acariciarlos. Nada tienen de Todo gran escritor es un gran embaucador ria de este mundo sea bas- tante real (dentro de las li- mitaciones de la realidad), malo las lunáticas sandeces pero no existe en absoluto de la generalización cuan- do se hacen después de re- unir con amor las soleadas BUENOS LECTORES como un todo fijo y acepta- do: es el caos; y a este caos le dice el autor: «¡Anda!», insignificancias del libro. Si uno empieza con una gene- ralización prefabricada, lo Y BUENOS dejando que el mundo vibre y se funda. Entonces, los átomos de este mundo, y no que hace es empezar desde el otro extremo, alejándose del libro antes de haber em- ESCRITORES sus partes visibles y super- ficiales, entran en nuevas combinaciones. El escritor pezado a comprenderlo. es el primero en trazar su Nada más molesto e injusto mapa y poner nombre a los para con el autor que empe- objetos naturales que con- zar a leer, supongamos, Vladimir Nabokov tiene. Estas bayas son co- Madame Bovary, con la mestibles. Ese bicho motea- idea preconcebida de que es Hace cien años, Flaubert, en una carta a su amante, hacía el si- do que se ha cruzado veloz una denuncia de la burgue- en mi camino se puede do- guiente comentario: Comme I´on serait savant si I´on connaissait sía. Debemos tener siempre mesticar. Aquel lago entre presente que la obra de arte bien seulement cinq à six livres; «qué sabios seríamos si sólo cono- los árboles se llamará Lago es, invariablemente, la crea- ciéramos bien cinco o seis libros». de Opalo o, más artística- ción de un mundo nuevo; de mente Lago aguasucia. Esa manera que la primera tarea bruma es una montaña... y consiste en estudiar ese aquella montaña tiene que el color de las estaciones, el mún incumbe a los autores propias ideas vestidas con mundo nuevo con la mayor ser conquistada. El artista movimiento de los múscu- de segunda fila; estos no se un disfraz agradable. Pero atención, abordándolo como maestro asciende por una los y de la mente, todas es- molestan en reinventar el el verdadero escritor, el algo absolutamente desco- ladera sin caminos trazados; tas cosas no son, para los es- mundo; sólo tratan de sacar- hombre que hace girar pla- nocido, sin conexión evi- y una vez arriba, en la cum- critores de genio (por lo que le el jugo lo mejor que pue- netas, que modela a un hom- dente con los mundos que bre batida por el viento, podemos suponer, y confío den a un determinado orden bre dormido y manipula an- ya conocemos. Una vez es- ¿con quién dirán que se en- en que suponemos bien), de cosas, a los modelos tra- sioso la costilla del dur- tudiado con atención este cuentra? Con el lector ja- nociones tradicionales que dicionales de la novelística. miente, esa clase de autor no mundo nuevo, entonces y deante y feliz. Y allí, con un pueden sacarse de la biblio- Las diversas combinaciones tiene a su disposición nin- sólo entonces estaremos en gesto espontáneo, se abra- teca circulante de las verda- que un autor de segunda fila gún valor predeterminado: condiciones de examinar zan y, si el libro es eterno, des públicas, sino una serie es capaz de producir dentro debe crearlos él. El arte de sus relaciones con otros se unen eternamente. de sorpresas extraordinarias de estos límites fijos pueden escribir es una actividad fú- mundos, con otras ramas A propósito, utilizo la que los artistas maestros ser bastante divertidas, pese til si no supone ante todo el del saber. palabra lector en un sentido han aprendido a expresar a a su carácter efímero, por- arte de ver el mundo como Otra cuestión: ¿Pode- muy amplio. Aunque parez- su manera personal. La or- que a los lectores de segun- el substrato potencial de la mos obtener información de ca extraño, los libros no se namentación del lugar co- da les gusta reconocer sus ficción. Puede que la mate- una novela sobre lugares y deben leer; se deben releer. épocas? ¿Puede ser alguien Un buen lector, un lector de tan ingenuo como para creer primera, un lector activo y que esos abultados best- creador, es un «relector». Y sellers difundidos por los os diré por qué. Cuando te- clubs del libro bajo el enun- nemos un libro por primera ciado de «novelas históri- vez, la operación de mover cas» pueden contribuir al laboriosamente los ojos de enriquecimiento de nuestros izquierda a derecha, línea conocimientos sobre el pa- tras línea, página tras pági- sado? Pero ¿y las obras na, actividad que supone un maestras? ¿Podemos fiar- complicado trabajo físico nos del retrato que hace con el libro, el proceso mis- Jane Austen de la Inglate- mo de averiguar en el espa- rra terrateniente, con sus cio y en el tiempo de qué baronets y sus jardines trata, todo esto se interpone paisajistas, cuando todo lo entre nosotros y la aprecia- que ella conocía era el sa- ción artística. Cuando mira- lón de un pastor protestan- mos un cuadro, no move- te? Y Casa Desolada, esa mos los ojos de manera es- fantástica aventura amoro- pecial; ni siquiera cuando, sa en un Londres fantásti- como en el caso del libro, co, ¿podemos considerarla el cuadro contiene ciertos un estudio del Londres de elementos de profundidad y hace cien años? Desde lue- desarrollo. El factor tiempo go que no. Y lo mismo ocu- no interviene realmente en rre con las demás novelas de un primer contacto con el esta serie. La verdad es que cuadro. Al leer un libro, en las grandes novelas son cambio, necesitamos tiem- grandes cuentos de hadas. po para familiarizarnos con El tiempo y el espacio, él. No poseemos ningún ór-
LIBROS & ARTES
Página 8 gano físico (como los ojos tor aprecia el libro sobre cia de científico–, difícil- Al narrador acudimos en mo esqueleto del relato, en respecto a la pintura) que todo porque evoca un país, mente gozará con la gran busca del entretenimiento, el tuétano del pensamiento. abarque el conjunto entero un paisaje, un modo de vi- literatura. de la excitación mental pura Hay obras maestras con un y pueda apreciar luego los vir que él recuerda con nos- La literatura no nació el y simple, de la participación pensamiento seco, limpio, detalles. Pero en una segun- talgia como parte de su pro- día en que un chico llegó co- emocional, del placer de via- organizado, que provocan da, o tercera, o cuarta lectu- pio pasado. O bien, y esto rriendo del valle neander- jar a alguna región remota en nosotros un estremeci- ra, nos comportamos con es lo peor que puede hacer thal gritando el lobo, el del espacio o del tiempo. miento artístico tan fuerte respecto al libro, en cierto el lector, se identifica con lobo, con un enorme lobo Una mentalidad algo distin- como puede provocarlo modo, de la misma manera uno de los personajes. No es gris pisándole los talones; la ta, aunque no necesariamen- cualquier torrente dicken- que ante un cuadro. Sin este tipo modesto de imagi- literatura nació el día en que te más elevada, busca al siano de imaginación sen- embargo, no debemos con- nación el que yo quisiera un chico llegó gritando el maestro en el escritor. Pro- sual. Creo que una buena fundir el ojo físico, esa pro- que utilizasen los lectores. lobo, el lobo, sin que le per- pagandista, moralista, profe- fórmula para comprobar la digiosa obra maestra de la Así que, ¿cuál es el au- siguiera ningún lobo. El que ta; esta es la secuencia as- calidad de una novela es, en evolución, con la mente, téntico instrumento que el el pobre chivo acabara sien- cendente. Podemos acudir al el fondo, una combinación consecución más prodigio- lector debe emplear? La do devorado por un animal maestro no sólo en busca de de precisión poética y de in- sa aún. Un libro, sea el que imaginación impersonal y la de verdad por haber menti- una formación moral sino tuición científica. Para go- sea –ya se trate de una obra fruición artística. Tiene que do tantas veces es un mero también de conocimientos zar de esa magia, el lector literaria o de una obra cien- establecerse, creo, un equi- accidente. Entre el lobo de directos, de simples datos. inteligente lee el libro genial tífica (la línea divisoria en- librio armonioso y artístico la espesura y el lobo de la ¡Ay!, he conocido a perso- no tanto con el corazón, no tre una y otra no es tan cla- entre la mente de los lecto- historia increíble hay un nas cuyo propósito al leer a tanto con el cerebro, sino ra como generalmente se res y la del autor. Debemos centellante término medio. los novelistas franceses y más bien con la espina dor- cree)–, un libro, digo, atrae mantenernos un poco dis- Ese término medio, ese pris- rusos era aprender algo so- sal. Es ahí donde tiene lu- en primer lugar a la mente. tantes y gozar de este dis- ma, es el arte de la literatura. bre la vida del alegre París o gar el estremecimiento re- La mente, el cerebro, el co- tanciamiento a la vez que La literatura es inven- de la triste Rusia. Por últi- velador, aun cuando al leer ronamiento del espinazo, es, gozamos intensamente. ción. La ficción es ficción. mo, y sobre todo, un gran es- debamos mantenernos un o debe ser, el único instru- –apasionadamente, con lá- Calificar un relato de histo- critor es siempre un gran en- poco distantes, un poco des- mento que debemos utilizar grimas y estremecimientos– ria verídica es un insulto al cantador, y aquí es donde lle- pegados. Entonces observa- al enfrentarnos con un libro. de la textura interna de una arte y a la verdad. Todo gran gamos a la parte verdadera- mos, con un placer a la vez Sentado esto, veamos determinada obra maestra. escritor es un gran embau- mente emocionante: cuando sensual e intelectual, cómo cómo funciona la mente Por supuesto, es imposible cador, como lo es la archi- tratamos de captar la magia el artista construye su cas- cuando el melancólico lec- ser completamente objetivo tramposa Naturaleza. La individual de su genio, y es- tillo de naipes, y cómo ese tor se enfrenta con el libro en estas cuestiones. Todo Naturaleza siempre nos en- tudiar el estilo, las imágenes, castillo se va convirtiendo risueño. Primero, se le disi- lo que vale la pena es en gaña. Desde el engaño sen- y el esquema de sus novelas en un castillo de hermoso pa la melancolia, y para bien cierto modo subjetivo. Por cillo de la propagación de o de sus poemas. acero y cristal. o para mal, el lector partici- ejemplo, puede que ustedes la luz a la ilusión prodigio- Las tres facetas del gran pa en el espíritu del juego. allí sentados no sean más sa y compleja de los colo- escritor –magia, narración, El esfuerzo de empezar un que un sueño mío, y puede res protectores de las mari- lección– tienden a mezclar- libro, sobre todo si es elo- que yo sea una de sus pesa- posas o de los pájaros, hay se en una impresión de úni- giado por personas a las que dillas. Lo que quiero decir en la Naturaleza todo un sis- co y unificado resplandor, *Vladimir Nabokob. Lecciones el lector joven considera en es que el lector debe saber tema maravilloso de enga- ya que la magia del arte pue- de Literatura. . Traducción Francis- su fuero interno demasiado cuándo y dónde refrenar su ños y sortilegios. El autor li- de estar presente en el mis- co Torres Oliver. 1984. anticuadas o demasiado se- imaginación; lo hará tratan- terario no hace más que se- rias, es a menudo difícil de do de dilucidar el mundo es- guir el ejemplo de la Natu- realizar; pero una vez he- pecífico que el autor pone a raleza. cho, las compensaciones su disposición. Tenemos Volviendo un momento son numerosas y variadas. que ver cosas y oír cosas; al muchacho cubierto con Puesto que el artista maes- visualizar las habitaciones, pieles de cordero que grita el tro ha utilizado su imagina- las ropas, los modales de los lobo, el lobo, el lobo, pode- ción para crear su libro, es personajes de un autor. El mos exponer la cuestión de natural y lícito que el con- color de los ojos de Fanny la siguiente manera: la magia sumidor del libro también Price, protagonista de del arte estaba en el espectro utilice la suya. Mansfield Park, y el mobi- del lobo que él inventa deli- Sin embargo, hay al liario de su pequeña y fría beradamente, en su sueño del menos dos clases de imagi- habitación, son importantes. lobo, más tarde, la historia de nación en el caso del lector. Cada cual tiene su pro- sus bromas se convirtió en un Veamos, pues, cuál de las pio temperamento; pero buen relato. Cuando pereció dos es la más idónea para desde ahora les digo que el finalmente, su historia llegó leer un libro. En primer lu- mejor temperamento que un a ser un relato didáctico, na- gar está el tipo, bastante mo- lector puede tener, o desa- rrado por las noches alrede- desto por cierto, que busca rrollar, es el que resulta de dor de las hogueras. Pero él apoyo en emociones senci- la combinación del sentido fue el pequeño mago. Fue el llas y es de naturaleza neta- artístico con el científico. El inventor. mente personal (hay diver- artista entusiasta propende Hay tres puntos de vis- sas sub-especies en este pri- a ser demasiado subjetivo ta desde los que podemos mer apartado de lectura en su actitud respecto al li- considerar a un escritor; emocional). Sentimos con bro; por tanto, cierta frial- como narrador, como maes- gran intensidad la situación dad científica en el juicio tro, y como encantador. Un expuesta en el libro porque templará el calor intuitivo. buen escritor combina las nos recuerda algo que nos En cambio, si el aspirante a tres facetas; pero es la de en- ha sucedido a nosotros o a lector carece por completo cantador la que predomina alguien a quien conocemos de pasión y de paciencia – y la que le hace ser un gran o hemos conocido. O el lec- pasión de artista y pacien- escritor.