Está en la página 1de 5

sesgo

1. Orientación o dirección que toma un asunto.


2. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define sesgo como la
oblicuidad o torcimiento de una cosa hacia un lado.
3. El concepto también se utiliza en sentido simbólico para mencionar una
tendencia o inclinación.
4. la noción de sesgo es muy utilizada en la psicología
5. Un sesgo cognitivo: característica en particular de un sujeto, que incide en
el procesamiento de la información y que forma lo que se conoce como
prejuicio cognitivo (la clase de distorsión que afecta el modo de percibir la
realidad).
6. sesgo retrospectivo es aquel que consiste en modificar, una vez acontecido
un suceso, el recuerdo sobre la opinión previa a favor del resultado final
7. sesgo del falso consenso, por otra parte, tiene lugar cuando la persona
presupone que sus propias opiniones y creencias son apoyadas o
compartidas por la mayoría.
8. sesgo estadístico es un error que se detecta en los resultados de un estudio
y que se debe a factores en la recolección, análisis, interpretación o revisión
de los datos.
9. sesgo optimista: Las personas tendemos a anticiparnos a los hechos, a
menudo prediciendo resultados positivos, gracias a nuestra habilidad de
imaginar el tiempo futuro.
https://definicion.de/sesgo/
1. Argumento desde el precio
2. Un argumento desde el precio se produce cuando se supone que si algo
cuesta una gran cantidad de dinero, entonces debe ser mejor. También
se da si se supone que si alguien tiene una gran cantidad de dinero
entonces será también una mejor persona en alguna otra faceta.
3. Un argumentum ad antiquitatem es una falacia lógica típica en la que
una tesis es proclamada como correcta basándose en que esta ha sido
tradicionalmente considerada correcta durante mucho tiempo. En
definitiva, «esto es correcto porque siempre se ha hecho de esta
manera». Este argumento hace dos suposiciones: 1) que la antigua
manera de pensar fue probada como correcta cuando se introdujo (lo
cual puede ser falso, ya que la tradición puede estar basada en
fundamentos incorrectos); 2) las razones que probaron este argumento
en el pasado son actualmente vigentes para hoy. Si las circunstancias
han cambiado esto puede ser falso. Por otro lado, esta falacia también
asume que mantener el statu quó es preferible o deseable ante la
posibilidad de un cambio, lo cual puede ser también incorrecto.
4. Un argumentum ad verecundiam, o apelación a la autoridad, es una
falacia que consiste en basar la veracidad o falsedad de una afirmación
en la autoridad, fama, prestigio, conocimiento o posición de la persona
que la realiza. Un tipo especial de esta falacia es la falacia argumentum
ad crumenam donde se considera más veraz una afirmación porque la
persona que la realiza es rica o por el contrario en argumentum ad
lazarum porque el pobre o de menor clase quien la realiza. La veracidad
de un hecho o afirmación no depende, en último estado, de la persona
que la realice sino de las pruebas, evidencias o argumentos que se
presenten. Esta falacia también puede considerarse una variante del
argumentum ad hominem ya que también subjetiviza la veracidad o
falsedad de una afirmación en la calificación de un individuo. Sin
embargo, al igual que a través de la experimentación se tratan de
encontrar excepciones y si no se encuentran se puede considerar una
teoría como verdadera, igualmente se puede hacer con las autoridades.
Un argumento que apela a la autoridad y no falaz sino lógico en función
de sus premisas sería: 1) A realiza una afirmación B 2) A nunca está
confundido, equivocado o deshonesto 3) por lo tanto la afirmación,
evidencia o prueba B debe ser tomada en consideración que no como
cierta. Tanto como la premisa 2 sea cierta su conclusión también lo
será. Así apelar a una autoridad puede ser lógicamente correcto
mientras haya sido suficientemente probada su autoridad y no se hayan
encontrado excepciones. Esto no quiere decir que la afirmación sea
cierta y no se encuentre una excepción pero esto es algo que es
inevitablemente y energéticamente hablando no puede evitarse por el
número de pruebas y test que deberían hacer para tomar decisiones.
Por otro lado, las personas se equivocan y además con frecuencia lo
que deja escaso margen para que la premisa 2 no tenga excepciones.
5. Un argumentum verbosium, o argumento por verbosidad o palabrería,
se produce cuando un argumento es tan complejo, tan extenso y tan
pobremente presentado por el ponente que los demás están obligados a
creerlo y asumen que es cierto. Esta asunción se produce, con
frecuencia, para evitar el gasto energético y en el tiempo del ponente
para examinar los detalles. Al mismo tiempo, debido a la intimidación
por complejidad que el ponente desarrolla y al riesgo al ridículo por
desconocimiento. Véase
6. Un argumentum ad nauseam, o argumento hasta la náusea, es un tipo
de falacia dirigida a las emociones en el que las personas creen que una
afirmación es más probable de ser cierta o más probable de ser
aceptada como verdad cuanto más veces ha sido oída. Esta falacia está
dirigida a las emociones porque el hastío o ad náuseam que se genera
subjetivamente o en cada persona por la repetición de la afirmación es
tal que puede hacer cambiar el concepto de esta sin llegar a escuchar
ningún argumento válido. De esta manera, un argumentum ad náuseam
es aquel que emplea repetición constante de una afirmación hasta que
los receptores se convencen de esta. Este tipo de técnica falaz es usada
mucho en política donde sin emplear argumentos, pruebas o evidencias
de un hecho se repite una y otra vez la misma afirmación hasta la
conversión. Sin embargo, por mucho más que se repita o más esfuerzo
se ponga en hacerlo, esto no hace a la afirmación más real o verdadera.
Esta falacia viene de la falsa creencia de que si alguien se molesta o
dedica tanta energía para la repetición de un mensaje es porque este
debe ser más veraz que otro que no se molesta o puede rebatirlo.
Véase efecto del carro ganador y sesgo de la debilidad y fortaleza.
7. Un argumentum ad populum, o argumento desde el pueblo, es un
argumento falaz que concluye que una proposición debe ser verdadera
porque muchas personas lo creen así. Es decir, recurre a que «si
muchas personas lo creen así, entonces será así». En ética el
argumento falaz sería «si muchos lo encuentran aceptable, entonces es
aceptable». Esta falacia hace uso del prejuicio efecto carro ganador.
Esta falacia es un tipo de falacia genética o basada en el origen de las
cosas. Es una falacia porque el mero hecho de que una creencia esté
ampliamente extendida no soporta o no la hace necesariamente
correcta o verdadera. Esto se basa en que si una opinión individual
puede ser incorrecta, entonces la opinión sostenida por muchas
personas también puede serla. La veracidad o falsedad de una
afirmación es independiente o no reside en el número de personas que
creen en ella. Esta falacia se usa mucho en publicidad.
8. Un argumento ad ignorantiam o argumento dirigido a la ignorancia
afirma que una premisa es verdadera solo porque no ha sido probada
como falsa o que la premisa es falsa porque no ha sido probada como
verdadera. Esto es una falacia porque la veracidad o falsedad de
cualquier afirmación es independiente de nuestro conocimiento. Si bien
es cierto, sin conocimiento o prueba no se puede ejecutar ninguna
acción sin riesgo. Es decir, esta falacia produce que si uno, es decir,
subjetivamente o debido a nuestro propio conocimiento encuentra una
premisa increíble o poco probable, la premisa puede ser asumida como
no verdadera o alternativamente que otra premisa más conocida o
preferida pero no probada es la verdadera o la más probable. Con esto,
lo que se hace es subjetivizar el estado de verdad o falsedad de las
cosas al propio conocimiento o familiaridad del individuo con estas, algo
que evidentemente es erróneo
9. La falacia del argumento a silentio o argumento desde el silencio
consiste en considerar que el silencio de un ponente o interlocutor sobre
un asunto X prueba o sugiere que el ponente es un ignorante sobre X o
tiene un motivo para mantenerse en silencio respecto a X. En relación
con esta falacia, es necesario hacer referencia a la doctrina jurídico-
procesal llamada «de los actos propios», por la cual, en una de sus
aplicaciones más frecuentes, si una de las partes en un proceso no
alega cierto hecho, dato, prueba o argumento disponiendo de trámite
para hacerlo, se presumirá que carece del mismo. Por tanto, aunque
lógicamente el argumentum a silentio o ex silentio es una falacia, porque
el silencio de un interlocutor no puede tomarse como prueba de
certidumbre de lo dicho por un interlocutor contrario, en el terreno de la
pura retórica puede ser un indicio de falta de argumentos o de falta de
capacidad para contrarrestar dialécticamente los argumentos expuestos
por la adversa. Esta presunción se realiza en el terreno jurídico por ser
este un terreno subjetivo marcado por leyes que están hechas para que
la mayoría pueda quedar satisfecha. Y esto es así porque la mayoría
posee el prejuicio de que el silencio de un interlocutor implica la falta de
argumentos o un motivo particular para tenerlo y también porque el que
rompe el estado de normalidad tiene la obligación de probar con
argumentos las acusaciones. Véase Falacia de eludir la carga de la
prueba.
10. Un argumentum ad baculum, o argumento desde el bastón o desde el
mando o argumento por la fuerza, es un argumento donde la fuerza,
coacción o amenaza de fuerza es dada como justificación para una
conclusión. Es un caso especial negativo del argumentum ad
consequentiam. Este tipo de falacia se da en los casos en los que se
duda en intervenir o no, en un conflicto. Esta falacia se produce porque
se asume la premisa como verdadera debido a que la consecuencia de
esta premisa es muy negativa para ser ignorada o rechazada. Esta
consecuencia negativa justifica cualquier intervención para cambiar las
consecuencias asumiendo como verdad las premisas originales. Sin
embargo, aunque estas decisiones preventivas previas, modifican
forzosamente las predichas y subjetivas consecuencias, no aclaran la
necesidad de actuar o no aseguran la verdad de las premisas en las
mismas. El miedo a las consecuencias no puede ser el motor de
ninguna decisión ni es capaz por sí mismo de hacer más veraz una
posibilidad.
11. Un argumentum ad consequentiam, o argumento dirigido a las
consecuencias, es un argumento falaz que concluye que una premisa
(típicamente una creencia) es verdadera o falsa basándose en si esta
conduce a una consecuencia deseable o indeseable. Es una falacia
porque basar la veracidad de una afirmación en las consecuencias no
hace a la premisa más real o verdadera. Asimismo, categorizar las
consecuencias como deseables o indeseables es intrínsecamente una
acción subjetiva al punto de vista del observador y no a la verdad de los
hechos. Incluso si la premisa ha sido independientemente probada, y
entra en juego un tercer factor (1:premisa, 2:argumento, 3:acción) como
es la acción a tomar para evitar o favorecer una consecuencia, la
consecuencia en sí misma no puede justificar ninguna acción
determinada sino los argumentos que justifiquen la relación existente
entre la acción y la consecución. La elección de la acción, por tanto, es
un paso posterior y separado de las premisas y tiene que ver más con la
argumentación de asociar una futura acción con una consecuencia.

También podría gustarte