o habían muerto tratando de escapar.
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The Wolfen Lover
Él se ocupó de los entierros, y mantuvo los rituales antiguos tanto como podría alguien de su
edad, pero al mismo tiempo, él sabía que llegaría el momento cuando delegaría el liderazgo de
la jauría, y comenzaría su búsqueda. Él encontraría a los asesinos, y él les haría sufrir.
Él esperó hasta que la luna estuviese oscura, y caminando de noche y escondiéndose durante el
día en cavernas y otros refugios. Cuando la mañana llegaba, él se camuflaba a sí mismo y
caminaba a través del bosque, con sus ojos resplandeciendo.
Él conocía bien a los vampiros. Por las historias relatadas a la jauría, el sabía que cazaban lobos
por diversión, o cuando no encontraban victimas humanas. Él había escuchado las historias pero
no las había creído.
Ahora, él luchaba por recordar cada detalle, y se dirigía hacia el pueblo desde donde ellos
vinieron. Cada día se metía un poco más dentro del bosque, y mientras tanto se hacía más
fuerte, mas maduro, su sangre real Wolfen asomándose en sus dos formas terrenales.
Él se movía a través del extenso bosque, día a día, acercándose cada vez más al pueblo donde
los vampiros regían. Sus pálidos cuerpos escondidos durante el día, en una gran finca que los
aldeanos sabían evitan.
El deseo por cazar guerreó con el deseo para formar pareja, y él siguió moviéndose, hombre
con la luz del sol, lobo con las sombras, hacia el pueblo donde él encontraría su venganza.
CAPITULO 2
Traducido por Jakeline García
Laina se sentó en su habitación bosquejando la imagen de una criatura Wolfen. Se le había

prohibido dibujarlos más, pero ella no pudo evitarlo. Eran una fuente de fascinación para ella, y
tuvo que ocultar las imágenes debajo de su cama cuando los terminó.
Movió la pieza de carbón a lo largo del papel, capturando las líneas de las fuertes caderas, y la
fiera y orgullosa expresión que amaba. Ella deseaba que su madre y padre pudieran entender
por qué la clase Wolfen era tan especial para ella, y sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar
en su extinción a manos de sus padres.
Debería estar contenta, pensó. Soy una princesa. Pero ella no estaba feliz. Ella era como un pez
fuera del agua, y nunca se había mezclado bien con su propio pueblo.
Laina era la más joven de todos los vampiros y, según su clan, la más hermosa de todos ellos.
Ella era el producto de un padre y madre de la realeza, después de todo. Laina estaba orgullosa
de su fuerza, puesto que ella parecía tan delicada y femenina. Y sin embargo era tan fuerte, ella
se maravillaba cuando cazaban. Cuando ella era más joven, iba a cazar con sus padres para
aprender sus costumbres. Con el tiempo, se volvió más independiente, y se dedicaría a dibujar y
escribir en su lugar. Ella cazaba sola y pasaba sus días pintando cuentos de su especie en los
textos de libros de cuentos con dibujos, caligrafía, y trabajosos nudos en sus fronteras. Laina era
una artista, ella trajo la tradición de su clan a la vida con sus cuadros y palabras.
Niego mi hambre todos los días, hasta que no puedo controlar el impulso de alimentarlo, pensó
con cansancio. Y voy a ser así para siempre, para toda la eternidad. Su papel de historiadora
para el clan sólo la hacía más incapaz de olvidar la verdad de quién realmente era ella.
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The Wolfen Lover
Laina terminó su imagen y admiró la belleza del lobo que había creado, a partir de las imágenes
de su propia memoria. Ha pasado mucho tiempo desde que he visto un Wolfen.
Escondió su retrato en una pila con los demás y se trasladó a su mesa de vanidades. Mirando su
reflejo, se preguntó por qué estaba tan inquieta en su propia piel. Pero aun así se ocupó de
mantener su belleza por costumbre, porque le importaba tanto a su madre y su padre. Comenzó
a cepillar su largo cabello de cuervo, hasta que brilló sobre su piel, tan pálida y blanca. Tenía los
ojos de ónix negro, y sus labios eran de un profundo color marrón rojizo, aunque ella no los
pintaba. Ellos son del color de la sangre, pensó con tristeza, manchado con la vida de los demás.
Laina no debería haber tenido ningún escrúpulo de existencia, por extraño que fuera. Era bien
tratada entre su especie, y evitaba la aldea donde su extraña belleza fuera legendaria. Ella no
tenía ningún interés en los seres humanos, sobre todo en la gente sencilla del pueblo, con sus
conjuros arcaicos contra la magia y sus temores de muchas cosas que no necesitan ser temidas.
Somos todo lo que necesitan temer, pensaba ella, mientras ellos hacían sus sacrificios a sus
gentiles dioses.
Soy un vampiro, se dijo, se acercó a su ventana, observando a la gente caminar, lejos de su

torre alta. Se sentía extraña mientras observaba a las mujeres de la ciudad con sus hijos. Sintió
una sensación de pérdida que no podía comprender. Yo era como ellos, pensaba, tristemente,
en otra vida, tal vez. Pero ahora yo no soy más que esto, y bebo su sangre mientras ellos
caminan por los bosques oscuros, solos y temerosos. . .
A cuántos he matado. . . pero no a sus hijos. No, nunca voy a beber de ese pozo. Nunca mataré
a un Wolfen, tampoco, pensó con rabia. No como el resto de mi familia.
Cuando Laina era joven, sus padres habían ido al bosque para librar un ataque de Halloween a
los Wolfen, cuyos poderes amenazaban los suyos. Atacaron la manada mientras dormían, su
madre y su padre habían destruido a su reina y dejaron a los jóvenes morir. Habían llegado a
casa borrachos de sangre y exultante, mientras que Laina los observaba con enormes y oscuros
ojos. Ella los había odiado ese día que destruyeron a otra tribu mágica, como la suya, sólo para
consolidar su propio poder.
Cuando era joven, siempre había soñado con que las dos tribus pudieran fusionarse, así todos
ellos serían más fuertes, así habría variedad y nuevos placeres en la vida fuera del clan y la
simple caza. Ese día, ella odiaba lo que era, y su corazón se volvió aun más frío hacia los de su
propia especie. Ella continuo la caza, ¿por cuánto más podría sobrevivir?, pero lo que temía era
el hambre que parecía matar a su compasión y ennegrecer su corazón.
Los otros la veían como una rareza, pero aún se preocupaban por ella a su manera. Le
permitieron a Laina su extraña sensibilidad, pero no podían entender sus temores y tristeza. Se
vanagloriaban de su poder y la belleza que tenia Laina, antes de aquella noche de Halloween.
Ellos se arreglaron y acicalaron, se vistieron con joyas robadas y brillantes satenes de brillantes
tonos de joya que hicieron su palidez hermosa, en vez de temible.
Todos vestían la misma tela, cada uno de ellos, Laina pensó con pena, se acostó sobre la cama
y cerró los ojos contra la dolorosa verdad. Laina sabía que su linaje real era su única defensa
contra el exilio. Su madre y su padre le permitían sus comportamientos excéntricos, siempre y
cuando no fueran demasiado lejos. Ella sabía, sin embargo, que había límites, y ella hizo todo lo
posible para compartir sus puntos de vista al hablar y hacer eco de los pensamientos de la tribu.
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The Wolfen Lover
Esta noche, ella deseaba escapar, y recordó sus viajes solitarios al bosque donde había visto a
los lobos, brillantes de color gris plateado bajo la luna, y se había maravillado de su belleza y
gracia. La habían fascinado, y tenía ganas de verlos en su forma durante el día, pero la luz del
sol le haría daño, y además era peligroso, porque ellos tenían sus propios poderes. O eso me
había dicho mi padre.
¿Cómo no amarlos? ¿Cómo es posible que los demás vampiros no se sientan así, también?
Laina amaba a todos los animales, su agilidad, su gracia, sus instintos primitivos, así como los
de ella. No inclinada a ellos, ella prefería a los humanos que sabía eran delincuentes o
pecadores. Ella jugaba a ser Dios, eligiendo a los peores ejemplos de la humanidad ella podía
encontrar y castigarlos drenándoles su propia y contaminada sangre.
Sintiendo el hambre de nuevo, Laina giró en su cama. Su hambre aumentaba y pronto iba a
tomar su próxima víctima. Ella observaba un ser humano durante varios días de antelación y
planeaba su ataque. Siempre deben merecerlo, pensó. Los hombres rudos que atacaban a sus
esposas y las hacían estremecerse de miedo siempre fueron sus blancos favoritos. Las mujeres
que vendían sus cuerpos por un par de monedas estaban a menudo segundas en su lista, a
menos que ella viera algo de tristeza en ellos que igualara la suya.
Esta noche, ella desearía poder ignorar la sed de sangre que la consumía, y en su lugar ir a ver
a los lobos cuando se escabullen a sus cuevas. Es mi única alegría, pensó, sonriendo en la
oscuridad. Pero ha sido tomado de mí. Y ella deseaba, como lo había hecho tantas veces, ser
uno de ellos. Ellos nunca entrarían en nuestro clan y emprenderían el asesinato. Ellos son los
buenos, y nosotros los malos.
Su madre y su padre reían y charlaban abajo. Ella podía oírlos desde su cuarto. Pero en el
fondo, eran fríos, frías piedras, siglos de poder nublaban su juicio. . Pero yo soy joven, pensó
febrilmente. Todavía soy joven. Todavía puedo imaginar a los lobos corriendo libremente por los
bosques de la noche, y puedo soñar todavía.
Con un suspiro, Laina se puso en pie. Cruzó el piso de su dormitorio para abrir las ventanas,
mirando la pálida luna creciente en el cielo. Ató un paquete que contenía otro vestido y una capa
alrededor de su cintura, y fue a la ventana. Ella subió a la ventana, se agachó, y empujó a sí
misma hacia el aire fresco y oscuro. La familiar alegría de volar llenó cada rincón de su solitario
corazón. No puedo quedarme, se dijo. Yo soy una de ellos, pero me siento como una extraña, y
preferiría estar sola para siempre que estar aquí entre los destructores.
Laina amaba volar, tan alto como podía. Rodeó el gran bosque y encontró a su objetivo, las
cuevas donde los lobos tenían su guarida. Comenzó en las afueras del bosque, decidida a
encontrar los lobos, que eran hombres y mujeres de día, y sentir su magia.
Ella sabía que era peligroso, pero no le importaba, para que la inmortalidad podría servir sino es
para la falta de temor y discreción? Ella aterrizó suavemente en el frío suelo de la selva, sus
ropas girando alrededor de su cuerpo delgado, y se fue a la primera cueva que vio, moviéndose
tan silenciosamente como un fantasma.
Crecía el hambre de Laina y la necesidad de refugiarse del sol en tan sólo unas horas, pero por
ahora, ella era libre. Ella se asomó a las cuevas, y escuchó y trató de detectar donde los lobos
dormían. Ella encontró unas cuevas vacías que parecían tener la esencia de un animal, pero no
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The Wolfen Lover
vio señales de su manada. Vagando libre, se preguntó si su madre y su padre la habían visto
volar y si la dejarían ser o buscar venganza.
Ella encontró la cueva temprano en la mañana, cuando todavía estaba oscuro, y entró de
puntillas, mirando las llamas bailar contra las paredes. Un gran lobo, solo, dormido junto al fuego,
su cuerpo moviéndose sin descanso. Ella sabía que él era un Wolfen porque su color plateado
era puro y claro y lo diferenciaba de otros lobos.
El miedo y la emoción llenaron su corazón cuando ella lo miró dormir, de manera irregular, con la
cabeza oculta de su vista. Sabía que sus ojos serian hermosos, y ansiaba acariciar su pelaje en
el calor de la danza de las llamas.
Él es tan grande y hermoso, pensó, acercándose a su cuerpo. Si se despertaba, iba a atacarla,

pero no le preocupó. Ella simplemente podría elevarse en el aire y fuera de la cueva como un
gran pájaro. Se acercó a él, hasta que estuvo muy cerca, tan cerca que podía tocarlo. Ella se
maravilló de la suavidad de él.
Sentía un poco de alegría en su corazón porque ella siempre había soñado con tocar a una
criatura Wolfen, y aunque no podía decirlo con seguridad, este lobo parecía ser un hombre. Se
preguntó con absorta curiosidad cómo se vería a la luz del día cuando ella debía ocultarse. ¿Qué
haría el si se despertaba como un hombre y la descubría su en su guarida privada? Ella imaginó
sus ojos, sus ojos de animal, recorriendo todo su cuerpo, evaluándola. ¿Qué se sentiría ser el
objeto de la mirada de este Wolfen? ¿Me asustaría o excitaría?
Se sentó cerca de él y se preguntó si los otros jóvenes habían muerto, si él era el único que
quedaba ahora. Estaba segura de que era uno de los más jóvenes, casi adultos. Los lobos
crecían rápidamente, y ella sabía que él debía haber presenciado el terrible ataque que los
padres de ella habían librado. Bajando la vista hacia él, ella centró sus pensamientos en él, casi
dispuestos a despertarlo. Podía sentir la fuerte energía de su cuerpo, que subía y bajaba con
cada respiración.
Cuando el alba se acercaba, se puso indecisa viéndolo agitarse un poco. Todavía podía
encontrar otro refugio si se iba ahora, pero ella no quería dejarlo. Se sentía segura de que él iba
a cambiar pronto. ¿Cómo iba a privarse de este, su único sueño! Tengo que verlo como un
hombre, pensó salvajemente. Quiero ver a otro ser mágico que no sea uno del clan, como yo!
Llegó el alba y supo su respuesta – prefería arriesgarse a su ataque que dejar este lugar, que la
hacía sentir tan viva, tan. . . humana. Ella comenzó a murmurarle, tan gentilmente. Se aseguró
de que su voz era atractiva y reconfortante. El lobo se movió, pequeños ruidos de dolor hicieron
eco en la gran cueva, y comenzó a retorcerse. Ella se apartó, sólo un poco, y esperó, la emoción
revolvió su vientre.
Mientras ella retrocedía hacia las sombras, el cambió, retorciéndose sobre las pieles donde
dormía, gimiendo con voz llena de dolor y sufrimiento. Su cuerpo parecía borroso cuando la
magia se apoderó de el, y pasaron sólo unos segundos hasta que los brazos de un hombre
emergieron, y el gris plateado de su piel cambió hacia una piel suave y bronceada.
Incluso la cueva olía diferente ahora, un olor a humano que ella tan bien conocía, el olor de la
cálida y fragante sangre humana, la más deliciosa de todas. Ella vio los ojos de el abiertos, y
sintió una alegría que nunca antes había experimentado. El cielo se estaba aclarando, pero
estaba oscuro en la esquina, y ella sería capaz de observarlo hasta que él decida atacarla. El se
daría cuenta de su olor pronto, la seductora mezcla de flores y piel cálida que imitaba a la
humana. Esto la ayudaba a atraer a sus víctimas, especialmente a los hombres, pero también lo
alarmaría, y no había manera que él no sintiera su presencia.
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The Wolfen Lover
El se puso de pie, estirando sus largas piernas en la cueva, su cuerpo desnudo y perfecto. Sus
hombros suaves parecían tallados tan perfectamente como los de una estatua creada por un
maestro escultor. Tenía el pelo oscuro, como el de ella, pero su piel lucía tan cálida, tan. . .
suculenta. Sus ojos eran de color gris plata, con destellos de azul, y sus propios ojos, los de ella,
se abrieron como platos ante su belleza, por que ella nunca había visto, incluso entre los de su
hermosa propia especie, tal perfección de color y rasgos. Su cincelado rostro era un estudio de
la angulosa y masculina belleza, y sus suaves, enrojecidos labios parecían pedir a gritos ser
besados.
Ella miró hacia abajo, mirando fijamente a sus fuertes y musculosas piernas, mucho más largas
que las de ella, porque ella era pequeña, y él debía ser un pie más alto que ella. No podía dejar
de notar la endurecida polla que destacaba en su cuerpo, y ella sintió que sus pensamientos se
ponían ardientes. Ella no había estado con un humano, pero sabía lo que hacían. Ella los había
visto, cuando estaba afuera cazando a su presa. Había visto parejas de todo tipo, hombres
penetrando mujeres, gimiendo de placer.
Sintió que su propio cuerpo se calentaba en la fría cueva mientras el fuego se estaba
convirtiendo en cenizas, cuando el tomo algunas toscas ropas, que colgaban de una rama. El
miró a su alrededor, moviéndose con la gracia de los animales mientras se ponía una túnica,
pantalones y toscas botas marrones. Él es como un príncipe, pensó ella, suspirando, recorriendo
sus manos por su cuerpo, sintiendo sus pezones endurecerse. Quiero que me toque, que me
ame. . .
Laina sabía que él la sentía, y probablemente tenía los ojos bien abiertos. Ella lo miró y esperó,
lista para volar, pero incapaz de moverse de donde estaba. El caminó hacia ella, sus ojos
brillantes, y se metió en las sombras con una daga de hierro en la mano. La plata brilló en la
oscuridad.
Estaba excitada en lugar de asustada, cuando él se acercó a ella. Sintió un caliente sofoco en su
garganta cuando fue consciente realmente de sus rasgos cincelados y vio su mirada de shock.
Laina continuó manteniendo su mirada. Se sentía como si estuvieran suspendidos en el tiempo,
tomando cada uno la medida del otro. El momento pareció durar para siempre, y Laina sintió que
le quitaban un peso de encima, un sentimiento de soledad que nunca había sido capaz de
deshacerse en toda su vida.
"¿Quién eres?", le susurró.

Laina se excitó mientras miraba los ojos de el extraviarse en sus labios y sus pechos. Ella podía
ver la tensión en las líneas de su cuerpo, y admiraba su gracia animal, semejante a la suya.
"Tú eres un vampiro!", Dijo él, pero aún así no la atacó. Él sólo la miró.
"Yo he venido a ser. . . tu amiga ", ella susurró, cómodamente. "Yo no soy como los demás, y
nunca he sido como ellos. Los dejé, porque sé lo que todos ellos te hicieron a ti, y no quiero vivir
con ellos nunca más.‖ Ella le extendió su mano, pero él se apartó de ella, con la mandíbula
apretada de ira y tal vez de miedo.
"Tú no puede ser mi amiga, si eres lo que creo que eres," el respondió en voz baja. "Somos
enemigos y siempre lo seremos. Debes salir de aquí ahora, porque no quiero ningún contacto
contigo. Eres un monstruo para mí, y los de tu clase son asesinos, despiadados y fríos. . . ―
Destructores, pensó con tristeza. Él dice la verdad.
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The Wolfen Lover
"Yo nunca te haría daño", dijo ella en voz baja. Ella sonrió, utilizando todos sus encantos para
tratar de calmar su ira.
"Nunca, jamás, te lastimaría‖ murmuró ella, su voz suave, llena de dolor y amabilidad. ―No soy
tan diferente a ti, porque tú eres Wolfen, y mágico, y yo también lo soy. Como yo, tú debes
alimentarte. Está en tu sangre. Eso no te hace un monstruo, y yo elijo a mis víctimas con
cuidado. Ellos son gente mala, gente que merece morir, no criaturas salvajes de los bosques o
seres mágicos. Quiero estar cerca a ti. Es por lo que me he arriesgado tanto para llegar a ti. No
voy a hacerte daño. No tengo otro lugar a donde ir―. Ella terminó suavemente, las lágrimas le
ahogaban la voz.
"Regresa con ellos!" rugió él. "No voy a cuidar de ti, o de cualquiera como tú. Odio a todos los de
tu especie y siempre será así. Ustedes destruyeron a mi madre, que me amaba mucho, y la
dejaron drenada y sin vida. No hubo piedad para ella, y no la tengo para nadie de ustedes. ―
Ella salió de las sombras, se acercó a donde él estaba. Se preguntó qué pensaría de su rostro
bajo una luz más fuerte. Ella era pálida, es cierto, pero había una cualidad luminosa en su piel, y
no parecía aterrada. Quiero que me desee, ella pensó, no quiero que me encuentre fría y
monstruosa. Laina decidió arriesgarse.
Ella dio un paso en hacia él, a sólo pulgadas de su hermoso rostro. Ella se inclinó para besar su
caliente mejilla y sintió el raspar de su mandíbula, tan humano. El olía a sangre humana-un
cálido movimiento de sangre en sus venas, ojos ardientes con las emociones que sólo ella podía
soñar en sentir.
Tal vez las estoy sintiendo, por fin, pensó, exultante. Ella se deleitaba con la suavidad de sus
labios.
"No estamos hechos para estar juntos. Somos demasiado diferentes ", dijo, más suavemente
ahora.
Ella sacudió la cabeza con tristeza. "Yo soy diferente a ellos, y nunca podría. . . amar... a uno de
ellos, como debiera hacerlo. Te necesito. Tú eres el único que me hace sentir así. No importa lo
que soy, o quien debo ser. Yo te he amado desde el primer momento en que te vi, durmiendo al
lado del fuego. "
Se estremeció de placer cuando él se dirigió a ella y posó sus tallados, llenos labios en su pelo.
Parecía que él se había sentido siempre diferente, también, diferente de los demás. Sé que
nuestras almas son iguales, pensó ella. Es como mirarse en un espejo, pensó, con admiración.
¿Puede ser cierto. . . que hay otras criaturas como yo, pero no exactamente como yo, también
perdidas y solas, incapaces de entender a su propia especie, como yo ya no entiendo a la mía?
Ella lo abrazó, deseando de repente protegerlo, aunque él fuera mucho más alto que ella. Ella
sabía que la confianza de él era delicada y débil, sin embargo, parecía fortalecerse cada
segundo en que la sostenía en sus brazos.
****
"Voy a matarlos, a todos ellos," murmuró él, y le besó el pelo satinado. "Y tú vas a decirme cómo
hay que hacerlo."
"Yo te ayudaré", dijo ella, a la deriva con el amor. El sentía, casi a pesar suyo, que había vuelto a
casa al fin, seguro y caliente en sus brazos. El cerró sus ojos contra los blandos, dorados rastros
de la luz del día que se filtraban en la cueva. "Los odio, también, por lo que te hicieron‖ le dijo
Laina, pasándole las manos sobre sus hombros. Y su corazón fue conmovido por la honestidad
de ella. Él la llevó a las pieles en las que dormía, y se sentó con ella, buscando en su cara, la
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The Wolfen Lover
mirada fría, alegre que los otros habían mostrado cuando flotaron por encima de su madre y de
los ancianos y se preparaban para alimentarse.
Ella no es como ellos, la parte animal de él respondió, y se relajó, bebiendo de su belleza
sobrenatural que era como un sueño para él. Pero ella sabe sus secretos y todos sus caminos, y
la necesito. Y yo estoy tan solo. . .
Capitulo 3
Traducido por Je_tatica
La madre de laina fue a su habitación, más tarde esa noche, para hacerle saber que el clan se
iba de caza. Laina cazo solo una hora, pero su madre, Melissande, siempre quiso que ella
compartiera ese ritual con ellos. Ella encontró la ventana abierta de su hija de ancho y una cama
revuelta pero vacía. Melissande contempló en el cielo nocturno y se preguntó si la niña había
desaparecido. Ella no era conocida por volar fuera de su propia ventana. Cuando ella se iba a
comer, ella siempre le decía primero a la familia.
Melissande se sentó en sala de Laina y miró a través de sus cosas, enfadada y desconcertada
por los cambios en su hija que ella no podía entender. Yo no sabía que iba a tener el valor, o la
estupidez, al dejarnos a nosotros. Sostuvo el cepillo para el cabello de su hija y se quedó
mirando el espejo donde Laina se cepillaba el pelo sedoso.
Fue el ataque a la clase Wolfen que comenzó los cambios, pensó. Laina siempre ha sido. . .
extraña. . Sobre los Wolfen. Recuerdo todas las fotos que ella sacó de ellos y la forma en que
ella romantizaba con la falta de esas criaturas como si fueran hadas o ángeles.
Melissande tiró la brocha al suelo con un ruido sordo. Bajó corriendo las escaleras y le dijo a su
marido, Alastair, que Laina se había escapado. "Se ha ido para encontrarse con esas terribles
criaturas Wolfen, los que sobrevivieron", le espetó.
Su esposo asintió con la cabeza. "Ella aún se preocupa por ellos, sí."
Su voz era tranquila peligrosamente, y Melissande se preguntó si tendría que asumir la culpa por
esto. Después de todo, soy la madre de la niña. Por eso se había quedado solo en esa noche de
Halloween. A ella le habían arruinado el ataque con sus protestas. "Estoy seguro de que ella se
ha ido con ellos, como has dicho.-Se burló el rey, sus ojos negros con odio. Melissande se
estremeció al pensar en la hija que había levantado con tanto cuidado, por lo que
cuidadosamente, confraternizo con sus enemigos, con meros animales. Melissande había dicho
siempre segura que Laina era más fina ante todo. Se sentía vacía al mirar por la casa grande
que era su hogar, y triste.
"Si Laina ha ido con ellos, ella está condenada?" ella le preguntó Alastair, y sus ojos eran como
hielo. Se limitó a mirarla fijamente. Ella sabía que era un error fatal.
Melissande no podía entender por qué su hija había parecido tan contenta con ellos. La línea de
sangre real lleno a su hija con la potencia más fuerte y la posibilidad de disfrutar de todos los
placeres, para toda la eternidad. El rey también parecía confundido por su hija.
"Ella es muy poderosa, ya sabes", dijo Alastair, tomo un vaso de vino. Se lo bebió
profundamente, sus labios manchados con el vino rojo rubí que más amaba.
13
The Wolfen Lover
Melissande nunca había creído realmente esto sobre su hija. Parecía tan frágil y tranquila. Pero
el rey le había dicho una y otra vez que Laina era solo otra en su clan que podía perder en un
eclipse. Él le había dado a ella ese poder de sí mismo.
"Es sólo una niña", dijo Melissande en protesta.
"No hay niños entre clase, mi esposa", rugió. Nuestra línea de sangre es tan antigua como el
tiempo mismo. Incluso en los tiempos bíblicos, nuestros parientes comían y merodeaban por las
plazas y las aldeas antiguas, envueltos en túnicas y capuchas‖.
Melissande sabía que esto era cierto. Alastair le había hecho lo que era. Sin su sangre, ella no
era nada. Por esta razón, le adoraron.
Hace mucho tiempo, él la había rescatado de la muerte, y ella había sido una pecadora de la
peor calaña. No estaba segura de lo que el destino le hubiera recibido si la hubieran dejado
morir. En cambio, ella se había permitido beber su sangre real y convertirse en inmortal. ¿Qué
mejor regalo podía haber pedido?
Melissande se puso de pie y caminó por la habitación, su pensamiento se remontaba a la noche,

cuando Alastair la había rescatado a ella. ¿Dios me ha condenado al infierno? , se preguntó,
pensando en su vida humana. En el infierno, no habría habido ningún poder para ella y no la
gloria. Aquí, el mundo era como un juguete que podía jugar.
Melissande había compartido una vez todas las pasiones de una mujer, y toda la oscuridad de la
peor clase de seres humanos. Cuando ella había sido traicionada por su amante, ella lo había
matado, calvándole un cuchillo en la carne mientras dormía, cortándole la garganta. Ella también
había matado a la mujer que dormía junto a él, joven y rubia y sonrosada, como Melissande
nunca podría ser. Melissande le había dado a Laina su belleza oscura, pero nada de su
naturaleza vengativa. Laina asesinaba por ser su deber, para alimentarse, pero Melissande
señaló el poder de la muerte, y se reflejaba en eso, en el sentido de tomar la vida de otro.
Ella había amado al hombre al que mató, o eso se dijo, pero ella lo había matado a sangre fría,
su rabia como el hielo, y lo había disfrutado. Alistair había llegado a ella en su celda de la prisión.
Ella no sabía cómo entró en la pequeña habitación, pero no importaba. Su terror había sido tan
grande, mientras hundía sus largos colmillos en su garganta. Se había preguntado después si la
maldad de sus obras fue más que otro incentivo para el rey vampiro.
Había bebido profundamente de ella y entonces, dejo de ser, esperó a reunirse con él como uno
de los muertos vivientes. El Había presenciado su boca contra su propia garganta y le susurró
para que bebiera. Muy pronto, había sentido el hambre eterna, como una especie de dolor de la
lujuria, y ella había hecho lo que pedía. Entonces, había dormido un rato en la cama pequeña de
la celda, sus párpados titilaban, y despertado como uno de su especie.
Era tan fácil, en el pensamiento de Melissande, estaba siendo agradecida por esa noche. Su
familia la había repudiado, y sabía que el andamio habría esperado por ella. Por eso, y por la
traición de su verdadero amor, que odiaba a toda la humanidad, y se complace en alimentarse
ferozmente de ellos y dejarlos muertos. Sobre todo, se aprovechaba de las parejas, y las prefería
jóvenes, las mujeres rubias, con la piel de marfil tocado por un ras de coral en sus mejillas y
brillantes ojos azules.
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The Wolfen Lover
Los hombres fuertes, así como el que la había despreciado, se vieron favorecidos también como
víctimas, y ella siempre sintió un arrebato del mas crudo poder cuando perdieron sus vidas como
soldados de juguete bajo su mirada fija.
¿Por qué no puedo hacer que mi hija entienda que los seres humanos matan a otros seres
humanos. . . que mienten? Que no son mejores y que son mucho peor. El ser de nuestra especie
es honesto. Todos los seres se alimentan de otros, sólo decimos la verdad sobre él, en vez de
mentir y traicionar.
Melissande se sentía inquieta y enojada, y su orgullo herido. Todos los demás vampiros sabían
que no había sido capaz de mantener a su hija con ellos y que había fracasado como reina.
Aunque ninguno de ellos podía morir, no había un orden jerárquico en sus filas, al igual que en
cualquier sociedad. Al perder a Laina, era extraño, pero real, y el historiador elegido de su clan,
había reducido su propia reputación y la disminución de su poder. Había fracasado como madre
y como reina, y ella sintió la burla de los demás, y la rabia llenó su corazón, como cuando su
orgullo se hinchó en ella, llenándola con ego y odio. El clan no había amado a Laina, pero tenían
la necesitaba a su manera, porque no había una cierta seguridad en los números y la comodidad
alguna en ver que la sangre real continuara.
****
El rey miró a su esposa que se movía por la habitación, pero su mente volvió a lo decidido qué
iba hacer con su hija. Amaba Laina a su manera. Ella era una extensión de su propio ser, pero él
no la amaba por ella misma. Su linaje antiguo era el más puro, y el más venerado de todos, y
Laina era su princesa.
Sabía que Melissande se enojaría si él destruía a su hija, pero a él no le importaba. Esperaría

sólo unos días más, antes de que se dispusiera a encontrar a la chica. Si no regresa, la
destruiría para siempre. Él podría aprender cómo se hacía. Él era el único, de todos ellos, que
conocía la manera de averiguar, y custodiar el secreto cuidadosamente.
¿Qué tan fuerte es Laina, en realidad? , se preguntó. Y sintió un gran cansancio. Nunca pensó
que llegaría a esto, pensó seriamente, volviendo a llenar su vaso. Pero aún así, debe hacer sus
planes. Melissande aceptaría su decisión, porque ella le debía todo y su propia seguridad era
siempre lo primero en su mente. Se animó un poco al pensar en su esposa. La criatura vana,
egoísta que bien ella era. Gozó del trozo de humanidad que estallaría en su reina todavía joven,
que aún no estaba fría o dura lo suficiente como para ser completamente de su especie.
La reina se endureció como el mármol, como lo hacía, con cada año que pasa haciéndose más
implacable y audaz. Por ahora, todavía luchaba con algunos errores humanos, que se parecían
más a los recuerdos, y ella lloraba y se enfurecía aún en las cosas que un hombre humano le
había hecho a ella.
Voy a matar a Laina. Voy a averiguar sobre los tiempos antiguos, y luego la voy a matar, pensó,
mirando a su mujer.
"Ella va a ser destruida si pone en peligro a nuestro clan", dijo a Melissande. Su espalda se puso
rígida mientras hablaba. Le pidió a su esposa recoger la corte a su alrededor, y ella salió de la
habitación a hacer su voluntad. Sin mirarle a los ojos.
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The Wolfen Lover
Bajó la escalera y reunió a los vampiros que le servían. Hablaba en voz baja con ellos. No
sabían su nombre, sólo el poder que podía sentir los mantenía con él. Sabían que era una fuerza
natural que podía ignorar a su propio riesgo.
Miró a Byron, un vampiro joven que era el de mayor confianza de sus consejeros.
"Byron, debe ir al bosque. Laina ha pasado de nosotros, y sé que ella tiene por objeto las
criaturas wolfen que quedaron. "
El joven asintió con la cabeza. Sus ojos se llenaron de ira, y el rey se complacía en ver su ira.
Sabía que Byron no tendría misericordia, pero que él amaba a su hija así. Esta será una prueba
para él, pensó. Una prueba de su lealtad hacia mí.
"¿Qué debo hacer cuando la encuentre? No puedo matarla? "
"Tráigala a casa. Eso es todo lo que se requiere. Cuando ella este aquí, voy a ver a los demás.
Pero no debe ser puesta en libertad por ningún motivo‖. miró a los ojos de Byron, en busca de
debilidad. El vampiro joven agachó un poco la cabeza. Adoraba a Laina, y todos sabían que él lo
hacía.
Byron suspiró. -Muy bien-murmuró, y se levantó, haciendo un gesto a sus hombres que lo
siguen.
El rey se miro a si mismo, en su rostro como de piedra. Alastair sonrió y sabía que haría
cualquier cosa para mantener a su favor. Incluso en esta.
Laina se quedaba en la cueva con Michael, y se convirtió en su hogar. Durante el día, ella se
quedaba en la tenebrosa media luz, y por la noche, ella se aventura en las ciudades, pero nunca
en la propia, en busca de los indignos y castigarlos para el mejoramiento de toda la humanidad,
o al menos eso creía.
Ella nunca le dejaría verla beber, porque era en su forma Wolfen por la noche y parecía más
peligroso para ella. En la noche, iba a acariciar su piel suave en su cueva iluminada por el fuego
y sentir su alegría, y ella lo era todo ahora, para él. . . madre, amante, hermana. . . No es que
importara como se llamara. Pero era amor. Cuando regresaba a la cueva, con el rostro
empapado en sangre de los animales, ella sonreía tan feliz como lo hacía en las mañanas,
cuando el cambio se hacía, y se puso de pie alto y deslumbrante en su ropa de calle.
Michael le dijo que debía ir al pueblo y que iba a encontrar una manera de destruir a los
vampiros echándose a reír, ya que mataron a su madre y a los demás. Durante unos días, sin
embargo, teniendo aquel sentimiento de unidad, como vampiro pequeño barrio la cueva como un
ama de casa de pueblo y preparó té de hierbas bosques y flores.
"Tú eres mi compañera-le decía. Pero aún no hemos compartido nuestros cuerpos, no del todo,
Laina pensaba con frustración.
Seriamos compañeros, y yo lo amaría así, pensaba, realizando sus tareas poco a poco
haciéndolo con una precisión de alegría. Ella empezó a usar tintes y palos para pintar hermosas
imágenes en las paredes de la cueva con el pigmento de las bayas, y por la noche, cuando el
16
The Wolfen Lover
fuego estaba encendido, los cuerpos de los animales y las criaturas que ella había dibujado en
las paredes envolvían en su belleza primitiva.
Tengo que convencerlo de quedarse aquí, conmigo. El No debe luchar esta batalla. Vamos a ser
ambos condenados. Debo hacerle olvidar su misión, y debo de alguna manera mantenernos a
salvo de su venganza. Y nunca debe olvidar que todo esto podría ser un truco, un mero
encantamiento, y que sólo podría pasar por mí amor.
Pero ella no podía convencerse de ello. Era demasiado doloroso de soportar.
Después de unas cuantas noches, sentía la tensión y algo parecido al miedo que devoraba su
serenidad. Se preguntaba si Michael podía oler su miedo y su sentido, su preocupación ya que
nunca lo podría hacer en su forma masculina. Él le gruñía algunas veces. No podía entender su
lenguaje, y durante el día, estaba tan sonriente y dulce como siempre.
Ella tuvo su respuesta un par de días más tarde. "Tienes miedo", le había dicho una mañana,
mientras estiraba sus miembros. No era una pregunta, sino una declaración. Su voz era tranquila
y silenciosa. Era su momento favorito con él, cuando él era un hombre nuevo, y ella lo miraba en
silencio y anhelaba la comodidad que estaba segura de que vendría a abrazarla y a aparearse
con ella.
-Sí-susurró ella con tristeza-. "Vienen a por nosotros, como iremos por ellos." Jugaba con sus
faldas, sus ojos ciegos, porque ella estaba de vuelta con ellos en ese lugar terrible en su mente.
Odiaba pensar en su trazado oscuro, la forma en que sus colmillos se mostraban como lo hacia
una mueca. Amaban la muerte, porque significaba la muerte de la sangre Wolfen.
"Vienen a por mí", susurró. "Y van a la huelga sin previo aviso. Yo los siento ahora, mientras
planifican y esperan. Pero quién sabe si tendré la advertencia que necesitaran cuando decidan
castigarme. Y no debes estar aquí. Ellos beben tu sangre. "
Se acercó más a ella, poniendo sus manos cálidas sobre sus hombros. "Eres mía, y yo te
protegeré, mi. . . amor. Debes ser. . . mi compañera, y los wolfen siempre protegen a su
compañero, siempre. "
La besó despacio, sensualmente, con las manos sobre su cuerpo errante.
"Dime cómo se hace, cómo se puede morir", dijo a su oído, en voz baja con entusiasmo. Ella
dejo que sus manos se movieran entre sus pechos y sintió su respiración acelerarse. Estaba
segura que su cuerpo ardía con deseo, al igual que el suyo lo estaba.
Sus ojos eran soñadores cuando ella se acercó a él.

"Tenemos que ser compañeros", dijo en voz baja, "dos criaturas como uno, y luego voy a
compartir contigo todos mis secretos. Te lo juro. "
CAPÍTULO 4
Traducido por Danielita
Otra noche pasó, el lobo estaba entrelazado con Laina, su cabeza se encontraba en el corazón
de Laina; por la tarde, solo en el crepúsculo se movieron una vez más, dejando la cueva que
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The Wolfen Lover
había sido su preciada casa. Laina no ayudaría a Michael con nada, ella ahora lo sabía; nada
podía detenerla de darle los secretos que el quería, y estaba segura de que podría tomar esta
decisión, para así castigar a aquellos que quisieran matar a otra tribu mágica sin remordimiento o
compasión.
Laina miró fijamente en la oscuridad, vigilante y sin dormir, siempre esperando por ellos, siempre
diligente. Toda su vida parecía diferente ahora, con un fuerte lobo a su lado, ella apreciaba todos
y cada uno de los momentos con el, porque no sabía si durarían. ¿Serían ellos capaces de
sobrevivir las luchas que se avecinaban más allá de lo sagrado de su refugio?
Parecía que la mañana tardaba una eternidad en llegar, y Laina como siempre deseosa de poder
salir a la luz del sol y ver el mundo como una mortal, o incluso como un Wolfen1podría, pero no
era así, ella debía cazar por las noches y solo cuando lo necesitara, mientras debía quedarse
dentro, condenada al interior de la sombría cueva.
El era cuidadoso con ella y nunca la castigó por lo que era; habían aprendido a entenderse el
uno al otro, y eso era bueno, la confianza parecía fluir entre ellos, y las palabras no eran
necesarias.
Ella lo vio moverse en la aurora como hacía cada mañana, observando como su lobuno cuerpo
se tensaba y era atormentado por el dolor, se acercó y le acarició el suave pelaje, murmurando
palabras de amor y manteniéndolo cerca. Podía sentir el sudor a través de su pelaje, y deseó
poder quitarle todo el dolor y mantenerlo para ella misma, intentó aferrarse a él mientras
cambiaba para que así no estuviera solo, pero el solo se alejó de ella contorsionándose de dolor;
de repente el cayó y se recostó sobre ella, sientindose enorme, tenso, pesado y musculoso.
Ella rogaba por sentir sus muslos a lo largo de los suyos y anhelaba acariciar su brillante melena
y oler su celestial aroma, tan diferente del olor animal en sus fosas nasales. Michael gimió pero
con voz de hombre; movió su cuerpo aplastándola, pero ella no gritó ni trató de liberarse, espero
hasta que su transformación a hombre estuviera completa, y en ese momento sintió su dureza
presionada contra ella, sintió su latido hacerse más rápido en cuanto el comenzó a pasar su
manos por todo su cuerpo, de una forma feroz y bestial, hasta que le subió la falda.
Nunca antes el había ido tan lejos, pero eso no le importó de hecho arqueó su cuerpo para
reunirse con el, de él ya que no era capaz de esperar más; los días y noches que habían pasado
juntos, la confianza que habían construido como una fortaleza, piedra por piedra, estaba siendo
recompensada con besos a lo largo de su garganta y con unas manos que presionaban sobre
los suaves o oscuros rizos entre sus piernas; gimió un poco por la desesperación de tener sus
labios en su boca y su suave lengua contra la suya.
Michael se puso de rodillas y soltó su sostén, hambriento y con los ojos llenos de deseo la
desnudo hasta la cintura, sin hablar, sus manos buscando sus senos; Laina lo miro como si fuera
un sueño, bebiendo de su belleza, acariciando su fuerte pecho, y sus musculosos muslos.
Laina sintió el calor subir hasta su cabeza en cuanto el puso sus labios en sus senos y comenzó
a succionar sus pezones, esto la hizo sentir mareada y débil; temblaba de deseo cuando el
1
Lobo, sin importar el género, ya que son una raza „Mágica‟ en la noche lobos, y en el
dia humanos.
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The Wolfen Lover
comenzó a recorrerla con sus labios hasta su estómago y más abajo. Sus pestañas se movían
en su piel y cada sensación era exquisita, cada sentido estaba maximizado; la empujó hacia las
pieles, que simulaban ser la cama y ahí abrió sus piernas, por un momento el contempló la parte
baja de su abdomen y comenzó a sobar su pene con una mano hasta que éste se encontró
enorme e hinchado.
Entonces la penetró ferozmente y se dejó ir, empujó su dura carne dentro de ella, gimiendo tan
fuerte y con una intensa mezcla de sonidos animales con humanos; ella podía sentir la sagrada
magia de su mating*2, y se abrió ella misma para el, jadeando un poco cuando el la penetró tan
fuerte y con tanto deseo, porque eso era lo que deseaba, quería sentirlo dentro de ella
completamente, así que puso su manos en su cadera y se movió al ritmo de el con los ojos
cerrados.
El no era gentil, de hecho el animal en él era tan fuerte y ella estaba tan excitada por su dureza y
la pérdida de su control que nada importaba, empezó a sentir cosas con las que solamente había
soñado mientras que el se movía dentro y fuera de ella, viendo como el sudor bañaba su frente.
Laina se estiró y tocó su húmedo sexo mientras el continuaba penetrándola una y otra vez; se
encontraba mojada de la excitación y su propio tacto la hizo sentir más caliente y húmeda de lo
que ya estaba.
Laina pasó una mano a lo largo de sus senos, instintivamente comenzó a jugar con sus pezones
y vio el placer de él mientras la observaba a través de los ojos entrecerrados, entonces comenzó
a retorcerse debajo de él y entregándole su cuerpo por completo, gemía de placer cuando sintió
una oleada de éxtasis al llegar al clímax; apretó su dura carne que comenzó a temblar y
estremecerse, entonces sintió el chorro caliente en su interior; Michael se quedó en silencio,
inmóvil respirando entrecortadamente debido a las olas de placer que lo envolvían y cerró los
ojos.
Laina aturdida de amor y felicidad no pudo más que sonreírle, porque el la había hecho sentir
algo que nunca pensó ser capaz de experimentar, que incluso se preguntaba como lo sentirían
las mujeres mortales.
Michael giró para quedar junto a ella y tomó su cuerpo con una mano mientras cambiaba de
posición, una ligera capa de sudor perlaba su cara y pecho y entonces el susurró ―Te tomo como
mi compañera ahora y siempre‖, para ella parecía como si hubiera susurrado un encantamiento
antiguo; ―Te protegeré y honraré ahora y siempre, y viviremos nuestras vidas como uno mismo‖
Laina sintió que las lágrimas llenaban sus ojos y esas lágrimas eran de júbilo, entonces repitió
sus palabras con su corazón a punto de estallar de alegría; Michael se levantó y rebuscó entre
todos los montones de sacos que contenían sus pocas pertenencias, caminó hacia ella con una
mirada tan tierna como nunca antes Laina había visto y entonces puso un anillo con una piedra
ámbar incrustada en un sortija de oro en su pálido dedo; ―De mi madre‖ susurró; ―Se lo ponía
cada mañana y cada noche, lo escondió con la magia‖.
―Mi amor‖ susurró Laina y lo besó profundamente, entonces comenzó a reír un poco
preguntándose porqué estaba tan cautivada con el y entonces algo en ella le dijo que era amor;
por un momento se sintió un poco avergonzada, porque siempre había llevado una vida solitaria
2
Se refiere a lo sagrado de su unión, aunque literalmente sería como compañerismo.
19
The Wolfen Lover
en donde las emociones eran guardadas como un preciado tesoro para no ser lastimada o
malentendida pero ahora todo su corazón estaba al descubierto hacia Michael.
―Mi compañera” respondió Michael y se recostó sobre ella nuevamente, y aunque la cueva
estaba lo suficientemente oscura, ella pudo ver que el estaba listo de nuevo.
Capitulo 5
Traducido por Pam Li Fonti
Byron reunió a sus subordinados para planear la misión en el bosque. Los vampiros estaban
agrupados al rededor de una larga mesa Mahogany 3, sus pulcras cabezas juntas. Ya era de día,
pero la brillante luz de sol era bloqueada de su vista por pesados tapices colgados de las
ventanas. Ninguna luz se filtraba dentro del comedor, y Byron vio que su piel pálida era como un
pergamino en la penumbra. ―Debemos de ir al bosque, pero nadie debe vernos‖, Dijo Byron con
voz intensa. Había hecho las paces con lo que debe hacerse, y deseaba obtener el favor del rey.
Traer de vuelta a Laina y castigarla se estaba convirtiendo en un pensamiento agradable. ―En la
noche, cuando la luna este oscura, tenemos que encontrar a Laina entre las cuevas Wolfen y
traerla de vuelta aquí. Si no viene por su propia voluntad la tomaremos por la fuerza. Si no esta
sola nos alimentaremos de quien quiera que este con ella y traeremos de vuelta la cabeza para
el rey.‖
Los vampiros asintieron con la cabeza. Byron sabia que esas misiones eran raras y causaban
una inmensa emoción en las filas del clan. Estaba seguro de que los otros estaban honrados de
estar entre los elegidos. Congraciándose con el rey a través del exitoso resultado de su misión
podrían sobresalir entre las filas y tener la cabeza en alto. Pero nadie sobresaldrá mas que yo,
pensó con alegría. Byron sabía que cuando el rey estaba feliz, todo era posible, y podría obtener
muchos favores. Solo el mas respetado de los compañeros del rey era invitado a cazar para el.
Una vez que la princesa sea traída a casa, Podré disfrutar de los mejores vinos y las mejores
habitaciones del estado. Y todos estos hombres formaran el círculo interno.
“No debemos fallar en esto” les dijo con gravedad.
“Todos sabemos que el rey estará enfadado si fallamos‖. Ellos asintieron y murmuraron, y Byron
vio las muecas de miedo que ellos trataron de ocultar.
“Y que pasa si fallamos?” Un vampiro rubio preguntó a Byron, mostrando la preocupación en
sus pálidos ojos.
―Seremos castigados, y yo seré señalado como el responsable‖, Le dijo.
―Y yo los culpare a todos ustedes por mi dolor y disgusto.” “Pero Laina es fuerte,‖ el vampiro
rubio continuo.
“Ella es tan rápida y astuta como cualquiera de nosotros.” “Callate!” Gruñó Byron, y sintió que su
cabeza palpitó. El sabia que Laina era tan buena como el, o mas. Le molestaba que el nunca
pudiera ser él más fuerte.
Los otros vampiros solo miraban a Byron, Nadie hablaba. ―No pueden fallar en esto. Yo estaré
ahí para asegurarme que no fallen,‖ Dijo de forma amenazante. Y envió a los demás a
prepararse. Necesito estar solo por un momento, pensó. ―Laina, como pudiste hacer esto?‖ Se
pregunto en voz alta. Y que pasara conmigo si fallo?.
3
Mahogany: se usa para referirse a una variedad de madera de color oscuro.
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The Wolfen Lover
El rey proveía para todos, Byron lo sabia, pero el podría volverse en su contra si fallaba. Y su ira
era legendaria. El podría desterrarme para siempre. Byron sabia que ser parte de un clan era
seguro en números. La vida de un renegado era pesada y riesgosa. Fue a despedirse del rey,
una hora después, y su corazón latía como el de un gorrión.
El rey no se veía enojado pero fue severo con sus últimas palabras. ―Vayan ahora, mientras la
luna esta oscura y escondida,‖ dijo de forma dura, ―y ataquen a cualquiera que encuentren
mientras duermen. Si están despiertos y los descubren antes de que ustedes los ataquen, verán
el peligro y la magia que traen consigo. Es por esto que todos los Wolfen deben de ser
destruidos antes de que crezcan a la adultez y alcancen sus poderes máximos. Ellos son
terriblemente fuertes, tan fuertes como nosotros.
Tienen habilidades que nunca antes han visto.‖ ―A que sabe?‖ Byron encontró el coraje de
preguntarle al rey. ―La sangre Wolfen‖. ―Como miel‖, contestó el rey, y ellos se rieron. Byron
había quedado encargado de cuidar Laina durante el ataque de halloween, y el no conocía ese
placer... aun.
Si la encuentro, pensó Byron, voy a apagar mi lujuria en ella, donde nadie más pueda ver. Byron
había pasado años viviendo en el mismo estado que Laina, viendo sus hermosos ojos oscuros
pasar mas allá de el, e imaginando su suave cuerpo debajo del suyo. Él tendría la oportunidad
de tomar lo que quería, y sentiría sus labios, su cabello, todo su cuerpo, como lo había deseado,
también, por muchos años. Laina, pensó, casi con tristeza, tu debiste de haber sido mi novia. Yo
pude haber gobernado contigo como rey y reina, y vaya pareja real que hubiéramos hecho. Por
que me despreciaste una y otra vez? Byron sabia que él era el mas guapo y refinado de todos
los vampiros varones, y pudo haber elegido a cualquier mujer, pero para el, solo había una. . .
Laina. Y eso nunca cambiaria.
Byron estaba en su cuarto poniéndose su capa y preparándose para partir cuando Melissande
apareció en su puerta. Ella lo detuvo con su mirada sensual, usando su considerable encanto
como siempre lo hacia, y le señalo que se acercara. ―Podrás tener a Laina como novia, si logras
tener éxito en esto. El rey me lo acaba de decir.‖ Byron brilló con la simple idea. Le sonrió a la
reina y asintió. Si podía traerla a casa, seria suya, una y otra vez. La vida era larga, Byron
reflexionó, y el toque de alguien mas era como una droga para el, un bálsamo para la soledad.
Sin importar lo que pasara en el bosque de luna oscura, el la tendría, de una u otra forma. Y
seria coronado príncipe, también.
Los otros vampiros lo esperaban escaleras abajo, listos para pelear. El les sonrió sintiendo como
la tensión y el miedo desaparecía. Pronto el los gobernaría a todos, solo teniendo que responder
al rey. ―Es hora de irnos,‖ dijo, casi alegremente, y todos se escabulleron en la noche.
****
Michael y Laina dejaron su casa la noche del apareamiento. La noche estaba oscura, por que la
luna estaba casi escondida, y mañana no habría nada de luna. Para Michael, era un momento
mágico. El romance del apareamiento hizo que su corazón latiera.
Laina llevaba sus cosas, y las de Michael en una pequeña bolsa, para que él tuviera ropa,
cuando llegara la mañana. Michael la miro, y sintió correr ondas calientes de placer a través de
sus nervios mientras recordaba su apareamiento, el momento en que estaba dentro de ella. Él
deseaba acostarse con ella una y otra vez y entregarse a ella. Su amor era como una criatura
recién nacida, hambrienta y sedienta, incapaz de ver mas allá de esos deseos. Estaba
21
The Wolfen Lover
concentrado en sus pensamientos pero cauteloso a medida que avanzaban dentro del bosque.
Yo soy su protector, pensó con gusto. La vida se siente real ahora, lo sabía, sus ojos se
humedecieron. El sabía que otras criaturas Wolfen habían amado. El había visto la expresión en
sus rostros y la forma en la que se comportaban el uno con el otro. Pero nunca había sentido
esto. Michael estaba, por primera vez, completamente satisfecho. Y era tan simple como eso.
Laina le había hablado de Byron y la forma en que ella se resistió a su amor.
El sabía que ella lo estaba esperando. El lo sabía en su corazón. Y estaba seguro de que Laina
temía el momento en el que tuviera que abrir los velos y aprender el secreto de cómo matar a un
vampiro. Cuando lo haga, ella me entregara su vida. Debo confiar, completamente, con un
corazón limpio, pensó. Como ella confiá en mí. Recordó el odio dentro de su alma aquel primer
momento en la cueva. Ella ha arriesgado demasiado para amarme, pensó con asombro. Este
riesgo era uno que ella tomaría por el bien de su amor, pero Michael sabía que ella estaba
asustada. Los velos entre los mundos se encontraron en un lugar traicionero, el sabia eso, y
estaban habitados por seres que eran tan poderosos como oscuros en su magia. Ella debía
reunir todo su coraje y controlar todo su terror para enfrentarlos como iguales. ―No se si soy lo
suficientemente fuerte,‖ le había dicho a Michael una noche llorando, y el la había besado para
alejar sus temores. Esta noche, ella caminaba junto a el, y estaba seguro de que ella estaba
aterrada.
En su forma animal, no podía hacer mucho para consolarla. Ella le había dicho que deseaba
poder volar con el en sus brazos, pero tenia miedo de ser torpe en el vuelo y que ambos
murieran. Así que ella caminó a través de la noche, sin quejarse, ni cansarse, la villa se acercaba
con cada paso. Pero ella debía temer su llegada, pensó. Una noche mas de esto, pensó,
frotándose contra su cuerpo mientras ella se movía a su lado, y debemos estar lo
suficientemente cerca.
****
La reina caminó en su habitación mientras su esposo le contaba de sus planes. Ella estaba en
conflicto, divida entre un pequeño deseo de proteger a su hija y su estatus, y la necesidad de
castigar a la chica por su estupidez. Al final, no importaba si aprobaba o no la misión, por que la
palabra del rey era la ley, y todos sabían eso.
Ella miró a su esposo y asintió, y su mente corrió con las posibilidades. Si Byron debía regresar
con Laina, ellos podrían casarse, y una gran boda real debería ayudar a distraer al clan y elevar
su estatus una vez más. Sin embargo, si Laina era destruida en las formas antiguas y secretas,
la reina seria avergonzada para siempre. Ella escondió su ansiedad esta noche, y decidió usar
sus poderes de seducción para complacer a su esposo. Se había pintado los labios para que
brillaran como los de Laina lo hacían, de un rojo intenso cual selecto vino. Añadió un poco de
rosado a sus mejillas, y brillo bajo la luz de las velas, seductora y complaciente. Su esposo la
miró y la atrajo hacia el. Su atracción hacia ella no se había apagado con el tiempo, aunque
coqueteara con otras, incluso con mujeres humanas, antes de alimentarse con su sangre
carmesí. El rey y la reina se acercaron el uno al otro, y sus labios se juntaron.
Ella le daría su pasión y le recordaría que su elección de reina había sido la correcta. No rogaría
por la seguridad de su hija, y mantendría su poder como fuera que pudiera. Laina debe pagar por
sus errores, no yo, pensó, fríamente, desabrochando la fina camisa del rey. Yo no voy a sufrir
por su locura e imprudencia, decidió, mientras caía sobre la cama y disfrutaba de las expertas
caricias de su esposo. Si ella muere, ella muere, Melissande pensó con rabia, y se aseguro de
22
The Wolfen Lover
darle al rey cada gramo de experiencia que ella poseía. Nadie me ayudo cuando me estaba
pudriendo en esa pequeña celda, solo el rey, y al final todos estamos solos, Ella lo sabía. Y no
se lamentaría.
Se sentó a horcajadas sobre su esposo, montándolo hasta que él gimió, mostrando su delgado
torso y sus pechos. Extendió la mano y derramo un poco de vino sobre sus pezones, para que
parecieran brillar con sangre, se inclino sobre el para que pudiera chupar el liquido rojo intenso
de sus pezones erectos, y sintió el agudo placer que pronto la llevaría al clímax. Esto es lo único
que importa, pensó ella. Pasión. . . no voy a dejar que esa chica tonta y malagradecida me quite
lo que tengo.
CAPITULO 7
T. por Jakeline García
El rey y la reina estaban en la cama bebiendo el mejor vino, el cual los vampiros menores habían
robado a sus más ricas víctimas. Estaban vestidos con ropas de seda, con las caras laxas por la
bebida. Byron y sus hermanos del clan se movían a través de la noche, cuidando de sus
asuntos, y el rey y la reina celebraban, fumando opio de una pipa especial del Este y
sobresaturándose a sí mismos con vino añejo.
Tenían a los otros vampiros sirviéndoles como era adecuado, y esperaron. El humo de la pipa
hizo dormir a Melissande, esto ayudó al rey para abrir los velos. Esta vez, sin embargo, él no
podría hacerlo. Él estaba frustrado, pero el opio había agotado toda su agresión, así que
simplemente flotó sin rumbo en la superficie de los sueños como una hoja sobre las aguas.
Byron encontró la cueva. Podía oír el susurro en el interior. Podía sentir a Laina como la nieve
que caía en su pelo, y podía sentir su miedo, y algo más. . . algún poder, que emana desde el
interior. Él se acercó sigilosamente a la boca de la cueva, tan silencioso como un fantasma, y
entró, flotando por encima de la princesa y su amante.
¿La había llevado por la fuerza? Byron bajó la vista cuando ellos vieron fijamente su cuerpo
flotando, esperando, con el cuerpo tenso. Nadie se movió cuando sus ojos se encontraron, y el
miró la cara de Laina buscando una respuesta. El la vio bajar la mirada, protectoramente, al lobo,
y la furia quemó dentro de Byron. El reunió todas sus fuerzas, por que una mirada de ella a la
criatura había confirmado sus peores temores. Ella amaba a la bestia o tal vez sólo al hombre,
ella nunca iría de buena gana. Él lo sabía. . . esto sería una batalla.
"Byron", murmuró ella, y sus ojos parecían suplicarle que entienda. El oyó la tensión en su voz
cuando le suplicó. "Byron, por favor vete. Aquí es donde pertenezco, y no lastimaré a nadie, si
sólo nos dejas".
"Te apareaste con. . . un animal? " gruñó Byron. "Te apareaste con una simple bestia? No puedo
creer que te hayas rebajado de esta manera, Tú, de la línea de sangre real, de la línea antigua.
Has caído, Laina. Estoy aquí para llevarte de regreso con nuestra especie." Por encima de ellos,
vio al lobo detenidamente, por que el estaba tomando su distancia. Los músculos del animal eran
pronunciados y fuertes. Sus hombros y caderas eran gruesos y poderosos. Pero la fuerza bruta
no podía matar a un vampiro, sólo lastimarlo y hacer sus movimientos lentos. No había nada que
temer, el estaba seguro.
"Él es mi amor", dijo Laina, su voz caliente con pasión y con la necesidad de querer hacerle
comprender. "Mi amor, Byron. Traté de amarte, lo hice, pero no pude. Era mi destino estar con
mi amante Wolfen. Yo no soy igual que tú, y te ruego que me dejes a mi suerte. "
23
The Wolfen Lover
"No puedo dejarte, porque mi misión es llevarte a casa y matar a cualquier Wolfen que vea." Dijo
despectivamente, seguro de sí mismo, y de su victoria. ¿Qué era Laina, sino una menuda, joven
mujer, todavía niña? Y el lobo no era más que una bestia como un perro de gran tamaño.
Byron sonrió en la oscuridad. "Esta noche, cualquiera de. . . la especie de él. . . que queden
serán asesinados. Todos los hombres más fuertes del clan, excepto al rey, están atacando las
cuevas donde ellos duermen, tal como ello hicieron en la víspera Hallows '. Tu bestia amada es
la única que queda, estoy seguro. Al amanecer, los Wolfen se extinguirán, y nuestra especie
reinará por toda la eternidad. "
"¡No!-Oyó gritar a Laina, y entonces, la criatura Wolfen surgió, pateando el aire cuando trató de
atacar. El lobo era salvaje y tirante, y sus ojos ardían con odio. Byron sabía que iba a ser
despedazado con sus dientes afilados, hasta que su carne apergaminada yaciera en ruinas.
Moviéndose demasiado rápido para que lo atrape el Wolfen, Byron voló hacia Laina y tiró de ella
hacia sus brazos fuertes. El flotó fuera de la cueva con ella gritando, y Byron podía ver a otros
vampiros volando hacia la cueva, listos para atacar. El lobo corría hacia ellos, lo más fuerte que
podía, y Byron lo vio congelarse al ver al clan en la distancia. El animal era completamente
superado en número.
Byron sintió que Laina perdía su voluntad de lucha, sus músculos se aflojaban. "Iré", ella le
susurró al oído. "Y seré tu mujer si sólo lo dejas. Si no, te voy a matar cuando duermas. Te lo
juro. He aprendido los secretos, y morirás. Así que elige. "
Byron vio al lobo mirar hacia el cielo. Sintió el poder en las palabras de Laina, la silenciosa
amenaza que parecía venir de otro ser, un ser fuerte. . . el Creador mismo. Sólo leyenda para la
mayoría de los vampiros, el Creador era real para algunos, y si Laina lo había encontrado, ella
podría muy bien saber cómo él podía ser asesinado. La dejó caer al suelo e hizo un silencioso
pacto con ella, mientras los miembros del otro clan se acercaban. "Dile que se haga el muerto-le
ordenó, toma su decisión."Dile que se finja muerto, o vamos a beber su sangre, todos nosotros."
Byron miró a Laina correr a la bestia y hablar con él en voz baja. El la vio inclinarse sobre el
pelaje de la criatura y le susurrarle a él, pero él no podía oír sus palabras. La vio pasar sus uñas
largas y afiladas por la garganta de él e inclinarse sobre el lobo, de modo que pareciera que
estaba bebiendo su sangre. "Grita", el oyó que ella le ordenaba, y lo hizo, gritos de muerte y
terror que incluso helaron la sangre de Byron.
Byron se encogió ante el sonido lúgubre, cuando Laina se inclinó sobre su garganta,
manchándola con sangre de la herida que había abierto en su vientre. Ella se quedó en su lugar,
finiendo beber, y se untó más sangre sobre su propia boca y mandíbula, y luego se levantó. El
lobo se desplomó, aparentemente muerto, y ningún otro sonido vino de su cuerpo inmóvil. Laina
se levantó hasta que estuvo en brazos de Byron de nuevo. Su rostro estaba manchado de
sangre, y sus ojos eran duros. Byron la abrazó con fuerza hasta que se unieron a donde los
demás flotaban, esperando. Byron les sonrió y les ordenó ir a casa. Ellos se rieron al ver a Laina,
uno de ellos una vez más, pues estaba claro que había estado en poder de la bestia Wolfen y
había tenido su venganza. Ella los miraba, sus ojos como el hielo, y volaron a la finca, hacia el
rey y la reina.
Byron la llevó, todavía en sus brazos, porque estaba débil, con temor y aversión. Los ojos de
Byron brillaban con un triunfo al presentar a la bella princesa al clan. Todos los hombres que
habían ido en la misión observaron para ver cómo el rey y la reina iban a reaccionar. Los ojos de
la reina estaban vidriosos, como lo habían estado tantas veces, un brillo de opio que todos
conocían bien. Esto la hacía soñadora y flexible, y el rey estaba en el mismo estado. Byron se
apresuró y dio el discurso que había preparado durante el largo vuelo a casa.
"Mi rey y reina, he encontrado a su princesa, cautiva en una cueva húmeda y fría. Ella encontró
el valor para matar al Wolfen, tal vez el último de su raza, y para beber de él. Nunca
necesitaremos preocuparnos de su poder de nuevo."
24
The Wolfen Lover
Byron vio al rey, tomando nota de su perplejidad. “En efecto‖ respondió el rey con lentitud. Vio
cómo la mayoría de los vampiros de la realeza fijaron sus penetrantes miradas sobre su propia
hija.
―Sí, padre‖ susurró Laina, su voz entrecortada. "Estoy en casa. Por favor, perdóname por haber
huido. A menudo lucho. . . con quién y con lo que soy, pero ahora acepto mi alta posición, tendré
a Byron conmigo, y reinaré aquí con ustedes. "
Byron esperó en silencio mientras la reina se acercaba, mirando de cerca a su hija. Parecía
tensa bajo su brillante y agradable expresión. El la vio inclinarse a su hija, aspirando el hedor del
animal que se aferraba a su pelo y ropas. Su nariz se arrugó con el mal olor.
"Por Dios, querida” murmuró. "Ve y toma un baño. Voy a enviar a los demás para llenar la
bañera. "
****
Laina asintió obedientemente, deseosa de dejar a los otros. Ella ansiaba el sentimiento de paz
que un baño caliente traería consigo, y ya no temía que su hermano pudiera destruirla. Corrió
ligera por la escalera, sin mirar hacia atrás. Había hecho una dura negociación con Byron, pero
al final, ella estaba feliz, porque Michael vivía. Si Byron trataba o no de matarlo en el futuro, no lo
sabía.
Ahora, ella debía casarse con Byron en la oscura ceremonia que había temido siempre, y lo
haría para mantener a Michael con vida. Haré cualquier cosa, pensó. No importa lo que requiera
de mí. Yo lo haré. Sólo. . . No quiero que me toques Byron. Eso es lo peor de todo, y lo que no
puedo enfrentar.
Cuando sus asistentes tomaron sus ropas, dejándola con sólo una fina, de color crema camisa,
los echó y se quedó sola por fin. Ella se empapó en agua, lavándose a conciencia, apenas podía
soportar separarse de su esencia animal, que era como una parte de ella ahora. Tenía ganas de
llorar, pero ella se mantuvo tranquila. Era más seguro no mostrar ninguna emoción. Con olor a
lavanda y verbena, se levantó de su baño, sin dejar que su mirada baje a su propio cuerpo
desnudo. Fue duro, muy duro, para ella olvidar la manera en que Michael la había tocado, y
amado. Fue una tortura estar en cualquier lugar que no sea a su lado, fuese el lobo u hombre.
Tan sólo pensar en su apareamiento le hizo arder sus mejillas y sus pezones se endurecieron.
Podía sentir su deseo por él en sus entrañas, ella presionó su delgada camisa a su nariz,
aspirando su olor animal. Pronto, sería desechada, y ella sólo tendría sus recuerdos.
****
Laina esperó a su padre, y él vino a ella aquella noche. Él le trajo un vaso de vino. Le dijo que
quería oír acerca de las costumbres de la tribu Wolfen. Los dos habían hablado a menudo de las
viejas leyendas. Ambos sabían que el Wolfen tenía grandes poderes en su forma animal. Laina
se dio cuenta de su curiosidad, y ella supo que debía tejer una cuidadosa historia sobre los
acontecimientos que tuvieron lugar cuando estaba con Michael.
Laina estaba segura de que los demás vampiros le había dicho a él lo fácil que había ganado la
batalla con el Wolfen. "Fue como si hubiera puesto un hechizo sobre él," había escuchado por
casualidad que Byron le decía el rey. "El gritó, una mezcla de sonidos de dolor humanos y
animales, al igual que en víspera de Hallows ", el había dicho. El rey debe haberse reído de esto,
Laina lo supo, recordando cómo su padre había utilizado el elemento sorpresa para superar a
sus enemigos. El habría recordado esos gritos y disfrutado el terror que causó. Los gritos eran
como música para él, Laina pensó. Y la sangre una mezcla exquisita de sabor y placer. . . un
potente brebaje, de hecho, que él no tenía ninguna duda había desarrollado un gusto por ella.
"Cuenta tu historia", el dijo mientras observaba el rostro de ella. Sus ojos parecían penetrar su
misma alma. Laina peinó sus negros húmedos cabellos en su cama. "Cuéntame tu historia, mi
25
The Wolfen Lover
amor."
Se sentía incomoda, porque el rey era perceptivo. Empezó a hablar despacio, escogiendo sus
palabras con cuidado. Ella mezclaría la verdad con mentiras para que el pudiera sentir algo de
sinceridad, pero algunas cosas ella nunca las diría.
"Fui a las cuevas en busca de los Wolfens, los que escaparon", dijo. . "Encontré uno. Dormía
junto al fuego, y su piel de plata era tan brillante, tan reluciente. Supe inmediatamente que no era
un lobo puro, sino una criatura de magia, como nosotros. Esperé a la madrugada porque quería
verlo cambiar, y en la primera luz de la mañana, se movió cerca de las cenizas y se convirtió en
un hombre, una gran bestia de hombre, y yo tuve miedo. "
Laina vio que el rostro del rey estaba recogido con interés, porque él siempre había sentido
curiosidad acerca de la otra tribu, y él nunca había visto su magia. Ella tuvo el cuidado de
mostrarse impresionada por su terrible experiencia. Dejó que las lágrimas llenaran sus ojos, y lo
vio relajarse un poco. Reconoció el brillo vidrioso que los restos del opio siempre dejaban en sus
ojos. "Continua", le dijo, y ella dejó la peineta de carey y continuó su historia.
"Yo observaba desde las sombras, desde un oscuro rincón de la cueva, cuando el cambió, y vi la
magia, el momento en que todo parecía borroso, y al mismo tiempo, el fue algo diferente. Sólo
tomó un momento, pero ante mí había un hombre, completamente humano, o eso parecía,
excepto por los ojos. Sus ojos eran los de un lobo, y yo no podía dejar de mirarlos, los ojos de un
animal en un rostro humano.
"Vino hacia mí. El me sintió de inmediato, creo yo, y yo estaba lista para atacar, para
alimentarme. Pero. . . el me habló, y era encantador, y yo escuché como una hechizada. Estaba
fascinada. . . y él me agarró de pronto, y antes de que pudiera dominarlo o hundir mis dientes en
su carne, el me había atado con una cuerda que llevaba, y me mantuvo prisionera. . . durante
muchas lunas. "
Su padre la miró enojado. Pero sabía que la ira no iba dirigida a ella. Todo su odio era para la
especie Wolfen, tal como había sido siempre. Le palmeó el hombro con torpeza, pues ellos no
solían compartir el afecto fácilmente, no era su costumbre. Ella le sonrió, con los ojos llenos de
lágrimas.
Laina se encogió cuando él le preguntó si el lobo la había tomado, como un hombre toma a una
mujer. Ella había sabido que esta pregunta vendría. "el. . . tomó tu virginidad? " le preguntó, con
la mandíbula apretada. Siempre le había sido dicho que el regalo de su virginidad era para el
siguiente príncipe del clan. No era para una criatura humilde de los terrenos forestales.
―No‖ mintió Laina, con la mirada baja. "No abusó de mi, pero hizo muchas preguntas acerca de
nosotros y se mostraba satisfecho con las respuestas. El era tan curioso sobre nuestra especie
como nosotros lo somos de la suya. "
"¿Qué poderes tiene?-Preguntó el rey. Ella sabía que esta pregunta era importante.
Demostró que su padre no lo sabía todo acerca de la tribu mágica de los lobos. El Creador no le
había permitido conocer. Laina trató de no mostrar su alivio, pero ahora sabía que ella podría
tener algunos secretos. Y que los secretos podrían ayudarla a proteger su propio amor.
―No lo sé. Era amable, sobre todo. Tenía un genio cuando él era un hombre, pero no era
excesivamente duro conmigo, y pudo haberlo sido. El mantuvo su distancia, haciéndome tantas
preguntas y observándome"
"El era muy fuerte, como nosotros?"
―Sí‖ respondió Laina. "Podía sentir su fuerza, quizá más fuerte que la mía, pero al final, lo
engañé, y bebí de él. Al final, yo era la más fuerte. Nosotros somos más fuertes, mi padre, y no
hay nada que temer del Wolfen. Tal vez nunca existió, y todo este derramamiento de sangre y
odio fue por nada. "
Su padre miró hacia abajo, y Laina trató de leer los pensamientos ocultos de su inescrutable
mirada. Estaba segura de que el Creador se había apartado de él después de aquella noche
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The Wolfen Lover
sangrienta cuando cambió el destino de los Wolfen para siempre. Ella sabía que él había pasado
horas tratando de acceder a los velos entre los mundos, sin éxito. No podría ir mas con su
Creador, no importa cuánto opio el tomara de su pipa, y no importa cuánto el meditara. Esto lo
puso muy enojado, ella lo sabía, porque él debía reinar en su clan sólo gracias a su ingenio, sin
ayuda divina. En los viejos tiempos, siempre había tenido la ayuda divina.
Si el Creador estaba enojado con su padre, como ella sospechaba, había una oportunidad para
ella y Michael. Ella se encogió de hombros, hizo a un lado sus temores, y se sintió más fuerte.
Tal vez ella podría utilizar todo esto para su ventaja.
Tras un largo silencio, el padre de Laina la besó en la mejilla. "Descansa ahora, hija mía‖ dijo,
levantándose en toda su estatura. Su padre era una criatura imponente, alto y ancho de
espaldas, y sus ojos eran de diamantes brillantes y pálidos, tan diferentes a los de Laina.
"Voy a descansar, por que ahora estoy en casa y segura. Lo siento por haber huido. Estaba
confundida. "
"Mira que esto no vuelva a suceder", el dijo, poco después.
"Ahora, voy a enviar a la reina a verte, y ella va a ser dura contigo, me temo."
"Por favor hazla esperar hasta la mañana. Estoy cansada hasta los huesos, y no puedo
enfrentarla ahora. "
"Muy bien", el dijo, a punto de salir.
"Pero recuerda, cualquier deslealtad para con nosotros puede costar un alto precio, y nosotros
tenemos buena memoria."
"Ya lo sé‖ dijo Laina, de manera aburrida.
"Sé lo que ustedes hacen."
La habitación estaba vacía, y las ventanas estaban cerradas de tal manera que no podía abrirlas.
Un guardia descansaba junto a su puerta, y más vampiros merodeaban por los terrenos en
turnos para protegerla, o tal vez para tenerla aquí como un prisionero. Laina suspiró, imaginando
a Michael corriendo entre los árboles sobre sus cuatro patas, buscando su presa.
Echaba de menos la libertad del bosque, donde ella y Michael podrían vivir como uno solo. "Yo
estaré contigo de nuevo, pero tú me desearás, amor mío, cuando Byron se haya salido con la
suya?‖ Susurró y apagó la vela. Nunca voy a dejar que me toque, pensó, ardiendo con el deseo
por su compañero. Nunca se lo permitiré. Lo mataré a él y a mi padre. Los demás no son lo
suficientemente fuertes para mantenerme aquí, y luego te encontraré, aun si se me lleva toda la
eternidad. Yo nunca te fallaré, mi amor.
Laina cerró sus ojos, porque ellos realmente nunca dormían, su especie, y atrajo hacia sí su
almohada y la abrazó para mayor comodidad. Deseaba acariciar la piel plateada de Michael a la
primera luz de la mañana y sentirlo convertirse en hombre y que la monte, ver sus pieles
transformándose en cálida carne, y que se aparee con ella como un animal, sus labios y manos
ásperas y hambrientas por ella. Sintió el dolor en sus entrañas, el vivo deseo, y era como el
fuego, fuego que ardía desde dentro. Michael, pensó, desesperada en la soledad de su lujosa
prisión. Michael, yo no tenía otra opción. Ellos habrían festejado sobre tu sangre.
CAPÍTULO 8
Traducido por Je_tatica
Laina fue secuestrada en la casa grande como todo el mundo hizo callar los preparativos para la
ceremonia de la boda. La Depresión pasaba sobre ella como pasaban los días, y ella se fue
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The Wolfen Lover
adormilando en las emociones hasta ponerse triste.
Su vestido era de seda granate, el color sagrado de la sangre, y su pelo era trenzado con
piedras y perlas grises. Su anillo, el que Michael le había dado, fue escondido, y ahora llevaba
un gran rubí en el dedo para simbolizar su vínculo con Byron.
Laina necesitaba llegar a la ciudad para encontrar a la bruja de la ciudad, Elena, cuyos poderes
eran famosos, pero no pudo librarse de los guardias y los miembros del clan que se
arremolinaban alrededor de su preparación para los ritos del matrimonio antiguo. Ella no era libre
para irse, y ella se consumía por Michael, y se preguntó cómo estaba. Casi no podía soportar
vivir un día más sin él en sus brazos, y el pensamiento de su noche de bodas, cuando Byron
tocara su cuerpo, y la violara, era insoportable.
Byron la había evitado durante días, de acuerdo con la tradición, y la vería en la noche de su
boda. Ella se sentía incómoda, porque ella podía ver su frialdad hacia ella, incluso a distancia.
Ella fantaseando con la conducción de la daga de hierro en la carne mientras se alimenta, y
poniendo fin a su cautiverio, y de detener la boda que tanto temía.
Byron era frío cuando con ella se encontraban, su rabia sigue presente. Él la le miraba como un
manchado, pero aún así la anhelaba, y ella temía que el fuera cruel y duro con ella cuando él la
llevara a su cama.
Había oído cuentos de los demás, que a menudo susurraban fuera de su puerta del dormitorio,
cerca de las cosas terribles que Byron estaba haciendo a las prostitutas de la ciudad, a quien
violaba y golpeaba antes de beber su sangre. Nunca antes había oído tales cosas de él, y se
estremeció, porque los vampiros decían que sólo escogía las prostitutas que tenía el pelo largo
cuervo, al igual que el suyo.
****
Byron era frío y se disipaban sus ojos como diamantes de hielo, cuando la miraba a la cara.
Apenas podía esperar a la despiadada, atarle las muñecas con cordones de seda, y tener su
manera con ella, era todo lo que pensaba.
Él le enseñaría una lección, y no quería ser gentil con ella como ella no había sido amable con
su propio corazón. La imaginó con el amante Wolfen, su cuerpo respondiéndole a la bestia, y el
odio que sentía por ella. Anhelaba la noche de bodas, cuando ella le perteneciera, por completo,
porque los hombres seguirían reinando en su clan, y las mujeres debían someterse.
Byron no había tenido buen cuidado con las prostitutas. Él les había arrastrado a callejones
desiertos y empujaba fuera sus faldas obligándola a él, culminando mientras bebía su sangre.
Las dejaba medio desnudas, muertas y drenadas de su sangre, y la gente del pueblo se
encontraba en terror.
****
La bruja local, Helena, se beneficiaba de esta rica nueva ola de miedo con la venta de amuletos
y talismanes inútiles y el ahorro de su verdadera magia para su propia protección.
Elena vivía en una hermosa casa, y ella podía ver la razón de la propiedad de los vampiros
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The Wolfen Lover
desde su jardín trasero. Allí, las plantas y otras cosas que necesitaba para sus pociones, y se
construyó una fortaleza de magia contra las criaturas de la noche. Byron era vicioso como los
demás, y ella lo había visto en sus visiones, pero ella le dijo a la gente del pueblo que no había
tales criaturas en ninguna parte y que dejarlo no haría ningún bien. Y así los habitantes del
pueblo dormían, sin un sistema en sus caminos, y ellos llegaron a aceptar la lotería oscura que
reclamaría a algunos de ellos.
Helena no odiaba a los vampiros, porque ella era una practicante de la magia negra, y ella tenía
mucho en común con ellos. Además, sus riquezas y su agradable estilo de vida dependía de que
el terror que ellos creaban. Helena tenía una difícil alianza con ellos a su manera, aplacar a los
aldeanos con el más simple hechizos y maldiciones, y su permanencia en la ciudad. Pero Elena
sabía que no era seguro, y ella se esforzaba para protegerse lo mejor que podía.
****
Michael se mudó a través del bosque, desesperado por encontrar el pueblo. Encontraría la daga
que necesitaba, aunque eso significara matar o robar, y él se vengaría esta vez-iba a vengarse
de todo. Sintió el dolor cuando Laina le había arrastrado su uña afilada sobre el vientre, y se
enfureció en las criaturas que habían robado a su compañera. Él la había dejado ir para salvarse
a sí mismo, y había sido débil.
Ellos me habrían matado ", pensó. Había también muchos de ellos. Ahora él estaba lleno de ira,
y él sabía su secreto, y él les haría pagar. Laina se había probado por salvarlo y hacia lo posible
para que él vengara su derrota y reclamar a su pareja. Yo la devolveré, se dijo, corriendo más
rápido por el bosque, quemando sus emociones, convirtiéndose en un animal. Voy a cazar y
alimentarme, y luego con las primeras luces, voy a vestir con la ropa que llevo en mis dientes, y
voy a ir a la aldea como un hombre, y voy a matarlos a todos. Su corazón le dolía todo el tiempo,
así como él se enfurecía, pues no estaba seguro en la pequeña cueva, con la princesa que
acariciaba su piel, y lo mirara toda la noche.
¡Cómo sería mucho para ella, por su hermoso cuerpo, como la llegada del amanecer. No puedo
soportarlo, pensó, deteniéndose por un momento, dejando caer el paquete dentro de sus
mandíbulas, y acostado entre las hojas. No puedo soportarlo sin ella.
****
La boda fue planeada, y los rituales temporales que se observa. La pareja bebió la sangre de la
misma copa, y luego se unió con los antiguos votos. Laina yacía en su cama a menudo, ahora la
depresión pesaba sobre ella. Ella quería ir a la aldea, pero la gente del pueblo la despreciaba,
porque habían oído las historias, y, a pesar de su belleza, ella no podía viajar desapercibida.
Laina pensó en los habitantes del pueblo, que sabían quién y qué era. Ellos pensaban que sus
oraciones y amuletos les protegerían.
¡Qué equivocados estaban!
Ella sabía los cuentos que sobre la gente de la pequeña ciudad pesaban, acerca de las personas
desaparecidas, y cuyos cuerpos drenados fueron dejados atrás como muñecos rotos. Cuando
fueron enterrados, sus sacerdotes entonaron canticos sobre ellos. Se decia que el pueblo crecía
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The Wolfen Lover
temeroso al caer la noche.
Estaba segura de que los habitantes del pueblo se volvían a la magia negra para la protección, y
muchos charlatanes les prometieron seguridad, si se les pagaba por pociones y medallones,
pero pocos eran brujas o magos verdaderos. Si hubiera verdadera magia, la magia que pudiera
utilizar para llegar a Michael de nuevo, pensó salvajemente. Pero sabía que el pueblo no era
lugar para un vampiro. Los pueblos que silban y hacen señales de la cruz cada vez que de su
tipo aparecían. ¿Cómo puedo conseguir lo que necesito, cuando no puedo viajar desapercibida.
Laina se preguntó si podía apartar los velos de nuevo y encontrar una manera de salir de su
forma de vampiro y flotar libremente en el pueblo, invisible y capaz de encontrar la daga que
necesitaba.
¿El Creador se mofaba de ella, o estaba pidiéndole lo imposible? Se preguntaba también, cómo
se podría haber consagrado la hoja, y con usarle, por cada día que pasaba era como una
eternidad. Por ahora, debía esperar cada par de ojos, veían sus movimientos, y la casa estaba
llena de susurros y preparativos febriles.
Según la tradición del clan, ella iba a permanecer para siempre con Byron. Pero él estaba
evitándola. Parecía que esperaba a la noche en que pudiese vengarse de ella, la noche en que
en toda boda sagrada se llevara todo a su debido tiempo. Ella sabía que iba a ser cruel.
****
El seria despiadado toda la noche, hasta que no se deseara estar más con él, sólo cansancio. La
imaginaba en la cama, con las manos atadas rápido con un cordón de seda, y pensaba en ella
con los ojos vendados y serviles. Él haría que rogase.
Él le demostraría que gobernaba. Y nada podría detenerlo una vez que los votos fuesen
intercambiados. Byron terriblemente excitado por sus fantasías oscuras y tenía que reprimir el
impulso de golpear la puerta y tirar de ella por su camisa. Él haría el papel del esposo amoroso,
pero ahora su deseo se basaba en el odio. Su amor había cambiado porque no era pura, y ella
no lo quería a cambio. Su amor se había estropeado y cuajado, y ahora era una canallada.
Laina se alegró de que no era humano y que no podía tomar su vuelo el cuerpo sin vida en el
bosque, y volcar allí por los pequeños animales para llevarse los huesos en el tiempo. Ella
estaba a salvo de que, al menos. Las mujeres de la aldea tenía más que temer que ella.
****
Laina se preguntó acerca de la bruja en el pueblo, se rumorea que sabía de la verdadera magia.
El resto de cosas eran todas falsas, lo sabía. Estaba segura de la vieja creció ocupada cuando
las mujeres desaparecían y sonrió cuando hacia sus cuentas, por la muerte y el terror más los
sangre bebedores de recurso, ella más rico se sentía.
¿Puede ayudarme?
Laina pensaba en Helena a menudo últimamente. Ella sabía dónde vivía y que ella debía
encontrar una manera de llegar a ella. Helena podía ofrecerle lo que se necesitaba, y aunque
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The Wolfen Lover
ella no se fiaba de la bruja, ella sabía que Helena era su única esperanza. Pero Laina estaba
atrapada, y no podía elevarse en el cielo estrellado, y tomar lo que necesitaba. En cambio, era
una presa que había toda clase de lujos, pero no tenía paz ni felicidad.
Los rituales de la ceremonia de la boda eran sencillos pero importantes. Ella y Byron quisieron
beber la sangre de la misma copa, y que estuvieran vinculados a las muñecas con un cordón de
seda negro, mientras que repetían los antiguos ritos. Entonces, el clan les rodearía y los llevarían
a su lecho nupcial.
Laina no se había alimentado bien últimamente. Su corazón estaba pendiente de la caza, y no

había encontrado una manera de alimentarse más fácil para ella. Nunca sola, se tomaría un par
de miembros del clan con ella, a la prisión local, un lugar terrible, lleno de suciedad y ratas, y ella
se alimentaria de los que estaban programados para su ejecución. Apretó bolsas de monedas de
oro a la guardia, que vivían aterrorizados por ella, y que la llevarían por los pasillos en el lúgubre
silencio y abrirían una puerta de la celda para ella.
Ella bebía la sangre de los violadores y asesinos que iban a morir, dejándoles drenados. Cuando
terminó, ella se puso su capa con capucha, que ocultaba gran parte de su cara, de nuevo, ella
se limpio la boca ensangrentada en la manga. Luego se extendería fuera de la cárcel sin una
palabra más-hasta la próxima vez.
Laina se había acercado con un plan de cuidado para la alimentación, que funcionaba muy bien.
Tendría que ir a la guardia en la celda y cortarle la garganta al prisionero, luego sacaba la hoja
cerca de su cuerpo, de modo que la muerte sería considerada un suicidio. Era un trabajo
complicado para la guardia, para cubrir hasta muertes de este tipo, pero no tenían elección.
Laina los mataría si no hacían lo que ella pedía.
Una o dos veces a la semana, se iba, su hambre feroz, y le permitirían su entrada. La prisión era
pequeña, lo sabía, pero aún así había muchas víctimas para elegir. Ella les daba suficientes
monedas de oro a los guardas para cubrir los costos de pagar a otros a pasar por alto lo obvio. Y
así Laina podría alimentarse sin su ritual de costumbre de ver las posibles víctimas y juzgarlos.
Estos delincuentes ya habían sido juzgados, pero Laina a menudo sentiría remordimientos de
conciencia aunque ella sabía que el sistema era corrupto, y que ella podía drenar la sangre de
los inocentes. Sin embargo, su depresión y la ansiedad le hizo preocuparse menos por estas
cosas, y la alimentación se convirtió en un mal necesario, más de lo que había sido nunca.
Laina salía de la cárcel, y sus compañeros salían de sus escondites, y se iban a casa. Y la
preparación de la boda continuaba. Tal era su vida, ya parecía desesperadamente vacía. Se
tendía en la cama a esperar a que Michael, la rescatara, pero no sabía dónde estaba ni si tal vez
quería venir.
CAPÍTULO 9
Traducido por Danielita
Michael se agitó en su improvisada cama y se obligó a levantarse; se había quedado dormido a

la intemperie, lo cual era peligroso y ya era de día; alcanzó su sucia ropa y se vistió con la luz del
sol bañando su cuerpo.
31
The Wolfen Lover
Hoy llegaría al pueblo, podía ver el camino hacia el pueblo en la distancia, entraría como un
hombre y encontraría la daga que liberaría a Laina del clan que tanto odiaba, el aún se sentía
triste e impotente cuando pensaba en como había fallado para pelear y protegerla, este
pensamiento lo perseguía, así como tenía el viejo sentimiento de soledad que esperaba se
hubiera ido para siempre; debí haberla tomado e irme lejos con ella pensó, pero en cambio fui
egoísta y tenía que planear mi venganza…y ahora ella se ha ido.
Michael llegó al pueblo a media mañana y se dio cuenta de que tenía poco dinero para pagar las
dagas y todo lo demás, tendría que robar, estaba avergonzado de su harapienta vestimenta, su
cabello y cuerpo estaban perfectamente limpios, como siempre, pero su ropa era vieja e
inmunda, aun así las mujeres volteaban a verlo cuando pasaba, su belleza era imposible de
resistir, sus cinceladas facciones y perfectas proporciones lo hacían destacar como un pulgar
dolorido entre los cansados, y trabajadores hombres del pueblo, y deseó no ser tan sobresaliente
Entró a un bar, ―¿Sabes de alguna anciana que me pueda dar un hechizo de amor? Le preguntó
a una linda camarera, y vio como se sonrojaba cuando lo miró; ―Conozco una bruja‖ respondió
mirando a sus ojos.
Piensa que soy atractivo, pensó Michael y estaba complacido, ―Por favor dime en donde vive‖ le
pidió suavemente, tratando de ocultar se intensidad de ella.
―Atraviesa el pueblo, en línea recta, busca por una casa de piedra con extraños símbolos tallados
en la puerta, allí es en donde vive, pero es una mujer atemorizante‖ balbuceó ―no me agrada
mucho, a nadie, seguro tu no necesitas de encantamientos‖ dijo poniéndose rosa, ―eres muy
guapo‖
―Necesito un hechizo de amor‖ dijo sonriendo hacia ella, ―I will pine for a woman who will have
none of me‖4
―Deberías buscar a alguien más‖ dijo y sus ojos recorrieron su cuerpo, él recordó los ojos de
Laina y la forma en la que bebía de el mientras lo contemplaba y sintió un deseo familiar por ella
que era como un dolor sordo que nunca desaparecía por completo.
―La amo‖ susurró Michael y la cara de la camarera simplemente se cayó
―Entonces ve a la casa de piedra y ella te ayudará, pero no es barato, espero tengas dinero‖
―Gracias‖ dijo, y se dio la vuelta para irse, consciente de su harapienta vestimenta que no le
hacía ningún favor. Tengo que obtener esas dagas, vestido de esta manera pensó encontraré un
camino.
Caminó a través del pueblo y tocó la puerta de Helena, había símbolos extraños grabados
encima de la manija, justo como la cantinera había dicho, había cruces adornadas y otros
símbolos que nunca antes había visto
* * * *
4
La traducción literal es confusa así que lo dejo a su criterio, para mí sería algo así como “Yo muero
(languidezco) por una mujer que no sepa nada de mi”
32
The Wolfen Lover
Helena abrió su puerta solo un poco, sus ojos se abrieron con la vista de su sobrenatural belleza;
sus ojos se encontraron por un momento, Helena jadeó, para ella ver los extraños ojos de una
criatura mágica mirándola en una cara humana tan perfecta era difícilmente real.
―Entra‖, dijo bruscamente, jalándolo hacia su pasillo y cerrando la estrecha puerta, ella no sintió
peligro, solo un gran…dolor…en él que ella podía sentir en su corazón.
―Necesito una daga de hierro‖, dijo sin preámbulos; ―quizás más de una, y también debe estar
bendecida. ¿Me ayudará?‖
Se tensó, ya que nunca había escuchado tal solicitud antes, y mostró un gran conocimiento de
magia, llevo al joven a su cuarto de trabajo en donde un hedor acre de hierbas colgaba en el
aire, lo tomó en sus harapientas ropas. El lucía como un príncipe disfrazado, le hizo un gesto
para que se sentara; ―¿Puedes pagar?‖ le preguntó, entrecerrando sus ojos.
* * * *
Era una mujer vieja y fea, llena de codicia y mentira, sabía que no se saldría con la suya.
―Si‖ dijo, tomando de su bolsillo un anillo de oro que su madre le había dado algunos años atrás,
era todo lo que le quedaba, un anillo que hacía juego con el que le dio a Laina, era una simple
banda de oro que se acoplaba al otro, con inscripciones de símbolos que solo los Wolfen
entenderían; ―¿tomaría este anillo como pago?‖
Tomó el anillo y Michael miró su rostro, estaba seguro de que podía sentir la magia, abrió mucho
los ojos; su anillo estaba cubierto con los símbolos del Creador, símbolos que ella parecía
reconocer; ella ahogó un grito en voz alta cuando lo llevo hacia la luz cerca de la ventana, su
cuarto de trabajo era obscuro, pero él vio una expresión de alegría que se extendió a través de
sus facciones en la penumbra.
―Encontraré tus dagas‖, dijo, ―Creo que tengo dos y las bendeciré para ti ahora‖
―Debes apresurarte‖, dijo, y ella lo miró cautelosamente, el se preguntó si había visto su

naturaleza salvaje en él, el animal que siempre yacía justo bajo la superficie; ¿Podrá leer mi
mente? Pensó preocupado, el esperó que ella no pudiera ver lo que realmente era, pero ahora
parecía preocupada; vio un poco de temor en su cara; si lo sabía entonces le diría a todos que la
leyenda era real; el no confiaba en los humanos en cuanto a los secretos de su tribu.
Fue a su pequeño cuarto trasero por un momento y regresó con dos pequeñas dagas, con
afiladas puntas; susurró hechizos y el cuarto pareció obscurecerse y el hedor acre pareció más
fuerte, se sentía el mal por todo el lugar, y se preguntó si lo estaba engañando y gritó ―Detente!‖
dijo, ―Esto no se siente bien‖
Y luego cayó al piso de madera, golpeando su cabeza dolorosamente, lo había embrujado y no

se podía mover, ella se rió y cerro las cortinas fuertemente para que nadie pudiera ver, se
agachó hacia el, su cara cerca de la suya; ―así que eres un Wolfen, pero aun así mis hechizos te
afectan; te quedarás aquí conmigo y me dirás todos tus secretos o morirás‖
Ella colocó las dagas de hierro en la mesa y entonces Michael escuchó un seco golpe en la
puerta delantera, miró a Elena correr a la entrada, su rostro estaba blanco de miedo, Michael
meditó tratando de romper el hechizo y parecía apartar los velos mientras le rogaba al Creador
33
The Wolfen Lover
por ayuda; escuchó a la bruja a través de su extraña ensoñación mientras hablaba con un
hombre, comenzó a gritar, el mismo grito que había hecho cuando los vampiros habían llegado.
Se arrastró hacia la mesa y aunque no se podía levantar puso las dagas en su bolsillo; escuchó
la conmoción de afuera en cuanto logró quitar las dagas de la vista, y escuchó al Creador hablar
en un lenguaje extraño que de alguna forma logró entender.
¡El Creador estaba bendiciendo las navajas! En cuanto las palabras se movieron a través de su
cerebro escuchó fuertes pisadas, así que gritó de nuevo, esta vez más fuerte y vio a un hombre
aparecer en la puerta, ―Trató de robarme‖ le dijo la bruja con una voz asustada y enojada; ―así
que lo hechicé, y gritó para encubrir su robo porque yo no lo he lastimado‖
Michael se quedó mirando al hombre, se preguntó si las dagas le serían arrebatadas, quería
matarlos a los dos pero no era capaz de moverse bien debido a los hechizos de la anciana; ―Voy
a llamar a la policía‖ dijo el hombre y después de arrastrar el enorme cuerpo de Michael hacia un
poste y lo ató a el.
La bruja se acercó a él, lucía tensa y furiosa; Michael se quedó quieto mientras ella revisaba sus
bolsillos, se burló de él porque no encontró nada y Michael tuvo una sensación de paz pues
sabía que el Creador lo estaba protegiendo, sabía que los puñales había sido consagrados y
ocultos con magia.
Michael fue llevado a la prisión local, se sentó en la pequeña celda y espero a que la noche
cayera; cuando cambiara el atacaría a un guardia o encontraría una forma de salir y entonces
encontraría a su Laina, las dagas estaban en sus bolsillos; podía sentir las frías hojas aunque la
policía lo había registrado y no había encontrado nada; estaba encantado porque sabía que con
el Creador de su lado todo era posible, le agradeció a la bruja por sus hechizos y al mal porque
lo habían traído aquí.
―¿Qué habría hecho conmigo?‖, se recostó en la dura plancha y cerró los ojos
* * * *
El rey y la reina estaban extasiados porque la boda sería esta noche y la obscura celebración
seguramente atraería la atención y aprobación del Creador; el matrimonio obscuro era un ritual
sagrado y era esperado para la línea real; al dar a luz la nueva princesa y su marido tal vez
podrían tranquilizar a la que una vez les dio la espalda y huyó de ellos.
Pusieron mucha atención en los preparativos, pero había un problema; Laina no bebería la
sangre de un inocente en la rica, plateada copa que era utilizado para ese propósito, ella solo
bebería la sangre de pecadores e insistía en que la sangre debería venir de un prisionero.
A las cuatro treinta el rey envuelto en su capa se fue a la prisión solo, en su capa llevaba una
botella tapada y obtendría la sangre que necesitaba; se movió en la obscuridad, feliz ante la
perspectiva de la boda, le dio al guardia un pesado bolso con monedas, para que el hombre no
pidiera resistirse; Laina le había dicho que debía decir, el guardia le dio una mirada a las
esqueléticas facciones del rey, palideció, y lo dejó pasar.
El guardia abrió la puerta de la celda donde un nuevo prisionero, un ladrón vagabundo a quien
nadie conocía o a nadie le importaba era mantenido; dejó que el rey se deslizara dentro de la
34
The Wolfen Lover
celda y cerró la puerta diciéndole que regresaría en veinte minutos; el rey asintió y miró la celda
en donde un joven dormía, era grande, fuerte y muy atractivo, el rey se sintió hambriento; afuera
el cielo de invierno obscureciéndose en el crepúsculo, el rey fue a la plancha y se sentó; podía
oler la dulce esencia de hombre, de hecho casi un niño, podía ver rubor de sus mejillas, tan
diferente del color marmóreo del rey.
Cerró sus ojos, sintiendo un silencioso placer corriendo a través de su cuerpo, entonces bajó su
cabeza hacia la garganta del joven, podía ver su pulso donde la sangre surgía, puso la botella
cerca y corrió sus colmillos a través de su garganta; el chico comenzó a moverse y sacudirse, el
cielo estaba ya estaba negro en el momento en que el vampiro hundió sus colmillos en su piel,
con el gusto del sabor antiguo
* * * *
Michael despertó, su terrible dolor lo trajo a la conciencia, no gritó porque estaba cambiando y
ese dolor mezclado con el terrible dolor de su garganta en donde el rey estaba drenando su
sangre, Michael se sintió débil en cuanto alcanzó una de las dagas de su capa, echó hacia atrás
su brazo y utilizando toda su fuerza clavó la hoja en el pecho del rey; Michael gimió y empujó el
cuerpo del rey lejos de el, gimiendo de dolor, levantó su playera hacia la herida para detener el
flujo de sangre, el cambio ya venía, podía sentir al Wolfen sintiendo todo a través de su cuerpo.
Pronto todos los animales que merodeaban el piso de la celda se alejaron y entonces vio al
vampiro convertirse en cenizas, Michael ya no sangraba, espero con la daga en sus dientes a
que el guardia regresara, cuando lo hizo, Michael pasó corriendo junto a él por el corredor y
empujó a través de la puerta principal con fuerza bruta, corrió hacia el pueblo y se dirigió a las
afueras en donde estaba el estado; Laina le había dado las indicaciones y ahora era libre.
Sintió la alegría de la libertad y la sensación de poder, sabía que había crecido completamente
debido a la fuerza, el poder secreto que todos los Wolfen compartían, era tan fuerte que había
logrado empujar una enorme puerta de madera como si estuviera hecha de algo débil; corrió
más rápido, tan rápido como nunca antes, sus músculos quemaban; los pueblerinos eran un
borrón cuando pasaba junto a ellos, pero podía ver que ellos se persignaban cuando pasaba;
todos regresaron a sus casas y bloquearon las puertas.
* * * *
Laina se sentó en su cama, ya vestida para su boda, estaba sola cepillando su cabello, que
pronto sería trenzado perlas y piedras preciosas; escuchó un áspero gruñido procedente de
afuera, corrió a su ventana y miró abajo; ―Michael‖ murmuró y bajó corriendo las escaleras con el
clan detrás de ella; vio a su amor, cruel y salvaje gruñir a los vampiros que la rodeaban.
Los vampiros se levantaron en el aire, listos para atacar pero Laina volteó y les gritó, vio la daga
en la boca de Michael y lo tomó, blandiendo el arma se paró cerca de Michael y los vampiros se
movieron lejos en el aire, ―¡Esto los destruirá!‖ les gritó y Byron flotó más lejos.
―Escúchenla‖ gritó Byron, Laina estaba complacida de que creyeran en su poder; ―Déjala ir‖ dijo,
―El rey lidiará con ella en su debido tiempo‖
35
The Wolfen Lover
Michael gruñó y tiró de la falda de Laina con los dientes, ella corrió con el, sin mirar atrás hasta
que estuvieron en el bosque una vez más; recordó el rostro de su madre, helada con ira y miedo,
sabía que el rey los destruiría por esto.
Capitulo 10
Traducido por Pam Li Fonti
Encontraron refugio unas horas después, otra cueva hueca, como las otras. Laina estaba pálida
de miedo, y sostuvo cerca a su amante Wolfen, aferrándose a su cuerpo. Ella tenia la daga
ahora, pero como podría matar a su padre a menos que el bebiera? Y era probable que el rey
tuviera su propia daga. Ella sintió su mortalidad como nunca antes, y estaba segura, antes de
que el amanecer llegara, Michael y ella morirían.
El lobo lamió sus manos y su cara con afecto. El no se veía asustado, y ella deseaba que llegara
el amanecer, deseaba el sol que lo cambiaria, para que pudiera hablar con él. Se quedo mirando
el cielo nocturno, y espero su condena.
Michael durmió, y ella acaricio su pelaje plateado. Al menos tendré estos momentos con el,
pensó, por que nada mas me ha hecho feliz. Y el cielo permaneció vacío, y la luz fue creciendo.
El estaba aquí, de nuevo hombre. El tembló, y ella lo abrazó, sintiendo sus largas extremidades
apretadas contra su cuerpo. Sitio que se desmayaba, solo con su toque, y se besaron de forma
profunda y hambrienta, sus lenguas se entrelazaron. La cueva era fría, y el suelo de piedra era
duro, pero no importo. Todo su cuerpo estaba en llamas mientras el la besaba y despedazaba su
corpiño para poder saborear sus pechos. Ella se levantó las faldas con una mano, desesperada
por el, y lo tomo del cuerpo. ―Por favor,‖ le rogó. El la penetro, y ella gimió tan alto, nunca se
había sentido tan bien, y se entrego a el por completo como nunca antes. Sus ojos estaban
cerrados con fuerza mientras sentía como el se movía dentro y fuera de ella, los abrió
ligeramente, y vio su cara, tan perfecta en la oscuridad. Se estremeció, largos y profundos
escalofríos que destrozaban su cuerpo, y el placer parecía seguir, una y otra vez, en oleadas.
Michael derramo su semilla caliente dentro de ella y se recostó sobre su pecho, con la
respiración entrecortada. Ninguno habló, estaban entrelazados por varios momentos en un
tranquilo éxtasis, hasta que Michael se levanto y cubrió el pecho desnudo de ella con su camisa.
― Mate a tu padre‖, dijo. ―Pero no matare a mas de ellos. Nos iremos de este bosque para
siempre, y tendremos nuestra daga, siempre lista, y empezaremos de nuevo.‖
―Se ha ido?‖ Murmuró Laina. Un mundo sin el rey no parecía posible. ―Si, se ha ido para siempre,
convertido en cenizas, y ya no puede mantenernos separados. Nadie puede.‖
―Pero tu venganza no esta completa,‖ dijo ella, mirando en sus extraños ojos. Ahora el era un
hombre completo, tan fuerte, y ella no podía dejar de mirar su belleza, que siempre la dejaba
mareada y débil de amor por el.
―Ya no importa, Estar lejos de ti es un precio demasiado alto para la venganza. Incluso las pocas
noches que pasamos separados fueron como un infierno que no puedo volver a vivir. Desde este
día en adelante, tu serás mía, mi compañera, y viviremos en un lugar donde ellos no se atrevan
a venir‖.
36
The Wolfen Lover
―Mi madre no es poderosa,‖ dijo Laina. ―Y Byron tiene miedo. Él sabe de lo que soy capaz.
Cuando no regrese el rey, el clan sufrirá, y habrá luchas de poderes, e internas. El clan no lo
resistirá. El terror se esparcirá. Vamos a estar a salvo. . . por ahora.‖
―Encontraremos un lugar nuevo, el hogar perfecto, y pintaras tus cuadros sobre las paredes. Nos
recostaremos frente al fuego, y estaremos juntos para siempre. El creador nos ha bendecido, y
ahora tengo más poderes. Realmente puedo protegerte sin fallar como antes.‖
―Tú nunca me has fallado. Cuando estuve lejos de ti, apenas si pude sobrevivir. Y después tu
viniste. . . viniste por mí.‖ ―Eres mi compañera. Nunca más dejare que alguien te dañe o te
obligue a hacer su voluntad. Lo juro.‖ Laina rió suavemente y extendió sus brazos hacia él.
El sol estaba brillando, calentando su sencillo refugio, y los ojos de ella era aun más calido. ―Te
amo. Mi amante Wolfen. Te amare por siempre. A través de los velos de los mundos, a través de
lo que sea.‖
―Y yo te amo a ti, mi amor. Mi ángel. . . sin importar lo que seas. Te acepto, y te amo por eso.‖
El corazón de Laina se aligero mientras siguieron con su viaje. No había nada mas que ella
pudiera desear, que caminar a su lado. De día, descansó con él y le hizo el amor. De noche.
Caminó por la tierra con él, cada vez más cerca de la libertad. Laina se sintió muy feliz mientras
el Gran Bosque se convertía solo en un recuerdo. Ellos encontraron un nuevo lugar donde
podían estar a salvo. La nueva cueva era un santuario, cerca de otra villa, y ahora ella ya no
tenía miedo de nada. Sabía que su amor era un escudo, bendecido por el Creador. Nadie podría
hacerles daño nunca más.
*
*
*
*
*
Fin
37
The Wolfen Lover
Datos de la Autora Tessa

Lane
Tessa Lane se dedica a escribir los mejores y más calientes relatos
eróticos para los lectores de hoy.
Le gusta jugar y tocar a Mozart y Bach en el piano, así como el vino

tinto, los perfumes franceses, y las grandes obras de la literatura.
Visita esta autora en:
Su Blog tessalaneerotica.blogspot.com/
En su Facebook http://www.facebook.com/people/Tessa-Lane/899120596
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38
The Wolfen Lover -Tesa Lane Blog Nocturnal Butterfly
Traduccion terminada en el
Blog
Nocturnal Butterfly
Te invitamos a estar pendiente de nuestras nuevas

producciones, o si deseas unirte a nosotr@s
Visítanos:
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Tessa Lane Blog Nocturnal Butterfly

Traduccion terminada en el Blog

A medida que su relación se profundiza y crece, Michael comienza a preguntarse:

¿Sera realmente la venganza lo que él quiere o es a Laina?

Michael se movía nerviosamente mientras dormía. Él se retorcía en la oscura caverna donde

Michael se sentó en su camastro mientras el amanecer se acercaba. La caverna ahora estaba

Michael se sentó, sintiendo el dolor retroceder. La transformación ya había terminado, al menos

Laina se sentó en su habitación bosquejando la imagen de una criatura Wolfen. Se le había

Soy un vampiro, se dijo, se acercó a su ventana, observando a la gente caminar, lejos de su

Él es tan grande y hermoso, pensó, acercándose a su cuerpo. Si se despertaba, iba a atacarla,

"¿Quién eres?", le susurró.

"Es sólo una niña", dijo Melissande en protesta.

Melissande se puso de pie y caminó por la habitación, su pensamiento se remontaba a la noche,

Sabía que Melissande se enojaría si él destruía a su hija, pero a él no le importaba. Esperaría

"¿Qué debo hacer cuando la encuentre? No puedo matarla? "

Pero ella no podía convencerse de ello. Era demasiado doloroso de soportar.

La besó despacio, sensualmente, con las manos sobre su cuerpo errante.

Sus ojos eran soñadores cuando ella se acercó a él.

“No debemos fallar en esto” les dijo con gravedad.

adormilando en las emociones hasta ponerse triste.

temeroso al caer la noche.

Laina no se había alimentado bien últimamente. Su corazón estaba pendiente de la caza, y no

Michael se agitó en su improvisada cama y se obligó a levantarse; se había quedado dormido a

―La amo‖ susurró Michael y la cara de la camarera simplemente se cayó

―Debes apresurarte‖, dijo, y ella lo miró cautelosamente, el se preguntó si había visto su

Y luego cayó al piso de madera, golpeando su cabeza dolorosamente, lo había embrujado y no

Datos de la Autora Tessa

Le gusta jugar y tocar a Mozart y Bach en el piano, así como el vino

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