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Mucha gente enciende velas como una forma de decorar el hogar o un espacio de
trabajo, también para crear un ambiente relajante e íntimo o incluso para aromatizar,
con velas que desprenden olores.
Pero desde hace muchos años, las velas han sido utilizadas no únicamente con
fines decorativos o luminosos, sino en la mayoría de rituales de magia, hechicería o
meditación. Esto ha sido así debido al poder que siempre se le ha otorgado al fuego,
asociado a la luz y el calor y, por tanto, a la vida y la transformación de las cosas.
Metafóricamente, muchas culturas asocian el elemento fuego con la evolución y la
purificación. El fuego arrasa con todo y lo renueva, pero también da vida a través de
su luz y calor.
Por eso encender una vela es una manera de conectarnos con este elemento tan
poderoso. Pero no solo el poder del fuego es importante en una vela, sino también
la elección que hagamos del color. El significado de los colores, en todos los
aspectos de nuestra vida, es algo que podemos utilizar para nuestro propio
beneficio: pintar las paredes de una habitación, elegir nuestra ropa, un coche o el
diseño de un anuncio, entre otras muchas cosas. Sabemos que cada objeto emite
diferentes ondas electromagnéticas a nuestro cerebro dependiendo de su color.
Así, la elección del color de una vela no debe ser algo únicamente estético, sino
que cada color puede estimularnos de forma diferente, y aportarnos sensaciones
muy variadas.
Si quieres conocer el significado de las velas según su color, sigue leyendo este
artículo y obtendrás toda la información necesaria para saber qué vela utilizar en
cada momento y que beneficios te aporta cada una:
Son velas muy beneficiosas que nos aportan momentos de sosiego y armonía.
Encender una vela roja aumenta nuestra fortaleza, nos activa y nos da energía para
poder afrontar peligros, retos o situaciones complicadas y decisivas en nuestra vida,
por lo que nos puede ayudar a superarnos día a día y triunfar. Como color del amor
y la sexualidad, estimula el sentido del placer y fomenta nuestra sensualidad,
aportándonos vibraciones positivas.
Encender una vela amarilla, por un lado, nos ayuda a pensar con mayor claridad, a
utilizar la razón y conectar con la conciencia. Esto refuerza la seguridad en nosotros
mismos. Por otro lado, favorece la ambición, la creatividad y nos hace más
emprendedores, buscando conseguir los bienes materiales que deseamos. Es una
energía útil para el terreno profesional.
Encender una vela rosa ayuda a dejar fluir las emociones y sentimientos, y nos
conectan con nuestro lado más humano. Por eso, fomentan la unión y la amistad
entre las personas del entorno. Como estímulo de nuestras emociones, y
representación de la belleza y la perfección, son muy útiles para favorecer la salud
y el bienestar tanto físico como mental.
Las velas moradas o lilas atraen el prestigio y el poder, nos sentimos fuertes para
enfrentarnos al mundo y buscar el éxito. Pero debemos evitar usarlas en exceso, ya
que esa sensación de superioridad nos puede hacer caer en la tiranía y la
prepotencia.
Encender una vela de color negro acaba con las malas vibraciones y energías. Si
algo o alguien nos hace daño, nos incomoda o se rebela contra nosotros, encender
una vela negra neutraliza su negatividad y nos ayuda a controlar mejor la situación.
Encender una vela naranja, por tanto, nos da la fuerza del rojo y la claridad del
amarillo. Atrae las energías positivas, especialmente aquellas que nos empujan a
crear y actuar, nos aporta motivación y creatividad. Es muy beneficiosa para levantar
el ánimo en momentos de bajón.