Está en la página 1de 6

Los más altos intereses del país deberían primar al momento de realizar los nombramientos en

cargos tan delicados como el servicio exterior.

profesionalizar la política exterior y acabar con la ideologización.

explora vínculos más profundos con aliados naturales como Chile y Perú. La apertura a la región y
al mundo es auspiciosa. Sin embargo, para poder llevarla a cabo, Colombia debe avanzar en las
respuestas a los problemas internos que enfrenta, sin las cuales las buenas intenciones podrían
quedar en la nada

la ideologización configuración de sus relaciones exteriores. Impactos en las condiciones de pol


exterior.

La política exterior colombiana se ha caracterizado por el gran apego a Estados Unidos como
aliado político, militar y comercial; comportamiento que ha marcado las relaciones del país desde
la primera mitad del siglo XX. Esta faceta de la política exterior de Colombia recibe el nombre de
Respice Polum y ha constituido la columna vertebral del comportamiento del país en el escenario
internacional, aunque también la participación en organizaciones internacionales es parte de la
tradición exterior colombiana.

Por un lado, el realismo periférico puede explicar este comportamiento del Estado colombiano.
Esta teoría nace en los ochenta, sin embargo, es útil para entender la fidelidad de Colombia al
Respice Pollum desde sus inicios en la década del veinte. Adecuado en nuestro contexto debido a
que nace desde un punto de vista latinoamericano, el realismo periférico establece que el “orden
internacional estratifica los Estados en un orden jerárquico (…) [donde] cuanto más débil es un
país, más bajo es el umbral de [su] autonomía externa (...)” (Escudé, 2012, p.19).

Esta relación de subordinación con Estados Unidos se mantuvo en los años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, solo que ahora incorporaba un nuevo elemento: el apoyo al
anticomunismo liderado por el país norteamericano en el contexto de la Guerra Fría a cambio de
inversión para el desarrollo económico .

l mayor ejemplo de esta “nueva faceta” del Respice Polum fue la Alianza para el Progreso (APP);
programa estadounidense de cooperación financiera promovido por el entonces presidente John
F. Kennedy y que se desarrolló en varios países latinoamericanos durante la década de los sesenta.
La APP en el discurso fue promocionada como parte de la voluntad de Estados Unidos para luchar
contra el subdesarrollo en la región, apelando a valores panamericanos, pero lo cierto es que la
APP, fue otra herramienta estadounidense para buscar frenar el avance comunista en la región, en
especial tras la Revolución cubana y la influencia que esta podría tener en el resto de países
latinoamericanos.

En esta época, momento en el que se vive el Frente Nacional, además se urgían reformas que
estabilizaran el país tanto en lo económico, ya con tintes de la influencia cepalina (ISI3 ) --que se
analizará más adelante-- como en lo securitario-social, al tratar de calmar la violencia intensa de la
que se venía tras la muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán en 1948. “Colombia se convirtió
entonces en la “vitrina” de la APP en virtud de tres factores: la condición de aliado incondicional
de Estados Unidos, la voluntad política de llevar a cabo las reformas y la necesidad en Washington
de mostrar resultados.
Colombia parece estar de acuerdo con dicho supuesto y ha buscado una gran participación en los
organismos internacionales, a la vez que históricamente ha respetado muchos de los principios del
Derecho Internacional.

Aunque de relativa corta duración, este “espacio teórico” en la política exterior colombiana le
permitió al presidente Alfonso López Michelsen establecer un Respice Similia en su gobierno, es
decir, un acercamiento con los vecinos de la región más que con la potencia

Guerra fría: 1947-1991.

Frente Nacional: 1958-1974.


1946 trajo consigo, a través del triunfo del conservador Mariano Ospina Pérez, la salida del
liberalismo del poder en Colombia tras dieciséis años de mandato. Esto no implicó alteración alguna
en la política exterior colombiana, pues en ese entonces su accionar se encontraba influenciado por
los fenómenos que tomaban lugar en la política internacional: el mundo estaba dividido en dos
bloques que, aunque no llegaron a enfrentamiento alguno, incidieron tanto en la toma de decisiones
de los demás Estados que limitó entonces la realización de política exterior en países militarmente
débiles, que debían -aunque según Truman dicha elección no fuese siempre libre- escoger entre
alguno de ellos, bien sea capitalismo o comunismo.
Colombia se convirtió así en zona de influencia norteamericana en su batalla anticomunista. No es
novedad que este país se ha caracterizado a lo largo de la historia por una estrecha relación con
Estados Unidos en su política exterior, haciendo de la doctrina Respice Polum la columna vertebral
de su comportamiento, la cuestión a destacar es que dentro de este nuevo contexto se incluía ahora
un novedoso elemento: el apoyo al país norteamericano en la lucha anticomunista en el período de
la Guerra Fría a cambio de inversión para el desarrollo económico. El apego y subordinación de
nuestro país a los intereses estadounidenses puede ser explicado por la teoría del realismo
periférico, que entiende que el orden internacional es jerárquico y que cuanto más débil es un país,
más bajo es el umbral de su autonomía externa, de este modo, podemos entonces percibir una
clasificación entre los Estados: los que dan las órdenes, los que las obedecen, y los que se rebelan.
Esto conllevó a que en el interior de Colombia tomara lugar un consenso bipartidista, pues los
partidos tradicionales se acoplaron en torno a principios anticomunistas que debían guiar el accionar
de la política internacional colombiana. Aprovechando la mención del consenso, cabe entonces
aludir al Frente Nacional, pues fue un pacto en el que el acuerdo o consentimiento de una
comunidad constituyó una de sus principales características. Las propiedades de este pacto no
apartaban a la política exterior de Colombia de su línea tradicional, por lo que el componente
económico, el apego a la legalidad, el bajo perfil y la estrecha relación con USA seguían en pie; la
participación y servicio en mecanismos multilaterales hacían parte también de la tradición exterior
colombiana, por lo que cabe resaltar, de entre muchos, el vínculo de nuestro país con la ONU, el
TIAR, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional,
la OEA, Conferencias Panamericanas y cumbres.

Si bien en la iniciativa lanzada por el expresidente norteamericano John F. Kennedy, la Alianza para
el Progreso, Colombia fue uno de los mayores beneficiarios, el asesinato de éste junto a elementos
adicionales sentaron parte de la base para que los países latinoamericanos adelantaran de forma
autónoma sus políticas exteriores. El hecho de que Estados Unidos, siendo el principal mercado
comprador, estableciera una cuota en el contexto comercial y el desacuerdo ocurrido en 1966
entre Colombia y el FMI, indicaba nada menos que cambios: así, Colombia comenzó a abrirse al
resto del mundo. Muy importante es el hecho de que reabrió su relación con la Unión Soviética,
pues de cierta manera se interpreta como una manifestación de desilusión hacía los Estados
Unidos. Es aquí donde se puede apreciar entonces la desventaja de ideologizar la política exterior,
pues constituye una limitación que no permite explorar vínculos más profundos con otros posibles
aliados y a su vez puede generar la creación de un marco de acción en el que tal vez los más altos
intereses del país no se encuentren incluidos. Es así como, en vez de guiar el accionar del país en
torno a una ideología, lo que se debe hacer es profesionalizar la política exterior.
por lo que, en vez de ideologizarla, se debe velar por profesionalizarla.

el servicio exterior.

profesionalizar la política exterior y acabar con la ideologización.

explora vínculos más profundos con aliados naturales como Chile y Perú. La apertura a la región y
al mundo es auspiciosa. Sin embargo, para poder llevarla a cabo, Colombia debe avanzar en las
respuestas a los problemas internos que enfrenta, sin las cuales las buenas intenciones podrían
quedar en la nada

la ideologización configuración de sus relaciones exteriores. Impactos en las condiciones de pol


exterior.

Colombia tenia una vocación de servicio a los mecanismos multilaterales a través de los principios
jurídicos.
La política exterior de Colombia se encontraba así en una nueva etapa pero que conservaba los
elementos que la caracterizaban: participación en mecanismos multilaterales. Se conservaba el
Respice Polum pero, sin dejar de lado un objetivo económica, esta vez se fundamentaba también
en una base anticomunista, lo que produjo en Colombia un consenso bipartidista a través de la
unión de los partidos tradicionales en torno a principios anticomunistas que debían guiar el
accionar de la política internacional colombiana. Se dejaba de ver en USA una intención
imperialista para ahora llevar a cabo la lucha común contra el expansionismo rojo.

Frente Nacional: contaba con ciertas características que no apartaban la política exterior de
Colombia de su línea tradicional. Componente económico importante, apego a la legalidad,
consenso bipartidista, bajo perfil y estrecha relación con USA.

Alianza para el progreso: Cbia tenia el atractivo pa q Kennedy lo escogiera como uno de los
mayores beneficiados puesto que el Frente Nacional brindaba las condiciones para explotar sus
beneficios potenciales. Además había un sistema político estable.

También podría gustarte