Enferm Clin.

2016;26(3):174---180

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ORIGINAL

Consumo de drogas en estudiantes de enfermería

Iria Garrido-González, Rosendo Bugarín-González∗ y Antonio Javier Machín-Fernández

Escuela Universitaria de Enfermería de Lugo (USC). EOXI de Lugo, Cervo y Monforte (SERGAS) , Lugo, España

Recibido el 22 de septiembre de 2015; aceptado el 25 de noviembre de 2015

Disponible en Internet el 28 de enero de 2016

PALABRAS CLAVE Resumen

Drogas de abuso; Objetivo: Conocer los patrones de consumo de sustancias adictivas de los estudiantes de la
Estudiantes de Escuela Universitaria de Enfermería de Lugo.
enfermería; Método: Estudio observacional, descriptivo y transversal realizado en las aulas a través de un
Tabaco; cuestionario en el mes de abril de 2015.
Alcohol; Resultados: La participación del alumnado fue del 61,5% (185), de los que el 83,2% correspon-
Cannabis; dían al sexo femenino. La sustancia adictiva de consumo más precoz fue el tabaco (15 años).
Cocaína Consumieron cigarrillos en el último mes un 36,2% de los estudiantes y alcohol el 89,9% (un
58,4% del total se emborracharon).
Un 2,2% utilizaron, en ese período, tranquilizantes/hipnóticos.
La droga ilegal de mayor uso fue el cannabis (17,8%) y a continuación la cocaína (2,2%).
Existe una asociación significativa entre el consumo de drogas ilegales y ser varón, fumar
tabaco o beber alcohol, vivir solo o con amigos (no con la familia), tener un mal rendimiento
académico y practicar botellón. No hubo diferencias con la práctica deportiva ni con la lectura.
Se estudió también el policonsumo: el 16,2% manifestó haber utilizado simultáneamente
alcohol y cannabis y un 4,9% alcohol y cocaína.
Conclusiones: Los patrones de consumo son similares, y algunos incluso mayores, que los de
la población general en ese grupo de edad. De ahí que se consideren necesarias, en el ámbito
universitario, medidas específicas para prevenir la adicción a sustancias en este colectivo.
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KEYWORDS Drug abuse in nursing students

Drug abuse;
Nursing students; Abstract
Tobacco; Objective: To determine the patterns of substance abuse of students attending the Lugo School
Alcohol; of Nursing.
Cannabis; Method: Observational, descriptive and cross-sectional study in the classroom carried out by
Cocaine survey research in April 2015.

∗ Autor para correspondencia.

Correo electrónico: rosendo.bugarin.gonzalez@sergas.es (R. Bugarín-González).

http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2015.11.006
1130-8621/© 2015 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

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Consumo de drogas en estudiantes de enfermería 175

Results: 61.5% of students participated (185), 83.2% of whom were females. The first addictive
substance consumed by participants was tobacco (at 15 years old). In the last month cigarettes
were consumed by 36.2% of students, while alcohol was consumed by 89.9% (58.4% of the total
got drunk).
2.2% were consuming tranquilizers/hypnotics in the same time period.
The most widely used illegal drug was cannabis (17.8%) and then cocaine (2.2%). There is a
significant correlation between illegal drug consumption and being male, smoking cigarettes
or drinking alcohol, living alone or with friends (not family), have poor academic performance
and public drinking (botellón). There were no association between illegal drugs and sports or
reading.
Polydrug use was also studied: a 16.2% declared to have consumed alcohol and cannabis
simultaneously, and a 4.9% alcohol and cocaine.
Conclusions: Consumption patterns are similar compared to the general population in that age
group, with some of them being higher. Therefore, it is necessary to take measures in order to
prevent substance abuse at the university level.
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repercusiones francas sobre las de sus pacientes al actuar

¿Qué se conoce?
El consumo de drogas por parte de la enfermería puede
tener implicaciones en sus pacientes. Dado que la con-
solidación de los hábitos de estilo de vida se produce
en la adolescencia y la primera etapa adulta es impres-
cindible conocer las adicciones en los estudiantes de
ciencias de la salud.
¿Qué aporta?
La mayor parte de los estudios se realizaron en estu-
diantes de ciencias de la salud en general y de medicina
en particular. Este trabajo aporta datos específicos del
colectivo de estudiantes de enfermería.
Introducción
En la adolescencia y al principio de la edad adulta se produ-
cen importantes cambios en las personas que se relacionan
con la adquisición y consolidación de hábitos y estilos de
vida que tendrán un gran impacto sobre el estado de salud
futuro. Es en esta etapa cuando se inicia, habitualmente, el
consumo de drogas1,2 . Las y los estudiantes de enfermería se
encuentran dentro de este rango de edad y, por otra parte,
en pocos años se convertirán en profesionales sanitarios.
La enfermería es una pieza clave en la prevención y tra-
tamiento de los problemas relacionados con el consumo de
sustancias de abuso. Es indudable que es el agente, por anto-
nomasia, responsable de la educación sanitaria y, por ello,
está claro que las conductas que lleven a cabo tendrán
como modelos ejemplarizantes.
La propia experiencia del consumo podría influir sobre la
percepción y detección de los casos de adicciones2 y tam-
bién es obvio que un profesional adicto a sustancias de abuso
puede suponer un problema serio y limitante para propor-
cionar los cuidados necesarios a sus pacientes.
Existen dudas acerca de si la magnitud del problema
de consumir drogas es, en estudiantes de ciencias de la
salud, distinto al de la población general en esos grupos
de edad. Así por ejemplo, si un mayor conocimiento de
las consecuencias o tener una mayor accesibilidad a deter-
minadas sustancias podrían tener influencia en un sentido
o en otro. Algunos autores3 consideran que los conoci-
mientos de bioquímica y farmacología de las drogas hacen
que muchos profesionales se sientan cómodos en el uso
de dichas sustancias. También podría ser posible que el
nivel de exigencia académico, en algunos casos, condicione
el consumo con el fin de mejorar el rendimiento en el
estudio.
A pesar de la importancia de este problema, existen
pocas publicaciones que tratan de investigar e informar
sobre datos relacionados con el consumo de sustancias de
abuso en los futuros profesionales de la enfermería. La
mayoría se centran en estudiantes de medicina o, de forma
genérica, en estudiantes de ciencias de la salud3 . Llama ade-
más la atención que son los países latinoamericanos los más
interesados en esta temática en contraposición al desinterés
de los europeos2 .
El propósito de este estudio es contribuir a llenar este
vacío de conocimiento. Es decir, establecer las prevalen-
cias de consumo así como las características y patrones de
uso de alcohol, tabaco y drogas ilegales en futuros pro-
fesionales de enfermería. Al mismo tiempo, trataremos
de identificar asociaciones del consumo de drogas ilegales
con determinadas variables epidemiológicas que nos permi-
tan identificar factores de riesgo o de protección en este
colectivo.

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 176 I. Garrido-González et al.

Tabla 1 Consumo de drogas ilegales

Alguna vez en la vida En los últimos 12 meses En los últimos 30 días
Hachís o 68 48 33
marihuana 36,8% [29,9---43,7] 25,9% [19,6---32,2] 17,8% [12,3---23,3]
Base 3 2 2
1,6% [0---3,4] 1,1% [0---2,6] 1,1% [0---2,6]
Cocaína en polvo 9 5 4
4,9% [1,8---8,0] 2,7% [0,4---5,0] 2,2% [0,1---4,3]
GHB o éxtasis 4 1 1
líquido 2,2% [0,1---4,3] 0,5% [0---1,5] 0,5% [0---1,5]
Éxtasis u otras 8 4 3
drogas de síntesis 4,3% [1,2,4---7] 2,2% [0,1---4,3] 1,6% [0---3,4]
Anfetaminas o 6 4 3
speed 3,3% [0,7---5,9] 2,2% [0,1---4,3] 1,6% [0---3,4]
Alucinógenos 7 4 3
3,8% [1,0---6,6] 2,2% [0,1---4,3] 1,6% [0---3,4]
Heroína 2 1 1
1,1% [0---2,6] 0,5% [0---1,5] 0,5% [0---1,5]
Inhalables 2 2 2
volátiles 1,0% [0---2,4] 1,0% [0---2,4] 1,0% [0---2,4]

Método el último mes). Se obtuvo la odds ratio como medida de

Se trata de un estudio observacional, descriptivo y trans-
versal, llevado a cabo mediante una encuesta, realizada en
abril de 2015, a estudiantes de los cuatro cursos del Grado
de la Escuela Universitaria de Enfermería de Lugo.
Teniendo en cuenta que el número de alumnos de los
4 cursos era de 301 y asumiendo, como escenario, que el 35%
hubieran manifestado que eran consumidores de tabaco,
para un nivel de confianza del 95%, una potencia del 80% y
una precisión del 5%, se estimó que era necesario encuestar
a 178 universitarios.
Las variables estudiadas fueron las siguientes: sexo,
edad, personas con las que convive, rendimiento académico,
uso del tiempo libre (práctica deportiva, lectura, salir de
noche), tabaco (consumo diario, en el último año y en el
último mes, edad de comienzo del consumo), alcohol (días
de consumo, en los últimos 12 meses y en los últimos 30 días,
intoxicaciones etílicas, edad de comienzo, conducción), hip-
nosedantes, drogas ilegales (cannabis, cocaína, opiáceos,
anfetaminas, drogas de síntesis, inhalables, en el último
año y en los últimos 30 días, edad de comienzo) y policon-
sumo (consumo simultáneo de sustancias). La fuente para la
elaboración del cuestionario fue la encuesta validada ESTU-
DES (Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas en Escuelas
Secundarias) del Plan Nacional de Drogas.
Se realizó una estadística descriptiva de las variables
recopiladas cuyos resultados se expresaron en media arit-
mética o porcentaje en función del tipo de variable siendo
las medidas de dispersión respectivamente el rango y el
intervalo de confianza.
Para la estadística analítica, se seleccionaron varios
ítems (sexo, acompañantes en el domicilio, rendimiento
académico, práctica deportiva, afición a la lectura, salidas
nocturnas, práctica de botellón, «emborracharse») y se com-
pararon con las variables «consumo de alcohol», «consumo
de tabaco» y «consumo de drogas ilegales» (todas ellas en
impacto de la variable estudiada con su intervalo de con-
fianza al 95%. Todas estas comparaciones se realizaron en
tablas 2 × 2.
Los datos obtenidos fueron digitalizados y procesados con
Microsoft® Excel® 2011 para Mac y analizados con el soft-
ware estadístico SPSS versión 15.
La puesta en marcha del estudio contó con el dicta-
men favorable del Comité de Ética de la Investigación de
Santiago-Lugo de la Consejería de Sanidad de la Junta
de Galicia.
Resultados
Del total de 301 alumnos matriculados, respondieron a la
encuesta 185 lo que corresponde al 61,5%. Las pérdidas
estuvieron motivadas por un total de 91 estudiantes que no
acudieron a clase y otros 25 que no contestaron o bien hicie-
ron la entrega del cuestionario sin cumplimentar. El 83,2%
eran mujeres. Las edades estaban comprendidas entre los
19 y 47 años con una media de 21,1 años.
Las edades de comienzo de consumo fueron, para el
tabaco, a los 15 años (rango 13-25) y para el alcohol a los
15,2 (12-19). En el caso de los tranquilizantes e hipnóticos se
situó en los 20,2 (18-41), en el cannabis en los 16,9 (15-25)
y en el resto de las drogas ilegales en los 19 (17-25) años. El
estudio de cada droga mostró los siguientes resultados.
Tabaco: durante el último año, un 39,5% [32,5-46,5]
de los universitarios ha fumado. Los patrones de consumo
durante el último mes ofrecieron los siguientes resultados:
diario, 35 casos (18,9% [13,3-24,5]) con un consumo medio
de 7,15 [1-20] pitillos; semanal 20 (10,8% [6,3-15,3]); espo-
rádico 12 (6,5% [2,9-10,1]) y no consumidores 118 (63,8%
[56,9-70,7]).
Alcohol: el 60% [52,9-67,1] ha consumido alcohol más de
20 días en los últimos doce meses y únicamente un 10,9%
[4,4-6, 6-15] de los encuestados fueron abstemios durante

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Consumo de drogas en estudiantes de enfermería 177

Tabla 2 Consumo de alcohol y tabaco por sexos

Mujeres % Varones % N.◦ % OR [IC 95%]
Alcohol
No consumen 18 11,7 2 6,5 20 10,8 1,92 [0,42---8,73]
Consumen 136 88,3 29 93,5 165 89,2
Total 154 100 31 100 185 100
Tabaco
No consumen 105 68,2 13 41,9 118 63,8 2,97 [1.35-6,54]
Consumen 49 31,8 18 58,1 67 36,2
Total 154 100 31 100 185 100

el último mes. En lo que se refiere a intoxicaciones etílicas, Estadística analítica

el 77,8% [71,8-83,8] se ha «emborrachado» en el último año
y un 58,4% [51,3-65,5] en el último mes.
Un 33,6% [26,8-40,4] de los sujetos ha viajado con alguien
o ha conducido un vehículo de motor bajo los efectos del
alcohol durante este último año.
Tranquilizantes/sedantes y somníferos: el 10,3% [5, 7,
9-14] de las y los encuestados ha consumido algún tipo de
estas sustancias durante el último año y un 2,2% [0,1-4,3]
durante los últimos 30 días.
Consumo de drogas ilegales: las sustancias ilegales más
consumidas alguna vez en la vida son, por este orden,
hachís o marihuana, cocaína en polvo, éxtasis u otras drogas
de síntesis, alucinógenos, anfetaminas o speed, gammahi-
droxibutirato o éxtasis líquido, base, heroína e inhalables
volátiles, tal y como se resume en la tabla 1.
Policonsumo: 30 personas (16,2% [10,9-21,5]) manifes-
taron consumir alcohol y cannabis. Mezclaron alcohol con
cocaína en polvo o en base un total de 9 estudiantes (4,9%
[1,8-8,0]).
El consumo de alcohol en el último mes está práctica-
mente equiparado entre ambos sexos (tabla 2). En el caso
del tabaco, existen diferencias significativas, dándose un
mayor consumo por parte de los hombres (tabla 2). Este
mismo fenómeno se observa en el caso de las drogas ile-
gales, tal y como se refleja en la tabla 3. En este tipo de
drogas se ha comprobado que existe una asociación estadís-
ticamente significativa entre su consumo y tener una nota
media de la carrera igual o inferior a 6, vivir solo/a o con
compañeros/as, practicar botellón al menos una vez al mes,
fumar tabaco (en el último mes), consumir bebidas alcohó-
licas (más de dos veces en el último mes) y emborracharse
(en el último mes).
No se han encontrado diferencias con respecto a deter-
minadas actividades de ocio como la lectura de libros (al
menos una vez al mes), la práctica deportiva (al menos una
vez a la semana) o salir de noche (al menos una vez a la
semana). Los resultados se muestran en la tabla 3.

Tabla 3 Asociación de determinadas variables con el consumo de drogas ilegales

Variable No consumen % Consumen % Total OR [IC 95%]
Sexo Hombres 17 54,8 14 45,2 31 5,85 [2,49---13,76]
Mujeres 135 87,7 19 12,3 154
Vivir con familia No 153 72,6 20 27,4 73 2,87 [1,33---6,23]
Sí 99 88,4 13 11,6 112
Nota media ≤6 49 74,2 17 25,8 66 2,23 [1,04---4,79]
>6 103 86,6 16 13,4 119
Deportes No 91 81,8 22 18,2 121 0,93 [0,42---2,07]
Sí 53 82,8 11 17,2 64
Lectura No 82 83,7 16 16,3 98 1,25 [0,59---2,64]
Sí 70 80,5 17 19,5 87
Salir de noche No 74 86 12 14 86 1,66 [0,76---3,61]
Sí 78 78,8 21 21,2 99
Botellón No 103 92 9 8 112 5,61 [2,42---12,96]
Sí 49 67,1 24 32,9 73
Tabaco No 115 97,5 3 2,5 118 31,08
Sí 37 55,2 31 44,8 67 [8,97---107,76]
Etanol No 42 97,7 1 2,3 43 12,22 [1,62---92,28]
Sí 110 77,5 32 22,5 142
Borracheras No 72 93,5 5 6,5 77 5,04 [1,85---13,75]
Sí 80 74,1 28 25,9 108

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 178
Discusión
Son varias las limitaciones de este trabajo. En primer lugar,
hay que tener en cuenta que la herramienta de informa-
ción es un cuestionario autocumplimentado. Esto hace que
dependa de la subjetividad del estudiante lo que podría pro-
vocar una tendencia a sobrestimar algunas contestaciones y
a infraestimar otras. Por otra parte, la censura social puede
llevar a minimizar u ocultar este tipo de hábitos4 .
Los alumnos que contestaron fueron aquellos que acudie-
ron a las clases en una determinada fecha. Si existiera una
relación entre el absentismo y el consumo de drogas, ello
querría decir que habría una mayor probabilidad de con-
testación por parte de los alumnos que no consumen. Se
eligió realizar la encuesta en abril ya que probablemente
se trate del mes en que los alumnos estén más centrados
en sus estudios y con menos absentismo. Es posible que en
otros períodos, como los vacacionales, los consumos pudie-
ran verse incrementados. También podría tener influencia,
como sesgo de participación, que los alumnos no consumi-
dores sean más proclives a la colaboración.
Tampoco podemos olvidarnos de que se trata de un estu-
dio observacional y transversal. Por eso, en ningún caso
podremos establecer relaciones de causalidad cuando una
variable se asocie con un mayor o un menor consumo.
Al ser una profesión altamente feminizada, puede ser
difícil establecer diferencias relacionadas con el sexo al ser
muy escasas las respuestas a cuestionarios proporcionadas
por varones. Sin embargo, en algún caso sí hemos obtenido
variaciones significativas, como por ejemplo un mayor con-
sumo drogas ilegales por parte de los varones, coincidiendo
con los datos publicados en la actualidad5,6 .
Nos pareció más oportuno, y perfectamente extrapolable
a nuestra población, el empleo del cuestionario ESTUDES7
que el complementario Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol
y Drogas en España ya que este último no recoge determina-
das variables que nos interesaba conocer como por ejemplo
el rendimiento académico, el uso del tiempo libre o las per-
sonas con las que convive el encuestado. Por lo demás, los
ítems referentes al consumo de las diferentes sustancias son
prácticamente superponibles.
Solo hemos llevado a cabo el estudio analítico para
las drogas ilegales ya que consideramos que el uso de
estas tiene unas connotaciones diferenciadas con respecto a
las legales. Así, por ejemplo, un consumo moderado de alco-
hol no necesariamente se considera adictivo ni perjudicial
para la salud. Por otra parte, los propios consumos de tabaco
y alcohol se incluyeron como variables de posible asociación
para el uso de sustancias ilegales.
Las estadísticas, tanto a nivel nacional como europeo,
indican que el alcohol es la droga más consumida en la
población general y en este tramo de edad5,6 . En el caso
de los estudiantes de enfermería de la Escuela Universitaria
de Lugo, los resultados son especialmente preocupantes ya
que, en mayor o menor cantidad, excepto un 10,9% de los
encuestados, todos han consumido bebidas alcohólicas en el
último mes y de estos, un porcentaje importante lo ha hecho
llegando a la embriaguez. Los resultados son sensiblemente
más altos que los obtenidos en otras series llevadas a cabo
con estudiantes universitarios4 y con estudiantes de ciencias
de la salud3 .
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I. Garrido-González et al.
La prevalencia del hábito tabáquico en estudiantes de las
universidades españolas es muy variable4 ya que oscila entre
el 17 y el 39%. Por ello, se puede decir que el consumo de
los estudiantes de Lugo se encuentra en los niveles medios,
si bien la media de cigarrillos fumados al día es ligeramente
inferior5 .
No esperábamos un número tan elevado de personas
que fumaran derivados del cannabis. En efecto, la Encuesta
Nacional sobre Alcohol y Drogas en España5 refleja que, en
este tramo de edad, consumieron dicha sustancia, en los
últimos 12 meses, el 17% de la población frente al 26% de
nuestra serie y en los últimos 30 días, en torno a un 12% en
contraposición al 18% de los estudiantes de Lugo. Si bien, hay
que decir que estas cantidades son menores que las relata-
das en otros estudios realizados en estudiantes universitarios
en general4 y en estudiantes de ciencias de la salud3 .
También es llamativo el elevado consumo de hipnosedan-
tes en comparación con el estudio realizado por Vázquez
et al. en nuestra Comunidad3 . En cualquier caso, este hecho
también está documentado por otros autores4 y lo atribuyen
a los elevados niveles de estrés que acarrea el ámbito estu-
diantil. De igual forma, esto también ocurre en otros países8 .
Por supuesto, el consumo es menor que el de la población
general ya que hay que tener en cuenta que la edad media
de inicio de esta adicción suele ser tardía (35,2 años en la
población española)5 .
Aunque el consumo de cocaína no es despreciable (el 2,7%
manifestaron haber consumido cocaína en polvo alguna vez
en la vida), hay que decir que es menor que el obtenido
con otros trabajos realizados en estudiantes universitarios
(5,9%)4 . En este sentido, llaman la atención los desmesura-
dos resultados de Vázquez et al.3 , en estudiantes de ciencias
de la salud de nuestra universidad, en el campus de Santiago
de Compostela, ya que el 17,2% de ellos reconocieron haber
consumido cocaína en alguna ocasión. Un trabajo realizado
con estudiantes de la Universidad de Girona9 encuentra
que un 1% de los universitarios manifiesta ser consumidor
«habitual» de cocaína, no habiendo diferencias entre los de
enfermería con respecto a los de otras carreras.
Los porcentajes de consumo del resto de las drogas ile-
gales son sensiblemente más bajos lo que hace difícil las
comparaciones con los resultados obtenidos en otras series.
Todo parece indicar que se hallan en rangos similares.
Tal como señalan Jiménez et al.10 , se podría pensar que
el inicio tabáquico temprano puede actuar como la puerta
de entrada para en el futuro consumir drogas ilegales, espe-
cialmente cannabis, ya que el tabaco es la sustancia adictiva
que se comienza a consumir más precozmente (a los 15 años)
y su uso se asocia a una mayor probabilidad de consumo
de sustancias ilegales. El mismo razonamiento lo podríamos
aplicar al caso del alcohol.
Está sobradamente documentado que la familia influye
significativamente en el consumo de drogas, bien actuando
como un factor protector o bien como un factor de riesgo.
En efecto, una buena cohesión o estabilidad familiar y una
adecuada relación paternofilial hacen que el estudiante sea
menos proclive a la adquisición de este tipo de hábitos mien-
tras que los antecedentes de familiares consumidores o de
desestructuración familiar pueden tener un efecto en sen-
tido inverso11---15 . Nuestros resultados sugieren que vivir bajo
la supervisión de los padres u otro familiar es un factor
Consumo de drogas en estudiantes de enfermería
protector ya que se observó que aquellos universitarios que
conviven en el núcleo familiar consumen menor número de
drogas legales como el tabaco y drogas ilegales. La excep-
ción fue el alcohol, donde no se establecieron diferencias
significativas, quizás debido a que en los últimos años ha
disminuido la percepción del riesgo asociado al consumo de
bebidas alcohólicas, lo que se traduce en una mayor tole-
rancia y permisividad16 . El grupo de amigos al igual que la
familia también influye en el consumo de drogas17 . Por lo
general, el sujeto adopta los mismos patrones de consumo
que su grupo de iguales, tal vez como consecuencia a elegir
amigos con actitudes, conductas e identidades similares.
Al igual que en otros trabajos, también realizados en
estudiantes de enfermería11,18 , hemos constatado que el
éxito académico se asocia a un menor consumo de dro-
gas ilegales. Podría interpretarse como un factor protector
pero también puede querer decir que el consumo empeora
el rendimiento. Aún siendo obvio, hemos comprobado que
actividades de ocio como la práctica de botellón incide en
un mayor consumo de sustancias adictivas. Sin embargo, no
hemos encontrado diferencias en otras como el deporte o la
lectura. Hay que decir que esto no va en la línea de otros
trabajos ya que se admite que el nivel cultural o determina-
dos hábitos en los adolescentes como la realización regular
de ejercicio físico se asocian con un menor consumo14 .
Algunos autores3 detectaron que el consumo de deter-
minadas sustancias de abuso, en estudiantes de ciencias
de la salud, tiene relación con otros factores como son el
nivel económico (mayor consumo de alcohol en personas
de mayores ingresos familiares) o la procedencia (el origen
rural actúa como factor protector para el consumo de can-
nabis). En nuestro trabajo, no consideramos estas variables
para evitar que generaran desconfianza en el estudiante al
pensar que podría quebrarse el anonimato. Por este mismo
motivo, tampoco indagamos el curso académico a pesar de
que este dato podría tener un enorme interés en averiguar si
hay variaciones de estos hábitos a lo largo de la carrera. En
efecto, algunas publicaciones sugieren que durante la vida
universitaria se producen importantes modificaciones en el
estilo de vida de tal manera que, por ejemplo, hasta un
20-30% de las personas se incorporan en esta etapa al con-
sumo de tabaco1 .
Nos ha parecido importante investigar los resultados
referentes al policonsumo por parte de los universitarios.
En concreto, la asociación del alcohol con cannabis y/o
cocaína, dado que está sobradamente documentado que
estas mezclas pueden producir efectos adversos graves19 .
Por ello, creemos que los resultados obtenidos pueden ser
motivo de preocupación.
También nos ha resultado enormemente llamativo y preo-
cupante constatar que un tercio de las y los universitarios
manifiesten que, en el último año, ha viajado con alguien o
ha conducido un vehículo habiendo consumido alcohol pre-
viamente. Sigue siendo insuficiente la percepción de peligro
en la asociación de alcohol y volante.
Como conclusión podemos reseñar que los consumos de
sustancias adictivas en nuestras futuras enfermeras y enfer-
meros no son, en general, inferiores al resto de la población
en el mismo rango de edad y, en algunos casos, incluso son
superiores. Este hecho no es baladí, el consumo de sustan-
cias tóxicas por parte de los profesionales tendrá, sin duda,
implicaciones en la asistencia. Dada la importancia de este
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colectivo en la educación sanitaria y como modelo de hábitos
saludables, sería conveniente incidir en la concienciación
de la comunidad docente universitaria de la necesidad de
robustecer, de forma transversal, el currículo del grado
de enfermería en actividades preventivas del consumo de
sustancias adictivas. Tal vez fuera también interesante, en
las prácticas, priorizar rotaciones por unidades de desha-
bituación. En definitiva, creemos que la universidad debe
implicarse más en la promoción de la salud de la población
universitaria en general y de los estudiantes de enfermería
en particular ya que muchos de ellos, en el futuro, tendrán
una gran influencia en los estilos de vida de la sociedad.
Financiación
No existe ninguna financiación externa.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos
A las alumnas y alumnos de enfermería de Lugo por su cola-
boración.
A Pilar Rodríguez Ledo y a Carmen Bugarín Diz por sus
sugerencias en la redacción de este artículo.
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