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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

LA NOCHE MÁS VENTUROSA

Autor: Tomas Dimas Arenas


Adaptación: Javier Miranda

PRIMERA ESCENA

Simón: Hea que quiero almorzar, haya o no yo quiero almorzar


Gila: Que simple eres Simón
Simón: ¿ Me vas a dar de almorzar o te rompo la cabezota?
Gila: ¿Que no te basta con esas migajas?
Simón: ¿Pero es que tú piensas que soy un gato? Migajas a mi; Ja,jajaja
Gila: ¿Qué tiene de malo? Esa es una buena comida y te aseguro que con ella
no te enfermarías
Simón: ¡Que no me las como te digo! Si he de almorzar que sea algo bueno,
¿Qué no tienes por ahí una coliflor, algún buen tocino o algo caliente para el
pulmón?
Gila: (Burlona) Pobrecito mi marido, que poquito come usted...
Simón: Pues para eso me case, para estar muy bien servido
Gila: Si, pero dándome con que; Servirte es mi obligación
Simón: ¿Pues de donde quieres que te de? No tengo...
Gila: También eres muy tragón

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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Simón: Yo ya te di todo el gasto, que mujer tan mal gastada; ¿A ver que te
guisaste? ¡Nada! ¿Verdad?
Gila: ¿Gasto dices...? ¡Vete al tal...!
Simón: ¡Gasto digo! Gila gastadora
Gila: ¿Crees que con un real te voy a dar de comer las 24 horas del día?
Simón: Ah... ¿Te parece poco? Pues fíjate que hay muchos que son casados y
no dan a su casa ni un real, y son muy bien atendidos por sus mujeres; Ah...Y
no rezongan como tú
Gila: Si, pero fíjate que eso que dan es de diario y no como tú que me lo das
cada mes...
Simón: Bueno... ¿Me vas a dar de comer si o no? Ya el estomago me está
doliendo por los corajes y por el hambre
Gila: Te digo que no hay tragón más grande que tú en toda la comarca
Simón: Ya me enojé, Gila cara de ratón...
Gila: No me ofendas, yo ya me cansé de estarte soportando de por vida
Simón: ¡Arre, si no me das pronto de almorzar te voy a romper la bocota!
Gila: Eso, si me dejo
Simón: Y lo dices así, tan serena, como si pudieras librarte de mis leñazos,
¿Cómo podrías?
Gila: Rompiéndote la cabezota
Simón: Jajaja... ¿Cómo, quisiera verlo?
Gila: De ésta manera... (De da una bofetada)
Simón: Ah langara cara de rata, ahora veras... (Comienza a tratar de
alcanzarla para golpearla)
Gila: ¡Felipe, Bartolo, Basilio; Corran que Simón me mata... ¡Raquel, ¡Julia,
vengan pronto!
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

¡San Elías, San Moisés...!


Raquel: Por acá está la bulla
Gila: Anden de prisa que Simón me mata
Felipe: Pero que es esto, Suelta a tu mujer y basta de pelear
Simón: Ningún basta, la voy a matar...
Gila: Yo también se me defender, tengo muy buenas uñas
Basilio: Simón, amigo mío...
Julia: Simón, Simoncito; a tus pies te ruego que no te enfurezcas más y que ya
la sueltes...
Simón: Que agradezca suplica cortes que si no...
Gila: ¿Qué me has de hacer perro caro de burro?
Julia: Ya cállate Gila, que se va a enojar y ya ves
Gila: Que me importa se enoje...
Simón: Mira vieja desbocada...
Felipe: ¿Por qué fue éste pleito de perros y gatos?
Simón: Es que ella es una atrevida
Gila: Lo que pasa; es que él es un tragón y quiere, con un real, comer lo mismo
que a un mayoral
Simón: ¿No les digo? Lo bocona no se le quita, le doy un gasto decente y me
da comer solo migajas en ves de una buena comida digna de un buen marido
como yo.
Gila: Pues si no me das más que para eso, te he de dar solo migajas
Simón: Pues ya te he dicho que no soy un gato
Gila: No, ni yo soy un camaleón
Felipe: ¿Quieren callarse la boca los dos? Se va a encender la bronca otra vez
Simón: Pues no ve como murmura la muy...
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Gila: Razones sacan razones ¿Por qué me he de callar? Después de que me


has golpeado.
Simón: Miren... Como me ha enfrentado ¡A mí! y encima de eso me mata del
hambre
Basilio: Vamonos llevando a Simón, si no nunca se va a acabar éste pleito y la
cosa va a seguir
Felipe: Dices bien; Vamonos Simón
Simón: Déjenme; No quiero
Felipe: Hombre no seas majadero
Gila: ¿Qué tienes que hace aquí? Lárgate
Simón: Voy a matar a esa mujer, que para eso es mía
Felipe: Los hombres de bien no piensan de ese modo
Simón: Si yo soy el hombre que hago todo
Felipe: Cállate y ya vamonos
Simón: Ya, eso es mucha cargazón, no me voy y no me voy porque la voy a
matar
Felipe: No, mientras esté yo aquí, nunca permitiré tal situación sin razón
Simón: ¿Qué, me lo vas a impedir?
Felipe: ¡Si señor!
Basilio: Y yo te ayudaré Felipe
Simón: ¿Y como me sacarán?
Basilio: (Sujetándolo) De ésta manera (Lo sacan entre los dos a jalones)
Simón: (Lo sacan de escena y regresa a gritar)Anda puerca has la cena
porque si no vengo y te mato...

SEGUNDA ESCENA
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

(Se quedan las solas las mujeres y tratando de tranquilizar a Gila)


Gila: Ay niñas, no sé que hacer con éste hombre tan goloso y tan mezquino, tan
imprudente, necio y pobre que es lo peor. Quiere que con un real le de comer
cordero y faisán.
Raquel: Como te compadezco Gila, te sobra razón para ser como eres con él
Julia: Si, sobre todo como es él, si fuera rico otra cosa fuese y quizás los
trabajos serían menos
Gila: Claro que sí, con dinero cual trabajo, quizás así olvidaría sus defectos.
Pero es tan pobre, tan tonto, tan glotón, tan majadero que no se porque me
casaría con semejante espantapájaros.
Raquel: Es verdad las mujeres cuando nos desposamos, no lo hacemos con un
hombre, sino con varios, de acuerdo a como son; La verdad, yo desearía que
Basilio fuera cojo, manco, leproso, brujo o hasta hechicero con tal de que no
fuera tan molesto.
Julia: Todos son los mismos, unos con cartas de más y otros con cartas de
menos, como Felipe, solo Rebeca es la dichosa.
Raquel: Sí, sólo ella, es la excepción entre cien.
Rebeca: (fuera de escena) Salvaje, anda a hablar con los jumentos
Julia: Que tienes amiga mía, que te han hecho
Rebeca: No me ha hecho nada
Gila: Si ya se ve, si Bartolo es un buen hombre
Rebeca: Que hombre a de ser, es una alimaña, un jumento, un peñasco hecho
y derecho.
Raquel: ¿Tan sordo es?
Rebeca: ¡San Jeremías! ¿Quién ignora es o en Belén?
Julia: No creo que sea tanto...
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Rebeca: Tan cierto es como que hay nubes en el cielo, te lo juro


Julia: No jures...
Rebeca: Pues te lo juro ¿porque lo dudas? Mira, el otro día que llovió,
¿Recuerdas? estaba tan recio la lluvia y un rayo cayo en mi solar y lo único que
dijo es que viera al gato si no habría tirado algún traste en la cocina ¿Qué tan
sordo no será?
Gila: Pobrecito, lastima de su mal tengo.
Rebeca: Yo también, es mi marido... Es un buen hombre pero en ocasiones me
enfada; Hablen un rato con él y verán que lo que les dije no fue nada.
Raquel: Si señor Bartolo, ¿Cómo está compañero?
Rebeca: Así no, háblale más fuerte.
Julia: (Grita más fuerte que Raquel) Señor Bartolo... ¿Cómo está?
Rebeca: (riéndose) Así no... Levanta más la voz... Grítale
Julia: ¿Cómo? Ya no podemos...
Rebeca: Hagan por poder, quizás gritan más fuerte las oiga.
Julia: Señor Bartolo, díganos, ¿Está usted bien?
Rebeca: Esto amigas es como hablarle a un muerto y en secreto
Julia: ¿Más? Si ya me duele el pescuezo, grítale tu Gila
Gila: Amigo, ¿Cómo está? ¿Está bueno?
Bartolo: Si señora, poco ceno, me hace daño si me excedo
Gila: De salud, comiénceme usted a hablar
Bartolo: Es cierto que ya hay decreto para empadronar y la verdad es que hay
que obedecer al César
Gila: Dejémoslo ya, pero hombre tan terco
Rebeca: Julia, háblale tú, quizás a ti te oiga mejor
Julia: No, ya estoy convencida y te creo sin juramento
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Rebeca: ¿Y tú Raquel?
Raquel: Yo tampoco ya me duele la garganta y el pecho.
Gila: Sí es más fuerte que oiga un muerto
Julia: Creímos que tú eras la más dichosa de todas, pero es fácil engañarse
con el negocio ajeno.
Rebeca: Pues si ya dice el refrán: “Más sabe el loco en su casa que el cerdo en
la ajena”
Julia: Es verdad (Mira hacia otra parte) Miren quien viene allí, ¿Es un
forastero, quien será?
Raquel: Buen a pregunta, ¿Quién ha de saberlo?
Julia: Nadie, pero yo no me quedo con la duda y ahora saldré de ella.
Rebeca: Pues yo tampoco, y la verdad ya me entró la curiosidad,
acerquémonos más.
Luzbel: (Para sí mismo) Cielos, si es verdad que revelas ciertos secretos a los
humildes, éstas deben saber lo que busco, lo sabré disfrazado y averiguaré si el
Mesías ha nacido, me informaré si ellas saben de tan terribles portentos; (Ya
frente de ellas) Villanas de éstas montañas, yo os saludo
Gila: Que grosero, que modo tan extraño de saludar tiene éste extranjero,
miren que llamarnos así
Julia: Calla, es rico, disimulemos (Se dirige al Diablo) Sea bienvenido ¿Qué
desea?
Luzbel: Serviros es mi deseo.
Julia: Miren que hombre tan discreto
Luzbel: Hermosísimas beldades, ninfas de estos arroyuelos, y gracias de
donde lo bello se ve a un mismo tiempo, ¿No me decís donde esto?
Julia: En Belén bien se sabe que no eres de aquí.
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Luzbel: Así es... Yo soy de muy lejanos reinos


Julia: ¿Viene a empadronarnos?
Luzbel: Yo no obedezco ordenes del Cesar, soy mayor que él
Raquel: ¿Escuchaste eso?
Gila: Si y muy bien.
Luzbel: Solo he venido a estos lugares por curiosidad y no solo he traído joyas,
sino también vestidos de los más exquisitos gustos y como tengo muchos, os
ofrezco algunas.
Julia: ¿A que precio?
Luzbel: ¡A ninguno!
Julia: ¡Un cortesano!
Rebeca: ¡Que liberal!
Raquel: Que discreto...
Gila: Que buen mozo...
(Llegan los pastores haciendo escándalo y se molestan por la presencia
del forastero)
Felipe: ¡Viva Simón!
Todos: ¡Viva!
Felipe: ¡Viva Simón y su ingenio!
Basilio: Ha perdonado a Gila sus Retobos; (Bartolo se sigue de largo) ¿Pero
que es esto?
Julia: Pero que oportunos son estos y a que mal tiempo vinieron.
Luzbel: ¿Pero quienes son estos?
Julia: Nuestros maridos...
Felipe: Hea Julia, que no te permito que estés hablando en secreto con este
hombre.
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Julia: Pero si no es hombre...


Felipe: A entonces por eso hace esos ademanes homosexuales
Julia: Es un Caballero muy elegante, muy comedido, muy atento, muy cortes y
muy rico.
Felipe: Pues por lo mismo, que es muy, muy, muy, no me acomoda que le
hables, ya que en efecto yo también soy muy celoso, muy desconfiado, muy
terco y muy tu marido; Y por lo tanto, también muy dispuesto a darle una
garrotiza a este mequetrefe.
Luzbel: Infeliz mortal, no sabes con quien estas hablando
Felipe: A mi no me interesa nada, lo que importa es que soy su marido y no
quiero que hable con usted, vamonos a la casa Julia, en este mismo
momento...
Julia: Adiós señor...(Dirigiéndose a su marido) Ay con que rabia te obedezco
Simón: Así se hace, el hombre se debe de amarrar bien la pantalonera; Tú
Gila, vete también con Julia
Gila: Ahora sí, ¿de donde acá tan celoso?
Simón: No tenía con quien celarte, pero ahora hay lobo en el cerro, así que
vete o te doy tu escarmiento
Basilio: Muy bien dicho (A Raquel) Vete tú también de aquí.
Simón: Fuera, ya déjenos aquí con el señor.
Raquel: Pues nada más con tal de no oírlos gritar nos vamos.
Simón: Ya estamos solos señor, ¿Que se os ofrece?
Luzbel: Todo el objeto de mi vida, es vender algunos afectos que traigo.
Basilio: ¿Sois mercader?
Luzbel: Al menos compro y vendo.
Basilio: ¿Y que es lo que compras?
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Luzbel: Yo compro noticias...


Basilio: Pues que raro empeño, que cosa es más barata que las noticias, y yo
soy un costal de ellas.
Luzbel: Lo veremos, he aquí un hermoso brillante.
Basilio: Que bello es...
Luzbel: Pues será tuyo si me sacas de una duda, que tengo desde hace años
Basilio: Usted nada mas pregúnteme...
Luzbel: Sabes lo que los profetas anunciarán para estos días?
Basilio: Si señor de pe a pa, del verbo que ha de nacer; Se toditas las
escrituras, las tengo aquí en la palma de la mano; El Génesis, El Deuteronomio,
El Levítico, El Pentateuco, Etc.
Luzbel: Ya estas, sabéis si ya ha nacido el Mesías que predijeron vuestros
padres.
Basilio: No señor, ni mis padres, ni mis madres se metieron a decir nada del
Mesías, solo que se oye que a de venir a redimirnos del mal demonio.
Luzbel: Vete necio antes de que entre mis manos....
Basilio: Adiós y gracias por el brillante. (Sale de escena y entra Bartolo
diciendo)
Bartolo: ¿Pues que le sucedió a Basilio que salió corriendo?
Luzbel: (Dirigiéndose a Bartolo) Hey tú... Ven acá...
Simón: Este es muy sordo, mejor grítele más fuerte.
Luzbel: ¿Sabes algo del Mesías?
Bartolo: Si señor, tenga usted muy buenos días...
Luzbel: ¿El prometido por la ley ya ha nacido?
Bartolo: Es cierto, la ley del Cesar desde muy lejos ha venido
Luzbel: ¿Sabes si está por nacer, el que prometieron vuestros padres?
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Bartolo: Pos que le voy a hacer si señor, si a mi todo me da miedo...


Luzbel: Apártate infeliz mortal, y no te burles de mis intentos (A Simón) Ven
acá tú...
Simón: Espere usted...no me tardo, voy a...
Luzbel: detente y luego te iras.
Simón: Es que voy a ver a mis puercos.
Luzbel: Es – pe – ra
Simón: Es que usted da reteharto miedo y además tengo mucha hambre .
Luzbel: ¡Ay que desesperación, que tormento!
Simón: ¿Que le sucede?
Luzbel: A mi nada, ¿Que habría de sucederme?
Simón: Pues a mi sí, ya no veo del hambre que traigo, ahorita vuelvo...
Luzbel: (Atajándolo) Espera, también traigo qué comer.
Simón: ¿De verdad?
Luzbel: Puedes pedir lo que quieras.
Simón: Si, seguramente... Su casa ha de estar retelejos...
Luzbel: (Tratando de intimidarlo) Si, Hasta el mismísimo infierno.
Simón: No, pus eso si esta retelejos, y de aquí a que lleguemos ya me habré
muerto del hambre y del cansancio.
Luzbel: Tengo muchísimos criados que te servirán a tu gusto.
Simón: (Para si mismo) Este encuentro no me esta gustando, mejor me fingiré
borracho.
Luzbel: ¿Qué tanto dices?
Simón: Es un secreto
Luzbel: (Intrigado) Habla, di cual es ese secreto
Simón: Señor, me retiro porque tengo mucho sueño y estoy muy borracho.
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Luzbel: ¿Qué tienes sueño?


Simón: Mira, La verdad es que estoy borracho y no creo que personas como
tú, quieran hablar con Gentes como yo.
Luzbel: Es mejor que vayas diciendo todo lo que sabes.
Simón: Yo no sé nada señor forastero y estoy muy borracho.
Luzbel: Nada, tú no estas borracho y solo finges.
Simón: En serio que no, me bebí un botellón de 40litros... yo solito
Luzbel: ¡Ningún licor has bebido!
Simón: Bueno ya... No estoy tan tomado que digamos... Pero sí.
Luzbel: ¿No me dirás que sabes del Mesías?
Simón: Pues que vendrá y que vendrá a liberar a su pueblo.
Luzbel: Pero de ese tiempo, ¿Tienes alguna señal?
Simón: Ahí esta el problema, que ahora ya no me acuerdo; Yo me metí un día a
la sinagoga y dijeron que un día de... Daniel... Creo...
Luzbel: Con eso tengo, ese profeta dijo que vendría cuando se cumplieran los
7 años de 70 siglos.
Simón: Eso de los drógmadas, dracmas o no sé yo que...
Luzbel: Sí, setenta semanas de años.
Simón: Pus como si me hablaras en griego, aunque a decir verdad, el calculo
esta muy bien hecho...
Luzbel: Oye, oye no me dices que no sabes nada; ¿Como es que te pones a
criticar?
Simón: Por eso mismo...
Luzbel: ¿Cómo?
Simón: ¿No sabéis que criticar es cosa fácil?

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Luzbel: Pero no te olvides de que dos viejos hablan más de lo que entienden
menos.
Simón: El calculo está bien hecho, porque si 70 lo multiplicamos por 10, nos
dará 70 otra vez.
Luzbel: (Con ira) ¡NO! Son 700
Simón: ¿Y usted se fija en un cero?
Luzbel: ¡Calla necio mortal y no provoque más mi ira, veo que te de ti no
sacaré nada y que te hice el menor daño del que pudiera yo hacerte. (Sale de
escena)
Simón: Ah pero que tipo tan más preguntón..... (Comienza a sentirse mal) Ay
me duele la cabeza... Veo solo puntos negros... Ay me arde el vientre. ¡Siento
que me quemo! ¡Auxilio compañeros! Ay, ay, ay
Luzbel: (Fuera de escena) ¿Qué tienes Simón? Jajá jajá (Entra corriendo
Gila seguida por otras)
Gila: Ay que se me muere mi Simón!
Rebeca: No llores lo curaremos...
Gila: Cómo no voy a llorar si es mi marido... ¡Ay se ha desmayado!
Julia: No, miren ya volvió, de seguro el maldito forastero lo hechizo.
Gila: ¡Ay pobre de mi! ¿Qué voy a hacer sin mi Simón?
Basilio: (Entrando) ¿Qué voy a hacer? Pus gestos...
Gila: Vamos pronto a recostarlo (Se cierra telón con villancicos navideños)

TERCERA ESCENA
Se disponen a cenar y las mujeres sacan ollas, cómales, platos, jarros
para prepara la mesa.

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Basilio: Y bien, ¿Cómo sigue el enfermito?


Simón: (Apareciendo) Mejor, muchas gracias, es más quisiera de cenar...
Gila: ¡Pero que es lo que oigo! ¿Ya tienes hambre?
Simón: ¿Y porque no? Ya estoy bien otra vez.
Gila: Cómo bien, si no hace ni una hora que te estabas muriendo.
Simón: Pues estoy bien, tal vez solo fue mi imaginación o tal vez todo lo he
soñado; Pero mejor vamos empezando que el hambre ya aprieta.
Felipe: Tienes razón, no perdamos más el tiempo.
Simón: con lo que me voy a hartar de guisado esta noche (Se asusta) ¡OH
Dios!
Rebeca: ¿Qué te sucede?
Simón: El maldito forastero, ahí viene de nuevo, ¿No lo ven?
Rebeca: Es verdad ¿Qué haremos?
Simón: No se preocupen, solo disimulemos el miedo.
Luzbel: Pastores, por segunda vez yo os saludo.
Felipe: Os agradezco señor por mi y todos mis compañeros ¿Queréis cenar?
Luzbel: Os agradezco, pero nunca ceno.
Felipe: Honrad nuestra mesa tan siquiera.
Luzbel: (Sentándose) ¿Y qué es lo que cenan?
Felipe: Es un humilde alimento; Asado de cordero, un poco de pan y vino.
Gila: (A Luzbel) ¿Que es lo que le pasa?
Luzbel: (Parándose y para sí mismo) Tiemblo al pensar de que... Pan, vino y
al final un cordero; Ay de mi que al final de esta cena un triste presagio veo, el
cual seguirá atormentando mi tormento.
Gila: Insisto... ¿Qué es lo que le pasa? Os habéis palidecido como la cera.
Simón : Esta que se lo llevan los diablos; Verdad Basilio.
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Basilio: Así parece Simón, ven acá Felipe y apurémonos a cenar.


Simón: ¡Que venga el vino Gila!
Gila: Aquí esta...
Simón: A pico de jarro bebamos con gusto, con paz y contentos.
Felipe: ¿Ni un trago de vino quiere usted?
Luzbel: No, nada quiero.
Raquel: Pues nosotros sí, bebamos a salud de Felipe.
Felipe: A la de Bartolo y Basilio.
Julia: A la de Simón y su entierro.
Todos: ¡Vivan las muchachas!
Basilio: Que vivan y sigamos bebiendo...
Felipe: (A Luzbel) ¿Estas triste señor?
Luzbel: Muchos motivos tengo que me afligen sin cesar.
Felipe: Y... ¿Pudiéramos saberlos?
Luzbel: Claro, no hay problema.
Simón: Silencio que va de cuento.
Luzbel: Nací príncipe heredero del país más afortunado que existe en el
universo.
Felipe: ¿Será acaso Arabia?
Luzbel: No, mi patria es más hermosa todavía.
Raquel: ¿Y queda lejos de éstas tierras?
Luzbel: Tanto como de aquí al cielo.
Simón: (Se dirige a los comensales) Éste caballero está loco...
Julia: Así parece.

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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Luzbel: yo quería ser igual que mi padre y en lo alto de los cielos convoque a
mis partidarios y me revelé contra él, librando batalla más cruel que se vivió en
los cielos... (Con ira) ¡Ay de mi!
Felipe: Pues... ¿Que fue lo que sucedió?
Luzbel: Pues que perdí la guerra y con ella todos los derechos del reinado y
desde entonces vivo vagando y llorando mi destierro en la completa soledad.
Felipe: Pero si vuestro padre es bueno seguro os perdonará... Arrepiéntete y
pídele perdón.
Luzbel: Eso nunca, ya que yo nunca me arrepiento de lo que hago.
Simón: Pues vaya el maldito genio el del loco éste.
Felipe: bueno, y si vuestra madre intercede por vos, a ella sería incapaz de
negarle tu perdón.
Luzbel: Ese es otro problema, no tengo madre.
Felipe: Sí, se ve que no la tienes.
Simón: ¡Echen un trago muchachos!
Basilio: Si amigos; brindemos a la salud del señor que ha nacido de entre las
hierbas... Salud.
(Se escucha un villancico para ameniza la cena y todos departen, brindan
y celebran)
Rebeca: Ya que hemos terminado, propongo que levantemos la mesa y que el
señor nos siga contando más de su interesante vida.
Simón: Dices bien, pongámonos más cómodos para que la comida repose.
Felipe: ¿Con que no venís de Adán?
Luzbel: No, yo existí primero.
Simón: Está pero si bien loco, amarrarlo fuera lo bueno.

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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Felipe: Esperemos un poco, para todo habrá tiempo. (A Luzbel) Según lo que
nos cuentas, existes desde hace mucho tiempo y eres muy viejo... Pero no lo
aparentas.
Luzbel: Desde hace 7mil años que existo y soy inmortal.
Felipe: (Dirigiéndose a los pastores) Compadezco al señor...
Gila: Yo también compadezco al jovencito... (todos ríen)
Luzbel: ¿Decían?
Julia: Que nos da lastima veros sin imperio.
Luzbel: Aunque perdí mi reino, aun tengo muchos vasallos.
Julia: (Burlona) Ahhh.... ¿Y quienes son?
Luzbel: Vosotros y vuestros hijos (Todos sueltan a reír) ¡Necios! Ríen de
vosotros mismos, no saben que nacieron bajo mi poder, sujetos a mi dominio y
marcados con mi sombra.
Gila: ¿Hasta el Cesar?
Luzbel: ¡Incluso él!
Simón: ¡que esperamos compañeros, amarremos éste rey... (Todos lo rodean
para atarlo)
Luzbel: Deteneos, que vosotros sois los locos, estúpidos mortales ¡Necios!
Basilio: Vuestra majestad dice bien... ¡Aprieta bien esa soga Simón!
Simón: Eso es lo que estoy haciendo.
Luzbel: No puedo vengarme por ahora porque los cielos los protegen, me iré
de aquí por el momento, (Desaparece en una nube de humo y se genera una
confusión general)
Rebeca: Amarra bien Simón...
Simón: Ya amarro...
Basilio: ¡A mi no jumento!
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Simón: Pero... En donde está el forastero, se no fue de entre las manos.


¿Quién vio hacia a donde se fue? (Todos y de uno por uno contestan
negativamente y con desconcierto)
Julia: Sin duda que era el diablo
Felipe: Vayamos todos a buscarlo.
Simón: Yo iré hacia el cerro.
Gila: ¡No, no vayas, es muy peligroso!
Simón: ¿En donde estará ese canalla? (Sale de escena)
Basilio: ¡Ten cuidado, es un embustero y loco maldito!

ULTIMA ESCENA
(Se encuentran los pastores, en el monte, buscando al forastero y
preparan una fogata)

Bartolo: Será mejor que mientras Simón da la vuelta al monte nos recostemos
un rato, tengo sueño.
Basilio: Que dormir ni que nada, ésta noche nadie duerme hay que cuidar el al
rebaño; Los perros ladran mucho y a mi ya me está entrando la preocupación.
Rebeca: Hace tiempo que no se ve lobo por éstos rumbos, pero con ese
forastero suelto ni falta que hace que los haya.
Felipe: Pues por la misma razón tenemos que esta alertas.
Gila: Yo me muero de sueño y hasta parada me quedo dormida
Raquel: Yo también y la verdad es que aquí me recuesto.
Felipe: No, no lo hagan el ganado corre peligro.
Gila: Pues... ¿Que hemos de hacer para no dormirnos?
Basilio: Tal vez podríamos cantar...
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Bartolo: ¿Cenar? Pues con que te piensas llenar... Mejor pongámonos a


platicar.
Raquel: No puedo olvidar el gesto ni el traje de ese maldito.
Julia: Ni yo.
Felipe: Mejor cállate, no dejabas de admirarle.
Julia: De eso ahora me avergüenzo; Yo creía que era un caballero y no cosa
contraria.
Felipe: Pero en su momento en él creíste , así que cállate de una buena vez.
Julia: No te engañes, yo no soy mujer que se deja llevar por la apariencias y
menos por el interés.
Felipe: Tú y todas las mujeres son iguales.
Rebeca: Oiga usted, no con todas barra Don Felipe yo no soy de esas que
usted dice.
Gila: Y yo muchísimo menos. (Entra Simón agitado y muy asustado)
Simón: Pronto... ¡Tenemos que hacer algo! Antes del que el fuego nos
consuma...
Gila: ¿Qué es lo que dices? ¿Te has vuelto loco?
Simón: Estoy en mi sano juicio, fui en busca del forastero y desde lo alto vi
unas llamas sobre el pueblo, creo que a éstas horas toda la comarca se habrá
convertido en cenizas.
Gila: ¿Es eso posible Simón?
Simón: En esas cosas nunca miento...
Felipe: Pero... ¿Que es lo que el fuego ha tocado?
Simón: Montes, cerros y a según lo que vi, ya todo debe estar ardiendo.
Basilio: Vayamos a ver que podemos hacer para apagar ese fuego.
Felipe: Vamos Julia.
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Raquel: Vamos todos a buscar algún remedio para este mal... (Aparece un
resplandor)
Voz del Ángel: Deteneos pastores, no temáis que os traigo una buena nueva;:
Ésta noche nacerá el rey entre la paja, ese el rey de la gloria lo veréis en brazos
de su madre llena de alegría; El Rey de los cielos se alegra y de la paz se goza.
Id gozad también vosotros de esa dicha. Y para que conozcáis donde está el
niño, tendréis por seña un pesebre y envuelto en unos pobres pañales
encontrareis al padre señor vuestro. Cantan alegres los cielos anunciando al
hombre paz cuando dicen “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los
hombres de buena voluntad. (Desaparece el resplandor poco a poco)
Felipe: ¿Escuchaste eso Simón?
Simón: ¿Oíste Gila?
Basilio: ¡Que hermosura!
Rebeca: ¡Que prodigio!
Basilio: Paraninfo celestial detened tu vuelo.
Simón: ¿Qué es un paraninfo?
Basilio: Es el ángel que ha anunciado el nacimiento del salvador.
Rebeca: Solo el pobre de Bartolo se ha perdido todo éste portento.
Bartolo: Te equivocas, todo lo oí completo, que había nacido el divino verbo,
eso es lo que el ángel dijo
Rebeca: Esto es un verdadero milagro, cómo estando tan sordo parece te
hayas curado.
Basilio: Los profetas anunciaron que cuando naciera el redentor; Los sordos
oirían, los mudos hablarían y los cojos caminarían y justo era que el pobre de
Bartolo oyera que ha nacido el rey.

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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Simón: Vayamos a Belén a ver tan maravillo portento y que Dios nuestro señor
nos lo haga manifiesto.
Basilio: Dices muy bien, vamos todos a ofrecer nuestros dones.
Bartolo: Es verdad, vayamos todos alegres que Dios nos recibirá en su
corazón.
Raquel: Corazón, eso es lo que yo le ofrezco: ¡Mi corazón!
Rebeca: Y yo lo mismo.
Bartolo: Y todos correspondiendo a su amor ofreceremos alma, vida y corazón.
Simón: Pues a Belén... Ahí la gloria se encuentra y entonemos con dulzura....
(Cantan los pastores a Belén y circulan en derredor del foro, mientras se
coloca el pesebre)
Simón: Aquí pastores, Aquí es nuestro destino.
Gila: ¡Pero que niño tan hermoso!
Rebeca: ¡Un verdadero portento!
Felipe: Qué resplandor, ésta noche se volvió éste lugar el cielo.
Julia: ¡Santa madre de Dios que niño tan lindo!
Gila: ¡Ay que lindos pucheritos hace... Yo le voy a dar un beso
Raquel: Y lo mismo yo...
Simón: deteneos amigas, ésta es casa de Dios y por lo mismo debemos
guardar compostura y respeto.
Bartolo: Dices bien, y para nosotros son aceptados tus consejos.
Basilio: Pues entonces, si os parece bien... tome cada cual su lugar y vayamos
de dos en dos a ofrecer nuestras ofrendas a estos santos peregrinos y al
bendito niño.
Bartolo: Que sea como dicta la buena prudencia de Basilio...

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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Felipe: Con el afecto, el más sincero te ofrezco divino niño; Aun más blanco
que el armiño, este pequeño presente... Con él pago el tributo de que hayas
venido al mundo a salvarnos.
Julia: Señor, tanto has amado al mundo que hiciste que volviera la salvación de
cuerpos y almas; Señor, te ofrezco pañales que significan todo mi amor,
recíbelos por favor.
Bartolo: cuando todos los pastores mil dones ofrecerán, yo os ofrezco solo un
pan oh niño de mis amores, con él realizaras las más grandes hazañas y lo
convertirás en un santo sacramento.
Rebeca: Pues Bartolo te ofreció pan señor, vino yo ofreceré, porque la fe que el
vino al pan igualo, cómo éste te he de obsequiar; Todos los que tú me has de
dar, convertido en pan y vino.
Basilio: Niño hermoso gran señor, yo te ofrezco éste cayado pues del cielo
habéis bajado para ser un buen pastor, yo te ofrezco mi señor para que con él
busques a tanta oveja descarriada como el forastero y otras tantas que estoy
viendo... (Voltea a ver al público) Y lo hagas entrar en razón y al rebaño que
vuestro padre ha dado por herencia.
Raquel: Niño lindo niño hermoso de mi corazón, admite este humilde don y de
mi cariño obsequio; Te traigo éste sombrerito porque según dijo Basilio; Eras
humilde pastor, admítelo oh gran señor.
Simón: Una ovejita balando al niño yo le traía, la he perdido María sin saber
cómo ni cuando. Pero en concilio te ofrezco ésta leña para calentar su cuna.
Gila: Éste cestito de quesos trae al niño ésta humilde pastora y que en seguida
pongo a tus pies mi gran señora. No tuve cosa más, pero creo mitigará un poco
tu hambre.
(Música de villancicos, la cual se interrumpe para que hable Simón)
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Autor: Tomas Dimas Arenas Adaptación: Arturo Dìaz Cruz

Simón: ¿Ya se acabó la función? Pues me pareció muy poco.


Gila: ¿Qué más querías?
Simón: Pues qué se yo, otra cosa para alegrar a éste niño.
Julia: Dices bien...
Felipe: Ya lo creo... ¡Viva el Rey!
Todos: ¡Viva!
Bartolo: ¡Viva el Rey y sus padres!
Todos: ¡Que vivan!
Felipe: Cantemos todos con alegría...
(Cantan todos “Pero mira como beben los peces en el río y cae telón)

FIN

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