Está en la página 1de 1

Créeme que lo último que quiero es importunar, pero con el paso de los días me he dado

cuenta que necesito decirte y aclararte algunas cosas, porque si no lo hago no voy a poder
estar tranquila nunca.
Primero quería aclararte algo con respecto a Estefanía, porque sé que tienes una idea
equivocada del porqué mi amistad con ella se terminó. No quiero que pienses que fue por
tu culpa porque las cosas no son de esa manera, las razones son simples: 1. Se suponía que
era mi amiga, sin embargo habían días en los que ella se comportaba de manera extraña y
se enojaba sin razón, se iba contigo y se aislaba de Ana y de mí, esa situación no la
comprendí hasta el ultimo día que viniste a mi casa y me constaste sobre las cosas que
habían estado pasando y de las cuales yo no tenía conocimiento alguno, 2. Algo de lo que
más me molestó fue el hecho de que fuera a decirte cosas a ti sobre mí, si ella pensaba que
mis sentimientos hacia ti eran distintos a los de una amistad simplemente se hubiese
quedado callada o si tanta curiosidad tenia me lo podía haber preguntado directamente a
mí, sin necesidad de meterse en un asunto que solo nos concernía a nosotros dos. Tanto
criticar a la “dueña del salón” para terminar siendo igual a ella, hablando a la espalda de los
demás. 3. Lo que me constate sobre la posible relación entre tú y ella, la relación de ella con
Alexander, y las demás “relaciones” que yo conocía hicieron que no me interesara más la
amistad de una persona así. Igual yo nunca le dije a ella nada de esto, ni mucho menos que
nuestra amistad ya no existía más, yo sé que tú no me conoces pero no me gusta crear
conflictos ni situaciones incomodas, simplemente me quedo callada y me alejo.
Aclarada la situación anterior quiero decirte también algo sobre la carta que me enviaste
donde me explicabas la situación, yo sé que te dije que entendía todo, en cierta medida eso
es cierto, entiendo que en tu vida y en tu corazón haya una persona especial, lo que no me
termina de quedar claro es la parte donde me dices que lo último que querías hacer era
lastimarme, porque te digo que me lastimaste de una manera que no te alcanzas a imaginar.
Yo te veía cinco días a la semana, ocho horas al día y tú tuviste mil oportunidades para
decirme que en tu vida había otra persona, pero nunca lo hiciste, dejaste que yo me hiciera
una idea equivocada de todo y nunca me detuviste para decirme que estaba confundiendo
las cosas, por el contrario cada día hacías que mi cabeza se enredara más y más con cosas
como las que sucedieron en la casa de Estefanía y en el laboratorio (no sé si te acuerdas). El
hecho es que esperaste hasta que el daño ya estaba hecho para decirme como eran las
cosas.
Por último sé que quizá estuvo mal de mi parte no contestar tus mensajes ni aceptar que
habláramos, pero sólo hasta hoy logro reunir el valor para escribirte esto y sé que tenerte
cerca me hace daño, me lastima.
Creo que no es necesario decirte que esto queda entre nosotros.
Gracias por tomarte el tiempo y el trabajo de leer.
PD: Tu advertencia sobre el sueño llegó tarde.

También podría gustarte