LEDESMA SALDIVAR EZEQUIEL GRUPO: 5.

¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE EL MUNDO?

El mundo vive tiempos de confusión. ¡Cuántas personas están confundidas hoy!, Ya

sea bien acerca del mismo, del sentido de su existencia, de la materia y del espíritu
que lo integra, del tiempo en que se realiza su vida y de la eternidad que se
proyecta.
Las personas oyen cosas y no saben decidir, si son verdad o son mentira.
Escuchan cierta clase de noticias y se desconciertan. Leen determinados libros y les
queda un sentimiento amargo.
Y como parte de esta realidad confusa surgen incontables pregoneros falsos. Y
como en los tiempos antiguos anuncian: ¡Verdad! Y, no ofrecen la verdad.

Las consecuencias son una de sus innumerables ilustraciones.

Me ha hecho pensar que “nos la estamos jugando” como humanidad y no somos

conscientes de ello.

La civilización no es más que un delgado puente a punto de caer en la superficie

social y metal de todos nosotros y aspectos. Hay mucho más por abajo. Y eso
asusta, en cierta manera en general.

Especialmente es interesante me han aparecido algunas ideas sobre el tiempo y la

historia, los estados-nación, guerra etc.

El autor nos hace ver que el pasado se ha desarrollado para producir el presente y
“descartamos” otras múltiples cosas que pasaron.

Otra idea muy interesante es que la evolución es deriva, desviación y es también

ruptura, perturbaciones, crisis. Sin ellas no se avanza y curiosamente luchamos
cada día para mantenernos estables y “tranquilos”. La crisis no es lo contrario al
desarrollo, sino su forma misma.

Aspectos como la atentados, puede convertirse en sí en su producto principal.

Otro ejemplo: las ventajas de la reducción de la mortalidad nos está
conduciendo a un crecimiento catastrófico excesivo en el planeta.
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El autor plantea una imagen muy crítica, y que ven a sus residentes como
sospechosos. Que no reconocen ninguna ley superior a su voluntad

La guerra es la solución que más emplean los países en la actualidad y no está

dando buenos resultados. En los últimos tiempos está en crisis. No solventa nada
de ninguna manera.

No reconocen ninguna ley superior a su voluntad. De ahí viene la principal

amenaza sobre la humanidad (destrucción total) y sobre los individuos (alienación
total y totalitaria).

El autor plantea que debería existir una emergencia vital que supere. Habla de que
solución pasa por escenarios en que se pare la violencia, y no hay otra forma que
abrir un nuevo bucle de arrepentimiento y perdón, que debe incorporarse y
superar el de venganza y odio, que predomina en este momento.

Es la conciencia de la destrucción mutua que puede llevar a construir.

Esa conciencia general y genérica de la humanidad no se construye delegando su
fe en el partido o en el estado portador de la verdad histórica.

Trata de dar con las claves del verdadero problema: a pesar de las evidencias
comentadas, cada uno, en su aquí y ahora, se siente lejos de la humanidad y el
mundo, y la noción abstracta que se diluye en el allende y el porvenir.

Termina con una conciencia general y genérica de la humanidad no se construye

delegando su fe en el partido o en el estado portador de una absoluta verdad
histórica.
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