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Libro Reflejos
Libro Reflejos
Prólogo
Recuerdo claramente las imágenes de aquellas hojas, y una anécdota que me parece
ilustrativa: estábamos en un breve descanso entre la lectula de los diferentes capítulos, en una tetraza
gis de Buenos Aires, cuando alguien, un poco disconforme, le comentó a Luis A., que estaba al lado
mlo: "ahí adentro se respira una ahnósfera como de incienso"iy la respuesta de Luis fue algo así
como: o'...no te preocupes, dentro de poco será disipada por el hurno de los cigarrillos".
Volvamos a aquella reunión, 30 años atras: no sé porque, pero aquel día Silo vestía una
impecable camisa blanca de mangas largas - cual oficinista occidental, y nos iba leyendo capítulo
tras capítulo, sin mayores explicaciones, sentado en perfecta "posición de loto" (otra imagen
conhastante). Lo importante en verdad, era sin duda el clima emocional que sentíamos crecer al
influjo de las palabras. Todo aquello sirvió de preparaüvo para el trabajo que verrdría a
continuación, pues estábamos a prxrto de hacer nuestras primeras experiencias con lo que en aquel
momento se llamó "la energía psíquica". Como el propio Silo en aquel momento sefialó, era natural
que nos sintiéramos como niños al enfi'entamos a estas cosas... .
"La Mirada Interna'2 recorrió el mundo, y se tradujo a más de veinte idiomas, antes de que
hiciera su aparición el segundo volumen de esta trilogí4 es decir, "El Paisaje Interno". No exento de
poesla tal como su antecesor, este libro se adentró más en la exhortación social sintetizada en la
invitación a "Humanizar la Tierra", y sirvió de alimento a 1os afanes de numerosos jóvenes que, ya
en los cinco continentes, impulsábamos el ambicioso proyecto del Movimiento Humanista. Corría el
año 1981, y Silo recorría Europa y Asia con un conjunto multiétnico y pluricultural, dando
conferencias públicas sobre una nueva "fuerza moral en marcha". El video proveniente de la India
resultaba particulannente llarnativo: un occidental dando una chada de orientación filosófica a nrás
de diez mil hindúes. Sin duda un hecho no habitual, que sin embargo pasó desapercibido para los
llamados "observadores" occidentales, para quienes con demasiada frecuencia resulta "opaco lo
transparente", como dice este misrno libro en algún lugar.
Siete años después, en 1988, apareció el tercer volumen que integra este libro: "lll Paisaje
Humano", con una orientación más decididamente social, aunque integrando tarubién conce¡rtos cle
los dos textos anteriores. Esta orientación social correspondió a una etapa de mayor inserción e
integración del Movimiento Humanista en el mundo, en ténninos generales, con la gradual
transformación de los grupos de esfudio originales en organismos y frentes de acoión políticos,
ecologistas, laborales, culturales y sociales en general.
Volviendo brevemente a lo personal, sucedió poco después de aquella reunión de 1972, que
fui encarcelado en h'es ocasiones distintas por difundir esta "peligrosa" ideología sobre la liberación
humana, y en la última ocasión debí emigrar del país como única forma de recuperar la libertad
física. Debido a esto viví durante 21 años en Venezuela, país de gente hospitalariay que ostentaba
en aquellos tiempos una virtud dolorosamente ausente en este país: la tolerancia.
En definitiv4 en uno u otro lugar, en los 30 años transcurridos desde aquella tarde de 1972,
he tenido ocasión de participar en innumerables reuniones de intercarnbio sobre los temas de este
libro, haciendo mis propios aportes y recibiendo, naturalmente, los aportes de los demás.
A partir de esa experienci4 intentaré esbozar una interprctación en alguna medida "persollal"
del libro "Humanizar la Tierra", interpretación que se reconoce como tal, asumiendo desde ya sus
limitaciones. Este es un libro escrito en prosa poética, con un lenguaje alegórico y multiplicativo que
señala analogías enhe diferentes planos. Como tal, admite otras interpretaciones, tal vez de mayor
proftndidad y alcance que estos simples "reflejos" del objeto original.
G. L Gurdjieff enseñó hace tiempo acerca de las diferencias entre el "arte subjetivo" y el "arte
objetivo", reservando esta última denominación para aquellas expresiones artísticas que fl'ansmiten
un mensaje o un conjunto de conocimientos dentro del ropaje artístico. En ese sentido, este libro
"Humanizar la Tierra" es sin duda una obra de "arte objetivo" y contiene como tal nurnerosas
enseñanzas que es posible exúaer y explicitar en un "lenguaje común". Intentalemos hacerlo, aunque
en el proceso se pierda ese "algo más" que aporta la poesía.
Por otra parte, el intercambio de puntos de vista ha demosn'ado ser un buen tnétodo para
enriquecer la comprensión que cada uno pueda alcanzar sobre determinado tema. Conviene recordar
que cuando alguien dice "he comprendido", sólo ha "cornprendido" algo denh'o de los línrites que
impone su estructura mental. Ese objeto "cornprendido" sigue siendo de todas lnaneras diferente dcl
que tenía en mente el "hansmisor" original. Cada uno "comprende", entonces, en función de su
capacidad relacional y sus datos anteriores, pero - he aqui 1o interesante -, al compartir otros puntos
de vist4 al encontrar nuevas relaciones en torno a aquello que se desea comprender, puede surgir en
su mente una slntesis mayor,
Hay quienes opinan en contrario, señalando que proveer explicaciones particulares sobre ull
texto alegórico puede terminar bloqueando las interpretaciones que surgirían natlralmente en un
lector novato. Quienes así opinan parecen temer ura especie de "castración intelecfual" que daíiaría a
los receptores de estas explicaciones particulares.
En todo caso, si 1o que aquí se comenta no resulta esclarecedor, bastará ¿l lector con de.iar los
comentarios de lado y ceñirse estrictamente al texto original, que se encuenha clararnente destacado,
El "daflo", en tal caso, quedaría limitado al aspecto económico. Por el conh'atio, si estos '1'eflejos"
pueden mejorar en algunos la comprensión del libro "HumanizarLaTiena", me sentiré reconfortado
por haber aportado un granito de arena al surgimiento de ese nuevo Ser Humano, que seguramente
observa desde el futuro - con amplia mirada - a quienes deambulamos hoy sobre esia hermosa pero
maltatada Tierra.
Agtadezco la participación de Miriam, Claudi4 Karina, Andre4 Daniel, Manuel, Luis Maria,
Marianito y Patrici4 quienes durante las reuniones en que se leyó y comentó el libro "Humanizar la
Tierra" aportaron, además del calor de su presencia" numerosas obselaciones, preguntas y
cuestionamientos que contribuyeron a extender la arnplitud de este escrito.
Daniel R. León
Rosario, Argentina.
17 de enero de 2003.
RET'LEJOS
de ÍLA MIRADA INTERNA"
I. LA MEDITACIÓN
5. Aquí se habla de la revelación interior, a Ia que llega todo aquel que cuidndosanrente
medita en humilde búsqueda.
En el primer punto de esta suerte cle mantJiiesk¡, Sik¡ dafine el tenm Jilndametttul r.lel libro:
cómo encontrar un sentido en la vida.
Luego lrata de tomar distancia del contexto en que suelen eslar in¡nersr¡s los temus
espiriluales, en esta "civilización occidental y cristiana". En dicho contexto el ,sufrimienlo suele ser
considerado como olgo valioso (a veces "purificador"), nüentras que la vida es presentada (por ta
religión dominante) como und prueba que se evalúa durante el "juiciofinal", del cual se sale con
destino a un premio o un castigo eterno.
Aquí, por el contrario, se advierte un tono positivo y esperanzador, qtte lrata de inÍegrar en
un único universo los mundos tradicionalntente separddos de lo malerial )) lo espiritual. 1' hast
simultdneamente uno decidida negación del sufrimiento como acompañante de aquel que ,ie
orienta en un sentido evolutivo.
El último punto afirma que cualquiera de nosotros podría anibar a las misnta,s
conclusiones, si nos disponemos a meditar adecuadamenle. A pesar del uso de la palabra
"revelación" (que normalmente indica que cierto conocimiento ha sido presentado por una enfidad
"superior" anle el ser humano), podemos inferir una posición humanisla en el Aulor, pues .según
dice el texto, todo'ser humano puede qcceder al conocimiento por sí mismo, sin necesiclad de
intermediarios.
II. DISPOSICIÓN PARA COMPRENDER
2. No pienses que vas a comprender discutiendo conmigo. Si crees que contrariando esto
tu entendimiento se aclara, puedes hacerlo, pero no es ése el camino que corresponde en este
cs30. _
4. Si replicas que tienes cosas más urgentes en qué clcrrparte, responderó que siendo tu
deseo dormir o morir, no hnré nada para oponerme.
6. Expongo del modo que me parece conveniente, no del que fuera deseable para
quienes aspiran a cosas alejadas de la verdad interior.
Es cloro que no es este un libro que puedn leerse como una novela, o cotro un cuenlo,
porque cada frase está cargada de significados que no resultan aparenles en una prirnera
aproximación.
La advertencia acerca de "no discutir" probablemente tenga que ver con una creencia
ampliamente difundida en ciertos círculos intelecluales, según la cual la.forma de acercarse a "la
verdad" tiene que ver con Io dialéctico. Algunos, con buena intencíón, -creen que para probar si
una afirmacíón es verdadera o no, deben antes que nada, lratar de negarla. El Autot', por el
contrario, plopone "meditar en profundidad Io que aquí se explica".
¿Cómo serd esto de "meditar"? Digamos en principio, que se trata de relacionar lo que
aquí se dice, con la experiencia personal que un.o pueda tener al respecto, en cada caso parlicular.
Si lo que aquí se dice sobre cierto tema, resuha adecuado para describir la propia experiencia
sobre ese tema, se podrá tomar, al tnenos provisoriamente, lo que aquí se dice como verdadero,..
I'at andlisis o comparación entre lo vivido y una idea que puede se.n,ir como interpretación
de esa experiencia, es sin duda más interesanle que el simple conlrapunleo de .formulaciones
intelectuales. En este campq donde lo que se evqlúa es nada menos que Ia propia vida, la razón
pura no es soporte suficiente para arribar a conclusiones definitivas. Es imprescindible contar con
un registro de sensaciones y entociones referido a las distintas ttiyencias. Sólo a partir del cotejo
entre las"ideas y tales registros vivenciales se puede atibar a conclusiones que nos brinden, a su
vez, un registro de cerleza interior. (1)
El cuarto punlo remite a un problema de valoraciones. Ciertantente, pqra que alguien pueda
qvanzar en su comprensión sobre estos temas, debe otorgarles un alto nitel de prioridad con
respecto a otros intereses vitales. Como esle m.ismo Autor ha señalado en olro lugar, la valoración
que se hace sobre un tema determinado es una de las condiciones preexislentes que po,riltilita o
impide el didlogo y la comunicación.
Siguiendo con el temq de los valores, Ios últimos puntos reiteran
que la intención del libro
no es (por eienplo) agra(ar,f-losofar, polemizar, entreiener,
divertir, ni ninguna otra accirin que
no conduzca a la búsqueda de la ,,verdád interior',.
III. EL SIN.SENTIDO
5' "Lo que uno dcbe hacer" puede discutirse totalmente, y nnda viene
definitivamente
en apoyo de las explicaciones.
10' La crueldad me horroriza, pero no por ello y en sí misma es peor o mejor que
la
bondad.
12. Morir no es mejor que vivir o no haber nacido, pero tampoco es peor.
13' Descubrí, no por enseñanza, sino por experiencia y meditación, que no hay sentido
en Ia vida si todo termina con la muerte.
Si "todo" termina con la muerle, e,s claro que Ia t¡icla carece d.e lrasc:entlencio. l)c cuctlqttier
tipo de ttascendencia, Y eso es lo que experirnenta quien se encuentra en ese
eslad,o. No ,se lrala de
una posición obietiva, sino de una posición subjetiva, de una percibir,
forma de o cle senfir la
propiavida' si alguien imagina que luego
de su.muerte no quedani,rastlo alguno de su (posada)
existencia' necesariamente considerará iu vida (actual) comá absurda, poco inrportante, o carenre
de sentido.
El dla segundo:
2. Soy variable y dependo de la acción del medio. Cuando quiero cambiar al medio o a
mi "yott, es el medio el que me cambia. Entonces, busco la ciudad o la naturaleza, la redención
social o una nueva lucha que justifique mi existencia... En cada uno de esos casos, el medio me
lleva a decidir por una u otra actitud. De tal manera, mis intereses y el medio aquí me dejan.
3. Digo entonces que no importa qué o quién decide. Digo en esas ocasiones que tengo
que vivirr ya que estoy en situación de vivir. Digo todo esto, pero no hay nnda qle lo
justifiquc. Puedo decidirme, vncilar o pcrmflneccr. Dc todns mnncr{s, un{ cosa 0s mejor qrre
otra provisoriamente, pero no hay..mejoro'ni,,peor" en definitiva.
4. Si atguien me dice que aquel que no come muere, responderó quc así es, en efecto, y
que está obligado a comer aguijoneado por sus necesidades, pero no agregaré a esto que su
lucha por comer justifica su existencia. Tampoco diré que ello sea malo. Diré, con sencillez,
que se trata de un hecho indiüdual o colectivamente necesario para la subsistencia, pero sin
sentido en el momento en que se pierde la última bataila.
5. Dirér además, que me solidarizo con la lucha del pobre y del explotado y del
perseguido. Diré que me siento "realizado" con tal identificación, pero
.o*p..n.l"ré que nada
justifico.
Aquí se pone de relieve Ia escasa libertad que se posee en este estaclo de sin-sentido, y la
falsa noción que se tiene sobre este punto, pues numerosas "elecciones" no ,ton tales, ,sitto que
corresponden a lo influencia delmedio.
Frecuentemente se cree que "ser lihre" es hacer lo que uno "desed" en cad<t rnomenlo. per¿
pocos se pregunlqn de dónde proviene ese "deseo". Si a poco de reflexionar se arh¡ierte que la
mayorla de los "deseos" provienen de la acción (presente o pasada) del ntedio,
¿cómo'puede
sostenerse esa creencia sobre la "libertad"?
Más acertado ser[a pensar en la libertad como lo posibilidad cle liberqrse det
condicionatniento del medio, de manera que se pudiera dcluar en un senlitlo distinto clel que
propone el condicionomiento recibido. Podría ser entonces que en cierla particular situaciótt "5er
libre" signtJicara hacer precisamente lo que no se tiene ganis de hacer.
Es evidente Io sensibles que somos a la influencia del medio. Aún mds, Ia misma esencia clc
nueslro existir como seres humano,s tiene que ver con lo hislórico y lo social (en tanlo ser.es
conslituidos - como somos - dentro de una cultura), y todo uquello proviene tlet ircdio en el que
nos toca .nacer... donde estd entonces Ia "libertad"? ¿Qué o quién decide?. Alguien tlijo hace
tiempo: "donde no hay libertqd, no hay bien ni nml; todo sucede q pesar del hombrá".
Mas apropiado que hablar de "liberlad" serfa hablar de "grados de liberlacl", cotlro Io
hace la Mecánica, o la Teoría de Control. Porque en realidad runri "elegimos" libremenÍe lo que
hacemos, sino que "optemos" enlre un número finito de posibilirtades qul no, prnsenla el ntedio. A
mqyor número de opciones posibles, mayor grado de libertad, Esas opcionis easi siempre estdn
alll, pero muchas veces no las yemos...
En este capítulo, nueslro amigo conlinúa senlado en la vereda, pero adentds ahora qdrierle
que sus acciones no son realmente "sr'tyds", ya que fueron de algún modo, dicladas desde afuera
de sí mismo' El acto de comer, o el trabajar o estudiar, de atgún modo conectados cott aquel,
aparecen como aclos mecdnicos sin mayor significación.
¿Qué senlido puede tener eso última
comida ofrecida al condenado a muerle? Pues, a veces,
uno se ha sentido a,s[: conto nnterto etl
vida...
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V. SOSPECHA DEL SENTIDO
El día tercero
9. A veces he reconocido como visto nuevamente algo que veía por primer.a vez.
No sé de dónde, en conexión con esto, me llega eslafrase: "Existen otros mundos, pero esldtt
en este",
ll
VI. SUEÑO Y DESPERTAR
Et día cuarto:
'
1. No puedo tomar por real lo que veo en mis sueños; tampoco lo que ieo en semisueño;
tampoco Io que veo despierto, pero ensoñando.
2. Puedo tomar por real lo que veo despierto y sin ensueño. Ello no hatrla de lo que
registran mis sentidosr sino de las actividades de mi mcnte cuando se refieren B los ,,datos"
pensados. Porque los datos ingenuos y dudosos los entregan los sentidos exfernos y también
Ios internosr y también la memoria. Lo váüdo es que mi mente lo sabe cuando está despierta, y
Io cree cuando está dormida. Rara vez percibo lo real de un modo nuevo y entonces
comprendo que lo visto normalmente se parece al sueño, o se parece al semisueño.
Hay unnforma real de estar despierto: es Ia que me'ha llevado a medítur pro.fundamente
sobre lo dicho hasta aqut, y es, ademds, la que me abrió la puerta para descubiír el sentido de
todo lo acistente.
Lo aJirmación de que no puede lomdrse por real Io que uno ve en sueño,s, pqrece olgo tle
elemental sentido común, aunque ciertamente los sueños - como cualquier r¡tro coitenido menlal -
forman parte de la realidad sicológica, o subjetiva, de cada uno. Lo-mismo se aplica a e,so,s otro,r
dos niveles de conciencia que son el semisueño y la vigilia, con mayor o menor nit,el de
ensoñación.
Lo que sigue, en cambio, no proviene del senlido común, sino de un nitel de conprcnsiórt
sobre el funcionamiento mental que no es nada común. El Autor dice que puede tomo, pór real lo
que "ve despierto )t sin ensueño". Luego aclara que eso que "tte" en esqs ciontliciones (1, que puede
"tomar por real"), no es Io que perciben sus sentidos, ni los datos que provienen de su menrcria,
sino las actívidades de Ia mente cuando operq con eslos conÍenidos, o con eslos clatos sen,soriales.
Y agrega que se puede decir que la'mente estd "despierta" utantlo es concienle de que esld
trabaiando con tales datos, y que esld "tTormidd" cuando se olvida de sí misma, y cree en isa
falsa
realidad, en esa ilusión que le presenlan los sentidos. La menle esfd "despierla" cuantlo es
conciente de sl misma.
t2
VIL PRESENCIA DE LA F'UERZA
. EI día quinto:
3' Descubrí que la energía se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando éstos
actuaban y se ausentaba cuando en ellos no había acción.
Como comentario al margen, llama Ia atención que este tema de la energía sico-biolQgica
no
haya sido abordado seriamente por la ciencia oJiciaí de occidente, a pesar'rle
qrc cada vez sol
mayores las evidencias de que algo eJ'ectivamente sucede con el tenta
de ias agujiras... ta
Acupuntura queda entonces como una efectiva técnica, pero sin teor[a cienlíJica comprobacla
que
la respalde. Pareee haber resistencia a esta investigación; los que deberíai hacertá miran p)ra
otro lado...
Luego el Autor hace referencia a la posibilidad. de que tal energ{a pueda ser trunsJérida
enne diferentes personas, y a ciertos eventos relatados pár algunas ietigiones que pueclen
,ser
l3
interpretados como fenómenos de transferencia energética. Recuérdese, por ejemplo, en la Biblia,
las referencias a las curaciones de Cristo, y al fenómeno acurrido á toi opattole.s el clía de
Pentecostés: ".'.eslaban todos unánimemente
iuntos. Y de repewe vino del cielo un eslruendo conto
un viento recio que soplaba, el cuál llenó toda Ia caia donde estaban sentados; y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asenttittdose sobre cada uno de ellos.-y
fueron
todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en olras lenguas...". Más adelqnle se
relata
un episodio en que Juany Pedro curan a un cojo en la puerta delrcmplo. En aquellos momentos
comenzó Ia conversión masiva al recién creqdo Cristianismo:..
También se suele relacionar esto con el tema de la oración. Hay quienes aJirman que cuando
und persona "pide" por otra, que estd enferma, de alguna mqnera el "beneficiario" de esla
oración recibe cierta energía posiliva que le ayuda a curarse. Eslt¡s misntós afirman haber
efectuado verificaciones estadíslicas que anojan resulrados positivos en ese sentido.,,
Volviendo ahora al libro, téngase presente que el Autor apela al manejo de la Fuerza con el
obieto de poder mantener ese eslado de despierfo que le peimite "avanzar de compren,sión en
comprensión".
IA
VItr. CONTROL DE LA F'UERZA
El día sexto:
1. Hay una forma de dirigir y concenfrar la Fuerza que circula por el cuerpo.
3' Según la energía actúe más interna o superficialmente en el cuerpo, surge eI sueño
profundo, el semi-sueño o el estado de despierto... S"g,r""-ente, las
que rodean el
".r""ólu,
cuerpo o la cabeza de los santos (o de los grandes despiertos), en las pinturas
de las religiones,
aluden a ese fenómeno de la energía que' en ocasionei se manifiesta más externRmcnte.
5' Cuando se lleva la energía a ese lugar, todos los otros puntos de confrol se mueven
alteradamente.
Al entender y lan4,ar la Fuerza a ese punto superior, todo mí cuerpo sintíó el impacto
esto
de una energla enormey ella gotpeó fuertemente en mí c:onciencía, y ascendí de comprertsión ett
comprensión. Pero tambíén observé que podía bajar hacia tas pio¡unatdades
¡le Iu mente sí
perdía el control de la energíu. Recordé entonces las teyendas sobie
lás ,,cielos,, y los ,,ínJiernos,,
y vi la línea divisoria entre ambos estarlos mentales,
Desde cierto punto de visla, podríamos considerar a las funciones t¡ilales como
manifestaciones energélicas del ser t¡ivo. Las
funciones vitales det íer humano: vegetativqs,
motrices, emotivas e intelectuale,s sólo pueden realizar,ce mediante Ia transforntaciótt
ttc in ripo de
energía en olro tipo de e-nergío. Por eiemplo, las
'en funciones motrices tranifornrun energía química
obtenida por combustión del carbono, energla mecónica, tüenlras qne las .ftmciones que
involucran al sistema nerviaso (emotivas, inteleótuales) implican la transforntación
cle eneigía
qulmica en energía eléctro-químicd, entre olras.
En el capítulo que nos ocupa se hace referencia a centros de control de las tliferente.t
^
funciones, a los que se considera esquemdticame:nte conn ubicados en "puntos,,rlel cuerpo. I.al
ideq recuerda a lq distribución de los "chacras" propios de las leorías
hindúe,s. I)e acuerdo a este
esquemd, cuando la energía "llega" a estos puntos, se llevan a cabo la,s
cJistintas funcirnes. Como
el mismo Autor ha expresado en otros escritis, las cosas son en realidad,
t.rn pocoirds contple.¡as...
l5
piel, Iafunción inhibitoria que presenta esta gtándula sobre el desarrollo sexual durante la
niñez, ¡,
su relación con el sislema inmunológico. Cierlas especulacione,c que relacion.an la exislencia
de los
Ilqmados "fenómenos paranotmüles" con alreraciines en el sexual, postulan que
funcionamiento
Ia posible "activacién" de la gtdndula pineal (y la subsecunrt, infturncia sobre el
sexo) podrían
abrir una suerte de ventana hacia el munclo de los fenómenos psi. por esto algunos ,, rá¡rrrn o
ella como a un "tercer oio", mienlras que Descaries aJirnaba que conslilníi el punto de unión
entre el alma y el cuerpo.
t6
IX. MANIF'ESTACIONES DE LA ENERGÍA
El día séptímo:
2. Esta energía unida era una suerte de o'doble cuerpo,, que correspondía a la
representacién cenestésica dbl propio cuerpo en el interior del espacio iu (de la
existencia de este espacio, así como. de las representaciones que coirespondían
".p".rentación a las
sensaciones internas del cuerpo, las ciencias que trataban sobre los fenómenos
mentales no
daban noticia suficiente).
Esto variaba por completo tanto mi concepción de la vida corríente como de Ia vída
posterior a la muerte Mediante estos pensamíentoi y experiencias
fuí perdiendo.fe en Ia ntuerte ¡t
desde entonces no creo en ella, como no creo en el sin-sentido de ta viia,
- La anterior referencia a Ia "posición" cle una imagen o representac:ión nos lle.t,a al segunda
término que queríamos aclarar: el del "espacio de rlpresentación". Es claro que
de tlueslra
experiencia cotidiana surge el concepto de "espacio". Este concepto derit¡a rtu ru pariente
t7
"volumen", que así como los de "longitud" y "superficie" son abstracciones cle nueslt.a forma cle
percibir los objetos en el mundo.
Si me ubico en una habitación de forma cúbica en la cual hay mesas, sillas, otras personas,
etc., puedo percibir los límites de Ia habitación y dento de ella observar la posición i, quu ,n
hallan cada uno de los objetos, con respecto q los límites de la hab¡tai¡ón. puetlo altors
desplazarme por el piso de la habitación y tocdr cada uno de los objetos. De este modo t,oy
asociando la percepción visual en cqda caso, con los dntos ttictiles. También podría golpear o
mover los obietos, o conversar con und personq, siempre denlro de Ia hqbitaiiótt. Así gral:aría
sonidos en relación con lo visto y lo tocado.
Habiendo construido en mi siquismo esle espacio tridimensional, puedo ahora cerrar los
oios y"situar" objetos imaginarios dentro de é1. Puedo alnra innginar objetos t,oluntéÍt.icos,
imaginar un obieto al lado de otro, o detrds, o adelante de otro, etc. En conjunto, tengo ahrtra una
repres entación completa de la experiencia cotidian a " lridimens ional',.
Volviendo al libro que nos ocltpd, el punto 2 dicc que el "doble" corresponde a la
representación cenestésica del propio cuerpo. Entiendo que esta es und forma de clescribir la
experiencia desde el punto de vista psicológico. Pero entiendo también que veladamente se aftrma
que esta experiencia psicolégica coincide con una exteriorizoción energética cuya realidad va ntás
allá de lo puramente psicológico. La claye estó en la palabra "conesponde": d la exleriorizaciótt
de la energía conesponde una representación cenestésica. Dicho de otro ntodo: el dobl.e se percibe
como imagen cenestésica, pero su existencia es tan real como la luz del sol.
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reducida a Io psicológico; esle (el dobte) desaparecería
con Ia muerte /ísica. ¿porqué lleyarlan
entonces esÍds consideraciones a ,,perderfe en Ia muerte,,?
Por otra parte, si las cosas son como lo venimos inrerpretantlo, podría
exyaerse uno
consecuencia adicional: si la exteriorización de la
energía es acompañada^por la exteriorizacién
de la representación cenestésica, entonces el traneio de"la
rupresentación cenestésica pentrilirío el
manejo de la energía.
Corr[a el año 1974 cuando me vi en la extraña circunstancia de tene.r que rlar una
explicación sobte este libro ('a MirarJa Interna) en una iglesia onglicana de la ciuda¿ d.e Rosario.
No recuerdo ya cuáles fueron las circunslancias previas, pero alllestaba yo,
,/i,ente al ¿.paslrtr? de
iglesia, y frente d un grupo de unos 20 de sus mós cercanos "seguiclores". EI umbiente
layella
había sido amable en general, hasta que ttegué al punto en que describía las
sen,sactotles que se
t9
podlnn registrqr durante eI trabajo con la Fuerza. En ese punto uno de los oyentes nre interrumpió
bostante bruscamente, pard advertirme que tuviera cuidado con esas cosas, porque podfan estar
inspiradas por el mismo Diablo. Puso como ejemplo una experiencia personal muy desagradable,
en la cudl él había sido poseído por el Diablo (este ddto era indudable: la realidad misma), y
duranle la cuál él había sentido exactamente los mismos "síntomas" que esldbantos describiendo
como propios del pasaje de la Fuerza...
20
X. EVIDENCIA DEL SENTIDO
Et d{a octavo:
Creo que hemos llegado al centro del libro, al núcleo, a la idea principal. El autor atfuierte
que su vida ha adquirido un nuevo senlido: durante la vida es posible ';hacei algo" pare, de algún
modo, evilar Ia muerte. EI futuro se ha abierÍo: ya toda no termina con la mueil;. Amque cádn
uno de los tres obietivos aquf nrencionados (a vida despierta, la unidarJ interna, el manejo rle la
Fuerza) podrlan tener imporlancia y sentido para cualquiera independieilenrcnte cle las
referencias a la vida poslerior a la muerte, es claro que resultan polenciado,t en su imporfancia
cuando se los considera en relación con esa posibilidad.
Para cewar el comentario de este cap[tulo, comparemos dos leorías sr¡bre la "vida después
de la muerte", La primera a/irma que el hombre tiene un espíritu o qlma que se desprende en el
momento de la muerte, y que posteriormenle "yeencarna" en olro cuerpo para úvir una nuera
vida. Según esto, las sucesivas vidas conslituyen una suerte de escuela en la que cad.a uno aprende
determinados lecciones, evolucionando así hasta qué no necesita regresar mó,s a "este plano",
continuando su evolución en "olros niveles". La segunda .ev,
teorts afrma
tv sJÚ que e.
tttv 176c el hombre nace sin un
alma, pgro que puede construirse una, según como sea el desarrollo de su vida.
2l
XI. EL CENTRO LUMINOSO
Et día noveno:
Hubo quienes fuercn mtís lejos aún .t¡ recihieron de cse ccnfto incontablcs rloncs, que a
veces "descendíeron" como lenguas de fuego sobre los inspirados, a veces como. ni¡nro,
luminosas, a veces como z,qruas ardientes que se presentaron ante el temeroso creyente,
"Cuando estd aclivada, la gldndula pineal se convierte en la línea de conrunicación con los
planos superiores. El "chalva corond" desciende hasta que su vórtice toca la gldntluta pineal.
Entonces, pura energía (Prana) es recibida a través de este centro en la cabeia. Con prri"tiro
suJiciente, el nivel de vibración del cuerpo asual es elevado, permitiéndole separarse del ctter¡to
jísico. "
Tengo d pesar de lo dicho, una experiencia personal que parece coincitlir - al meno5 e¡
-\ pdrte, co1 11 descripción anterior. Desde hace ya átgunot años, cuando realizo experiencias de
"posaie de Ia Fuerza", como la que se describe más adelanle en este libro, sueló percibir con
bastante frecuencia una suerte de foco luminoso ubicado en la parte superior ie la cabeza,
b.lslafte por encima de la llnea de los ojos. Digo aquí "percibir" y no "imaginar" a pesar rle que
"eso" que "percibo" tiene mas bien las características de una imagen, yá qro ni protiene tle
sentido olguno. Pero como no es una inwgen inrencionalmenfe conitu¡da ;¡ buscida, prefiero
decir que es algo que percibo. A ta aparición de este punto luntinoso cowesponde sienrpri tma
intensifcación de los fenómenos energéticos propios de la experiencia, teniéndase adámá,s ep
muchos casos eI registro de que la fuerza proviene efectivamente del punto luminoso en cuestió7,
'. Siguiendo adelante con el cap[tulo que nos ocupa, digamos que en él se hace referencia al
centro luminosa considerdndolo en su aspecto simbólico, como centro dador de ttit{a y dc luz, y se
lo relaciona con relatos blblicos en los que el ser humano resulta receplor cle-energías'que
provienen "desde Io alto", así como proúienen de lo alto las
fuerzas solares que ,ton fuenú rle t,ida
en nuestro planeta.
22
Símbolos que son lales debido a la existencia de analogías
formales entre di.stintos plano5.
Comq decía el "lres veces grande": "lo que estd abajo es como lo qun está arriba, lo qtte e,ytá
)t
arriba es como lo que está abajo, para hacer los milagros de una soli cosq,'(3).
¿J
XII. LOS DESCUBRIMIENTOS
' El día décímo:
Pocos pero importantes fueron mis descubrimientos, que resumo de esfe modo:
- La Fuerza circula por el cuerpo involuntariamente, pero puede ser orientada por un
1.
esfuerzo conciente. El logro de un cambio dirigido del nivel de conciencia brinrla al
ser
humano un importante atisbo de liberación de las condiciones .rnafurales" que parecen
imponerse a la conciencia.
El primer punto hace referencia a que - mediante el uso de Ia Fuerzcr -, es posible acceder a
un "cambio dirigido del nivel de conciencia". Luego afirma que mediante este cambio, es ¡tosible
Iiberarse, al menos parcialmenle, de las itnposiciones "naturales". Con este lérwino se quiere
hacer referencia a todo aquello que tiende a delerminar mecdnicamente el comportan iento
humano' Lo "natural" es lo que ha sido dado para la conciencia. Es el conitutto rti creencias
.v
condicionantientos quc se han recibido del nrcdio, y que con/brman una t,isiótt estercoti¡tarta ¿.et
mundo' Cuando esta forma mental se impone a la conciencia, el comportamiento humano e,s
ptedecible y mecdnico. En ese ámbito dctúon con éxito ta publicldad y la propagarula,
manipulando y controlando la conducta de los grandes conjuntos humsnos.
En un nivel de mayor conciencia de sí, las percepciones que se reciben del nedio pierclen su
poder sugestivo habitual. Ello perntite cierto grado de liberación respecto cte ta influencia rJel
medio, y es experimentado por quien lo pracfica como un "cantbio de sei.gihitidad",
24
Este estado no es único, sino que admite diversos niveles de profundidad, y lo normul es que
se trdnsitepor ellos de modo dinámico, para volverfinalmente al esÍado devigilia ordinaria desde
el cúal partió eI experimentador.
El comentario fnal
del capítulo remite a otro punto interesante: Íotla religión po,see un
y un aspecto esotérico (interno). Para muchos las prdcticas rituales son
aspecto exotérico (externo)
presentadas como "obligaciones" que las ntqsüs creyentes deben cumplir, pero en toda religión
existe siempre un círculo de "iniciados" que conocen sobre ciertos "trabaios internos". Eslos
suelen acompañat a los rituales, y permiten al practicante accedet a vivencias y estados tle
conciencia no habitual. Las interpreldciones posteriores en cada ceso conesponderdn,
naturalmenle, al paisaje propio de cada religión.
25
XNI. LOS PRJNCIPIOS
Dístinta es la actitud frente a la vidu y a las cosas cuando lu revelacíón interna hiere como
el rayo.
Síguiendo los pasos lentamente, medítando lo dícho y lo por decir aún, puedes convertir el
sin-sentido en sentido,
No es indíferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, estú e-ypuestd ante
posibilidades a escogen
3. No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aqtrella se debilite; enfonces'
avnnza con resolución.
5. Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las
contradicciones.
7. Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin
en sí mismo, te liberas.
8. Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su últilna raí2, no cuRndo
quieras resolverlos.
10. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas.
11. No importa en qué bnndo te hayan puesfo los acontecimienfos, Io que imporfa es
que comprendas que tu no has elegido ningún bandc.
12. Los actos contradictorios o unitivos se acumul¡n cn ti. Si repites tus ¡ctos de unidad
interna, ya nada podrá detenerte.
26
Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón o cuando te sientas
libre y
sín conffadiccionas, ínmediatamente agradece en tu interior, Cuando te suceda lo
contraúo, pide con fe y aquel agtadecimiento que acumulasfe volverá convertído y
amplindo en
beneftcio.
Los Principios
- se encuenlran desonlossugerencias y orientaciones para llevar una vida mas libre y unitita.
Leios mandamienlos d.e uno morál convencional. No inrytonen cosa alguna:
sólo mencionan lo que sucede cuando se actúa de uno u orro modo.
La consideración de lo's Principios permile disponer cle una gonn mri,s nmplliu ¿e o¡tc,ionc,r
cuando sc dehe dar una rcspuaslo anle. utra sin.tucióit quc el mccl.ii'nos impone.'euien
tiene ntós
opciones de respuesta a su disposición es menos predegible y obviamente, mds libre.
De lo anterior se desprende que la aplicación de lo,s Prittcipios perntila qvuuzqr tlt¡;tl¡ t,l
campo de la determinación haciu el cqnryo ¿le lu libertad.
Haremos un breve de,sarrollo cn krno a cada uno, a.fin cte c.iampli/icar ,\u uplicución.
En esle mundo, que no hemos elegido, existen ciertds leyes (en sentido anrplio del ténnino),
algunas de las cuales definitivamente no son de nuesto agrado. Por ejemplo: itos gustarfs 1,i1tit.
para siempre, pero sabemos que no es po,sible. Enlonces hacemos como que la nnterle no exi,sle,
pero en elfondo siempre nos perlurba su constante e inevitable dcercamrcnto.
En este mundo, que no hemos elegido, pelo en el cual queremos vivir, lo úuico permanente
es el cambio. Nada permanece igual, todo cambia; el cambia es inevitable. Este Principio inriita a
aceptar lo inevitable. Es obvio que la aclilud opuesta sólo puede generar sufrintiento. EI intento de
"congelar" Ia realidad lleva al sufrimiento...
Si tenemos hiios es inevitable que crezcan y decidan independizarse; si la t,ida no,s lleta por
caminos diferentes es inevitable que nos distanciemos del amigo mds cercano; si nueslra t,ida
persiste es inevitable que envejezcamos; si so/os llegamos al mundo es inet¡itable quc algtin tl[a,
solos, habremos de partir...
Aqut no se sugiere "resignac.irin", ,sino flexibilidad interna. Atgo habrci que hacer, en la
mente y en el corazón, afin de aceptar con alegrla los cambios que han de yenir.
Es nueslro deseo de conservctr lo que nos hace sufrir. La aplicación del Principio exige un
qcto de desprendimiento, como actúa qiien abre Ia puérta a un pdjaro para qlte t¡uele hacia la
libertad. Como dice una canción que algunos reconocerán: "...ürdndo me encueittt"o en problemas,
mamd Mary viene hacia ml, trayendo estas palabras de sabiduría: déjato ser... ".
Aqul se habla de "forzar". El concepto puede aplicarse a las cosqs y o los seres ttit¡os eil
general' Todo conduetor sabe que no puede forzar el motor de su automóvil mtis alld d.e cierto
)7
Itmite; lo mismo podría decirse de un jinerc con respecto ct su caballo. Cuando se trala de una
relación personal, podrlamos decir que estamos
foriando una situación cuando Ia ora parte se
sienle violentada.
Nosotros tratamos de conseguir un objeti'tto, y a talfin q veces presionantos a los demd,y 1tás
allá de Io debido. Entonces, Ia reacción que se prodacá impide el logro clel obierivo, o bien el
ob.ietivo se logra pero posleriormenle surgen cr¡nsecuencias no deseadal.
En este punto radica la diferencia enfte et hdbil conductor social el l[der tosco y
)¡
autoritario. El primero moÍiva positivamente a su gente, Iogrando extraer ltt me.ior de c,ada un'o
para ponerlo al servicio de la empresa común; el segwtdo puede avanza, opornulr*ente en
fbrma
exitosa, pero muchas veces el resenlimiento que vo acumul.ando en aquetlos
forzaclo,s por éi, hace
que todo termine rtnalmente mal. En el primer caso las personas se srcnten protdgotxisla5, ett el
segundo caso lerminan sintiéndose u,tatla,s.
Típicosvioladores de este Principio son aquellos que dicenque "el.fin.iustifica los medios".
Son entonces capaces de matar en nombre de la paz, o en nontbre ie Dios, o ,iln ,r,i iclao. Me.jrtr,sgni
comprender que los verdaderos "Jine,t" suelen quedar en ettidencia, cuanclo se observa cr¡n qué
mediosse pretende alcanzarlos...
3.- "No te opongas a una gran fuerx,a. Retrocetle hasta que aquella se dcbíIite, Entonces,
avanza co n resolución tt.
Se apoya en dos ideas fundamentales: la primera rentile al hecho simple de que oponerse a
una fuerza que es clardmenfe superior a la nuestra nos condena al.fracaso, irdeptidinntemente tle
Io grande que sea nueslro deseo de vencer. ()na imogen un po"o
Tuurte pero iltistraÍit,a poclría ser
la de un soldado que -enfurecido por lq muerte de un compañerlo-, sali despret,eniclsnltente c{e s¡
lrinchera gritando y con lo intención de acabar con el enemigo "de ttna buero t,ez", sólo para
encontrar Id mismd suerte que su omigo ya fenecido. Cuantlo intentamos opottelnos a grán¿es
fuerzas lo hacemos en general movidos por impulsos irracionales. Habría que ser nruy lico para
intentar cluzar pol un poso a nivel en. el mismo momento en que pasq el tren...
Aprovechando esa imagen del tren, obséwese que esa es una gran
ftterza cuyo punto tle
aplicación se desplaza con el tiempo. Entonces, el momento en que la "gran
fuerza" se debilita
puede bien interprelarse conxo el momento en que Ia "gran ha nodíficado su punto cle
fuerza"
aplicación, de modo que no se opone a nosolros directamente. Casi todas la,s artes marciales están
estrucluradas en torno a este conceplo.
La otra idea sobre la que descansa este principio ha sido llomada "ley cle ciclo", y afirma
que lodo proceso pdsa necesariamenle por ciclos de variación de sus propiedades. Toda' gran
fuer4a tendrd por lo tanto, su momento de debitidad. El Principio recom¡eidi esperar ese ntoiltento
para avnnzar sin reservas hacia el logro det objetivo.
Otra forma de presentar este Principio sería decir que conttiene ser prutlenle y esperat el
momento adecuado para decir y hacer lo que se desea. Si una acción ,ye realiza con ecnnxenrc y en
el momento adecuado, será doblemente efectiva. Por el contrario, si se realiza en un momenn
inade cu a do, di/í c i I me nt e I o grard s u c o me t i do.
Este Principio invita a ptoporcionar los dist.intos aspectos que conforman nttesrra vida, para
evitar que alguno de ellos crezcct en forma desmedida asfixiando a los denús.
28
son notables los casos de algunos individuos que han lograd.o deslacarse
actividad humana en especial, prro quu evidencian un total primitivismo
en algurta
e inntarJurez en otros
elementales aspeclos de la v¡da himana en general.
Un juez con lendencias suicidas, un
mqtemático incapaz de relacionarse con el sexá opuesto,
un aiedrecista brillante con ataques
neuróticos imparables, un político que le pega a su mujer,
un sqcerclole pederasla...los ejentplos
abundan por doquier.
5'- "^t' para ti estdn bien el día y Ia noche, el verano y el ínvíernu, hss superado ¡as
' contradicciones".
Esto nos lleva al tema de Ia aceplación o el rechazo del mundo, como aclilud interna. Es
claro que éste es un mundo que no hemos elegido, pero tal vez podamos elcgir cómo nos sentintos
con respeclo a é1.
Si logramos sentir que "está toclo bien" es obvio que no tenclremos contt^adicciones, pero si
algún aspecto del mundo (el invierno, por ej.) ,, m, pr"irnta conrc "insoportable", el
sufrimiento
irá adelante.
Más de uno dird: "cómo puede decir que estd todo bien cuando hay tantos problemas en el
mundo". Responderé que la conformidad no significa inacción, y que la verdadera solidaridad es
aquella que se ejercita por molivos dislintos al sufrirniento persoial, Si ayutlo o otros porqrte
ftte
siento mal por lo que a ellos les sucede, estoy ejercienáo un tipo de solidarirj.ad menor.
Lo
exlraordinario es ayudar a otros a pesqr de que uno no se sienla mol por lo que les suce¿e.
Buda enseñó, hace ya mucho tiempo, que el deseo es el origen del sufrimiento. Creo que cotl
este Principio estamos cerca de esa idea. He comprobado, por experiencias pnrroroinr, qru
cierlamente el deseo es el origen del sufrimiento. Si pudiéramos-acepni rodo to qie nos ocurre
sin
cuestionamienlo interno, otra sería nuestra vida. "Estaríamos mas bien muertoi,,, podrta algtden
decir. Creo que no, que sólo sería ott a m.qnera d.e vivir...
Del día y de la noche, del verano y d.el invierno podemos extraer buena,s experiencias. 'I'odo
lo que nos sucede tiene siemple un dspecto positivo. En buena medida el arle de vit¡ir con,si,sle en
saber encontrarlo, y mejor aún, en llevarlo consigo.
29
¿Porqué no habr[amos de disfrutar d1 un placer que se presente ante nuestos ojos?
mirada acusatoria podría impedirnos hacerlo? ¿eué
¿Á quiénii*, qin no lo hagamos?
7. Si persígues un fin, te encadenas. Si totlo lo que haccs Io reolizas conro ;t^ifitcrn ttn
en s[ mlsmo, te llberas.
¡in
, Este Principio, como el anterior, tiene que ver con la actilud o "postura menlal " que
adoplamos al realizar ciertas actividades.
Aquí se invila a disfrutar de cada paso intermedio que sea necesario efecluar comrs parte rle
una tareo mayor. La actitud contraria nos lleva d preocuparnos exclusivsmente por
alcinzar ,,el
Jin" de la tarea iniciada, en un estado no exento d.einsiedád y sufrimiento.
Si tengo que estudiar determinado lema, serd bueno que lrate de encon¡ar aspeclo,l
interesantes que el mismo puede tener, olras ideas con las que puede estar relacionado, etc.
Si necesito constuir un banco, será bueno dntes que nada que efectúe un buen di,seño clel
banco que quiero construir. (In diseño que me agrade. Luego de:heré meclir con dt:leninrienlo y
precisión cada unu de las piezas a corldr. Posteriormente habrd que ürftwr el bartco con
cuitladct,
asegurando bien los encasrres. Por último, lijaremos las partes ,itprro, daremos al banco una
)t
buena terminación con al esmalte o la pintura del caso. Ei realidad, lo importante no es el
banco,
sino cómo nos sentimos nosotros al hacerlo. Si consideramos cada poro ,onro qlgo mrportante,
como unJin en sí mismo, habremos atesorado interesantemente esa experiencia.
8. Hards desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su últínta ru[z, no cuando
quieras resolverlos.
Muchas veces, movidos por lo que algunos llaman "compulsión", queremos hacer algo
nlpidamente para superor un problema, pero el resultado es contiario a lo qt e queríantos tográr.
En esos c\Sos, lerminamos hundiénd.onos mós aún en el problema, se huntJe el qie se
"ooro
encuentra en una ciénaga y se mueve desesperadamente para lrdtqr de salir.
Lo que en general sucede en esos casos, es que no entendemos realmente cuál es la cau,sa rJel
problema' Tal vez Ia cousa no sea demasiado difícil de encontrar, pere si no hemo,s hecho el
esfuerzo de reflexionar sobre el rema, ¿cómo podríamos entender lo qui pasa?
30
Según esle Plincipio, los conflictos desaparecen cuando uno entiende con clariclad qué es lo
que cdusa el conflicto.
Dicho de oÍra msnera: no existe razón alguna por la cual debiérantos abslenenns de hacer
lo que deseamos hacer, salvo que con esa acción se perjudique a otros.
Este es un Principio que aJirma eI valor de la libertad por encima de las restricciones (o
"prohibiciones") propias de la moral convencional, los prejuicios y las supersliciones de totlo tipo.
La restricción sobre aquello que puede perjudicar d otros tarnbién estd .justi/icado por el
encadenamiento (a ausencia de libertad) que aquello lrae como consecuencia.
Es claro que aquel que dvanza por el mundo perjudicando conciententenle a olros, va
creando una cadena cada vez mds gyuesa en lorno a su propio cuello. Una cadena en stt metttoria -
ya que él mismo se ha juzgodo y condenado -, y utlo cadena en el mundo .social. E'l coniunto de
resentimientos que se van acumulando respecto d su persona t¡a limitando crecienlemenle su
desplazamiento, a Ia vez que lo acerca a la posibilidad de un accidenle final.
Pero si no se perjudica a otros ¿por(lué no habríamos de hacer lo que deseantos? T'al vez
porque a alguien o a algunos le conviene que no lo hagamos. Si alguien te dice: "no deberías
fracer eso", pregúntafe por qué ese "alguien" desea controlar Íu conducta. Podría ser sr5lo
cuestión de ingenuo condicionamiento moral, o bien podría suceder que prelendiera senir,ve de ti
de algún modo,.
Otras veces la "prohibición" no proviene inmediatamente del exterior, sino que se genera
?--" dentro de uno mismo, Producto del condicionamiento recibido, uno ha incorporado una e,specie de
"censor inlerno" que trata de conlrolar la conducta. La "ntirada" de los olros suele ser
determinante en este punto. (Jno se dice: "si hago esto, ¿qué van a pensar de mf?"..."Alguno de nti
edad ya no está pqra estas cosas"... etc. En esÍos casos,;uele ser su/icienle con ob,genar
cuidadosamente d esle "censor interno". Estos censores internos suelen desaparecer utandose lo,s
observa, dejándonos en condiciones pard actuar con libertad...
10. Cuando tratas a los demds como quíeres que te traten, tc liberas.
Conocído desde hace mucho tiempo en diversas formas, este Principio, que algunos
llamaron "la regla de oro", tiene que rer con la solidaridady la reciprocidad entre el tralrt que se
da y el trato dl que se aspira.
"No hagas a otros Io que no quieres que le hagan a ti", "Anta a lu pró.limo como a li
mismo" son ejemplos de diferenfes formas en que se ha presentado esta sugerencia, ,sientpre
referida a una actilud de aperÍura y consideración hacia el sentir de los demds. Iin esle caso, ,sin
3l
embargo, la idea no está presentada como un mandamienlo, sino como una enseñanza que a/irnta
que fidtar a otros como quisiéramos ser lratados, es en sí mismo un acto de liberación.
Es que trutar a los demós de mal modo siempre nos deja "pagando" de una u olra nranero.
Si tratamos o otros de un modo que nosotros misntos consideramos como "perjudicial ",
necesariamente quedamos encadenados, tal como decla también el Principio innrcdiatomenle
anterior.
A veces se eseuchan objeciones a este Principio por parte de algunos que hacen una
interpretación excesivamente literal o de bajo nivel del mismo. Supongamo,s por Ej. que cierto
señor regresd d su casa luego de un arduo día de Írabajo, con ganas de descansar. Se encuenlra
con su muier, que ha estado todo el día encenada en su casa, y que desea tener Ia oportunidad de
conversar un poco con é1. El no quiere converser, sólo quiere descansar. ¿Qué sería en este cas(,
"tratar al olro como se desea ser tratado"T ¿Deberfa el hombre guardar silenc:io, mienftas lo
muier intenta compulsitomente iniciar und conversación?, Si elevamos un poco la mira, veremos
que ambos necesitan un poco de eso que se suele llamar "comprensión" dcerca de sus necesiclades.
Por lo lanlo, si quisieran seguir el Principio, ombos deberían hocer un pequeño eslherzo poy ftalür
de comprender al ofro.
11. No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimíentos, Io que inrporta cs que
comprendas quetu no has elegido ningún bando.
Dicho esto, observemos que esle Principio nos llevq a la discusión - nada.facil - scerca de si
existe o no "libertad'! en los actos huntanos. Se podría di,scurrir mucho sobre el letna, pero
tralando de acolarto en pocds palabras, tomsría una imagen de la rnecdnica para decir que en la
vida humana exislen "grados de liberlad". Que no existe por lo tanto la libertad absoluta, cónto
tampoco la determinación absoluta de los actos hurnanos.
Supongamos - con esperdnza - que esle últirno planteo, que habla de la posible liberctciritt
del hombre, sea certero. Todavla subsisle, para cada cdso en porlicular, la pregunla acterca de qué
esfuerzo ha hecho uno para superdr su propio condicionamiento, es decir, para lomar dislancia de
lo que le ha sido dado, como ideología, o conjunto de opiniones, o dirección de yida en general.
Lo cierto es que muy pocas personas han estudiado con algún detenimiento porque hace lo
que hace en su vida, porque tiene tales y toles proyectos, porque tiene tales y talcs ideas, opinioncs,
erc.
Casi todo el mundo cree que ha llegado o tener las ideas y opinione,J que sustenÍa
"libremente", y adem.ás identi/ica sus opiniones con su "perfil" característico como persona. Por
ello atacar sus ideas es atacdr los fundamentos sobre los que descansan su auloeslima, su
autoafirmación y sus proyectos a futuro. Así surgen las discusiones, y los bando,y. Cada uno lucha
por iusürtcdr su "posición", que lo mayoría de las veces estd relacionada con los inlereses y
las
expectativas afuturo.
Quien defiende sus ensueños y creencias cree estar defendiendo "lo mrJs valioso" de sí
mismo, cuando en realidad defiende únicamente und particular suerte del desÍino. Hace tientpo, en
algún lugar, "alguien" tiró los dados para Ia vida de uno, y así resultó que uno nació en ciertu
época, en cierta clase social, denlro de cierta cuhura, y ademds tuvo tal y cualfonilia, tal
)t cual
s!?rt: en la vida, le pasaron determinada.s cosds, y así llegó, q los tumbos, a lá situación actual.
¡Nada dg eso fue elegida por uno! ¡Todo fue producto deláccitlente! Cttsndo cteíntos "elegir" en
realidad sólo pudimos optar entre un reduciclo grupo de opciones...
Si esta es la situación del hombre, puede afirmarse que sólo aquel que haya hecho algún
para tomdr distancia de los factores acciilentates qie noldearon sri pnrsoialictad hosla el
esfuerzo
momento actual, puede opinar con algún grado dc ',liberlatl".
En caso contfario, su posición, su opinión y su bando son sólo prodtrclo cle ¡¡s
acontecimientos.
La reflexión sobre este Principio debería al menos servir para tomar cierla di,stancia
respecto de las posiciones que solemos defender con
fiereza, y meJor aún, para em¡:render una
tarea de auto-conocimienlo con cierla profundidad.
La comprensión de este Principio tiende un puente fraterno hucia las denús personas, aun
cuando eslds no coincidan con nuestrqs ideas, o aparentemente se oporrgqn a nuesftas ideas.
Para ahondar mds e! est: compleio tento, digamos que lantpoco parece sensdto propotrct.
una especie de "renuncia" d las ideas y posiciones que uno ha ltegádo o lomar en su tida.
Consideremos por eiemplo la cuestión de la discriminación de las mujeres en la cuhura islcimica (o
en otras culturas). En lo que "era" el Afganistdn de los talibanes, lai mujeres no pocl[an concnrrir
a la escuela, ni lrabaiar. Personalmenle conocí a una familia nntsulmana tlantle los hermano,s
habían dado muerte a una ltermana por haberse casado con alguien que no era mnsulntdn. para
mi todo esto representd una qbewanle monslruosidad, pero hay otós que dicen: "no ,se puede
iuzgar las valoraciones de una cultura desde el ámbito de otra cuhura". Ásí que, de acuerdo a esta
última opinión, hay que aceptar ese trato discriminatorio hacia las mujeres, ín et dmb¡to del Islam.
Con el auxilio de este Principio, yo puedo entender que no he elegido el bando en qLte me
encuentro, respeclo de este tema. Puedo suponer que si hubiera sido educado en una cullura
musulmana, tal vez aceplaría coma algo normal esa disposición para la vicia tle la,s ntujeres. No
obstante, sigo pensando y sintiendo que aquello no estd nada bien.
¿Cómo resolver entonces esta situución? Bueno, en principio entendantos que el hecho de
que nosotros estemos refiriéndonos a este tema, signijicd que en realidad estas "d.os culturas,'
tto
eslón aisladas, sino en una relación creciente, El asesinato al que hice referencia antes, ocurrió en
Occidente. Todas las culturas existenles en el mundo ,n ttl, momento evolucionan hacia una
cultura planetaria. Por lo lanto, en algún momentr¡ habrá que ponerse de acuerclo sobre aúles soz
los elementos de cada cultura porticular que deben ptrmoirrn, en la culhn,a fttctyor, y cuále,s
deben quedar como recuerdos del pasado. Espero que ie trale de un intercambio o una discusión, y
no de la imposición de un Imperio.
El Humanismo, si llega ese ftromenlo, tendrd algo para aportar a Ia tli.scu,yiótt: c:o¡tsideramos
valiosa la diversidnd cuhural, pero dentro de un contexto de no-violencia y respeto
IJor la igualdad
de todos los seres humanos.
12. Los actos controdictorios o unitivos se acumulan en ti, Si repites tus üctos de unirlad
interna, ya nada podrd detenerta
JJ
Cuando aqul se habla de "aclos", debe exlenderse el usr¡ habitual del término a ./in de
incluir fambién aquello que se siente, y aquello que se piensa o imagina. Por lo tanto, un acto
contradictorio puede ser, por ejemplo, el sostenimienlo de la idea de que uno debe ayudar a otros,
y Ia constatación de que en realidad uno no hace nada en ese sentido. Cuando el pensamiento, el
senÍimiento y Ia acción no coinciden, cualquiera sea la proporción de la mezcla, esÍantos e¡t el
campo de la contrsdicción.
Por el contrario, cuando hacentos algo que coincide claramenle con Io que pensarnos ))
sentimos, decimos que estamos en presencia de un acto unitivo. Estos aclos uttifittos suelen eslar
acompañados de una sensacíón de "qcuerdo con uno rnismo", ! d veces tambión por una
sensación de " crecimiento " inlerno.
Vale la pena ahora preguntarse por el "valor" que le asignamos a esle lemd de la wtidad y
lo contradicción. Porque estd claro que los "valores" que nos inculca el sislenn lienen que yer con
el dinero y el prestigio, pero no con la búsqueda de la unidad interior. El "triunfarlor" en esta
sociedad es quien consigue dinero, posición social, etc. etc. Pero a ese "trhutfador" nadie le
preguntd si se siente bien consigo mismo, porque eso no es Io que inleresa. Inversamente parü
nosotros, la coherencia inlerna es un valor supremo, y puede delerminar Ia elección que hagamo,s
en la próxima encrucijada que nos toque resolver. ¿Sacrificaremos la unidad interna por otro,s
valores, o traldremos de presentar nuestrd unidad por sobre todas las cosas?
Ante cada encrucijada que nos presenta Ia vida, podentos responder con unidad o con
contradicción. Pero el Principio afirma que eslos actos se acumulan, de modo que si lc¡ntamos Ia
vía de la conlradicción, serd más difícil volver al camino de la unidad, y viceversa. Basla ohservar
a las personds gue han sufrido muchos confliclos a lo largo de su vida para entender qué diJícil es
alcanzar un mínimo de paz interna cuando Ia contradicción se ha hecho costwnhre.
Cuando encuentres una grfln fuerza, alegría y bondad en tu coru&fn o cuando te síentas
libre y sin contradíccíones, inmediatamente agradece en tu interior. Cuando te suceda Io
contrario, píde con fe y aquel agradecímiento que acumulaste volverd convertido y ampliado en
beneJício.
Esle (último) párrafo del capftulo hace referencia a algo que podría desuibirse como una
prdctica sicológica, pero que creo sería mejor describir como una recomendación cle yida.
'34
No caben dudas acerca del aspecto psicológico del procedimiento, ya que Ltna inngen que
se
"carga" o se vincula con estados emocionales yiensoriales positivas,
orruoid efectivantente como
un acumulador, que devolverd esos regislros positivos cuandá Ia imagen
sea e\toc:otJa nueramenle.
Pero esta sugerencia palece escapor ctet ámbito de la "auloayuda" para enlrar ntas
bien en
una orientación que señala un camino de vida.
Quien siguiera esle camino cuidaría cctn atenciótt
su proceso de desartollo como ser humano, e inlentarfa construir en su inlerior
un únúito
trascendente, crecientemente liberador del cardcter accidental del mundo coticliano.
35
XtV. LA GUIA DEL CAMINO INTERNO
-,li has comprendído to escplícado hasta aquí, bien puerles etcperimentar metlinnte un
sencillo trabaio la manifestación de la Fuerza. Ahora bíen,
no es igual que oltserves una
posición mental mds o menos comecta (como si se
tratara de anu disposición al quehacer
técnico), fl que qsumas,an tono y una apertura emotiva próxima
a Ia que inspiran los poentas, Es
por ello que el lenguaie usada para tránsmifir estas verdades
tíende a facilitar esta postura, qne
pone con mayor facilidad en presencia de la percepción
n'
interna y no de una idea acerca rle Ia
p ercepció n íntern a t,.
Ahora sigue con atención lo que voy a explícarte, ya que ftatn (tcerco.
del paisaje interíor
que puedes enconffal al trabajar con la Fueraa, y
ae tai aíecciones que puedei imprimir a tus
movimientos mentales.
"Por el camlno interno puetles antlar oscurecitlo o lumínoso, Atíende a las dos vías qrte se
abren ante ti
Sl deias que tu ser se lance haciu regiones oscurus, tu cuery)o gana
la batalla y él dontinu,
Entonces, brotardn sensacíones y apariencias de espíritus,
de fuerzas, de recuerdos, por allf se
(sciende más y mds. AItí esttÍn eI odio, la vengaizo, Ia Extrañeza, Ia posesión, pts celos, el
Deseo de Permanecer. Si desciendes mús aún, ti invadirdn
la Frustración, el Rásentimiento y
todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruína y
muefte a Ia humaníd.ad.
En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas, de colores puros y de sonídos no
conocidos.
Queda en libertad interior, con índiferencía hacia el ensueño del paisaje, cr¡n resolución
en el ascenso.
La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas miontañosa.r y las ogttos
de los núl-
colores baian entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas
cristalinas.
36
El Autor se dispone a explicar un procedimiento, pero aclara que la uctitud mental que
corresponde no es precisqmente "técnicd", sino que se nicesitq crena dpertura emocional, cierta
conexión con los regislros internos como la que se puede rener
frente a'trna poesía o (agrego) en
presencia de una bien logtada composición musical. Hay quienes teorizan sobre ntuchas-cosas,
pero tienen gran dificultad para conectal con st$ regislros internos, lal 't¡ez potl" ,uusn de una
educ-ación donde impera la mirada externa; pero esto ios ale¡a del tema... en e,s-te capírulo
se Írota
de facilitar ese tipo de percepción interna. Por ello puede de-cirse que
mds qu, prroirparse por el
signiJicado de lo que aquí se dice, habría que atender ql "clima'| emocioial que aqttí se intetttct
ffansmilir.
En la "Guía del Camino Interno", se lrala en lodo momento de evilar que el practicante
caiga en un estado crepuscular o de bajo nivel de conciencia, Si esto sucede, el-ctrerpo "clomina,'
pues Ia conciencia conectd casi exclusivamente con los sentidos inlernos. En tal ca,so, los dalos
provenienles de lqs lensiones viscerales terminarán siendo estruclurad.os como "sensacione,s
7t
apariencias de espíritus, defuerzas, de recuerdos". Todo conflicto no resuelto queda grabado en ía
memoria, pero también en el cuerpo. Eso constituye el "peso" de nueslra t,idi. pero-sucetle que el
lrabaio con la Fuerza puede actuar conto un "ampttficador" de eslqs tensiones mgnas, que
entonces surgirdn en laforma de emociones negdtivas como el odio, el rencor, elc, y alimenlarán
imógenes correspondientes. Es claro que por allí "se desciende más y más", porque Ia caída en lo
crepuscular en medio de una experiencia con la Fuerza produce una mala gTahación
Ete lientle a
repelirse en el .futuro.
En la práctica uno puede comprobar que la posibitidatl de tener buenas experiencias con la
Fuerza, estd en relación directa con la posibitidad de liberarse de esas tensiones y esas diftcultade.s
de los niveles más baios del psiquismo. Alegóricamente, podríamos decir que no es posible lettantar
un buen edificio si uno no atiende a la Jbrtaleza y a la "salud" de los cimientos. Ílunrrr.r, ,ri unr¡
luvierq la pretensión de acceder a "niveles superiores de conciencia" debería printero "tolal
baiito" y tratar de resolver los problemas más elententales de su propio psiquisnro.
Es posible que, en torno al tema de esÍe capítulo, el Autor haya recibiclo influencia o
inspiración por parte del antíguo "Libro de los Muertos I'ibetanos" (Bardo T'hodol) dancle se
intenta orientar a aquellos que acaban de morir en dirección lumino,sa, con el
fin de evitar una
nueva encarnación. En aquel libro puede leerse:(4)
.."'¡Oh noble hijo! en el momento en que lu cuerpo y Íu espíritu se han,reparaclo, ha,s
conocido el fulgor de la Verdad Pura, sutil, centelleante, brillante, resplantlecienle, gloriosa y
radiantemente impresionante, bajo Ia apariencia de un espejisnro cruzando un paisaje prlnat,eral y
un continuo chotear de vibraciones. No quedes subyugado, aterrorizado ni temeroso. T'odo ello no
es sino irradiación de tu propia y verdadera naturaleza. Aprende a conocerlo. Del cenlro de esla
irradiación saldrá el sonido natural de la Realirlad repercutiéndose simultdneamente arul un
millar de truenos. Ello es el sonido natural de lu verdadero ser. No qttedes uú.¡n¡g¿¡¡¡n,
aterrorizado ni temeroso..., "
... "No seas atrafdo por la empañada claridad gris ahumada del Infierno. Iis el ntal ksrma
acumulado por la cólera yiolenta quien abre esle cemino.... "
37
"No seas atraldo par el empafiado futgor ozul-omarillo del Mundo húmano. Ds la
acumulación de tus inclinaciones y de tu violento egoísmo lo que ha abierto este camino....,,
..."Cree en la blanca luz deslumbradora y brillanle....',
El extensr¡ texto continúa de manera similar, abarcando todas las posible,s tlistraccrcnes que
pueden provocar un desvlo del recto camino t{e ascenso hacia la luz.
Cito aquellos piiwafos pard mostrar las similitudes formales cott Ia "Guía del Cantino
Interuo", pero no debemos olvidar que en el últino csso se trata de una orientación para el
trabaio con la Fuerza. Ambas descripciones tienen en común la tlirección hacia los nitteles
superiores de conciencia, y la advertencia contra la caida en lo crepuscular. parece ,ser que, atin
cuaydg se halla logrado experimentar el pasaje de la Fuerza, el ntnntenimiento cle ese
fenómeno
estd directamenle relacionado con Ia posibilidad de conservar Ia conciencia "clara y serena".
Por otra parte, la "Guía del Camino Inlerno" describe el (sierupre) ttarinrJo pai,snic que uno
$e aucuentro al raallzar la expericncia nrcnciottudu, No es tlificil comprender u, que este
paisaie coincide formalmente con las descripciones del Bardo Thodol: en el mi,smo ",J,r,r,
texto tibetano
se explica que las visiones que puede ver el "espíritu desencarnado" no son sino emanaciones fle
su propia naluralezq que ellcts llaman "pcnsamienlo-forma" )) qua nosolros potlrlunns en
principio denominar "intdgenes". Tales imágenes (tanto yisuales como sonoras) surgen
concomitantemente con el pasaje de Ia energía por los distinlo,t centros nen¡ir¡lsr¡,c;. La ener¡¡ía (cle
naluraleza eléclrica) acliva un cenlro nervioso habitualmente tlestinado a recibir impulso,s cle lo,¡
sentidos, y esta señal es interpretada por el cerebro como si proviniese realmenle d.e un senticlo.
Como en realidad no se lrola da dalr¡ls de Ia perccpcir5n, ¡nteclen e.ft:ctittamenle iclenli/icarsc conlo
olgo "nunca visto" o "nunca oído". En otros cctsos, el sujelo creerd "reconocer" una tleterminacla
imagen, pero ese "reconocimiento" puede ser ya unJbnómeno purdnrcnte subjetito dependienre de
la cultura y la biografía particular de cada uno. Todo esto se apl.ica tanto s lo que puede ocurrir
en una experiencia con la Fuerza, como q lo que puede ocurrir en unq experiencia de "casi
muerte", o en una experiencia de muerte "completd" como en el caso del Bardo Thodol.
Saltanda de plano, creo que "La Guía del Camino Interno" adnil.e al meno,s olra
interpretación alternativa, conserttando su validez descriptiva y orientadora. Tol interprelaciótr
surge si se considera al llamado "Camino Interno" no como algo que sucerJe en una experiettcia
en particular, sino como una forma de designar al proceso evolulivo de una persona a lo largo de
los años, o de toda la vida.,.
Con respecto al tema de la "Ciudad Escondida", es claro que desde el punto de visla
alegórico se lrata de un "continente" que guarda numerosos objetos con atributrss no lotslmente
deJinidos, Denlro de ella el tiempo pqrece tener otro sentido, por ejernplo. ¿;Dónde estard
escondida esta Ciudad?¿En nuestro inleriorT El acceso a ese dmbito parece estar relacionado con
una suerte de "trqnsmutación" personal que involucrarta un cambio en la forma de percibir la
realidad. En nueslro estado habitual, por el contario, lo que es lranspdrenle resulta opaco. La
Ciudad Escondida representa enlonces la posibilidad de acceder a esa "olra" realidad, en la que
estamos inmersos pero que normalmente no percibintos. Lo irnportanle es "conocer la entada",
pero aún cuando ese no fuera nueslro caso, la experiencia con la Fuerza nos permite una
aproximación, un asomofug* de lo que podría ser el acceso a otro nivel.
Hace 1.600 años, San Agustín empleó unq metdfora sintilar en su libro "La Ciudad de
Dios"(S). Una ciudad que se encontraba de algún modo entremezclada (¿.disimulada?) con ta
ciudad terrend, pero cuyos habitantes y demás caraclerísticas eran completamenle diferentes enlre
sí. Es interesante mencionar que Agustín pasó a la historia caracterizado por su apelación a
buscar en el interior humano la huells de Dios y de las verdades eternas. Suya es la mdxinta que
aconseja: "No salgas fuera de ti, enfra en li mismo; en el hombre interior habito Ia ¡,ertlad".(6)
38
escritoiio en la ciudad de Carqcas un cuadro que mostroba parte de un bosque de pinos, de
naturaleza fresca y vital. Un rayo de luz solar atravesaba el bosque, y terminabq pegando en el
observador. Debaio de esta imagen había yo escrilo en grandes letras blanca,s: "absórbela como si
fuera un líquido o un viento, porque en ella, ciertamente, estd la yida,,.
J')
XV. LA EXPERIENCIA DE PAZY EL PASAJE DE LA F'UERZA
5. Si, en cambio, has ido más lejos, comenzarás a experimentar el pasaje. Desde tus
manos y otras zonas del cuerpo te llegará un tono de sensación diferente al habitual. Luego,
percibirás ondulaciones progresivas y al poco tiempo brotarán con r-igor imágenes y
emociones. Deja entonces que se produzca el pasaje...
7. Cuando lo desees, puedes ferminar con ese singular estado (si es que antes no fue
diluyéndose por el simple transcurrir), imaginando o sintiendo que la esfora se contrae y luego
sale de ti del modo en que había llegado al comenzar con fodo aquello.
8. Interesa comprender que numerosos estados alterados de conciencia han sido y son
logrados, casi siempre, poniendo en marcha mecanismos similares a los descriptos. Desde
luego que revestidos de extraños rituales o a veces reforzados por prácticas de agotamiento,
desenfreno motriz, repeüción y posfuras que, en todos los casosr alteran la respiracién y
distorsionan la sensación general del intracuerpo. Debes reconocer en ese campo a la hipnosis,
la mediumnidad y también la acción dc drogas que, actuando por otra vía, produce similares
alteraciones. Y, por cierto, todos los casos mencionados tienen por signo el no control y el
desconocimiento de lo que ocurre. Desconfía de tales manifestaciones y considéralas como
simples "trances", por los que han pasado los ignorantes, los experimentadores y aún los
'úsantost' según cuentan las leyendas.
40
Aquí se explica el procedintiento para tomar contacto con Ia Fuerza, que comienza
imaginando una esfera lransparente y luminosa que desciende desde lo alto. Aunque el texto no lo
indica en detalle, es habitual que la esfera se haga descender hasta lomar conlaclo con la tienle, y
a través de ella intoducirse en la cabeza, pard luego descender por el interior hasta llegar al
cenlro del pecho.
A partir de ese punto el texto afirma que uno "reconocerd" que la esJera deia de presentarse
como imagen pald convertirse en una sensación en el centro del pecho. Esto efectitamente les
sucede normalmente a aquellos que tienen ya cierta familisridad. con este trabaio. Pero traldndose
de principiantes podría suceder que no perciban sensación alguna. En tales casoE unq sugerencia
que puede resultar útil es la de "imaginar la sensación de la esfera en el centro del pecho". As[
como pueden evocarse las percepciones visuales o auditivas, se puede evocqr una sensación, que
se conoce entonces como "imdgen cenestésica".
(Jna vez que se logra percibir o imaginar la correspondienle sensación, hay que producir la
expansión de ia mismá hasta los límites del cuerpo. En este momenlo se suele producir
elpontáneamente una asociación enlre la expansión de la esfera y la expansión de los pnltnortes,
con ta consiguiente inhalación. De esta ntanerd, la expansión de la esfera tiende a ser disconlintta,
deteniéndose brevemente durante la exhalación del aire, )' acelerándose durante la inhalctción'
Pero la atención de uno debe estar puesla exclrtsivamente en Ia expan,sión de la e'sfera, y no en Ia
respiración.
Si se detiene Io exponsión en los líntites del cuerpo se produce una experiencia de relax
profundo que cowesponde o la conexión con la tolalidad de las sensqciones corporales. A eslo se
le llama "experiencia de paz".
Como se explica alfinal del capítulo, puede suceder que uno llete (qparenlemente) a cabo
los pasos descriptos, y no obstante, no logre el pasaie' En general eslo tiene que tter (:otl
difiáulndes de rála¡aclón y concentración, lo que puede deberse a folta de entrenamienlo en estas
,áror, o bien a estados de alteración, tensión y conlradicción emocional. En e,ste tiltimo caso lal
vez eonvenga dedicarse previamente a olro tipo de frabajo interno (como relax, auloconocimiento'
resolución"de conflictos, etc.) hasta logyar un estado de mayor serenidad emocional y menlal.
4t
XVI. PROYECCION DE LA F'UERZA
Las representaciones ceneslésicas pueden efectivamente antpliarse ntás allá de los límiles del
cuerpo, y esto bastaría en principio para explicar las sensaciones de "proyección" de la energía.
No obstante, las explicaciones psicológicas, aun cuando fuesen suficientes, no inttalidan Ia posible
existencia de fenómenos de otro nivel. Como ya dije anleriormente, queda flotando la hipótesis de
una verdadera proyección energética acompañando a Ia imagen ceneslésica correspondienle...
Veamos un ejemplo: ci.erta sefiora es "devota" de "San NN". Leyó sobre la vitia de este
"sdnto", lo admira, y se siente especialmenle "conectdda" con é1. Ella supone ademds que él se
encuenlra actualmente "en el cielo", donde - según su creencia - habita el "podet real" qtte muerte
todas las cosas de este mundo. Cada vez que algo le sale bien, cada vez que tiene una alegría, esta
señora agradece a "San NN". Cuando las cosas salen mol, cuando algo la preocupa o la
atemoriza, ella evoca Ia imagen del "sento", y se siente reconfortada...
" Aquí se ve como una imagen se puede "cargar" (es decir, asociar) con estados positivos, y
como puede "devolver" esa cqrga durunte los estados negalivos, mejorando el eslado emocional.
- 42
EI tema del "aura" que rodea a los famosos es interesante. La gente común tlesea tener algo
de "eso". Recientemente contaban Ia hisloria de un tlo m{o que supuestamente conoció a
Gardel.
El "conocimiento" consistió en lo siguiente: ni tío lo vio, loialudó, y Garclet le pttso una mctno et1
el hombro mientras
le (9ía: ¡chau, pibe!". Eso fue todo. Sin embirgo, la breie historia se sigue
"
contando en la familia. (Ina inf;nitesimal hebra cte la
fama de Garclel le habfa clerrantado ,sobre mi
anónimo tío...
Un lercer eiemplo por el estilo: a veces sube al poder un Presidente despreciahle dest{e. utt
punlo de vista ético y/o nnral. Hc nota¿lo en esds ocasiones que gentes que lo atlttersaban
Jieramente durqnte la campaña electoral, suelen decir en esas ocasiones cosas cotl,to: "halt que
reconocer que el tipo es hábil para conseguir Io que quiere", mal disimtlanclo ciertu
aclntiroi¡ri,
por el "lriunfo" obtenido. A pesar de todo ,re lo admira por haber logrado "esr)', que to,:;i
Rtdr¡¡;
quieren,
El prestigio.es uno de principales valores de esla sociedad. Eslá asociafl.o al ¿inero, pero
los
su "importancia" no deriva exclusivamente del rJinero. El prestigio tiene un talor propio. A iece,c
se observan individuos que aparentemente desprecian ui a¡nuo, pero que son busca¿ores
de
prestigio. Parece que el prestigio se encuenlrd asociado a una imagin de iascendencia
social: las
grandes figuras de Ia historia, en cualquier campo que se consiiere, tienen
la particulori¿ad de
haber trascendido el corto alcance de sus vidas, pari entrar en la memoria de la especie.
I.evanlar
la cabeza por sobre el mar de la masa anónima, y convertirse en "alguien": tál parece ser la
promesa del prestigict.
Es claro que lo anlerior nada dice ecercd de los valores humanos rle aquel que ha alcanzatlr¡
tal prestigio: tanto Gandhi como Hitler han alcanzado un nivel de "trascettdencitt',
sintilar. por
otla pqrle, si de compensar Ia finitud de la vida personal se trala, este tipo de lrascendencia
es sólo
unsuceddneo de la.aspiraciónreal, que serlalavida eterna. EI inrlitiduo enrealídadse
muere, y
lo que queda de él es sólo el recuerdo en los otos. Recuerdo que a su rez e,slá lintilado en el
tiempo...
Pero el drama-consilte gn que quien busca el prestigio, no .se mira a sí mismo, stno que se ve
a trattés de Ia mirada de los demds. Quien as[ se mira, le vuelve "inconsciente" de sí misnto.
El
drama no consiste en ser "vacío por dentro"; es peor: es que no halt nadie ailí
adentro capaz dc
yer.
¿Qué es el prestigio enlonces?: no mús que aquello que lo,s rlemás "creen" sobre tlto. Sitt
embargo, este vqlor ilusorio es iunb con el dlnero,- uno Ai Us pilares de la sociedad jerdrquica
aclual' Elferoz condicionamienlo del cual somosvíctimas quienes nacimos en esla ,'ntslriz,,,
¡o,s
impulsa o buscarlo sin mayores cuestionamientos, cott o un medio para ascendct, Ios pel¿aíio,s
cle la
ierarqula social, y-"acercarnos al poder a toda costa". Es clara la clen¡ncia ), lo plrolesfa de Silo
sobre este estado de cosas.,.
44
XVII. PERDIDA Y REPRESION DE LA F'UERZA
I"a motricidad y el sexo son las v[as de descarga de lensiótn por exceleucia. producen qt1
"drenaie" general del ex-ceso de energía acumulqio en el resto del circuilo,
facilirando el
funcionamienlo posterior de los otros cenlros de respuesla, como el emotitto y el inteíecntal, Esk¡ e,r
fdcilmente verificable en la experiencia cotidiana.
Con respecto al sexo en particular sucede que tal1)ez por su relaciótt con la reprotltcción
-
de la especie -* ha sido obieto de regulaciones y represiones a-lo largo de toda la
historia hnmana,
convirtiéndose en un medio de dorninación y control, especiaÍnrcnle en esfo ',Cittilizacién
Occidental y Cristiana". Que los súbditos británicos tuvieran que tener permiso del
Rey para poder
tener relaciones sexuales con sus esposas, es una increíble muestra de esta aberración, prró
tu¡o,
est! dy alcanzar el poder destructivo y contaminante que la lglesia Católica logró eiercer
sobre la
vidn de cientos de millones de personas al inocularles el yeneio tle la repres¡ón*sexual.
45
Por Ia influencia determinanle que el sexo tiene
sobre Ia economía energétic,a de rr¡dr¡ el
organismo' sus disfunciones alteran el
func.io.ro-m¡rnii-ginural del sistema. obviantente, la
represión del sexo tiende a eiercer un efectg inhibidor
que p"errurba sufuncionantie,ro nonnal. por
eso' reprimir el sexo es condenar al individuo
o u, o*ptio'abainico de perturltaciones psicológicas,
que se expresan luego en el medio social.
46
XVIN. ACCION Y RT,ACCION DE LA F'UERZA
,Poco y noda queda por decir sobre esle punto, dado que el capttulo conslilly)e en s[ ¡¡ist¡to
una explicación. EI mecanismo que aquf se describe tiene que ver en esencia cr¡n la e:;¡ucturalidacl
de Ia conciencia, que permire asociar imdgenes con conteniclos emocionales.
Aprovecho entonces para mostrar otro dmbito donde se pone de manifieslo el ntistm¡
mecanismo, pero ulilizado ahora con intenciones exactantenle opueslas a la liberación rlel ,ger
humano. Me refiero a Ia publicidad y la propaganda.
La flecha o tílde que acompaña a esta marcd está cargada con lodo ese. cott.iunlrt fle
s81úcados, y representa por Io lanto nadq menos que el sentido de Ia t,ida para istos jót)enes.
Ellos han sido tan convenientemente domesticados que hardn cualquiercoia po, obtener tos I20 o
150 dólares que cuestan esas zapatillas tan especiales, cdpcrces de abrirles ui camino alfuturo...
As[ operan las multinacionales: en un lugar engañan, en el otro explolan. L]l común
denominador que define su conducta es Ia cosiJicación del ser humano: la reclucción del sey
humano al papel de consumidor (esforzado) o productor (barato) de bienes y,sertticios.
47
XIx. LOS ESTADOS INTERNOS
Debes adquirir ahora suJiciente percepción de los estados
internos en los qtte te puedes
encontrar a lo largo de tu víds y, partícularm.ente, a lo largo de
tu trabajo evoluiivo, Ni tengo
otra manera de hacer Ia descripción, que con imdgenes (enósu caso,
alegorlos). Estns, según nte
parece, tíenen por virtud concentrdr
"visualmenti'", estüdos de dnimo cimplejtrc, por otra purte,
la singularidad de encadenar tales estados como si
proceso' ínttoduce una variante en las descrípciones,
fuerun distíntos momentos ¿e un mismo
siempre Jragmentadas, d que ttos han
acostumbrudo aqaellos que se ocupan de estas cosos.
Podría incluso relacionarse e,ste estado con la situaciótn del ser humano
en rJos momenlr¡s
extremos de su pasaie por el mundo: qntes de su nacimiento y antes de su ntuerle. Aunque e,tto tjo
puede generalizarse, normalmente la condición de los ,orito, y
de los ancianos en sus últimas
48
etapas de vida suele coincidir en cuando a la desconexión casi total con el mundo. Ambos, el
anciano y el nonato, viven encerrados cada uno en su mundo interno, conslitttido el prinrcro por
recuerdos y divagaciones, y el segundo por estímulos internos y exlernos que no logran sin
embargo tt, rr"onoridos en forma diferenciada, dada la ausencia (provisoria) cle e.se eEripo de
reconocimiento que denominamos "conciencia". Sin du¿la estos caso,, mencionados c'aben en la
definición de " v italidad.difus a ".
Desde el punto de vista de la evolución, esle estado corresponde al suefio profundo. Hemos
cafdo en él mds de una vez, dejando el tiempo pasqr... como en esds tardes de domingo y telet'isión,
verdaderos ejemplos del mds dpldstdnte sin-sentido.
Cuando uno percibe su vida como un círatlo cerrado de siluaciones que 'se repilen' e
imogina un cambio, una salida de esa siluación, comienza a abrirse una puerta quc conecla r:on el
exterior.
Parece ser que la muerte no es lo peor que nos puede pasar en la vida. Exislen segufdmenle
cosas peores, que de todos modos luego son seguidas por la muerte.,.tne reJiero por eiemplo a la
violeniia interia, a Ia contradicción proJunda, a la enajenación ntental, al sin'senticlo de la t'ida.
El problema no estd en el hecho de la muerte; el problerna puede exislir, ,según en qué e,staclo urttt
se encuenffe, en el momento de morir.
En numerosos planteos de tipo mlstico se afirma la necesiclad de "nacer ¿le mtero", ¡tttt'u ltt
cual es necesario "morir" para la vida previa. Esta figura alegoriza un eslado intento ntu¡t
particular,
-liberdndose
en el cual la persona estd dispuesta a iniciar una vida nuetta, deiando atrds,
de toda atadura y toda ligazón con la vida anterior, Esla actilud irtplica un cambio de
valores: representa el abandono de todo lo que se considerabqvalioso anleriormenle.
En el camino del despertar, esle es un estado intermedio, asintilable sin duda al senti-sueño:
se vislumbra un cambio de estado, pero aún se conserva gran parte de la oscuridad del estado
anlerior.
49
EI camino de la muerle es en esle caso un camino de baiada, de regresión sl estado anlerior.
EI término "refugio" con que se designa a este eslado hace referencia a la percepciótt ilusoria que
puede tener el individuo en esta situación: para el individuo la regresión puede ser tisl.a como un
refugio ante la amenaza de lo desconocido.
En este estodo se reconocen las fuerzas de las costumbres y las Íendencias osenladas por la
repetición. En este estado se aprecia que no basta con querer cdmbiar: es necesario tener la fterza
necesaria para abrir un espacio nuevo, y reorganizar las prioridnde,s de la vida.
Sólo cuando se acumula suficiente fuerza como para "rompel con Ia vida pasatla" es
posible cntzar la morada de la regresión sin coer nuevamente erx Ia vitalidad difusa.
4. Ahora bien, te dije que había ofro sendero para escapar de la vitalidnd abismal' ése
era el de la mutación. Si cliges esn vía cs porque quiercs emergcr de tu pcnoso estndo, ¡let'o
sin esúar dispuesto a abandonrr algunos de sus aparentes beneficios. l)s pues un falso cantino,
conocido como de la "mano torcida". Muchos monsfruos han salido de las profundidades de
ese tortuoso pasadizo. Ellos han querido tomar los cielos por asalto sin nbantlonar los
infiernos Vr por lo tanto, han proyectndo en el mundo medio infinita contradicción.
Como se ye, un "mutante" es un ser desarrollado (adulto) que proviene de una ntulaciótt
genética. En las obras de ficción que se refieren al mundt¡ po,sterior d und catdstrofe nucleat
proliferan en gran número los mulantes, ca,ri siempre seres monstruosos que se acultan en las
sombras, y que son siempre rechazados por los "normdles".
(Jn mulante es, generalmente, un ser con malform.aciones. Puede lener caracler[slica's
propias de los seres desatollados, pero presentr aspeclos indeseables. El "Diablo" es un nlutanle
desde esta perspectiva: es originalmente un "Angel" pero está resentido con el "Creador". A
partir de su rupturo con el Creador el Diablo se dedica a sabotear los esfuerzos dit,ittos por
impulsar la evolución del hombre: trata constdnÍemente de.fortalecer los aspecÍo.s mds negatit'os
del ser humano. Todo esto denlro de cierla corriente de pensamienlo, naturalmenle.
En términos generales, toma el camino de la mutación Íodo aquel que, habiendo decidido
tomar un sendero evolutivo, intenta "hacer llatnpa" o "tomar un dtajo" para sortedr aspeclo's
dilíciles o consemar aparentes beneficios. Es claro que quien se comporla de ese modo no ha
transitado verdaderamente por el "camino de Ia muerte", /d que consena los valores de su etapa
anterior. Sólo un verdadero "arrepentimienlo", es decir una verdadera renuncia a las apelencias
anleriores, puede posibilitar el ascenso.
50
La "conservación" conesponde q un estado en el cual uno no quiere coruer rie,sgos. No se
efectúan acciones o desplazamientos por temor a que algo salga rnal. Si tal actitud. persisle, se cae
nuevamenle en la vitalidad difusa. El intento irnplico un riesgo: el de
fracasar. La.falta de intentos,
cualesquiera qüe sedn las justificociones del caso, llevan necesariamente al descetiso.
Tal capacidad de regeneración inlerna puede obtenerse por medio del T'rabaio Interno y la
reconsideración de los objetivos de más largo alcance.
Puede también existir un tipo de acción no molit¡ada por el compromiso con los ob.ietivo,s
inmediatos. En tal caso, la frustración puede ser eludida, y no existe sufrimienro internct. Si tal co,ra
sucede, será porque las imdgenes que orientaron la/ acción están relacionada,s con ohielittos ele
mdyor alcance, sucediendo que el individuo, en lales condiciones, no piercle nunca el ntarco rJe
referencia mdyor. No parece por lo tanto que ese tipo de siluación corcesponda a es/e esl.ado
evolutivo, sino a etdpas más avanzqdas del proceso.
6. De fracaso en fracaso puedes llegar al próximo descnnso, que se llama "morada del
desvíott. Cuidado con las dos vias que tienes ahora por delante: o tomas el camino de la
resolución' que te lleva a la generacióno o tomas el del resentimienton que te hace descentler
nuevamente hacia la regresión. Allí estás plantado frente al dilema: o te decides por el
laberinto de la vidn consciente (y lo haces con resolución) o regresas resenfido a tu vitla
anterior, Son numerosos los que, no habientlo logrado superarse, cortan ahí sus posibitidatles.
He aqu[ un segundo riesgo en el cqmino del ascenso: la aparición del resentintiento. 'l'al
fantasma, muy real por cierto, implica una especie de "quiebre" interno, con pérdida de esperanza
y de fe en las posibilidades propias y de las demds.
El resentimiento puede surgir si no se produce ertcazmente ese proceso Ete hemos llamado
de "regeneración interna" como manerd de sanar las heridas de Ia frustración. Será enlonces, casi
seguro, por falta de Trabajo Intemo. Seró, casi seguramenle, por actuar en el nundo
alienadamente, olvidando poy mucho tiempo el contacto con la profunda motivación que fue el
origen del ascenso.
EI resentimienlo no sólo puede provocar un desvío (y de ahí el nombre cle e.sta morada), sino
que en\)enena el interior de aquel que lo padece. A veces se produce el desvío pero se disJiazan los
verdaderas cdusas que lo motivan. Se dice enlonces que se trata de una fuerza tnayor, que se lrdta
de un aleiamiento transitorio, etc. eÍc. Al pasar los meses surge con claridud la causa que
impulsara el dest,ío: el vieio resenlimienlo, que ahora se expresa con c:laridad, cott tocla lu./iterzu
contaminante de siempre. Todas las cosas y todas las personas que estuvieron de algún modo
relacionadas con el "camino del ascenso" se verán progresivamente tocadas por el resenlimienlo,
que se expande en el interior del individuo como una mancha venenosd. A.fortunadamenle, el
proceso es reversible.
5l
Si logras evitar o revertir el resentimiento, y lomas el camino de Ia resolución, llegard,s al
estado de la generación, cuyo nombre sugiere la capacidad para crear ámbitos,
forntas y proyecto,s
que conduzcan en dirección ascendenle.
En Ia generación habita la fuerza de las emociones, capoz de dofar tle energía a lo,s
imdgenes trazadoras de la acción a
futuro. La fuerza de ta fe pie,te ser puestq al serticio de la
meior causct: la evolucióti del ser huntano, pero en todos los cásos hay qite et,itur cl ltlor¡ttc¡
dttl
inteleclo (a razón), para no caer en elJitnatismo, que consliluye sin duda un cantino de
coícla.
7. Pero fu, que has ascendido con resolución, te encuentras ahora en la posada conocida
como "generacióntt. Allí tienes tres puertas¡ una se llama ,,Caídaot, otra ,,Intentott y
la tercera
"Degradacién". La Caída te lleva directamente a las profuntlidades, y solo un accidente
externo podría empujarte hacia ella. Es difícil que elijas esa puerta. Mientras que aquella
de
la Degradacién te lleva indirectamente a los abismos, tlesnndnndo cnminrr, *n i,u¡ suerfe tlc
espiral turbulentren el que reconsideras de continuo todo lo perdido y todo lo sacrificatlo en
el altar de un dios ignoto; este examen de conciencia que lleva a la Degradación es, por cierto,
un falso examen en el que subestimas y desproporcionas algunas cáso* qoe comparas. Tír
cotejas el esfuerzo del ascenso con aquellos "beneficios" que has abandonndo. Pero, si miras
las cosas más de cerca' verás que no has abandonado nada por este mofivo sino por otr.os. La
Degradnción comienza pues, falseando los motivos que, al parecer, fueron ajenós al ascenso,
Yo pregunto ahora: ¿Qué traiciona a la mente?¿Acaso los falsos motivos de un entusiasmo
inicial?¿Acaso la dilicultad de la empresa?¿Acaso el falso recuerdo de sacrificios que no
existieron, o quc fueron impulsados por ofros motivos? Yo te digo y te pregunto ahora: tu
casa se incendié hace tiempo. Por ello decidiste el ascenso,
¿o ahora piensas que por ascender
aquella se incendió?¿Acaso has mirado un poco Io que sucedié a otras iasas ¡le los
alrededores?... No cabe duda que debes elegir la puerta media.
Si has evilado el resentimienlo, queda aún un tercer fantosma por derrolar, en esm epopeya
del ascenso: el fantasma de la degradación. Si en la cadena de intentos y
frustraciones surge la
degtadación de la enseñanza que hasla ahr¡ra hahtas seguido, necesariantentc pianles la
!'e,'"y en
cambio adquieres una especie de 'fb negaliva". Si anles creías que cierlas'personas querlan
ayudarte, ahora crees que esas misntas pelsonas "siempre quisieron usarte". Esa malafe ionduce
directamente al resentimiento, y por ahí continúa la caída.
Con respecto al cote¡o que aquí se menciona, enlre esfuerzo y beneficio, digamos que qurcn
asl procede ha incorporado la perspectiva usual del sistema, donde todo se midi por ganancia o
pérdida, en un aclo especulativo que nada tiene que vet" con Ia evolución del hombre. Conozco a
alguien, hiio de "buena familia", que estaba predestinado (de acuerdo a los planes d.e esta
.familia)
a ser abogado, o algo as[. Al llegar a la adolescencia algo se quebró en ese proyeao, y nuesfto
amigo se hundió en el mundo de las drogas. Desde ese estado de caos interno abrazó la esperanza
de la evolución del hombre, y orientó su vida en ese nuevo sentido t{urante varios años.
Lomentablemente, habiendo alcanzado la adultez, algo volvió a quebrarse en slt inlerior, y
comenzó a reclamar q sus compañeros y orientadores en el nuevo sendero por el
f"acaso rJe los
planes originales de su vida, es decir, ¡la carrera de abogacía! Como ,, ,á, uro renrrcrprela sr.t
pasado de acuerdo a los intereses del momenlo actual. Es claro que la "cesa" de este anügo se
había quemado hacía ya tiempo, como dice silo en el texto que nos ocupa...
52
Es inleresante el desatollo de una miroda comprensiva y tolerante, cuando de observur
conductas se trata. Todos estamos en proceso, unos tal vez mas ad.elante, otros lal vez un poco mas
alrós, pero todos ftopezando con los obstáculos y las dificultades del aprendizaje. Incluso los ntás
grandes "maestros" cometen errores, pero eso no debería conducir a la degradaciótt de sn
enseñanza. Todos estamos en proceso: Io importanle es orientarlo en sentido ascendenle.
8. Sube por Ia escalinata del intento y llegards a unü citpula incstable. Desde all[ ,
despldzatepor un pasillo estrecho y sinuoso que conocerds como la "volubilidad" , hasta llegur a
un espacío amplío y vacío (como una plataforma) , que lleva por nontbre: "espacia-abíerto-de-la-
energíat'.
Desde la generación se han puesto en prdclica diversos proyec:los, con el resulladr¡ de que
algunos conducen en Ia dirección querida, y otros no. Iisto produce ineslabilidad en el
desplazamiento, y volubilidad en el senlido de cambio de formas. Si lo vemos desdc el punÍo rle
visla de los niveles de conciencia, el nivel corresponde a la vigilia con ensueños, donde la
conciencia de sl aparece sólo esporcidicamente,
9. En ese espacía puedes espantarte por el paisaje desierto e inmensa y por el aterrador
sílencio de esa noche transJigurada por enormes estrellas lnmóviles.
Alll, exactamente sobre tu cabeza, Verds clavada en el firmamento la insinuante fttrma de
la Luna Negru,
AIIí debes espemr la alborada, paciente y con fe, pues nadu malo puede ocurrir si te
manüenes calmo,
Supongo que "ld soledad de esa noche en el desierlo" sltrge cttttrc rest.tllcttlo ¿le la
necesidad de perseverar en el inlento, a pesar dc que los resultados no estén a la t'ista. lis mta
situación similar a la del marino que lleva días navegando a tientas, y desespera por encontrar
tierra.
La figuro de la luna negrd representa seguramente a un factor que influye, pero que no se
ve, como sucede con la luna nueva en el mundo cotidiano.
Debemos permanecer en este estado lodo el tiempo que sea necesario, reiterand.o alguttos
pr o c e dimi ent o s, ac umul ando fu e rza y exp e r i e nc i a.
|L.Podríq suceder en tal situación que quisieras arreglar una salida inmedíata de ullí. Sí
tal ocurre, podr[as a tientas encaminarte a cualquier lugar con tal de no esperur el día
prudentemente
-genérícamente
Debes recordar que todo movimiento alll (en la oscutidad) es falso y
es llamada "improvisación". Si, olviddndote de Io quc ahoro menciono,
contenz,aros a improvísar movimienkx, ten Ia certeza de que serlas arrnstrado por un torltellíno
entre senderos y moradas hasta elfondo mds oscuro de la disolución.
53
Este es el mornento de la perseverancia en Ia acumulación de estados energéticos.
11, ¡Que diflcit resulta comprender que los estados internos están encadentdos unos o
otros! Si víeras que lógíca ínflexible tiene la concíencía, advertírlas que en Ia situación descrlpta,
quien improvisa a ciegas fatalmente comienzo a degradar ! a degradarse; surgen después en él
los sentimientos de .frustración y va cayendo luego en el resentimiento y en la muerte,
sobreviniendo el olviclo de todo lo que algún dta alcanzó a percibir.
12. Sí en Ia explonada logrus alcanzar el día, surgird lnte tus ojos cl rndionlc sol quc ho
de alumbrarté por vez primera la realidad, Entonces verds que en todo lo existente vive un Plan.
Poco es lo que puedo decir sobre este estado, salvo que lo he buscado t:rut insislr.ttt'io, sr¡bre
lodo cuando se haccn pdtcnlas los llmiles dc mi conciencia para comprendet' lo que en reulidad
sucede. A veces siento la necesidad de salir, de elevarme sobre el n.ivel de las percepcione,s
corrientes, como quien saca lq cabeza de un eslanque de agua turbis que le intpide ver con
claridad.
Hemos tenido no obstante algunos atisbos de estados de conciencia bien dislitrtos a lo,t
habituales, siempre relacionados con una emoti,titlad particular, como ya dije al referirme al
éxtasis y el arrebato. Y en ocasiones he experimentado también un sentimiento de que hay cierta
unidad en todo lo que existe. Solo breves atisbos, de los que poco se puede decir...
En cambio, podemos decir algo sobre lo que en "La Mirqda Interna" se dice acerca de ese
estado. La frase "en todo Io que existe vive un Plan" es un ejentplo de lo muclto que se puede decir
con pocas palabras. Escarbemos un poco en el contenido de esta.ft'ase...
Plan signifca propósito, proyecto orientado hacia el futuro. Si en todo lo que exisle hay un
PIan, todo está entonces ordenado en esa dirección. Todo existe con un propósito. Totlo tiene
entonces un sentido.
Pero Silo no dice que en todo Io que existe "hdy" un Plan, sino que en todo lo que exisle
"vive" un Plon. Creo que la palabra "vive" aplicada a un objeto cualquiera define a ese objeto
como un ser vivo. Y una característica esencial de los seres vivos -que los diferencia ldjantemente
de los seres inanimados- es que tienen conciencia de sl mismos. Esa conciencia podrd lener niveles
muy diferentes enffe unas y otras especies, desde las amebas a los seres humanos ftablando de lo
conocido), pero si decimos que algo "t,ive", decimos casi seguramenfe que es conciente de sf
mismo.
Entonces, aquí se estd diciendo que el (Jniverso esfd vivo, es conciente tle Sí ntisnto, y tiene
un propósito y un sentido. ¿A qué otro objeto conocido se parece esto?
Si,Si/o hubiera escrito "Dios exisle yestd en todas parles, y todo tiene un senlido",
segurdmente despertaría resonancios bien distintas de las que despierta su "en lodo lo que existe
vive un PIan", pero (arriesgo) el contenido eidético de la sentencia no sería rnuy di,vlinto.
De todas maneras, poco valor tiene la especulación inleleclual sobre este punto. Intet'esanle
sería en cambio poder "sacar la cabezo del agua" y contemplar la realidad de ut modo nuevo.
13. Es dílícíl que caigas desde allí, salvo que voluntariamente quieras descender hacít
regíones mds oscuras, parut llevar la luz a las tinieblas.
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Aqul aparece una Jigura que podr[a interpretarse en un sentido social como el proprisito de
alguien que desciende desde "lo alto" para ayudar a la humanidad en sentido evolulivo, como ha
sido el papel de los mesías, redenlores, elc., en la historia.
También cabe otra inlerpretación: uno podría descender hacia regione,s oscxtlas de su
propio psiquismo, con el fin de resolver cuestiones pendientes (del pasodo), que no han sido
debidamente integradas al conjunto de la experiencia vital. Es ots manera de llevar Iuz a las
tinieblqs...
No es valiosa desarrollar mds estos temes, porque sín expeñencia engañon, traslodando al
campo de lo imaginarlo lo realizable
Que sirva lo dicho hasta aqu[, Sí lo explícado no tefuera útil, qué pudrías objetaÍ, yd que
nada tlenefundamento y razón para el esceptícismo, próximo o la imtgen dc un cspejo, ol sonído
de un eco, a Iu sttntbra dc una soniltra.
El escepticismo es una postura nrcntal que pretende ale.iarse tle tocla creettcia, con el .fin dc
preservar la "objetividad". Sin embargo, como muchas veces el intelecto carece cle datos
suficienles para anibar a una conclusión vdlida (por ej. sobre temas como los que aquí se tralan),
en realidad el escepticismo funciona como una creencia negativa. Se afirma que algo nr¡ existe sin
poder demosfrar Ia no-exlstencia. No es cualitativamente distinto a aJirmar qrrc algo exisle, ,sit't
poder demoslrar su exislencia.
En cambio, se podrlan analizar ambas creencias desde el punto de ttist(t de su ulilidad para
Ia vida. ¿Qué serd mejor: creer que existe un sentido, y la posibilidad humana de llegar a
descubrirlo un dla, o creer que no existe sentido alguno, y que nuestrd vid.a es absurda y sin
futuro? Las consecuencias inmediatas de ambas posturas son evidenlemente dislinlas...
He comprendido que el hombre construye su futuro según Io que cree acercd rle él:. Prelierrt
por lo tanto creer en el ser humano y en su posibilidad de crecimiento y transformación. Prefiero
creer que exisle un plan en el Universo en el que Ia humanidad tiene un lugar. Creo que eslo se
viene evidenciando en toda la historia de la vida en el planetd, y que seguramenle debe eslar
ocurriendo en otros planetas lambién.
Creo ademds que trabajar por la evolución del hombre es ponerse en resotlancia con esc
plan universal.
Creo todo esto, y d pesar de que exislen muchos datos que dpoyan eslas creencias, tantbién
pueden encontrarse datos en contra, de modo que es algo que no se puede "deftnstrar". Pero creer
esto me sirve, Funcionct para mf, como decía cierlo personaje.,.
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XX. LA REALIDAD INTERIOR
2. Tampoco debós creer que los "lugaresn' por donde pasas en tu andar fengan algún
tipo de existencia independiente. Semejante confusión hizo oscurecer profundas enseñanzas y
asír hasta hoy, algunos creen que cielos, infiernos, ángeles, demonios, monstruos, castillos
encantadosr ciudades remotas y demás, tienen realidad visible para los "iluminados". El
mismo prejuicio (pero con interpretación inversa) ha hecho presa de escépticos sin sabiduría,
que tomaron esas cosas por simples ilusiones o alucinaciones padecidas por mentes
afiebradas.
3. Tengo-que repetir, entonces, que en todo esto debes comprender que se trata de
verdaderos estados mentales, aunque simbolizados con objetos sin existencia independiente.
4. Toma en cuenta lo dicho y nprende a des-cubrir la verdad tras las alegorías, que en
ocasiones desvían a la mente, pero que, en otras, traducen realidades imposibles de captar sin
representación.
Cuando se hqbté de las ciudades de los díoses, adonde quisieron arriltar numerosos héroes
de dístintos pueblos; cuando se habtó de paraísos, en que díoses y hombres convivían en orígínal
naturaleza transftgurada; cuando se habló de caídas y diluvíos, se dijo gran verdad interior.
Luego los redentores trajeron Ia Palabra y llegaron o nosotros en tloble naturaleza, para
le.stdurar aquella nostdlglca unidad perdída. Tamhíén entonces se díjo gran verdad interíor.
Sin embargo, cuando se díjo todo aquello, colocdndolo fuera de lo mente, se erró o sc
mintió.
Asi hoy vuela hacía las estrellas el héroe de esta edad, Vuela o través de regiones antes
ígnoradas.
Vuela hacía afuera de su mundo y, sín saberlo, va impulsado hacía eI interno y luminoso
centto.
No es raro entonces que, en todas las épocas, se hayan lomado como cierlos los alaques de
monstntos, demonios, espíritus, etc., y que su existencia se diera por sentada como la de anlquier
otro objeto del mundo colidiano.
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estrucluración de datos de los sentidos internos, en diferentes niveles de trabaio de Ia conciencia.
Como ya dije, la forma particular que asuma esd estructura dependerd de la época hi,stórica y las
creencias o conocimienlos de cada uno.
Enfrentada la conciencia con algo que't,e o percibe por vez printera, no fiene otro camino
pdla estruclurarlo que buscar una relación con algo conocido. Así surgen por ejemplo, las
alegorías, con su cardcter asociativo. (lna resistencia de la mente a enftentar,se con c;ierlo
problema puede ser alegorizada por la presencia de un animal que inpide el acceso a cierlo lugar,
etc.
Y cuando se lratd de procesos comunes a tttda la especie humantt, c:onto la necesirJad cle que
salga el sol y crezcan las cosechas, la necesidad de dioses protectores asumirá un carácler
coleclivo, Pero en todos los casos estas figuras cowesponden a procesos de real existencia en la
mente y el cuerpo de los hombres.
También son procesos comunes a toda la especie los que derivan de aquellas pregunlas
fundamentales sobre el sentido, el porqué, la muerle, etc. A este deseo de saber ha corre,sponditlo
la expectatiya por la llegada de aquellos que nos liberar[an del sufrimiento y la ignorancia. I'o,s
mestas de la historia existieron primero en la mente de los hombres, para luego ser encanlados por
quienes se identificaron con tales roles.
Nuevamenle diré aquí que la existencia de una explicación psic:ológica para cierlos
fenómenos, no invalida ni niega su posible existencia más allá del ánbito de la mente humana.
Anotemos, no obstante, que Silo dice en este capítulo que cierlas figuras no tienen olro exislencia
que Ia psicológica.
Llegando al final del libro, aparece la mención al "vuelo hacia las estrellas". Es que
nosotros los hombres, movidos aparentemente por el impulso de conocer y dotttinar esle mundo
inseguro al que hemos sido anojados, iremos ahora en busca de otros planeta's.
Para la humanidad este sdlto puede significar Ia liberación de las condiciones.flsica.s de ,rtt
origen, y tal vez el encuentro con otras inteligencias del Universo.
Pero Io que señala Silo at finat del libro es que aquello que impulsa al hontbre mds allá de
no está en otros planetas, sino en su propio interior. Conn e,se viaiero
sus actuales límites Jisicos
que recorre pueblos, países y paisajes, y al cabo'de muchos años regresd ü slt casa, sólo para
descubrir que aquello que buscaba estuvo todo el tien po ntuy cercd suyo, y nunca lo t¡iri... .
JI
Referencias:
1- "InteligeNrcia Emocional". Autor: Daniel Golernan. Editorial: Javier Vergara Editor (1997).
2- Texto de Rich Snyder en "Ballabene OBE and Astal Pages",
h@ ://mailbox.univie. ac. alAlfr ed. Ballabeneien glisUengi¡rdex.htm
3- Esfracto de la Tabla de Hennes Tho! también llamado Trimegistro.
4-
*El Libro de los Muertos y El Bardo
Thodol", 4ta. edición de Juan B, Belgua (1973).
5- http ://ccat. sas.upenn.edr¡/jod/augustine/textsnans. hhnl
6- Enciclopedia Hispáni c4 2da. edición ( 1 990).
7- "Dios y el Estado", M. Bakunin, Editorial Piraña Ltda., Cali, Colombia (1972).
*NO LOGO El podu
8- - de las marcas", Naomi Klein, lra. edición, Editorial Paidós, Buenos Aires
(2002).
9- Arthur Koestler, Autobiografi4 tomo 1, "Flecha en el azul", página 52.
10- Idem anterior, página 283.
11- Para una ampliación sobre este punto, puede verse el libro "The Ghost in the Machine", de
Arthur Koestler, Editorial Picador (1975).
12- Recientes investigaciones revelan que el cerebro humano, a medida que aprende y se entrena
para una disciplina particular, desarrolla conexiones pemanentes entre las neuronas. El aprendizaje
no es entonces simple acumulación de datos, sino que modifica la base fisica cereblal. Mozart, que
apre,ndió tempranamente el arte musical, tendría seguramente muchos de estos circuitos especiales.
La "computadora'' humana se üansforma flsicamente a medida que es "programada''. No es posible
"ser humano" sin contacto con la fuente cultural.
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