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&—_—________seotanos all de los procesos de composicién, En este sentido, el re- ‘curso a In imaginacin se vuelve interesante, ente otras ‘sas, como una manera de habiltarlas diversas relaciones ‘Que las personas manticnen con la esertura, Pero esto ser tema dela segunda parte del ibe, ‘SEGUNDA PARTE escritura como una practica sociocultural Escritura y cultura escolar ‘event una profesora de un tereer alo de una escuela fara de Capital Federal, que quiere dedicar més trabajar la esertura porque se ha dado cuenta de problemas que tienen sus alums a la hora de escribir. e ellos la tiene especialmente preocupada. Es un 30 mAs grande que el resto, que dejado la escuela y Intentareintegrarse. Sw principal preccupacién ex el chico le dice una y otra vez que “ao sabe escribir", ‘no puede hacerlo “porque se ha olvidado”. La profe- festé de acuerdo, ya que este chico ha pasado varios fuera dela escuela. Me dice que cada vez que entre- un text, est plagado de faltas de oxtografa y errores ales. La forma que ha elegido la profesora pars ‘el caso de este alumno es realizar periicamente clos de dictado, eon la intencién de que, “de poco”, “recuperando” la capacidad de escrbit. Todos los 1a profesora le dicta una lineas de un texto cuslquie- ‘para ejercitar asf laescritra. Tenemos a mano uno de extos escrito por este chico lo leemos; et escrito tamente” en el sentido de que es idéntco al texto ‘que le han dictado,s6lo que est chico no escribe una sola maytscul, aunque sf uliza Ios signos de pun- 'uaciGn, La profesora no le ha pedid nunca un texto pro- Dio, hasta bora slo ha estado trabajando con el dicta. Este breve elato de una situai6n escolar nos muestra, en st cotidianeidad, e6mo la prctica de esriiren la es. ‘ucla reviste caracteristcasespecticas y propia, Laescri- ‘ura, lejos de ser una actividad mental individval 6 una ‘mera “desteza” que Se aprende de una vez y para siempre, st tramada atimamente con los divers contetos en los ue tiene lugar, con las concepeiones, actitudes y signif- ‘cados que las personas le dan al acto de esribit. {Qué nos ‘std dliciendo alguien que afirma que se “olvid6 de escri- bir"? {Qué entendemos nosotros con esa expresin? Pre- _guntas que podrfan ampliase con otras un poco mas gene- ‘ales: Qué concepciones sobre el acto de esribirponen en juego chicos y adultos en un aula? ,Qué caractersticas sdopia la esertua en la escuela? En muestra escena pareciera que el alamo y a profe- sora mantienen supuestos dstntos respecto de la eseitara; ‘Ponen en juego concepeiones diferentes sobre lo que signi~ fica "sober escribir”. El alumno parece queree decir que tiene problemas para esribie un texto propio, tal Yer por- ‘que nose le ocure qué eseribiro le resulta difelorgani- Zarlo, pero n0 con laredaccién propiamente dich, ya que ‘todas luces puede hacerlo. Sin embargo, la profesora esti ppensando otra cosa: que su alumno tiene agin grado de anaifabetismo, lo que justfcaria, a su exterio, rcurie a ‘una metodologia clisica pura “ensefar a escribir”, més propia de laescuela primaria, como es el dict, com Ia in- tenein de que ef alumno “recuperc" la eseritura. En ef texto, los Gnicos problemas son del orden de a normativ: tno respeta el uso de maytsculs. Podemos imaginarnos ‘que si esribiera a partir de ora ejercitaciéa, una naracion ‘por ejemplo, sera distito el resultado. Desde luego, no es la idea aqutjuzgar sus decsiones; ‘no strata en absolto de evaluar "buenas" o “malas” prc- ‘eas, sino de poner de relieve el peso de as tradiciones pe- dagGgicas y de las representaciones sobre la escrituta aa ide essribicy hacer eserbit. Quiero dec ‘os esté pidiendo otra mirada sobre la escritura, que ‘considera las repesentaciones, actitudes y formas itoralesinvolueradas en el aco de escribir en un contex- ‘especifcas que adopta la escritra en e espacio esco- Pensemos, por ejemplo, en los diversos “etuales de tur” que acontecen en las aulas, préctcastradiciona- ‘como el dictado 0 Ios ejercicios d caligata 0, mis re~ ements, los evstionaris 0 las explicaciones. Formas 'Y my especficns sobre ls que raraente nos ‘a pensar. Sin embargo, esa travEs de esos usos 'seotidianos que los chicos van construyendo rear posibes con el universo de lo escrito. "Ahora bien, :qué relacin hay entre los usos eseola- _¥ aquellos considerados como usos “no oficiales” de 2 Es coma que muchos chicos afirmen rotundamente no les gusta escribir, sin embargo lenan cuadern0s ales con frases poems escritos or ellos mismos aiados de iternet. {Qué sentidos les estin dando a esos 1 Ly oe xs dea eg te Pr E hie Comp as peer ob tps de Fern Me it 3, « sce ne eseritos para que no se reconozean como eseriira, pero ‘que forman parte de rtuales claves de Ia vida adolescente? {Cuil es Ia concepeisn de la escritura gue estén constru- yendo en el contexto de a escuela, y que no deja lugar para ‘cansderarotos wsos como escritos de pleno derecho? ‘Tal vez el punto clave sea empozar a considera que sueleevaluarse la eseritura de los alumnos bajo parémetros sumamente restingids, vinculados a ciertos wsosescola- es, como puede ser la respuesta aun cuesionaro, sin que se fomen en cuenta tts usossovales de la escritura en los "que los adolescentes pueden ser mis que “competents" ‘La sorpresa de muchos pofesores frente aun evento per fectamente consiruido, escrito por chicos “que no sabian cscrbi, nos habla de esta mirada, muchas veces reducto- "sobre Ios supuestos dict do Ios alumnos. Desde luego, esto no significa desconocer los proble- ‘masque implica responder un cvestionaro, sino que es ne~ cesar reconocer esos usos especfiamente escolaes de Ja eseitura para generar situaciones especificas de epren- Alizae,y no consderar que “los chicos deberian saber”. “ablamos entonces de miles usos de la eseritura, algunos propins de a esevelay otros de cieulacin social més amplia, muchos de ellos poco valorados desde la mi- ‘ada escolar, pero de mucho impacto en Ia vida adolescen- ‘te, como son las esrituras personales, los diario y toda esa gama de géneros dela comunicacin por interne Uso sabre los que las personas depositan sentidos divers yen ‘casiones, en conflict con la escuela. Poe oto lado, nos ‘encontramos con representacionesaflanzada, sobre qué es ‘escribir y ques pueden hacerlo, que pueden volverse iga a la invento,entendids como la eapacidad para resol- ver situaciones probleméticas con el ingenio y la JInveneiGn. La consigna, en suma, apostaba a que el esri- {or “sabi” algo sobre los textos y Ia eseritura, y pod usar ‘ese conocimiento para eserbit Una Hingis francesa de apelidocélebre, Clare Blan- ‘che-Bemvenist, ba propuesto una nocién més que intere- ‘ante para abordar I ferma en que se Ronen en vege los co Bs seenien Maca Ell oad clei Ihablante confrontado con la tarea de aprender a esctbir tiene “ideas preconcebidas acerca de mo debe ser ellen gale escrito”. Aun los hablantes no escolarizados 0 con ‘una relacin distane con la letra eserita, manejan ‘una sere de supoestos sobre emo escribir En el caso de la literata- res bastante comén ve, frente a una poesia de vanguardia ‘como la de Oliveri Girondo, muchos chicos digan “esto no ‘es possi. El argumento suele ser que no esti “escrito ‘como un poem 1o qe no sélo se refire ala disposicién ‘en vers, sino también a otros aspects formals, como pa- labeas "no potticas”o frases “que no se etienden”. Segin Blanche-Beavenist, todos los hablantes pueden reconocer y eventualmente utilizar lo que ha. lamado el lenguaje dominguero”; esas formas discursivas que se ‘san sdo de vez en cuando, como a ropa de los domingos, palabras que se eservan para ocasiones especiales que se Aistinguen dela comunicaci6n ctidiana, Formas, dems, que suelen ser identifieadas con la eerturaliteraria, 2 beck Beese, C1 eet deine donee Fee fey Gincr Pcs toes op sta lengua dominguera se traduce en rasgos formales ‘xpeciicas que las personas ponen en juego euindo lo con- sideran necesario, Ejemplos de lengta “dominguera” son Jos reiterados “los cuales", “el eva”, “los mismos” que abundan en textos esritos por chicos adultos, cuando se enfrentan a eserituras mds formals. La autora da ejemplos interesantes sobre el modo en que chicos conigen textos ‘que ellos mismos es han ditado alos adultos. Las corec- ciones siempre se orientan hacia formas recanocidss como “Titerarias”, como puede ser la inversi del sujeto en una ‘oracin como “Sf, dice el elfante”. nun texto escrito por un alumno de noveno ao de un escuela del partido de General San Martin (provincia de ‘Buenos Aires) a panir de evento “El blao” de Roa Basics, eemos Lueg de un rio de tener el bebe en bros med cuenta ‘que nolo poi dejar ami lado ya que nada tengo y nada Dod date, lo mejor send que lo lee an lugar ue ‘hay gene que le pueds dar de todo gue el dia de ma ae alien Yeo ermine sino pobre En este pirrafo apaecen algunas formas que podsiamos lamar “domingueras" La estructura de repeticin del “nada tengo nada podré dare”, cai en forma de sentencia,y el uso del futuro son “maeas" que fe dan a esta eseritura un ‘status diferente al de la comonicacion més ondiari, En tena media, este chico est utilizando esas marcas para ‘connotar su fexo como “lteraio". De hecho, estos a8 0 formales suelen aparecer con mucha frecuencia cuando 56 Pid los chicos que escriban textos con inteneién “itera ria” muchas veces con la forma del cliché o del estereoti- [po cuando se trata, por ejemplo, de poems de amor-. De {valouier manera, e505 us0s “domingueros” nos estén mos- trando un conocimiento que no tiene que ver necesariamen- te con una pritica constante 0 asidua de la esritura. Se trata mis bien de un conocimiento de orden sociocultural aggro en pate en In escuela, pero también en otros cit- cits, través del contacto con otros benes cultures: can- clones, revstasy as mismas formas orles dela comunica- cin mds forma, Podriamos pensar la préctica tan comin en ot adolescentes de evar cuaderos donde copian frases {ue les gustan o poemas que se pasan de mano en mano ‘Como un rexervrio enorme de lengua “dmtinguera Por supuesto, ests lenguas “de los domingos” no han ‘obienido su prestigio per se © oc razones inmanentes. No se trata de que haya formas efectivamente mis “lterarias” {que otras. De hecho, la misma itratura pone en jg rm- has lenguas sociales diferentes; no hay que pensar mis que fen las novelas de Puig. Que cienas formas se consideren ‘restigiosas, no ordnaras,domingveras, incluso asta le- ‘garal cliché, depende de citcunstancias histrcas concrets. La sociolingitica nos ha enseBiado que dela multiplicidad ‘de varanteslingifsticas que exisen en una sociedad so al- gunas son consideradas prestigioss, Las insituciones, la ‘escuela en primer lugar. han consagrado histricamente eiertos usos lingisticos y ha devaluado otros, consiersn solos “primitives” 0 “incorecos". Ciertas formas, como ‘por ejemplo usar el aniculo delante del nombre, “el Juan” difeilmente pasan ala escritura por la sencilla razén de gue ‘eso “queda mal” y tiene cluras connoaciones rrales. Lo Smportane esque noes una diferencia cuaiatva, sino que ‘ene que ver con las valoraciones sociales los precios ‘que existen sobre las distintasvaredades ingistias. Dicho de otra manera, muchas personas afirman que no saben escribir porque no manejan -0ereen que no ma ‘nejan con fides ese lenguaje prestigioso. Asimismo, el ‘esfuerzo por mostrar “que se escribe bien” leva a que mu- ‘hos escritores sobrecarguen sus textos con marcas “do- ‘mingueras’, como “los cuales” y “os mismos”, para que ‘sos textos Sean “sets”. En ocasiones, son estas repre- seataciones solemnes de la esriura las que svelen ink ‘estos eseritores a la bora de tomar Ia palabra, De cualquier modo, lo importante es que Ia idea de Jengua dominguera nos permite pensar de otra manera la relscidn entre orlidad y esettura. El conocimiento del Jenguaje dominguero existe en personas “no educadas" 0 (que “no escriben”, es decir que va mis allé de las formas ‘rales o eseitas. El punto es que no suelen dare stuacio- nes escolares en las que los chicos puedan pone en juego ‘se conocimiento“literario™, para volverlo mas consciente, ‘istematizarlo y desarolar las posibilidades de eseritura ©, silo hacen, no sucle verse Ia dimensiGa de interés o, ‘como nos eventa Blanche-Benveniste en la cita del co” _mienzo, queda oculto por los rsgos mis superficiales de la escritura, como la ortograflao la puntuacion, El aporte de Claire Blanche-Benveniste nos muestra ‘eunto podemos relativizar la habitual separacign entre en- Ssefanza de la lengua y ensefunza del literatura. El traba- {Joc Is esritura literaria pone en juego canccimientos de ‘den lingGistico y cultural sobre la lengua, que pueden volverse de gran importancia para favorecer ls aprendiza- Jes. La lengua dominguera es una forma de conocimiento ea literature Para avanar,veamos un texo escrito por un alumao en ‘una situain de taller. Durante el afo 2004 se llevaron ade- Janie en Capital Federal, el conurbano bonaerense y La lata una serie de taller organizados por el Ministerio de ducacis de la Nacig, que estahan digs a ehias de tercero del plimodal (0 quino ao) que quisieran seguir es- ‘adios superiors. Estos cursos se proponiandesarollar las hhabilidades de lecture y esritura de os chicos a partir del trabajo en taller, la discasincoletiva de textos literarios y In esritura de invenciGn. El abajo con textos teratos se continuaba luego con textos no literaios y inalmeate, con ‘matemdtica. Antes de continuar, resulta fundamental decir {que ls chicos concurian voluntriamente a os talleres que ‘= dictaban ls sthados a la maftana, yque no se trataba de as “clases de apoyo” partelingreso a la universidad. En rime lugar, porque no replicaban ni los “contends” i las ‘réctcasusuales de los cursos de Ingres. Por el contario, Ta seevencia de nueve jomadas Se iniciaba con un intenso trabajo de letura ¢ interpretacion de textos litrarios y es- cerita de invencign. Se apost aque leery esriiriteraa- +4 podian ser peetcas que ayudaran a desarrllar las habi- lidades de los chicos con Ta lengua escrita: poner en el ‘centro la rigueza envi y formalde Tos texto iterarios pra amplir su experiencia con alectura y la eseriturs. Los slumpos leeroa poesias, eventos y novelas, como La me- tamorfosis,pusieron a dialogardistintos textos, eruzaron sus Tecturss, dscutievon sentidos y reflexionaron sobre ‘6m estabaneserios El tabaj se complementaba con a tividades de escriturs que dalogaban con los distints as- ectostrabajados en Ia letra ‘Una de esas consignas propuestas segufa ala Iectura y discus de texts iterarios que ponian en juego diferen- tes procedimientes para provocar un efecto humorstico. [La propuesta ls peda que luego de ler un fragmento de Romeo y Julieta de Shakespeare volvieran “mds o6mica” Ia ‘escena. Podian agregar mis personajes y cualquier stua- ‘ign que se les ocurira. A Ia manera de la val y el tram- poli, se ubicaha una restricidn concreta: el texto debia Producir un efecto cémico, y ala vez se daba libertad a la imaginacin para inventar los modos de producilo. El fragmento de Romeo y Julieta comienaa: Pralogo Eire coro, Car En a beta Verona eto sucede: Dor casa ambar en noblean iguales (Com odio amlgus hacen dsconia nueva. La sangre tines elles manos. ‘Por matt esr de extor enemigos ‘aciron fos amantes desichao: ‘Solos mere angi quel odio Y puso trmino ala antigua edlera ‘Nada sin la muerte de os aa ude lear Tax padrer pa {texto contin) Uno de los chicos del taller reescribié de esta manera ste comienzo! En le villa Verona esto sucede os eal de pobresaiguaes (Con cal ontigna hacen paredes nuevas Lamar tine us mprovcadorcaioe Con dos otllas se pariron tx cab Seabriron ls amaniesdesichados aos Sond muy fuer aguel gobo (Que borrachos se organ. Por las nurses costas0s Jur lox veloras Ytusieron que vender sus cal) caos proses, ‘Vamos a deteneros un momento en las distinsas opera- iones que hizo este chico para reeseribir eémicamente el fragmento de Shakespeare. La mas evidente es la forma en que hecha mano de un procedimiento clisico para generar humor, Ia parodia, Toma el ambiente de familias nobles, propia del veosinil dela raged, y o subvierte ubicando los hechos en un espacio que para el imaginaro argentino contemporineo soele ser sinénimo de un émbito “bajo” Busca el efecto de humor enizando espaios y personajes ‘que las convenciones clisicas de la trageia no aditenjun- tos, Ese chico tl vez no podria enuncisr ls convenciones {el ero, pero sin duda posee un conocimiento que le per- mite generar un efecto de humor, inviiendo ingeniosamen- te “lo que puede ser posible” en una tage, ‘A su ver, podemos detenemos también en la apropia- in que hace del esto del texto parodiado. Principalmen- te cuando mantiene el cambio de orden sinsctico de mu ‘hos de los versos ("Dos casilla de pobreza iguales") para reforzarel efecto cémico. La altracisn del orden canénico ‘es una “marca” que connota muy fuertemente Ia “ltraie- “dad” del texto le dese ests de lengua “no convencio- ‘al, “dominguera” com la llamaba Blanche-Benveniste. Ese chico reconcceevidentemente esa lengua “especial” ¥ 1a mantiene para generar el efecto e6mico. Otr vez la pa- rodia: usa es lengua, destinada a decir eoses “impoctan- tes, para deserbirambientesystuaciones "bjs. Esta in- vers es tipica, ademis, de un género que suele cansar ‘mucha gracia alos adolescentes el grotesco. En este senti- do, es claro mola restieign de la consign oblig6 a este escritor a echar mano “ingeniosamente” de sus conoci- ‘ientos culturales para cumplir con la trea de eseiturs, Con conocimientos eulturales no queremos decir aqu los saberesformalizados que pueden adguirrse en situaciones {ormales de aprendiaje, lo que sveleentenderse como “co- rocimientos prevos", sino ese conocimiento que se ad- {quiere por el uso de los distinos géners dscursivos en di- ferentes stuaiones de uso, En este caso, ls convenciones ¥ Ios tdpicos del groteseo que este chico conoce segura- ‘mente po el cine la televisin las historitas es decir, por ‘otros objetesculturales que no son textos lterarios. Por supuesio que el trabajo con la escritura no termi- ‘aba aguf. En los comentarios posteriores, e1gropo discu- 1i6 los textos y las decsiones que habian tornado para ge- era el efecto humorstico, y esto se puso en relacién con los textos leds previamente. También fue posible volver sobre el texto para revisarcoleetivamente cvestiones de re- lacoién y normatva, pero ego de que se diseutiera en primer lugar aguello que la consigna peda. Ahora bien, este aniliss pretende avanzar sobre los {uieos apresurados que se hacen sobre el taller de esriu- ‘a, como un espacio donde no se tabaja y slo se escribe “bremente”. Preconeepto que a veces genera culpas en los mismos profesores. Luego de un aller, muchos docen- {es suelen deci “al final no sé que estuve enseRando”. Es por esto que se vuelve interesante leer los textos de los alumoos eon una mirada que se apoye en Ia tora literaria {¥en nuestros conocimientos lingistcos, como si estuvié- amos leyendo un texto de un esritor profesional. Esta mi- ‘ada nos puede ayudar a sopesar mejor el trabajo hecho, y definircaminos posibles a parr de as dficultades que bia- ‘yamos encontrado. En sua el texto escrito por exe alum intenta mos ‘ramos que hay un camino para pensa la enseianza de la cescrtura, que toma en cuenta los diferentes modos en que ‘un adolescente puede apropiase de a lengua a patie de un trabajo con una consigna deinvenciGn. Romeo y Julieta, el texto consagrado, dio el pie para que aparecieran otra es- ‘rituras que dalogaban con €, lo transformaban en otro texto, y, en ese trabajo hicieran aparece sentidos nuevos, vinculados cn la experiencia sociocultural de esos chicos. Esa es, sin dada, ora posicidn para acceder a la esritura, diferente ala de repetir formatoso responder cuestionsrios de respuesta ina. Una posicién que no exeluye el trabajo Y la reflexion sobre la lengua insistimos, pero que es al ‘mismo tiempo una experiencia personal con la escrtu 4, Escrituras propias, escrituras ajenas: otra mirada sobre la expresividad 1 creo gue cuando werd hy do ceca nino i x quo eta como propa yk oe naa. Eo vempre que guede la re ese er ‘Lavo propia es el parade! pooma Uns stain aa fe oa ea gu eee rong de leo qu puede ser posta Eso val pape 2 rab hasta qe signed se expnde 9 no de wa sla a como la plead sn gu ou presen or ules ceupre eo ok eteie di pga ca ‘parte ofomarego~ Et dacs de hthos prone on que not twolsrameemotiment le an per como alg que ar ecedey gu la pein, ot cambio ns aera como aa de gis Creo gu eave ‘ant ocr bet kc de age diate: ‘pandel pereeein, medic a plet de coa ain Co ‘Me parece que la citadel poeta argentino Fablin Chi que transcibimos, da muchas pistasparn pens a Ae ‘4 nos dice algo interesante queintentaremos ampli sobre 1a relacidn entre la escritura, la expresi, la experiencia y ese didlogo fecundo entre vooes propia ajenas. [La escritura llamada “expresiva” no suele tener buena prensa. E] miedo a Iacatrss yal “exhibicign de los sen- timieatos” hace que los eserites en primera persona no sean bien ists a la hora de ensefiar a escribir 0, por Jo menos. que se los considere como mis “elementales” 0 “espontinens” que los usos en tercera persona, supuesta- ‘mente mis “Serios"y “elaborados". En a primera parte ve- famos qu la tradicién de los talleres desconiaba del con- cxpto mismo de “expresi6n", consderindolo deudor de una teria ingenua e instrumental de la esertura, Por so ‘are, las teorias dela excritura de ls hkimas décadas han atacado Ia idea de qu la esritura“refleje las ideas sen- timientos de su autor, y han acentuado el carcter proiue- ‘vo del Ienguaje mas alé de las intenciones autoraes Sin embargo, podemos preguntamas ses posible reto- ‘mar este antiguo concepto para volver a penario desde una perspeetivadidctica, para dar una vuelta de terca tanto & Ja idea de “expresividad” como It radicaidad de sus er- ticos. Enconrar otto modo de volver a peasr el eoncepto ‘de expresin, alertados de Jos reduccionismos roménticos ‘denunciados por las teoras de las ditimas décadas, pero ‘también poniendo en suspenso las imigenes excesivamen- ‘e inelectualsts dela eseritur. Escribir no es slo pro ‘duct texios a panir de formatos txtuales preetablecidos, adecuados ala situacion de comunicacion” ies el resul- tado de na rgurosay asépicasecuencia de planificaciéa- redaccién y revision, [Los texios escrito em primera persona, e505 textos _mados “expresivos”, pueden ayudarnos a pensar emo una 2 persona se compromete con la esritura, de qué modos se propia de Ja lengua para “expresarse", para decir napa Jabra propa y hacer suyos los discursos que Ia rodean, Cuestiones autobiogrsficas Esta reeuperacién de la expresvided podria empezar scuiendo ala mirada que las ciencas sociales han venido kg i tenga el nb a ee ‘Bois tae os ses hoje sAuhigrafa de Cress Conor a ‘2 meagre eoome cnn come cn con ‘tice de fn vans en Vilas com Gru us Mal fas ‘pn tn lieing fptmien Coren coma vale pt oi Se pu ‘node vena fey eau Denes Meare ‘nena ode ir conigurando Ia propia identidad, coyo mejor ‘rototipo se halla en el diario fimo”. Este impulso hacia To autobiogrfco ha sido clave para el acceso de muchas personas ala cultura Jetrada. As, frente ala zozobra de Ia ‘uerra, Ia exigencia de migrar a otro paso simplemente las turbulencias dela subjetividad, como es el caso patente de os daros de adolescentes, a esritura tiene un laga clave sobre el que resin se esti empezando a indaga, Eneste marco ecverdo una situsein que se dio en un ‘colegio de la Capital Fedral La profesora Alicia Lépex me ‘contaba lo que habia sucedido con Ia eseritura de un grupo de chicos hijos de inmigrantes boivianos. Hasta el mo- mento habfa tenido grandes dificultades para trabajar con estos alumnos, en principio porque mostraban muchas re- sistencas para escribir y prtcipar en las tareas que ela les ‘proponia. En un itento por buscar otros modos de vine- laros co la clase de lengua, fue con ellos aver la obra de teatro Mavo,esrita por Armando Discépoloy en la que se ‘venta una historia de inmigrantes itlianos de principios de siglo. Conta todos los prondstcos, os chicos quedaron ‘muy entusiasmados con Ia obra. Para la gran mayoria cr la primera ver que ia aun teatro. De vuelta la clase, la pro- Tesora les propuso escribir una historia de vida de alguien ‘conocido por ellos que hubier tenido que itse de su ps Et resultado sorprendis ala misma profesora: los alunos escribieronnarraciones en las que contaban las viesitudes 6e familias bolivianas que hablan Hegado a Argentina bus- cando mejores condiciones de trabajo. Estos relaion este ban cargados de afectvidad y recuerdos; eran historias dle fnmigrantes que escapaban de la pobre afomtan i problemas de estar en un pais que en muchos cass 1 host. En todos era visible un compromiso con la eset 4 Segin me contaba la profesora, pod verse una “inten- ‘in lterara” en la manera en que estabanescritos, Podi- amos decir: un uso de una lengua que en otras oasiones no habta aparecdo, pero que ess chicos podian usar poten- ‘presiva® como un modo de ficlitar el acceso a la escritura 1y lv aparicidn de esas otras lenguas con “intend litera- nia", que existe en potencia y que tal vez no som habilta- das por las tareasescolarestradicionales.Recuperar la “ex- presividad" pero desde una mirada que pueda dar el ‘expesor social y cultural que tene el hecho de toma la pa- labra, buscando una vo2 propia que siempre estétramada ‘mis 6 menos conflictivamente eon las vooesajenas. Y no ‘como una concesién un poco demagsgica para que “por lo ‘menos escriban algo y luego podamos enseiar “Io verda~ ‘deramente importante”, sino reconociendo lo que la escr- ‘ra implica como prctica social y cultural EPitoco Hacia una postica de la escritura adolescente Una de las tentaciones que podamos tener luego de haber hecho el recorido por la historia de los walleres,y por Ios ‘materials de inmenso valor que han dejado es consierar ‘que la dietica dela eseritura puede limitarse ana espe ie de “tecnologia” de la consigna; es deci, poner que aleanza con la “exacta" formulacién de Ia propuesta para dar cuenta de los problemas de la esritura. Consignas muy “precisas", formuladas como largos instctivos ~"primero haga esto, lego aquello™~ pueden resullar incluso contraproducents y Bloquear la eseritura. Asimismo, ninguna propuesta de escrtura cae en un “vacio” social, En el contexto de la escuela, lo vamos, docentes yalumnos ponen en juego concepciones de la es critura y del trabajo que con ella se hace, qe muchas veces pueden entrar en conflict. Por otra pare, consignas "minima", nada “sofstica- ‘das’, pueden generar sitaciones de esritursvaliosa i teresants, cuando interpelan esa “necesdad de esribie” 1a que aludiamos en el eaptulo sobre la escritura “expres va", En este seatido es que la mirada sobre la consign puede desvincularse de la evidencia de que la esrith luna pretica que se daen el seno de relacines seal chas veces, poder decir una palabra just, ren jp cuando alguien se “taba” 0 no puede avanzar, hacer un ‘comentario que ga las ves de trampolin, pede ser mais Productivo que una consigna supuestameate "perfects En summa se vuelve fundamental consierar en su real ‘complejdad las dimensiones sociales, cultuales,subjeti- vas del acto de escribir. En este sentido, el recorrido que ‘hemos querido hacer intenta mostrar que la esritura de Jnvencién nos permite abordar desde un Inga interesan- te los distintos nveles puestos en juego en la préetica de exeribie Laescritura que apela ala imaginacign se wuelve clave pra sorter las inhiiciones que se ponen en juego frente a eseritura, babilta la apropiacién de conacimientos sobre la lengua y faciita el aeceso a lo eserito. Experien- ‘is reitradas com j6venes de los sectores més golpeados por la exclusion social, con chicos que tienen rlaciones ‘complejas con la esevelay el conocimiento, nos muestran ‘que las escrituras que convocan la imaginaciéa son puen- tes fundamentales hacia la cultura letra ‘Esios son los limos parrafos del libro y quisiera ariesgar un posible camino a seguir: Creo que el trabajo con adolescentesexige la construeign de una dition de Ja esritura que ponga en juego una mirada especitica sobre esta etapa de la vida. Una didctica que pueda eons- teuir una “postica de a eseitura adolescente", como me ‘ustarallamarl, una teria de la esritura que pueda ce- cunseribir algunos problemas intresantes en tomo a los ‘modos complejo y heterogéneosen los que los adlescen- tes se vinculan con el universo de lo escrito, sta pottica pode recur a distnios marcos teércos, ‘entre ellos algunos de los que hemos reseiad, que poedan ‘considera en primer lugar, la compleidad de las cutaras veniles,® las miles formas de ser joven en relacidn con los diferentes contextos sociales y cultures, y ls es tratgias variadasy reas con las que los adolescents se Vineulan con ls précticas culturaes y construyen sentidos ropios, al margen de las pauia aduitas. ‘Las escrituras que apuestan al humor, la invenciga, el Juego con ls palabras y a creacin de universosfccions- Jes, al estilo de a tradicién de los taller, coavocan a los JJ6venes. A su vez, como velamos, la noc de eseritara “expresiva” nos ayuda a reconsiderar, desde el punto de vista sociocultural, la importancia de la “primera persona” para el scceso a a escritura. Tal ver estas dos lines, la in- vencidn y la expresividad, puedan darnos algunas pistas para imaginar nuevas maneras de acerear a os chicos de la ‘escuela secundaria al universo de la palabra escrita, Esra sec han A BrB.ioGRAFin Alera MTs cals en ivi de alent Cast to Gime Ay ot La conqust de afte. Eset se populares. Cone, Tes 202 Alvarado, M, "Enfoqus soe I ensfana de ast en Ale ‘ara, M. (oor) Ene linea Teorfay nfogues nl eno ‘de a serra, a gram y la lear, Bac Aes Ma antl, 2001 “Becta invencin en oxalaoh AAV, Los CHE la enseanea dea lengua, Boon Ait, AZ, 197 ‘Alvarado, M. y Pail, ler de exerira con olen de cent, Sete "Cus yConferenca", Bats Ae, Se Bint Eda y Extension Uriverti de a UDA Titres de exert, Cn as mans en ‘Airs, Lites del Quirino, 988 Alu, M. Bain. 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