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Los ansiolíticos son fármacos que reducen la ansiedad, cualquiera que sea la causa de ésta,
reduciendo la activación de circuitos cerebrales septohipocámpicos1 , cuya actividad se incrementa
ante señales de peligro. Con algunos se ha comprobado su eficacia específica en determinados
trastornos de ansiedad.
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Benzodiacepinas que por su estructura química puede pertenecer a tres grandes grupos de BZD: las
1,4-BZD; las 1,5-BZD; y las BZD tricíclicas. Clínicamente se caracterizan por producir varios efectos:
sedación y disminución de la ansiedad, reducción del insomnio, relajación muscular, y efectos
anticonvulsivante. Clínicamente su clasificación se realiza según la duración de su acción: de acción
larga, media y corta. Las de acción más larga suelen dar lugar a metabolitos activos
(desmetildiacepan) con una vida media de más de 60 horas, que mantienen sus efectos una vez
eliminados los fármacos administrados. En general las de acción más corta tienen un comienzo de
acción más rápido, eliminándose antes, mostrando más efecto hipnótico, y teniendo más
probabilidad de dar lugar a desarrollo de tolerancia y dependencia.
Azapironas, que son sustancias sin acción sobre los receptores BZD, con efectos más ligados a la
serotonina. Su principal representante es la buspirona, que clínicamente se caracteriza porque
produce específicamente efecto ansiolítico, pero no de un modo inmediato, sino que necesita la
administración durante al menos dos semanas para que se noten sus efectos. Tampoco da lugar a
tolerancia y dependencia, por lo que se indica en cuadros crónicos de ansiedad.
Beta-Bloqueantes, que actúan sobre los receptores Beta-Adrenérgicos reduciendo los síntomas
somáticos de la ansiedad, tales como el temblor o las palpitaciones. El principal representante de
este grupo es el propanolol. Se utiliza fundamentalmente para combatir la ansiedad situacional.
Hipnóticos no BZD, que agrupan sustancias, cuya estructura química no es benzodiacepínica, pero
que presentan efecto hipnótico. Los dos grupos más representativos son las imidazopirinas (como
el zolpidem) y las ciclopirrolonas (como la zoplicona). No aumentan la somnolencia diurna, ni
producen ansiedad de rebote. No aumentan la tolerancia y sólo ocasionalmente se producen
síntomas de abstinencia tras su supresión.
BENZODIACEPINA DIAPO 6
DIAPOSITIVA 7
Las BDZ son moléculas muy liposolubles que pasan las barreras fisiológicas fácilmente. Tienen buena
absorción oral si se dan con estómago vacío; en caso de administración con otras sustancias o con
alimentos es importante considerar que se retarda la absorción. El metabolismo se lleva a cabo en
el hígado por medio de oxidación (fase I) y glucuronidación (fase II); dentro de las BDZ se diferencian
algunas como lorazepam y oxazepam que sólo utilizan reacciones de fase II y por este motivo son
una buena elección en pacientes con hepatopatías, edad avanzada o en condiciones en las que la
polifarmacia obliga a disminuir la posibilidad de interacciones medicamentosas.
Farmacodinamia
Existen dos subtipos de sitios receptores de BDZ en el canal de cloro, el receptor omega 1 y el omega
2. El receptor omega 1 media el efecto hipnótico y el omega 2 media la cognición, la memoria y el
control motor. Las sustancias agonistas selectivas del receptor omega 1 tendrían es casos efectos
cognoscitivos. Del conocimiento de estas dos variantes se desarrolló el grupo farmacológico de
hipnóticos no BDZ agonistas de omega 1 que producen inducción de sueño con un menor potencial
de alteraciones cognitivas.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS
EFECTOS ADVERSOS
Los efectos adversos importantes sobre los distintos sistemas, aparte del SNC, son muy raros y por
lo tanto las BDZ están entre los fármacos mejor tolerados. En el SNC el más común es la somnolencia,
para la cual comúnmente se desarrolla tolerancia. En dosis altas pueden presentarse ataxia,
disartria, confusión y desorientación. Dosis terapéuticas agudas o dosis altas pueden interferir con
la función psicomotora (lo cual es importante en el manejo del automóvil o máquinas peligrosas),
pero generalmente no hay problema con dosis terapéuticas repetidas, con excepción de pacientes
de edad avanzada o cuando se mezclan con otros sedantes. La memoria puede afectarse,
especialmente con las BDZ de alta potencia, por administracion intravenosa producen amnesia
anterógrada aguda. Existen reportes de reacciones paradójicas severas con agitación, agresividad,
alucinaciones.
Es recomendable evitar el uso de BDZ en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica
o apnea del sueño, pues pueden empeorar la insuficiencia respiratoria y aumentar el número de
episodios de apnea en mediciones polisomnográficas. Por otro lado la administración i.v. rápida de
BDZ produce depresión respiratoria en individuos sanos.
La mayoría de pacientes que usan BDZ en Norteamérica lo hacen por períodos breves. Los que las
usan a largo plazo son minoría y generalmente son personas de edad avanzada con problemas
médicos o psiquiátricos crónicos, muchas veces en dosis pequeñas como hipnóticos. El verdadero
abuso de BDZ se encuentra generalmente dentro de un patrón de abuso de otras sustancias y por
lo tanto es más común en individuos con antecedentes de alcoholismo y farmacodependencia. Al
parecer las BDZ preferidas para este abuso son el diazepam, alprazolam, lorazepam y flunitrazepam.
Esta última se ha retirado en varios paises por su potencial de abuso y de utilización en actos
delictivo Cuando las BDZ se administran por periodos cortos (dos semanas) no se observa tolerancia,
dependencia o síntomas de abstinencia, aunque las de acción ultracorta pueden constituir una
excepción. Usualmente para desarrollar dependencia fisiológica significativa y síndrome de
supresión se requiere una administración continua por cuatro meses o más. El síndrome de
supresión depende de varios factores como son el tiempo que se lleve con la medicación, la dosis,
la vida media y la forma de interrumpir el medicamento.
TOXICIDAD:
Las BDZ poseen un alto índice terapéutico y por lo tanto son poco tóxicas en sobredosis, a menos
que se combinen, como a menudo sucede, con alcohol, antidepresivos tricíclicos u otros sedantes
del SNC. El manejo consiste en lavado gástrico, medidas de apoyo y la administración de flumazenil,
que es un antagonista de los receptores de BDZ. La dosis recomendada es 0,2 mg i.v. en 30 segundos.
Si pasados otros 30 s no mejora el nivel de conciencia, se puede administrar 0,3 mg.
INDICACIONES
LEER DE LA DIAPOSITIVA
OTROS ANSIOLITICOS
BUSPIRONA
La buspirona viene en comprimidos de 5 y 10 mg. La medicación se inicia con 5 mg tres veces al día
y se puede aumentar 5 mg cada tres días hasta llegar a 30 mg con una dosis máxima de 60 mg
Sus ventajas residen en la no producción de dependencia, sedación y la falta de interacción con el
alcohol.