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La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para
ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. (Es una interpretación,
adjudicación de significados subjetivos).
La vida cotidiana debe ser objeto de la sociología, no así sus fundamentos, eso
pertenece a la filosofía.
El mundo de la vida cotidiana se da por establecido como realidad por los miembros
ordinarios de una sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus
vidas. Es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones y que está sustentado
como real por éstos.
Se proponen: clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana que son
las objetivaciones de los procesos (y significados) subjetivos por medio de los cuales se
construye el mundo intersubjetivo del sentido común.
El método: el análisis fenomenológico. (método puramente descriptivo, como tal
empírico pero no científico). El análisis fenomenológico de la vida cotidiana es un freno
contra todas las hipótesis causales o genéticas, así como contra las aserciones
ontológicas de los fenómenos analizados.
El sentido común encierra innumerables interpretaciones pre-científicas y cuasi-
científicas sobre la vida cotidana a la que da por establecida.
La conciencia es siempre intencional, siempre se dirige a objetos.(ej, contemplar ciudad
de Nueva York o tomar conciencia de mi angustia).
Diferentes esferas de la realidad. (ej, los sueños). Mi conciencia se mueve en realidades
múltiples. Realidad por excelencia: realidad de la vida cotidiana, es la suprema realidad,
se me impone. Aprehendo la realidad de la vida cotidiana como una realidad ordenada.
Sus fenómenos se presentan dispuestos de antemano en pautas. La realidad de la vida
cotidiana se presenta ya objetivada, constituida por un orden de objetos que están ahí
antes de que yo naciera. El lenguaje me proporciona las objetivaciones indispensables y
dispone el orden dentro del cual estás adquieren sentido.
La vida cotidiana se organiza alrededor del “aquí” de mi cuerpo y el “ahora” de mi
presente. Experimento la vida cotidiana en grados diferentes de proximidad y
alejamiento, tanto espacial como temporal.
La vida cotidiana se presenta como un mundo intersubjetivo. Sé que el mundo de la vida
cotidiana es tan real para los otros como lo es para mí. Ellos también organizan este
mundo en torno de “aquí y ahora”de su estar en él y se proponen actuar en él. Sé que los
otros tienen de este mundo una perspectiva que no es idéntica a la mía, pero sé que hay
una correspondencia continua entre mis significados y sus significados en este mundo.
La vida cotidiana se divide en dos sectores: unos se aprehenden como rutinas y otros
que me presentan problemas. Rutina: faceta no problemática de la vida cotidiana. Lo
problemático una vez solucionado se integra a la rutina.
Zonas limitadas de significado: como los sueños, los juegos, el teatro, la experiencia
religiosa, el arte. Se producen conmutaciones: saltos de la suprema realidad a una
realidad momentánea. Las zonas limitadas de significado desvían la atención de la
realidad de la vida cotidiana. Igualmente la vida cotidiana retiene su preeminencia.
El mundo de la vida cotidiana se estructura tanto en el espacio como en el tiempo. La
temporalidad es una propiedad intrínseca de la conciencia. El torrente de la conciencia
está siempre ordenado temporalmente. Diferentes niveles de temporalidad. Un fluir
interior del tiempo (ritmos psicológicos del organismo). El mundo de la vida cotidiana
tiene su propia hora oficial, que se da intersubjetivamente. La estructura temporal de la
vida cotidiana es excesivamente compleja, porque los distintos niveles de temporalidad
empíricamente presentes deben correlacionarse en todo momento; me enfrenta con una
facticidad, con la que debo tratar de sincronizar mis propios proyectos. Descubro que el
tiempo en la realidad cotidiana es continuo y limitado. Conocimiento de la muerte.
La estructura temporal es coercitiva y proporciona historicidad. Mi historia se ubica
dentro de una historia más vasta, que conforma mi situación. Biografía (soy un hombre
de mi época).
Institucionalización:
b) orígenes de la institucionalización:
aún el hombre solitario tiene por compañía sus procedimientos operativos. Las acciones
habitualizadas retienen el carácter significativo para el individuo. Llegan a incrustarse
como rutinas en su deposito general de conocimiento. Comporta la ventaja psicológica
de restringir las opciones.
La institucionalización aparece cada vez q se da una tipificación reciproca de acciones
habitualizadas por tipos de actores. Siempre se comparten, son accesibles a todos los
integrantes de un determinado grupo social y la institución misma tipifica a los actores
individuales como las acciones individuales.
Las instituciones implican historicidad y control. Controlan el comportamiento humano
estableciendo pautas definidas en una dirección determinada, en oposición a muchas
otras que podrían darse teóricamente. Lo que logra es economía psicológica, acciones
que se hacen posibles a un nivel bajo de atención. Generalmente todas las acciones que
se hacen mas de una vez tienden a habituarse en cierto grado, sin embargo, para que se
produzca la clase de tipificación reciproca debe existir una situación social continua en
la que las acciones habitualizadas de dos o mas individuos se entrelacen.
Al adquirir historicidad, las instituciones adquieren objetividad. Las instituciones que se
han cristalizado se experimentan por encima y mas allá de los individuos a quienes
acaece encararlas en el momento. Se experimentan como si poseyeran una realidad
propia, q se presenta al individuo como un hecho externo y coercitivo.
Las rutinas, una vez establecidas, comportan una tendencia a persistir, aunque siempre
existe en la conciencia la posibilidad de cambiarlas o abolirlas. Cuando los individuos
las constituyeron en el curso de una biografía compartida que pueden recordar, el
mundo así plasmado les resulta transparente. Todo esto se altera en el proceso de
transmisión a la nueva generación: la objetividad se espesa y se endurece, y solamente
así pueden transmitirse a las nuevas generaciones.
El mundo institucional se presenta como realidad objetiva, anterior al nacimiento del
individuo y posterior a su muerte, fuera de él y persistentes a su voluntad. No disminuye
si el individuo no comprende el propósito o el modo de operar de aquellas. Pero por
masiva que pueda aparecer, es una construcción y producción humana. Es decir, carece
de status ontológico separado de la actividad humana. La relación entre el hombre y el
mundo social sigue siendo dialéctica.
Externalización y objetivación son momentos de un proceso, el tercero es la
interiorización.
Las legitimaciones son aprendidas por las nuevas generaciones durante el proceso de
socialización, dentro del orden institucional. Cuanto mas se institucionaliza el
comportamiento, mas previsible y controlado se vuelve.
El conocimiento se objetiviza socialmente como tal, o sea, como verdades válidas a
cerca de la realidad, cualquier desviación radical que se aparte del orden institucional es
considerado enfermo, depravado o ignorante.
Este cuerpo de conocimientos se transmite a la generación inmediata aprendiéndose
como verdad objetivada y de ese modo se internaliza como realidad subjetiva. A su vez,
esta realidad puede formar al individuo, produciendo un tipo especifico de persona cuya
identidad y biografía tienen significado solamente en el universo constituido por el
cuerpo mencionado de conocimiento como un todo.
c) sedimentación y tradición:
la conciencia retiene una pequeña parte de la experiencia humana. Una vez retenida, se
sedimenta, quedan estereotipadas en el recuerdo, sin esa sedimentación, el individuo no
podría hallar sentido a su biografía. El sistema de signos otorga el status de anonimato a
las experiencias sedimentadas, separadas de sus contextos originales y las biografías
concretas para volverlas accesibles a todos. Se convierten en base del acopio colectivo
de conocimiento.
La transmisión del significado de una institución se basa en el reconocimiento social de
aquella como solución permanente a un problema permanente de la colectividad dada.
Por lo tanto, los actores deben enterarse sistemáticamente de estos significados. Toda
transmisión de significados institucionales entraña procedimientos de control y
legitimación, anexos a las instituciones mismas y administrados por el personal
transmisor.
d) roles
la tipificación de formas de acción requiere que estas posean un sentido objetivo, lo que
a su vez requiere una objetivación lingüística. Tanto el yo como el otro pueden
aprehenderse como realizadores de acciones objetivas y conocidas en general. Esto tiene
repercusiones muy fuertes para la autoexperiencia. Aunque sigue teniendo conciencia
marginal del cuerpo, y otros aspectos q no intervienen en la acción, el actor, en ese
momento se aprehende identificado con la acción socialmente objetivada. Un segmento
del yo se objetiviza según las tipificaciones disponibles. El verdadero yo social se
experimenta subjetivamente distinto de la totalidad del yo, aun enfrentándose a ella.
los roles son tipos de actores en unos determinados contextos de conocimiento
objetivizado.
Los roles aparecen tan pronto se inicia un proceso de formación de un acopio de
conocimientos común que contenga tipificaciones reciprocas de comportamiento
proceso que es endémico a la interacción social y previo a la institucionalización
propiamente dicha.
Los roles representan el orden institucional, el desempeño del rol representa el rol
mismo, todo un nexo institucional de comportamiento, y la institución puede
manifestarse en la experiencia real únicamente a través de la representación e roles
desempeñados.
Cada rol brinda acceso a un sector especifico del acopio total de conocimiento que
posee la sociedad. Lo dicho implica una distribución social del conocimiento, el acopio
se estructura según lo que sea relevante en general y lo que sea solo para roles
específicos. Para acumular conocimiento de roles específicos una sociedad debe
organizarse de manera que ciertos individuos puedan concentrarse en sus especialidades.
En estos casos, los especialistas se convierten en administradores de los sectores del
cúmulo de conocimiento que les han sido adjudicados socialmente.
Los roles comportan, entonces, un apéndice de conocimiento socialmente definido.