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Interludios.

El ​entre d​ eleuziano-guattariano está rodeado de muchos otros conceptos como el de multiplicidad,

CsO, rizoma, micropolítica. Siguiendo fielmente lo que dirán en “​¿Qué es la filosofía?​” El entre

está compuesto de muchos componentes que lo vuelven un concepto fragmentario y absoluto a la

vez. El ​entre da cuenta de la coexistencia de esquemas ontológicos —con instancias políticas,

epistemológicas, sociales pero siempre impregnadas de ontología— que configuran la relaciones

reales-ideales de un entorno. En este sentido el ​entre l​ e da coherencia a la propuesta de una

ontología de la coexistencia y de la inclusión, igualmente muestra que los procesos de control, los

aparatos, la génesis del control siempre aparecen dados en esquemas cerrados-excluyentes. Para

explicar los problemas a los que nos enfrentamos no basta con reproducir modelos cerrados, se tiene

que dar cuenta del dinamismo intrínseco a cualquier cambio, a cualquier paso, a cualquier relación

transgresora y no transgresora. El ​entre no va excluir los modelos cerrados que el pensamiento ha

producido a lo largo de todo el bosque sino que los abre (jugando por en medio) para mostrar que

los modelos son arbitrarios y presuponen, en secreto, lo que tienen que moldear y explicar, y que no

basta con eso para introducir los tránsitos entre un cambio y otro, entre procesos de todo tipo y otro.

A fin de cuentas la apuesta es un bloque de líneas que rompe con cualquier proceso de control.

Trataremos de seguir las pistas del ​entre e ir construyendo su operatividad y explicar de qué va esta

propuesta.

El pensamiento clásico y el pensamiento moderno tienen problemas diferentes pero tienden a forjar

un pensamiento cerrado que reduce cualquier posibilidad de desbordarse al modelo de

trascendencia-analogía. En ​rizoma Deleuze-Guattari piensan que tanto el pensamiento clásico como

el moderno producen un sistema cerrado de relaciones ontológicas. Esta producción se realiza a la

manera del árbol. El pensamiento ha sido dominado por el bosque, todos los arboles de cierta

manera son extensiones del gran árbol.


El pensamiento clásico y moderno abrazan los estratos, los hacen suyos, piensan las relaciones ya

sean reales o ideales con vista a los procesos significación, subjetivación y de organización de lo

individuado. Los clásicos conciben las relaciones ontológicas siempre presuponiendo una unidad

superior-trascendente de la cual derivaran los sus partes, sus múltiples, es la lógica de lo Uno y lo

múltiple, y de la génesis por descendencia de una serie. Cada unidad deviene dos. Los modernos

destituyen la unidad trascendente: no hay relaciones de ascendencia o descendencia, y lo múltiple

no se produce por derivación. La jugada moderna es afirmar lo múltiple pero en tanto homogéneo y

con relaciones de correspondencia, es una operación donde lo múltiple oculta una estructura que se

esconde detrás de todo, la estructura esconde al sujeto (trascendental y no trascendente). Afirmar el

mundo a partir de la condición de experiencia posible, categorizar las relaciones que hacen que algo

sea algo. Así todo el tiempo nos encontramos el árbol en todos lados, a cada paso uno se topa con la

estructura (lingüística, epistemológica, política) el árbol es reproducible hasta en las entrañas.

Pero el árbol presupone demasiadas cosas, su organización, que parece estar rígida, siempre es

embestida por una impronta rizomatica que la desborda.

Cuando Deleuze-Guattari hablan de N+1 se refieren a la operatividad del árbol. Vemos que este

pensamiento jerarquiza las relaciones entre ideas o cosas de modo que aumenta una dimensión que

sale de las propias dimensiones de las variedades reales-ideales ya sea una dimensión trascendente o

trascendental. Son maneras de sobrecodificar un mundo. Pero aún hay cosas muy ocultas en el

árbol, cosas que son diluidas al entrar el rizoma. La relación de lo uno y lo múltiple o de lo múltiple

y la estructura presuponen algunas cosas: lo múltiple es homogéneo, cada individuo se define por

sus formas y caracteres específicos, y esos caracteres siempre provienen de una estructura como

condición de todo individuo. Es un pensamiento de lo originario y, por lo tanto, los problemas se

plantean en términos genealógicos. La homogeneidad del individuo consiste en que el individuo

siempre se corresponde con elementos semejantes, así la lingüística nuca sale de la lingüística, igual
la biología, la política y así. De lo que se trata es de aislar al individuo y reducirlo a sus propias

relaciones formales o características. A fin de cuentas se presupone una estructura ya formada, ya

preestablecida que no da cuenta de las relaciones intrínsecas de lo múltiple.

Deleuze-Guattari al introducir el rizoma eliminan la mayor dualidad Uno-múltiple. Aquí solo se

hablara de multiplicidades. Una multiplicidad es heterogénea, no es un elemento solitario ante el

mundo, con un origen delimitado o con una participación por derivación. La multiplicidad es un

conjunto de componentes entrelazados por elementos de otros mundos casi extraterrestres. En la

multiplicidad no hay relaciones jerárquicas, un componente lingüístico o un componente político

pueden estar relacionados, no causalmente, pero sí relacionados por tránsitos demoniacos.

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