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EL ARTE DE LA COMPRAVENTA

Casas de empeño -
Av. Caracas
Análisis etnográfico

Sociología del consumo 2019-1

Ana María Castiblanco


Emanuela González
Mateo Quinchanegua

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INTRODUCCIÓN:

La historia comercial de Bogotá está atravesada por distintas calles y carreras emblemáticas,
una de las principales es la Avenida Caracas, que desde 1930 conecta y apoya las transacciones
económicas y culturales que discurren entre el sur, el centro y el norte de la ciudad, para los
años 40, chapinero; fue un proyecto de corte paisajístico construida por el arquitecto austriaco
Karl Brunner, quien inspirado en sus ideas de ciudades jardín intervino el camino que ya existía
desde 1880 (Parra, 2018). Actualmente es un sueño muy distante, el color gris y viento
polvoroso, junto con la rudeza de las movilidades bogotanas, cambió su paisaje y finalidad.
Los cambios políticos de los años 40’s menguaron el sueño y la redujeron a una vía de gran
algarabía y tránsito; las personas abandonaron sus viviendas y se desplazaron hacia los cerros
y al occidente de la ciudad. En la década posterior se da inicio a las casas de compraventa,
como efecto del potencial comercial y localización estratégica qué conglomera hasta la fecha
una gran cantidad de intereses y ciudadanos.

A finales de los años 80’s Andrés Pastrana, primer alcalde de Bogotá, desarrolla la troncal de
la Av. Caracas, un proyecto vial que buscaba mejorar los tiempos de movilidad y que generó
más problemas que soluciones. En varias piezas fotográficas y fílmicas se puede apreciar la
‘montonera’ de buses y la vocación mercantil de la zona. Ya para el año 2001 nace transmilenio
(semana, 2017), un proyecto que sintetiza las necesidades pragmáticas de la ciudad sin pensar
en su contenido urbanístico y estético, por lo cual la zona actualmente se ve descuidada y lleva
a que empresas privadas tomen la iniciativa hacia procesos de gentrificación. Desde el 2018
inició la construcción del edificio ‘Oikos Infinitum’, un bloque de apartamentos con locales
comerciales que apuntan a cambiar los mercados y el paisaje de la zona. Con el paso de los
años varias casas de empeño han cerrado o vendido sus propiedades para estas nuevas apuestas
económicas, la zona aún resiste y es evidencia algunas casas de compraventa que llevan más
de 32 años en el lugar.

Interesados por las actividades comerciales que se llevan a cabo en las casas de empeño,
ubicadas entre la calles 55 hasta la 64 sobre la Av Caracas (Anexo 1), y después de un trabajo
etnográfico compuesto por varios métodos de recolección de información -observación,
observación participante y entrevistas semiestructuradas-, buscamos responder el siguiente

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cuestionamiento: ¿cuáles son los discursos y las racionalidades de las personas que trabajan
en las casas de empeño en relación con los clientes y las mercancías? En la primera parte
realizamos un Mapeo de la zona, haciendo referencia a los ritmos y dinámicas del lugar 1.
Después analizamos y relatamos cómo se dan y transcurren las transacciones en los locales.
Por último, nos enfocamos en el proceso dentro de la transacción en donde se evalúa y se
adjudica valor a las mercancías y, desde allí, buscamos exponer los discursos y racionalidades
que componen el oficio de comprar y vender en una casa de empeño. Usamos los nombres
casa de empeño, casas de retroventa y casas de compraventa para referirnos a los mismos
negocios.

LA HORA CERO

De pie, frente a la estación de la calle 57, temprano por la mañana se pueden ver algunos
comerciantes abriendo sus locales, sus avisos informan: "Se presta o se compra con pacto de
retroventa", algunos cuentan con un letrero adicional: "compramos oro y plata". Se trata de un
‘noble oficio’, del cual depende un gremio de más de 25 locales en la zona. Un ritmo lento y
pasivo se adueña de las primeras horas donde los negocios alistan y acomodan su espacio y
mercancías; frente a ellos el ritmo es rápido y vertiginoso, las personas transitan por la Caracas
vía a sus trabajos y compromisos. Desde la ventana del autobús se pueden ver las entradas casi
desérticas, vacías, de las casas de retroventa que no frecuentan tener clientes a esas horas. Las
vitrinas, en su mayoría se ven relucientes, limpias y bien mantenidas, dejando un contraste con
las fachadas de los locales y los edificios, que en su mayoría están empolvadas, descarapeladas,
en otras palabras, abandonadas.

Mientras el día transcurre y la noche espera su turno, los flujos se van haciendo hora tras hora
más rebeldes, así, cuando cae el día, las personas que avistan por la ventana pueden observar
cómo se iluminan los letreros neón de algunos locales que compran oro, joyas, tecnología y le
solucionan los ‘apuros’ a la gente. Otros locales no encienden sus luminarias porque son
‘perezosos’, piensan unos comerciantes de la zona, o porque su negocio no está para la noche,
como sucede con los instrumentos musicales que son una especialidad de algunas casas. Hay
una hora cero donde el negocio se activa, en este caso, la noche da vida lo que al rayo del sol
parece muerto. El neón anuncia y atrae a los vendedores y compradores que llegan entre la

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Especialización de los lugares según las mercancías.

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oscuridad de las calles. La hora cero se marca a las 11 p.m y hasta que vuelva a salir el sol los
casinos, bares, casas comerciales y otros negocios nocturnos hacen un acuerdo no anunciado
para que a todos les vaya bien. Universitarios que necesitan para la rumba y apostadores -
‘gente loca’ que va a empeñar joyas - que casi siempre están bajo los efectos de sustancias
psicoactivas, van a empeñar cualquier cosa que tengan a la mano para seguir apostando. La
persona que perdió su dinero, pero que tiene fe en el siguiente juego, aparece con ansia frente
a la vitrina del negocio que está dispuesto a comprarle sus bienes. Del otro lado de la vitrina se
prepara la negociación, el comprador necesita de perspicacia y don de la palabra, característica
que hace de este negocio un juego de persuasión. Sacar provecho de cada cliente y esperar que
vuelvan por lo que empeñaron, lo más usual, computadores y joyas, es el ritmo cotidiano.

A las espaldas de estos comercios y entre los costados de las calles, hay algunos destellos de
luz, los briquets se encienden y se dispersa el humo de diferentes sustancias mientras se hacen
negocios ilegales y algunos coches giran para entrar a los moteles que están en la calle 59. En
horas nocturnas la mayoría de los transeúntes se encuentran, propiamente, en la calle que
atraviesan la Av. Caracas, donde hay mayor tránsito de personas y están establecidos locales
donde prestan servicios de alimentación y fiesta, principalmente, ya que los locales de ropa y
telefonía cierran temprano. En la esquina de la calle 57 es notorio el ruido que hacen los violines
de los mariachis y las guitarras de los tríos, que ofrecen sus servicios diciendo: “Le tenemos
toda clase de show mariachi” mientras extienden la mano para entregar su tarjeta. La
configuración espacial se presta para que el ambiente diurno sea totalmente distinto del
nocturno, la afinidad de unos negocios a otros da vida a una situación mutualista, como lo
expresa doña Yolima:

Mira… Chapinero en un sitio de rumba, definitivamente, aquí se mueve todo tipo de rumba, la
buena, la mala, la regular, la pesada, la de todo, ahora con la nueva norma, que permite que se
consuma licor y drogas en espacios públicos, tristemente para nosotros es un negocio bueno
porque como ellos se enrumban y no les alcanza el dinero entonces vienen a buscarnos.

Entre los locales de compraventa los fines comerciales son muy diversos, existen locales
especializados en distintos artículos, por ejemplo, están los negocios de instrumentos
musicales, que abren temprano y cierran apenas empieza a oscurecer; otros locales se encargan
de artículos tecnológicos como consolas, audífonos, cámaras, equipos de sonido y televisores;
algunos cuentan con piezas para el hogar como lavadoras, ollas, nevera, planchas y demás
artículos que se venden y compran durante el día, principalmente; otros que se encargan más

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de la joyería, el oro y la plata; también existen aquellas que manejan el sector automotriz y
finca raíz, donde el fuerte son las motos, los carros y los bienes inmobiliarios. El aspecto que
da el de un rompecabezas sin forma, donde todos comercializan con todo, aunque esto es
relativamente cierto, las casas tienen ciertas preferencias. En general, los bienes que más se
compran y venden son los tecnológicos y las joyas, algunas casas de empeño cuenta con el
poder adquisitivo para comercializar productos de ‘alta gama’ como televisores de curvos o
relojes ‘Rolex’ que requieren contactos especiales para poder hacer negocios. Las casas que se
dedican a ese tipo de artículos prefieren el horario nocturno, ya que por la noche el flujo de
vendedores aumenta y así pueden generar una buena ‘utilidad comercial’.

La existencia de distintos intercambios comerciales en esta zona la hemos denominado


mutualismo, para entender la composición de estas situaciones retomamos a la figura de equipo
explicada por Goffman en relación a la comunicación impropia que se presenta en la
interacción de un grupo frente a un auditorio. Para Goffman existe pues, un lenguaje que es
transmitido incompatiblemente con la impresión mantenida públicamente durante la
interacción, es aquí donde aparecen los usos de las conversaciones puestas en escena y en donde
también se presenta la figura de equipo. Quisimos tomar a los integrantes de las casas de
compraventa como la figura del equipo, ya que en la interacción existe una relación entre los
dueños y demás trabajadores de las casas que está definida por un lazo el cual es mucho más
que comercial, lo vemos como un lazo de afinidad, que también presenta una unidad. Se pueden
reconocer distintas señales que indican una afinidad de colegas en el momento de interactuar
con estas personas. Algunas de las características mencionadas por Goffman serían pues, la
pérdida de la fachada en el interior del equipo, el uso de términos especiales para llamar a una
persona, el tono de voz que se utiliza cuando hablan entre ellos, dice Goffman frente a eso que
‘en todas partes los compañeros de equipo emplean un lenguaje de gestos y miradas aprendido
informalmente a y a veces inconscientemente’2 . Esto fue presentado ante nosotros como una
muestra no amenazante en la interacción, siendo nosotros el auditorio al cual se presentan.

LA TRANSACCIÓN:

Era de noche y de regreso hacia la calle 57, volví a voltear para coger el costado oriental y para
analizar un poco mejor la Suiza. Las veces que pasé me causo gran curiosidad, habían un par
de señores con miradas rudas y de aspecto intimidante, algo así como la de los mafiosos

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La presentación en la vida cotidiana. Capítulo 5. Página 205

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italianos; se estaban arreglando en un espejo, mientras su puerta de cristal, la que divide el
espacio público y el privado de la casa de empeño, se encontraba abierta.

Podemos considerar la transacción como una interacción que se da dentro de una situación
particular3 (Goffman, 1993). Cuando una persona acude a la casa de empeño empieza a marcar
la situación una vez genera la expectativa de venta-compra y recibe, así mismo, una expectativa
de compra-venta. Cualquiera de los agentes involucrados, por ejemplo, el que atiende la casa
de empeño, debe generar una realización dramática4 donde maneja las impresiones de su
contraparte a través del ‘medio’, es decir, las mercancías, los estantes, la decoración del lugar,
las vitrinas y el local mismo. De esta manera las personas saben hacia dónde dirigirse para
comprar o vender un objeto según el tipo de local; las vitrinas cumplen un papel fundamental
aquí. También es necesario una fachada personal, que corresponde a los modales y apariencia
de las personas. Cuando se acude a alguna casa de empeño, en lo posible, van a existir algunos
modales y normas como el respeto de la palabra (turno), el regateo, y el constante intento por
cerrar un negocio a máximo beneficio. La apariencia de los compradores es de una mirada
contundente, a veces intimidante, que no deja lugar a la duda, la cual funciona para persuadir
y generar un trato rentable. Entre más caliente se encuentre el cliente, así como más rápida sea
la negociación, los argumentos del comprador van a tener una mayor capacidad para persuadir
y cerrar un trato. La postura inclinada del tronco que da la sensación de atención, la réplica
ante la mínima palabra o desconocimiento del vendedor también ayudan a generar una cierta
relación de poder, donde el que compra trata de dominar la transacción. Por un lado, la
vestimenta no parece ser un tema tan homogéneo como los gestos o las posturas; los que venden
y compran artículos a estas casas son de distinta procedencia social, por lo cual las vestimentas
varían tanto como la clase social. Las vestimentas de las personas que atienden, al contrario,
tratan de ser algo sobrias e informales sin perder la seriedad que exige la situación. Es usual
ver chaquetas de cuero, de jean y algunas blusas que permiten entender que el negocio está
entre lo formal de un banco, pero lo informal de un prestamista ‘gota a gota’.

Cuando una persona no puede mantener el ‘control expresivo’ trata de tergiversar hasta donde
pueda. Por ejemplo, cuando una persona quiere vender algo robado, trata de dar la impresión

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Una situación se define a partir de los roles y las expectativas que tienen los sujetos de lo que hacen y deben
hacer, en ese sentido los actores (sujetos) son objetos de orientación hacia sí mismos y hacia los que se orienta la
acción de la otra persona. Parsons lo llamo la ‘Doble contingencia de la interacción’. En una transacción pueden
acontecer malentendidos y conflictos cuando no hay una base compartida de orden normativo.
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Lo importante de la acción dramática es que el actor tiene miras a controlar las impresiones de ese público, según
Goffman.

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de que el objeto es suyo, pero hay ciertas estrategias, como preguntar a acerca del año en que
lo compro o empezar a regatear -para saber si sabe el valor real, que permiten poner a prueba
ese control expresivo que se pierde cuando se transmite de manera accidental la incapacidad
de responder ante la expectativa del otro sujeto. En este caso tropiezan con una mentira o se
muestran demasiado ansiosos.

cuando la mayoría de personas se presentan con un producto sin factura, primero que todo se
parte de la buena fe de esa persona que está solicitando nuestro servicio, que nos quiere hacer
una propuesta de negocio… y es muy fácil de identificar, de diferenciar una persona de bien, a
una persona que ha robado y no tiene ni idea de cuánto vale ese producto, entonces ya es criterio
de compra-vendedor si actúa de buena fe o no.

TERRITORIOS EN USO

Siguiendo la teoría de la interacción simbólica tratada por Goffman la cual nos es útil en el
desarrollo de este punto del trabajo, en un primer momento decidimos observar la utilización
de los territorios en las compra venta. En los distintos acercamientos que pudimos realizar
notamos que existen dos esferas del territorio en donde se ubican las compra venta, las cuales
denotamos como lo que se muestra y lo oculto, en otros términos, lo público y lo privado.
Desde la entrada existe un espacio libre hasta las vitrinas, en este espacio se ubican algunos
productos llamativos, electrodomésticos, ciclas y avisos que atraen la mirada del transeúnte.
Dentro de las vitrinas se muestran igualmente otros objetos electrónicos, así como avisos. Pero
en el interior de estos locales pudimos entender la utilización del territorio con la ubicación de
estos objetos, desde el interior se ven estas vitrinas como unas cáscaras, o como unas carcazas,
ya no denotan la misma importancia como lo hacían desde la posición del transeúnte.
Inmediatamente se puede entender que los objetos dispuestos en estos sitios no son objetos de
importante relevancia, pero que no por eso se les resta valor comercial. Los objetos con mayor
valor comercial se encuentran en lo oculto, lo que son joyas, oro y diferentes elementos como
cuadros, televisores de gran tamaño, entre otros.

Continuando con la descripción del territorio, después de la puerta que separa el mundo público
del mundo oculto, el local da una sensación hogareña, pareciera que se estuviera entrando a
una casa familiar. Están a disposición del cliente distintos muebles. Pero mientras más se entra
en el territorio el entorno se muestra más como un local en donde se hará una negociación. El
lugar central puede decirse que es el escritorio de la dueña de la compra venta. Detrás de ella

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hay una separación de madera. Si seguimos al interior del local, se encuentra una cama que
está dispuesta para los trabajadores de la jornada nocturna. Hay también un baño, una cocina,
una zona de lavadora, un parqueadero, y una bodega en donde están los televisores de gran
tamaño. En general es un territorio bastante amplio.

Ahora, en relación a las descripciones del territorio que realiza Goffman este local se puede
entender como un territorio fijo, ya que está definido geográficamente, pero al mismo tiempo
es un territorio situacional, es decir temporáneo o esporádico para los clientes que llegan a
comercializar sus objetos. Existe una ordenación fija de los muebles y demás objetos que
conforman el local, estos estructuran restrictivamente el espacio disponible en torno al
individuo en una solo dimensión5. La ubicación espacial de los objetos se toma desde el espacio
personal de la dueña y los trabajadores del local. Los espacios están delimitados y si por alguna
razón se llegan a cruzar puede estarse en una situación de intrusión.

Podría decirse que existen límites definidos y fácilmente visibles, a esto lo llama Goffman
recintos. En estos recintos transcurren las dos jornadas del local y se da la interacción de la
comercialización de objetos. Se puede ver que existe una reserva de información en la dinámica
de este local, la reserva de información es una serie de datos acerca de uno mismo cuyo acceso
la persona espera controlar mientras se halla en presencia de otros 6. Finalmente, el uso del
territorio está a disposición de un control formal fijado por los integrantes de la compra venta.
Son ellos quienes tienen el derecho de reservarse la entrada al local, el uso de palabras y el tipo
de conversación con los clientes.

LAS MERCANCÍAS Y LOS DISCURSOS DEL VALOR

Al echar un vistazo a las vitrinas de las casas de empeño se pueden evidenciar las mercancías
etiquetadas con su respectivo precio y una pequeña descripción de sus características
principales (Anexo 2). Las mercancías se encuentran estratégicamente ubicadas para hacer de
ellas un objeto más del paisaje público, entremezcladas con el desorden de la calle y sus
múltiples transeúntes. Artículos ubicados hacia lo público que nunca dejan de ser privados. Las
vitrinas son el objeto publicitario común entre todas las casas de empeño, aquel que permite

5 Relaciones en público. Capítulo 2. Página 48.


6 Ibídem. Página 56.

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visibilizar selectivamente (Anexo 3), pero que también obra como fachada de un sin fin de
objetos y dinámicas que se encuentran ocultos tras las mercancías. Más allá de visibilizar las
mercancías y al vendedor, no se puede ver nada (Anexo 4). Todos los negocios cuentan con
una pared atravesada en medio del negocio que oculta las mercancías empeñadas (Anexo 5) y
aquello que no se quiere mostrar.

Al preguntar por los objetos en las vitrinas, los vendedores -en su mayoría-, primero las
describen de forma general, luego dan el precio de las mismas y, por último, exponen el precio
de esa misma mercancía en el mercado actual: “llévela, a ese precio no la va a encontrar en
ningún otro lado”, “en el mercado va a encontrar ese mismo computador cuatro veces más caro,
¡aproveche!”. Precios bajos para tecnología y electrodomésticos, precios altos para arte y
joyería y algunos precios que parecerían no tener mucha diferencia con el mismo artículo nuevo
en el mercado. Cabe entonces preguntarnos ¿cómo se adjudica el valor a las mercancías que se
venden en estas casas de empeño?, pero, más importante aún ¿cómo se negocia el precio sobre
una mercancía que las casas de empeño van a comprar? Tras un análisis de las transacciones
visibles que se dan en las casas de empeño y con el relato de algunos trabajadores de estos
negocios, se logró tipificar el proceso de adjudicación de valor a las mercancías que ellos
reciben para ser empeñadas. Así pues, para empezar, partiremos del significado general que
tiene el concepto de mercancía -como un artículo que posee valor de uso y valor de cambio-, y
a partir de éste nos cuestionamos si esos son los únicos elementos que son tenidos en cuenta
para adjudicar valor a una mercancía. Heidy, quien está inmersa en las casas de compra y venta
-como negocio familiar- hace más de 6 años, y que ahora trabaja en la casa de empeño Bakata,
nos comenta cómo al momento de adjudicar valor a una mercancía que alguien quiere empeñar
hay varios elementos que están en juego.

Al primer momento de este proceso se le denominó “diagnóstico”, éste consta de un análisis


del estado del objeto y una primera referencia de su valor en el mercado -un análisis ya
interiorizado por quienes allí trabajan-. Aquí se cuestiona por la “biografía del objeto” como
así lo menciona Igor Kopytoff (1986), el cual se compone por dos elementos principales: uno
propiamente material que responde a cómo fue elaborado y con qué elementos, y otro que hace
referencia a su vida económica: “su valor inicial, su precio de venta y de reventa, la tasa de
depreciación, su respuesta a la recesión, el patrón anual de costos de mantenimiento” (p.94).
El diagnóstico responde entonces a la indagación por el valor de uso y valor de cambio de la
mercancía, y este es un proceso que se aprende con la práctica, ninguno de los trabajadores

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entrevistados cuenta con estudios en la materia, pero su larga estancia en las casas de
compraventa y los conocimientos aprendidos de generaciones anteriores, los han hecho
expertos en el asunto.

Después de este análisis, Yuli se asegura que, si la persona que está empeñando la mercancía
llegara a perderla, ésta pueda ser vendida para recuperar el dinero invertido. Así, por ejemplo,
hay mercancías que tienen un gran valor en el mercado, pero que, por esta razón, quienes tienen
el capital económico para adquirirlas, no lo harían en una casa de empeño. A este proceso se le
denominó “utilidad comercial” del objeto que, en otras palabras, responde a la capacidad que
tiene ese objeto de ser vendido en las casas de empeño. Así pues, hay un conocimiento empírico
que le permite a estos trabajadores saber cuáles son las mercancías que son más solicitadas en
este tipo de lugares y cuáles son los valores que los clientes que los frecuentan están dispuestos
y tienen la posibilidad de pagar por una mercancía determinada.

Mira todos los días, es muy chistoso que todos los días nos ofrecen a través de las redes, pues
los contactos que tenemos, que tengo por ejemplo unos palos de golf, sabemos que cuestan un
montón, pero es que los clientes son selectos para adquirir un producto de esos y además que
son vanidoso y difícilmente vendrán a una compraventa a adquirirlo cuando una persona que
juega golf tiene el poder adquisitivo para comprarlo nuevo, entonces mira que hay uno dice, no
es buen negocio.

Además, también hay mercancías que cuentan con una gran utilidad comercial pero que por
ley -Decreto 1630 de 2011- está prohibida su compra; como lo son los celulares y las tablets
con sim card. Artículos que según Heidy y Yolima son comprados y vendidos por varias de las
casas de empeño de la zona, ya que son artículos que se venden en menos de una semana y los
cuales tienen un gran porcentaje de ganancia.

Luego de lo mencionado anteriormente, la casa de empeño averigua el conocimiento que tienen


la persona sobre la mercancía que va a empeñar, si sabe el estado en el que esa mercancía se
encuentra y si conoce su valor actual en el mercado. El desconocimiento de estos elementos
por parte de quien empeña será un elemento determinante para que: Heidy le ofrezca un valor
muy por debajo del verdadero precio de ese objeto, averigüe si el artículo es robado e incluso
podría argumentar que el objeto no está en buen estado y que por eso tienen que bajar el precio
ofrecido. “La base de la venta es ser abeja” comenta Heidy, “no dejar hablar al cliente y tratar
de cerrar el trato lo más rápido posible”.

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Ya, por último, y teniendo claro los tres aspectos anteriores, quienes trabajan en las casas de
empeño proceden a analizar la necesidad que tiene la persona que va a empeñar. La necesidad
juega un papel fundamental en la adjudicación de valor a una mercancía, pues mientras más se
necesite el dinero, quienes allí trabajan suponen que se está más dispuesto a aceptar cualquier
valor que se ofrezca por el artículo, y ellos son expertos en detectar los signos de angustia.
Afán, miradas de zozobra y movimientos de ansia, son elementos inocultables para ellos.
También nos mencionan que ver a un cliente en “apuros” es una señal inmediata para sacar el
mayor provecho posible de la situación, con lo cual se ofrece un precio extremadamente bajo
para que, en caso de que el cliente quiera negociar “pues yo lo subo un poco, sin que en realidad
me afecte”. Como Heidy así lo explica, este proceso consta de ofrecer un precio más bajo que
el valor que se estaría dispuesto a pagar por la mercancía. El valor ofrecido nunca es definitivo,
siempre hay posibilidad de negociar, pero no hay que olvidar que quien lleva la ventaja en esta
transacción es el vendedor y no el cliente.

BIBLIOGRAFÍA:

GOFFMAN, Erving. (1993). La presentación de la persona en la vida cotidiana,


Buenos Aires: Amorrortu.

GOFFMAN, Erving. (1979). Relaciones en público: microestudios del orden público.


Madrid. Alianza editorial.

KOPYTOFF, Igor. (1986). “La biografía cultural de las cosas: La mercantilización


como proceso”. En: La vida social de las cosas. perspectiva cultural de las mercancías.
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. México, D.F.

PARRA, Fernando. (2018). La avenida Caracas: los Campos Elíseos de Bogotá. En:
Razón pública. Recuperado de: https://www.razonpublica.com/index.php/cultura/11587-la-
avenida-caracas-los-campos-el%C3%ADseos-de-bogotá.html

PARSONS, Talcott. (1974). “Interacción Social”. En: Enciclopedia Internacional de


las Ciencias Sociales, vol. 6, pp. 166-175.

11
SEMANA( 2017). Avenida Caracas: el sueño que se quedó en puras ilusiones. En:
Revista semana. Recuperado de: https://www.semana.com/nacion/articulo/historia-de-la-
avenida-caracas-de-bogota-transmilenio-metro/548796

ANEXOS

1. Espacio de trabajo etnográfico

2. Mercancías, precios y descripción.

12
3. Mercancías en vitrinas: elección racional

13
4. Vitrinas: Juego de visibilidad y ocultamiento.

14
5. Mercancías empeñadas: parte de lo oculto.

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