Está en la página 1de 17

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/326188388

El miembro no humano de la familia. Las mascotas a través del ciclo vital


familiar.

Article · February 2015

CITATIONS READS

8 1,080

1 author:

Marcos Díaz Videla


University of Flores (U of F)
22 PUBLICATIONS   47 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

¿Qué es una mascota? Objetos y miembros de la familia View project

Intervenciones con caballos View project

All content following this page was uploaded by Marcos Díaz Videla on 04 July 2018.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


El miembro no humano de la familia:
las mascotas a través del ciclo vital familiar
The non-human member of the family: Pets through the family
life cycle

Marcos Díaz Videla


Licenciado en Psicología, miembro del Laboratorio de Investigación de Ciencias del
Comportamiento de la Escuela Sistémica Argentina, Buenos Aires
antrozoologia@gmail.com

RESUMEN
El reconocimiento de las mascotas como miembros de la familia posibilita una nueva dimensión
en el estudio de esta. La incorporación de un animal a la familia supone tanto una adecuación
del animal a las reglas preexistentes como una reestructuración del antiguo sistema familiar para
permitir la incorporación. En este proceso, el animal de compañía desempeña un rol activo. Las
demandas funcionales que organizan el modo en que los miembros de la familia interactúan
también incluyen a las mascotas, las cuales pueden desempeñar importantes roles en la configu-
ración familiar. Estos roles evolucionan para adaptarse a los cambios y necesidades de la familia,
a medida que esta avanza a través del ciclo vital. Aunque las funciones desempeñadas por los
animales de compañía pueden superponerse a las desempeñadas por los miembros humanos
de la familia, también se les reconocen a las mascotas funciones específicas y distintivas, cuya
consideración puede enriquecer el trabajo con familias.
Palabras clave: animal de compañía, ciclo vital familiar, familia, interacción hu-
mano-animal, mascota.

Recibido: 27 de septiembre del 2014. Aprobado: 23 de febrero del 2015

Cómo citar este artículo: Díaz Videla, M. (2015). El miembro no humano de la familia: las mascotas a
través del ciclo vital familiar. Revista Ciencia Animal, (9), 83-98.

rev. cienc. anim. | Bogotá- Colombia | n.º 9 | pp. 83-98 | 2015 | issn 2011-513X 83
M ar c o s D íaz V i d e la

ABSTRACT
84 The recognition of pets as family members opens a new dimension in the study of the family.
The incorporation of an animal to the family is both an adaptation of the animal to existing
rules and a restructuring of the old family system to allow this incorporation. In this process,
the animal of company plays an active role. The functional demands that organize the way in
which family members interact also include pets, which may play important roles in the family
formation. These roles evolve to adapt to the changes and needs of the family as this proceeds
through the life cycle. Although the roles played by animals of company may overlap those
performed by the human members of the family, pets are also recognized to have specific and
distinctive features, the consideration of which can enrich the work with families.
Keywords: Animal of company, family life cycle, family, human-animal interac-
tion, pet.

Una nueva dimensión el de ciclo vital familiar, que constituye


en el estudio de la familia un instrumento gráfico que amplía el ge-
nograma, incluyendo etapas de la vida fa-
En las últimas décadas emergió una nue- miliar y las relaciones entre los miembros
va dimensión del estudio de las familias, de la familia y entre la familia y su con-
en cuanto un viejo miembro fue recien- texto (Simon, Stierlin y Wynne, 1988).
temente reconocido. El miembro es la La dinámica familiar puede entenderse
mascota familiar y la dimensión es la como un intento de dar respuesta a las
relación humano-animal de compañía demandas propias de cada etapa, en
(Schvaneveldt, Young, Schvaneveldt y torno a las cuales los miembros de la
Kivett, 2001). Los terapeutas familiares familia asumen diferentes roles (Gimeno
han sido de los primeros en reconocer Collado, 1999), los que se configuran
el rol significativo de las mascotas como a partir de comportamientos que son
miembros de las familias, con el propósi- asumidos por las demandas de los otros
to de conceptualizar la familia como un (Merton, 1957).
todo (Cain, 1985); sin embargo, en la
formación y en la práctica de la terapia La relevancia de entender el rol de las
familiar se ha prestado escasa atención mascotas en los distintos estadios del ciclo
a los vínculos entre humanos y animales familiar está dada en principio por el sig-
(Walsh, 2009b). nificado simbólico que la gente enlaza a
estos animales (Schvaneveldt et al., 2001),
Un concepto que ha recibido gran consi- los cuales resultan cada vez más impor-
deración por los terapeutas de familia es tantes en la vida familiar (Walsh, 2009b).

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

El sistema familiar más que tiendo intimidad y proximidad con sus


humano cuidadores, y recibiendo un trato espe- 85
cial de cariño, cuidados y atención que
La familia puede ser entendida como un garantizan su estado de salud (Bovisio,
complejo de elementos interactuantes. Fracuelli et al., 2004; Savishinsky, 1985).
Interacción implica que elementos (p)
están en relación (R), de modo que el La mayor parte de las personas conside-
comportamiento de un elemento p en ran a sus animales de compañía como
R difiere de su comportamiento en otra miembros de sus familias (Albert y Bul-
relación (R’); si los comportamientos en croft, 1988; Cain, 1985; Faver y Caba-
R y R’ no difieren, no hay interacción zos, 2008). El estatuto de familia de los
(Bertalanffy, 1989). Es decir, que desde animales de compañía es confirmado
este enfoque sistémico, la familia puede por la clase de cosas que la gente hace
definirse como un sistema relacional con sus animales de compañía (Serpell y
que supera y articula entre sí los com- Paul, 2011). Por ejemplo, en la Ciudad de
ponentes individuales. La familia resulta Buenos Aires se encontró que entre las
un sistema reglado en el que cada parte actividades cotidianas que 407 dueños
tiene su importancia en el funcionamien- compartían con sus animales de compa-
to. Las funciones que desempaña cada ñía: 99 % les hablaba, 98 % jugaba con
una producen un acople estructural del ellos, 60,4 % les hacía regalos, 89,9 % los
que deviene la funcionalidad del sistema fotografiaba y 53,1 % les permitía dor-
(Ceberio, 2006). mir en su cama (Bovisio, Fracuelli et al.,
2004).
El sistema emocional familiar a veces
“puede incluir sólo a un pequeño gru- La incorporación de un nuevo miembro
po de los más implicados miembros de a la familia implica que debe adaptarse
la familia. En otras ocasiones la fusión a las reglas, así como el antiguo sistema
activa puede incluir miembros de la fa- debe modificarse para incluir al nuevo
milia extensa e inclusive no familiares y miembro (Minuchin, 1977). En este sen-
mascotas” (Bowen, 1978 [1993], p. 123). tido, Power (2008) investigó el modo en
En la mayoría de las culturas modernas que los perros logran incorporarse a las
las mascotas se han convertido en una familias humanas, y planteó la noción
característica siempre presente en la vida de una familia humano-perro, o familia
familiar (Serpell y Paul, 2011). La masco- más que humana. Esta se sostiene en una
ta o animal de compañía se define como doble tendencia: a) de adecuación de los
aquel que se encuentra bajo control hu- perros hacia las expectativas humanas
mano, vinculado a un hogar, compar- de comportamientos apropiados para

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

la familia y el hogar; y b) de la familia de sus miembros. La repetición de las


86 ampliada por los esfuerzos de los parti- transacciones establecería pautas acerca
cipantes para incluir a los perros como de cómo, cuándo y con quién relacionar-
perros en las rutinas y prácticas diarias, se. La estructura familiar resulta entonces
sumado al carácter único y la agencia de un concepto clave para entender los ro-
los perros como organizadores activos les que las mascotas desempeñan en las
de la forma de la familia en el día a día. familias (Albert y Bulcroft, 1988).
Es decir, la incorporación de estas mas-
cotas implicaba tanto que estas debían La teoría de los roles (Merton, 1957)
adaptarse como que el antiguo sistema explica que los individuos asumen com-
se veía modificado. portamientos particulares basados en las
expectativas de otros. En el caso de las
La personas no solo permiten a estos ani- mascotas, sus propietarios les asignarían
males no humanos residir en sus hoga- un conjunto de roles específicos y desa-
res y se refieren a ellos como miembros rrollarían expectativas para que estas lle-
de su familia, sino que además buscan ven a cabo ciertos comportamientos ba-
activamente mantener esta relación y sados en el rol esperado (Turner, 2005).
realizan considerables esfuerzos emo- En tanto la familia muestra un desarrollo
cionales y financieros para mantenerla desplazándose a través de un cierto nú-
(Serpell, 1996). La química que enlaza a mero de etapas que exigen una reestruc-
la gente con sus mascotas crea un apego turación para poder seguir funcionando
emocional que ayuda a explicar por qué (Minuchin, 1977), el rol de las mascotas
las mascotas significan tanto para tanta cambia y evoluciona para adaptarse a los
gente, y da legalidad al modo en que han cambios de la familia y sus necesidades
llegado a ser consideradas como miem- (Turner, 2005). El ciclo de vida familiar
bros de la familia (Sable, 2013). ha sido subdividido por diferentes auto-
res entre cuatro y veinticuatro etapas, y
El rol de las mascotas a través si bien no hay un acuerdo sobre la can-
del ciclo vital familiar tidad de etapas que deben reconocerse,
estas etapas se han recomendado como
Minuchin (1977) define la estructura un enfoque de las tipologías de la familia
familiar como el conjunto invisible de (Simon et al., 1988).1
demandas funcionales que organizan las
formas en que interactúan sus miembros. 1 Para este artículo se utilizará la clasificación
Así, la familia es conceptualizada como de etapas realizada por Carter y McGoldrick (2005)
y se dividirá la tercera etapa (i. e. “familia con hijos
un sistema que opera a través de pautas pequeños”) de acuerdo con la clasificación de Duvall
transaccionales que regulan la conducta y Miller (1985) en función de la escolarización de los

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

Adulto joven solo y dinero de la gente, así como para ob-


tener el número de teléfono de mujeres 87
El animal puede llenar necesidades de jóvenes. La tenencia de mascotas pue-
compañía y tomar un rol con similitudes de ser pensada así como una potencial
a un humano como compañero de cuar- forma de advertir a otras personas que
to o mejor amigo. Es alguien con quien uno es capaz de cuidar y hacerse cargo
los adultos jóvenes pueden pasar tiempo de alguien dependiente, elevando así su
y alguien que los recibe en la puerta con estatus social y quizás aumentando sus
amor incondicional. Así, puede ayudar a posibilidades de ser elegido como pareja
aliviar la soledad que los adultos jóvenes (Serpell y Paul, 2011).
podrían estar experimentando, a la vez
que puede convertirse en confidente con Pareja de recién casados sin hijos
quien compartir ideas durante el proceso
de toma de decisiones que signa una de Los adultos jóvenes frecuentemente eli-
las más importantes tareas de esta etapa gen criar mascotas antes que tener hijos
(Turner, 2005). A su vez, las mascotas o en lugar de ellos, desarrollando así
ejercen una función socializadora. capacidades para ofrecer cuidados nu-
tricios y afecto, poner límites y ocuparse
Desde sus inicios, la investigación huma- de otro ser vivo (Walsh, 2009b). El apego
no-animal demostró que la gente tiende a las mascotas durante este momento es
a ser percibida más positivamente cuan- particularmente alto (Albert y Bulcroft,
do está acompañada por una mascota 1988), lo cual muy probablemente se
que cuando está sola (Serpell, 1996). Así, deba al rol que los animales están asu-
por ejemplo, Robins, Sanders y Cahill miendo durante este estadio. La mascota
(1991) reportaron que los perros ex- en esta situación asume el rol de hijo.
ponían a las personas a encuentros con Muchos dueños de mascotas se refie-
extraños en lugares públicos y facilitaban ren a estas como sus hijos. Las mujeres
el establecimiento de confianza entre tienen aún mayor tendencia a esto, por
ellos. Más recientemente, Guéguen y cuanto son más propensas a desarrollar
Ciccotti (2008) encontraron que un ex- un rol maternal con sus mascotas (Tur-
perimentador acompañado de su perro ner, 2005). Los animales proveen a sus
resultaba más exitoso para recibir ayuda propietarios la sensación de ser necesi-
tados, de modo similar a como los niños
necesitan a sus padres, y esto contribuye
niños (i. e. “familia con hijos preescolares” y “familia a que las mascotas adopten el rol de hijo
con hijos en edad escolar”), esto a partir de los datos
sobre diferencias en adquisición de mascotas como
(Sable, 1995).
en relación con el apego.

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

Las mascotas ejercen también una fun- a lo largo de los estadios intermedios
88 ción de apoyo emocional hacia los miem- de la familia, hasta la etapa en que los
bros de la pareja. Un estudio encontró la hijos comienzan a abandonar el hogar
presencia de una mascota más efectiva (Albert y Bulcroft, 1988). A medida que
que la de un cónyuge para disminuir los los niños humanos crecen, las mascotas
efectos cardiovasculares del estrés (Allen, podrían volver a tomar la forma de niños
Blascovich y Mendes, 2002). (Shir-Vertesh, 2012).

Familia con hijos pequeños Sin embargo, aunque el apego de los


adultos es menor y los roles del animal
Las mascotas ya no son necesarias como cambian, la importancia de las mascotas
sustitutos de hijos y los padres cuentan en las familias no disminuye. Los niños
con menos tiempo para pasar con sus comienzan a formar relaciones con los
mascotas en función de las demandas animales de compañía. Estos pueden
de los niños pequeños. Debido a estos ser muy importantes en la vida de los
cambios en la estructura familiar, durante niños, porque las mascotas comúnmente
este periodo el apego de los adultos a sus asumen un rol de par para estos (Turner,
mascotas disminuye (Albert y Bulcroft, 2005), y los niños de familias monopa-
1988). Una de las tareas más importan- rentales tienden a desarrollar relaciones
tes del estadio implica realizar ajustes más cercanas con sus mascotas, en com-
para hacer lugar para los niños (Carter paración con niños de familias biparen-
y McGoldrick, 2005). Los hogares con tales (Brodsworth y Coleman, 2001).
niños han sido identificados como los de
mayor riesgo de abandono de la mascota Familia con hijos en edad
familiar, comparados con aquellos ho- escolar
gares donde no hay niños (Kidd, Kidd y
George, 1992). Este es el periodo de mayor adquisi-
ción de mascotas, y es posible que ello
Este periodo tiene menor rango de ad- se deba al punto de vista ampliamente
quisición de mascotas que el periodo con distribuido de que las mascotas son im-
niños en edad escolar, y el bajo rango de portantes en la vida de los niños (Albert
tenencia de animales entre familias con y Bulcroft, 1988). Para los niños en edad
niños pequeños podría deberse a una escolar las mascotas no solo los pro-
incompatibilidad entre la tenencia de veen de afecto, sino que además facilitan
mascotas con las necesidades familiares aprendizajes relacionados con biología,
en esta etapa del ciclo vital familiar. El así como también con la adquisición de
apego bajo en los adultos se extendería responsabilidades (Schvaneveldt et al.,

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

2001). La mascota puede convertirse en (Friedmann, Katcher, Thomas, Lynch y


el hermano menor al cual el niño cuida Messent, 1983). 89
(Turner, 2005). Se ha encontrado una
asociación significativa entre el vínculo La pérdida de un animal de compañía
establecido por los niños con sus anima- puede ser un evento traumático para los
les y sus puntajes en escalas de compe- niños. Sin embargo, el trato apropiado de
tencia social y empatía (Poresky y Hen- la temática ligada a la muerte por parte
drix, 1990). El nexo establecido por estos de los padres y profesionales puede re-
niños con sus animales de compañía se sultar en una experiencia de aprendizaje
relacionó también con el desarrollo de (Turner, 2005). La tenencia de mascotas
su identidad: la disposición de un adulto puede preparar a los niños para expe-
a tener una mascota y el tipo de mas- riencias posteriores de la vida, desde el
cota están fuertemente asociados con embarazo, el nacimiento y la crianza de
su historia en relación con la tenencia los hijos, enfermedades y muerte de un
de mascotas durante su edad escolar ser querido (Cain, 1985; Walsh, 2009b).
(Schvaneveldt et al., 2001). Los adultos
jóvenes universitarios que habían tenido Familia con hijos adolescentes
mascotas durante su infancia mostraron
en una investigación que eran más em- La amistad es la función central de la
páticos, tenían mayor propensión a ele- interacción de la mascota con los adoles-
gir carreras ligadas a la ayuda y estaban centes. La importancia de las mascotas
más orientados hacia valores sociales se manifiesta en términos de diversión,
que aquellos que no habían tenido mas- compañía, promoción de redes sociales
cota durante su infancia (Vizek-Vidovic, y manifestación afectiva (Schvaneveldt
Arambasic, Kerestes, Kuterovac-Jagodic et al., 2001). Generalmente, los adoles-
y Vlahovic-Stetic, 2001). centes indican recibir de esta relación
amistad/amor/diversión, conocimiento
Entre las motivaciones para la tenencia sobre los animales y aprendizaje sobre
de mascotas en estas familias se destacan responsabilidades (Convert, Whiren,
el contacto, la comunicación y la com- Keith y Nelson, 1985). A su vez, mientras
pañía (Schvaneveldt et al., 2001). La sola los adolescentes intentan alejarse de sus
presencia de un animal amigable eviden- padres pueden experimentar sentimien-
ció tener efectos en la presión sanguínea tos de soledad y sentirse incomprendidos
y la frecuencia cardiaca de niños mien- (Turner, 2005).
tras descansaban, así como se asoció a
una menor respuesta cardiovascular al Las mascotas pueden brindar amor in-
realizar una tarea estresante de lectura condicional y continuidad en el tiempo

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

cuando los adolescentes necesitan amor Una tarea vital del estadio se encuentra
90 y apoyo. Estos pueden hablar con sus en relación con los abuelos. La genera-
mascotas y confiarles sus sentimientos ción más vieja evidencia sus debilidades,
con mayor facilidad que a otras perso- lo cual demanda un cambio hacia el
nas (Schvaneveldt et al., 2001). Así, la cuidado de estos (Carter y McGoldrick,
mascota familiar en esta etapa puede 2005). Al enfrentar el deterioro de los
tomar un rol importante como confi- padres, y eventualmente su muerte, los
dente del adolescente mientras alivia sus adultos pueden encontrar reconfortante
sentimientos de soledad (Turner, 2005); el acercamiento hacia sus animales de
por eso resulta frecuente que los ado- compañía para disminuir el estrés al que
lescentes recurran a sus mascotas para están sometidos y recibir apoyo para
reducir el estrés (Convert et al., 1985). elaborar las pérdidas (Cain, 1985; Sable,
El amor incondicional que las mascotas 2013). Las mascotas tienden a reducir
brindan puede verse como una forma el sentimiento de soledad, a la vez que
de aceptación que el adolescente puede promueven sentimientos de bienestar y
necesitar intensamente en el momento autoestima de estos adultos, quienes ca-
de su desarrollo en el que experimenta lifican e interactúan con sus mascotas co-
incertidumbre acerca de su propia iden- mo amigos y como completos miembros
tidad (Turner, 2005). En el estudio con de la familia (Schvaneveldt et al., 2001).
adolescentes de Convert et al. (1985)
quienes tenían mascotas mostraron ma- Despegue de los hijos y seguir
yor autoestima; especialmente quienes adelante
tenían perros. También el 59,5 % in-
dicó haberse visto muy afectado por Durante este estadio es necesario el de-
la incorporación o la pérdida de una sarrollo de una relación de adulto a adul-
mascota. to entre los hijos crecidos y sus padres
(Carter y McGoldrick, 2005). Para las
Las familias deben incrementar la flexibi- mujeres con dificultades a ajustarse a la
lidad de sus límites para permitir la inde- pérdida del rol de cuidadoras, los anima-
pendencia de los hijos (Carter y McGol- les proveen una oportunidad de ocupar-
drick, 2005), y mientras los adolescentes se y cuidar a alguien más, haciéndolas
buscan más autonomía también reciben sentir necesitadas y dándoles un sentido
más responsabilidades, por lo que se les de propósito (Turner, 2005).
asignan más tareas en el hogar; una tarea
común para los adolescentes es ocupar- Para muchos padres cuyos hijos se están
se de la mascota de la familia (Turner, yendo de la casa volcarse a la mascota
2005). o adquirir una nueva para llenar un va-

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

cío es una reacción predecible (Walsh, nandorena et al. (2013), los participantes
2009b). El apego a las mascotas durante refirieron que sus animales los motiva- 91
este periodo es particularmente alto, po- ban a cuidarse más, a realizar actividad
siblemente porque estas pueden funcio- física y que mejoraban su calidad de vida.
nar como sustitutos de los miembros de De este modo, no resulta sorprendente
la familia que han dejado el hogar (Al- que otro estudio asociara la tenencia de
bert y Bulcroft, 1988). Esta etapa implica mascotas con una menor cantidad de
una renegociación del sistema marital consultas médicas en personas mayores
como una díada (Carter y McGoldrick, (Siegel, 1990). La tenencia de mascotas
2005) y el animal de compañía puede se relacionó también con una menor
ser parte de la configuración de triangu- presión sanguínea en adultos mayores hi-
laciones para lidiar con estados emocio- pertensos al realizar una tarea estresante
nales intensos (Cain, 1985). (Friedmann, Thomas, Cook, Tsai y Picot,
2007), así como a niveles más bajos de
Familia en la vida posterior colesterol y triglicéridos (Anderson, Reid
y Jennings, 1992).
En este estadio los adultos mayores de-
ben mantenerse en funcionamiento y La interacción de los adultos mayores
mantener sus intereses mientras enfren- con sus mascotas promueve en ellos
tan un declinar fisiológico: explorando sentimientos de satisfacción con la vida,
nuevas opciones de rol familiar y social reduciendo la desesperanza, sirviendo
(Carter y McGoldrick, 2005). Se ha plan- como pilares emocionales y sociales. A
teado que los animales de compañía su vez, los ayuda a hacer frente a sen-
afectivos constituyen una distracción timientos de despersonalización en el
y un vehículo de expresión de afecto mundo moderno, orientado a los medios
principalmente para los ancianos (Hu- de comunicación, y reduce el aislamiento
gues Hernandorena et al., 2013), resul- y la soledad (Schvaneveldt et al., 2001).
tando especialmente importantes para el
biene­star en esta etapa de la vida (Walsh, Si no hay animales de compañía en el
2009a). hogar durante este estadio, las familias
pueden mostrarse renuentes a traer una
Para los adultos mayores los animales de nueva mascota, a pesar de que diversas
compañía funcionan como compañeros investigaciones destacan los beneficios
que reducen la depresión, la soledad a la salud para personas mayores que
y el aislamiento, y aportan beneficios tienen mascotas. Estas últimas pueden
a su salud física (Turner, 2005). En la estar preocupadas por quién cuidaría a
investigación realizada por Hugues Her- sus mascotas en caso de que ellas enfer-

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

men o mueran. También pueden estar variables sistémicas en el estudio de las


92 evitando el displacer ligado a la pérdida interacciones de los animales de compa-
de la mascota, luego de haber expe- ñía y sus familias; un concepto que ha
rimentado diversas pérdidas para ese sido desarrollado en este sentido es el
momento de la vida (Turner, 2005). Sin de ‘triángulo’. Bowen define el triángulo,
embargo, las relaciones con los animales en tanto configuración de tres personas,
de compañía son más pronunciadas en como “el sistema relacional estable más
adultos mayores viudos, divorciados, que pequeño. Un sistema de dos personas
tienen problemas de salud o que viven puede ser estable mientras esté calmo,
en situaciones de aislamiento (Schvane- pero cuando la ansiedad se incrementa,
veldt et al., 2001). inmediatamente involucra a otra per-
sona vulnerable para crear el triángulo”
Desde un marco terapéutico e institu- (Bowen, 1976, p. 76).
cional, la sola presencia de un perro
se relacionó con un incremento de la Para Cain (1985) los triángulos son una
socialización entre hombres mayores manera patrón para lidiar con estados
residentes de un geriátrico (Fick, 1993); emocionales intensos, y se conforman
así como también se evidenció una dis- por tres personas, o por dos personas y
minución en los comportamientos de una cuestión, o bien una mascota. En su
agitación en personas institucionalizadas investigación el 44 % de los participantes
con diagnóstico de Alzheimer (Churchill, indicó que su mascota a veces quedaba
Safaoui, McCabe y Baun, 1999; Fritz, implicada en triangulaciones, mientras
Farver, Kass y Hart, 1995). que el 8 % indicó que siempre lo hacía.
Los ejemplos implicaban: 1) situaciones
Las mascotas en las dinámicas donde las mascotas intentaban dete-
relacionales de la familia ner peleas buscando atraer la atención
y su entorno de las parejas, 2) situaciones donde las
mascotas desviaban la crisis a partir de
La incorporación de una nueva mascota comportamientos que permitían libe-
en el hogar probablemente modifique rar la tensión, 3) situaciones donde un
la dinámica relacional entre todos los miembro de la familia le gritaba o expre-
implicados en este (Cavanaugh, Leonard saba su enojo o tensión con el animal, en
y Scammon, 2008). Aunque los efectos vez de con otro miembro de la familia,
de la tenencia de mascotas han sido 4) situaciones donde las mascotas hacían
destacados en un plano individual, más algo ‘tierno’ y las personas olvidaban que
que en un plano familiar (Convert et al., estaban enojadas, 5) situaciones don-
1985), algunos autores han considerado de las mascotas se acercaban durante

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

momentos de tensión y buscaban ser enredadas en la compleja reorganización


acariciadas, actuando como liberadores relacional asociada a la formación de 93
de frustración y ayudando a enfriar discu- familias ensambladas (Walsh, 2009b).2
siones, y 6) situaciones donde al percibir
que algo no estaba yendo bien las mas- Otra área que ha recibido atención es
cotas hacían algo tonto, provocando risa la pérdida del animal de compañía. La
en los miembros de la familia, ayudando muerte de la mascota puede ocurrir en
de este modo a las personas a recuperar cualquier estadio del ciclo vital y las nece-
la sensación de equilibrio y controlar así sidades de la familia pueden ser muy di-
sus sentimientos. ferentes, dependiendo del rol que el ani­
mal desempeñaba en la familia (Turner,
Los animales de compañía están fina- 2005). Frente a la muerte del animal de
mente sintonizados con el clima emo- compañía sus propietarios pueden mani-
cional de la familia y son muy sensibles festar gran estrés y desconcierto, en tanto
a los estados emocionales intensos de sus en su necesidad de expresar el duelo no
miembros. De un modo similar a como reciba suficiente apoyo de su red social
sucede con los niños, muchas veces las (Schvaneveldt et al., 2001). Además el
mascotas quedan trianguladas en ten- duelo por la pérdida de la mascota pue-
siones relacionales, y esto sucede con de agravarse por otras pérdidas, dando
mayor frecuencia cuando se trata de lugar a un efecto acumulativo. A su vez,
conflictos entre cónyuges. A través de cuando el animal de compañía ha ayuda-
las mascotas pueden expresarse senti- do durante periodos complejos —como
mientos de celos, rabia, control, culpa y enfermedades, divorcios o mudanzas—
temor; a la vez que las mascotas también perderla puede reactivar las pérdidas
pueden mostrar celos cuando las parejas pasadas. De un modo similar, cuando la
o miembros de la familia se abrazan o mascota ha tenido una función crucial en
besan (Walsh, 2009b). las dinámicas de una pareja o familia, su

Si bien los animales de compañía ayudan


a las familias a superar crisis o periodos 2 Se han descrito casos en los cuales las mas-
de transición, al disminuir el estrés (Allen, cotas presentaban alteraciones emocionales y conduc-
tuales que eran interpretadas como resonancias de
1995; Cain, 1985; Sable, 2013), durante una crisis o estrés prolongado en el sistema familiar,
el divorcio algunas parejas pelean por la como problemas financieros, enfermedad o muerte
de un ser querido. Sin embargo, esto no habilita a
custodia y visitas a las mascotas, lo cual suponer que todo problema que involucra a una
da lugar a diversos triángulos que reflejan mascota indica necesariamente disfunción de pareja
o familia, o que los síntomas del animal de compañía
los patrones de interacción de la familia. cumplen una función en el sistema familiar (Walsh,
Las mascotas también pueden quedar 2009b).

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

pérdida puede desestabilizar el sistema tuir la ausencia de un apego humano,


94 relacional (Walsh, 2009b). generalmente expanden las relaciones
y contactos sociales; mientras a su vez
Carter y McGoldrick (2005) destacaron disminuyen el estrés durante los periodos
que por generaciones las mujeres fueron de transición complejos, como divorcios
las encargadas de realizar el trabajo no o duelo (Sable, 2013). De hecho, existe
remunerado de mantener a sus familias abundante evidencia científica que aso-
conectadas con la comunidad, y que al cia la tenencia de mascotas a beneficios
haberse unido al mercado laboral, en físicos, sociales y psicológicos en las per-
muchos casos por necesidad económica, sonas vinculadas a estas (Wells, 2009).
esta función habría quedado vacante. Las
mascotas podrían estar cumpliendo en Las mascotas parecen ocupar un lugar
parte este rol, por cuanto su tenencia ha con superposiciones aunque diferente
sido asociada positivamente con interac- de los humanos en la familia, pudien-
ciones sociales, intercambios de favores, do satisfacer algunas necesidades que
compromiso cívico, percepciones amis- los vínculos humanos satisfacen, pero
tosas del vecindario y sentido de comuni- también ofreciendo beneficios, a través
dad (Wodd, Giles-Corti, Bulsara y Bosch, de su consistencia y presencia sin juicios
2007). Más particularmente, los perros que los humanos no pueden proveer
han sido considerados facilitadores para (Cohen, 2002). Las mascotas frecuente-
la creación de redes sociales, permitien- mente son consideradas como miembros
do a extraños establecer conversaciones, ideales de las familias y se cree que tie-
compartir actividades ligadas a los paseos nen pocas debilidades y demandas hacia
del animal y, quizá, hacer amigos (Char- los actores humanos. Así, la tenencia de
les y Davies, 2008). mascotas puede ser considerada como
altamente rentable y con costos interac-
Discusión tivos y emocionales relativamente bajos
(Schvaneveldt et al., 2001).
Albert y Bulcroft (1988) encontraron un
elevado nivel de apego hacia el animal Aun las personas que piensan en sus
de compañía en divorciados, personas perros como sus hijos saben que esto no
que viven solas, viudos, parejas sin hi- es literalmente así; en parte, están identi-
jos, recién casados y nido vacío. Los ficando a sus mascotas como miembros
autores concluyeron que las mascotas de su familia por el modo en que estas se
pueden resultar sustitutos emocionales comportan en el hogar (Cohen, 2002).
para miembros como hijos y esposos. Si Definiciones como la de familia más que
bien las mascotas pueden a veces susti- humana desafían las descripciones más

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

clásicas de perros como sustitutos de reglas y prácticas de la vida familiar, y sus


niños; las descripciones de las personas funciones; estas serán parte del acople 95
de mascotas como niños se basarían en estructural del que devendrá la funcio-
el cuidado más que en esfuerzos por nalidad —y quizá también la disfunciona-
confinar a los animales a roles específi- lidad— del sistema familiar.
cos similares a los de los niños (Power,
2008). Además, si bien las mascotas se Incorporar a las mascotas en nuestras
deben adaptar a una historia familiar que evaluaciones e intervenciones sistémicas
funciona previamente, estas también se puede permitirnos considerar nuevos
forjan su rol en la familia (Schvaneveldt recursos y posibilidades que enriquez-
et al., 2001). can nuestro trabajo con las familias. Así
también, considerar a los integrantes
En la investigación de Power (2008), no humanos en el estudio del sistema
la noción de familia con la que los par- familiar puede permitirnos una concep-
ticipantes humanos y sus animales de tualización más compleja de la totalidad
compañía se relacionaban describía una del sistema.
relación cercana, construida a través de
la cohabitación del hogar familiar, sos- Referencias
tenida por reglas y rutinas que tanto las
personas como sus perros delineaban. Albert, A. y Bulcroft, K. (1988). Pets, fami-
Así, la pertenencia a la familia no es lies, and the life course. Journal of Marria-
definitivamente dependiente del estado ge & Family, 50 (2), 543-552.
humano, o de similitud con las personas, Allen, K. (1995). Coping with life changes
sino que más bien se forja a través de and transitions: The role of pets. Interac-
interacciones cercanas, cohabitación y tions, 13 (3), 5-8.
compromiso con el otro. Allen, K., Blascovich, J. y Mendes, W. B.
(2002). Cardiovascular reactivity and
Conclusiones the presence of pets, friends, and spou-
ses: the truth about cats and dogs.
Para poder comprender la familia en su Psychosomatic Medicine, 64 (5), 727-739.
totalidad, como un sistema de partes in- Bertalanffy, L. von (1976). Teoría general de
teractuantes, que articula y supera a sus los sistemas. México: Fondo de Cultura
componentes, debemos considerar en Económica.
nuestras evaluaciones el lugar que todos Bodsworth, W. y Coleman, G. J. (2001).
sus integrantes ocupan —considerando la Child-companion animal attachment
inclusión de los animales de compañía— bonds in single and two-parent families.
su participación en el establecimiento Anthrozoos: A Multidisciplinary Journal of

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

the Interactions of People & Animals, 14 Journal of Psychosocial Nursing and Mental
96 (4), 216-223. Health Services, 37 (4), 16-22.
Bovisio, M., Fracuelli, M. C., González, B. B., Cohen, S. P. (2002). Can pets function as
Lencinas, O. E., Mestres, N. A., Varela, family members? Western Journal of Nur-
A. S. y Marcos, E. R. (2004). Caracterís- sing Research, 24 (6), 621-638.
ticas de la convivencia humano-animal en Covert, A. M., Whiren, A. P., Keith, J. y Nel-
la Ciudad de Buenos Aires y su relación con son, C. (1985). Pets, early adolescents,
la prevención de zoonosis (trabajo original, and families. Marriage & Family Review,
Instituto de Zoonosis Luis Pasteur). 8 (3-4), 95-108.
Bowen, M. (1976). Theory in the practice Duvall, E. y Miller, E. (1985) Marriage and
of psychotherapy. Family therapy: Theory Family Development (6a ed.). Nueva York:
and practice, 4, 2-90. Harper & Row.
Bowen, M. (1993). Family therapy in clinical Faver, C. A. y Cavazos, A. M. (2008). Love,
practice. s. l.: Jason Aronson. safety, and companionship: the human-
Cain, A. O. (1985). Pets as family members. animal bond and Latino families. Journal
Marriage & Family Review, 8 (3-4), 5-10. of Family Social Work, 11 (3), 254-271.
Carter, B. y McGoldrick, M. (2005). The ex- Fick, K. M. (1993). The influence of an
panded family life cycle. Individual, family, animal on social interactions of nursing
and social perspectives. Estados Unidos: home residents in a group setting. The
Pearson Education Company. American Journal of Occupational Therapy,
Cavanaugh, L. A., Leonard, H. A. y Scam- 47 (6), 529-534.
mon, D. L. (2008). A tail of two perso- Friedmann, E., Katcher, A. H., Thomas, S.
nalities: How canine companions shape A., Lynch, J. J. y Messent, P. R. (1983).
relationships and well-being. Journal of Social interaction and blood pressure:
Business Research, 61 (5), 469-479. Influence of animal companions. The
Ceberio, M. R. (2006). Viejas y nuevas fami- Journal of Nervous and Mental Disease, 171
lias: La transición hacia nuevas estructuras (8), 461-465.
familiares. Comunicación presentada en Friedmann, E., Thomas, S. A., Cook, L. K.,
el 7º Congreso Virtual de Psiquiatría Tsai, C. C. y Picot, S. J. (2007). A friendly
Interpsiquis. dog as potential moderator of cardio-
Charles, N. y Davies, C. A. (2008). My vascular response to speech in older
family and other animals: pets as kin. hypertensives. Anthrozoos: A Multidisci-
Sociological Research Online, 13 (5), 4. plinary Journal of the Interactions of People
Churchill, M., Safaoui, J., McCabe, B. W. y & Animals, 20 (1), 51-63.
Baun, M. M. (1999). Using a therapy dog Fritz, C. L., Farver, T. B., Kass, P. H. y Hart, L.
to alleviate the agitation and desocializa- A. (1995). Association with companion
tion of people with Alzheimer’s disease. animals and the expression of non-cog-

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


El m i e m b r o n o h u man o d e la fam i lia : las mas c otas a travé s d e l c i c lo vital fam i liar

nitive symptoms in Alzheimer’s patients. Robins, D. M., Sanders, C. R. y Cahill, S.


The Journal of Nervous and Mental Disease, E. (1991). Dogs and their people. Pet- 97
183 (7), 459-463. facilitated interaction in a public setting.
Gimeno Collado, A. (1999). El ciclo de la Journal of Contemporary Ethnography, 20
vida familiar. En La familia: el desafío de (1), 3-25.
la diversidad (Cap. 4). Barcelona: Ariel Sable, P. (1995). Pets, attachment, and well-
Psicología. being across the life cycle. Social Work,
Guéguen, N. y Ciccotti, S. (2008). Domestic 40 (3), 334-341.
dogs as facilitators in social interaction: Sable, P. (2013). The pet connection: an atta-
An evaluation of helping and courtship chment perspective. Clinical Social Work
behaviors. Anthrozoos: A multidisciplinary Journal, 41 (1), 93-99. doi: 10.1007/
Journal of the Interactions of People & Ani- s10615-012-0405-2.
mals, 21 (4), 339-349. Savishinsky, J. (1985). Pets and family rela-
Hugues Hernandorena, B., Álvarez, A., Le- tionships among nursing home residents.
dón, L. Mendoza, M., Castelo, L. y Do- Marriage & Family Review, 8 (3-4), 109-
mínguez, E. (2013). Percepción de los 134.
beneficios de la tenencia de animales Schvaneveldt, P. L., Young, M. H., Schvane-
de compañía en pacientes con enfer- veldt, J. D. y Kivett, V. R. (2001). Inte-
medades cardiovasculares. CorSalud, 6 raction of people and pets in the family
(1), 56-62. setting: A life course perspective. Journal
Kidd, A. H., Kidd, R. M. y George, C. C. of Teaching in Marriage & Family, 1 (2),
(1992). Successful and unsuccessful pet 34-51.
adoptions. Psychological Reports, 70 (2), Serpell, J. A. (1996). In the company of ani-
547-561. mals: A study of human-animal relations-
Merton, R. K. (1957). The role-set: Problems hips. Cambridge University Press.
in sociological theory. British Journal of Serpell, J. A. y Paul, E. S. (1994). Pets and
Sociology, 58 (3), 106-120. the development of positive attitudes to
Minuchin, S. (1977). Familias y terapia fami- animals. En Animals and human society:
liar. Barcelona: Ediciones Juan Granica. Changing perspectives (pp. 127-144): Lon-
Poresky, R. H. y Hendrix, C. (1990). Diffe- dres: Routledge.
rential effects of pet presence and pet- Serpell, J. A. y Paul, E. S. (2011). Pets in the
bonding on young children. Psychological family: An evolutionary perspective. En
Reports, 67 (1), 51-54. The Oxford Handbook of Evolutionary Fa-
Power, E. (2008). Furry families: making a mily Psychology.
human–dog family through home. Social Shir-Vertesh, D. (2012). “Flexible person-
& Cultural Geography, 9 (5), 535-555. hood”: Loving animals as family mem-

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015


M ar c o s D íaz V i d e la

bers in Israel. American Anthropologist, choices in early adulthood. Anthrozoos:


98 114 (3), 420-432. A Multidisciplinary Journal of the Interac-
Siegel, J. M. (1990). Stressful life events tions of People & Animals, 14 (4), 224-231.
and use of physician services among Walsh, F. (2009a). Human-animal bonds I:
the elderly: the moderating role of pet The relational significance of companion
ownership. Journal of Personality and Social animals. Family Process, 48 (4), 462-480.
Psychology, 58 (6), 1081. Walsh, F. (2009b). Human-animal bonds II:
Simon, F. B., Stierlin, H. y Wynne, L. C. The role of pets in family systems and
(1988). Vocabulario de terapia familiar. family therapy. Family Process, 48 (4),
Buenos Aires: Gedisa. 481-499.
Turner, W. G. (2005). The role of compa- Wells, D. L. (2009). The effects of animals
nion animals throughout the family life on human health and well-being. Journal
cycle. Journal of Family Social Work, 9 (4), of Social Issues, 65 (3), 523-543.
11-21. doi: 10.1300/J039v09n04-02. Wood, L. J., Giles-Corti, B., Bulsara, M. K.
Vizek-Vidovic, V., Arambasic, L., Kerestes, y Bosch, D. A. (2007). More than a
G., Kuterovac-Jagodic, G. y Vlahovic- furry companion: The ripple effect of
Stetic, V. (2001). Pet ownership in chil- companion animals on neighborhood
dhood and socio-emotional characte- interactions and sense of community.
ristics, work values and professional Society and Animals, 15 (1), 43.

rev. cienc. anim. | n.º 9 | 2015

View publication stats

También podría gustarte