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HERNIA DISCAL

¿CÓMO SE TRATA EFECTIVAMENTE?


ÍNDICE
Introducción 3

1. ¿Qué es la hernia discal? 4


1.1. Anatomía básica: columna, vértebras y discos. 4
1.2. Protusión vertebral y pinzamiento de disco. 6

2. ¿Por qué se puede producir una hernia discal? 8

3. ¿Cuáles son los síntomas principales de una hernia discal? 10


3.1. Síntomas principales de la hernia discal cervical. 10
3.2. Síntomas principales de la hernia discal lumbar. 12

4. . ¿Cuáles son los tratamientos de una hernia discal? 14


4.1. Fármacos. 14
4.2. Ultrasonidos, infiltraciones, bloqueos…. 15
4.3. Terapia postural. 15
4.4. Cirugía. 15

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INTRODUCCIÓN

Si sueles leer los e-books y artículos del Blog de las Personas que viven con Dolor,
seguro que sabes que cerca de un 85% de la población mundial sufre o ha sufrido
alguna vez de dolor de espalda, un síntoma que nos alerta de diversas afecciones
y patologías más o menos incapacitantes y que supone, entre otras muchas cosas,
un importante gasto sanitario y una pérdida increíble de horas productivas por bajas
laborales. De hecho, el dolor de espalda es actualmente la primera causa de baja
laboral en nuestro país, un dato que, como supondrás, se traduce en una pérdida de
cientos de miles de euros cada año y, por supuesto en una merma de la calidad de
vida de las personas que sufren este tipo de dolor y que repercute negativamente en
su entorno familiar más cercano.

Hay muchas causas que pueden explicar la aparición del dolor de espalda agudo
que, en ocasiones, se convierte en crónico: sobreesfuerzos en el trabajo, lesiones

y, por supuesto, la protagonista de este libro electrónico: la Hernia Discal, un nombre


que casi todo el mundo ha escuchado o leído alguna vez, pero del que tenemos poca
información que sí vas a encontrar en este
e-book que ahora estás empezando a leer.

Así, hoy intentaremos aclarar de una forma sencilla qué es la hernia discal, cuáles
son sus síntomas principales, quién es más susceptible de padecer sus síntomas
y, por último y quizás más importante: qué tratamientos se pueden aplicar para
eliminar el problema o, al menos, aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de las
personas que sufren hernia discal.

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1. ¿QUÉ ES LA HERNIA DISCAL?
Vamos a empezar por el principio, por saber qué es y en qué consiste exactamente
una hernia discal y qué la diferencia de otras dos patologías que se le parecen
bastante y que a menudo confundimos: la protusión vertebral y el pinzamiento de
disco.

Explicado de forma muy sencilla podríamos decir que una hernia discal es una
patología en la que el núcleo pulposo de un disco vertebral se mueve de su sitio, toca
y presiona la raíz de un nervio y produce dolor, hormigueo, sensación de debilidad
en esa zona, etc.

En realidad la hernia discal se podría producir en cualquiera de los discos que tenemos
entre las vértebras de nuestra columna, pero casi siempre se ceba en las zonas que
sufren mayor desgaste con el paso de los años o que soportan más presión cuando
trabajamos, caminamos o hacemos deporte: la zona cervical, dorsal, lumbar y sacra.

Para comprender mejor el diagnóstico de los médicos ante cualquier patología en la


que esté involucrada la columna vertebral es útil que hablemos un poco de anatomía
básica. Vamos a ello.

1.1. Columna, vértebras y discos.


Cuando nacemos nuestra columna está formada por 33 vértebras, estas vértebras
se agrupan por zonas o regiones que, de arriba hacia abajo, se denominan cervical,
dorsal o torácica, lumbar, sacra y coxígea o del coxis. Cada una de estas zonas tiene

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un número determinado de vértebras que se denominan tomando la inicial de la
región en la que se localizan y el número de su posición en la columna empezando
por el cuello y terminando en la zona del coxis. De esta forma:

• Cervical: 7 vértebras; de la C 1 a la C 7.
• Dorsal o torácica: 12 vértebras; de la T 1 a la T 12.
• Lumbar: 5 vértebras; de la L 1 a la L 5.
• Sacra: 5 vértebras; de la S 1 a la S 5.
• Coxígea: 4 vértebras; de la Co 1 a la Co 4.

Las vértebras cumplen distintas funciones dependiendo de la región de la columna


en la que se encuentren.
cuello, y las dorsales permiten la articulación de las costillas y ayudan a proteger los
órganos vitales que se encuentran dentro de la caja torácica. Las vértebras lumbares

del trono, mientras que las cinco vértebras sacras permiten el movimiento de esa
zona y ayudan a distribuir el peso a la cintura pélvica. Por último, las cuatro vértebras
fusionadas del coxis amortiguan el peso de nuestro cuerpo cuando nos acuclillamos
o nos sentamos.

Entre cada una de las vértebras cervicales, dorsales, lumbares y sacras encontramos
a los protagonistas de la hernia discal: los 23 discos intervertebrales, esa especie
de almohadillas que se distribuyen por nuestra columna y que cumplen distintas
funciones: mantienen a las vértebras unidas, ayudan al movimiento, sirven como
amortiguador entre dos vértebras para impedir roces, desgastes y daños, etc.

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Los discos pueden cumplir su funcionalidad gracias a su curioso diseño: tienen
una parte exterior dura llamada anillo fibroso y una parte interior blanda que se
denomina tejido o núcleo pulposo

Pero el paso del tiempo, el exceso de movimiento, una enfermedad, un golpe o


una repetición de movimientos puede hacer que esa estructura dura se dañe, se
desgaste o se rompa y deje salir al exterior el gel que contiene, el tejido pulposo. Ese
gel, libre de la sujeción del anillo exterior del disco se desplaza y toca el nervio que
encuentra en su camino produciendo el intenso dolor, el hormigueo y el resto de
los síntomas que te contábamos unas líneas más arriba. Hemos llegado al quid de la
cuestión: a la dolorosa hernia discal.

RECUERDA
Nuestra columna está formada por varias vértebras que reciben distinta
denominación en función de la región de la columna donde se encuentren:
cervical, dorsal o torácica, lumbar, sacra y coxígea.
Entre la mayor parte de las vértebras existen unos discos que impiden que
rocen entre sí y las ayudan a cumplir sus funciones de movimiento.
En función de la zona de la columna en la que se encuentre cada disco, será
más o menos proclive a sufrir desgaste o daños y, así, a desembocar en una
hernia discal.

1.2. Protusión vertebral y pinzamiento de disco.


Hay dos patologías que se pueden confundir con la hernia discal: la protusión
vertebral y el pinzamiento de disco. Ambas afecciones son casi igual de dolorosas
que la hernia discal, pero son diferentes tanto desde el punto de vista de la gravedad
de la afección, como del tratamiento más adecuado para aliviar sus síntomas.

La protusión vertebral se considera la segunda fase de la aparición de una hernia


discal:


el núcleo pulposo.
• Segunda fase: protusión vertebral.
• Tercera fase: hernia discal.

La principal diferencia entre la protusión vertebral y la hernia discal es que en


aún no ha cedido, no
presenta rotura externa, pero sí muestra una deformidad que se aprecia mediante

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una resonancia magnética y que sirve de alerta para que empecemos a tomar

su interior.

La segunda afección que solemos confundir con la hernia discal es el pinzamiento


de disco. En esta afección el disco vertebral se desplaza por alguna razón y toca
o presiona la raíz de uno de los nervios espinales. El dolor que sentimos es muy
parecido al de la hernia discal ya que en ambos casos está involucrado un nervio que
transmite señales de dolor a la mínima alteración, pero tanto el diagnóstico como el
tratamiento de ambas patologías es muy diferente.

RECUERDA
La protusión vertebral es la segunda fase en la aparición de una hernia discal.
En la hernia discal el núcleo pulposo del disco sale del anillo que lo contiene,

pero el gel que contiene permanece en su lugar. Esa es la principal diferencia


entre ambas patologías.
En el pinzamiento de disco el dolor surge porque un disco intervertebral se
desplaza y entra en contacto con las sensibles raíces nerviosas. El núcleo

por lo que el tratamiento de ambas patologías es muy diferente.

ETAPAS DE UNA HERNIA DISCAL

Normal Degeneración

Prolapso Extrusión Secuestro

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2. ¿POR QUÉ SE PUEDE PRODUCIR UNA
HERNIA DISCAL?
Cuando nos diagnostican una hernia discal, la pregunta más lógica que podemos
hacernos es “¿Por qué a mí?” Y es que las causas de la hernia discal nos preocupan
a todos, a los médicos, a las personas que sufren esa patología y, por supuesto, a las
autoridades sanitarias que tienen la obligación de orientar a la población mediante
la difusión de medidas de prevención de las patologías y enfermedades más
frecuentes.

Además de que hay ciertas enfermedades que pueden aumentar la probabilidad


de que una persona sufra una hernia discal cervical, lumbar, dorsal y de la zona
sacra, existen varias causas que tenemos que tener en cuenta sobre todo a la hora
de prevenir la aparición de una hernia discal:

1. La edad.
El tiempo lo desgasta todo, nuestros huesos, nuestras articulaciones y, también,
nuestros discos intervertebrales. Según vamos cumpliendo años
de los discos que más utilizamos para movernos van sufriendo un desgaste lógico.
Las paredes del disco se hacen más frágiles, pierden grosor y resistencia y, así, un

el gel que contiene.

2. Los sobreesfuerzos y los movimientos repetitivos.


Como bien sabes, hay ciertos profesionales que están más expuestos a sufrir una
hernia discal: el personal de almacén y de reparto de mercancías, los profesionales
del sector de las mudanzas, los deportistas que levantan pesos o someten su espalda
a continuos sobreesfuerzos, los trabajadores de las fábricas que hacen movimientos
sobreesfuerzo continuado
a lo largo del tiempo
una hernia discal.

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3. El género.
Al parecer se registran más casos diagnosticados de hernia discal entre hombres
que entre mujeres y sobre todo en una franja de edad comprendida entre los 30
y los 50 años. Una parte de la comunidad médica apunta a que la razón de esta
mayor incidencia de casos de hernia discal entre los varones de mediana edad no se
debe a las diferencias físicas entre hombres y mujeres, sino a la mayor presencia de

muy exigentes que someten a la espalda a ciertos movimientos y posturas, etc.

4. La obesidad.
Las personas que sufren de obesidad o de sobrepeso tienen mayor riesgo de padecer
hernia discal por un motivo muy lógico: su columna debe aguantar más kilos de
peso y, así, la exigencia de las vértebras y discos intervertebrales para ejecutar los

5. El embarazo.
Seguro que has oído decir (o has sufrido en tus propias carnes) que las mujeres
embarazadas tienen más riesgo de padecer una hernia discal, una ciática, una
lumbalgia… La razón es doble: por una parte el peso extra con el que cargan las
mujeres durante el periodo de gestación y, por otra parte y no menos importante,
el hecho de que este aumento de peso localizado en la zona ventral impide a las
embarazadas moverse con naturalidad, lo que hace que adquieran malos hábitos
posturales que pueden dañar o afectar a los discos intervertebrales.

RECUERDA
El sobrepeso, la falta de higiene postural a la hora de hacer deporte o de trabajar
o los movimientos repetitivos son tres de las causas principales de la hernia discal
que podemos prevenir cambiando ciertos hábitos de nuestro día a día.

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3. ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS
PRINCIPALES DE UNA HERNIA DISCAL?
El dolor es un síntoma común a cualquier hernia discal, pero tanto su intensidad
como su capacidad de irradiación a otras zonas dependerá muy mucho de la zona
de la columna donde se localice la lesión, es decir, del tipo de hernia a la que nos
enfrentemos: cervical, dorsal, lumbar o sacra.

Dentro de las hernias discales, las más frecuentes se dan en las dos zonas de la
columna que soportan más peso o que deben hacer más movimientos repetitivos: la
región cervical y el principio de la dorsal y la zona lumbar y las primeras vértebras
sacras.

3.1. Síntomas principales de la hernia discal cervical.


La hernia discal cervical se caracteriza por la presencia de cervicobraquialgia, un
intenso dolor en la zona del cuello que a veces viene acompañado de contracturas
en los músculos cercanos. El dolor aumenta cuando movemos el cuello, los hombros
o los brazos y remite un tanto cuando permanecemos quietos y en reposo.

El dolor de la hernia discal cervical suele irradiar hacia una o ambas extremidades
superiores y afectar a los hombros, el antebrazo, las manos y los dedos.

La hernia discal cervical más frecuente afecta sobre todo a los discos de las vértebras
C6-C7, pero también pueden verse afectados otros discos intervertebrales. Veamos
los síntomas característicos de la hernia discal cervical en función de los discos
intervertebrales afectados:

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HERNIA DISCAL CERVICAL

VÉRTEBRAS AFECTADAS SÍNTOMAS PRINCIPALES

C4-C5 Intenso dolor en la zona del cuello que


en ocasiones irradia hacia uno o ambos
hombros.
Dificultad para levantar uno o los dos
brazos.
Sensación de debilidad muscular al

C5-C6 La cervicobraquialgia se extiende hacia


el antebrazo y llega a alcanzar a los dedos
índice y pulgar.
Disminución o, incluso, ausencia de
reflejo bicipital: el antebrazo no se

tendón del músculo estando el codo algo

Sensación de debilidad muscular al


intentar doblar el codo.

C6-C7 La cervicobraquialgia se extiende por


todo el brazo y afecta especialmente al
tercer dedo de la mano y a la primera
falange del cuarto dedo.
Falta del reflejo llamado tricipital: el
antebrazo no se extiende cuando el
médico percute suavemente en la parte
del tríceps que se localiza en el codo.
Sensación de debilidad muscular al

muñeca.

C7-D1 La cervicobraquialgia afecta


especialmente al antebrazo y el dolor se
extiende hacia el cuarto y el quinto dedo
de la mano.
Ausencia total o parcial del reflejo
tricipital.
Se aprecia una sensación de debilidad
generalizada en la musculatura de toda
la mano.

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3.2. Síntomas principales de la hernia discal lumbar.
La hernia discal lumbar se caracteriza por la presencia de lumbalgia, un intenso dolor
en la zona lumbar que a veces viene acompañado de contracturas en los músculos

quietos y de pie y remite un tanto cuando nos tumbamos.

El dolor de la hernia discal lumbar suele irradiar hacia una o ambas extremidades y
afectar también a la zona de los glúteos, la pelvis y el coxis.

La hernia discal lumbar más frecuente afecta a los discos de las vértebras L5-S1, pero
también pueden verse afectados otros discos intervertebrales. Veamos los síntomas
característicos de la hernia discal lumbar en función de los discos intervertebrales
afectados:

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HERNIA DISCAL LUMBAR

VÉRTEBRAS AFECTADAS SÍNTOMAS PRINCIPALES

L1-L2 Lumbalgia y sensación de debilidad que


se centran sobre todo en la cara anterior
de uno o de ambos muslos.
Dificultad para mover las caderas.

L2-L3 Lumbalgia y sensación de debilidad que


se centran tanto en la cara anterior de
uno o de ambos muslos, como en la parte
anterior de la rodilla de la pierna afectada.
Dificultad
también, para extender la rodilla afectada.

L3-L4 La lumbalgia y la debilidad aparecen


tanto en uno o ambos muslos como en
la rodilla y en la cara interior de la pierna
hacia la que haya irradiado el dolor.
Falta del reflejo llamado rotuliano:
la pierna no se extiende cuando el
médico percute suavemente sobre el
tendón rotuliano mientras la pierna está
colgando en ángulo recto.
Dificultad para extender una o ambas
rodillas y sensación de debilidad en los
cuádriceps de la pierna afectada.

L4-L5 El dolor irradia hacia el muslo, la


pierna, el dorso del pie y, a veces, llega a
alcanzar al dedo gordo.
RECUERDA
Dificultad para mover el dorso y el dedo Un síntoma común a todas
gordo del pie. las hernias discales es la
presencia de un fuerte e
L4-L5 El intenso dolor irradia hacia el muslo, la
intenso dolor que irradia
pierna, el dorso y la parte lateral del pie
hacia otras zonas de
y los dedos. Aparece insensibilidad en las
nuestro cuerpo.
zonas irradiadas.
Este dolor puede venir
Falta del reflejo llamado aquíleo: los acompañado por una
músculos de la pantorrilla no responden sensación de debilidad
al toque del médico sobre el tendón de y una ausencia de
Aquiles. respuesta involuntaria de
Dificultad los músculos durante la
planta del pie, mover los dedos, etc exploración médica.

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4. ¿CUÁLES SON LOS TRATAMIENTOS
PRINCIPALES DE UNA HERNIA DISCAL?
Hasta ahora hemos visto en qué consiste una hernia discal, cuáles son sus diferencias
con otras patologías parecidas, qué síntomas son los más frecuentes en función
del disco o discos afectados, etc. Ha llegado el momento de llegar al meollo de
la cuestión, a la respuesta que necesitan las miles de personas afectadas por una
hernia discal cervical, dorsal, lumbar o sacra: los tratamientos que se pueden aplicar
para eliminar el problema o, al menos, para aliviar sus síntomas principales, sobre
todo el dolor.

A la hora de tratar una hernia discal, la mayor parte de los especialistas optan por un
tratamiento conservador y no invasivo, es decir: comenzar por un tratamiento
postural, bloqueo o
estimulación nerviosa, etc., y no enviar directamente al quirófano a la persona a la
que se le ha diagnosticado una hernia discal. No obstante, si el tratamiento
programado no funciona durante un tiempo determinado, el especialista tendrá que
optar por intervenir quirúrgicamente.

De esta forma, los tratamientos más utilizados a día de hoy para tratar una hernia
discal serían los siguientes:

4.1. Fármacos
Ante un caso de hernia discal, los médicos suelen recetar una combinación de
fármacos
musculares (estos últimos sólo durante los primeros siete o quince días).

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En función de la gravedad de la lesión, el especialista también puede optar por
tratamientos complementarios para tratar la zona afectada: ultrasonidos,

4.3. Terapia postural


En la mayoría de los casos leves de hernia discal, enseñar a la persona que la sufre a
modificar sus hábitos posturales le ayudará a relajar y descomprimir los músculos
afectados por la lesión y, así, evitar que la afección progrese o empeore.

4.4. Cirugía
Si ningún tratamiento funciona, el especialista optará por aconsejar a su paciente
que se someta a una intervención quirúrgica que corrija la lesión que origina el
dolor, la debilidad muscular, la sensación de hormigueo, etc. Será el especialista el
que determine qué tipo de operación debe hacerse: artrodesis vertebral posterior
(fusionar quirúrgicamente dos vértebras) micro descompresión o
microdiscectomía (extracción de un trocito de la articulación facetaria para dejar
más espacio al nervio pinzado y que sane más rápidamente), etc.

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