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Filosofía.

En sus obras de ciencia-ficción, Isaac Asimov introdujo un interesante concepto: la


psicohistoria, una disciplina que lograba combinar psicología, historia, lógica y matemáticas
para descifrar y calcular el comportamiento de las personas y los gobiernos.

En la novela “Fundación”, los psicohistoriadores utilizaban la lógica simbólica o matemática


para sintetizar en una sola frase un enorme discurso o una declaración.

En este conocido libro, uno de los personajes recurrió a la lógica simbólica para analizar los
contenidos de una comunicación diplomática a fin de “eliminar todas las complicadas
inutilidades que oscurecen el lenguaje humano”, para concluir que la extensa misiva podía
resumirse en una sola frase: “Nos dais lo que queremos en una semana, u os hundiremos y
lo tendremos de todos modos”.

Más tarde, el erudito tomó un tratado, que “se extendía a lo largo de cinco páginas de
apretada caligrafía” y lo transcribió con símbolos “en menos de media página”, excluyendo
el 90% del tratado por ser mera palabrería y sintetizando el resto con una conclusión muy
simple: “Obligaciones de Anacreonte hacia el imperio: ¡Ninguna! Poderes del imperio
sobre Anacreonte: ¡Ninguno!” (1).

La noción de psicohistoria que plantea Asimov es sumamente atractiva y personalmente me


recuerda al cuento del rabino Hillel, el cual, al ser desafiado a recitar toda la Torá sobre un
pie, aceptó el reto y con un solo pie en el suelo declaró:“Ama a tu prójimo como a ti mismo”,
agregando que “en eso se resume toda la Torá. El resto son comentarios”.

En la literatura esotérica existe un excelente ejemplo de síntesis: el Kybalión. En verdad,


debemos sacarnos el sombrero ante los Tres Iniciados de Chicago que lograron extraer la
miel de las enseñanzas herméticas, resumiéndolas en siete aforismos. Pero mucho antes del
Kybalión existió otra compilación magistral, producida en Alejandría (o poco tiempo
después) por un grupo de sabios: el Tarot, un conjunto de 22 imágenes (arcanos) a través de
las cuales sintetizó todo el conocimiento tradicional. En este sentido, Mouni Sadhu –
siguiendo a Eliphas Lévi– se atrevió a afirmar que: “Un prisionero, sin otro libro que el
Tarot, si supiera utilizarlo, podría en pocos años adquirir un conocimiento universal y
hablar de todas las disciplinas con cultura inigualada y elocuencia inagotable”. (2)

Al visitar la Comunidad Bibliográfica (hoy llamada «Proyecto Sancta Sanctorum») y repasar


los miles de textos que allí se comparten, me vienen a la mente los psicohistoriadores, pues
creo que es absolutamente necesario extraer la esencia a todos estos volúmenes, en un mundo
que necesita urgentemente sabiduría vivencial, filosofía en acción, y no sesudas teorías
impracticables.
La intención primordial de nuestra Escuela es justamente esa: sintetizar, tratando de llevar
a la práctica la antigua máxima: “Ad Dissipata Coligenda” (Reunir lo disperso). Al utilizar
nuestro rosario iniciático, esa hermosa herramienta de 33 cuentas que nos ayuda a recorrer el
Sendero, también logramos compendiar en pocas afirmaciones las etapas de la peregrinación,
a fin de incorporarlas a nuestra vida cotidiana.

En este afán de sintetizar de una forma ecléctica el conocimiento universal, intentaré resumir
la esencia del Sendero Espiritual en una suerte de “versión ZIP”, mediante diez sentencias
conocidas que enmarcan lo más importante del saber espiritual. Lo demás, como diría Hillel,
son comentarios:

1) “Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses” (Oráculo de Apolo)


2) “Disciplina, disciplina, disciplina” (las tres enseñanzas capitales de Emanuel a Chico
Xavier)
3) “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Hillel, en relación a la Torá)
4) VITRIOL (“Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem” o “Visita
el interior de la Tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta”, acrónimo alquímico)
5) “Cuando como, como. Cuando duermo, duermo” (Sentencia del budismo Zen)
6) “Así como es arriba es abajo” (Tabla esmeralda de Hermes Trimegisto)
7) “Ora et labora” (“Ora y trabaja”, antiguo axioma)
8) “Mantengamos la Unión” (Última frase de Helena Blavatsky)
9) “Todos somos Uno”
10) “Hazte lo que eres”

Pero si me pidieran que resumiera en una sola frase todo el monumental conocimiento
espiritual de Oriente y Occidente, no tendría dudas de exclamar a viva voz: “¡Yo soy Eso!”

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