Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DEVOCIONALES EN FAMILIA
DÍA 1: NO SOMOS PERFECTOS, SOMOS AMADOS
El mundo nos ofrece tentaciones todos los días y en ocasiones podemos caer en ellas. No somos perfectos y
Dios sabe eso acompáñanos en este devocional a descubrir el amor de Dios.
Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.
Jeremías 18:3
Cuando nos convertimos y entregamos nuestro corazón a Jesús, permitimos que Dios empiece a trabajar en
nosotros, entonces, va cambiando nuestras vidas y eliminando lo que está mal, sanando nuestro corazón de
las heridas que el pasado ha dejado, para que podamos correr a su propósito sin cargas y nos enseña lo que
es el amor y así, nos acerca cada día a ser como él.
Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció
mejor hacerla.
Jeremías 18:4
Esta parte es la que conmueve mi corazón, porque a veces estando en las manos de un perfecto alfarero,
nos echamos a perder como este barro, sabiendo lo que no le agrada a Dios, lo hacemos, fallamos, nos
desanimamos, nos enfriamos y por último nos apartamos de Él. ¡Lo que debes recordar en este pasaje es
que el alfarero no desecho el barro, al contrario, hizo otra vasija mejor!
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa
de Israel? dice Jehová. He aquí que, como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh
casa de Israel.
Jeremías 18:3-6
Si estas en esta situación y estas arrepentido, Dios te dice: ¿Acaso no podre cambiarlos? ¿Acaso no puedo
hacer un buen trabajo con un barro que se echó a perder? Hace mucho tiempo cuando intente apartarme de
Dios por esta causa, comprendí que; “No somos perfectos, somos amados” a Dios no le importo en ese
momento mi pasado, solo le importaba que lo escuche:
Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis
palabras.
Jeremías 18:1-2
Hoy toma una decisión. Si te has estado alejando de Dios porque has fallado, si cometiste algún error, si
pecaste aun sabiendo que estaba mal, o has estado perdiendo tu primer amor por tu propio descuido, y aun
no puedes perdonarte… Hoy Dios te dice; “Levántate y Ve a casa… quiero hablar contigo” Es hora de que te
pongas firme y entres en su morada por medio de una oración.
Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
Salmo 103:14
Recuerda, no somos perfectos, somos amados y a través de ese amor podemos reconciliarnos con nuestro
amado Padre Celestial.
Tomen un tiempo de Oración en familia
______________________________________________________________________________________
DÍA 2: SOLO DIOS PUEDE HACERLO
No importa lo que estés pasando en este momento, recuerda que solo Dios puede sacarte del pozo de la
desesperación.
Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y la fuerza de
mi salvación, mi alto refugio.
Salmo 18:2
En aquel tiempo Herodes Agripa gobernaba a los judíos y maltrataba a algunos miembros de la iglesia.
Mandó a matar a Santiago y apresar a Pedro, dio la orden para que lo encerraran hasta que pasara la fiesta
de la Pascua y que cuatro grupos de soldados vigilaran la cárcel. Mientras Pedro estaba en la cárcel, los
miembros de la iglesia oraban a Dios por él en todo momento.
Una noche antes de que Herodes presentara a Pedro ante el pueblo, él se encontraba durmiendo en medio
de dos soldados y atado con dos cadenas. Afuera, los demás soldados seguían vigilando la entrada de la
cárcel, cuando de repente, un ángel de Dios se le apareció y una luz brilló en ese lugar. El ángel tocó a Pedro
para despertarlo, y le dijo: “Levántate, date prisa”. En ese momento las cadenas se cayeron de sus manos y
el ángel le ordenó: “Ponte el cinturón y ajústate las sandalias”. Pedro obedeció. Luego el ángel le dijo:
“Cúbrete con tu manto, y sígueme”. Pedro lo siguió, sin saber si todo eso realmente estaba sucediendo, o si
era sólo un sueño. Pasaron frente a los soldados y, cuando llegaron a la salida principal, el gran portón de
hierro se abrió solo. Caminaron juntos por una calle y, de pronto, el ángel desapareció.
Solo Dios puede hacerlo
Pedro recién ese momento entendió lo que le había pasado y dijo:
“Esto es verdad. Dios envió a un ángel para librarme de todo lo malo que Herodes Agripa y los judíos querían
hacerme”.
Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados porque ninguno sabía lo que había pasado, pero
todos se preguntaban: “¿Dónde está Pedro?”. El rey ordenó a sus soldados que lo buscaran, pero ellos no
pudieron encontrarlo. Entonces Herodes les echó la culpa y los mandó a matar.
Este es otro hermoso milagro que Dios hizo para que las personas de ese tiempo y nosotros entendamos que
no hay nada imposible para Él, lo que humanamente es imposible para nosotros, es posible para Dios.
Quizás en estos momentos te identifiques con Pedro, porque tal vez te encuentras sin saber qué hacer, y
aunque no estés físicamente en una cárcel, no encuentras una salida o una solución favorable a la situación
que estás atravesando. Déjame decirte que solo Dios puede hacer un milagro en tu vida y sacarte de ese
lugar o circunstancia. Persevera en oración, clama a tu Dios y confía en Él, porque nadie más puede darte la
libertad, la paz y el gozo, que tanto anhelas y necesitas
Dios es sobrenatural y actuará como tal, haciendo cosas que ni siquiera tú esperas o imaginas porque su
amor es incondicional.
Saúl accedió y le dijo: - Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo! Así que David tomó cinco piedras
lisas de un arroyo y las metió en su bolsa. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda,
comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.
Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él, mirando con desdén al muchacho de mejillas
sonrosadas. – ¿Soy acaso un perro -le rugió a David- para que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a
David en nombre de sus dioses. – ¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! -gritó
Goliat.
David le respondió al filisteo: – Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en
nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy
el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a
las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! Todos los que están aquí
reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del
Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él. Metió la mano en su
bolsa, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y
Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo. Así David triunfó sobre el filisteo con sólo una honda y una
piedra, porque no tenía espada. Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para
matarlo y cortarle la cabeza.
Posiblemente hoy tienes frente a ti a un gigante llamado: enfermedad, divorcio, alcohol, drogas, pobreza,
desesperanza, frustración o soledad. No te sientas intimidado(a) ni retrocedas porque no estás solo(a), Dios
está contigo, Dios te dará la victoria en esta batalla. No importa que tan difícil parezca ser la situación que
estés enfrentando, no desvíes tu mirada, tu caminar ni tu confianza a otro lado, permanece
creyendo, confiando y clamando al único Dios que puede ayudarte y cambiar tu lamento en gozo.
Recuerda ¡Dios te dará la victoria!
A veces pienso que el diablo está haciendo un buen trabajo, él no se toma el día libre, está destruyendo
familias, con adulterio, con fornicación, está dañando vidas con drogas o bebidas, está dejando a niños sin
padres, madres solteras, con heridas profundas en los corazones, mientras nosotros avergonzamos a Dios
porque estamos durmiendo.
Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa
Isaías 52:1
¡Despierta! ¡Tenemos mucho trabajo! Muchos necesitan que la iglesia despierte y se vista de poder, Tu eres
santo, no eres cualquier cosa, no puedes seguir en el mismo lugar. Hoy decide servirle con todas tus fuerzas,
con toda tu mente y con todo el corazón. Él se merece lo mejor de nuestras vidas. Dale lo mejor de ti y hazlo
con diligencia ¡No te tomes el día libre!
¿Acaso hay algo que te impide acercarte a Dios para recibir tu milagro? Tal vez tu fe ha decaído y te
encuentras desanimado o desanimada, con dudas y sin fuerzas. Recuerda, nadie te conoce mejor que Dios y
posiblemente hoy te dice: “Clama un poco más”, antes que te conceda el anhelo de tu corazón, sé que
puedes hacerlo, porque quiero saber hasta dónde llega tu confianza en mí y en cada una de mis promesas.
Dios no hará oídos sordos a tu clamor, Él te responderá en el momento exacto y conforme a su voluntad, de
modo que puedes vivir seguro, segura y en paz porque siempre te dará lo mejor. Deja que tus sueños vuelen
muy alto, Dios te ayudará a lograrlos.
Tomen un tiempo de Oración en familia
_______________________________________________________________________________________
DÍA 6: ACCIÓN DE GRACIAS
Tenemos un Dios grande y maravilloso, un Dios bueno y poderoso, que nos colma de favores y misericordias
cada día, todos los días. Un Dios, que no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha
pagado conforme a nuestros pecados. Por tanto, tenemos muchas grandes razones y muy poderosos
motivos por los cuales estar y ser agradecidos con nuestro buen Dios y Padre celestial por ello debemos
tener acción de gracias con nuestro amado Dios.
El dar gracias es el volverse o devolverse con expresiones o acciones hacia quien nos ha hecho un favor, o
nos ha brindado ayuda o nos ha hecho bien; cuando alguien nos obsequia algo, nos dirigimos hacia él con
una sonrisa o un abrazo o con palabras de agradecimiento y entre más valioso es el obsequio, el favor o la
ayuda que recibimos, más grande es nuestro agradecimiento para quien nos lo da.
Y son esas acciones y expresiones que damos o hacemos cuando reconocemos el gesto y la amabilidad de
alguien para con nosotros, las que nos hacen ser agradecidos y la carencia de ellas nos hacen ser mal
agradecidos.
Ahora bien, el dar gracias a Dios es la respuesta de un corazón humilde, de un corazón que no olvida y que
reconoce las bendiciones maravillosas que Dios le da. El dar o el decir gracias es parte de una educación,
pero para nosotros el dar Gracias a Dios debe de ser una devoción. Todo hijo de Dios debe de ser
agradecido, debemos expresar con nuestros labios gratitud a Dios, debemos de bendecir su nombre y darle
acciones de Gracias.
Necesitamos involucrarnos tanto en la Palabra de Dios que nos entusiasmemos, y eso a veces nos lleva a
cantar. Cualquiera que esté entusiasmado con un partido de fútbol se llama fanático, pero si estamos
entusiasmados con la Palabra de Dios, el mundo nos llama fanáticos. Bueno, como creyentes, debemos
involucrarnos tanto en la Palabra de Dios hasta el punto de alabar al Señor con esa misma energía.
Adorar a Dios no solamente es levantar cánticos a Él. Es vivir una vida santa delante de Él
Adorar a Dios no solamente es levantar cánticos a Él. Es vivir una vida santa delante de Él
Creo firmemente que la adoración es uno de los aspectos más importantes de nuestra vida cristiana, si no el
más importante. Como resultado, Satanás lo ha atacado directa, profusamente y sin cesar. Y debido a esto,
es vital comprender lo que realmente significa adorar y por qué la adoración es mucho más que cantar en la
iglesia.
La adoración genuina que exalta a Cristo nunca debe ser insensata o estar basada en la ignorancia. Debe
tener una base doctrinal, centrarse en la verdad de todo lo que sabemos de nuestro gran Dios Trino, y sobre
todo hacerse no solamente con música si no con nuestras acciones.
Debido a esta batalla espiritual por la adoración, debemos ser intencionales. Tenemos que hacer de la
adoración una parte de nuestro estilo de vida; debe convertirse en un patrón en nuestras vidas. Pero este no
es un comportamiento de “ponte el cinturón y simplemente hazlo”. La adoración es la respuesta automática
a la gracia de Dios.
La adoración es una expresión de amor
La adoración es una expresión de amor
La gracia de Dios es tan grande y abrumadora que la respuesta de los santos a lo largo del Antiguo y Nuevo
Testamento siempre fue una respuesta de adoración. ¡Lo mismo ocurre con nosotros! Para adorar a Dios
consistentemente, debemos estar expuestos a Su gracia. Logramos esto al abrir la Palabra de Dios y buscarlo
en oración, los dos lugares donde siempre se puede encontrar la gracia de Dios.
Ahora que conoces el significado de Adorar a Dios y la profundidad que esto tiene quiero preguntarte ¿Estas
listo para adorarlo todos los días de tu vida?
Entonces volvió a entrar el rico a buscar su cartera, al no encontrarla, pensó que el joven se la había llevado.
El rico se volvió al hombre joven y le gritó iracundo: ¡Dame la cartera que me has robado!
El replicó: ¡No he robado ninguna cartera! ¡No mientas, devuélvemela enseguida! El joven repitió, “le digo
que no he tomado ninguna cartera de nadie”.
El rico empezó a golpearle furioso. Entonces una voz potente llenó el aire ¡Detente! El rico miró hacia arriba
y vio que el crucifijo le hablaba, Haakon que no pudo permanecer en silencio, gritó defendiendo al joven, e
increpó al rico por la falsa acusación. Este se quedó asombrado y se marchó del lugar. El joven salió también
porque tenía prisa para emprender su viaje.
Cuando la Cruz se quedó a solas, Cristo se acercó a su siervo y le dijo:
“Baja de la Cruz. No sirves para ocupar Mi puesto. No has podido guardar silencio”.
“¡Señor!”, – dijo Haakon –, “¿Cómo iba a permitir semejante injusticia?”.
Jesús de nuevo ocupó su lugar en la Cruz y el ermitaño se quedó de pie debajo de la Cruz.
El Señor, siguió hablando: “Tú no sabías que al rico le convenía perder la cartera, pues llevaba en ella dinero
para cometer un pecado sexual con una joven virgen. Mientras que el pobre, por su absoluta pobreza, tenía
necesidad de ese dinero. En cuanto al joven, hubiera sido mejor que le hubiera dado la paliza el rico a causa
del malentendido en cuyo caso no se hubiera ido de viaje.
Ahora, ves, hace unos minutos acaba de morir en un naufragio. Tú no sabías todas estas cosas, PERO YO SI.
Por eso callo. Y el Señor nuevamente guardó silencio.
Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué razón Dios no nos contesta? ¿Por qué razón se queda callado
Dios? A muchos nos gustaría que Él nos respondiera según nuestra voluntad y deseos, pero la forma de
actuar de Dios es diferente.
El conoce el pasado, el presente, y el futuro
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos
Hebreos 13:8
Dios nos responde aún con el silencio. Debemos estar dispuestos a escucharle y esperar en Él.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos
Isaías 55:8-9
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de
mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11
Jesús, Dios el Hijo, se encarnó, se hizo hombre y sufrió el castigo que merecíamos. Éramos culpables, pero Él
era justo. Los justos murieron por los culpables a fin de satisfacer la ira de Dios contra nuestro pecado y
luego bendecirnos con el regalo de Su justicia, que nos faltaba. Entonces Jesús se levantó de la tumba por el
poder del Espíritu Santo. Y ahora, todos los que confían en Jesús pueden esperar experimentar la
resurrección, así como el Espíritu Santo mora en todos los que creen.
Ahora, no necesitamos ser dominados por el pecado, Satanás o el miedo a la muerte. Cristo ha derrotado su
poder en nuestras vidas.
¿Qué hizo Jesús? proclamó su victoria sobre los que nos derrotaban.
En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron,
cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual
pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
1 Pedro 3:19-20
Cuando leemos las páginas de la palabra de Dios, aprendemos ciertas cosas sobre el mundo espiritual. Se
nos dice que existen seres tales como ángeles y demonios. Los ángeles y los demonios no son personas que
han fallecido. Son un orden de seres creados por separado. De hecho, los demonios son ángeles caídos que
se rebelaron contra el Señor y eligieron seguir el ejemplo de Satanás, otro ángel caído.
Satanás obra contra la humanidad y nos anima a blasfemar contra el Señor que nos dio la vida. Los ángeles
caídos que se asocian con Satanás hacen exactamente lo mismo. Puede ser que 1 Pedro 3:19 nos esté
diciendo que en algún momento después de la resurrección y ascensión de Cristo, Él anunció la victoria que
había asegurado a los ángeles caídos que han estado trabajando contra la humanidad a lo largo de la historia
humana. Sus intentos de derrotar a la humanidad y los planes de Dios para Su creación más preciosa han
fracasado, y Jesús lo ha dado a conocer.
¿Qué hizo Jesús? nos ha permitido identificarnos con él
El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la
aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo
1 Pedro 3:21
Jesús, el que habló de la creación a la existencia, nos permite identificarnos con Él. En nuestro caso, nos
identificamos con Él a través del bautismo. Se hace referencia al bautismo varias veces en las Escrituras. Se
nos dice que en el momento en que confiamos en Jesús, somos bautizados con el Espíritu Santo, unidos a
Cristo y unidos unos a otros.
También practicamos el bautismo con agua como símbolo visible de lo que el Espíritu Santo ha hecho por
nosotros. Algunas personas tratan el bautismo en agua como si ese acto tuviera la capacidad de salvar un
alma perdida, pero ese no es su propósito. El mismo Pedro incluso dice que el bautismo que salva no es
quitar la suciedad del cuerpo. La salvación se logra como un acto de la gracia de Dios que se recibe a través
de la fe en Jesucristo. El bautismo en agua es un símbolo visible del bautismo del Espíritu que sucedió en el
momento en que creímos.
¿No es asombroso considerar todo lo Jesús ha logrado por nosotros? La lista de qué hizo Jesús por nosotros
podría ser interminable, pero se puede resumir en los siguientes versículos.
qué hizo jesús —el Hijo no vino para ayudar a los descendientes de Abraham — hebreos 2:16
Jesús vino
Sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de
Abraham.
Hebreos 2:16
qué hizo jesús — Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo — 2 Corintios 5:15
Jesús murió
Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más
bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos
2 corintios 5:15
qué hizo jesús — Cristo murió y resucitó con este propósito: ser Señor de los vivos y de los muertos —
Romanos 14:9
Jesús resucitó
Cristo murió y resucitó con este propósito: ser Señor de los vivos y de los muertos.
Romanos 14:9
Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo. — Hechos 1:9
Jesús ascendió
Miren, yo vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo. — Apocalipsis 22:12
Jesús regresará
Miren, yo vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo para pagarle a cada uno según lo que haya hecho.
Apocalipsis 22:12
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: “Perdone maestro, ¡pero usted es terco!
¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua el alacrán lo picará?”. El maestro respondió: “La
naturaleza del alacrán es picar, el no va a cambiar su naturaleza y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar
y servir”. Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
La reacción del alacrán puede parecerse a la de muchas personas que en algún momento quisimos ayudar,
pero no nos permitieron hacerlo, o intentamos compartirles del amor de Dios y no quisieron escuchar. Tal
vez muchos tuvieron la actitud del maestro oriental, y siguieron intentando hasta lograr su objetivo, pero
otros posiblemente nos dimos por vencidos y no lo volvimos a intentar.
Hoy es el día perfecto para volver a retomar ese desafió y con el favor de Dios, vuélvelo a intentar; ayudar a
esa persona que tanto lo necesita, que tal vez se encuentra enferma, que no puede dejar algún tipo de
adicción o se encuentra sin ganas de vivir, y darle a conocer a ese Dios Todopoderoso que tenemos, el cual
es el único que puede salvarla, restaurar y transformar su vida.
No permitamos jamás que la conducta de otras personas condicione la nuestra.
Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quien lo necesite.
Proverbios 3:27
Trás unos años de oración para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino
donde estaban los árboles.
Cuando uno vio al primer árbol dijo: “Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un
carpintero”, y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría
convertirlo en cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: “Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender
al carpintero del puerto”. El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a
convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol, este muy asustado, pues sabía que, si lo cortaban, su sueño nunca
se volvería realidad. El leñador dijo entonces: “No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré
éste”, y cortó el tercer árbol.
Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue
puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente
grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación
cargando reyes habían llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un
día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro
del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su
bebé, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había
contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol.
Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se
desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres
despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: “¡Calma! ¡Quédate quieto!” y la tormenta y las olas se
detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de
Señores.
Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las
calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron
en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina.
Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer
erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en
él.
Los tres árboles – Isaías 55:9
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:9
¡Haz lo que Dios te manda! Toma el ejemplo Ester que hizo lo que le fue mandado, y por su obediencia se
salvaron las vidas de los judíos, o como Pedro. Si no lo haces créeme que Dios encontrará otra persona
dispuesta a hacer su voluntad.
En el nombre de Jesús ve y haz lo que Dios te manda, esto traerá mucha bendición a tu vida.
Tomen un tiempo de Oración en familia
_______________________________________________________________________________________
DÍA 14: EL PADRE NUESTRO LA PRIMERA PETICIÓN
Para que obtengas más provecho de la experiencia de la oración, Jesús te aparta de ti mismo. ¿Has notado
que la mayoría de las peticiones de este modelo de oración te llevan a pensar en el plan de Dios en lugar de
los tuyos? No es que las cosas materiales no sean importantes, es que la Palabra de Dios y sus caminos son
mucho más importantes, el padre nuestro es un ejemplo que el Señor Jesús nos da para orar a nuestro Dios.
La primera frase de Jesús en el padre nuestro tiene sólo cuatro palabras; no te apresures cuando las digas,
tienen un enorme significado.
padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre
Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos
metas en tentación, más líbranos del mal.
Lucas 11:2-4
El “nombre” de Dios se refiere no solo a los diversos nombres propios que la Escritura nos revela como el
Señor o Cristo; el nombre de Dios en su sentido más pleno es su auto-revelación, es la suma de lo que
sabemos acerca de la persona y la obra de Dios.
La palabra santificado ha perdido significado en el español contemporáneo; significa “considerar santo”. Tú
no puedes hacer que Dios sea más santo de lo que ya es, ¿verdad? Pero puedes pedir la ayuda de Dios para
llevar su santidad en el corazón, para que así vean la bondad divina las personas que te rodean en tu vida.
Eso significa un no a los ídolos. Eso significa sacar la basura de tu mente y entregarte otra vez al único
Creador, único Salvador y único Consejero. Eso significa irradiar a todo lo que lo rodea la convicción de que
“estoy orgulloso de mi Dios”.
Este devocional cristiano llamado Cinco granos de arroz, te llevará a meditar en lo que le estas dando a Dios.
Hay una historia que cuenta que una vez un limosnero estaba sentado al borde del camino cuando vio a lo
lejos venir al rey con su corona, su capa y sus seguidores.
En eso pensó que debía aprovechar la oportunidad para pedirle algo ya que los reyes son generosos y
seguramente algo le daría, por lo menos lo necesario para pasar ese día.
Así que cuando el rey pasó cerca, el mendigo dijo: “Su majestad, ¿Podría, por favor regalarme una moneda?”
Aunque él creía firmemente que el rey le daría más que de lo que le pedía.
Con gran sorpresa, el rey lo miró y le dijo: “¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?”
El mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo: Pero su majestad, ¡yo no tengo nada, soy pobre!”.
El rey respondió: “Algo debes de tener. ¡Busca!”.En su asombro, el mendigo buscó entre las cosas de su
pobre morral, y se dio cuenta que solo tenía 5 granos de arroz para comer ese día. Pero se los dio
complacido al rey, imaginándose que sus familiares nunca le creerían cuando les dijera que él había
socorrido nada menos que al rey.
Complacido el rey dijo: “¡¿Ves como sí tenías?!” Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz.
El mendigo dijo entonces: “Su majestad, creo que acá tengo otras cosas”, pero el rey le respondió:
“Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar”.
Muchas veces nosotros, al igual que el mendigo, le damos a Dios lo estrictamente necesario, y creemos que
con eso le estamos haciendo un favor y esperamos a cambio una gran retribución de su parte.
No importa qué es lo que Dios te está pidiendo, puede ser tiempo, tu trabajo, tu familia, tus sueños o
cualquier otra posesión que tengas. Si Él te pide algo es porque tiene un plan mejor que el tuyo.
No le des cinco granos de arroz, entrégale confiadamente, de corazón, aquello a lo que te estás aferrando,
pero por, sobre todo, dale tu vida, que todos tus pensamientos, tus acciones, sean para agradarle, para
servirle.
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional
Romanos 12:1
Al igual que el estudiante, nosotros tenemos la vista poco afinada. Creemos que cierta etapa de nuestra vida
está terminada, que ya no hay nada más que hacer. Pensamos que un determinado problema está
“resuelto” de la mejor manera y buscamos seguir adelante o tal vez pensamos que está bien nuestra vida, así
como está. Tal vez no es perfecta, pero es “lo mejor que podemos hacer” y nos conformamos con el
resultado.
Sin importar en qué etapa esté el cuadro de tu vida, si crees que está terminado o si piensas que aún no has
llegado ni a la mitad, pero ya no sabes cómo seguir, llama al Maestro, preséntala tu cuadro y permite que Él
pueda terminarlo.
Dios no se rinde con ninguno de nosotros y aunque parezca que no está haciendo nada, el Maestro está
trazando líneas finas, dándole toques que cada día nos van acercando más al cuadro final de nuestras vidas.
Si te detienes un momento, verás que tu vida no es igual a lo que era hace unos años, o quizás meses.
Muchos no tenemos cambios de 180º de la noche a la mañana, es muy poca la gente que cambia tanto en
poco tiempo.
La mayoría de nosotros hemos ido cambiando día a día. Dios nos va perfeccionando, a veces, sin que nos
demos cuenta o entendamos lo que sucede e inclusive hay cosas que en su momento parecen carecer de
sentido, pero después, cuando miramos nuestra vida, vemos que ya no somos los mismos de antes, que
nuestras reacciones son diferentes, que nuestros pensamientos han cambiado, que ya no somos los mismos.
Dale paso al Maestro y permite que Él haga de tu vida una obra sublime.
el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo — Filipenses 1:6
Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede
completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.
Filipenses 1:6
Una vez que la bandeja estuvo en el centro de la mesa, todos se apresuraron para servirse de café, mientras
el profesor observaba pacientemente. Como era de esperarse, los primeros tomaron rápidamente las tazas
más bellas y refinadas, mientras que los últimos tuvieron que conformarse con las que quedaban. Entonces,
el profesor tomó la palabra y les dijo:
Si observaron bien, las primeras tazas en acabarse fueron las más lindas, las más finas, y aquellos que se
sirvieron al final tuvieron que conformarse, sin mucho agrado, con las más humildes. A mí me dejaron el
vasito desechable. Esto es normal, cada quién quiere lo mejor para sí mismo. Pues bien, todos se
preocuparon por el envase, pero realmente no importa el color, lo lujoso o el material del cual están hechas
las tazas, el café que todos se sirvieron es exactamente el mismo, y tendrá en sus bocas el mismo sabor sin
importar el recipiente. Todos querían café, pero se dejaron distraer por las características de las tazas y
pocos se ocuparon de disfrutar realmente lo que estaba dentro de ellas. Esto es lo que pasa muchas veces en
nuestras vidas. Imaginen ahora que el café es la vida y que las tazas son las cosas que nos rodean. Casi
siempre nos preocupamos por las tazas, es decir por tener la mejor casa, el trabajo más lucrativo, el carro
más lujoso, el club de mayor estatus social, la ropa que está de moda, la computadora y el celular último
modelo, etc. Y como todo eso nos absorbe tanto tiempo y esfuerzo, nos olvidamos de disfrutar del café, es
decir de disfrutar la vida misma. Así dejamos de pasar tiempo con nuestra familia, de divertirnos con
nuestros hijos, de compenetrarnos cada día más con nuestra pareja, de crecer emocional y espiritualmente
como persona, de deleitarnos con un amanecer o un atardecer, de regocijarnos por todos los detalles que
nos ofrece a diario la naturaleza. Los días transcurren y nos preocupamos más por tener cosas que mostrar y
almacenar en lugar de dedicarnos a vivir cada instante a plenitud. En definitiva, por concentrarnos sólo en la
taza dejamos de disfrutar el café.
Hagamos un esfuerzo para que cada día de nuestras vidas esté dedicado a buscar las cosas importantes, que
no desperdiciemos un solo instante en las cosas superficiales y pasajeras.
Que el siguiente año, una de nuestras metas sea buscar aquellas cosas que verdaderamente importan, que
tienen valor.
Pidámosle a Dios sabiduría para que nos ayude a distinguir aquellas cosas valiosas de las que no nos darán
más que una felicidad efímera.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino
haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6: 19-21
¿Qué descuidaste este año? ¿Tu relación con Dios? ¿Tu familia? ¿Tus amigos? No importa lo que haya sido,
ahora puedes empezar a recuperar aquello que es importante.
El contexto de este aparte de la escritura nos explica que el lugar específico donde se encontraban en
Betania era en la casa de Simón El leproso. Un hombre a quien Jesús le había liberado de una vergüenza
increíble, y de su pecado (o el de sus padres), reflejado en una lepra, enfermedad que le hubiese llevado a la
muerte. Simón se convierte en un seguidor de Jesús, con justa razón y ahora lo vemos preparando una cena
para su maestro y atendiéndolo.
El otro personaje en este aparte de la escritura, es Lázaro quien también estaba allí sentado a la mesa
cenando con Jesús. Lázaro por su parte también tenía razones para servir a Jesús. No hace mucho tiempo
atrás, Lázaro había enfermado terriblemente y enfermedad le causó la muerte. Sin embargo, Jesús al tercer
día, le resucita y le da vida y esperanza a un hombre que no tenía ninguna esperanza.
Sin duda alguna, estos dos hombres tenían los motivos suficientes para seguir a Jesús y entregarse a su
servicio, sin embargo, hay una mujer que no puede contar los testimonios de Simón y Lázaro, pero hace algo
mucho mayor de lo que estos dos hicieron, lo cual nos hace preguntarnos qué la motivó a entregar
semejante ofrenda a su maestro.
María no se sienta a comer con Jesús, ni se conforma con servirle y preguntarle si quiere más pan o si desea
más agua, ella se acerca con toda humildad y derrama lo más valioso que puede hasta ese momento. Un
perfume de nardo puro que significaba el salario de todo un año. Ella lava los pies de Jesús – trabajo del
sirviente de la casa-. María se humilla ante Jesús y reconoce que no le importa hacerse vil por amor a Él. Esta
mujer hace algo inusual, ella seca el perfume con su cabello (las mujeres respetables no soltaban su cabello
en público), pero María tiene en poco lo que la sociedad pueda pensar y olvidándose de ella misma se
concentra en Jesús y se entrega sin límites, sin vuelta atrás. Con este acto María pone su vida a los pues de
Jesús, todo su pasado, presente y aun futuro, no deja nada para ella, lo entrega todo. Esta mujer fue la
protagonista de uno de los actos que Jesús más elogió en su caminar en esta tierra, todo porque su
motivación era la correcta: Jesús mismo la movió a hacer todo esto.
Muchas veces seguimos a Jesús por los milagros que hemos visto o las bendiciones que hemos recibido, pero
la motivación correcta es JESÚS. Si tenemos presente que el hijo de Dios, se hizo hombre, renunció a su
trono, a su honor, a su gloria y vino a habitar entre los hombres por amor a nosotros, sólo eso debe
movernos a servirle, a humillarnos y entregarnos completamente.
Mientras María lava los pies de Jesús, el cuarto se llena de un olor fragante, y así debe ser cada vez que nos
acerquemos a Jesús, que nuestra motivación correcta sea como olor fragante a aquel que lo dio todo por
nosotros.
Como humanos somos sensibles a las ofensas ya sea en acción, omisión o palabras, nos sentimos tan
afectados que lo creemos imperdonable. Pero por qué no pensamos en aquellas cosas con las que
agraviamos a Dios. Lo deshonramos tanto que eso nos impide gozar de su amor.
Nuestra culpa, aun cuando procuramos rechazarla nos pesa y es la fuente de muchos sufrimientos e incluso
enfermedades.
El mensaje esencial de las escrituras consiste en que Jesucristo pagó las deudas por nuestras ofensas.
Sin embargo, cuando fallamos el perdón de Dios es evidente, nosotros también debemos perdonar a quienes
nos han ofendido. Pero ¿Cómo responder a una ofensa? No podemos negar el hecho, ni aun reconciliarnos
teniendo en poco el asunto sin tratarlo a fondo, es decir perdonar solo en palabras o ignorarlo.
¿Qué hacer? Con humildad y dispuesto a reconocer nuestras propias faltas, aunque acercarnos a quienes
nos ofendieron no es una tarea fácil, Dios te dará el valor para perdonar y eso permitirá no solo tu curación y
liberación sino también la de la otra persona.
Otorgar el perdón es imitar a Jesús y sobre todo recordar que nosotros mismos fuimos perdonados.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para
que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no
respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente.
1 Pedro 2:21-23
Recuerda, tú fuiste perdonado por la misericordia de Dios, ahora te toca a ti perdonar.
En la pantalla de la noche se proyectaban todos los días de mi vida. Miré hacia atrás y vi que, por cada día de
mi vida proyectadas en el filme, aparecían huellas sobre la arena; unas mías y otras del Señor. Seguí
caminando adelante, hasta que todos mis días se agotaron.
Me pare entonces mirando hacia atrás y vi que en algunos sitios había solo un par de huellas. Coincidían
estos sitios con los días más aciagos de mi vida: los de mayor angustia, los de mayor miedo y los de mayor
dolor.
Y pregunte entonces:
Señor tú me dijiste que ibas a estar conmigo todos los días de mi vida y yo acepté vivir contigo. ¿Por qué me
dejaste solo, justamente en los peores momentos de vida?
Y el Señor me respondió:
Hijo mio, yo te amo. te aseguré que estaría contigo a lo largo de todo el camino, y que no te dejaría ni un
segundo. Y lo he cumplido, los días que has visto solamente un par de huellas en la arena han sido los días
que te he llevado en mis brazos.
Esta pequeña reflexión llamada las huellas en la arena nos invita a confiar más en Dios, Él siempre está
trabajando a nuestro favor, cuida de nosotros aun cuando no podamos verlo. La palabra de Dios nos dice:
el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos
de los siglos. Amén.
2 Timoteo 4:18
Dios tiene un propósito divino con cada circunstancia que hay en tu vida
La frase todo sucede por una razón, aunque es común, en realidad no se encuentra en la Biblia. El versículo
que más parecido a esta frase se encuentra en Romanos.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados.
Romanos 8:28
Este versículo transmite un mensaje completamente diferente al de la frase, todo sucede por una razón. La
Biblia nos enseña que, como creyentes, podemos tener paz y confianza al saber que, porque amamos a Dios
y somos llamados de acuerdo con su propósito divino, Dios obrará en conjunto para nuestro bien.
En un mundo en el que ocurren tragedias, enfrentamos batallas inesperadas y muchas cosas están fuera de
nuestro control, qué consuelo es saber que Dios está obrando en nuestras vidas y hará bien cada situación
porque lo amamos y lo seguimos, hoy quiero exhortarte a confiar en Dios por que él tiene sumo cuidado de
sus hijos.
Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido
Mateo 23:12
Por eso no hay lugar de mayor honra que humillarnos a los pies de aquel que dio su vida por nosotros
“Cristo”
Si rechazamos el plan de Dios, entonces estamos eligiendo por defecto alejarnos de él y acercarnos al
enemigo a quien le encanta decirnos mentiras y ayudarnos a engañarnos a nosotros mismos para pensar
que podemos encontrar un término medio, o que Dios no es realmente Dios, o que nuestro Padre es como
un gran abuelo que acepta cualquier cosa que decidamos hacer y nos deja salirnos con la nuestra. Sin
consecuencias reales, sin preocupaciones.
Pero hay un Dios, y si queremos llegar a ser parte de su rebaño y participar en el plan que nos ofrece,
tenemos que trabajar, intentar, sacrificarnos y construir una relación con él, y aprender a ser sensibles al
espíritu. No porque Dios odie quienes somos, sino porque sabe que debemos cambiar para mejorar y
alcanzar nuestro potencial.
Hoy quiero hacer eco de la palabras en Deuteronomio 4:39, reflexiona, considera y acepta que no hay otro
Dios fuera de Él, detente y vuelve tus caminos hacia Él.
Pablo dice que podemos reconocer el “amor verdadero” por la forma en que odiamos el mal y nos
aferramos al bien.
El amor requiere una profunda pasión por la verdad: conocerla, abrazarla, obedecerla y promoverla. Así
como Dios odia el mal y ama el bien, aquellos que lo conocen amarán (y odiarán) las mismas cosas que Él
hace.
Cuando Pablo instó a los jóvenes cristianos romanos a amar “sin hipocresía”, a decir el, ¿qué estaba
diciendo? “Deja que tu amor sea genuino. Sincero. De tu corazón. Sin fingir, realmente amo, no lo finjas”
Originalmente, la palabra griega traducida como “sin hipocresía” (anupókritos) significaba “sin experiencia
en el arte de actuar”. Llegó a significar alguien que, a diferencia de un actor, no tiene hipocresía ni
pretensión, es genuino y sincero.
Dios no quiere poblar el cielo con un montón de marionetas con la cabeza vacía o robots bien programados.
Ambos pueden “actuar” como están programados o controlados por otros, pero ninguno puede amar
verdaderamente. Dios desea estar rodeado de personas que aman lo que Él ama, de corazón. Dios desea
que sepamos que El te amo más sincero no nos lo han dicho con palabras. Fue Él quien nos ha dado el te
amo más sincero y fue a través de su hijo unigénito, en su cruz, con lágrimas de sangre y muriendo en ella.
Nuestros corazones anhelan la paz, por muy esquiva que parezca. Desafortunadamente, la paz temporal no
es realmente paz. Es solo la ausencia actual de problemas. Pero si la paz tal como la conocemos no es
realmente paz, ¿qué es la paz? ¿Qué es la paz verdadera, inmutable e incesante?
La paz no viene de la ausencia de problemas sino de la presencia de Dios
La paz no viene de la ausencia de problemas sino de la presencia de Dios
Dios es paz, Jehová-shalom, o Príncipe de Paz. Su misma esencia es la paz. Una paz que trasciende todo
entendimiento, lo que significa que no podemos comprender la plenitud de la verdadera paz porque no es
algo que se pueda crear o comprar. Fuera de Dios, nunca podremos experimentar la verdadera paz por
nuestra cuenta. Dios es paz. La paz es la presencia de Dios.
Mientras buscamos encontrar la paz en nuestra vida, hay otra verdad importante que recordar: el miedo y la
paz no pueden coexistir. Nadie puede tener una paz duradera sin Dios. La paz es la presencia de Dios. Si
quieres sentir una paz real y duradera te exhorto a buscar la presencia de Dios solo ahí la encontrarás.