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Resurrección

-La Llave del Infierno-


capítulo 1
(Una nueva oportunidad)

Todo es tan oscuro, no sé si estoy vivo o muerto, parece que mi vida está
llegando a su fin, siento como si mi alma se desprendiese de mi cuerpo tan
lentamente, por fin se acabado tanto sufrimiento, al fin descansare en paz,
cierro los ojos esperando mi final, pero no pasa nada, en vez de eso vuelvo a
sentir mi cuerpo junto a un gran dolor que lentamente va desapareciendo, tengo
una extraña sensación que solo podría describirla como que si estuviera
regenerándome, ¿Porque sigo vivo? Ya debería estar muerto, parece que Dios
quiere que siga sufriendo en este mundo caótico y sin sentido.
Aunque pueda sentir mi cuerpo, aun no puedo moverlo apenas y con mucho
esfuerzo abro mis lentamente ojos, mi visión es borrosa pero aun así me doy
cuenta de que sigo en el hospital, que decepción tenía la pequeña esperanza
de que al abrir los ojos despertara en mi cuarto, que todo esto solo sea una
horrible pesadilla. Al fijarme en mi pecho veo a un pequeño hombrecillo con
alas de ángel y otra que parece de demonio, su cabello tapa sus ojos y lleva
una túnica destruida que le llega hasta las rodillas trato de gritar, por el típico
miedo que todos tenemos a lo desconocido, pero ningún sonido sale de mi
boca, el miedo invade mi cuerpo, pero aun así no puede hacer nada,
simplemente me limito a ver a pequeño hombrecillo.
Ese pequeño hombrecillo mira alrededor, parece que tratando de reconocer en
donde esta, al mirarme en su rostro empieza a dibujar una sonrisa mientras
empieza a reír descontroladamente para luego decir.
- ¡logre escapar!, al fin estaré con Theos – después de otra ojeada al lugar su
sonrisa se convierte en lo que paree una cara de confusión, después de ver
todo el lugar fija su mirada hacia mí- ¿en dónde estamos? ¿quién eres, acaso
eres Theos?
trato de responderle, pero apenas puedo decir un apagado -no, él se acerca
donde mi con mientras su cara se va distorsionando a una sonrisa de un
psicópata.
-no, no, no, tú debes de ser Theos no puedo está en otro lugar que no sea con
Theos – se acerca hacia mi rostro y clava sus uñas en mi rostro – ja, ja, ja, tu
rostro refleja verdadero temor eso me hace pensar que quizá no seas que no
eres Theos- se acerca a mi oreja – ahora la pregunta es ¿estamos vivos o
muertos?

Un grito interrumpe al extraño monologo del hombrecillo era el grito de dolor de


mi amiga Keyla diciendo.
- ¡Como pudieron hacerlo! ¡¿porque no hicieron nada nada salvarlo?!
Escucho la vos calmada, apaciguadora y apenas audible tratando de calmar a
Keyla.
-Tranquilícese señorita, el paciente llego en un estado deplorable tenía
quemaduras de cuarto grado en el lado izquierdo de su cuerpo, tarde o
temprano iba a morirá y seria inhumano mantenerlo con vida ya que significaría
prologar el sufrimiento de ese pobre chico.
Escucho a Keyla llorar desconsoladamente, ella entra llantos dice.
-Quiero ir a ver a Keydo
-el doctor responde- pero señorita el chico está muy mal ¿Está segura qué
quiere verlo en ese estado?
-Keyla responde con un melancólico -sí.
El hombrecillo habla después de estar callado un buen rato.
-esto es muy raro se suponía que deberíamos estar muertos
Él se oculta al ver entrar a Keyla y al doctor en donde yo me encontraba, Keyla
entraba llorando, me sentía mal al verla quería consolarla pero no podía hacer
nada, el doctor al ver que me encontraba con vida se detiene y me queda viendo
sorprendido e incrédulo, Keyla cae de rodilla en mi cama y empieza a llorar
pensando que estaba muerto, eso me destroza por dentro al verla sumida en
llanto, nunca la había visto así, siempre pensé que era una chica muy fuerte,
nunca la he visto llorar, eso me hace dar cuenta lo importante que llegue a ser
para su vida.
Aunque cada día quería morir y descansar al fin por tantas cosas que me hacían
sentir mal como el no terminar la universidad, por el abandono de mis padres,
el trabajo de sol a sol para ganar un mísero sueldo, el que mi familia me rechace
por sus estúpidas creencias, el sentirme solo y abandonado, sin darme cuenta
siempre hubo una persona que ha estado a mi lado, alguien que siempre me
ha tratado de ayudar más de lo que ha hecho mi familia, alguien que se
preocupa por mi inclusa más que mi propia madre, alguien por quien debo
seguir adelante. La vida me ha dado una segunda oportunidad, y no pienso
desaprovecharlo, como lo he hecho todo este tiempo, luchare por ti Keyla.
Resurrección
capítulo 2
(Temor)

La rutina y la depresión han ido carcomiéndome sínicamente el poco sentido


que existía en mi vida y lo único que hacía era quejarme en mis adentros sin
siquiera intentar algo nuevo para cambiar mi condición. Después de meditar
tanto he logrado entender que he perdido mucho tiempo por divagar en las
estrellas.

La voz fuerte y autoritaria del doctor que me atendía, me regreso


abruptamente a la realidad. Aunque mi mente aún estaba confusa, logre
escuchar como el profesional le pedía a mi amiga que saliese de la habitación
de forma amable. Instintivamente clave mi mirada a la escena y vi como
varias gotas cristalinas caían de su rostro que en mejores momentos irradiaba
belleza sin igual; su caminar era lento y siempre mantenía su mirada fija en el
suelo. No había nada que explicar, ella refleja la más absoluta tristeza.

Luego, el medico de turno salió tras ella con mucha rapidez y al regresar me
di cuenta de que estaba seguido por tres enfermeras equipadas con varios
instrumentos hospitalarios que no sabría decir para que sirven.

Las enfermeras, con la orden previa del doctor, me hacen una revisión, el
doctor observa desde lejos, el rostro de las enfermeras denotaba gran
asombro, después de un buen rato, de que las enfermeras revisaran una y
otra vez el mismo lugar, quizá pensando que en alguno de sus intentos algo
cambiaria o que algún error cometieron, el doctor con su voz autoritaria pide
un informe rápido del paciente.

-es un caso muy extraño- habla la que supongo es la líder -Este paciente
tiene síntomas de estar vivo y muerto, me explico, en aquel lado donde su piel
es más oscura, presenta un funcionamiento correcto de su cuerpo, en cambio
el otro lado pálido, presenta síntomas de estar muerto- explica la enfermera
con un poco de dificultad.

-cómo puede estar vivo, díganme ustedes alguna explicación coherente- dice
rápidamente y casi gritando.
-P-pudo ser un milagro- opina inocentemente una enfermera.
-No seas ingenua los milagros no existen, he visto sufrir hasta la muerte a
personas que no lo merecían personas que tenían una vida por delante,
ningún ser omnipotente hizo nada, he perdido la fe después de ver tantas
desgracias, así que esto debe tener una explicación, no puede ser que de
repente este chico haya pasado de tener su piel carbonizada a una piel que
conserva el negro de la quemadura pero que está completamente
regenerada, que su ojo que ya no existía ahora este ahí , su cabello negro
que ya se había quemado, hubiese crecido tan de repente, y bicromático sin
aparente razón, ¿acaso piensas que algún ser superior desea mantenerlo con
vida para cumplir algún propósito en específico? -responde con euforia a la
asustada enfermera que se limita a quedarse en silencio.

-o quizá este chico haya evolucionado para poder regenerase -continúa


teorizando el doctor- claro, pero tampoco explica porque la mitad de su
cuerpo esta tan frio y tan pálido como si estuviera muerto, mientras que el
lado que estaba carbonizado este tan radiante de vida, creo que ahora tendré
que aceptar las explicaciones mundanas de la humanidad y decir que fue un
Dios quién quiso que el chico viviese- El doctor suspira y se sienta en una
pequeña silla. -Llévenselo a la sala de rehabilitación delen algo de comida y
dígale a la señorita Keyla que traiga ropa al paciente, apresúrense que quiero
organizar mis ideas-.

Las enfermeras, con mucha prisa llevan mi camilla por los pasillos del
hospital, a lo que supongo es el cuarto de rehabilitación. Durante el trayecto
solo podía observar el agrietado techo producto de los años y las luces que
parpadeaba con intensidad.

Cuando ya me había acostumbrado al ambiente que emanaba dicha


habitación, las enfermeras aparecen una vez más, pero acompañadas de lo
que parece ser mi ración de comida, debido a mi condición, se me hacía muy
difícil ingerir alimento alguno por mí mismo así que ellas se encargaron de
colocarme en una posición más adecuada para poder comer. A medida que
disfrutaba de aquel plato sencillo, sentía como cada fibra de mi cuerpo se
llenaba de energía. Después de aquello, pude levantarme de la cama sin
ningún esfuerzo, divague por los alrededores, haciendo caso omiso a las
advertencias de las enfermeras, que sin poder articular las palabras correctas.
No sabían cómo salir de su asombro al verme de pie después de pasar por
algo tan crítico.

Debido a mi progreso tan repentino me dieron de alta esa misma noche, sin
antes obligarme a llenar algunos documentos sin relevancia alguna. Ahora
dependía de Keyla, para que me trajera una muda de ropa.

Ya muy tarde, una enfermera se acercó a mí con una bolsa gris entre sus
manos, era de mi amiga. Con rapidez me puse la ropa que seguramente ella
había comprado para mí, cuando decidí verme a espejo pude notar que la
chaqueta que llevaba estaba dividida simétricamente por la mitad de un color
negro y blanco, que extrañamente coincidía con mi estado actual. - una
coincidencia-pensé

Rápidamente me dirigí a la sala de espera a reencontrarme con Keyla la cual


aparentaba un evidente entado de cansancio por falta de sueño y sus
brillantes ojos ahora yacían opacados por grandes ojeras

Al verme, cambia drásticamente su semblante de tristeza profunda por una de


inmensa alegría en tan solo un par de segundos, corrió hacia mí y me rodeo
con sus brazos en un cálido abrazo, pude sentir como sus lágrimas caían
sobre mi hombro a la vez que me decía

-Me alegro de que estés bien, ese estúpido doctor me hizo creer que estabas
muerto-.

Realmente estaba muerto, pero un hombrecillo me revivió, ¿serían las


palabras indicadas para decirle lo que me pasó? aunque lo más probable es
que no me crea. Me quedo callado sin saber qué decirle luego de un rato ella
deja de abrazarme y me hace una pregunta
- ¿Te encuentras bien? - pregunta viendo fijamente

-s-si, ¿Por qué lo preguntas? - le digo con una sonrisa

-Me pareció raro que no respondieras- lo dice con una risa nerviosa.

-ha pasado tantas cosas- le digo susurrando y recordando aquel fatídico


accidente.

-siento mucho que hayas perdido todo, pero aquí me tienes, yo te apoyaré en
todo lo que necesites, por el momento podrías vivir en el cuarto de
huéspedes en mi casa- dice Keyla con una voz amable.

-Muchas, muchas gracias Keyla No sabría cómo pagártelo, de verdad Muchas


gracias- le agradezco con una gran sonrisa.

-De nada Keydo parece están los amigos, ¿no? - responde entre risas -
Bueno, realmente estoy cansada así que sería mejor dirigirnos a mi casa, ya
sabes, para descansar.

Salimos del hospital, afuera le esperaba un taxi, nos dirigimos allá, al entrar
Keyla le dio una orden al taxista y rápidamente quedo dormida, me reí
internamente, durante el camino pensaba sobre lo que me paso, el silencio de
la noche me permitió pensar libremente.

Cuando llegamos a su casa, ella somnolienta me dirigió a un cuarto, dijo que


ahí podría dormir, luego se fue arrastrando los pies y con la cabeza
agachada, como si todo le pesase, cuando me disponía a dormir, aquel
hombrecillo salió de mi espalda, no sé cuándo se metió ahí, aunque eso
explica porque nadie lo vio.

-hemos engañado a la muerte- afirma riendo descontroladamente -aunque


eso también me hace tener un profundo temor, solo piensa el castigo que
tendremos si nos atrapan aquellos demonios-.
Resurrección
capítulo 3
(la vida)

hablo keiro tengo miedo le pregunté a qué te refieres con eso el responde no
te has puesto a pensar durante todo este trayecto que hemos engañado a la
muerte tú y yo ya no pertenecemos a este mundo y dudo que sea lo que sea
que controle el mundo de los muertos se quede tranquilo al estar nosotros
aquí más probable es que él venga a buscarnos Llévame al lugar donde
pertenecemos quién sabe qué castigo nos hará tengo miedo.

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