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Abstract
En esta lectura hablaremos sobre la ecuación de Darcy, su origen y las implicaciones que tiene el usarla. Es
preferible que sepan sobre transformaciones lineales de vectores (matrices, tensores), definición de gradiente
y un poco de mecánica de fluidos.
1 Importancia
Ya hablamos acerca de la conservación de masa y ahora toca el turno de la conservación de momentum. La
conservación de momentum suena como algo bastante rimbombante pero en realidad no es algo más que la
segunda ley de Newton:
d(m~v ) X ~
= F (1)
dt
donde m es la masa, ~v es la velocidad y F~ es la fuerza. Esta ecuación es mas conocida como: la fuerza es igual
a la masa por la aceleración (recuerda que la aceleración es la derivada de la fuerza con respecto al tiempo).
Esta ecuación la han usado para todo tipo de cosas:
1. Lanzamiento de cohetes
2. Mecánica de fluidos
3. Dinámica de estructuras
4. Balística
En realidad sus usos son incontables, y fue gracias a esta ley que Newton logró ponerle orden al movimiento de los
planetas. Pero ahora hablemos de la importancia de la conservación de momentum en el contexto de simulación
de yacimientos. Hasta el momento logramos obtener la ecuación de conservación de masa que relaciona a la
velocidad con la densidad y la porosidad del medio. La conservación de momentum nos permite relacionar a
la velocidad del fluido con las fuerzas que experimenta dentro del yacimiento haciendo nuestro análisis más
completo. En nuestro caso la ecuación que relaciona a la velocidad con las fuerzas es la ley de Darcy.
2 Darcy
Darcy fue un ingeniero francés que se especializó en el estudio de mecánica de fluidos. Solo para que se den
una idea del tipo de vida que llevó, estudió en la escuela politécnica de París mientras que Fourier (si, el de
la teoría de calor, análisis de Fourier, etc.) era el decano de la escuela. Luego entró a una escuela donde
otros ex-alumnos son: Navier, Coriolis, Dupuit, etc. En pocas palabras Darcy recibió una buena educación,
aprendió matemáticas y físicas de los mejores de su tiempo. Incluso en sus últimos años de vida ocupó el
puesto de presidente de la academia francesa de ciencias que antes había ocupado Cauchy (otro monstruo de la
matemática). Desafortunadamente Darcy no sufría de muy buena saludo y falleció bastante joven.
En sus últimos años decidió retirarse de toda posición política para dedicarse únicamente a la investigación
y aquí es donde le enseña al mundo la famosa “Ley de Darcy” que tanto usamos en el estudio del flujo de fluidos
en el subsuelo. El trabajo que publicó en 1856 hablaba sobre el estudio que realizó para el sistema de agua de
la ciudad de Dijon Francia. El trabajo que realizó aquí fue tan bueno que lo catapultó a la fama e hizo a Dijon
una de las ciudades con mejor agua del mundo.
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Figure 1: Henry Darcy, padre del flujo de “fluidos en medios porosos”
Darcy hizo esto para varios tipos de arena, con diferentes gastos de entrada de fluido. Las variables principales
de Darcy fueron Q e I. Q representaba el gasto por unidad de área transversal al flujo de la columna (lo que es
una velocidad aparente de fluido) mientras que I era la carga por longitud de columna, lo que nosotros podemos
traducir como un gradiente de potencial. Descubrió que Q era proporcional a I, de hecho si graficabas a Q vs
I lo que obtenías era una línea recta con una pendiente diferente para cada tipo de arena:
Q = kI
donde k es la constante de proporcionalidad que depende de cada tipo de arena utilizada en el filtro. De forma
explícita Q es igual al gasto de agua producida q dividido por el área del filtro transversal al flujo s (q = Qs).
La carga I la obtuvo de las mediciones de los manómetros:
h − h0 + e
I=
e
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Figure 2: Aparato que utilizó Darcy para deducir su ley empírica
h y h0 se refiere a las alturas de los manómetros y e es la longitud del filtro. Combinando todo obtenemos la
ecuación que descubrió Darcy (con su nomenclatura original):
h − h0 + e
q = ks (2)
e
Antes de proseguir, recordemos que las alturas h, h0 a las que se refiere la ecuación 2 son alturas medidas
por un manómetro. Por lo que en realidad incluyen tanto la presión como la densidad del fluido. La ecuación
que relaciona la altura con la presión de un fluido es:
P = P0 + ρg(h0 − h) (3)
donde g es la constante de gravedad. Podemos convertir la ecuación original propuesta por Darcy, en algo mas
familiar:
ks P − P0
q=− + ρg (4)
ρg e
Sabemos que e es una longitud vertical, por lo que si denotamos a z como la coordenada vertical que se
incrementa “hacia arriba” entonces:
ks ∆P
q=− + ρg (5)
ρg ∆z
o en su forma diferencial:
ks dP
q=− + ρg (6)
ρg dz
Darcy utilizó únicamente agua en sus experimentos, pero más tarde se hicieron más experimentos con
diferentes fluidos y se descubrió que la constante de proporcionalidad k que descubrió Darcy era proporcional
a la densidad del fluido ρ e inversamente proporcional a su viscosidad µ:
ρ
k∝ (7)
µ
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sustituyendo:
ρs dP
q∝− + ρg
ρµ dz
K dP
q = −s + ρg
µ dz
nota que podemos omitir la constante de gravedad g porque la incluimos en K. Demasiados experimentos han
confirmado la validez de esta ecuación y se podría decir que es la herramienta fundamental para estudiar el
flujo de fluidos en medios porosos. Esta es la ecuación que lo inició todo y punto de partida para mejores
aproximaciones que son necesarias, como por ejemplo, en casos donde el fluido viaja muy rápido y las fuerzas
inerciales se vuelven importantes.
Ahora vamos a recalcar algo que tal vez ha pasado desapercibido. El área s es el área del filtro, sin embargo
el área real que atraviesan los fluidos es sφ ya que solo debemos considerar el área porosa. Es por eso que
Q = q/s la velocidad que se obtiene usando la ecuación de Darcy:
K dP
Q=− + ρg
µ dz
no es la velocidad real de los fluidos en los poros. La velocidad real debe ser el gasto q dividido por el área
que los fluidos atraviesan sφ. Recordando que en el capítulo de conservación de masa denotamos como u a la
velocidad de los fluidos en los poros, concluimos que:
K dP
u=− + ρg
µφ dz
Para evitar confusiones, de ahora en adelante usaremos a v para denotar la velocidad de Darcy mientras que
u representa la velocidad del fluido en los poros. La relación entre estas dos variables es v = φu por lo que la
velocidad de Darcy siempre es menor a la velocidad del fluido en el poro. Finalmente generalizando la ecuación
para un fluido en 3 dimensiones:
K
~v = − ∇P + ρg k̂ (8)
µ
a diferencia de las otras versiones, esta es una ecuación vectorial y k̂ es el vector unitario en dirección vertical.
Convéncete de que esta forma generalizada se reduce a las ecuaciones anteriores, analiza la componente vertical
vz del vector ~v para que confirmes los resultados.
3 Fuerzas
Ya dijimos que la ecuación de Darcy es justamente la ecuación de momentum que utilizamos en la industria,
pero en realidad no hemos dado una razón convincente. En la ecuación de conservación de momentum tenemos
una relación de fuerzas, masa y velocidad pero aún no hemos mostrado de forma explícita las fuerzas que actúan
en un fluido dentro de un medio poroso. Esta sección se encarga de discutir un poco eso.
Alguna vez te has preguntado, ¿qué es la presión?. Dentro de un fluido, las moléculas se están moviendo en
un movimiento aleatorio, rebotando, chocando y en pocas palabras es un caos. Sin embargo dentro de ese caos
hemos conseguido medir cosas significativas. Para esto utilizamos la física estadística que saca “promedios” de
lo que sucede. De esta forma, la presión se puede describir como la fuerza promedio con la cual las moléculas
de un fluido chocan contra una superficie por unidad de área.
Ahora supongamos que tenemos un plano sumergido en el fluido. Las moléculas chocan contra él y queremos
saber la fuerza que ejercen contra un lado del plano. Si la presión no cambia a lo largo de la superficie del plano,
la fuerza es:
F = P Ap
donde Ap es el área del plano. Además la presión siempre actúa en la dirección normal a la superficie, por lo
que la fuerza es:
F~ = −P ~nAp
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o si sacamos el producto punto de la expresión anterior con ~n y despejamos:
F~ · ~n
P =−
Ap
recuerda que usamos el signo − porque la presión actúa hacia adentro de la superficie, en dirección contraria a
~n que siempre está apuntando hacia afuera. De nuevo consideremos un volumen de control Ω con superficie ∂Ω
pero esta vez este volumen solo contiene fluidos (sin sólidos), si seguimos los mismos pasos que en la sección de
conservación de masa llegamos a la conclusión que la fuerza debido a la presión que actúa en la superficie de Ω
es: Z
F~p = − P ~ndA (9)
∂Ω
antes de continuar vamos a utilizar el teorema de Gauss. Este teorema dice que para todo escalar r lo siguiente
se cumple: Z Z
r~ndA = ∇rdV (10)
∂Ω Ω
por lo que la fuerza que actúa en Ω debido a la presión puede expresarse como:
Z
F~p = − ∇P dV (11)
Ω
Ahora considera un volumen muy pequeño δV , podemos aproximar la fuerza que actúa en este volumen de la
siguiente forma:
F~p = −∇P δV
por lo que −∇P es justamente la fuerza que causa la presión por unidad de volumen. Además de la fuerza
debido a la presión, debemos recordar que todo objeto con masa siente otra fuerza debido a la presencia del
campo gravitatorio de la tierra. Esta fuerza también la podemos cuantificar; sabemos que la fuerza debido a la
gravedad es igual a la masa del fluido por la constante gravitatoria, y siempre actúa hacia abajo. Si recuerdan
la lectura anterior saben que la masa de Ω es:
Z
m= ρdV
Ω
recuerden que Ω solo contiene un fluido por lo que no es necesario incluir la porosidad. De esto concluimos que
la fuerza que actúa sobre Ω debido a la gravedad es:
Z
F~g = − ρg k̂dV (12)
Ω
donde k̂ es el vector unitario en la dirección vertical y agregamos el signo − porque la gravedad siempre actúa
hacia abajo. Juntando la fuerza de la presión y de la gravedad:
Z Z
F~p + F~g = − ∇P dV − ρg k̂dV
ZΩ Ω
F~p + F~g = − ∇P + ρg k̂ dV
Ω
comparando esta ecuación y la ecuación de Darcy en su forma vectorial (ecuación 8) vemos que justamente el
término −(∇P + ρg~k) aparece en ambas ecuaciones. Reescribamos la ecuación de Darcy un poco:
~0 = − ∇P + ρg k̂ − µK −1~v
Es la misma ecuación pero ahora vemos lo que en verdad está sucediendo en el contexto de fuerzas que actúan
en un fluido. El primer término que aparece en la ecuación es la suma de las fuerzas debido a la presión y la
gravedad por unidad de volumen. El último término es el producto de la velocidad, la viscosidad y el inverso de
la permeabilidad. A este término lo podemos interpretar como una fuerza de fricción entre el fluido y la roca.
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Figure 3: Roca laminada con permeabilidad direccional.
Si la viscosidad se incrementa la fricción que genera el fluido, debido a que está atravesando la roca, también se
incrementa. Si la permeabilidad disminuye (incrementa K −1 ) entonces la fricción se incrementará. Por lo que
esta fuerza de arrastre que el fluido debe de vencer para moverse es directamente proporcional a la viscosidad
e inversamente proporcional a la permeabilidad del medio.
La ecuación de Darcy asume que el fluido es estacionario, no existen términos inerciales, por lo tanto la
ecuación de momentum nos indica que la suma de fuerzas debe ser cero. Eso significa que la fuerza de fricción
siempre actúa en sentido contrario a las fuerzas que intentan empujar y mover el fluido (la fuerza de gravedad
y fuerza debido a la presión). De hecho esto es algo que siempre observamos en nuestra vida diaria, la fricción
actúa en la dirección contraria a las fuerzas que la causan (recuerda tus clases de estática y dinámica) y en el
caso del flujo en medios porosos sucede lo mismo.
4 Permeabilidad
La permeabilidad K es una propiedad intrínseca de la roca y se ha definido como la capacidad que tiene la roca
de permitir el flujo de fluidos a través de ella. De hecho ya descubrimos que K −1 actúa como un coeficiente de
fricción entre el fluido y la roca pero ahora vamos a investigar otras propiedades.
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Figure 4: Flujo horizontal en un tapón de roca, el fluido siempre viaja en la dirección del vector î.
Figure 5: Experimento de un flujo en dirección del eje y en un tapón de roca. El flujo sigue siendo horizontal
aunque esta vez en la dirección de ĵ.
~v = vx î + vy ĵ
Kxx ∂P Kyy ∂P
~v = − î − ĵ
µ ∂x µ ∂y
o utilizando la notación de matriz: ∂P
vx 1 Kxx 0
=− ∂x
∂P (13)
vy µ 0 Kyy ∂y
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Figure 6: Análisis del flujo en una roca porosa con un sistema de coordenadas rotado en sentido antihorario
alrededor del eje z.
para esta notación de matriz estamos usando la base canónica en R2 {î, ĵ}. Es evidente que la permeabilidad
se puede interpretar como una matriz que multiplica los componentes de un vector y lo transforma en el vector
velocidad de Darcy o como una transformación lineal que transforma un vector en otro.
En el caso que acabamos de utilizar, la matriz que representa a la permeabilidad es diagonal. Pero supong-
amos que rotamos los ejes coordenados aunque seguimos ocupando la misma roca. Tendríamos algo que se
asemeja a la figura 6.
El nuevo eje de coordenadas solamente cambia el eje x y y, que ahora han sido rotados α grados en dirección
contraria al sentido horario. Esta es una transformación lineal del sistema de coordenadas, donde los nuevos
vectores unitarios son:
o en notación matricial:
cos(α) − sin(α) a0x
ax
= (14)
ay sin(α) cos(α) a0y
La matriz que aparece en la ecuación 14 es justamente la matriz que rota los ejes x y y α grados en sentido
antihorario y la denotamos como Rz (α). La matriz inversa es justamente aquella que rota α grados en sentido
contrario y utilizando las propiedades de las funciones seno y coseno obtenemos:
cos(α) sin(α)
−1
Rz (α) = Rz (−α) = (15)
− sin(α) cos(α)
claramente estas matrices cumplen la condición de I = Rz (α)Rz−1 (α) = Rz−1 (α)Rz (α) (si no lo crees compruébalo
haciendo la operación).
Ahora podemos reescribir la ecuación 13, pero ocupando la matriz de rotación para relacionar al sistema
coordenado rotado con el sistema que utilizamos previamente (para el cual se derivó la ecuación 13):
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multiplicando la ecuación por la matriz inversa (ecuación 15) llegamos a la forma que tiene la matriz de
permeabilidad en el nuevo sistema coordenado:
por lo que concluimos que la matriz de permeabilidad cuando rotamos los ejes de coordenadas es:
o en forma matricial:
cos2 (α)Kxx + sin2 (α)Kyy sin(α) cos(α)(−Kxx + Kyy )
0
K = (17)
sin(α) cos(α)(−Kxx + Kyy ) sin2 (α)Kxx + cos2 (α)Kyy
Hay varias conclusiones que podemos obtener de las ecuaciones anteriores. Lo más importante es que la
propiedad de la roca no ha cambiado, la roca sigue siendo igual con la misma capacidad de permitir el flujo, pero
como nuestro punto de vista ha cambiado al cambiar el sistema de coordenadas, la forma de la permeabilidad en
el nuevo sistema es diferente. La ecuación 16 nos dice la fórmula que obedece la matriz de permeabilidad cuando
hacemos un cambio de coordenadas. Nota que estamos multiplicando a la izquierda por la matriz inversa y a
la derecha por la matriz normal.
La ecuación 17 nos indica que en general la matriz que representa a la permeabilidad no tiene que ser
siempre diagonal, si elegimos “mal” la dirección de los ejes de coordenadas podemos obtener una matriz de
permeabilidad mucho más complicada de lo que quisiéramos. Por ejemplo si en la ecuación 17 ocupamos un
ángulo α diferente a un múltiplo de π/2 la matriz K 0 deja de ser diagonal (si ocupamos un múltiplo de π/2 el
término cos(α) sin(α) siempre será cero).
Sin embargo podemos ver esto desde el punto de vista opuesto, en general siempre podemos escoger
la dirección de ejes de coordenadas x y y tal que la matriz de permeabilidad sea una matriz
diagonal. Esto debería de alegrarte porque nos puede facilitar bastante la vida y ahorrarnos mucho trabajo. A
los vectores que apuntan en estas direcciones principales de los ejes de coordenadas se les llama eigenvectores
y los valores de la diagonal de la matriz cuando se escoge este sistema de coordenadas se llaman eigenvalores.
En el ejemplo que estamos manejando en dos direcciones, los eigenvectores son î, ĵ mientras que los eigenvalores
son Kxx , Kyy respectivamente. Existe toda una teoría sobre la importancia de estos dos conceptos pero a
nosotros nos basta saber que siempre podemos rotar los ejes para que podamos obtener una matriz diagonal
de permeabilidad. En general las direcciones de los eigenvectores no siempre son ortogonales pero debido a
la naturaleza de la permeabilidad, los eigenvectores de la permeabilidad siempre serán ortogonales por lo que
para encontrar las direcciones principales solo basta rotar los ejes coordenados en conjunto y la matriz de la
permeabilidad mágicamente se volverá diagonal.
Finalmente si observamos la ecuación 17 vemos que la matriz es simétrica y esto es cierto sin importar el
ángulo en el que rotemos los ejes de coordenadas. En general la matriz que representa la permeabilidad sin
importar el tipo de sistema coordenado que utilicemos, siempre será simétrica.
Todas estas deducciones que acabamos de obtener son válidas tanto para una, dos o tres dimensiones. En
una dimensión la permeabilidad es simplemente un número y en tres dimensiones la matriz de permeabilidad
ahora es una matriz de 3x3, con tres eigenvectores y tres eigenvalores. A todas las propiedades que se pueden
representar como una matriz y además cambian con la regla representada en la ecuación 16 cuando cambian
los ejes coordenados se les conoce como tensores de segundo orden. Por lo tanto es seguro que escucharán
que la permeabilidad tiene un comportamiento tensorial pero eso simplemente recalca que la permeabilidad
puede ser representada como una matriz que cambia con la regla que ya descubrimos cuando cambian los ejes
coordenados.
El cálculo tensorial es un tema sumamente interesante que ha permitido descubrir propiedades geométricas
sorprendentes. Creado por Gregorio Ricci y Levi-Civita, para después ser impulsado por Riemann y convertirse
en la base matemática de la teoría de la relatividad de Einstein, ha demostrado ser una herramienta muy
poderosa. Tal vez lo mejor del cálculo tensorial es que nos permite analizar a los objetos geométricos sin
necesidad de conocerlos a través de un sistema de coordenadas arbitrario (como la permeabilidad en distintos
sistemas coordenados) lo que nos ayuda a descubrir la verdadera naturaleza de las cosas sin los prejuicios que
nos auto imponemos al elegir un eje de coordenadas específico (cartesiano, cilíndrico, esférico, curvilíneo, etc.).
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4.2 Permeabilidad no negativa
Vamos a intentar probar esto con una prueba por contradicción. Supongamos que existe una roca donde la
permeabilidad se comporta como un escalar y tiene un valor negativo K < 0. Por lo que podemos reescribir la
ecuación de Darcy de la siguiente forma:
lo único que ha cambiado es el signo. Un cambio inofensivo tal vez, pero con grandes consecuencias. Recordemos
en primer lugar la razón por la que pusimos ese signo ahí. Lo pusimos porque sabemos que la presión actúa
hacia “adentro” de las cosas, como queriendo comprimir los objetos. De la misma forma, el signo − está ahí
porque la gravedad actúa hacia “abajo”. Si quitamos ese signo parece que ahora la naturaleza se tiene que haber
vuelto loca, la presión ya no comprime, ahora expande. La gravedad ya no te mueve hacia abajo, ahora te eleva.
Incluso podemos ver esto desde el punto de vista de la fuerza de fricción al reescribir la ecuación de Darcy:
En este caso asumimos que las fuerzas de gravedad y presión están bien pero eso indica que la fuerza de fricción
actúa en el mismo sentido que la fuerza que la causa, algo que sabemos es imposible.
El cambio insignificante del signo da como resultado situaciones que no pueden suceder en la realidad, que
la naturaleza nunca permitiría. Por lo tanto hemos llegado a una contradicción. Debido a que pensamos que
nuestra lógica ha sido correcta, debimos de haber partido de una suposición falsa. En este caso la suposición
falsa es considerar que existe una roca con permeabilidad negativa. Por lo tanto la permeabilidad no puede ser
negativa y nuestro mundo ha vuelto a funcionar de la forma en la que estamos acostumbrados.
Ahora veamos el caso donde la permeabilidad no se comporta como escalar. Necesitamos usar toda la matriz
de permeabilidad para capturar su influencia en la velocidad. Supongamos que estamos en dos dimensiones y
hemos escogido las direcciones principales de la permeabilidad para orientar nuestro eje de coordenadas por lo
que la matriz de permeabilidad es diagonal:
∂P
vx 1 Kxx 0 ∂x
=−
vy µ 0 Kyy ∂P ∂y
Ahora supongamos que alguno de los valores principales de permeabilidad (eigenvalores) es negativo, por
ejemplo supongamos que Kxx < 0. Esto no parece tan crítico como antes, solo uno de los valores es negativo
pero esto es suficiente para crear caos en la naturaleza. Si tenemos que el gradiente de presión solo existe en la
dirección de î entonces ∂P /∂y = 0 y la velocidad de Darcy es:
|Kxx | ∂P
~v = î (18)
µ ∂x
hemos regresado al mismo caso anterior donde la velocidad se mueve en la dirección opuesta a la que debería
(de zonas de menor presión a zonas de mayor presión) y ya hemos comprobado que esto no puede ser por lo que
en general los valores principales de permeabilidad no pueden ser negativos. En álgebra lineal a las matrices
que poseen esta característica se les denomina como matriz semidefinida positiva y en general significa que
estas matrices se comportan como números no negativos; esto es, transforman vectores en otros vectores pero
sin cambiar su sentido (los pueden rotar, pero no tanto como para que se vea como un cambio de sentido).
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