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MANUTENCIÓN DE PUESTAS A TIERRA EN

SUBESTACIONES

Raúl Saavedra Cossio

Introducción:

Uno de los aspectos principales para la protección contra sobretensiones en toda subestación
es la de disponer de una malla de tierra adecuada, a la cual se conecten todos los elementos,
como por ejemplo, los neutros de los transformadores, máquinas, banco de reactores o
condensadores, los pararrayos, los cables de guardia; las estructuras metálicas, las carcazas
de máquinas, tanques de transformadores y pararrayos, como así también, todas aquellas
otras partes metálicas que requieren estar a potencial de tierra.

Los requerimientos que debe cumplir un buen diseño de puesta a tierra de este tipo son:

• Proporcionar un circuito de muy baja impedancia para la circulación de las corrientes de


fallas a tierra, de manera que las protecciones pertinentes de la subestación puedan
operar holgadamente y aclaren la falla.
• Evitar que se presenten potenciales intolerables durante la circulación de estas corrientes
de fallas a tierra dentro del área ocupada por la subestación.
• Dar mayor seguridad, confiabilidad y calidad de servicio.

Para verificar el estado de una malla después de un tiempo de construida y puesta en servicio,
se acostumbre a juzgar mediante la medición de la resistencia de la malla y comparar este
valor con el medido cuando se construyó o con el valor para el cual se diseñó. Lo adecuado
es comparar los valores históricos de la resistencia de la malla para poder concluir
acertadamente con la evolución del estado de ésta a través del tiempo.

Sin embargo, con sólo el parámetro de resistencia no es posible comprobar los valores de
potenciales de paso y de contacto, ya que éstos dependen significativamente de la condición y
disposición de los electrodos que la forman y principalmente de la resistividad del terreno. Los
valores bajos de resistencia, como se mencionó, no son una garantía de seguridad, ni mucho
menos el estado de la malla, a menos que sea tan bajo que al circular la máxima corriente de
falla a través de la malla, no se eleve el potencial a un nivel peligroso. En caso contrario se
deberá medir los gradientes de potencial.

Por lo anterior, el método de mantención de una más recomendable es el de medir


periódicamente algunos de los siguientes parámetros susceptibles de variar con el tiempo,
estos son: Resistividad de terreno, Resistencia de la puesta a tierra, Resistividad de la capa
superficial agregada y la máxima corriente de falla disipada por la malla.

A continuación se analizan cada uno de ellos.

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Resistencia del Terreno:

La humedad y la temperatura tienen una gran influencia sobre la resistividad del terreno; ésta
aumenta a medida que aumenta la humedad y disminuye con los aumentos de temperatura.

Resistividad

Humedad 0ºC Temperatura

Por consiguiente, parece aconsejable, en la medida que sea posible, enterrar los electrodos a
una profundidad que se asegure el contacto con estrato permanentemente húmedo. Esto es
posible, en la mayoría de los casos, agregando electrodos verticales, en forma de barras, al
electrodo principal de la malla, para tratar de alcanzar capas húmedas. El empleo de barras
en una malla, por lo general, no sólo se emplea para lograr valores de bajos de resistencia del
conjunto, si no que, su objetivo principal es de estabilizar el valor de resistencia de la malla
ante la variación de las condiciones climáticas estacionales. En muchos casos la influencia del
empleo de barras no tiene mayor significación sobre el valor de resistencia del conjunto; su
empleo en estos casos obedece a lo que ya se mencionó, en estabilizar el valor de resistencia
del conjunto.

La capa superficial de grava o chancado, que tiene como finalidad aumentar los valores de
potenciales tolerables de paso y contacto, ayuda a retardar la evaporación de la humedad del
terreno y a limitar el resecamiento de la capa superficial durante el período de verano. Por
consiguiente, es otra alternativa para mantener humedad. Sin embargo, tiene el inconveniente
que está se desgasta con el tiempo si no se le presta una debida atención y se le hace una
buena mantención periódica.

El autor ha venido experimentado desde hace unos cuatro años, la utilización de una manga
plástica que cubre en toda su longitud el electrodo principal de la malla, con el fin de mantener
la humedad del terreno casi constante durante todo el año y de este modo mantener la del
valor de resistencia de la malla invariante a los cambios estacionales. La manga plástica se
puede conseguir fácilmente en las casas del ramo. Esta es de 40 cm. de ancho y de 0.2 a
0.4mm de espesor. La manga plástica se instala a unos 10 a 15 cm. sobre el conductor
principal. Los resultados obtenidos y comprobados han sido bastante satisfactorios.

Resistividad

Grado de Compactación

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DETALLE DE LA ZANJA

nivel del suelo


0.40

Relleno compactado
en húmedo
0.3

Manga Plástica
0.2
Conductor principal
de la malla

Otro factor que puede afectar la resistividad del terreno en forma sustancial es la compactación
de éste. Después de la construcción el terreno se irá compactando naturalmente, haciendo
disminuir la resistividad del terreno, es decir, el terreno debería mejorar sus condiciones
geoléctricas hasta estabilizarse a su valor natural.

Por consiguiente, considerando todos estos factores, es recomendable tener en cuenta las
variaciones que puede experimentar la resistividad del terreno debido a los cambios
estacionales y al grado de compactación, efectuando mediciones periódicas de la resistividad
del terreno.

Resistencia de la Puesta a Tierra:

Algunas mediciones efectuadas después de uno o dos años transcurridos desde la


construcción de la malla, han permitido comprobar que ésta tiende a disminuir algunas veces
hasta en un 50% del valor original y, que las variaciones estacionales son poco importantes.

A continuación, se considerarán las variaciones que puede experimentar la resistencia de una


malla, independientemente de aquellas derivadas de los cambios experimentados por la
resistividad del terreno y que fueron analizadas en el punto anterior.

Por ejemplo, éstas puedes deberse a la cortadura de electrodos causada por agentes
mecánicos o agentes químicos. La primera, puede haber tenido su origen debido al
desplazamiento del terreno por el movimiento de maquinarias durante la etapa de construcción
de la malla o de la subestación, o simplemente por sustracción departe del conductor principal
de la malla, en la etapa de explotación. La segunda, no debería producirse en una puesta a
tierra bien proyectada, salvo casos fortuitos.

En cualquier caso, es altamente recomendable realizar mediciones periódicas con la finalidad


de detectar este tipo de situaciones.

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Resistividad de la Capa Superficial:

Una de las consideraciones que más fuertemente influyen en la mantención de las condiciones
de seguridad de una malla a tierra de una subestación, es in lugar a dudas, la resistividad de la
capa superficial de la grava o chancado.

Como bien se sabe, el valor de los potenciales admisibles de una malla se logran mediante la
evaluación de las siguientes fórmulas, dadas en la Norma ANSI/IEEE Std 80 del año 1986:

116 + 0.695 ρ s Cs (K , hs )
Para la tensión de paso : V paso =
t

116 + 0.174 ρ s Cs (K , hs )
Para la tensión de contacto : Vcontacto =
t

donde:

ρs = es la resistividad de la capa superficial


C(K,hs ) = constante que es función del coeficiente de reflexión K del terreno y del espesor
hs de la capa superficial.

Conforme a estas expresiones, es altamente conveniente contar con una capa superficial de
alta resistividad de manera que los potenciales máximos tolerables no resulten muy pequeños
para un mismo tiempo de aclaración de la falla. En caso contrario, la malla tiende a
encarecerse debido a la alta densidad de conductores paralelos de la malla que se requieren
para controlar los gradientes y, de este modo, mantener el grado de seguridad de ésta.

Es común considerar que la capa superficial esté constituida por grava o chancado de un
tamaño medio de ½” y un espesor de 10 a 15 cm.; la cual estando limpia, presenta una
resistividad de 3.000 (Ωm) aproximadamente. Esto supone que existe adicionalmente un buen
drenaje como para impedir que se formen pozas. Estas últimas consideraciones constituyen
los puntos clave puesta que podrían producirse grandes modificaciones con el transcurso del
tiempo.

Conforme a antecedentes bibliográficos referente a mediciones efectuadas por empresas


eléctricas, el valor de la resistividad de la capa superficial puede baja a 500 (Ωm) cuando
llueve y al cabo de algunos años, debido a la contaminación, puede llegar hasta tan sólo 200
(Ωm).

Por consiguiente, si no es posible mantener la calidad original de esta capa superficial, será
conveniente, como se mencionó anteriormente, disminuir el espaciamiento de los electrodos
que forman la malla, con el fin de asegurar el control de los potenciales por debajo de los
máximos admisibles determinados por las ecuaciones anteriores.

El análisis anterior, conlleva a considerar seriamente el cuestionamiento de la utilidad de la


capa superficial y a hacer descansar la seguridad de las personas en otros elementos, como
por ejemplo, el uso de zapatos adecuados. En la modelación circuital para la deducción de las
fórmulas anteriores, no se considera la resistencia presentada por los zapatos, puesto que sólo
se tomó en cuenta la resistencia del cuerpo humano RH = 1000Ω . De tal manera que la
resistividad del zapato de seguridad de goma es del orden de ρ z = 10 106 (Ωm ) , y ha aparecido
hasta ahora, como uno de los tantos coeficientes de seguridad contemplados en el proyecto.

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Corriente Máxima de Cortocircuito a Tierra:

El valor de la corriente máxima de cortocircuito a tierra puede variar sustancialmente debido a


ampliaciones de capacidad de una subestación o debido a nuevas interconexiones en el
sistema.

En el primer caso, la consideración de un porcentaje adicional de la corriente de diseño o


disminución de la impedancia equivalente del sistema en algún porcentaje, permite quedar a
resguardo de futuras ampliaciones.

Sin embargo, es posible que nuevas interconexiones del sistema en puntos alejados,
modifiquen las corrientes de cortocircuitos en la subestación proyectada.

Por este último motivo es altamente conveniente establecer algún sistema de control de la
información, de tal manera, que sea posible conocer las modificaciones que ocurran sobre el
sistema, para comprobar la efectividad del proyecto de puesta a tierra de la subestación ya
construida.

Bibliografía

[1] P. Ortuondo, N. Morales, R. Sandoval, “Proyecto de Puesta a Tierra de Sistemas


Eléctricos de Potencia”, Universidad de Chile, Departamento de Ingeniería Eléctrica
(1982).

[2] ANSI/IEEE Std 80-1986, “IEEE Guide for Safety in AC Subestation Grounding”

[3] José Raúl Martín, “Diseño de Subestaciones Eléctricas”, Mc Graw-Hill, 1992

[4] R. Saavedra C., C. Rojas A., “Interpretación de Mediciones de Resistividad:


Experiencia con Programa Computacional INTRES”, Anales del Seminario de
Mantención y Protección de Subestaciones, UCV, 1992.

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