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Señor Bendice,
cada minuto de su vida,
y que al igual que a Abraham
tu le des larguras de días.
Pastor, gracias,
por su dedicación,
sabemos que todo es,
porque usted ama al Señor.
Su belleza interior
es la que refleja en su exterior,
y su sonrisa refleja,
el gozo del Señor.
Hemos aprendido
a valorar lo que tenemos,
a ser agradecidos con Dios.
a sonreír a pesar de la aflicción!
Usted es el Pastor,
que como David
a sus ovejas cuidaba,
y salvaba del lobo y del león.
Así pelea por nosotros,
en persona y en la oración.