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UNIVERSIDAD ESTATAL DEL SUR DE MANABÍ

CARRERA DE LABORATORIO CLÍNICO

TEMA:

Linfocitos B, Linfocitos T

AUTORES:

Pincay Muñoz Nicole

Vera Bailón Kenya

DOCENTE:

Lic. Javier Reyes

JIPIJAPA-MANABI-ECUADOR
Mayo - Septiembre 2019

Linfocitos
Los linfocitos se dividen en tres grupos principales: linfocitos T, Linfocitos B, y células
naturales Riller (NK). Los linfocitos T y B son las principales células que participan en
la inmunidad adaptiva. Las células NK representan un pequeño porcentaje de linfocitos y
forman parte de la inmunidad innata. La inmunidad adaptiva tiene tres características:

1) Se basa en un número enorme de linfocitos distintos en los que cada uno tiene
receptores de superficies para una estructura molecular específica diferente sobre
un antígeno extraño
2) Después de un encuentro con un antígeno particular, se producen células de
memoria que reaccionarán más rápido y con más fuerza contra ese mismo
antígeno ante una nueva exposición
3) En circunstancia normales, los antígenos propios son “ignorados” (efecto
denominado tolerancia)

Los linfocitos pueden subdividirse en dos grandes categorías: los que participan en la
inmunidad humoral mediante la producción de anticuerpos y los que participan en la
inmunidad celular mediante el ataque directo de organismo o células extraños. Los
linfocitos productores de anticuerpos se denominan linfocitos B o simplemente células B,
porque se desarrollan en la médula ósea (Del inglés bone).
La inmunidad celular se lleva a cabo en dos tipos de linfocitos: células T, llamados así
porque se desarrollan en el timo y células NK, que se desarrollan tanto en la médula ósea
como en el timo.
Los linfocitos se diferencian de los leucocitos por varias razones:
1. Los linfocitos no son células terminales. Permanecen en forma de blastos en
reposo que, cuando se estimulan, son capaces de transformarse en blastos activos
que sufren mitosis para producir células de memoria y efectoras.
2. A diferencia de otros leucocitos, los linfocitos recirculan desde la sangre hacia los
tejidos y de nuevo a la sangre.
3. Los linfocitos B y T pueden recombinar segmentos génicos para producir una
amplia variedad de receptores de superficies y anticuerpos.
4. Aunque los progenitores tempranos de linfocitos, como el progenitor común de
linfocitos, se originan en la médula ósea, los linfocitos T y las células NK suelen
desarrollarse fuera de la médula ósea.
Por estas razones, la cinética del linfocito es extremadamente complicada, no se
comprende en su totalidad y está más allá del alcance de este capítulo.
Los linfocitos constituyen entre el 20 y el 40% de los leucocitos circulantes con 960 y
4.400 linfocitos por micro litros de sangre extra.

Desarrollo de los linfocitos


El desarrollo de los linfocitos B y T puede subdividirse en las fases independiente y
dependiente del antígeno. El desarrollo de los linfocitos independientes del antígeno se
realiza en la médula ósea y el timo (a veces denominados como órganos linfáticos
centrales o primarios), mientras que el de los linfocitos dependientes de antígeno se
produce en el bazo, los ganglios linfáticos, las amígdalas y en agregados no encapsulados
de linfocitos, como las placas de Peyer en la pared intestinal (a veces denominados como
órganos linfáticos periféricos o secundarios).

Los linfocitos B se desarrollan inicialmente en la médula ósea y pasan por tres estadios
conocidos como Pro-B, Pre-B y células B inmaduras.

Es durante estas etapas que se produce el reordenamiento génico para producir las cadenas
únicas de inmunoglobulina. La morfología de estas células B primitivas no se ha
establecido. Las células B inmaduras (a veces referidas como células B vírgenes [naive])
abandonan la médula ósea para migrar a los órganos linfáticos secundarios, en los que se
establecen en zonas específicas, como los folículos de los ganglios linfáticos. La
morfología de las células B inmaduras (también conocidas como hematogonia) es similar
a la de las células observadas en las leucemias linfocíticas agudas. Son células con un
patrón de la cromatina nuclear homogénea y citoplasma extremadamente escaso. Estas
células normalmente se observan en la sangre periférica y la médula ósea del recién
nacido.

Es en los órganos linfáticos secundarios o en la sangre donde las células B pueden entrar
en contacto con el antígeno lo que resulta en la división celular (Blastogénesis) y la
producción de células de memoria, así como de células efectoras. Los linfocitos B
efectores que son productores de anticuerpos se conocen como plasmocitos y linfocitos
plasmocitoides.

Alrededor del 10 al 15% de los linfocitos circulantes con células B. Los linfocitos B en
reposo no pueden distinguirse por la morfología de los linfocitos T en reposo. Los
linfocitos en reposo son pequeños (cerca de 9 µm de diámetro) y la relación N:C es de 1.
La cromatina está dispuesta en bloques y rara vez se observa el nucléolo, aunque está
presente (Fig. 12-19)
Los linfocitos T se desarrollan en un inicio en el timo, un órgano linfoepitelial localizado
en la parte superior del mediastino. Las células progenitores linfoides migran desde la
médula ósea a la corteza tímicas, progresan a través de estadios conocidos como pro-T,
pre-T y células T inmaduras. Durante estas fases, sufren el reordenamiento génico para
producir receptores linfocitos T que son exclusivos de cada uno de ellos. Las células
cuyos receptores reaccionan con antígenos propios mueren por abandono. Además, los
linfocitos T se subdividen en dos categorías principales según posean o no antígeno CD4
o CD8 sobre sus superficies. Las células T inmaduras se dirigen a la médula tímica, donde
se producen la eliminación y la destrucción de las células T autrocreactivas. Entonces, las
restantes células T inmaduras (o células T vírgenes) abandonan el timo y migran a los
órganos linfáticos secundarios donde alcanzan su residencia en zonas específicas como
las áreas paracorticales. Cerca del 85% de los linfocitos circulantes son células T.
Los linfocitos T en los órganos linfáticos secundarios o en la sangre circulante, por último,
entran en contacto con el antígeno. Esto resulta en la activación celular, la blastogénesis
y la producción de linfocitos T de memoria, efectores o ambos. La transformación de
linfocitos en reposo a forma blástidas es la fuente de los llamados linfocitos medianos y
grandes que tienen mayores cantidades de citoplasma y, por lo general, solo constituyen
alrededor del 10% de los linfocitos circulantes. La morfología de los linfocitos T,
efectores varia con el subtipo celular implicado y se refiere a menudo como linfáticos
reactivos o variantes.
Las células NK pueden desarrollarse en la médula ósea o en el timo. Constituyen un grupo
celular heterogéneo con respecto a sus antígenos de superficie y son, en su mayoría CD56
CD16 CD3 CD8. No se han descrito los estadios morfológicos de desarrollo de las células
NK maduras son relativamente grandes en comparación con otros linfocitos en reposo
debido a una mayor cantidad de citoplasma, que contiene gránulos azurófilos que son
perosidasa negativos. Con frecuencia se los denomina como linfocitos granulares grandes
Alrededor del 2% de los leucocitos circulantes son linfocitos NK.

Funciones de los linfocitos


Las funciones pueden dividirse según los diferentes tipos de linfocitos.
Los linfocitos B son esenciales para la producción de anticuerpos. Además, intervienen
en la presentación de antígeno a los linfocitos T y pueden ser necesarios para la activación
óptima de CD4. La activación de los linfocitos B también producen citosinas que regulan
diversas funciones de las células T y de las presentadoras de antígeno.
Los linfocitos T pueden dividirse en CD4 y CD8.
Los linfocitos efectores CD4 se subdividen aún más en células T1, T2, T17 y T (células
T reguladoras CD4 CD25) las células T1 median la respuesta inmunitaria contra los
patógenos intracelulares. Las células T2 median en las defensas del huésped contra los
parásitos extracelulares que incluyen los helmintos. También son importantes en la
inducción del asma y de otras enfermedades alérgicas. Las células T17 intervienen en las
respuestas inmunitarias contra bacterias y hongos extracelulares. Las células T participan
en el mantenimiento de la tolerancia de lo propio al regular las respuestas inmunitarias.
Los linfocitos CD8 efectores pueden destruir células medianas mediante la secreción
de gránulos que contienen granzima y perforina o mediante la activación de las vías
apoptósicas en la célula diana. A veces estas células reciben el nombre de linfocitos T
citotóxicos.
Los linfocitos NK actúan como parte de la inmunidad innata porque pueden destruir
ciertas células tumorales e infectadas por virus sensibilización previa.

Bibliografía.
Rodak, B. (2005) Hematología Fundamentos y Aplicaciones Clínicas. 4ta ed. Editorial
Médica Panamericana. Buenos Aires.463-471.

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