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Revista Agricultura Tropical 34(3,4):4-17. ISSN 0365-2793.

Diciembre 2011

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA INGENIERÍA AGRONÓMICA UNIVERSAL Y LA


APLICACIÓN DE LAS ACTITUDES CIENTÍFICAS EN EL INGENIERO AGRÓNOMO

BRIEF HISTORICAL REVIEW OF UNIVERSAL AGRONOMIC ENGINEERING AND THE


APPLICATION OF THE SCIENTIFIC ATTITUDES IN THE AGRONOMIST ENGINEER

César Giovanni Álvarez Abril 1

Resumen:

Se presenta una reseña sobre la historia de la agronomía postulando dos épocas bien
marcadas en el desarrollo de esta disciplina: la fase de los tratadistas en agricultura y la
fase científica, presentando para cada etapa actores y aportes más destacados. Al final, se
presenta una reflexión acerca de la aplicación del método científico en el quehacer
habitual del profesional de la agronomía.

Palabras clave: tratados, Hesíodo, Aristóteles, Columella, Geopónica, Jehtro Tull, Tillet, de
Tournefort, disciplinas, revisión, agronomía, historia.

Summary:
One presents a review on the history of the agronomy postulating two epochs well
marked on its development: the phase of the commentators in agriculture and the
scientific phase, presenting for every stage, actors and remarkable contributions.
Ultimately, one presents a reflection brings over of the application of the scientific
method in the habitual occupation of the professional of the agronomy.

Key words: agreements, Hesiodo, Aristotle, Columella, Geoponica, Jehtro Tull, Tillet, de
Tournefort, disciplines, review, agronomy, history.

Introducción

De manera general, la historia de la ingeniería agronómica, puede dividirse en dos partes.


La primera la fase comprende a los tratadistas de la agricultura la cual abarca un amplio
período que va desde fechas tan remotas como el 2800 A.C. hasta inicios del siglo XIX y la
segunda que comprende la consolidación de la agronomía como una ciencia, abarca el
siglo XIX hasta nuestros días. La fase de los tratadistas de la agricultura se caracterizó por
un fuerte sentido pragmático: la idea era recopilar el conocimiento agropecuario de la
época aunándolo al conocimiento particular de cada tratadista, sin que se buscara generar
conocimiento por medio de la experimentación sistemática. La segunda fase –una época
1
Ingeniero Agrónomo M. Sc. Ciencias Agrarias. Miembro ACIA. cesargok@gmail.com.
Recibido: Agosto de 2011-Aceptado:Noviembre de 2011

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mucho más corta pero con los desarrollos más espectaculares- se basó en la consecución y
aplicación del conocimiento agrícola usando el método científico.

La fase de los tratadistas de la agricultura. El emperador chino Shen Nung (2800 A.C) tal
vez fue uno de los pioneros en la historia agronómica pues dejó testimonios escritos de los
cultivos chinos principales y sagrados tales como el arroz, la soya, el trigo, la cebada y el
mijo. Más tarde (siglos IX-I A.C) el aporte de los griegos en materia agrícola fue
importante, aunque se ha considerado que no tan significativo como en otras áreas del
conocimiento. La lista de aportantes griegos a la agronomía es abundante: Hesíodo de
Boecia, Demócrito de Abdera, Jenofonte, Aristóteles, Teofrasto, Hieron, Epicarmo, Attalo,
Filómetor, Quereas, Aristandros, Anfíloco Eufronios, Crestos, Epígenes, Agatocles de
Quíos, Evagón, Anazípolis, Menandro, Diodoro, entre otros. Sin embargo, hoy se tiene un
conocimiento muy incompleto de sus obras.

Hesíodo por ejemplo, recomienda a los agricultores el conocimiento de las posiciones de


los astros, para correlacionar con ellas las tareas agrícolas. Aristóteles realizó una
destacada labor en la biología, tanto botánica como zoológica, pero solo se conoce
relativamente bien sus aportes en zoología (sistematizó el conocimiento de 500 especies
animales agrupándolas por homologías o correlaciones de sus órganos en una escala
natural no superada hasta la publicación de la obra de Linneo). Teofrasto, está
considerado como el padre de la botánica, con su obra “Génesis e historia de las plantas”.
En el campo de la hidráulica, Arquímedes inventó la palanca o tornillo que lleva su
nombre para la elevación de agua y Hierón de Alejandría se le atribuye la invención del
hodómetro, la bomba contra incendios, la alidada y el elevador, entre otros.

En años posteriores (siglos II A.C – IV D.C), el protagonismo como potencia mundial pasa a
ser de los romanos y con ello la difusión de su cultura, valores y técnicas agrícolas. A
diferencia de sus predecesores griegos, el conocimiento que se tiene de su agricultura es
mucho mayor, dado que la obra escrita de sus tratadistas ha llegado hasta nuestros días
de forma bastante completa. Cabe citar a Marco Pocio Catón el viejo, Marco Terencio
Varrón, Publio Virgilo Marón, Plinio el Viejo, Lucio Junio Moderato Columela, Aulo
Cornelio Celso, Rutilio Tauro Paladio y Gargilio Marcial.

Por su importancia, a Columela muchos le atribuyen ser el padre de la agronomía. Su obra


De Re Rustica o los Doce libros de la Agricultura, se considera como la piedra angular de la
agronomía antigua. Natural de Cádiz, su vida transcurrió a lo largo del s. I D.C. siendo
tribuno militar en Siria y Cilicia. Posteriormente vivió en Roma disponiendo de algunas
haciendas agrícolas.

Aparte de sus aportes en tecnología agraria, Columela se destacó por su manera de


plantear el concepto, método y pensamiento agrario de manera muy actual y moderna, lo
que demuestra que la formación de Columela, era muy agronómica y pragmática en

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términos actuales. Por ejemplo, Columela se lamentaba que las tareas agrícolas estuvieran
marginadas y entregadas a ser desarrolladas por esclavos y gente sin formación alguna.
Así menciona en su libro II: “he visto en el día de hoy escuelas de oradores, de geómetras
y de músicos, y lo que mi estupor provoca, locales donde se enseñan vicios de lo más
despreciables, como el preparar comidas que inciten a la gula... e incluso personas
dedicadas a acicalar cabezas y arreglar cabellos. En materia de Agricultura en cambio, no
he conocido quienes se confiesen maestros ni discípulos”. Columela exponía sus temas de
una manera muy semejante al moderno método científico inductivo: plantea una
verdadera bibliografía de autores griegos, romanos y púnicos, introduce sus opiniones
cuando se refiere a un tema, plantea sus experiencias y las contrasta con las de esos
autores a manera de discusión.

Luego de la caída del imperio romano surge Bizancio como estado heredero de la primacía
mundial. Sin embargo, las ciencias en Bizancio no progresaron excesivamente, tal y como
sucedió en el resto de Europa. En cuanto a agricultura la obra más destacable es la
“Geopónica” mandada a realizar por el emperador Constantino Porfirogeneta, una vasta
obra en la que se mezcla una abundante erudición mitológica y astrológica con cuestiones
propiamente agrícolas.

El medioevo europeo (s. VI -XVII) vio el surgimiento de obras como “Etimologías” del
obispo español Isidoro, “De cultura hortorum” del monje francés Strabone, “De animalibus
y De vegetalibus et plantis” de Alberto Magno, “De naturis rerum” Alejandro Neckham, y
la muy destacada “Ruralia Commoda” publicada por el boloñés Pedro de Crescenci.
También debe destacarse la obra de los hispano-árabes Ibn Hayyay, Abul-Jayr al Sayyar, Al
Tignari, Ibn Bassal, Al Mamun y el andaluz Abú Zacaría que en su obra “Libro de
Agricultura” alcanza grandes niveles de concreción y practicidad.

Los siglos XVII y principios del XVIII de nuestra era pueden considerarse como de
transición hacia el asentamiento definitivo de la agronomía como ciencia. Sobre todo por
la consolidación del método científico como base fundamental para generar conocimiento
(aunque Roger Bacon en el siglo XIII se le considera como el fundador de la ciencia
experimental moderna) y el desarrollo de instrumentos científicos y tecnología agrícola.

Nacimiento, desarrollo y consolidación de la ciencia agronómica


Hacia 1731 el abogado inglés Jehtro Tull publicó “Principios de agricultura con cultivo a
caballo” obra con la cual puede considerarse el inicio de la segunda fase de la historia
agronómica, principalmente por el énfasis que Tull pone en la experimentación como
fuente del desarrollo agrario. En especial el trabajo de Tull se destacó por:

 Introducir el caballo como fuerza de tiro, adaptando diferentes aperos de labranza


para el mismo
 Resaltar la importancia del laboreo y la fertilización orgánica para evitar el barbecho

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 Masificar la siembra en hileras.

El siglo XVIII fue testigo también de la revolución industrial con la que se hicieron muchos
aportes a la agricultura: arado de hierro (1720), trilladora (Andrew Meikle en 1788),
cortadora de forraje (James Cooke, 1794), desmotadora de algodón (Eli Whitney 1793).
Comienzan también los primeros trabajos en mejora genética con Mather (1716), Van
Mons, Knight, Linneo y Cooper. Thomas Fairchild en 1719 obtiene el primer híbrido en
clavel, el cual se llamó “Mula de Fairchild”. En cuanto a la fisiología vegetal, Priestly
descubre en 1771 el oxígeno, mientras que Percival en 1779 demostró que el CO2 servía
de alimento a las plantas. Ingen Housz descubre en 1790 que la expulsión de O2 en los
vegetales solo ocurre en presencia de luz. En 1804 De Saussure estableció que en la
respiración de las plantas se absorbía O2 y se eliminaba CO2, y durante el día ocurría el
proceso contrario, que el N procedía del suelo, y que el P y el K se encontraban en las
cenizas de las plantas. La entomología recibió numerosos aportes de Fabricius, Reamur,
Du Hamel, Tillet y Linneo, los cuales se destacaron por sus trabajos taxonómicos, formas
de ataque a las plantas cultivadas y sistemas de control.

En cuanto a la fitopatología cabe destacar a hombres como Joseph Pitton de Tournefort,


quien publicó un trabajo sobre las diversas etiologías de enfermedades que sufrían las
plantas y autores como Tillet, Micheli, Tozzeti, Fontana, Adanson, etc quienes publicaron
estudios sobre patógenos criptogámicos y sus formas de ataque a las plantas cultivadas.
En cuanto a economía rural cabe destacar el trabajo de Arthur Young, considerado como
el padre de esta rama de la agronomía, con obras como “Economía rural o ensayos sobre
aspectos prácticos de agricultura”, “Experiencias en agricultura”, “Carta a los granjeros
ingleses”, etc. La edafología y pedología, no verían grandes aportes hasta el siglo XIX; sin
embargo, el alemán Albert Thaer acuñó el término “humus” para designar la materia
orgánica descompuesta del suelo.

El s XIX fue sin duda, el siglo que vio grandes desarrollos en las disciplinas y el quehacer
agronómico: Varias circunstancias contribuyeron a esto:

 El descubrimiento de los procesos de la nutrición vegetal y la obtención y utilización de


los abonos químicos
 Creación de las primeras escuelas superiores de agricultura
 La invención de más y mejores máquinas agrícolas
 La ampliación de los regadíos e intensificación de los drenajes
 Los grandes avances en las ciencias biológicas.

En este escenario ya puede hablarse con propiedad de los desarrollos de cada disciplina:

 Suelos, relación suelo-planta y fisiología vegetal

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Justus von Liebig, fue quizá la figura más importante de ese siglo en cuanto a nutrición
vegetal se refiere y fundador de la química agrícola. Enunció la “ley del mínimo” según la
cual la absorción de nutrientes siempre se realiza en función de aquel elemento esencial
que se encuentra en menor cantidad relativa. Sprengel expuso la necesidad de restituir los
nutrientes del suelo a través de sales minerales y fue el primero en analizar la composición
del humus. Julio Sachs y Knop, trabajando con soluciones nutritivas marcaron las bases de
los futuros cultivos hidropónicos. Sacs constató además que el almidón era el hidrato de
carbono proveniente de la fotosíntesis.

La microbiología de suelos vio su despegue en esta época, con científicos como Woromin,
Hellriegel, Beijerinck, Pasteur y Winogradsky descubrieron a Rhizobium , Aerobacter y
Azotobacter, Nitrosomonas y Nitrobacter y sus funciones más importantes. Por su parte,
la pedología inicia su despegue con Dokuchaev al presentar su primera clasificación de
suelos en Rusia.

 Mecanización agraria e ingeniería agrícola

John Fowler desarrolló un arado accionado por vapor, que fue mejorado en años
posteriores. En E.U. se desarrolló la cosechadora y arados tipo rotativo para papa.
Comienza también el desarrollo del motor de combustión interna.

 Genética y mejora vegetal

Schleiden, Schwan y Virchow, desarrollaron la teoría celular, la cual fue completada más
tarde por Schultz quien la completó mediante su teoría protoplasmática. Gregor Mendel
en 1866, merece ser destacado como el padre de la genética tras sus trabajos de
cruzamiento con arveja. Le Couteur y Sheriff hicieron a su vez grandes aportes en la
mejora del trigo, mientras que Gaertner continuó el tabajo de Mendel sobre cruzamientos
de plantas. Vilmorin introdujo la selección individual de remolacha, lo cual supuso el
futuro establecimiento de la industria de la remolacha azucarera

 Fitopatología y entomología
El desarrollo de la fitopatología estuvo muy ligado al desarrollo del microscopio. La
primera obra que clasificó a los hongos fue “Synopsis Methodica Fungorum” publicada en
1801 por el holandés Persoon. A su vez “Systema micologicum” publicado en 1821 por el
sueco Elias Fries está considerado como un libro fundamental en la micología moderna.
Además, De Bary junto a los hemanos Tulasne constataron el polimorfismo y parasitismo
de muchos hongos superiores. Raulin en 1870 logró cultivar por primera ves un hongo:
Aspergilus niger en un medio sintético. En cuanto a la lucha fitopatológica cabe destacar a
Millardet, agrónomo francés que en 1885 publicó la primera formulación del celebre
“caldo bordelés” para el control del mildeo de la vid. Por su parte los estudios de Pasteur,
Bassi, Henle y Koch dieron lugar al nacimiento de la bacteriología.

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La entomología conoció un gran desarrollo durante ese siglo: Dejean, Fabricius, Smith,
Meigen y otros ampliaron el conocimiento sobre coleópteros, hemípteros, himenópteros
y dípteros. Rudolfi describió los primeros nemátodos parásitos. A su vez, el manejo de
plagas recibió un fuerte impulso con la aparición de la Filoxera de la Vid (Pemphigius
vitifoliae) que recibió enfoques de manejo diferentes: el biológico, la lucha química y la
mejora genética a través de material resistente.

 Malherbología

A finales del s. XIX se ensayó el empleo de diversas sustancias como el ácido azótico, el
ácido clorhídrico, los sulfatos de cobre y zinc mezclados, el ácido sulfúrico, cloruro, nitrato,
sulfatos y carbonato sódico, para controlar las hierbas aunque sin éxitos definitivos.
Habría que esperar hasta el s. XX para ver el surgimiento de los primeros herbicidas
efectivos.

Además de estos desarrollos, es importante destacar el papel preponderante que jugaron


las estaciones agrícolas experimentales y las primeras escuelas europeas de agronomía.
Así Lawes, miembro de la Sociedad Real de Londres, fundó la Estación Experimental de
Rothamsted, experimentando con nitratos, fosfatos, potasio y diversos abonos orgánicos,
sobre diferentes tipos de cultivos. Esta estación célebre aún hoy día es conocida por sus
aportes a la ciencia agronómica. A su vez, en 1810, Thaer fundó la primera Escuela
Superior de Agronomía en Möglin, Alemania. La segunda fue fundada por el húngaro
Tessedik en Georgikon. Las escuelas francesas tuvieron gran renombre como la de
Grignon.

Así pues, con la consolidación a partir del siglo XIX de un amplio abanico de conocimientos
científicos dirigidos a "establecer la teoría de la Agricultura", se concretiza una nueva
ciencia aplicada a la que se denomina Agronomía, que "se esfuerza en descubrir las leyes
de la producción agrícola" (Diehl el al., 1973), o como dice Chevalier en "descubrir y
coordinar las leyes que rigen la producción de las materias vegetales y animales, cuando
se practica el cultivo de plantas y/o la cría de ganado" (Diehl el al., 1973).

En un principio, la Agronomía poseía claramente dos ramas de aplicación: Fitotecnia y


Zootecnia, según que la aplicación de los conocimientos de la Agronomía fuera dirigida al
cultivo de plantas o a la crianza de animales, de forma que el fin pretendido fuera la
obtención de productos útiles para el hombre de manera que el proceso productivo
resultara lo más rentable posible. Posteriormente desde mediados del siglo XX en España
y Latinoamérica, las especialidades del Ingeniero Agrónomo se ampliaron a la Ingeniería
Rural, las Industrias Agrícolas y a la Economía, siguiendo el modelo francés. Hoy día y en
nuestro ámbito local, la agronomía se restringe mucho más a la parte fitotécnica: el
componente animal es ahora parte del trabajo de carreras más recientes como la
zootecnia y veterinaria.

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Es importante aclarar que tradicionalmente en la mayor parte de los países anglosajones


la figura del Ingeniero Agrónomo ha sido mucho más restringida y vendría a ser el
equivalente, de manera aproximada, al contenido de la profesión de Ingeniería Agrícola
(Construcciones agrícolas, Hidráulica, Electrificación Rural, Maquinaria, etc.).

Como se ha visto anteriormente, la creación de las escuelas modernas de Agronomía,


surgidas en toda Europa a partir del siglo XIX y el inicio conjunto de sus estudios en el
rango superior, contribuyó a considerar a la Agronomía como una ciencia aplicada más y
a elevar el nivel formativo y científico de la producción agraria.

Ramas y disciplinas asociadas con el desarrollo de esta ciencia: avances significativos en


el siglo XX

Se puede sugerir una clasificación de las ramas de la agronomía como la siguiente, cada
una de las cuales agrupa, en un sentido amplio, a varias disciplinas:

- Ciencias del medio físico.


- Aplicaciones de la química de síntesis.
- Fisiología Vegetal, Fitotecnia, Horticultura y Fruticultura
- Genética y Mejoramiento Vegetal.
- Fitoprotección
- Biotecnología.
- Mecanización agraria e ingeniería rural.
- lndustria Agroalimentaria.

En este escrito no se tratarán los dos últimos aspectos por considerarse pertenecientes al
ámbito actual de las ingenierías agrícola y agroindustrial. Sin embargo no debe olvidarse
que el origen de estas carreras estuvo ligado al quehacer agronómico y que muchos
agrónomos pueden dedicarse –y de hecho lo hacen- a estos campos. En cada rama, se
considerarán algunos de los desarrollos más importantes conseguidos durante el s. XX.

 Ciencias del medio físico.

Esta amplia rama de la agronomía engloba disciplinas como la pedología, la edafología y la


agroclimatología. También incluye todas las técnicas de modificación del medio físico tales
como el desarrollo de invernaderos y producción de cultivos en condiciones controladas,
de cultivos hidropónicos y cultivos con soluciones nutritivas.

El conocimiento de la génesis del suelo y su papel en la nutrición de los vegetales se ha


incrementado ostensiblemente y de su caracterización geomorfológica, conjuntamente
con los procedimientos de análisis físicos y químicos del mismo, es posible predecir en
gran medida su comportamiento en la producción vegetal. En los E.U., Eugene W. Hilgard

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editó en 1906 una obra edafológica muy famosa durante bastante tiempo, con el título de
Soil (Suelo). Los trabajos del sueco Albert Atterberg (1846-1916), sobre los tamaños de las
partículas de los suelos y algunos conceptos sobre el índice de plasticidad, han sido
adaptados como oficiales, por la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo (ISSS). El
suizo Wiegner (1883-1936) desarrolló amplios trabajos sobre el complejo de cambio de los
suelos. El checo J. Kopecky (1870-1935) desarrolló una amplia labor investigadora en
temas de física de los suelos relacionados con el agua y su retención. En 1911, sir Alfred
Daniel Halis (1864-1942) publicó la síntesis de todos los trabajos llevados a cabo en
Rothamstead sobre la fertilidad de los suelos. En 1912 apareció la primera edición del
libro de Sir John Russell (1872-1865) “Soil Condition and Plant Growth” (Condiciones del
suelo y crecimiento de plantas), que recogía todos los aportes de la ciencia del suelo a lo
largo del medio siglo anterior. La obra de Russell ha sido traducida y reeditada en
numerosas ocasiones, realizándose incluso nuevas y actualizadas revisiones a los epígrafes
de la obra original, y todavía a finales del siglo XX es una obra clásica a considerar.

En 1924, Curtis F. Marbut desarrolló un sistema de clasificación de los suelos que aplicó a
su obra “Los suelos de E.U.” En 1932 Gilbert W. Robinson (1888-1950), publicó otra obra
crucial para la taxonornía de los suelos, “Los Suelos, su origen y clasificación: una
introducción a la Pedología”. En este mismo año apareció la primera edición de la obra “La
dinámica del suelo” de A. Demolon. Por su parte H.H. Bennet fundó en 1933, en el ámbito
de la administración americana el Servicio de Erosión y Conservación de Suelos.

La utilización de la fotografía aérea, facilitada por el gran desarrollo alcanzado por la


aviación civil y la Optica aplicada, para la identificación y cartografía de suelos ha sido un
aporte crucial del siglo XX, principalmente tras la Segunda Guerra Mundial. La
profundización en aspectos relacionados con la teoría de1 laboreo, constituye el objetivo
de una parte de la agronomía muy compleja, por la interdisciplinariedad que la misma
supone, pero su estudio y análisis, permiten y permitirán efectuar una labranza más
racional. Técnicas como la labranza cero y reducida han hecho revisar conceptos que se
consideraban casi axiomáticos, como la teoría del barbecho.

Altos avances en Meteorología predictiva, sobre todo tras las posibilidades que abrió el
lanzamiento del primer satélite artificial (Sputnik) de la antigua URRS en 1957 permiten
prever en muchos casos, con cierta antelación, fenómenos meteorológicos de incidencia
negativa, como el exceso de lluvias, las heladas, los vientos huracanados, etc.

La prevención climática de heladas puede combinarse con la utilización de numerosos


sistemas de lucha anti-helada, particularmente extendidos en horticultura. Los
conocimientos combinados de la Fisiología Vegetal, Edafología y Climatología, han
permitido profundizar en el verdadero conocimiento de las necesidades hídricas de las
plantas. Trabajos previos de Briggs (1897), Buckinham (1907), Gardner (1922), Richards
(1928), Veihmeyer y colaboradores (1927-1948) etc., pusieron las bases en las relaciones

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suelo-agua-planta para poder evaluar las necesidades en agua de los cultivos (Goidberg et
al., 1976). A través de los distintos medios de evaluación de la evapotranspiración, entre
los que cabe destacar los de Thorntwaite (1948), Blanney-Criddle (1950), Penman (1948),
Ture (1953), Jen- sen-Haise (1963), etc., desarrollados todos ellos en el siglo XX, y algunos
de ellos modificados posteriormente (como Blanney-Criddle por el Servicio de
Conservación de Suelos de USA en 1970, o FAO en 1977), ha sido posible optimizar, junto
con los modernos sistemas de riego los recursos hídricos con base en las necesidades en
agua de los cultivos (Doorenbos y Pruitt, 1984).

 Aplicaciones de la química de síntesis

Está referida fundamentalmente al desarrollo de Fertilizantes, Plaguicidas, y productos


especiales usados en la agricultura de hoy, lo cual ha tenido fuerte repercusiones en la
nutrición y producción animal y vegetal. Entre ellos cabe destacar la obtención del sulfato
amónico a través del nitrógeno del aire a través del proceso de Fritz Haber, de la úrea y
demás fertilizantes edáficos y foliares. En cuanto a los plaguicidas fue importante el
desarrollo del DDT y posteriormente el de variados insecticidas, acaricidas, nematicidas,
fungicidas, bactericidas y herbicidas, más o menos específicos. En cuanto a estos últimos
vale decir que el clorato sódico empezó a emplearse comercialmente como herbicida total
en 1926, además de productos derivados del petróleo y compuestos nitrados. Tras la
segunda guerra mundial irrumpieron en el mercado los primeros herbicidas hormonales
(2,4 D, MCPA, 2,4,5 TP, etc) como selectivos en el cultivo de cereales. Posteriormente se
introdujeron los derivados carbámicos, los herbicidas derivados de la úrea, las triazinas,
las amidas, etc.

 Fisiología Vegetal, Fitotecnia, Horticultura y Fruticultura

El conocimiento profundo de los factores que determinan la eficacia fotosintética de los


vegetales ha contribuido hacia la selección de plantas más productivas, bien obteniendo
vegetales con una mayor eficacia fotosintética o bien consiguiendo plantas con una
constitución interna más favorable para el hombre, todo lo cual ha desembocado en un
incremento ostensible de la productividad. Los conocimientos recientes sobre el
metabolismo de las plantas han conducido al desarrollo de pautas positivas y racionales
sobre la fertilización, el empleo de fertilizantes por vía foliar e incluso el cultivo de plantas
en soluciones sintéticas, haciendo habitual el uso de las técnicas analíticas de diagnóstico
nutricional, basadas en los análisis foliares y en algunos casos, directamente en los
análisis de savia.

Las primeras observaciones sobre hipotéticas sustancias reguladoras del crecimiento de


las plantas que luego serían consideradas como auxinas, fueron debidas a Dubarnel de
Monceau (1758), Francis y Charles Darwin (1880), Jensen (1910) y Paal (1929) y su
aislamiento se produjo por vez primera a través de los trabajos de Went en 1928, siendo

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Koal y Smith quienes propusieron la denominación de "auxinas" para este grupo de


sustancias. El primer aislamiento de una giberelina se produjo en 1926, a través de los
trabajos del japonés Kurosawa estudiando la presencia del hongo Gibberella fujikoroi
sobre arroz. Trabajos de Haberlandt en 1913 y posteriormente de Skoog en tabaco
condujeron al aislamiento de la primera citoquinina a partir de 1950. El etileno empezó a
considerarse que podía ser una sustancia reguladora de algunos procesos del desarrollo
de las plantas, a partir de finales de] siglo XIX, en los trabajos de Wiesner y Molishn y
posteriormente en 1901, a través de los estudios de Neljubow. Entre 1963 y 1964
Wareine, y colaboradores por un lado y Addicott y su equipo por otro, descubrieron el
ácido abscísico. El conocimiento de que la mayor parte de los procesos de desarrollo están
controlados por fitorreguladores y que este control está relacionado con el nivel de
nutrición de las plantas, ha hecho posible (al disponer de estos productos en el mercado)
el empleo de un arma poderosa en las técnicas de manejo de los cultivos. Los procesos de
enraizamiento, floración, cuajado y desarrollo del fruto, maduración, conservación,
calidad del mismo, etc., pueden ser controlados en buena medida merced a los
conocimientos básicos que sobre los mismos ha facilitado la Fisiología Vegetal, abriendo
unas perspectivas muy amplias a la Producción Vegetal. Ello hace que las relaciones entre
Fitotecnia y Fisiología Vegetal sean cada día más estrechas y que un especialista en
Fitotecnia deba tener una amplia formación en Fisiología Vegetal.

 Genética y Mejoramiento Vegetal

Se han conseguido y se siguen obteniendo nuevas variedades que proporcionan mayores


rendimientos, mejores cualidades nutritivas, gran variabilidad de adaptación a distintas
condiciones del medio físico, mayor resistencia a plagas y enfermedades, etc. Todas estas
posibilidades repercuten en la existencia de un abundante y variado material vegetal que
hay que conocer para elegir cuidadosa y racionalmente entre las plantas de una misma
especie, antes de iniciar su cultivo en determinadas circunstancias.

En el incremento de la productividad de los cereales básicos, jugó un gran papel la


actividad desarrollada en dos grandes centros de Mejora Genética: el CIMMYT (Centro
Internacional para la Mejora del Maíz y Trigo) en México y el IRRI (Instituto Internacional
para la Investigación del Arroz) en Filipinas.

Estos desarrollos han sido posibilitados por los avances de la Genética, cada vez, con una
mayor y más sólida base científica, lo cual se ha revertido de forma fundamental en las
plantas cultivadas. Así por ejemplo, los "caracteres" mendelianos fueron denominados
"genes" desde 1903 por Johansen quien además estableció en 1911 los conceptos de
“genotipo” y “fenotipo”. Los trabajos de Boveri, Wilson y Sutton fueron decisivos en el
establecimiento del papel que juegan los cromosomas en su individualidad como
portadores y continuadores de la herencia y en sus funciones sobre el desarrollo. A partir
de 1910 y partiendo de magníficas investigaciones sobre la mosca Drosophila

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melanogaster, Thomas H. Morgan y su equipo (C.B. Bridges, A.H. Sturtervnt y H.J. Müller)
demostraron y desarrollaron de forma clara la teoría cromosómica de la herencia
(Rostand, 1970). La actividad genética del ADN fue comprobada en 1943 por Avery Mc
Leod y Mc Carty y el primer modelo de ADN fue expuesto en 1953 por Watson y Crick,
quienes conjuntamente con Barner, Brenner y Watts-Tobin comprobaron la universalidad
del código genético para realizar la síntesis de las proteínas.

 Fitoprotección

La fitoprotección es una amplia rama de la agronomía que comprende disciplinas como la


fitopatología (la cual incluye la virología y bacteriología vegetal), la entomología
económica y la malherbología.

Sin duda y gracias al fuerte desarrollo de los productos de la química de síntesis, el


principal componente de la lucha contra enfermedades, plagas y malezas en la mayor
parte del s. XX fue el uso de sustancias químicas. Sin embargo, también de manera muy
importante se ha desarrollado los controles biológicos y culturales. La lucha biológica, se
inició de forma rigurosa en USA, a partir de finales del siglo XIX para combatir la "cochinilla
acanalada" de los cítricos (Iceiya purchasi), con el empleo de Novius cardinalis. Ha sido sin
embargo durante el siglo XX cuando ha alcanzado sus cotas más elevadas con el desarrollo
de controladores biológicos de diversa índole contra nemátodos, insectos y hongos
fitopatógenos.

La utilización como trampas, de láminas coloreadas, de feromonas, de atrayentes, de


repelentes, de inhibidores y modificadores.del crecimiento de los insectos, etc., así como
el recubrimiento de estructuras de forzado con plásticos coloreados especiales (con efecto
fotoselectivo que al alterar el espectro luminoso, disuaden a determinados artrópodos o
soslayan el crecimiento de ciertos hongos) o el uso de agrotextiles o mallas como barreras
físicas, pueden ser métodos complementarios para el control de plagas y enfermedades.

El solapamiento entre la lucha química, la lucha biológica y cualquier tipo de sistema no


convencional, ha desembocado en los actuales programas de lucha integrada, cuya
aplicación a multitud de casos constituye quizás uno de los logros más espectaculares de
la moderna Agronomía.

 Biotecnología

Bajo este término se está incluyendo disciplinas como la Propagación Vegetal usando
Cultivos in Vitro y la Ingeniería Genética.

El fundamento de todas las técnicas de cultivo in vitro radica en el hecho de que toda
célula vegetal, independientemente de su nivel de especialización, como consecuencia de

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estar viva y poseer un núcleo, es capaz de reproducir íntegramente la planta de la que


procede, aunque lógicamente esta propiedad está ligada a una serie de factores, como la
propia especie, los medios de cultivo, las condiciones ambientales (temperatura,
iluminación, etc.). Por todo ello esta regeneración puede presentar problemas en muchas
especies y no ser tan inmediata como podría desprenderse de lo señalado anteriormente.
Dentro de estas técnicas pueden citarse el cultivo de meristemos, de callos, de
protoplastos y de anteras desarrollados en muchas especies y variedades.

La Ingeniería Genética se cierne actualmente como una poderosa rama del futuro de la
Biología Aplicada, que puede inducir, en unos años, grandes cambios en el ámbito
agronómico (incrementos en la tasa de fotosíntesis, asimilabilidad del N atmosférico en
plantas no leguminosas, obtención de hibridaciones entre especies diferentes, etc). Ya se
han comercializado distintos cultivares transgénicos de diversas especies como soya, maíz,
algodón, girasol, tomate, etc., que presentan diversas ventajas, como resistencia a
herbicidas, resistencia a insectos, mejora de sus propiedades nutritivas variando la
composición bioquímica de sus órganos de aprovechamiento, etc., aunque su utilización
todavía es recibida con ciertas reservas y su multiplicación comercial, está aún sometida a
determinadas restricciones, con el fin de evitar posibles toxicidades, poder alergénico, y
otros efectos negativos que pudieran derivarse de los genes incorporados.

Aplicación de los elementos científicos de la agronomía: un ejemplo

En esta parte se hará referencia a lo que tiene que ver con la solución de problemas
específicos relacionados con el desempeño profesional. Se hará por tanto énfasis en los
elementos científicos que un profesional de la agronomía debe tener incorporado en sus
actitudes de trabajo. Si se quiere, puede hablarse también de “actitudes científicas de los
ingenieros agrónomos”. Cada elemento se ilustrará con un ejemplo.

 El conocimiento específico del problema (revisión de los antecedentes)

Tiene que ver con la preocupación del profesional por estar lo mejor informado posible
frente a un problema específico, para lo cual debe haber adquirido la costumbre de
estarse actualizando por medio de la revisión de literatura científica específica y otros
antecedentes y enterarse muy bien de las particularidades del lugar donde se presenta el
problema para contextualizar las experiencias anteriores en el lugar donde se encuentra.
Esto es fundamental dada la intensa “localidad” de la agronomía y la imposibilidad de
generalizar recomendaciones para todas las regiones y lugares.

Un ejemplo de esto lo constituye la revisión de antecedentes que hace un profesional de


un insecto u hongo fitopatógeno ante la llegada de una nueva plaga o enfermedad a la
región donde trabaja.

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 El análisis de la situación

Esta parte es crucial en el desempeño profesional y es tal vez la parte más valiosa de las
actitudes científicas. Como tal comprende la evaluación sistemática del problema, en sus
causas, efectos y posibles soluciones (lo cual puede incluir la observación detallada y la
experimentación). Es fundamental en este proceso una visión integrada e integradora del
problema por lo que debe considerarse seriamente cualquier solución o soluciones que
puedan provenir de las ideas o principios de las disciplinas agronómicas que sean lo más
eficientes en términos económicos, de sostenibilidad, manejo de personal o cualquier otro
criterio pertinente al problema. Es obvio que en la claridad de los conceptos de la ciencia
básica del profesional, descansa un análisis adecuado del problema y buenas
recomendaciones.

Siguiendo el ejemplo anterior, el análisis de la situación puede comprender la evaluación


preliminar del impacto que la nueva plaga o enfermedad puede tener en el cultivo de la
región de trabajo del profesional.

 La recomendación

Es la materialización del análisis anterior en la implementación de medidas de control o


solución del problema. La recomendación debe considerar los recursos (humanos,
técnicos, financieros, etc.) con los que se cuenta y los costos (en los mismos términos) que
implica la recomendación, por lo que básicamente este proceso es un asunto de ponderar
lo que se gana con ejecutar la recomendación con lo que ello cuesta.

De nuevo con el ejemplo anterior la recomendación puede ser la de formular un plan de


manejo integrado del nuevo insecto u hongo, con su respectiva manera de divulgación a
los agricultores.

 La evaluación de las medidas recomendadas

Después de la ejecución de la recomendación debe evaluarse su impacto en términos de


su contribución a la solución del problema y también evaluar los impactos no
considerados. Si la evaluación fue positiva la recomendación puede tenerse en cuenta
para problemas similares y no aplicarse de manera automática como muchas veces ocurre
(“funcionó ayer, funcionará mañana”). En este punto puede volverse a la revisión de los
antecedentes y reiniciar todo el proceso de manera iterativa.

Finalizando con el ejemplo anterior, la evaluación puede consistir en establecer el impacto


real que tuvo el insecto u hongo en la región considerada, cuando este se estableció en la
región.

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BIBLIOGRAFÍA
1. AGRIOS G. en http://es.scribd.com/doc/19829825/Fitopatologia-Agrios.
Consultada el 6 de septiembre de 2011.
2. IGAC., 1995. Suelos de Colombia: origen, evolución, clasificación, distribución y
uso. Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Bogotá, Colombia. ISBN 958-
9067-00-X
3. MAROTO B., José V. 1998. Historia de la agronomía: una visión de la evolución
histórica de las ciencias y técnicas agrarias. Ediciones Mundi-Prensa Madrid,
España.

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