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ABSTRACT
LA PARADOJA FRANCESA
Las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares son mucho más
bajas en Francia que en otros países industrializados como USA y Gran
Bretaña. Esta diferencia se presenta a pesar de que los consumos de grasa
saturada son similares (14 a 15% de las calorías diarias) y también son
similares los niveles de colesterol plasmático, alrededor de 230 mg/dl. Este
hecho se conoce como la paradoja francesa de la enfermedad coronaria
arterioesclerótica (3). El estudio de otros factores de riesgo como presión
arterial, obesidad y tabaquismo no explican la diferencia. La explicación
propuesta se relaciona con la dieta propia de las poblaciones francesas, dieta
de tipo Mediterráneo (poca mantequilla, y mucho pan, verduras, frutas, queso,
grasa vegetal y vino). En particular se atribuye un papel clave al consumo
elevado de vino, entre 270 y 400 ml diarios. El papel protector atribuido al vino
en este caso, se apoya en observaciones previas que mostraron una relación
inversa entre consumo de alcohol y mortalidad cardiovascular, particularmente
en relación con vino (4,5).
Gradualmente se ha ido imponiendo la idea de que la baja incidencia de
enfermedad coronaria en algunos países europeos puede deberse a más de un
factor presente en la dieta y no sólo al consumo de vino. Varios estudios han
analizado recientemente las posibles explicaciones de la paradoja francesa y el
efecto de la dieta mediterránea (6). Renaud y Ruf muestran que la correlación
entre mortalidad coronaria y el consumo de diferentes alimentos, en un
conjunto de 21 países, es mucho más fuerte para el vino (correlación -0.87
P<.001) que para otros componentes como verduras y grasas vegetales. Por
otra parte, la correlación positiva para grasas derivadas de productos lácteos
es alta (0.66 P<.001). O sea, estos autores priorizan el papel del vino sobre el
de frutas y verduras, fuentes también de antioxidantes naturales (7).
Diferentes criterios se han utilizado para determinar los países a utilizar
en estudios de correlación entre mortalidad coronaria y alimentos, incluyendo
bebidas alcohólicas. Criqui y Ringel estimaron necesario comparar países con
desarrollo económico similar, y así eligen 21 países desarrollados. Sus
conclusiones confirman las de otros autores que señalan que el consumo de
alcohol, particularmente de vino, correlaciona con menor mortalidad coronaria
(8).
ANTIOXIDANTES EN EL VINO
El vino contiene numerosos compuestos fenólicos entre los que pueden
señalarse los siguientes grupos: ácidos benzoicos (C6-C1), ácidos cinámicos (C6-
CALIDAD DE ENVEJECIMIENTO
Las funciones tanto físicas como mentales son fundamentales para que las
personas de edad puedan mantener su independencia. Hoy en día existe gran
preocupación por conocer los factores que hacen disminuir estas funciones y
sobre todo aquellos factores que pueden mejorarlas o al menos mantenerlas
en en tiempo.
En un estudio reciente se analizaron las funciones cognitivas, utilizando
test de orientación, atención, memoria, lenguaje y construcción de ideas,en
ancianos con un promedio de edad de 75 años. Encontraron que el consumo
moderado de alcohol disminuía significativamente el riesgo de empeorar las
funciones cognitivas en los no fumadores, sobretodo en aquellos que
presentaban arterioesclerosis o diabetes (42). También se ha demostrado una
disminución significativa del riesgo de diabetes no dependiente de insulina en
bebedores moderados (43,44).
El deterioro físico que limita las actividades de las personas de edad y las
predispone a caidas y lesiones se ha visto que está asociado al consumo de
alcohol. A un grupo de mujeres con un promedio de edad de 65 años, se les
realizaron tests para evaluar fuerza muscular, agilidad, coordinación y
equilibrio. Se vió que aquellas mujeres no fumadoras que bebían en forma
moderada (2 copas diarias) presentaban significativamente mejores funciones
físicas respecto a las abstemias (45).
Por otro lado, el consumo de alcohol se ha asociado a la osteoporosis, ya
que la mayoría de los estudios se han hecho en alcohólicos crónicos, en estado
nutricional deficiente, fumadores y con un alto riesgo de golpearse. Sin
embargo, estudios en bebedores moderados han sugerido que el consumo
moderado de alcohol estaría asociado a una densidad osea mayor
principalmente en mujeres postmenopáusicas. En un trabajo bastante reciente
en que analizaron la densidad osea en hombres y mujeres con un promedio de
edad de 60 años, encontraron que aquellos hombres que bebían 2 copas y las
mujeres que bebían 1 copa al día tenían una mayor densidad osea en puntos
claves como la cabeza del femur y la columna vertebral, respectivamente (46).
La artritis reumatoidea ha sido también estudiada en relación a consumo
de alcohol, encontrandose que mujeres postmenopausicas que consumían 2
copas de alcohol al día tenían un menor riesgo de desarrollar esta enfermedad
(47).
Finalmente, es importante mencionar que se han descrito en forma
subjetiva, una serie de efectos sicológicos beneficiosos en personas que
consumen alcohol en forma moderada, sobre todo en personas de edad. Dada
la complejidad que implica hacer este tipo de estudios son pocos los que se
conocen. En un trabajo reciente se encontró que el consumo de alcohol se
relaciona con estres y depresión a traves de una curva de tipo U. Tanto los
abstemios como los que toman en exceso se deprimían con mayor facilidad
sobre todo si además se les presentaba una situación de estres, en cambio los
bebedores moderados reaccionaban mejor frente a este tipo de situaciones sin
caer en depresión (48).
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