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INFANTILES
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Heridas cortantes
Los primeros auxilios son las medidas de urgencia que se aplican cuando una
persona ha sufrido un accidente o una enfermedad repentina, hasta que esta
persona pueda recibir atención médica directa y adecuada. En caso de accidentes
o de una situación de emergencia, los padres deben estar preparados para afrontar
y actuar con seguridad para resolver el problema del niño.
Ante todo, para curar las heridas infantiles, debemos seguir estas indicaciones:
Evita el contacto con la sangre tanto para evitar la infección de la lesión como
para tu protección. Para ello, lávate las manos y ponte guantes desechables.
Detén la hemorragia presionando directamente sobre la herida, si no se ha
parado espontáneamente.
Limpia la herida con agua corriente y fresca a chorro. Deja que el agua corra
encima de la herida para que arrastre los cuerpos extraños (tierra o restos
de tejidos) hasta que no quede suciedad.
Seca la piel de alrededor sin tocar la herida. Si un cuerpo extraño está
clavado en la herida, intenta sujetarlo para evitar su movimiento.
Cubre la herida con un apósito estéril o un pañuelo limpio y seco.
Acude al médico para que valore el estado de la herida y valore si el niño o
el bebé está vacunado contra el tétanos.
Vuelve a lavarte las manos después de haber prestado el primer auxilio.
Si no hay tos o ésta es claramente inefectiva, podemos estar ante una obstrucción
total de las vías respiratorias, que habrá que diferenciar si el niño está consciente o
inconsciente.
Llama a emergencias.
Coloca al niño de pie e inclinado, con la cabeza más baja que el cuerpo.
Pasa una mano por sus axilas para sujetar su pecho y con la otra mano dale
hasta 5 golpes con la parte inferior de la palma de la mano en la parte alta
de la espalda entre sus omoplatos.
Si no ha conseguido expulsar el cuerpo extraño, hay que iniciar las
compresiones abdominales o maniobra de Heimlich, hasta 5 veces. Esta
maniobra consiste en colocarse detrás del niño y rodearle la cintura con los
brazos. Cerrar una mano y colocar el nudillo del pulgar por encima del
ombligo, a nivel de la boca del estómago, entre el ombligo y el tórax.
Cógete el puño con la otra mano y realiza una fuerte presión hacia dentro y
hacia arriba, lo que provocará un aumento de la presión en el tórax,
obligando a salir al aire que queda dentro de los pulmones, arrastrando el
cuerpo extraño. Se debe seguir con la maniobra hasta la llegada de ayuda
o hasta la pérdida de conocimiento.
Lactante consciente:
Llama a emergencias.
Coloca al lactante boca abajo sobre el antebrazo, con la cabeza más baja
que el cuerpo. Sujeta con la mano la barbilla del lactante y coloca un dedo
en su labio inferior para que la boca permanezca abierta y sentir si sale el
cuerpo extraño.
Con la otra mano, dale hasta 5 golpes en la espalda entre los omoplatos. Si
no hay expulsión del cuerpo extraño, es necesario dar la vuelta al lactante y
colocarlo sobre el antebrazo mirando hacia arriba y aguantando el cuello con
la mano. También puedes colocarle sobre una superficie dura. Aplica hasta
5 compresiones torácicas con los dedos de la mano en posición vertical en
el centro del pecho, un poco más abajo de una línea imaginaria trazada entre
los dos pezones. - Repite todo el ciclo completo hasta la recuperación y
hasta la llegada de ayuda o pérdida de conocimiento.
Lactante inconsciente:
Cuando el niño se haya estabilizado, aplica agua fresca sobre las quemaduras
durante 15 minutos. Evita mover al niño y no apliques jabón, ni pomadas, ni
remedios caseros sobre sus quemaduras. Después de lavar la quemadura, coloca
un apósito mojado sobre ella. Mantén al niño abrigado hasta la llegada de los
servicios sanitarios.