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SUGERENCIAS PARA PUBLICADORES QUE APRENDEN OTRO IDIOMA

1. Mediante su espíritu santo, Jehová está impulsando a su pueblo a buscar “las cosas deseables”
en todos los idiomas para llevarles las buenas noticias de la Biblia (Ageo 2:7; Rev. 14:6). Usted puede
comprobar con sus propios ojos la razón por la que Jesús exhortó a sus discípulos a rogar al Amo que
enviara más predicadores del Reino (Mat. 9:36-38). Las siguientes recomendaciones tienen como fin
ayudarlo a desarrollarse espiritualmente mientras sirve en un campo lingüístico diferente.

2. Aprenda el idioma y la cultura. Un nuevo idioma no se aprende al azar. Para progresar,


hay que estar dispuesto a asumir la responsabilidad propia. Siga un plan que le permita desarrollar
todo su potencial. Adquiera el hábito de leer en voz alta de cinco a diez minutos todos los días. Leer
el texto diario le será muy útil. Es mejor estudiar el idioma de quince a treinta minutos todos los
días que hacerlo durante períodos más largos una o dos veces a la semana. Recuerde el siguiente
principio bíblico: “El que siembra parcamente, parcamente también segará; y el que siembra libe-
ralmente, liberalmente también segará” (2 Cor. 9:6). Un misionero dijo: “No podemos ayudar a las
personas si no aprendemos su idioma. Eso nos debe impulsar a estudiar con diligencia”. Si se
aprende una o dos palabras todos los días y las emplea, pronto conocerá y sabrá usar cientos de
ellas. Y si el idioma que está aprendiendo figura en la aplicación JW Language, obtendrá aún mejo-
res resultados (w08 15/8 págs. 22-25; g 3/07 págs. 10-12; w06 15/3 págs. 17-20).

3. Participe en las actividades teocráticas de la congregación. Esfuércese por predicar en el


nuevo idioma todas las semanas. Ofrézcase para presentar asignaciones estudiantiles en la reunión
Vida y Ministerio para que aprenda a expresarse correctamente en la predicación. Participe libre-
mente en las reuniones, aunque al principio sus comentarios sean sencillos. Si le da miedo hablar el
idioma o si es tímido, recuerde que otros han superado estos obstáculos y que usted también puede
hacerlo (yb00 pág. 56; w00 1/6 págs. 20-25). Cuando se sienta frustrado porque no puede expresarse
como quisiera, piense en cómo ha mejorado su capacidad para comunicar las buenas noticias en el
nuevo idioma. Adelantará aún más si le pide a Jehová que bendiga sus esfuerzos sinceros por glori-
ficar su nombre.

4. Ame a los hermanos y forme amistades en la congregación; así le resultará más fácil adap-
tarse al nuevo ambiente (1 Cor. 13:1). Tome en cuenta la forma de pensar, los hábitos alimenticios y
las costumbres de los hermanos. Si procura entender sus puntos de vista y sus circunstancias, ganará
amigos y rara vez ofenderá a otros. No promueva una cultura; más bien, promueva la unidad cris-
tiana centrándose en el Reino y siguiendo la dirección teocrática (jv pág. 220 párr. 1).

5. Mantenga la motivación correcta. ¿Qué lo motiva a perseverar en el aprendizaje de otro


idioma? Sin duda es el amor a Jehová y al prójimo (Mat. 22:37-39). Tener este motivo correcto lo
ayudará a aceptar el hecho de que los errores forman parte del proceso de aprendizaje. No tiene
por qué sentirse avergonzado cuando se equivoque. No se tome demasiado en serio. Demuestre un
buen sentido del humor y ríase de sus propios errores. Sea paciente consigo mismo y sea amable
con los demás cuando surjan situaciones incómodas o inesperadas. Tenga presente que lo más
importante es la predicación de las buenas noticias del Reino. Al interesarse sinceramente en las
personas y convertirse en un eficiente maestro y predicador en el nuevo idioma, tendrá una parti-
cipación plena en cualquier crecimiento que Jehová permita que se produzca (be págs. 186-189).

6. Atienda su necesidad espiritual. Dar de usted mismo en un campo lingüístico diferente le


producirá mucha felicidad (Hech. 20:35). Aunque las verdades bíblicas se irán asentando otra vez
en su mente y corazón cuando aprenda el nuevo idioma, debe seguir leyendo y estudiando la Biblia
en su lengua materna. Mantener un programa de educación espiritual en su propia lengua lo ayudará
a mantenerse espiritualmente fuerte.

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7. Sea realista. ¿Qué puede hacer si no está adelantando en el idioma con la rapidez que
desea y está pensando en regresar a una congregación en su lengua materna? Antes de tomar esta
decisión, hable con un anciano o un amigo maduro (Prov. 15:22). Así podrá ver desde una nueva
perspectiva lo que quizás esté estorbando su progreso y continuar con una actitud positiva. Pre-
gúntese: “¿Empiezo a entender lo que se dice en las reuniones? ¿Participo en ellas haciendo co-
mentarios breves? ¿Se entienden las presentaciones que hago en el ministerio? ¿Sigo fuerte espiri-
tualmente, cultivando el fruto del espíritu y promoviendo la paz de la congregación?”.

8. Si después de meditar detenidamente sobre este asunto decide que es mejor regresar a una
congregación en su lengua materna, no lo vea como un retroceso en su progreso espiritual (Miq. 6:8).
Siempre llevará en el corazón las vivencias y las amistades que ha ganado al ayudar a personas que ha-
blan otro idioma a conocer a Jehová.

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