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MANIFIESTO INAUGURAL

DE LA PRIMERA VELADA DADÁ


D adá es un nuevo estilo artístico. Se nota en que
hasta la fecha nadie lo conocía y mañana todo
Zúrich hablará de él. Dadá procede del diccionario.
Es terriblemente sencillo. En francés significa
«caballito de madera». En alemán: «¡adiós, fin
de trayecto, hasta que nos volvamos a ver!». En 3
rumano: «sí, efectivamente, tiene razón, así es, claro
que sí, de verdad, de acuerdo». Etcétera. Una palabra
internacional. Sólo una palabra y la palabra como
movimiento. Es terriblemente sencillo. Cuando
a partir de ello se crea un estilo artístico ha de
significar que se quiere evitar toda complicación.
Dadá psicología, dadá literatura, dadá burguesía
y vosotros, muy respetados poetas, que siempre
habéis hecho poesía con palabras, pero nunca habéis
poetizado la palabra misma. Dadá Guerra Mundial
4 sin fin, dadá revolución sin principio. Dadá vosotros,
amigos y poetas como yo, evangelistas sumos.
Dadá Tzara, dadá Huelsenbeck, dadá m’dadá, dadá
mhm’dadá, dadá Hue, dadá Tza.
¿Cómo se alcanza la eterna bienaventuranza?
Diciendo dadá. ¿Cómo se adquiere fama? Diciendo
dadá. Con ademán noble y refinadas maneras. Hasta
la locura, hasta perder el sentido. ¿Cómo se puede
desmontar todo lo escurridizo y periodístico, todo lo
agradable y pulcro, todo lo moralizado, embrutecido,
afectado? Diciendo dadá. Dadá es el alma universal,
dadá es la sensación del momento, dadá es el mejor 5
jabón de leche de azucena del mundo. Dadá señor
Rubiner, dadá señor Korrodi, dadá señor Anastasius
Lilienstein.

Significa en suma: valorar la hospitalidad de


Suiza por encima de todo y considerar que la clave
de lo estético es la norma. Recito versos que aspiran
nada más y nada menos que a renunciar a la lengua.
Dadá Johann Fuchsgang Goethe. Dadá Stendhal.
Dadá Buda, Dalai Lama, dadá m’dadá, dadá m’dadá,
6 dadá mhm’dadá. Afecta al contacto, que en principio
queda algo interrumpido. No quiero palabras que
otros hayan inventado. Todas las palabras las han
inventado otros. Quiero zascandilear por mi cuenta
con las vocales y consonantes que me convengan. Si
una vibración mide siete varas, quiero palabras que,
consecuentemente, midan siete varas. Las palabras
del señor Schulze sólo miden dos centímetros y
medio.
Así se podrá apreciar bien cómo surge el
lenguaje articulado. Simplemente dejo salir los
sonidos. Las palabras surgen, hombros de palabras; 7
piernas, brazos, manos de palabras. Au, oi, u. No
hay que dejar que salgan demasiadas palabras. Un
verso es la ocasión de manejarse sin palabras y sin
la lengua lo máximo posible. Esta maldita lengua,
pegada a la suciedad como en manos de cambistas
que han sobado las monedas. Quiero tener la
palabra, donde acaba y donde empieza. Cualquier
cosa tiene su palabra; la misma palabra se ha
convertido en cosa. ¿Por qué no se va a poder llamar
Pluplusch al árbol y Pluplubasch cuando ha llovido?
8 ¿Y, en realidad, por qué ha de llamarse de alguna
manera? ¿Es que tenemos que meter nuestra boca
en todas partes? La palabra, la palabra, el malestar
en este punto precisamente, la palabra, señores míos,
es un asunto público de primer orden.

HUGO BALL
Zúrich, 14 de julio de 1916

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