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Plegaria Keniana

Todo es tuyo, oh Señor. Y de lo tuyo te damos.


¿Está el Padre con nosotros? Si, El está con nosotros.
¿Está Cristo entre nosotros? Si, El está con nosotros.
¿Está aquí el Espíritu Santo? Si, El está con nosotros.
Este es nuestro Dios. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Somos su pueblo. Somos los redimidos.
Elevemos los corazones. Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor. Es justo darle gracias y alabanza.
Es justo y nuestro alegría a darte gracias y alabanzas, Padre Celestial, Dios viviente, Soberano
sobre todo el mundo; Creador, Proveedor, Salvador, y Protector. De un nómada errante tú
creaste una nueva familia, de un pueblo atormentado tú levantaste un líder, de una nación
confusa escogiste un Rey, a una muchedumbre rebelde enviaste tus profetas. Ahora, en estos
últimos días, has enviado a tu Hijo, tu imagen perfecta, trayendo tu reino, revelando tus
propósitos, muriendo, resucitando, reinando y renovando un pueblo para ti mismo. Por medio
de El has derramado tu Espíritu Santo, llenándonos con luz y vida. Por tanto, con los Ángeles y
Arcángeles, los antepasados fieles y todos en el cielo, proclamamos tu glorioso Nombre, y te
exaltamos por siempre diciendo (cantando):

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el


cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en el
nombre de Señor. Hosanna en el cielo.

Todopoderoso Dios, Dueño de todas las cosas, te damos gracias por ofrecer a tú único Hijo para
morir en la cruz por nosotros, deudores de todo. Derrama tu Espíritu vivificante sobre nosotros,
y sobre estos dones, así como le recordamos y como El lo ordenó.

La misma noche en que fue traicionado, tomó pan; y dio gracias, lo partió, y lo dio a sus
discípulos, diciendo: “Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto
como memorial mío”. Amen. Su cuerpo fue quebrantado por nosotros.

Asimismo, después de la cena, tomó el cáliz; y habiendo dado gracias, lo dio a ellos mismos
diciendo: “Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes
y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial
mío”. Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo volverá.
Por medio de su sangre somos hermanas y hermanos. Hemos muerto
juntos, resucitaremos juntos, y viviremos juntos.

Oh Padre celestial, óyenos mientras celebramos este pacto con gozo y esperamos la venida de
nuestro salvador, Jesucristo. Él murió en nuestro lugar, y su entrega fue completa por los
pecados de todo el mundo; un sacrificio perfecto una vez y para siempre. Tú aceptaste su
ofrenda, resucitándole de la muerte y dándole gran honor de estar en tu presencia a tu derecha.
Amen. Jesús es el Señor.

Esta es la fiesta de victoria. El cordero


que fue sacrificado ya ha comenzado a reinar. Aleluya.

Padre Nuestro

Fracción: El pan que partimos, es la comunión del cuerpo de Cristo. Muéstrate a nosotros,
Señor Jesús, en la fracción del pan.

Oración después: Eterno Dios, amparo de los afligidos y sanador de los quebrantados, tu nos
has alimentado de la Mesa de vida y esperanza: Enséñanos los caminos de gracia y de paz para
que todo el mundo reconozca el reino de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amen. Amen.

Todos nuestros problemas: Los enviamos a la cruz de Cristo.

Todas nuestras dificultades: Las enviamos a la cruz de Cristo.

Todas las obras de Satanás: Las enviamos a la cruz de Cristo.

Todas nuestras esperanzas: Las ponemos en Cristo resucitado.

Bendición final: Que Cristo, el Hijo de la justicia, brille sobre ustedes y dispersa la oscuridad de
su camino y la bendición de Dios omnipotente…

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