Está en la página 1de 15

21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

INTELIGENCIA SOCIAL
La nueva ciencia de las relaciones humanas

Daniel Goleman

Kairós , 2006

Nº de páginas: 543

Resumen y traducción: Rafael Bernabeu

COMENTARIO

Este libro no explica con claridad qué es la inteligencia social. Lo que hace el autor es repetir una y otra vez investigaciones que, aunque

son científicamente válidas, no son suficientes para dar una teoría general de la inteligencia. Sin esta teoría, es imposible que se pueda

explicar nada sobre la inteligencia en las relaciones sociales. Por otra parte, el autor es completamente confuso en sus explicaciones,

mezclando narraciones de ficción con datos de investigaciones empíricas, de una manera muy poco argumentada. Los conceptos que

utiliza se repiten, a lo largo de todo el libro. No me parece que sea un buen libro de divulgación, y precisamente en el último capítulo,

afirma que la psicología social no ha avanzado ni investigado en los últimos años, sin demostrarlo. Es cierto que la primera investigación

de la psicología social sobre las emociones, consideradas como parte de la inteligencia, la realizaron Mayer y Salovey, en libros como

“Social Psychology of Health”, Psychology Press, 2003, resumido en el Banco Bibliográfico de Movilización Educativa. Este libro, sin ser

divulgativo, es un buen ejemplo de este campo de la psicología, mientras que el de Goleman, que es considerado el “inventor” del

término inteligencia emocional, no aporta nada nuevo, más bien confunde. Por otra parte, me parece que este tipo de libros son muy

negativos para la psicología, ya que actúan como best-sellers, atraen la atención del lector, pero sin respetar los razonamientos

necesarios en cualquier ciencia social. Mi conclusión es que este libro, no pertenece al campo de las ciencias sociales, aunque utilice

algunos de sus descubrimientos.

INDICE

PARTE 1: I Programados para conectar

I Programados para conectar

CAPITULO 1. Introducción

Hay situaciones en las que el comportamiento humano pone de manifiesto “la inteligencia social del cerebro a la hora de enfrentarse

exitosamente a situaciones tan complejas y caóticas como la mencionada” (p. 14). Son circuitos neuronales que se activan en

determinadas situaciones. La ciencia puede especificar los mecanismos cerebrales que se ponen en marcha en las situaciones sociales.

La neurociencia ha descubierto que el sistema neuronal está programado para conectar con los demás: el cerebro tiene un diseño que

nos hace sociables, se establece un “vínculo intercerebral” entre las personas. Cuanto mayor sea el vínculo emocional, mayor será el

efecto de su impacto. Goleman habla de acoplamientos neuronales, danza emocional, tango de sentimientos, las interacciones sociales

como moduladores, termostatos interpersonales: son términos nuevos de interés para la psicología. Las descargas hormonales, regulan

desde el corazón al sistema inmune. Vínculo entre las relaciones que producen estrés y genes que regulan el funcionamiento del sistema

inmunológico. “No es de extrañar que nuestras relaciones no sólo configuren nuestra experiencia, sino también nuestra biología” (p. 15).

Las relaciones positivas tienen un impacto positivo sobre la salud, las tóxicas pueden envenenar lentamente nuestro cuerpo. Este libro se

adentra en la psicología interpersonal. Regiones de la experiencia humana: hay momentos efímeros en nuestra experiencia, que sin

embargo tienen consecuencias muy profundas. Ha aumentado mucho la desconexión entre las familias americanas, por lo que el “capital

social” en las familias ha descendido mucho. Considera que desde los años noventa en adelante se han debilitado mucho las relaciones

interpersonales. Las nuevas organizaciones sociales mantienen a sus miembros a distancia, porque funcionan a través de e-mail, lo que

hace innecesarias las reuniones. El efecto de estos cambios todavía nos es desconocido y no se han calculado bien sus costes

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 1/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

emocionales y sociales. Nuevas investigaciones de la neurociencia:

- Células fusiformes: funcionan con más rapidez que las demás y operan cuando hay que tomar decisiones sociales rápidas.

- Neuronas espejo: registran los movimientos que otra persona está a punto de hacer, y sus sentimientos, predisponiéndonos a imitar

ese movimiento, a sentir lo mismo

- El cerebro genera dopamina cuando una mujer mira atractivamente a un hombre, es un inductor del placer, que no está presente

cuando mira en otra dirección

Estos hallazgos han llevado a teorizar sobre el “cerebro social”: circuitos neuronales que operan mientras estamos relacionándonos (el

esbozo de una nueva disciplina, según Goleman). Congreso científico en Suecia, sobre la neurociencia social, expresión que empezaron a

utilizar Cacioppo and Bernston. Cacioppo: “estamos en condiciones de empezar a dar sentido al modo en que el cerebro moviliza nuestra

conducta social y en que el mundo social influye en nuestro cerebro y en nuestra biología” (p. 22). Por ejemplo, cuando en una relación

social hay tensión, las hormonas del estrés aumentan hasta niveles dañinos para los genes que controlan la producción de células que

deben enfrentarse a los virus. Qué sucede en el cerebro en las relaciones interpersonales. Cerebro social: “el conjunto de mecanismos

neuronales que orquestan nuestras interacciones, suma de los pensamientos y sentimientos que tenemos sobre las personas con las que

nos relacionamos”. Cuando nos relacionamos con alguien (mirada, piel, voz) nuestro cerebro social se conecta con el de los demás.

“Neuroplasticidad” del cerebro, las relaciones sociales juegan un papel en la reconfiguración de nuestro cerebro. Las experiencias

repetidas. El modo en que nos relacionamos tiene mucha importancia. El autor se pregunta, ¿qué significa ser socialmente inteligente?

Thorndike: “capacidad de comprender y relacionarse a los hombres y las mujeres”. Inteligencia social implica el comportamiento

inteligente, no sólo comprender las relaciones sociales. Incluye capacidades como la empatía y el interés por los demás. Qué impacto

tienen los demás sobre nosotros, y nosotros sobre los demás. Puede exigir una revisión de nuestro modo de vida.

I Programados para conectar

CAPITULO 2. Economía emocional

Las emociones intensas se contagian con la misma facilidad que un virus, se activan los circuitos neuronales correspondientes. El estado

de ánimo tiene una inercia perdurable (rescoldo emocional) aunque el encuentro haya terminado. Economía emocional: balance de

ganancias y pérdidas internas al relacionarnos con alguien. Capacidad de transformar el estado de ánimo de los demás. Desventajas del

contagio emocional, cuando nos vemos obligados a vivir un estado negativo: cuando sentimos que estamos en el momento equivocado,

las descargas emocionales pueden convertirnos en víctimas inocentes del estado negativo de otra persona. La activación de la amígdala

genera un estado de hipervigilancia. El miedo es el sentimiento que más moviliza la amígdala. Cuando dirigimos la atención hacia aquello

que más nos preocupa, es la amígdala la que recibe la información con indicios emocionales. Es una especie de radar cerebral que llama

nuestra atención sobre todo lo nuevo y lo desconcertante. Cerebro social: “mecanismos neuronales que orquestan nuestras

interacciones... suma de los pensamientos y sentimientos que tenemos acerca de las personas con las que nos relacionamos” (p. 23).

Único sistema biológico del cuerpo que nos conecta con los demás y se ve influido por nuestro estado interno. Neuroplasticidad cerebral:

las relaciones sociales tienen un papel en al remodelación del cerebro. Los senderos neuronales del cerebro se remodelan a lo largo de

los años, en las relaciones personales. La amígdala extrae significado emocional de los mensajes no verbales: gestos, posturas, tono de

voz – importante: antes de que seamos conscientes-. La amígdala es “muda”, el autor explica que: “Cuando registramos un sentimiento,

recibimos señales de los circuitos neuronales que, en lugar de alertar a las áreas verbales (y permitirnos, en consecuencia, nombrar lo

que sabemos), reproducen esa emoción en nuestro cuerpo” (p. 29). Procesamiento subliminal de la información (en la amígdala, de

dimensiones emocionales), más allá de donde llega la conciencia. Por eso se dice que se contagian los sentimientos ajenos. Poderoso

mecanismo energético que permite la transmisión interpersonal de sentimientos. La transacción básica de la economía emocional es el

contagio. Sabemos que las emociones se contagian y cuales son las consecuencias, pero ignoramos cómo se propagan las emociones.

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 2/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

Vía inferior del cerebro: “veloces circuitos cerebrales que operan automáticamente y sin esfuerzo alguno por debajo del umbral de la

conciencia” (p. 30). Vía superior: “discurre a través de sistemas neuronales que operan más lenta, deliberada y sistemáticamente.

Gracias a ella podemos ser conscientes de lo que está ocurriendo y disponemos de cierto control sobre nuestra vida interna, que se halla

fuera del alcance de la vía inferior” (p. 30). Inferior: sentimientos. Superior: considerar lo que está ocurriendo. La vida social gira en

torno a estas dos modalidades de procesamiento: inferior y superior. Por eso es posible que una emoción pueda transmitirse

silenciosamente de una persona a otra sin que nadie se ocupe de manera consciente de ello. Se ha demostrado que, sin que intervenga

una interpretación consciente de lo que sucede, se nos puede contagiar el estado de ánimo de una persona o sus emociones. La

imitación de expresiones emocionales favorece un puente intercerebral, que expone a las influencias emocionales sutiles de otras

personas. Personas más o menos sensibles, que responderán de distinta manera ante situaciones similares, sin embargo, el autor afirma

que la transacción emocional tiene lugar siempre, aunque a una persona más insensible le afecte menos que a una sensible. Por

ejemplo, ¿cuales son los mecanismos neuronales implicados en el contagio de las emociones entre la pantalla y el espectador: la película

“jugaba” con el cerebro de los espectadores. Los espectadores responden como si la historia imaginaria les estuviese sucediendo a ellos.

La conclusión de Goleman es: “No parece que el cerebro haga grandes distingos entre la realidad virtual y la real” (p. 35). El cine parece

que controla el funcionamiento de nuestro cerebro. Nuestra imaginación tiene consecuencias biológicas, la vía inferior determina nuestra

experiencia emocional. ¿Dónde esta la excepción a este teatro? Las áreas prefrontales de la vía superior (circuitos ejecutivos del cerebro,

facilitan el pensamiento crítico), es lo que permite que nuestra reacción en el cine no sea la misma ahora que hace cien años, porque ya

hemos aprendido a anticipar lo que sucede en una pantalla de cine. Las imágenes pueden desbordar nuestro cerebro, mientras que los

estados de ánimo son tan contagiosos que se perciben de manera muy sutil. Qué sucede cuando alguien es insincero intencionalmente, o

cuando reprime sus sentimientos: es un esfuerzo emocional que exige cambios fisiológicos, como el aumento de la presión sanguínea. En

las vías neuronales hay una especie de sistema de alarma de la insinceridad. Circuitos especializados en la sospecha, que no son los

mismos que se emplean en la empatía, por eso es tan importante detectar la mentira en los asuntos humanos. Si hay una incongruencia

en la expresión emocional, se activa una región del cerebro que vigila las amenazas sociales o la información conflictiva. Lo que esta

región del cerebro hace es intentar detectar los peligros, saber si alguien es o no merecedor de nuestra confianza.

Qué papel representa el poder en las relaciones personales: flujo interpersonal de la emoción. Influencia de un miembro de la pareja.

Converger emocionalmente el uno con el otro. El cuerpo reproduce las emociones del otro. Por ejemplo, en una discusión, a medida que

la gente se acalora, los sentimientos de tristeza, ira y pena. Si se imita con mucha exactitud la gestualidad de una persona, la sensación

de lo que esa persona está sintiendo es muy exacta, sobre todo en emociones negativas sobre la ira. Empatía: experimentar emociones

que otra persona está sintiendo. Compartir el estado interno de una persona: compartir el estado fisiológico de la persona a la que está

conectada, esto es empatizar. “Las personas cuyos rostros demuestran las expresiones más intensas son también las que más

exactamente juzgan los sentimientos de los demás, lo que parece derivarse del principio general que afirma que cuanto más similar sea,

en un determinado momento, el estado fisiológico de dos personas, más fácilmente podrán sentir lo que el otro está experimentando” (p.

43).

I Programados para conectar

CAPITULO 3. La receta del rapport

Rapport, posturas y movimientos que tienen lugar en una relación interpersonal, una danza en la que cuando uno avanza, el otro

retrocede. Danza biológica que subyace a nuestras interacciones cotidianas. Ritmo de la emergencia y de la desaparición de las

emociones. Sintonía fisiológica. El funcionamiento de dos cerebros es como una danza coordinada dentro de una relación social. Se está

empezando a analizar simultáneamente el funcionamiento de dos cerebros: danza neuronal. Sólo existe entre los seres humanos:

presente en cualquier relación que sea afectuosa, comprometida y amable, pero no de manera momentánea, sino a lo largo del tiempo.

Suelen ser más creativas y eficaces. Estas relaciones, con un buen intercambio, generan armonía y cordialidad, comprensión y

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 3/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

autenticidad. Estas sensaciones fisiológicas fortalecen los vínculos interpersonales. Ingredientes de esta relación: atención, sensación de

bienestar mutua y coordinación no verbal, presentes de manera simultánea, favorecen el intercambio de claves emocionales. Si no

prestamos una atención completa, sólo conectamos con el otro de modo parcial y pasamos por alto detalles cruciales, sobre todo de

índole emocional.

1. Atención compartida: primer requisito imprescindible del rapport

2. Sensación positiva: a través del tono de la voz y de la expresión facial

3. Coordinación o sincronía: canales no verbales sutiles, como movimientos corporales, ritmo, sincronía de la conversación

La imitación intencionada y fingida parece estar completamente fuera del lugar. Hay una gran diferencia entre una imitación espontánea

y una fingida. Cuando se responde a alguien de manera deliberada. La psicología social ha descubierto que cuanto más naturalmente

coordinados sean los movimientos de las personas que se relacionan, más positivos serán sus sentimientos. También se ha comprobado

la sincronía respiratoria en una conversación. Además es necesaria también una coordinación verbal. Cuando la relación social está bien

coordinada hay una especie de amortiguador de los encuentros interpersonales. Esto es algo que sucede ya durante el embarazo, y que

el niño pequeño aprende desde muy pronto. Lo que mantiene la interacción es la experiencia inmediata de la conexión, cuando no hay

esta experiencia, la relación social no tiene la vitalidad necesaria. Es una conversación silenciosa que nos permite adivinar cómo nos

sentimos en la relación, y en consecuencia ajustarnos. El ritmo verbal, y otras señales gestuales, van generando una sincronía en la que

los cambios de nivel de energía producen sensaciones placenteras. La naturaleza está sincronizada, el mundo natural nos demuestra que

cuando en una conversación, como en las mareas, se pierde esa sincronía, las posibilidades en esa relación son mucho menores. Cuando

los ritmos emocionales se sincronizan, es como si un “metrónomo humano” (otra persona) nos propusiese un determinado ritmo. Hay

“osciladores”, sistemas neuronales que actúan como relojes, con lo que podemos ajustar y reajustar la tasa de activación en función de

la frecuencia con que recibimos determinados estímulos. Movimientos que se entremezclan, pero en milisegundos, es una “danza” cuya

complejidad queda muy lejos de nuestro pensamiento. En las relaciones interpersonales esos marcapasos se sincronizan con mucha

rapidez, normalmente de manera inconsciente. Es una “rumba intercerebral”, muy sencilla porque se aprende en la más temprana

infancia.

Goleman denomina protoconversación a la que tiene lugar entre la madre y su bebé, los abrazos y los beses son una sincronización.

Hubo una clara comunicación entre ellos, es un rudimento básico de la comunicación. Hay un acoplamiento entre la madre y su bebé, en

el que uno registra la respuesta del otro, ajustando la suya en consecuencia. Conversaciones no verbales, la presencia de palabras

solamente cumple la función de un mero efecto sonido. A través de mirada, tacto, tono de voz, sonrisas, arrullos y el “motheresse”,

correlato adulto del habla infantil. Es un tipo de habla que subraya la prosodia y los matices melódicos, que trascienden la cultura, con

independencia del idioma que hable la madre. El tono de voz es elevado y las frases son cortas, con un ritmo regular. La madre, con su

tono de voz, la prosodia y el ritmo, puede tranquilizar al bebé, emocionarle, sosegarle o alterarle y provocar su llanto.

I Programados para conectar

CAPITULO 4. El Wifi Neuronal

La ansiedad moderada favorece las relaciones emocionales, no si es hasta el extremo de la amenaza. La expresión aterrada en los

pueblos primitivos movía a los demás al pánico, estimulando la respuesta de huida de nuestros congéneres. La reacción de la amígdala

es inmediata, ante una imagen de intensidad proporcional a la emoción que se exhibe. El contagio emocional abarca un amplio rango de

sentimientos, desde la tristeza y la ansiedad hasta la alegría. El contagio emocional es un acontecimiento neuronal: hay un vínculo entre

los cerebros. Es un acoplamiento, de modo que el input de uno es el output de otro. Siempre estamos emitiendo y recibiendo estados

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 4/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

internos. La resonancia es una vibración simpática, la tendencia de una parte a acoplarse al ritmo de la otra, provocando así una especie

de efecto secundario, que amplifica y prolonga la respuesta. Esta coordinación no suele requerir una atención especial, sino que más

bien, el intento deliberado de imitar a alguien para acercarnos a él resulta demasiado torpe. Ni los motivos ocultos, ni tampoco a la

intención consciente de congraciarse con nadie. Es la vía inferior, la de la amígdala, la que produce la conexión, a una extraordinaria

velocidad, sin mediación consciente de nuestra parte. Esto sucede con gran facilidad, gracias a una clase muy especial de neuronas.

Espejos neuronales: estas neuronas espejo del cerebro reproducen las acciones que observamos en los demás, e imitan, o tienen el

impulso de imitar, sus acciones. Posiblemente los senderos de la vía inferior discurren a través de este tipo de neuronas, hay muchos

tipos. La amígdala sólo necesita 33 milisegundos, en algunas ocasiones sólo 17 para registrar las señales de miedo en el rostro de otra

persona. Esto sucede a una extraordinaria velocidad, gracias a la participación de una clase muy especial de neuronas. Cuando un animal

observa a otro realizar cualquier movimiento, se activan las neuronas espejo, lo mismo sucede entre personas. Así podemos participar en

las acciones de otra persona como si fuésemos nosotros quienes las estuviésemos ejecutando. Experimentamos los sentimientos del

otro, sus movimientos, sus sensaciones y sus emociones. “La habilidad social depende de las neuronas espejo” (p. 63). Al experimentar

las intenciones de los demás, y su motivación, tenemos una información socialmente valiosa para aventurar. Actuamos como camaleones

sociales: las neuronas espejo son esenciales en el aprendizaje infantil. El aprendizaje por imitación constituye el principal camino del

desarrollo infantil. Los niños pueden aprender a través de la mera observación: en su cerebro queda grabado un repertorio de emociones

y conductas. Así aprenden los niños cómo funciona el mundo. A diferencia de los simios, las neuronas espejo en el ser humano son más

flexibles y diversas, nuestras habilidades sociales son más sofisticadas.

“De esta forma entendemos a los demás convirtiéndonos, al menos parcialmente, en ellos. Esta sensación emergente en el campo de la

filosofía de la mente, según la cual entendemos a los demás traduciendo sus acciones a un lenguaje neuronal que nos predispone a

ejecutar sus mismas acciones y, de ese modo, nos permite sentir lo mismo que él está sintiendo” (p. 64). Estas neuronas imitadoras se

ponen en marcha cuando experimentamos el estado de ánimo de otro y “nos hacemos eco” de sus sentimientos. Hay neurocientíficos

que sugieren que el cerebro posee un sistema nos predispone hacia sentimientos positivos y nos lleva a asumirlos con más frecuencia

que los negativos. Esto nos puede dar una visión más positiva de la vida. La Naturaleza tiende a fomentar las relaciones positivas, y por

eso no nos hallamos predispuestos hacia la hostilidad, aunque la agresividad tenga un importante papel en los asuntos humanos. Las

experiencias positivas y alegres desencadenan de inmediato la resonancia en los demás, incluso entre personas que no se conocen. La

risa, por ejemplo, suele ser la distancia más corta entre dos cerebros, estableciendo un vínculo social inmediato. El caso más claro es el

de los amigos adolescentes. Por otra parte, las canciones, la música popular, podría comprenderse como un sistema de transmisión de

“memes”, ideas que se transfieren de una mente a otra, como lo hacen las emociones. Ejemplo de memes: “democracia”, “higiene

personal”, son mensajes que nos llevan a actuar de una determinada manera. Estos mensajes tienen tanta fuerza, por su relación con la

vía inferior, y se asocian con emociones intensas. “Tengamos en cuenta que, para nosotros, una idea es importante en la medida en que

nos moviliza, y eso es precisamente lo que hacen las emociones” (p. 69).

Los “memes”, tienen un poder extraordinario en las relaciones personales. Por ejemplo, simplemente con que pensemos en una acción ya

nos vemos predispuestos a realizarla. Por eso palabras como “democracia” o “higiene personal”, pueden tener un efecto tan potente,

creando una especie de agenda mental. Es posible que el cerebro “siembre” sentimientos, pensamientos e impulsos similares en los

demás. Vías paralelas del cerebro: dos personas pueden hacer lo mismo y al mismo tiempo, seguramente por cadenas asociativas

(asociaciones de ideas). Intimidad mental, proximidad emocional. Confluencia de pensamientos, sentimientos, percepciones y recuerdos:

fusión mental en la que podemos pensar y sentir lo mismo. Sucede algo parecido con las masas de gente, cuando se produce una

situación de histerismo colectivo: la multitud establece las conexiones para la violencia, desinhibe el control neuronal de los impulsos, y

una vez que hay un acto de violencia el contagio hace el resto. Esto sucede gracias a la sincronización fisiológica de sus subsistemas

biológicos. “Es muy probable que la velocidad de transmisión de los cambios de conducta de una masa se originen en la coordinación de

las neuronas espejo y que la rapidez del proceso de toma de decisiones dependa del tiempo que necesiten las neuronas espejo para

transmitir la sincronía de persona a persona (aunque ésta, por el momento, no deje de ser más que una mera conjetura)” (p. 71). El

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 5/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

razonamiento positivo, cuando tiene lugar entre varias personas, es “intrínsecamente reforzador”, y todo el mundo se siente bien. En un

grupo, la persona con el rostro más expresivo suele ser la que establece el tono de la interacción. Cuando en una reunión se tratan

temas conflictivos, la gente se siente mal cuando se movilizan emociones negativas. Tratando del mismo tema, si se movilizan energías

positivas, la gente se siente bien.

I Programados para conectar

CAPITULO 5. El instinto del altruismo

Altruismo: es necesario tener tiempo para prestar atención a una situación. Cuando se presta atención, la empatía aumenta, y es más

probable establecer un vínculo emocional. Es posible que en las ciudades, la gente camine en un cierto ensimismamiento, debido al

bombardeo de estímulos al que estamos sometidos. Por eso las ciudades aturden y ensordecen, de muchas maneras la sociedad nos

impide percibir lo que sucede a nuestro alrededor. La socialización y otros factores nos llevan a no prestar atención y determinar la

empatía y las emociones que sentimos. Hay muchos modos en que la sociedad puede cerrar nuestras ventanas sensoriales. Las personas

que se detienen a ayudar suelen hacerlo motivados por el malestar que les provoca la situación, por una sensación de ternura, de tipo

empático. Cuando se observa a alguien ayudando el efecto es muy potente: presenciar un acto bondadoso, amable y tolerante,

compasivo. En Japón calificaron como kandou, situaciones que conmueven emocionalmente, ver a un joven cediendo el sitio a un

anciano. Presenciar un acto bondad moviliza el impulso de realizar otro. Este tipo de contagio parece ocurrir a través de la “vía inferior”.

Memoria operativa: se refiere a la capacidad de atención de nuestra memoria en un determinado momento. Corteza prefrontal del

cerebro, de la vía superior. Sus circuitos cerebrales parecen predisponernos a la empatía, a prestar atención a lo que les sucede a los

demás. Al afrontar un reto hay que consumir recursos de atención. La comunicación entre las personas tiene un valor en la Naturaleza, y

trata de lograr un ajuste lo más rápido posible. Los gestos del bebé tienen la propiedad de aumentar el nivel de atención de la madre, al

mismo tiempo, los gestos de la madre logran que el bebé registre todo lo importante para su bienestar. Cuanto mayor sea la atención,

más claramente captaremos el estado interno de una persona. Al tener un problema parece que la periferia de la mente se ocupa de

ellos, haciendo que sean de menor importancia, lo que aumenta nuestra capacidad de contactar con los demás, de actuar de manera

compasiva. Hay muchas especies que comparten los rasgos más avanzados del cerebro. La insensibilidad reprime impulsos primitivos y

automáticos que nos llevan a ayudar a quienes están en peligro. Por eso nos afecta cuando una persona no presta atención al malestar

de otros. Hay un instinto compasivo que constituye una ventaja en cuanto a adaptabilidad evolutiva, que se define como “éxito

reproductivo”: número de hijos que sobreviven para tener descendencia. Situaciones de escasez en las que se forja el cerebro humano:

cómo la pertenencia a un grupo favorece la supervivencia en condiciones adversas. La compasión está asentada sobre la empatía, la cual

requiere a su vez un compromiso emocional, requisito esencial a la hora de comprender el mundo interno de una persona. Al preguntar,

¿cómo te sientes?, se activan los circuitos neuronales que se ponen en marcha al preguntarnos: ¿cómo se sentirá? Son circuitos que se

intensifican cuando la empatía es deliberada. Sentir: sugiere una imitación interna de sentimientos que ha experimentado otra persona.

Al activarse el sistema de neuronas espejo de una determinada persona, se intensifica la empatía (como experiencia). Empatía: conocer

sentimientos de otra persona, sentir lo que siente, responder compasivamente a los problemas. Representación mental: conjunto de

imágenes, asociaciones y pensamientos relacionados con su problema. Movimiento que conduce de la empatía al acto: a través de las

neuronas espejo, la empatía parece provenir del contagio emocional, y por eso comparte los mismos mecanismos en el cerebro. Cuando

vemos a alguien empatizar con otra persona, en nuestro cerebro se ponen en marcha los mismos circuitos cerebrales. El proceso de

reflejo (reflexivo) se da cuando percibimos que alguien moviliza en nuestro cerebro imágenes o sensaciones de lo que están haciendo.

Versiones actuales de esta teoría: el altruismo como una forma de egoísmo. Al ver a una persona pasarlo mal, reverberan en el cerebro

circuitos similares, en una resonancia empática neuronal que es el preluido de la compasión. El cerebro humano, según el autor, está

predispuesto a la bondad. Impulsos emocionales que predominan y provocan reacciones emocionales instantáneas y no premeditadas.

Flujo empático que nos lleva a actuar, que discurre de un modo automático, lo que sugiere la existencia de circuitos cerebrales que

realizan estas funciones. Nos preparamos para hacer, para actuar, y esta es una percepción inicial (tendremos que actuar) que nos

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 6/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

predispone a la acción. Vía inferior: permite que el sentimiento-acción nos lleve a establecer vínculos interpersonales. Activan de

inmediato circuitos relacionados con el miedo. Vínculo percepción-acción: la ayuda es una tendencia natural del cerebro. Nos

relacionamos con personas que están pasándolo mal, aunque sea a distancia, y no se trata de un contagio emocional directo, sino de

empatía cognitiva. “El descubrimiento de los circuitos neuronales que ponen la empatía al servicio de la compasión, la neurociencia

proporciona a la filosofía un mecanismo para explicar la ubicuidad del impulso altruista” (p. 91). El autor considera, en la misma línea

que la psicología positiva, que habría que estudiar mejor los actos de altruismo, que suelen ser más numerosos de lo que pensamos.

I Programados para conectar

CAPITULO 6. Neuroanatomía de un beso

Neurociencia: existe una conexión neuronal entre los ojos y la corteza orbitofrontal (es la estructura del cerebro que se ocupa de la

empatía y el ajuste cerebral). Son circuitos neuronales sociales, que tienen un papel fundamental en registrar el estado emocional de los

demás. La corteza orbitofrontal: situada detrás y encima de las órbitas oculares, tiene un lugar estratégico entre los centros emocionales

y la parte inferior del cerebro pensante. Hay una estrecha conexión, lo que puede demostrar el vínculo rápido y poderoso para coordinar

pensamiento, sentimiento y acción. La corteza orbitofrontal, es una encrucijada entre vía superior y vía inferior, epicentro que da sentido

al mundo social que nos rodea. Proceso de cálculo social muy rápido, nos indica cómo nos sentimos, cómo se siente, y cómo debemos

responder. Conectar mensajes sociales con una experiencia visceral: sentir como se sienten los demás. Estos circuitos determinan lo que

afectivamente sea una persona o una experiencia para nosotros. Circuitos de la corteza orbitofrontal, asignan valor “hedónico” al mundo

social, por eso somos conscientes de lo que nos gusta, lo que no, lo desagradable y lo que adoramos. Cómo seleccionar, entre la gente

que nos rodea, a nuestros amigos, socios o pareja. Neuronas fusiformes: tienen forma de huso, poseen un cuerpo cuatro veces más

grande que otras. Hay una red muy densa de células de este tipo que conectan la corteza orbitofrontal con la parte superior del sistema

límbico (Corteza Cingulada Anterior), orienta nuestra atención, coordina nuestros pensamientos, emociones y respuestas del cuerpo, con

lo que sentimos, lo que establece una suerte de control neuronal. Células fusiformes: ricas en receptores de serotonina, dopamina,

vasopresina, con un papel esencial en las relaciones interpersonales: amor, placer y estados de ánimo positivos y negativos. Las

personas con más conciencia de las relaciones interpersonales tienen una mayor activación de la corteza cingulada anterior. El área 24 de

esta zona del cerebro se pone en funcionamiento cuando experimentamos una emoción intensa, y tiene un papel fundamental en la vida

social, orienta el despliegue y reconocimiento de la expresión facial de las emociones. Es una región a su vez conectada con nuestras

primeras impresiones y que desencadena muchos de esos sentimientos. La vía inferior opera a una extraordinaria velocidad: estas

células tienen un papel muy importante, porque juzgan con mucha velocidad para guiar nuestras relaciones interpersonales y nuestra

vida social. Una simple mirada puede reflejar muchos matices, que esta vía cerebral procesa a gran velocidad. La actividad normal del

cerebro, lo que sucede automáticamente cuando no ocurre otra cosa, gravita en torno al mundo de las relaciones. Las redes neuronales

sensibles a las personas ponen de relevancia la extraordinaria importancia que ocupa el mundo social en el diseño de nuestro cerebro.

Juzgamos a las personas unas décimas de segundo antes que en otras situaciones, como evaluar un objeto. Nos gusta o nos disgusta

algo, de manera muy rápida, antes de que podamos saber si estamos en lo correcto. El cálculo emocional: reflejo del sistema de valores

básicos, empleado por el cerebro para organizar el funcionamiento personal, organizando nuestras prioridades. Cómo debemos

reaccionar ante una persona: cuando la corteza orbitofrontal registra la decisión, esto determina una actividad neuronal que proporciona

información sobre el contexto social y nos ayuda a esbozar una respuesta adecuada al momento. Cerebro social: se encarga de ajustar

en silencio nuestras decisiones y acciones.

Decisiones de la vía superior, nos protegemos de posibles agresiones emocionales, eligiendo nuestras relaciones personales, esperando

que podamos reconocer las intenciones de los demás, de manera correcta. El contagio emocional es automático: nos hace vulnerables a

las emociones que nos afligen. Pero tenemos estrategias mentales para contrarrestarlo. Si la relación emocional se torna destructiva,

podemos establecer una distancia emocional protectora. Vía inferior: si nos causa problemas, la superior puede protegernos (control

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 7/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

consciente). Empatía primordial que es inmediata y desencadena una respuesta emocional ajena al pensamiento. Cuando comprendemos

mejor lo que está ocurriendo, podemos modificar el estado de ánimo y esto depende de que pensemos correctamente. Centros

prefrontales: la vía superior se encarga de ampliar y hacer más flexible el repertorio establecido y fijo de respuestas de la vía inferior: se

activa la inmensa variedad de ramificaciones neuronales, esto aumenta de manera exponencial el abanico de respuestas posibles, y esto

sucede en milésimas de segundo. La vía inferior proporciona afinidad emocional instantánea, la superior produce una sensación social

compleja: de este modo se está facilitando una relación social más apropiada. Corteza cerebral prefrontal, centro ejecutivo del cerebro.

Corteza orbitofrontal: influencia que modula, en una vía descendente, el funcionamiento de la amígdala: es fuente de impulsos y oleadas

emocionales, que no se pueden controlar. Cuando estos circuitos están lesionados, la persona se comporta como “niños que no saben

reprimir sus impulsos emocionales y son incapaces, en consecuencia, de dejar de imitar el rostro de la persona con que se encuentra” (p.

106). La corteza orbito-frontal es un centro de control, puede reprimir impulsos límbicos que proceden de la amígdala. Respuesta

cerebral a determinados estímulos: por ejemplo una imagen de una persona con miedo, o la risa de un bebé. Desencadenan

pensamientos y sentimientos, hay mecanismos neuronales que desencadenan la tristeza. Secuencia neuronal: amígdala derecha, es el

centro que desencadena las emociones de angustia, lleva a cabo una valoración emocional automática y muy rápida de la situación, y

activa los circuitos emocionales. Si la experiencia es negativa, por ejemplo triste, el primer aluvión de sentimientos se reemplaza por

otro positivo, e inicia una cascada de mecanismos, que silencian la amígdala y otros circuitos relacionados. Si está implicada la corteza

cingulada anterior, es más probable que haya una reconsideración racional posterior: que transforme positivamente nuestro estado de

ánimo. Cuanto más se activa la corteza en las áreas prefrontales, durante la reevaluación, más silenciosa se torna la amígdala. Solo por

nombrar mentalmente las emociones, se puede refrenar el funcionamiento de la amígdala: es muy importante en la vida social esta

reevaluación de nuestra vida social. Se puede mantener la calma y proporcionar ayuda más eficaz, si alguien está demasiado nervioso,

no queremos compartir su estado.

Qué recordamos: en parte reconstruimos la memoria, al evocar un recuerdo, el cerebro lo reescribe y se actualiza la experiencia pasada

en función de intereses y preocupaciones actuales. La vía superior puede aportar razón a lo que se ha experimentado emocionalmente.

Un mismo recuerdo se puede codificar de manera menos intensa. Hay terapias que tienen por objetivo reconfigurar gradualmente las

neuronas ligadas al miedo aprendido.

PARTE 2: II Vinculo Roto

II Vinculo Roto

CAPITULO 7. ¿Qué es inteligencia social?

La inteligencia social se ha considerado un caso particular de inteligencia, que se aplica al campo de las situaciones sociales (Wechsler).

Es el momento, según el autor, de recuperar la “inteligencia social”: la neurociencia cartografía las regiones cerebrales que controlan la

dinámica interpersonal. Las emociones son sociales, no se puede separar la causa de la emoción del mundo de las relaciones sociales. La

empatía primordial es la capacidad de detectar las expresiones fugaces, con lo que captamos enseguida las emociones ajenas. La vía

inferior hace una lectura muy rápida de los signos no verbales. Sensibles a las relaciones interpersonales: los médicos y maestros que

tienen esa capacidad presentan un mejor rendimiento profesional. La empatía mejora con el tiempo, “como si el mismo transcurrir de la

vida fuese perfeccionándola” (p. 123). La sintonía: es una atención que supera la empatía, es la presencia sostenida de la atención de

una persona sobre otra: “todo el mundo puede ejercitar y mejorar su capacidad de sintonizar prestando simplemente más atención” (p.

125). Con prestar un poco más de atención se puede convertir un monólogo en una conversación. Si esta escucha es en ambas

direcciones, se establece un diálogo auténtico. Los participantes en la conversación adaptan sus comentarios, a los sentimientos y a las

palabras que se manifiestan. Cuando una persona está ensimismada o preocupada, se advierten menos las necesidades y los

sentimientos de los demás, dificultando la empatía. La “exactitud empática” es la habilidad más importante de la inteligencia social. Se

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 8/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

asienta en una empatía básica, sobre la cual es posible una comprensión explícita de lo que otros piensan o sienten, se necesita una

activación cognitiva: la actividad neocortical que es propia de la vía superior, de la región prefrontal. En muchos departamentos

universitarios de psicología se está investigando la sospecha entre las personas, tratando de averiguar los pensamientos y sentimientos

(tácitos) de los demás. Conciencia de las intenciones: facilita una empatía exacta, que nos permite predecir bien lo que hacemos.

Semiótica: decodificación de señales que nos permiten saber quien lidera un grupo. Cognición social: ayuda a gestionar de manera

adecuada las corrientes sutiles y cambiantes del mundo social. Comprendemos el mundo social en función de cómo pensemos, de

nuestras creencias, de lo que hemos aprendido sobre las normas y las reglas sociales (implícitas, según el autor, ¿las explícitas no?) que

gobiernan las relaciones personales. La falta de sincronía es lo que obstaculiza nuestra competencia social y dificulta: nuestras

interacciones.

Cuando hay una sintonía emocional espontánea, es mucho mejor que cuando tratamos de construirla deliberadamente. Cuando una

figura carismática se acerca a la gente, tienen un carisma especial, los demás se adaptan a su ritmo y se contagian de sus sentimientos

– las expresiones que utiliza el autor son poco científicas, qué es el “contagio” emocional, porque lo explica con una base neuronal, pero

a nivel psicológico no llega a decir en qué consiste-. Esto requiere de una habilidad especial: incluso personas con humor negativo,

pueden tener esa capacidad de relacionarse y de encantar a la gente. Son personas con savoir-faire, que tienen una destreza especial,

muy seguros de sí mismos, y poseen muchas habilidades sociales. La sociedad tiene normas sutiles, implícitas (de nuevo, ¿no pueden

ser explícitas?), tanto para los hombres como para las mujeres. Se necesitan habilidades de autocontrol, empatía, conocimiento del

mundo social, que permiten modular el impulso agresivo: es necesario interpretar bien lo que otra persona está sintiendo, porque hay

que calibrar la fuerza mínima necesaria, adaptarse mejor a las normas de cada situación. “El tacto equilibra la expresividad, una

discreción social que nos permite adaptarnos más adecuadamente a nuestro entorno, sin que nuestra conducta genere tantas olas

adversas a nuestro alrededor” (p. 137). Empatía e interés por alguien que está en apuros: mayor impulso sentimos por ayudarle, vínculo

siempre presente en las personas más motivadas para aliviar el sufrimiento ajeno. Las personas que más se interesan por los demás

están dispuestas a tomarse el tiempo y a esforzarse por echarles una mano. Es necesario cooperar con los demás: para conseguir

objetivos de grupo. Hay que alentar la atención y el interés de los niños por las necesidades por los demás, lo cual puede ser una

estrategia eficaz. Las vías cerebrales superiores, en el cerebro, permiten el uso de la experiencia para sus propios fines. Profesiones de

ayuda: medicina y servicio social, puede considerarse que manifiestan interés por las personas necesitadas. Las personas antisociales se

despreocupan de los sentimientos, necesidades y sufrimiento de los demás. “La arquitectura social del cerebro entrelaza los circuitos de

la vía superior y de la vía inferior, dos sistemas que, en el cerebro intacto, operan en paralelo, como dos timones imprescindibles para

navegar adecuadamente por el mundo social” (p. 143). Al abordar el espectro de habilidades sociales, hay que tener en cuenta las dos

vías cerebrales: superior e inferior, pero los conceptos que suelen manejarse, reducen la posibilidad de que el talento social se exprese

en toda su amplitud. La neurociencia social, hoy día, plantea un reto a los teóricos de la inteligencia: “encontrar una definición de

nuestras aptitudes interpersonales que incluya también las capacidades de la vía inferior (como la capacidad de entrar en sincronía, la

escucha atenta y el interés por los demás)” (p. 144).

II Vinculo Roto

CAPITULO 8. El “tú” y el “ello”

Relación instrumental, “agency”, modalidad de relación distante que nos lleva a considerar a los demás como medios para lograr

nuestros objetivos (comentario: agency, en psicología, también significa capacidad de actuar, autonomía). La “comunión” establece un

feedback que nos conecta con los demás, mientras que una relación instrumental simplemente nos desvincula. Qué considera importante

el autor: “la sensación clara de ser objeto de la empatía de otra persona”. En la terapia, Carl Rogers indicó que la empatía aparece

cuando el cliente se siente comprendido, reconocido como tú. Término japonés, “amae” se refiere a la sensibilidad especial que se

asienta en la empatía, y que actúa en consecuencia, sin que sea necesario llamar la atención. El amae aumenta cuando la relación es

más próxima. El autor explica que conocer a una persona significa resonar (esta expresión no la aclara) con sus pautas emocionales y

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 9/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

sus mapas mentales, a nivel neuronal. Fusión inconsciente: supone que lo más importante para otro lo es también para uno. Ilusión de

vulnerabilidad, mapas mentales compartidos. Cuando la conversación o la relación llegan a una compenetración muy intensa, la

validación es de alta intensidad. Empatía, puede ser una forma de proyección de uno mismo, atribuir a los demás sentimientos que son

de uno mismo. La proyección puede convertir al otro en un “ello”, inconsciente, mientras que la empatía nos permite verlo como un “tú”:

la persona que nos da su opinión, por ejemplo, nos está permitiendo ajustar la percepción de la realidad.

II Vinculo Roto

CAPITULO 9. La tríada oscura

La empatía inhibe la crueldad, la tendencia natural es experimentar lo que sienten los demás. Narcisismo: incapacidad para establecer

contacto con los demás. Un egoísmo “normal”, según el autor, requiere mucha empatía. Es importante la capacidad de tratar a los demás

como uno mismo. Un trastorno muy frecuente en los puestos de responsabilidad es el narcisismo. Son muy competitivos. Otro problema

es la persona maquiavélica, que además suele ser antipática y egoísta. Es una persona con intención de manipular a los demás. “Según

algunos teóricos de la evolución, la inteligencia humana apareció en la prehistoria como una forma de operar que se encuentra al servicio

de la supervivencia. Desde esta perspectiva, le éxito depende de la capacidad de conseguir la mejor parte sin que el grupo le eche a uno

a patadas” (p. 175) – este argumento parece impropio de un psicólogo-. Otro problema es el de la psicopatía, o “trastorno de

personalidad antisocial”. Hay psicópatas que utilizan libros de autoayuda para aprender a manipular mejor a los demás, y así conseguir lo

que quieren. Emociones sociales: presuponen la presencia de la empatía, y esto nos permite sentir cómo los demás experimentan

nuestra conducta. Fundamento cerebral de las emociones sociales: personas imprudentes y que meten la pata, lesiones en el área órbito

frontal. Puede ser que estos pacientes hayan perdido la capacidad de visión mental: incapaces de corregir lo que los demás piensan de

ellos, no pueden registrar señales de desaprobación o desaliento, ausencia de señales emocionales internas, que serían las que

organizarían su conducta social. Emociones: ira, miedo, alegría, que se hallan integradas en circuitos neuronales del cerebro, desde el

nacimiento hasta poco después. Entidades distintas y separadas. Aparece la capacidad de avergonzarnos, de lo que los demás piensan

de nosotros. Emociones sociales, son una especie de brújula moral. El narcisismo impide estas emociones.

PARTE 3: III Educando la naturaleza

III Educando la naturaleza

CAPITULO 10. La ceguera mental

Visión mental: capacidad de darse cuenta de lo que ocurre en la mente de otra persona, para poder comprender sus sentimientos,

“teoría de la mente” – en esto, el auto creo que se equivoca, la definición es incompleta-. Capacidad esencial para que la empatía sea

exacta: no podemos leerle la mente directamente a otra persona, para poder experimentar sus sentimientos y deducir sus

pensamientos. La visión mental, según el autor, nuestras relaciones son vacías, consideramos a los demás objetos desposeídos de sus

sentimientos. Personas con “ceguera mental”, Asperger. Se desarrolla en los primeros años de la vida del niño: el niño se va

aproximando al modo como piensan y sienten los demás, va comprendiendo cuales pueden ser sus intenciones. Habilidades básicas de la

visión mental: saber reconocer las diferencias respecto de los demás, comprender que tienen una perspectiva diferente, que sus

objetivos no tienen que coincidir con los nuestros.

III Educando la naturaleza

CAPITULO 11. Los genes no son el destino

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 10/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

Kagan, el temperamento inhibido puede deberse a causas biológicas, genéticas, y esto supuso en su momento un alivio para sus padres.

Se ha extendido la idea de que todos los problemas infantiles provenían de una mala educación familiar. Kagan fue quien demostró la

base genética de la personalidad, no determinista, y al mismo tiempo, observó que el desarrollo es mucho más complejo de lo que solía

pensarse. Los genes son más dinámicos de lo que parece, lo importante es su expresión. El cerebro del niño está programado para

crecer: padres, hermanos, abuelos, maestros, amigos son un alimento emocional y social, que alienta el desarrollo neuronal: “del mismo

modo que la planta se adapta tanto a un terreno nutritivo como a otro esquilmado, el cerebro del niño se configura adaptándose a su

ecología social, sobre todo por el clima emocional proporcionado por las personas más significativas de su entorno” (p. 210).

Evidentemente, las relaciones contribuyen a conformar nuestro cerebro, determinando las conexiones que establecerán las nuevas

neuronas. Un factor importante en el temperamento del niño es la reactividad ante los cambios, esto puede determinar en un alto grado

su conducta, pero la educación tiene que actuar sobre esas predisposiciones. “El setenta por ciento de los niños inhibidos acaban

curándose de su hiperreactividad. Es cierto que el temperamento puede limitar nuestras posibilidades, pero en modo alguno las

determina” (p. 222).

III Educando la naturaleza

CAPITULO 12. Un fundamento seguro

El apego seguro es uno de los ingredientes principales del bienestar infantil. Empatía y sensibilidad de los padres hacia las necesidades

de su hijo. Por eso se requiere una relación sana, un fundamento seguro en el que apoyarse: atención, amor y consuelo. Bowlby,

Ainsworth. El autor explica los mecanismos hormonales que favorecen el establecimiento de un apego seguro. La seguridad afectiva

proporciona una conciencia de equilibrio, en la personalidad infantil. El rostro de un bebé puede expresar muchas emociones diferentes:

cuando la emoción es de angustia, la madre debe responder, de otro modo, el bebé empieza a llorar. ¿Cual es la capacidad que tiene el

bebé de recuperarse, su resiliencia, ante estas situaciones de frustración. El rostro impenetrable de la madre ante las emociones del

bebé le va a dificultar mucho el apego. El consuelo es importante para los bebés, lo cual no significa que la madre no intervenga, sino

que debe hacerlo de manera. Si no se establece esta relación el bebé se puede ver incapacitado para las relaciones, desconfiar de los

demás como fuentes de consuelo. La conclusión de Spiegel, es que la familia protege mejor a los hijos cuando abordan juntos los

problemas. La experiencia de reparación en la terapia permite un flujo emocional libre entre terapeuta y cliente. Lo realmente importante

es establecer lazos afectivos que puedan resistir a los sentimientos inquietantes. Las relaciones que mantenemos durante mucho tiempo

“remodelan” nuestro cerebro, estableciendo unos hábitos de relación social, los cuales, idealmente, deben basarse en la seguridad

afectiva.

PARTE 4: IV Las variedades del amor

IV Las variedades del amor

CAPITULO 13. El punto de ajuste de la felicidad

Cómo reacciona un niño cuando tiene que enfrentarse a una situación social. Qué sucede cuando tiene que controlar su temperamento

(repite lo que dicen todos los expertos sobre el tema). El juego infantil, la capacidad para la alegría: el autor revisa las investigaciones

sobre estos temas. En su conclusión, estas lecciones de la infancia tienen una impronta en la vida, no sólo porque proporcionan la

capacidad de ser feliz, sino porque permiten atravesar las dificultades de la vida adulta en mejores condiciones. Explica cómo se produce

el buen ajuste entre los padres y los hijos, algo que dependerá, en parte de la capacidad de comunicarse con ellos que tenga la madre.

IV Las variedades del amor

CAPITULO 14. Las redes del apego

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 11/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

Redes neuronales, sistemas cerebrales independientes, aunque interrelacionados, que movilizan los sentimientos: tres redes que se

relacionan con el apego, el cuidado (ternura, protección) y sexualidad. “Pero si, en el apego, recibimos afecto y, en el cuidado, por el

contrario, lo damos, ¿qué es lo que sucede con el caso del sexo? Bueno, el sexo es sexo” (p. 259). – Esta expresión no es propia de un

libro de psicología, no explica nada, y moralmente absurda-. Diseño de la Naturaleza, tiene como finalidad conservar la especie: el

apego, el cuidado y la atracción sexual dan como resultado un verdadero amor romántico. El autor considera necesario desentrañar la

compleja red neuronal en que se asienta el afecto, para eliminar confusiones y problemas. El sistema de apego tiene una modalidad

exploratoria: característica del sistema de apego. Explica los tres tipos de apego.

IV Las variedades del amor

CAPITULO 15. El deseo masculino y el deseo femenino

El cerebro social ama y cuida, explica el autor, mientras que los deseos discurren por la vía inferior. Los circuitos de la vía superior

controlan el deseo en el enamoramiento, los hombres se “zambullen”, según el autor, en la vía inferior, descontrolándose la superior. Los

circuitos del deseo discurren por el cerebro límbico, y no funcionan de la misma manera en los hombres y las mujeres. El autor explica

los mecanismos neuronales que intervienen en el deseo sexual. “Los sistemas cerebrales que, durante milenios, han permitido la

supervivencia de nuestra especie, parecen actualmente vulnerables a los conflictos y tensiones que pueden acabar convirtiendo el amor

en una empresa yerma” (p. 279).

PARTE 5: V Las relaciones sanas

V Las relaciones sanas

CAPITULO 16. El estrés social

Factores considerados de menos importancia, o “blandos”: ¿qué efecto tienen sobre nuestra salud? Las relaciones sociales afectan a

nuestra salud, pero por la calidad, no por la cantidad: no es tan importante el número de vínculos sociales como el clima emocional que

los alienta. El amor, por ejemplo, se ha demostrado que beneficia mucho la buena salud. El autor explica cómo las hormonas actúan en

situaciones de estrés, cómo el hipocampo detecta las situaciones que producen miedo. Explica las situaciones en las que hay que

reprimir la ira, y aquellas en las cuales un exceso de cortisol puede producir reacciones descontroladas. Esto aumenta la probabilidad de

una enfermedad cardiovascular. La presión sanguínea varía en las interacciones sociales. “No es de extrañar, por tanto, que si los

mensajes humillantes perduran a lo largo del tiempo, la persona que se reprime se sienta cada vez más ansiosa e impotente hasta caer

finalmente en la depresión, una situación que, prolongada, aumenta considerablemente la probabilidad de desencadenar una

enfermedad” (p. 309).

V Las relaciones sanas

CAPITULO 17. Los aliados biológicos

Ejemplo de inteligencia social: las culturas orientales. Lo que favorece la salud no es la cantidad, sino la calidad, la cordialidad, la

proximidad emocional, el apoyo y la positividad de las interacciones. Por eso el autor considera que los ancianos no deben estar aislados:

la neurogénesis prosigue durante la vejez, pero a un ritmo más lento que en décadas anteriores. Investigaciones sobre las relaciones

entre matrimonio y salud. El bienestar junto a las personas amadas convierte las relaciones afectuosas en una fuente de bienestar

biológico. En una relación afectiva positiva, cada miembro de la pareja ayuda al otro a gestionar sus sentimientos de angustia - ¿qué

significa esta expresión, gestionar sentimientos?-. Las experiencias dolorosas, se superan mucho mejor cuando se cuenta con una

proximidad emocional, como es el caso de las personas con el sistema inmune debilitado.

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 12/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

V Las relaciones sanas

CAPITULO 18. Un consejo personal

Las emociones tienen una gran importancia en la salud, esto es lo que afirma el autor. La medicina no tiene que ser “blanda”, explica el

autor, en el sentido de que no utilice procedimiento quirúrjicos, sino que estos deberían complementarse con otros, de tipo emocional.

Un cirujano que tratase a sus clientes de manera despectiva, sin compasión hacia sus clientes. Medicina centrada en el paciente, o slow

medicine, centrada en la relación. Primer artículo de la American Medical Association aconseja al médico proporcionar un cuidado

competente y compasivo: “La mayoría de los programas académicos de las facultades de medicina incluyen un módulo sobre la relación

entre paciente y médico y tanto los médicos como las enfermeras reciben rutinariamente cursos de reciclaje sobre habilidades personales

y de comunicación” (p. 345). El autor habla del flujo del cuidado: hay una fatiga de la compasión, que sufren las personas que trabajan

en profesiones de ayuda a los demás. Escucha atenta y mirada empática. Habla del síndrome del burnout: cuando se celebran reuniones

informales, en las cuales las personas se tratan de ayudar mutuamente, de brindarse apoyo emocional y de cuidarse mutuamente.

PARTE 6: VI Consecuencias sociales

VI Consecuencias sociales

CAPITULO 19. La zona de rendimiento óptimo

Todos tenemos una zona de rendimiento óptimo: “Cuando estamos agotados no podemos concentrarnos ni pensar con claridad, un hecho

que pone claramente de relieve el extraordinario interés que posee el clima emocional óptimo de los entornos escolar y laboral” (p. 361).

Neurobiología del agotamiento, que pone de relieve un programa que emplea el cuerpo, “por defecto”, para enfrentarse a una

maneranza. De la amígdala a la corteza prefrontal derecha: cuando este circuito se activa, nos aferramos con obsesión a lo que genera

desasosiego. Preocupados y resentidos, los individuos no pueden razonar bien. La tristeza disminuye la agilidad mental, la activación de

la corteza prefrontal tiene un nivel de activación menor, con lo que generamos menos pensamientos (esta es otra expresión extraña, que

no tiene sentido, los pensamientos no se generan, se piensa, o se tienen ideas). “Los extremos de la ansiedad y la ira, por una lado, y de

la tristeza, por el otro, nos alejan de la zona de rendimiento cerebral óptimo” (p. 363). La desmotivación puede hacer que la mente se

pierda, y con ello la capacidad de concentración – los razonamientos de este libro terminan siendo circulares, una repetición de

conclusiones muy evidentes-. La tensión en la escuela es otro de los temás que aborda el autor, hay amenazas sociales, miedos a los

juicios que los demás puedan hacer, se activan las hormonas ligadas al estrés, y se disparan. Se puede asumir un nivel mayor de estrés

con el entrenamiento adecuado. Los senderos neuronales inferiores funcionan sin que el alumno sea consciente de ello, según el autor,

por lo que puede escuchar sin comprende, “ni un ápice” (p. 369). Los detalles que recordamos dependen del hipocampo: retener

continuamente los recuerdos requiere una gran actividad neuronal. El aprendizaje supone el paso de la “memoria operativa” al

almacenamiento a largo plazo, acto neuronal que constituye la esencia misma del aprendizaje.

VI Consecuencias sociales

CAPITULO 20. El correcional conectado

Qué hacer con los adolescentes, hay una “letanía” de horrores común a muchos adolescentes, recluidos en correccionales, que “se han

convertido en el único modo de atajar una vida conflictiva en la que el maltrato infantil se entremezcla con el abuso de sustancias y la

predación social” (p. 385). El autor considera que hay que realizar actividades que enseñen a los alumnos compañerismo, cooperación, y

empatía, percepción exacta de los demás, confianza y comunicación interpersonal. De esta manera se les pueden enseñar habilidades

sociales que necesitan “desesperadamente” – otro comentario con poco rigor científico, habrá algunos que las necesiten, otros que no-.

El autor considera que convendría “reconsiderar el verdadero significado de la expresión “corrección” desde la perspectiva de la

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 13/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

neuroplasticidad y aprestarnos a reconfigurar los circuitos cerebrales con otro tipo de interacciones sociales” (p. 389). Comunidades, las

buenas relaciones personales suelen ir acompañadas de un índice más bajo de criminalidad: menor uso de drogas entre jóvenes, menos

embarazos adolescentes no deseados y mejor rendimiento académico de los niños. La ayuda mutua entre comunidades de

afroamericanos, con bajos ingresos, con fuerte tradición a través de las iglesias y de la familia, como estrategia de mucha eficacia contra

el crimen y los comportamientos antisociales. El manejo de la ira en entornos adolescentes con altos índices de delincuencia. Terapia

multisistémica: terapia que se lleva a cabo en la vida cotidiana, en casa, en la calle, en la escuela.

VI Consecuencias sociales

CAPITULO 21. Del ellos al nosotros

“Una vez activados los prejuicios, nuestra visión se enturbia y tendemos a aferrarnos a aquello que los confirma y a ignorar lo que los

refuta” (p. 403). Miedo difuso, ansiedad, qué es un estereotipo: ideas hostiles sobre un determinado grupo, creencias de un determinado

tipo, no verificadas, categorías mentales erróneas. La llama prende una yesca: el antagonismo cataliza la transformación del “ellos” y el

“nosotros” en un “nosotros contra ellos” – el autor hace una argumentación desde el punto de vista científico sin validez, y no explica los

mecanismos sociales que llevan al odio contra las diferencias culturales, que sería lo realmente importante en este libro-. “El caldo de

cultivo más adecuado para la emergencia de este tipo de problemas se origina en las tensiones provocadas por períodos de gran

agitación social, como crisis económicas y caos político, en lugares donde ha habido una historia de división entre un grupo dominante y

otro dominado” (p. 416). Cuando estalla la violencia, el autor no lo explica correctamente, aunque relata casos que han aparecido en los

periódicos.

PARTE 7: Epílogo

Epílogo

CAPITULO 22. Epílogo. Lo que realmente importa

Qué sucede cuando una relación no está resultando satisfactoria: si hay cinco interacciones negativas por cada interacción positiva,

puede que haya una necesidad urgente. Tal vez no sea necesario alejarse de esa persona, pero sí hacer lo posible por alejarse de esa

persona. Se puede aumentar la resiliencia e inteligencia social y modificar, de tal modo, nuestra participación en la “danza social”. El

autor indica que: “Como Whitman, cierto científico que estudia el valor de supervivencia de la sociabilidad afirma que la lección práctica

que deberíamos extraer de todo ello consiste en “la necesidad de cuidar nuestras relaciones sociales”” (p. 429).

Epílogo

CAPITULO 23. Apéndice A. Una nota sobre las vías superior e inferior

Mientras que la vía inferior opera de manera rápida (este procesamiento de la información es automático e inconsciente). Vía superior:

posibilidad de asumir un control voluntario, requiere esfuerzo y determinación consciente, aunque funciona con más lentitud. “Esta

diferenciación entre las vías superior e inferior posee una gran importancia para la conducta y simplifica extraordinariamente los

confusos y complejos circuitos que se entretejen en el cerebro” (p. 431). Dos sistemas cerebrales que operan en paralelo: combinando

en diferentes proporciones dos tipos de funciones, unas automáticas y otras controladas.

Epílogo

CAPITULO 24. Apéndice B. El cerebro social

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 14/15
21/8/2019 Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - INTELIGENCIA SOCIAL

Los neurocientíficos, cuando hablan del cerebro social: sostienen la idea de que se compone de áreas discretas, cada una encargada de

manera aislada, de una tarea concreta. El autor considera que los circuitos neuronales se ocupan de una determinada tarea mental, peor

no están ubicados en lugares concretos del cerebro. Se hallan distribuidos por todo el cerebro, cuanto más compleja es la tarea, más

amplia es la distribución. Cerebro social: son solo ficciones, aunque sean ficciones útiles. Conceptos como cerebro motor y cerebro

sensorial, son zonas con relaciones anatómicas, que por tanto se ponen en marcha al mismo tiempo.

www.movilizacioneducativa.net/imprimir.asp?idLibro=225 15/15

También podría gustarte