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Los Sacramentos

T8

Un Estudio de los Sacramentos de la

Perspectiva Reformada

Instituto Bíblico Reformado

por

Esteban De Vries
CONTENIDO

Introducción: Qué son los sacramentos?

I. Los Sacramentos - Una Perspectiva Histórica

A. La Iglesia de los primeros siglos

B. Los sacramentos y la Reforma

C. Nuestra doctrina hoy en día

II. El Bautismo

A. Sus raíces en el Antiguo Testamento

B. La enseñanza del Catecismo de Heidelberg

C. El bautismo y la salvación

D. El bautismo y los niños

E. Cómo se debe bautizar?

III. La Santa Cena

A. Sus raíces en el Antiguo Testamento

B. La Santa Cena en el NT

C. La enseñanza del Catecismo al respecto

D. Tres puntos de vista: Católico, evangélico, reformado

E. Quiénes participan en la santa cena?


Conclusión: Los Sacramentos confirman nuestra fe

Introducción: Qué son los sacramentos?

Qué son los sacramentos? Cuáles son los que practicamos nosotros? Por qué hay
tanta diferencia entre la enseñanza nuestra y la de la iglesia Romana? Estas, y
otras preguntas son las que pretendemos contestar en el estudio que sigue.
Quisiéramos ver el desarrollo histórico de lo que hoy día se llaman los
sacramentos. Estudiándolo de esta perspectiva bíblica/histórica esperamos que el
lector llegue a ver y a apreciar la importancia que estos han tenido y siguen
teniendo para la iglesia de Cristo.

Aunque generalmente pensamos en los sacramentos en el contexto del Nuevo


Testamento, nuestro estudio bíblico nos llevará también al Antiguo Testamento.
Por las relaciones señaladas por Pablo entre la circuncisión con el bautismo y la de
la pascua con la santa cena, nos toca contemplar el significado de estos ritos del
Antiguo Testamento para entender lo que nuestro Señor instituyó para su pueblo
del Nuevo Testamento.

Además del Antiguo Testamento, una gran parte de este estudio tendrá que ver con
la manera en que los sacramentos fueron definidos en el tiempo de la reforma. En
la época de la reforma se fijó lo que nosotros, los evangélicos o protestantes,
confesamos con respecto a ellos hoy en día. Aquí utilizaremos el Catecismo de
Heidelberg como una definición de la posición reformada, y nuestras discusiones
fluirán de lo que se presenta en este catecismo.

Veremos también algunas de las diferencias que había entre los reformadores.
Aunque todos estuvieron de acuerdo en cuanto a cuáles eran los sacramentos
verdaderos, no todos los vieron del mismo punto de vista. Algunas de las
diferencias siguen siendo puntos de contención entre las iglesias protestantes hoy
en día.

Se espera que el lector pueda utilizar toda esta información sobre los sacramentos
para reflexionar en la gracia divina y para ayudar a los demás miembros de la
iglesia a entender cuán importantes son para el sano desarrollo de la misma. Que el
Señor nos ayude y nos guíe!

Pregunta 66, Domingo 25, Catecismo de Heidelberg

Qué son los sacramentos?

Resp. Son señales sagradas y visibles, y sellos instituidos por Dios, para sernos
declarada mejor y sellada por ellos la promesa del Evangelio; a saber, que la
remisión de los pecados y la vida eterna, por aquel único sacrificio de Cristo
cumplido en la cruz, se nos da de gracia no solamente a todos los creyentes en
general, sino también a cada uno en particular.

Con esta pregunta y respuesta encontramos lo más básico de lo que significan los
sacramentos para nosotros. Hemos subrayado algunas de las palabras claves y
quisiéramos invitar a lector a pensar en estas palabras y ideas mientras lea este
estudio. Por ahora, trataremos de dar una breve definición de algunas de estas
palabras claves.

Señales sagradas y visibles: El proposito de una señal es el de indicar algo, de


señalar algo, de dirigir nuestra atención hacia algo. Las señales de tránsito son
entre las más comunes en nuestra vida, y nos señalan cómo debemos andar por las
calles de nuestra ciudad y nuestro país. Cuando nosotros llegamos a una "Y" en
una carretera poco conocida, esperamos que haya una señal para dirigirnos hacia
nuestro destino. Por falta de una señal en una intersección tal, fácilmente nos
perdemos.

La gracia de nuestro Señor, aunque tiene una enorme cantidad de resultados


visibles, es algo invisible en si. Por esto la tenemos que recibir por fe (Hebreos
11:1). Los sacramentos son señales visibles de esta gracia invisible. El Señor los ha
puesto en el camino de nuestra vida para recordarnos de nuestro destino y para
ayudarnos a llegar. Los sacramentos nos llaman la atención y no solamente nos
señalan nuestro destino, sino también nos enseñan la historia de cómo llegamos
hasta donde estamos.

Sellos instituidos por Dios: El uso del sello es algo muy común aquí en la República
Dominicana. Cuando una institución o una impresa sella un documento con su
sello está diciendo que tal empresa o institución da su palabra como garantía de
todo lo que está escrito en el documento. Los sacramentos son el sello de Dios. Con
ellos Dios nos sella las promesas del evangelio. Son su garantía de fidelidad y de
buena fe. Cada vez que participamos en los sacramentos, el Señor nos renueva y
nos garantiza las promesas hechas en el Santo Evangelio.
Único sacrificio de Cristo: Los sacramentos tienen un solo punto de referencia - el
sacrificio de Cristo. Por medio de los sacramentos volvemos a ver que el sacrificio
de Cristo, hecho una vez por siempre (He 10:10), es lo que define toda la historia
humana. Por esto, Pablo habla del "cumplimiento del tiempo" cuando dice:

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer
y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin que
recibiésemos la adopción de hijos. Gálatas 4:4-5

Los sacramentos fueron instituidos para recordarnos del sacrificio único de Cristo
y para aplicarnos la gracia que proviene de dicho sacrificio.

Los creyentes en general y a cada uno en particular: Los sacramentos fueron dados
a la Iglesia para practicarse dentro de la comunidad de los creyentes. Son señales y
sellos públicos que tienen un gran significado aun para los que no participan
personalmente. El Apóstol Pablo dice de la Santa Cena:

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta que él venga. I Corintios 11:26

Nuestra participación en los sacramentos sirve como un mensaje para los que no
participan, creyentes e incrédulos, que la gracia de nuestro Señor sigue fluyendo en
este mundo, como corrientes de aguas en un gran desierto.

Además de una confesión pública de nuestra fe y una confirmación de la gracia de


Dios hacia su pueblo, los sacramentos sirven para entregarle esta gracia al creyente
en una manera personal e individual. Aunque no creemos que sea la práctica de
bautismo que salva, sí creemos que Dios administra su gracia al creyente por
medio del sacramento de bautismo. Aunque no creemos que los elementos de la
Santa Cena se conviertan en carne y sangre física, sí creemos que Dios alimenta y
edifica al participante por medio de ella. En este sentido, los sacramentos son
mucho más que un rito público. Por medio de ellos la gracia verdadera de nuestro
Señor es administrada a los miembros individuales de su Iglesia.

1. En cuál época fue definido lo que los evangélicos

creemos en cuanto a los sacramentos? __________________


Quiénes lo definieron?_____________________________

________________________________________________

________________________________________________

2. Por qué incluirá nuestro estudio algo del Antiguo

Testamento?_____________________________________

_________________________________________________

_________________________________________________

3. Cuál es la diferencia entre un sello y una señal?

________________________________________________

________________________________________________

________________________________________________Qué tienen que ver los dos


con los sacramentos?

________________________________________________

_________________________________________________

_________________________________________________

I. Los Sacramentos - Una Perspectiva Histórica

La palabra sacramento, como nosotros la conocemos, no se encuentra en la Biblia.


En ninguna parte nos dice la Biblia lo que constituye un sacramento o cuáles son
los sacramentos. Para muchos esto tiene que ser muy sorprendente. Cómo puede
ser que una doctrina de tanta importancia se conozca por una palabra que no se
encuentra en la Biblia? Para contestar esta pregunta, hay que entender algo de la
historia de la Iglesia. La idea de sacramento iba desarrollándose durante toda la
historia de la Iglesia. Desde los primeros siglos hasta el tiempo de la reforma se
nota un gran desarrollo en cómo la Iglesia Romana definía su doctrina de los
sacramentos. La posición de la Iglesia Romana no fue totalmente (o sea,
oficialmente)definida hasta el Concilio de Trento (1545-63), y fue definida entonces
solamente por los ataques de los protestantes al respecto.

La posición de los reformadores en cuanto a los sacramentos era su respuesta a la


práctica (así que no había una doctrina oficial) de la iglesia Romana. En la sección
que sigue, trataremos de entender, a grandes rasgos, el desarrollo de esta doctrina.
Y, con esta perspectiva histórica, estaremos mucho mejor preparados para tratar
la enseñanza bíblica.

A. La Iglesia de los primeros siglos: La palabra en Latín sacramentum, de la cual


derivamos nuestra palabra sacramento, se encuentra por primera vez en los
escritos de Tertuliano (160-215) a los fines del segundo siglo y los principios del
tercero. La palabra era utilizada para indicar el bautismo, la santa cena y los otros
ritos de la iglesia cristiana. Pero por la falta de una definición muy clara, la idea de
sacramentum muy pronto llegó a incluir tanto las doctrinas de la iglesia como sus
ritos y prácticas.

Fue Agustín (354-430 D.C.) quien dio por primera vez una definición de lo que era
un sacramento. Él decía que el sacramento era "una forma visible de una gracia
invisible." Después, los reformadores volverían a esta definición básica para
utilizarla como el fundamento de su definición. Ud. puede ver también el mismo
vocabulario en la pregunta y respuesta del Catecismo de Heidelberg que
estudiamos arriba.

Sin embargo, la definición de Agustín podía aplicarse a muchas cosas en la iglesia.


En el sigo XII Hugo de San Victor enumeró un total de 30 sacramentos que habían
sido, en una forma u otra, reconocidos por la iglesia. Pero fue en el mismo siglo XII
que la idea de 7 sacramentos comenzó a echar raíces en la iglesia también (a saber:
bautismo, confirmación, la misa, penitencia, unción extrema, ordenes, y
matrimonio). Pedro Lombardo (1095-1169 D.C.) terminó su Libro de Sentencias en
el año 1158, y en él definió lo que la Iglesia Romana aceptaría como su doctrina
oficial en el Concilio de Trento. A partir de esta fecha la doctrina de los
sacramentos en la Iglesia Romana no ha visto grandes cambios. Lombardo,
además de ser uno de los primeros en insistir en que hubiera siete sacramentos,
argumentó que los sacramentos no eran solamente sellos y señales sino también
que eran "la causa de la gracia que señalan." Esta última doctrina llegaría a ser, en
la época de la reforma, una de las brechas más profundas entre los grupos
protestantes y la Iglesia Romana.
B. Los Sacramentos y la Reforma: Es casi imposible exagerar la importancia de las
doctrinas sacramentales en la época y en los acontecimientos de la reforma. Las
tres columnas de la reforma (sola fide, sola gratia y sola Scriptura) no podían
reconciliarse con las doctrinas sacramentales de la Iglesia Romana. Los
reformadores entendían que, al contrario de la enseñanza bíblica, no era la fe que
impartía la gracia divina en la Iglesia Romana, sino eran los sacramentos
administrados por la misma. Para los reformadores, los sacramentos de la Iglesia
Romana habían llegado a jugar un rol demasiado grande, y habían dejado atrás la
base bíblica que una vez tenían.

Les tocó a los reformadores volver al principio. Para ellos los siete sacramentos
celebrados en la Iglesia Romana no tenían ninguna conexión ni lógicamente ni
bíblicamente. No había ninguna "definición" en que cabían solamente estos siete y
en que quedaban fuera los demás ritos de la iglesia. El número siete, consideraban
ellos, era totalmente arbitrario.

Borrón y cuenta nueva. Ellos se pusieron a redefinir lo que era un sacramento. El


consensus de la reforma era lo siguiente: Para ser un sacramento la práctica en
cuestión tenía que llenar 3 requisitos:

1. Tiene que ser instituido por Cristo (no solamente utilizado o aprobado por él)

2. Cristo tuvo que haberles mandado a sus seguidores a practicarlo

3. Tiene que expresar la palabra y revelación de Cristo en tal manera que llegue a
ser una expresión de pensamiento divino y un símbolo de hechos divinos.

El bautismo y la santa cena eran los únicos que llenaron estos requisitos. Se
encontró apoyo adicional en la manera en que estos dos son afiliados con otros
ritos del Antiguo Testamento. El bautismo es relacionado con la práctica de
circuncisión en el AT (Col 2:11,12) y la santa cena con la antigua celebración de la
pascua (I Cor 5:7). En I Corintios 10:1-4 Pablo menciona ambos ritos (bautismo y
la santa cena) en el contexto de lo que pasó a los judíos en el Antiguo Testamento.

Así los reformadores llegaron a una nueva definición de la palabra "sacramento" y


a una nueva práctica en la vida de sus iglesia. Pero es muy importante entender
que el bautismo y la santa cena de las iglesias protestantes fueron totalmente
"reformados" también. No se aceptaron las enseñanzas romanas en cuanto a estos
sacramentos tampoco, sino volvieron a las escrituras para formular definiciones
bíblicas. Estas definiciones las trataremos en las secciones correspondientes.

Con respecto a los sacramentos en términos generales, tenemos que señalar una
última diferencia entre las iglesias protestantes y la Romana: el rol del sacramento
en la aplicación de la gracia divina. Como indicamos arriba, desde el tiempo de
Pedro Lombardo, la posición de la iglesia Romana en cuanto a los sacramentos era
resumida por la frase en Latín: ex opere operato. Esto quería decir que los
sacramentos llevaban en si el poder de comunicar los beneficios de salvación a la
persona que los recibía. Los sacramentos, en otras palabras, tenían el poder de
salvación.

Los reformadores creían, y nosotros seguimos creyendo, que la eficacia de los


sacramentos no descansa en los ritos públicos, sino en la bendición de Cristo y la
operación del Espíritu Santo. Enseñaban que la eficacia de los sacramentos es
también condicionada por la fe del recipiente.

C. Nuestra doctrina sacramental hoy en día: Desde el tiempo de la reforma las


iglesias protestantes han continuado en su afirmación de que hay solamente dos
sacramentos: el bautismo y la santa cena. Casi todas las iglesias protestantes han
aceptado las definiciones formuladas en el tiempo de la reforma y, por esto, ha
habido muy pocos cambios sustanciales. En cuanto a los sacramentos en si, hay
mucha diferencia y discusión. Pero con respecto a lo que constituye un sacramento,
muy poco ha cambiado. Las diferencias que hay sobre el bautismo y la santa cena
se van a presentar en las siguientes secciones.

4. Cuántas veces aparece la palabra "sacramentos" en la biblia?

_________________________________________________

5. Quién fue el primero para utilizar el término "sacramento"?

__________________________________________________

6. Cuál era la definición que formuló Agustín, y por qué no

era suficiente?

________________________________________________

_________________________________________________

_________________________________________________
7. Cuáles eran las dos áreas en que Pedro Lombardo influenció el pensamiento de
la Iglesia Romana con respecto

a los sacramentos?

1) ____________________________________________

2) ____________________________________________

8. Para ser un sacramento los reformadores insistían en 3 requisitos. Cuáles eran?

1) ____________________________________________

2) ____________________________________________

3) ____________________________________________

II. El Bautismo

En los evangelios de San Mateo y San Marcos las últimas palabras que salen de la
boca de nuestro Señor son las de la Gran Comisión. En dicha comisión Jesús envía
a sus discípulos a predicar y a bautizar:

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guardasen todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amen. Mateo 28:19,20

Aunque Juan había bautizado a los arrepentidos, el bautismo aquí comisionado


por Jesús era diferente. El bautismo de Jesús era la señal y el sello del bautismo del
Espíritu Santo (Hechos 1:5 y 11:16). En este sentido el bautismo sí fue instituido
por Jesucristo. El no fue el primero que venía bautizando a los arrepentidos, pero
sí fue el primero y el único en traer el bautismo del Espíritu Santo. Ser bautizado
en el nombre de Jesús significaba ser bautizado por su Espíritu (Hechos 2:38 y
10:47).

Aunque muchos evangélicos de la tradición pentecostal enseñan que hay dos


bautismos para el cristiano (el uno de agua y el otro del Espíritu) nosotros
insistimos en que la Biblia claramente enseña que hay un solo. En el libro de
Hechos hace una distinción entre el bautismo de Juan y el de Jesús (Hechos 19:3-
5), pero desde que el Señor envió su Espíritu Santo ha habido solamente un
bautismo cristiano:

..., un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza
de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual
es sobre todos, y por todos, y en todos. Ef 4:4-6

Este es el bautismo que trajo y instituyó nuestro Señor Jesucristo. En la parte que
sigue veremos como este bautismo cabe dentro de nuestra definición de los
sacramentos. Comenzamos con su relación al Antiguo Testamento, y
continuaremos nuestra discusión con nuestra doctrina actual.

A. Sus raíces en el Antiguo Testamento. Nosotros hablamos de las raíces del


sacramento del bautismo en el AT por dos razones. Primero, porque creemos que
la revelación bíblica nos provee una presentación unida. El plan del Señor para
salvar al mundo no ha cambiado. Lo que Dios inició en el Antiguo Testamento lo
lleva a cabo en la época del Nuevo. Las leyes y los ritos, las ceremonias y los
sacrificios, todos tenían que ver con el plan de Dios para salvar al mundo. El pacto
de gracia que Dios hizo con el pueblo de Israel no fue una etapa frustrada en su
plan de salvación, sino fue la base y el inicio del plan de salvación que él había
preparado desde la eternidad. La señal de este pacto en el AT era la circuncisión
(Gen 17:10), y Dios mandó que cada varón de su pueblo fuera circuncidado a los
ocho días. Este sello o esta señal representaba el enlace que había entre Dios y su
pueblo. Con este rito cada nueva generación fue incluida en el pacto. Y cada vez
que fue restablecido el pacto, fue repetido el llamado a circuncidarse (Josué 5:2).

Además, los que venían de afuera y querían convertirse a la fe del pueblo de Dios
(y aun los que no querían pero eran "miembros" de familias judías) tenían que
circuncidarse también (Gen 17:10-14). Obviamente no era la circuncisión lo que
impartía la gracia de Dios, pero si era la señal del haber recibido y del ser partícipe
de esta gracia. El rito de la circuncisión, y su significado, son importantes para
nosotros porque creemos que proveen la base para nuestro entendimiento del
bautismo en el Nuevo Testamento. Las mismas Escrituras nos indican que la señal
de circuncisión del AT fue cambiada por la del bautismo en el NT (Col 2:11-12).
Muchas iglesias evangélicas han divorciado su doctrina de bautismo de su base en
el Antiguo Testamento. Creyendo lo que creemos en cuanto a la naturaleza integral
y unida de las Escrituras, esto no lo podemos hacer. Tenemos que considerar el
antecedente del bautismo para entender el bautismo, por esto en lo que sigue
ampliaremos nuestro concepto del bautismo con su antecedente, la circuncisión.

Dijimos que queríamos incluir algunas raíces del bautismo en el AT por dos
razones. La primera fue la naturaleza unida de la revelación bíblica. La segunda
razón es que los autores del NT así entendieron la relación entre el bautismo y la
circuncisión también.
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de
vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él
en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el
poder de Dios que le levantó de los muertos (Colosenses 2:11-12).

La circuncisión física era de suma importancia para el pueblo de Dios en el AT.


Pero su importancia no descansaba, aún en ese tiempo, en que los judíos llevaban
una distinta característica física. El hecho de circuncidarse siempre señalaba un
hecho espiritual. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón,
varones de Judá y moradores de Jerusalén.... (Jeremías 4:4). Por esto, el Apóstol
Pablo fácilmente entendió y enseñó que el bautismo tomaría el lugar de la
circuncisión para la iglesia del NT. Parece que la asociación entre la raza hebrea y
el rito de circuncisión era demasiado fuerte y por esto el Señor Jesucristo dio la
nueva señal.

B. La Enseñanza del Catecismo de Heidelberg: A continuación nosotros


presentaremos los Domingos 26 y 27 del Catecismo de Heidelberg. Son estas las
secciones que tratan el sacramento del bautismo. En ellas encontramos el resumen
de la posición reformada con respecto al bautismo.

El Catecismo de Heidelberg

69. Pregunta. Por qué el Santo Bautismo te asegura y recuerda que eres
participante del aquel único sacrificio de Cristo, hecho en la cruz?

Respuesta. Porque Cristo ha instituido el lavamiento exterior del agua, añadiendo


esta promesa, que tan ciertamente soy lavado con su sangre y Espíritu de las
inmundicias de mi alma, es saber, de todos mis pecados, como soy rociado y lavado
exteriormente con el agua, con la cual se suelen limpiar las suciedades del cuerpo.

70. Pregunta. Qué es ser lavado con la sangre y Espíritu de Cristo?

Respuesta. Es recibir de la gracia de Dios la remisión de los pecados, por la sangre


de Cristo, que derramó por nosotros en su sacrificio en la Cruz. Y también ser
renovados y santificados por el Espíritu Santo para ser miembros de Cristo, a fin
de que muramos al pecado y vivamos santa e irreprensiblemente.

71. Pregunta. Dónde prometió Cristo que El nos quiere limpiar tan ciertamente
por su sangre y Espíritu como somos lavados por el agua del bautismo?

Respuesta. En la institución del Bautismo, cuyas palabras son éstas: Id, enseñad a
todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo, Mateo 28:19. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado, Marcos 16:16. Esta misma promesa se repite cuando las
Sagradas Escrituras llaman al bautismo lavamiento de la regeneración y ablución
de pecados, Tito 3:5; Hechos 22:16.

Domingo 27

72. Pregunta. Es el lavamiento la purificación misma de los pecados?

Respuesta. No: porque sólo la sangre de Jesucristo y el Espíritu nos limpia y


purifica de todo pecado.

73. Pregunta. Entonces, Por qué llama el Espíritu Santo al bautismo el lavacro de
la regeneración y la purificación de los pecados?

Respuesta. Dios no habla así sin razón justificada, pues El, no sólo quiere
enseñarnos que nuestros pecados se purifican por la sangre y Espíritu de Cristo,
como las suciedades del cuerpo por el agua, sino más aún: certificarnos por este
divino símbolo y prenda que verdaderamente somos limpiados por el lavamiento
interior y espiritual de nuestros pecados, de la misma manera que somos lavados
exteriormente por el agua visible.

74. Pregunta. Se ha de bautizar también a los niños?

Respuesta. Naturalmente, porque están comprendidos, como los adultos, en el


pacto, y pertenecen a la Iglesia de Dios. Tanto a éstos como a los adultos se les
promete por la sangre de Cristo, la remisión de los pecados y el Espíritu Santo,
obrador de la fe; por esto, y como señal de este pacto, deben ser incorporados a la
Iglesia de Dios y diferenciados de los hijos de los infieles, así como se hacía en el
pacto del Antiguo Testamento por la circuncisión, cuyo sustituto es el Bautismo en
el Nuevo Pacto.

9. Cuál fue el último mandamiento que dio el Señor

Jesucristo?_______________________________________

__________________________________________________

10. En qué se diferenciaba el bautismo de Jesús del bautismo de Juan el Bautista?


En otras palabras, Qué señalaba el bautismo de Juan, y qué señalaba el bautismo
de

Jesús?__________________________________________

________________________________________________

_________________________________________________

11. Cuáles son las dos razones por las cuales tenemos que estudiar las raíces del
bautismo en el Antiguo Testamento?

1)______________________________________________

________________________________________________

2)______________________________________________

________________________________________________

12. Qué nos enseña Jeremías 4:4 con respecto al significado de la circuncisión en el
AT?

________________________________________________

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________________________________________________

______________

C. El bautismo y la salvación: La respuesta a la pregunta 72 del Catecismo nos


indica la respuesta a este asunto controversial: Produce el bautismo la salvación?
No, nos dice el catecismo, el bautismo no la produce ni la efectúa. El bautismo sí es
un medio necesario de la gracia salvadora, pero no es la salvación. Siempre habrá
casos extraordinarios en que no es posible bautizar a un creyente. En estos casos no
creemos que la gracia transformadora de nuestro Señor será impedida por la falta
de agua. Pero por lo general debemos cumplir con este mandamiento del Señor. No
tanto para salvar a la persona, sino para asegurarle de su salvación (el lavamiento
espiritual por la sangre de Jesús y su Espíritu) y para testificar a todos que esta
persona se ha hecho miembro del pacto de gracia.

La idea de que el bautismo en si es capaz de salvar a una persona se derive de la


doctrina sacramental de la iglesia Romana. La iglesia católicorromana sostiene que
el bautismo es el sacramento de regeneración. Se cree que es el mismo bautismo
que regenera al creyente y que le introduce la salvación. Así el bautismo no es
solamente un símbolo, sino es la causa eficaz de la regeneración.

Lutero aceptó, en parte, la posición católicorromana. Pero los padres de la rama


reformada (y casi todos los demás protestantes) se alejaron de esta posición.
Reconocían el bautismo como medio de gracia, pero no lo veían como eficaz para
la regeneración. Berkof, en su Teología Sistemática, lo explica así:

Calvino y los teólogos Reformados procedieron sobre la hipótesis de que el bautismo


fue instituido para los creyentes y que no opera la nueva vida sino que la fortalece
(TS p 749).

Pero tampoco creían ellos (los reformados de esta época) ni creemos nosotros que
el bautismo sea solamente un símbolo. La pregunta 73 del catecismo nos dice que
aunque no creemos que el bautismo en sí regenere al creyente, sí creemos que le
imparte la gracia de Dios. Pero es una gracia para fortalecer la nueva vida, no para
producirla.

D. El bautismo y los niños. "Naturalmente," nos responde el catecismo en cuanto a


esta pregunta, "naturalmente".

Primero, tenemos que reconocer que el bautizar a los niños no es nada "natural"
para los evangélicos de América Latina. Las denominaciones predominantes en los
países de América Latina han sido las que practican solamente el bautismo del
creyente. Y, en los últimos años, las denominaciones y movimientos que más han
crecido han pertenecido a la parte pentecostal del campo evangélico.

El pentecostalismo tiene un enfoque sumamente individual y personal. El individuo


llega a ser la medida de todo. Este enfoque individual y personal tiene sus raíces en
los grupos ana-bautistas que surgieron poco después de la Reforma. Ellos también
poseían un fervor para alejarse de los abusos de la iglesia Romana. Querían
despojarse de toda doctrina en que el bautismo aparentaba salvar, sin que el
recipiente tuviera la fe necesaria. Lógicamente, para ellos, ningún niño tiene la fe
necesaria para la salvación. Y, si no tienen fe, no deben bautizarse. El bautizar a
uno que no tenga fe fue condenando como una práctica católica por estos grupos, y
sigue siendo condenado hasta hoy: primero por los bautistas y luego por los
pentecostales. Ahora, quisiéramos responder a algunas de sus "objeciones" con los
siguientes puntos:

1. El Pacto de Gracia y la circuncisión

2. Bautismo como promesa de Dios (no del hombre)

3. Solidaridad espiritual de la familia en el NT

1. El Pacto de Gracia y la circuncisión: Dios estableció su pacto de gracia con


Abram en el capítulo 12 de Génesis. Dios vuelve a desarrollar este pacto con
Abram en los capítulos 15 y 17 del mismo libro. En su carta a los Gálatas, capítulo
3, Pablo nos explica claramente que hay solamente un pacto de gracia, el que Dios
estableció con Abram. Las promesas de este pacto se cumplen y se viven en
Jesucristo (Gal 3:14). La unidad de este pacto, en ambos testamentos, no se puede
discutir. Es cierto que hay varias etapas en el cumplimiento del pacto, pero es de
una sola tela.

Las promesas de este pacto no se hacen a individuos sino a familias y al pueblo


entero de Dios. Veamos...

Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus


generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después
de ti (Gen 17:7).

Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de


Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos;
para cuantos el Señor nuestro Dios llamare (Hechos 2:38-39)

Los apóstoles entendían que el pacto era el mismo. La venida de Cristo y su envío
de su Espíritu sirvieron para extender este pacto a todo el mundo. Pero el pacto no
fue cambiado ni fue cambiada la naturaleza de sus promesas. El pacto del NT sigue
incluyendo a los hijos de los miembros del pueblo de Dios.

Volvamos a la circuncisión. Así que el bautismo reemplace la circuncisión en la


iglesia del NT (Col 2:11-12), entendemos que debe practicarse con los hijos de los
creyentes también. Al judío, no se le habría ocurrido no incluir a sus hijos en este
sello del pacto de gracia. Precisamente por esto, vemos en tantas ocasiones que los
nuevos convertidos fueron bautizados con toda su casa.
2. Bautismo como promesa de Dios: Para los grupos bautistas y pentecostales el
bautismo representa (o está íntimamente ligado con) la decisión de una persona a
aceptar a Cristo como su Salvador. El bautismo así entendido llega a ser un
símbolo más de la fe del creyente que del poder de Dios para salvar al pecador. Al
limitar el bautismo a los que "han tomado sus decisiones" se le asigna a Dios un rol
menor en el drama de la salvación. Dios quiere salvar a su pueblo y ha hecho
promesas al pueblo entero, promesas que incluyen los hijos de todo el pueblo. Pero
este pueblo, en cambio, le ha puesto ciertas limitaciones a Dios en la oferta de sus
promesas. "Solamente para los que entienden."

Dentro de la tradición reformada, creemos que debemos aceptar las promesas de


Dios como fueron hechas. No debemos someterlas a nuestro entendimiento, ni
debemos limitarlas más que la Biblia las limita. Dios ha extendido la oferta (la
promesa) de su pacto de gracia a todos los que lo aceptan y a su descendencia.
Cómo, pues, podemos nosotros negarles el sello de esta promesa a nuestros propios
hijos?

También se debe recalcar que con el bautismo se trata de una promesa y no de un


sacramento que regenera en si. No creemos que los niños sean salvos por ser
bautizados, sino, por ser parte del pueblo de Dios. Al llegar a la edad de
discernimiento, los bautizados como niños también tienen que aceptar como
adultos las promesas que Dios. El hecho de ser bautizado como niño, de recibir la
promesa de Dios, no es una garantía de la salvación.

3. La solidaridad espiritual de la familia en el NT. La sección que sigue fue tomada


del libro El Bautismo: Sacramento del Pacto de Gracia, escrito por Pierre
Ch.Marcel. En ella dicho autor explica cómo, en el NT, las familias fueron vistas y
entendidas como unidades y no como grupos de individuos. Veamos....

La teología del pacto está confirmada igualmente por la noción de solidaridad


espiritual desarrollada en el Nuevo Testamento. En armonía con los conceptos del
Antiguo Testamento, Cristo y el Apóstol hablan del hogar y de la familia como un
todo espiritualmente solidario de su cabeza. La familia forma una entidad colectiva,
cuya suerte está vinculada a la de uno de sus miembros, por el tiempo presente y aun
por la eternidad.

Esto se ve claramente en las familias de Zaqueo (Lc 19,9), del oficial del rey (Jn
4,53), de Cornelio (Hch 10,2), de Lidia (Hch 16:14-15), del carcelero (Hch 16,30-33),
de Crispo (Hch 18,8), de Onesíforo (2 Tim 1,16). Estas familias fueron salvadas y
obtuvieron la fe por la fe de uno de sus miembros, generalmente el padre, pero
también la madre cuando se trataba de una viuda (Lc 7,11-17), aunque no sabemos si
lo era en algunos casos (Hch 16,14-15). De este modo fue salvada la familia de Noé,
a quien Dios dijo: "Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo
delante de mí en esta generación" (Gn 7,1; Heb 11,7-11).
Ante Dios, los padres y los hijos son UNO. Por derecho divino, los padres son los
representantes autorizados de estos últimos: actúan en su lugar; contraen las
obligaciones espirituales por y para ellos, y también en su nombre. Tal es el orden de
Dios. Es por esta razón que en todos los casos, cuanto los padres entran en el pacto
como prosélitos, entran con sus hijos menores. (Pp 120-121)

Una vez más vemos que el individualismo de la época moderna no concuerda con
el plan de Dios para la familia y para su pueblo.

Hay mucho más que se podría decir. Libros enteros se han escrito en cuanto a este
tema. Pero dentro de la perspectiva reformada, el bautismo de los niños no es
difícil de entender. Se ha de bautizar también a los niños (de los creyentes)?
Naturalmente!

E. Cómo se debe bautizar? Dado el simbolismo del sepulcro y de la resurrección de


Cristo que encontramos en Romanos 6 y Colosenses 2, nuestra preferencia es el
bautismo por inmersión. Con este modo de bautismo se captan todos los
significados del bautismo. Sin embargo, el significado principal del bautismo en
toda la Biblia es uno de limpieza y purificación espiritual. El mismo Pablo, cuando
relata la historia de su conversión, dice lo siguiente:

Ahora, pues, por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
invocando su nombre (Hechos 22:16).

Así que el significado principal es el de lavamiento (Hch 2:38; Rom 6:4; I Cor 6:11;
Tito 3:5; Hch 10:22; I Ped. 3:21; y Apoc 1:5), creemos que todos los modos de
bautismo con agua pueden usarse. Lo que dicen los bautistas en cuanto a la
necesidad de ser sumergido bajo las aguas simplemente no es cierto.

La opinión que prevalece fuera de los círculos bautistas es que, hasta donde la idea
fundamental, es decir, la de la purificación encuentra expresión en el rito, el modo
del bautismo es por completo inmaterial. Podría ser administrado por inmersión, por
derramamiento o efusión, o por rociamiento. La Biblia usa nada más una palabra
genérica para denotar una acción designada para producir determinado efecto, es
decir, limpieza o purificación, pero en ninguna parte determina la manera específica
en la que el efecto tiene que producirse. Jesús no prescribió un modo determinado de
bautismo (Berkhof, TS, p 751).

13. Produce el bautismo la salvación? O sea, es el

bautismo la causa de la salvación? ____________________


Explique._________________________________________

_________________________________________________

__________________________________________________

14. En que sentido es el bautismo más que un símbolo?

________________________________________________

________________________________________________

_________________________________________________

15. Cuál es la relación entre Génesis 17:7 y Hechos 2:38-39?

__________________________________________________

__________________________________________________

__________________________________________________

16. El bautismo es el sello de la promesa de

____________________ al ___________________________.

17. Qué significa la solidaridad espiritual de la familia y qué tiene que ver con
nuestra discusión del bautismo de los

infantes?_________________________________________

__________________________________________________
__________________________________________________

__________________________________________________

18. Es necesario ser bautizado por inmersión? ___________

Explique_________________________________________

________________________________________________

________________________________________________

III. La Santa Cena:

Llegamos ahora al segundo de los dos sacramentos instituidos por nuestro Señor, la
Santa Cena. Este sacramento también ha pasado por una larga trayectoria
histórica. Tiene sus raíces en el Antiguo Testamento en la celebración de la Pascua -
lo que Jesús y sus discípulos estaban celebrando cuando él instituyó la Santa Cena
- y pasó por algunos cambios dentro del período del Nuevo Testamento. Desde el
cierre del canon de las escrituras, la Santa Cena también ha pasado por varios
cambios y modificaciones por las iglesias que la celebran. En esta sección del
estudio, examinaremos este sacramento de un punto de vista bíblico-histórico para
mejor entender la gracia que el Señor nos ha ofrecido por medio de él.

A. Sus Raíces en el AT: Todos los cuatro evangelios nos confirman el hecho de que
Jesús instituyó la Santa Cena en su última celebración de la pascua con sus
discípulos (Mt. 26:17-29, Mr. 14:12-25, Lc. 22:7-23, y Jn.13:21-30). No pudo haber
sido por casualidad que el Señor ligó los dos ritos. Todo lo contrario, lo hizo muy a
propósito. La liberación del pueblo judío que se celebraba en la pascua era las
primicias de la liberación total que experimentaría con su Mesías. El vocabulario
de la pascua en el Antiguo Testamento fue adoptado y empleado para referirse al
sacrificio de Cristo en el Nuevo Testamento.

Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como
sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que
celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de
maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad (I Co. 5:7,8).

Todos recordamos que la celebración de la pascua fue establecida por Dios en el


mismo Egipto, después de haber anunciado la última plaga, la muerte de los
primogénitos. Después de anunciarla, pero antes de efectuarla, Dios le dio a su
pueblo la manera de escapar la muerte que venía. Era por medio de la sangre de
un cordero, y el pueblo de Israel tendría que celebrarlo siempre. Y este día os será
en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras
generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis (Ex 12:14). La imagen del cordero
fue utilizado mucho por los autores del Nuevo Testamento. Ellos entendieron la
pascua como profecía de la salvación completa. Obviamente así lo interpretó Jesús
también, llevando la pascua a un nivel más alto y más completo con la institución
de la Santa Cena.

Dentro del Nuevo Testamento no hay ningún otro autor que utilice más la imagen
pascual para representar a Cristo que Juan en su Apocalipsis. El mismo Juan
introduce a Jesús en su Evangelio diciendo, He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo (Juan 1:29). En la Biblia Devocional de Estudio los editores
incluyen un comentario sobre la imagen del Cordero en el libro de Apocalipsis (p.
1115). Dicen que de todas las representaciones de Jesús que Juan empleó, la del
Cordero queda como la más sorprendente. En la segunda visión de Juan en el
capítulo 5, se busca un ser digno de abrir el libro y desatar sus sellos. Dentro todos
los seres poderosos e impresionantes no se encuentra ninguno. Y ninguno, ni en el
cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo (Ap
5:4). Juan, desesperado, finalmente oye la voz de uno de los ancianos diciendo que
no se desesperara. Levanta la cabeza Juan y ve al Cordero.

Todo esto nos señala que no hay manera de entender la Santa Cena sin tomar muy
en serio su antecedente, la pascua. Antes de continuar con el estudio, tome algunos
momentos para leer de nuevo la historia de Éxodo 12 y recordar el ambiente en
que fue instituida la Santa Cena de nuestro Señor.

B. La Santa Cena en el Nuevo Testamento: Como nosotros mencionamos arriba,


vemos cierta modificación el la Santa Cena dentro del período del Nuevo
Testamento. Ya vimos que Jesús la instituyó en la misma celebración de la pascua.
Así asumía el significado de la pascua y también su cumplimiento: el sacrificio del
Cordero de Dios.

Así como Jesús la había instituido, como una comida compartida por los creyentes
en el hogar, el sacramento continuaba por cierto tiempo. Pero nosotros vemos que
muy tempranamente comenzó a institucionalizarse. El Apóstol Pablo, por ciertos
abusos que se cometieron en Corinto, se vio obligado a imponer algunas reglas y a
separar la celebración del sacramento de la cena "común" (I Co 11:33,34). Antes
de la reforma, este proceso de "formalización" continuaba por mucho tiempo,
hasta que llegó a ser lo que celebran los católicos hoy en día. Uno de los propósitos
de la reforma era el de restaurar los sacramentos a su lugar bíblico. Esto lo
veremos en las secciones que siguen.

C. La Enseñanza del Catecismo: Los autores del Catecismo de Heidelberg


dedicaron cuatro domingos al estudio de la Santa Cena (28-31). En ellos se tratan
todos los temas que nos quedan en esta sección. Primero, su naturaleza y su
institución; segundo, la manera en que se difiere de la misa católica; y, finalmente,
quiénes pueden participar. Citamos, en cada parte, la sección de Catecismo que
corresponde.

El Catecismo de Heidelberg

75. Pregunta. Cómo te asegura y confirma la Santa Cena que eres hecho
participante de aquel único sacrificio de Cristo, ofrecido en la cruz, y de todos sus
bienes?

Respuesta. Porque Cristo me ha mandado, y también a todos los fieles, comer de


este pan partido y beber de esta copa en memoria suya, añadiendo esta promesa:
Primero, que su cuerpo ha sido ofrecido y sacrificado por mí en la cruz, y su sangre
derramada por mis pecados, tan cierto como que veo con mis ojos que el pan del
Señor es partido para mí y que me es ofrecida la copa. Y segundo, que El tan cierto
alimenta mi alma para la vida eterna con su cuerpo crucificado y con su sangre
derramada, como yo recibo con la boca corporal de la mano del ministro el pan y
el vino, símbolos del cuerpo y de la sangre del Señor

76. Pregunta. Qué significa comer el cuerpo sacrificado de Cristo y beber su sangre
derramada?

Respuesta. Significa, no sólo abrazar con firme confianza del alma toda la pasión y
muerte de Cristo, y por este medio alcanzar la remisión de pecados y la vida
eterna, sino unirse más y más a su santísimo cuerpo por el Espíritu Santo, el cual
habita juntamente en Cristo y en nosotros de tal manera, que, aunque El esté en el
cielo y nosotros en la tierra, todavía somos carne de su carne y hueso de sus huesos,
y que, de un mismo espíritu, (como todos los miembros del cuerpo por una sola
alma) somos vivificados y gobernados para siempre.

Esta parte del catecismo nos explica dos partes del propósito de la Santa Cena.
Ellas son:
La confirmación de nuestra fe: Por medio de la pregunta y respuesta 75 nosotros
podemos ver que la Santa Cena nos fue dada para confirmar nuestra fe; o sea,
para asegurarnos de nuestra salvación. Siendo seres débiles, el Señor nos proveyó
algo físico y visible para ayudarnos y para alimentarnos espiritualmente. Los
elementos de la Santa Cena son sellos de su promesa, hecha a nosotros con el
sacrifico del Calvario.

La unificación del pueblo de Dios: En la 76, podemos ver el sentido de


"comunión", el otro nombre de la Santa Cena. Vemos como somos unidos con
nuestros hermanos y, a la vez, con nuestro Señor y su Espíritu por medio de este
sacramento. Somos unidos no solamente en la vida que el sacrificio nos produjo,
sino también en la pasión y muerte de nuestro Señor. El cristiano que participa en
este sacramento debe darse cuenta de esto también. La vida cristiana no puede ser
una sin sufrimiento, sino que es una vida de cierta sufrimiento por naturaleza.

19. Lea Éxodo 12 e identifique los elementos de la pascua que tienen su


"cumplimiento" en el Cordero de Dios.

_________________________________________________

__________________________________________________

_________________________________________________

20. Lea I Corintios 11:17-34.

Cuáles eran los abusos cometidos por los corintios? ______

_________________________________________________

________________________________________________

Cómo trató Pablo de corregirlos?_____________________

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_________________________________________________
21. Cuáles son las dos partes del propósito de la Santa Cena que vemos en las
preguntas 75 y 76 de Catecismo de Heidelberg?

1)________________________________________________

________________________________________________

2)_______________________________________________

C. Tres Puntos de Vista: Desde la época de la Reforma ha habido tres puntos de


vista, o sea tres definiciones, de lo que sucede en la administración de la Santa
Cena. Los católicos tienen su doctrina, y dentro de los grupos protestantes existe
también una división con respecto a lo que sucede en la Santa Cena. Comencemos
con la doctrina tradicional de la Iglesia Católica.

Transubstanciación: La iglesia de Roma sigue con la doctrina de


transubstanciación. Con esta palabra se quiere decir que el pan y el vino de la
Santa Cena son, físicamente, cambiados en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Cuando el sacerdote pronuncia la formula "hoc est corpus meum" (este es mi
cuerpo) se efectúa dicho cambio. Esta doctrina siempre ha tenido varias
dificultades. Primero, cuando Jesús instituyó la Santa Cena y dijo estas palabras
por primera vez, es que los discípulos se lo estaba comiendo? Cambió, en ese
entonces, el pan y el vino en carne y sangre? Segundo, todo el mundo entiende que
tanto después de pronunciar el sacerdote la formula como antes, el pan sabe a pan
y el vino sabe a vino. Aunque dicen que son cambiados físicamente, fácilmente se
prueba que no es cierto. Y tercero, una de las protestas más fuertes de los
reformadores, basada en Hebreos 10, Jesucristo fue sacrificado una vez para
siempre:

Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces
los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo
ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la
diestra de Dios..., (Hebreos 10:11,12).

La decisión de interpretar literalmente las palabras de Jesús en la institución de la


Santa Cena contradice la clara enseñanza de otras partes de las Escrituras.
El Concepto Zwingliano: Zwingli (1484-1531) era un reformador que quería
alejarse lo más posible de la doctrina católica de la misa. Aunque moderó su
posición más tarde, se conoce por su rechazo casi total de la "presencia" de Cristo
en el sacramento. Alejándose del misterio y de la mágica de la misa católica,
insistía en que la Santa Cena no fuera nada más que un rito memorial. No operaba
ninguna "gracia" ni estaba presente ninguna "presencia" especial. Considerando
la posición católica, se entiende cómo llegó tan lejos Zwingli. Pero en los últimos
años de su vida, como dijimos arriba, su posición comenzó a moderarse. Al fin
aceptó lo que siempre ha sido la posición reformada, que veremos próximamente.

El concepto zwingliano de la Santa Cena es importante porque es compartido por


tantas iglesias hoy en día: por las que casi no practican la Santa Cena y por las que
la celebran sin una preparación adecuada. Si las palabras de nuestro Señor en los
evangelios fueran insuficiente, las del Apóstol Pablo en I Cor 11 deberían proveer
lo necesario para nosotros entender que la Santa Cena es algo más que un sencillo
rito memorial. El Concepto Reformado: Calvino (1509-1564) era el más
voluminoso en su definición de la Cena del Señor. Su posición es una que evita los
extremos de las doctrinas mencionadas arriba. Calvino enseñaba que Cristo sí
estaba presente en la Santa Cena. No estaba presente en el sentido físico, pero sí en
el sentido espiritual. Esta presencia también era algo más que la omnipresencia de
Dios. Cuando el creyente participa en la Santa Cena, hay una comunión entre él,
Jesús y el cuerpo de Jesús - la iglesia. Esta comunión es algo espiritual, pero
sumamente real. Y es una comunión que toma lugar solamente en este sacramento.

Es decir que Calvino insistía en que la Santa Cena fuera un medio de gracia
necesario. No que impartiera la salvación, pero sí en que alimentaba
espiritualmente al creyente.

A continuación presentamos algo más del Catecismo de Heidelberg para dar un


mejor resumen de la posición reformada (y una fuerte condenación de la misa
católica!

El Catecismo de Heidelberg

Pregunta 78. El pan y el vino se convierten sustancialmente en el mismo cuerpo y


sangre de Cristo?

Respuesta. De ninguna manera, pues como el agua del Bautismo no se convierte en


la sangre de Cristo, ni es la misma ablución de los pecados, sino solamente una
señal y sello de aquellas cosas que nos son selladas en el Bautismo, así el pan de la
Cena del Señor no es el mismo cuerpo, aunque por la naturaleza y uso de los
sacramentos es llamado el cuerpo de Cristo.
Pregunta 79. Por qué llama Cristo al pan su cuerpo y a la copa su sangre, o el
Nuevo Testamento en su sangre, y Pablo al pan y al vino la comunión del cuerpo y
sangre de Cristo?

Respuesta. Cristo no habla así sin una razón poderosa, y no solamente para
enseñarnos que, así como el pan y el vino sustentan la vida corporal, su cuerpo
crucificado y su sangre derramada son la verdadera comida y bebida, que
alimenta nuestras almas para la vida eterna, más aún, para asegurarnos por estas
señales y sellos visibles, que por la obra del Espíritu Santo somos participantes de
su cuerpo y sangre tan cierto como que tomamos estos sagrados símbolos en su
memoria y por la boca del cuerpo; y también que su pasión y obediencia son tan
ciertamente nuestras, como si nosotros mismos en nuestras personas hubiéramos
sufrido la pena y satisfecho a Dios por nuestros pecados.

Pregunta 80. Qué diferencia hay entre la Cena del Señor y la misa papal?

Respuesta. La Cena del Señor nos testifica que tenemos remisión perfecta de todos
nuestros pecados por el único sacrificio de Cristo, que El mismo cumplió en la
Cruz una sola vez; y también que por el Espíritu Santo estamos incorporados en
Cristo, el cual no está ahora el la tierra según su naturaleza humana, sino en los
cielos a la diestra de Dios, su padre, donde quiere ser adorado por nosotros. La
misa enseña que los vivos y los muertos no tienen la remisión de los pecados por la
sóla pasión de Cristo, a no ser que cada día Cristo sea ofrecido por ellos por mano
de los sacerdotes; enseña también que Cristo está corporalmente en las especies de
pan y de vino, y por tanto ha de ser adorado en ellas. Por lo tanto, el fundamento
propio de la misa no es otra cosa que una negación del único sacrificio y pasión de
Jesucristo y una idolatría maldita.

D. Quiénes participan en la Santa Cena?

La respuesta corta es la siguiente: Miembros en plena comunión que se han


examinado y están preparados espiritualmente para participar en ella. Estos sí
pueden y deben participar.

Miembros: Puesto que la Cena del Señor es un sacramento de la iglesia de Cristo,


administrado y supervisado por ella, no es para toda persona. Sino, su
participación debe ser limitada a las personas que componen dicha iglesia. Son
solamente éstas que están bajo la supervisión y autoridad de la iglesia y es
solamente a ellas que la iglesia está autorizada a administrar la Cena del Señor.
En plena comunión: Con esto se limita la participación aún más. La Santa Cena no
es para miembros que están bajo disciplina ni para miembros no-activos. Es
solamente para los miembros de la iglesia que están entregados a la obra de la
misma. Los miembros "inactivos" deben entrevistarse con el consistorio antes de
volver a participar en la Santa Cena.

Examinados y preparados: Con estas palabras pretendemos obedecer el mandato


de Pablo a la iglesia de Corinto:

Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.... Si,
pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo
juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el
mundo. (I Cor 11:28, 31 y 32)

Por esta razón, aunque se bautizan los niños en las iglesias reformadas, no creemos
que la Santa Cena sea para todos los "bautizados". Ellos sí son miembros del pacto
de gracia, pero no son lo suficiente maduros para tales auto-examinaciones y
preparaciones. El niño o joven que sí tiene tal madurez puede hacer su confesión
de fe delante de la iglesia, y así entrar la plena comunión de la congregación. Pero
faltando este nivel de madurez espiritual, es mejor que no participen.

Para los miembros adultos, esta exhortación significa que la participación en la


Cena del Señor requiere preparación. Según Pablo, es algo que tenemos que hacer
antes de cada celebración de la Santa Cena. En algunas de las iglesias reformadas,
se lee un formulario que contiene este pasaje cada domingo antes del domingo en
que se celebra la Santa Cena. En esta forma, se les da a los miembros de la
congregación el período de una semana para ir examinándose y evaluando su vida
espiritual. No sería mal que nosotros también incluyéramos algo semejante en los
cultos que proceden la celebración de la Cena del Señor.

22. Qué significa la palabra transubstanciación, y por qué no aceptamos esta


interpretación de la Santa Cena?

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23. Hasta qué extremo llegó Zwingli en su intento de alejarse de la doctrina de


transubstanciación?
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24. Qué creemos nosotros en cuanto a la presencia de Cristo en la celebración de


comunión?

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25. Por qué creemos que es necesario prepararse y examinarse antes de tomar la
Santa Cena?

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26. Para quiénes se instituyó la Cena del Señor?

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27. Identifique y explique los tres requisitos para los participantes:


1)______________________________________________

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2)______________________________________________

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3)________________________________________________

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Conclusión: Los Sacramentos Confirman Nuestra Fe

En la iglesia reformada los sacramentos siempre han sido ligados con el ministerio
de la Palabra. Por esto, se permite que solamente los pastores administren los
sacramentos. La relación entre el ministerio de la Palabra y la administración de
los sacramentos es natural y bíblica. Ambos ministerios son entregados a los
ancianos de la iglesia (entre los cuales el pastor es el primero) para que vigilen y
cuiden de la salud espiritual de sus congregaciones.

El ministerio de la Palabra, bien ejercitado, y la fiel administración de los


sacramentos sirven para confirmar la fe de la congregación. Son los medios de
gracia que nos mantienen y nos llevan en contacto y comunión con nuestro Señor y
nuestros hermanos en la fe. Que así sea en todas nuestras congregaciones!

NOTAS________________________________________________________________
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