Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Nueva Vida Del Creyente - Documentos de Google
La Nueva Vida Del Creyente - Documentos de Google
Colosenses 3:1-11
Introducción:
La semana pasada hemos hablado de la necesidad de identificarnos muertos al
pecado, los creyentes estamos revestidos de una nueva naturaleza gracias a nuestra
fe en el Señor Jesucristo. Al nacer de nuevo, nuestra medida debe ser con relación a
las leyes del Reino de Dios. Ese hecho es el que nos lleva a crecer espiritualmente y
nos garantiza que resucitaremos a la eternidad con el Señor Jesucristo.
Lo segundo es que hoy por medio de Cristo, tenemos verdadera vida; amigo que
nos visitas entregue su vida a Cristo él ha estado buscándole y hoy es el día que hizo
el señor para salvarle, y amigo que ya ha aceptado a Cristo la vida en Cristo es
verdadera vida, vive con libertad de tal manera que ni las palabras deshonestas,
altisonantes, los pensamientos de hombre y no de Cristo, le hagan esclavo usted ya
ha sido libre cuando Cristo venga podrás así compartir su gloriosa presencia; lucha
por permanecer en libertad pues Cristo te hizo libre pues la nueva naturaleza nos
compromete a poner la mirada en las leyes del Reino de Dios y de esta manera
garantiza no moriremos eternamente si no que resucitaremos juntamente con
él.(v1-2).
II. La nueva naturaleza en Cristo nos compromete a decidirnos por el cambio (v.
5-7).
1. El camino del cristiano es parte de una decisión (v. 5) “Haced morir, pues, lo
terrenal en vosotros” La carga terrenal nos obstaculiza el crecimiento por tanto es
necesario que mueran en nosotros; todos los malos deseos; como lo son las
relaciones sexuales prohibidas, lo indecente, la avaricia, provocará la ira de Dios
pues actúas como hijos de desobediencia esta era la manera en que antes nos
comportábamos, lo viejo ha pasado ya eres nueva creatura; (nuevo hombre o mujer);
notaste bien dijimos “antes nos comportábamos” no ahora eso era antes pero también
es necesario dejar lo siguiente.
Conclusión:
Con demasiada frecuencia olvidamos que como cristianos estamos creciendo día a
día en la fe. Es un proceso. No se logra de un momento a otro ni de la noche a la
mañana. Esa disposición de crecer nos lleva a dejar de lado aquellos aspectos que
tenemos claro y que no edifican nuestra vida espiritual y a dedicarnos en las cosas
que son dignas de un creyente responsable