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Universidad Tecnología de Panamá

Facultad de Ingeniería eléctrica


Líneas de Transmisión y Antena

Diomedes Aguilar 9-752-931


Ruben Franco 9-749-569

El sensor elástico con energía solar que detecta los latidos del corazón
Unos de los grandes problemas a los que se enfrenta la biotecnología en la actualidad
es como mantener alimentados sus dispositivos. Esta fue la pregunta que se formuló un
equipo de desarrolladores de biosensores elásticos ¿cómo se mantiene una fuente de
alimentación estable sin cables
Los equipos tecnológicos que tenemos hasta el momento están alimentados de baterías
de polímeros de litio o litio-ion o bien un toma corriente lo que causa problemas a la
hora de diseño, costos tamaños, movilidad, etc. Recordemos que la vida útil de una
batería está dada por su composición y otros factores, pero no elimina el hecho de que
en algún momento puede fallar o sea necesario su remplazo por lo que era necesario
pensar en otra forma de alimentar en este caso sensores de tipo biológicos.
El Ph.D. Takao Someya Licenciado en Ingeniería Eléctrica por la Universidad de Tokio
junto con su equipo de trabajo que se encargan de la investigación de transistores
orgánicos, electrónica flexible, circuitos integrados de plástico, sensores de área grande
y actuadores de plástico se encontraron con este problema y han encontrado la
solución: integraron un sistema electrónico biosensor en una célula fotovoltaica
flexible
Aunque no parezca mucho han dado con el santo grial de la autoalimentación estamos
hablando de una célula autorecargable capaz de suministrar energía al biosensor con
luz solar, luces tenues que imitaban las condiciones de luz ambiental y continuó
funcionando bien. La célula Las células estaban hechas de un material llamado PNTz4T
que mejoran la eficiencia de la célula sobre células solares flexibles similares
integrando oxido de zinc, todo esto en un encapsulado de unos 10 nanómetros.
Una vez implementada la nueva forma de alimentación en los biosensores se
empezaron las pruebas en seres vivos, se le pegaron en la piel humana y el tejido
cardiaco de la rata, brillo una luz brillante sobre ellos, y detecto con éxito los latidos de
corazón. Por si fuera poco los datos obtenidos con los nuevos biosensores fueron tres
veces mejores que la de los sensores con fuente de alimentación externa.
Actualmente la tecnología podría usarse para monitorear los latidos del corazón
durante el ejercicio, con las mejoras de precisión, el equipo espera que eventualmente
pueda usarse en hospitales para monitorear pacientes.
Otro aspecto importante a la hora de crear estos biosensores es la capacidad que
puedan tener para soportar condiciones diarias sin sufrir un deterioro o un mal
funcionamiento. El biosensor debe ser capaz de soportar el agua, aire, calor y presión
por largos periodos de tiempo sin sufrir ninguna avería que es en lo que el grupo de
Someya se está enfocando actualmente. En un futuro esperan poder integrar otros tipos
de sensores y como transmitir mejor las señales biológicas.
Es realmente admirable la capacidad que han demostrado un grupo de personas con
suficiente conocimiento y ganas de innovar y mejorar hasta tal punto de crear cosas que
son tan complejas que quizás para algunos parezca poco pero solo el hecho de tener
una idea tan genial y lograr convertirla en algo tangible y que realmente funciona y
ayudara a muchas personas a nivel mundial son cosas que te hacen pensar que hay
cosas grandes por las que aspirar.

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