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La administración de la Hacienda en el período independentista

Bárbara M. Aramendi

Introducción
En primera instancia consideramos necesario presentar un breve punteo sobre el trabajo
que realizamos hasta el momento para poder delinear un rumbo sobre las
investigaciones que venimos llevando a cabo y cómo se perfilan hacia adelante. Es por
ello que a modo de introducción señalamos las problemáticas que hemos abordado
previo a la propuesta que actualmente guía nuestro trabajo.
En los inicios de nuestras investigaciones nuestro objetivo general estuvo orientado a
analizar el funcionamiento del imperio español en la región de Salta del Tucumán. Para
abordar este interrogante optamos por focalizar nuestro análisis en el estudio de los
funcionarios de la corona de diferentes rangos, designados para el espacio de la
gobernación del Tucumán, posterior intendencia de Salta del Tucumán entre 1760 y
1817 aproximadamente, momento a partir del cual dejamos de encontrar referencias
documentales sobre los antiguos servidores reales. Así, nos centramos en el estudio de
las instituciones a través de los sujetos que les daban vida, estudiando sus carreras,
relaciones, conflictos y prácticas profesionales.
Por un lado abordamos la figura de dos funcionarios de alto rango que tuvieron carreras
e historias de vida diferentes y cuyo centro de actuación fue la ciudad de Salta: Gabriel
Güemes Montero, tesorero de la Real Hacienda y Joseph de Medeiros, teniente asesor
letrado del Gobernador Intendente.1 Estos casos nos permitieron analizar la trayectoria y
vinculaciones de dichos funcionarios y cómo se relacionaron con la sociedad local.
Por otra parte analizamos enfrentamientos específicos en los que se vieron involucrados
distintos funcionarios reales en jurisdicciones subalternas a la capital salteña. Las
elecciones capitulares en Córdoba de 1772,2 el conflicto entre el primer subdelegado de
la Puna y el cabildo Jujeño,3 el enfrentamiento del vecindario tucumano con el teniente

1
Aramendi, B: Gabriel Güemes Montero: funcionario ilustrado y vecino respetable, Andes 19, 2008, pp.
159 a 182. El controvertido teniente asesor don Joseph de Medeiros. Un funcionario real en la periferia
del Imperio: Salta, siglo XVIII, Jahrbuch 50, 2013.
2
Aramendi, B: ¿Poder local versus poder real? Conflictos entre el Cabildo de Córdoba y el gobernador
Joaquín Espinosa y Dávalos, ANDES 22, 2011, pp 73 a 97.
3
Aramendi, B: El distrito de la Puna y su primer subdelegado. Intendencia de Salta del Tucumán, 1784-
1795, Fronteras de la Historia 22-1, 2017.
tesorero de esa Caja subalterna y en Catamarca el enfrentamiento en el seno del poder
local por el usufructo de los beneficios que proporcionaba el control de la
administración.4
Decidimos también realizar algunos análisis de tinte más institucional sin abandonar la
perspectiva de que las instituciones son maneras de hacer, sentir y pensar cristalizadas y
relativamente constantes de un grupo dado. Tomamos como centro de nuestro interés
algunos aspectos específicos de la Real Hacienda, como el funcionamiento del Ramo de
Bulas de Santa Cruzada5 y las características del grupo de los funcionarios de base de la
Hacienda,6 esto nos permitió adentrarnos en los pormenores de una administración
compleja, desordenada y a veces contradictoria. A nivel general observamos una
Hacienda plena de conflictos, con problemas de funcionamiento, suspicacias y tensiones
por el control del dinero.

Funcionarios en la independencia
Para el período colonial nos preguntábamos cómo equilibraban su accionar los
funcionarios reales entre la representación de la corona y su pertenencia efectiva a la
sociedad local. En el período independentista y buscando desentrañar el proceso de
construcción del nuevo orden político, sus características y naturaleza, nos interrogamos
sobre la reestructuración de la administración, las nuevas instituciones que surgieron al
calor de los ensayos políticos y de qué manera los cuadros administrativos
resignificaron su presencia. Una vez más, el estudio de los funcionarios en los primeros
años del siglo XIX, nos aproxima al análisis del problema planteado, indagando sobre
sus redes de relaciones, sus profesiones, cómo fueron reclutados y a qué intereses
respondían. Consideramos de importancia focalizar el trabajo en el período mencionado
para comprender cómo se disuelve/transforma/permanece un tipo de organización
“estatal” específico.
En el contexto de guerra y conflicto, una enorme confusión se sumó a la ya de por sí
difícil administración hispana. Si bien la organización administrativa colonial se
modificó muy lentamente y la ruptura con la tradición española no fue absoluta se

4
Aramendi, B: Burocracia y sociedad colonial. Las reformas borbónicas, su impacto en Salta (1750-
1810), Tesis de Doctorado, Inédita, 2011.
5
Aramendi, B: El Ramo de Bulas de Santa Cruzada en el Tucumán colonial, Diálogo Andino 33, 2009,
pp. 59 a 74.
6
Aramendi, B: En lo más bajo de la administración colonial: guardas y receptores de la Real Hacienda.
Salta, siglo XVIII, Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti” 9, 2009, pp.
183 a 197.
produjo un proceso de reconfiguración del poder y surgieron nuevos actores políticos y
sociales beneficiados por las nuevas posibilidades de ascenso social y económico dadas
por la guerra y la militarización. El nombramiento de nuevos funcionarios
administrativos estuvo ligado a la situación política del momento, al nuevo poder que
adquirió el ejército y a las necesidades de la guerra. A la hora de nombrar funcionarios,
fue fundamental la condición de ser adeptos a la causa del gobierno de turno.
Los cambios que pudimos observar tuvieron que ver con que distintas problemáticas
surgieron en la administración en relación al nuevo contexto, como por ejemplo
traslados y recambio de funcionarios o erogaciones compulsivas de las arcas reales.
Otros cambios fundamentales tuvieron que ver con que muchos nombramientos que
tradicionalmente estaban a cargo de funcionarios de carrera dejaron de pasar por ellos y
quedaron en manos de los gobernantes de turno y con el hecho de que en 1813
desaparecería la figura de la fianza, central para la estructura de gobierno del Antiguo
Régimen.
En la etapa colonial un sinfín de conflictos surgieron entre las diversas esferas de poder
de la administración pero en el proceso revolucionario esos conflictos tomaron un
nuevo cariz frente a la aparición de nuevos actores, a la intervención de la fuerza y la
urgencia en los hechos. Así pudimos observar diferentes enfrentamientos entre los
funcionarios y las Juntas, los cabildos, el gobierno superior y el ejército entre otros. El
problema del dinero fue una constante, las quejas por la falta del mismo fueron
recurrentes y las disputas por su manejo alcanzaron niveles de violencia inéditos.
Aquello que más apremiaba a los funcionarios era la falta de dinero para satisfacer los
gastos de guerra.
Como se observa, la presencia efectiva del ejército en la región trastocó el
funcionamiento de la administración, el ejército no solo cambió la fisonomía y la vida
diaria de muchas ciudades sino que además demandaba dinero y tiempo de los
funcionarios, igualmente valioso. A pesar de las permanencias observadas en este
período de transición es indudable que el nuevo contexto y las nuevas circunstancias por
las que atravesó la región eran diferentes a las de tiempos coloniales. Vimos nuevos
conflictos abiertos por la presencia del ejército, el surgimiento de nuevas instituciones,
la resignificación de las que permanecieron y la llegada de nuevos actores al escenario
político y administrativo.7

7
Aramendi, B: Inestabilidad, permanencias y violencia: la administración de la hacienda en tiempos de
guerra, trabajo presentado en el Simposio economía, política y representaciones sociales en Salta y Jujuy.
Como lo mencionáramos más arriba esta nueva etapa presentó conflictos permanentes
entre tenientes tesoreros, cabildos, subdelegados y miembros de las juntas centrales y
subalternas del nuevo régimen que a pesar del marco de inestabilidad y tensión en el
que tuvieron lugar abrevaban en aquellos conflictos resultantes de la superposición de
jurisdicciones propia del orden institucional colonial (proyectado durante buena parte
del proceso revolucionario y más allá de él). Analizamos particularmente el caso del
teniente tesorero de Jujuy lo que nos permitió observar cambios y permanencias en el
ámbito de la Real Hacienda, los enfrentamientos con el cabildo y la relación entre Salta
y Jujuy como capital y ciudad subalterna respectivamente.8
A pesar de las transformaciones que la guerra produjo, los cambios, a niveles
estructurales, no fueron profundos, la organización administrativa colonial se modificó
muy lentamente a pesar de los cambios en las filas de sus empleados y de los intentos
por suprimir algunas gabelas coloniales, la ruptura con la tradición española no fue
absoluta. Lo novedoso tuvo que ver con el contexto de inestabilidad y guerra en que
tuvieron que desempeñar sus tareas los administradores, sobre todo en aquellas ciudades
que fueron sede de los ejércitos.

Problemas y líneas de trabajo en torno a la Real Hacienda


Así, el problema general que nos convoca es indagar, desde una perspectiva regional,
cuáles y cuán profundos fueron los cambios administrativos e institucionales
experimentados durante el proceso revolucionario en Salta para comprender cómo
funcionó la organización político-administrativa en ese particular contexto de
inestabilidad y guerra.
En el marco de este gran objetivo general decidimos como primer paso focalizar la
investigación en el estudio de los funcionarios de la Real Hacienda, analizar los
conflictos generados allí por el proceso revolucionario para comprender la
resignificación, adaptación y transformaciones que atravesó este órgano administrativo
en un período de crisis. Concebida la Hacienda como un espacio de relación entre

Fines de la colonia y primera mitad del siglo XIX, 11 y 12 de diciembre de 2012, CEPIHA, UNSa, Salta.
Inédito. Conflictos y ¿nuevos actores políticos? La administración en los primeros años del período
revolucionario, trabajo presentado en el Simposio economía, política y representaciones sociales en Salta
y Jujuy. Fines de la colonia y primera mitad del siglo XIX, 11 y 12 de diciembre de 2012, CEPIHA,
UNSa, Salta. Inédito. La organización administrativa fiscal en el período revolucionario, trabajo
presentado en el XV Encuentro de Historia Regional Comparada. Siglos XVI a mediados del XIX, 5 al 8
de junio de 2013, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Inédito.
8
Aramendi, B: Un funcionario en la revolución. Postulados presentistas y un estudio de caso de la real
hacienda en Jujuy, Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria 22 (2), 2014.
autoridades políticas estatales y locales, con grupos de poder y con hombres de
negocios, se constituye como uno de los campos que se presta especialmente para el
análisis de las rupturas propiciadas por movimientos revolucionarios que insertan sus
raíces en las últimas décadas del XVIII.
Presentamos a continuación los ejes de trabajo que vamos a llevar a cabo en esta línea:
. La recaudación en el período independentista
Proponemos el estudio del grupo de oficiales menores que formaban parte de la
Hacienda en calidad de miembros del resguardo de la Aduana de Salta y de guardas de
Salta y Jujuy. En investigaciones anteriores pudimos identificar a los individuos que
formaron parte de ese grupo, las tareas que cumplían y las condiciones de las mismas.
Enfocamos nuestro interés en la estructura de base de la Real Hacienda en atención a
que constituyó un engranaje fundamental en el funcionamiento del aparato fiscal, el
estudio de este sector puntual de la administración contribuyó a una comprensión más
profunda de la organización imperial.
Esto nos sirve de punto de partida para analizar que sucedió con esos funcionarios
durante la revolución. El objetivo es comprender cómo funcionó la recaudación y
control durante el proceso independentista y acercarnos a las prácticas que permitieron
su continuidad en ese contexto, indagar quiénes ocupaban esos cargos hacia 1810 y
cómo se fueron renovando las filas de este sector de la administración al calor de la
guerra. Estudiar la identidad, carrera, actividades y conflictos en los que se vieron
involucrados nos permitirá analizar y entender cómo se sostuvo institucionalmente ese
brazo de la hacienda así como observar cuáles y de qué magnitud fueron los cambios
que se dieron a su interior y cuáles las permanencias.
. La Tesorería sufragánea de Tarija
Nos interesa aquí ahondar sobre la situación de la normalización de la caja menor de
Tarija en pleno contexto revolucionario. Por Real Cédula de 1807, los partidos de Tarija
y Chichas, dependientes hasta el momento de la Intendencia de Potosí, fueron
agregados a la Intendencia de Salta del Tucumán, de esta manera Tarija quedó bajo la
férula de la jurisdicción salteña y por lo tanto, en todo lo concerniente a la
administración de lo económico, pasó a depender de las Cajas Mayores de Salta.
Esperamos con este estudio visualizar los resortes del funcionamiento de la Hacienda a
través de la relación que Salta establece con un espacio que estará en el centro de
futuras disputas territoriales. Observamos los nombramientos, el esfuerzo por
normalizar la caja, y los problemas y por las fianzas otorgadas por el flamante receptor
general de la Villa. Pero sobre todo los conflictos desatados alrededor del cobro de
impuestos ya que se evidencia la impronta desde la capital de regularizar una situación
muy laxa en Tarija en relación a pago de la alcabala y el derecho de pulperías.
. El derrotero de un tesorero peninsular en Salta
Siguiendo las carreras de los funcionarios que desempeñaban sus carreras en la Real
Hacienda es particular el caso de Antonio Atienza quien sufrió las consecuencias de ser
español de nacimiento. Fue separado de la Caja principal de Salta, donde era tesorero
interino, porque no se le concedió el título de ciudadano. La Asamblea del año 13 había
decretado que todos los españoles europeos que gozaran de algún oficio fueran
excluidos de estos siempre que no obtuvieran la carta de ciudadanía en el término de
tres meses. No había ocurrido lo mismo con su colega don Nicolás Villacorta y Ocaña a
pesar de ser también él peninsular. Éste abogó por su compañero y pidió que se lo
restituyera en su cargo. Finalmente el gobernador Chiclana autorizó el reingreso de
Atienza al ejercicio de las funciones que desempeñaba pero sin investidura alguna.
Siguiendo la trayectoria de un funcionario tenemos la oportunidad de observar en
general la necesidad del nuevo gobierno de mantener en sus filas a quienes contaban
con la experticia necesaria y con los conocimientos que requería el manejo de la
administración. Vemos un grupo que, nombrado en su momento por la corona, había
adquirido una identidad social. La corona había conseguido crear ese grupo de
individuos, definiéndolos y dotándolos de una identidad que no se desmoronó con la
llegada de la revolución. La identificación con la función fue muy fuerte para aquellos
que desempeñaron durante tantos años una tarea puntual y lo vemos sobre todo en
aquellos que tenían un cargo de los que llamamos técnicos y era en la Real Hacienda
donde estos encontraban mayormente su lugar de acción.
. Conflictos en la Caja menor de Tucumán
Una de las ciudades que sufrió el impacto de las situaciones desencadenadas por la
guerra y por ser sede del ejército y tener que contribuir con bienes y hombres para su
sostén fue Tucumán. El teniente tesorero de dicha ciudad tuvo que lidiar con las
amenazas del cabildo y de las autoridades militares que reclamaban constantemente el
egreso de dinero de la Caja. ¿Cómo se administraba el dinero en medio de la guerra?
Aquí se observa la urgencia y el uso de la violencia que implicó la necesidad de contar
con dinero de manera inmediata. Los ministros de Salta reclamaban a Chiclana que se
hiciera cumplir lo prevenido por la Junta de Buenos Aires, que había autorizado el
auxilio a la expedición pero bajo los documentos y formalidades correspondientes. Es
visible el esfuerzo que realizaban los ministros para continuar teniendo un control sobre
la hacienda a pesar del estado de excepción en que se vivía. Fueron recurrentes los
pedidos a todos los funcionarios para que se mantuvieran las formalidades en las
cuentas. También y como en otras oportunidades a través de esas notas dejaban
constancia del desarreglo que existía no solo por la posibilidad de cambiar la situación
sino también para desligar responsabilidades.

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