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TITULOS DE AHORRO CAFETERO

Esperanza Medina
Andrés Guillermo Hernández Trujillo
Álvaro Ernesto Leal
Cristian Ricardo Medina Velásquez
Oscar German Rodríguez Huérfano
William Fernando Zea Figueroa
Ángel Andrés Molina Guinan

DR. Luis Ignacio Vargas López

UNIVERSITARIA DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO

TITULOS VALORES

BOGOTÁ D.C

2019
Introducción:

Historia:

TÍTULOS DE APOYO CAFETERO (TAC)

Decreto 2592 del 19 de noviembre de 1991 /Ministerio de Hacienda y Crédito


Publico
En donde se aprueba el ACUERDO 7 DE 1991
Autoriza a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia para emitir por cuenta
del Fondo Nacional del Café y con el respaldo de éste, Títulos de Apoyo Cafetero.

Los Títulos de Apoyo Cafetero (TAC), sustituyeron los Títulos de Ahorro Cafetero.
Fueron creados como una herramienta de financiación dada por los productores al
Fondo Nacional del Café cuando los precios internacionales de café estuvieron muy
bajos. Pueden ser utilizados por los cafeteros para adquirir acciones de las que
posee el Fondo Nacional del Café en el Banco Cafetero

 Banco Cafetero se ordena la disolución bajo el decreto 610 de 2005 y da


origen a Bancafé, hoy en día lo absorbió el Banco Davivienda S.A.

 Los títulos de apoyo cafeteros son títulos expedidos a la orden, transferibles


por endoso y se expiden tanto para productores como para exportadores.
 Tienen liquidez primaria a su vencimiento a través del Banco Cafetero y
liquidez secundaria en todo momento a través del mercado secundario en las
Bolsas de Valores.
Características de los Títulos de Apoyo Cafetero

a). Serán a la orden


b). Tendrán plazo de tres (3) años y no serán redimibles antes de su vencimiento.
c). Devengarán intereses nominales anual, pagaderos por semestres vencidos.

Como se adquieren los Títulos de Apoyo Cafetero

El productor de café adquirirá el derecho a recibir los Títulos de Apoyo Cafetero,


TAC, en el momento en que efectúe la venta de café pergamino tipo federación en
el mercado interno.

Decreto 2592 del 19 de noviembre de 1991


Decreto 610 de 2005
Legal.legis.com.co/document/Index?obra=legcol&document=legcol_759920413cf1
f034e0430a010151f034

Normatividad

DECRETO 1167 DE 1976

Artículo 1.º Apruébase el Acuerdo número 6 de junio 3 de 1976 del Comité


Nacional de Cafeteros, cuyo texto es el siguiente:

.ACUERDO NUMERO 6 DE'1976

(junio 3),
El Comité Nacional de Cafeteros, en uso de sus atribuciones y

considerando:

a) Que en virtud del Decreto extraordinario número 2078 de 1940 y de las


disposiciones que lo adicionan y lo reforman el Gobierno y la Federación
celebraron el 11 de diciembre de 1940, un contrato sobre manejo del Fondo
Nacional del Café, e intervención en los mercados cafeteros, para el
desarrollo del Convenio Interamericano sobre cuotas de exportación,
contrato que ha sido adicionado y complementado por otros posteriores
celebrados entre las mismas partes con el objeto de solucionar, de acuerdo
con la experiencia obtenida en el desarrollo del mismo, aquellos puntos que
no se habían podido prever originalmente y a fin de darle desarrollo y
cumplimiento a normas legales y a disposiciones de los congresos cafeteros;

b) Que al tenor de las diversas disposiciones legales vigentes y de los diferentes


contratos celebrados entre la Federación Nacional de Cafeteros y el Gobierno
Nacional, la defensa y regularización del ingreso cafetero y la comercialización del
grano en los mercados internos y externos son finalidades del Fondo Nacional del
Café;

c) Que uno de los ingresos propios del Fondo Nacional del Café está constituido por
la cuota de retención cafetera;

d) Que él Congreso Nacional extraordinario de Cafeteros celebrado en la ciudad de


Bogotá el pasado 9 de abril de 1976, después de haber examinado los
planteamientos que le hicieron el, señor Ministro de Hacienda y el Comité Nacional
de Cafeteros sobre la situación del mercado y en vista de la celeridad registrada por
los precios externos e internos del café, llegó a la conclusión de que era conveniente
adoptar medidas para regularizar el ingreso cafetero en forma de que no se
produjeran efectos inflacionarios adicionales, utilizando para ello los instrumentos
de que se dispone para el manejo de la política cafetera interna y de manera
especial los mecanismos previstos para la fijación de la cuota de retención;

e) Que dada la evolución reciente del mercado resulta conveniente continuar esta,
política de regularización del ingreso cafetero, (fortaleciendo al mismo tiempo la
capitalización, y el ahorro de los productores de café,

acuerda:

Artículo primero. Autorizar a. la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia


para que, en la cuantía en que vaya autorizando periódicamente el Comité Nacional
de Cafeteros con el voto favorable del señor Ministro de Hacienda y Crédito Público,
emita, por cuenta, del Fondo Nacional del Café y con respaldo de éste, títulos
valores denominados "Títulos de Ahorra Cafetero"

Artículo segundo Loa títulos de ahorro cafetero tendrán las siguientes


características:

1.° Serán títulos a la orden.

2.° Se emitirán con denominaciones de $ 8.00, $ 100.00; $ 1.000.00, $ 5,000,00 y $


10,000,00 moneda legal.

3° Serán redimibles a. treinta y seis meses.

4° Devengarán, intereses del 18% anual, pagaderos por semestres vencidos.

Artículo tercero. Los títulos de ahorro cafetero se transferirán al productor de café,


con carácter de bonificación, en el momento en que éste efectúe la venta de café
pergamino en el mercado interno, de conformidad con el procedimiento indicado en
los artículos siguientes.

Artículo cuarto. A partir del 8 de junio de 1976. el productor de café recibirá $ 8.00
por cada kilo de café pergamino tipo Federación, vendido, representados en títulos
de ahorro cafetero;

Artículo quinto. El valor de la bonificación representada en títulos de ahorro


cafetero a que se refiere el artículo anterior se modificará cuando la cotización
externa del grano registre alzas de US$ 0.15 por libra con respecto al precio externo
vigente el 8 de Junio de 1976

En este caso el ajuste en el valor de la bonificación será equivalente al 50% de dicho


aumento y así sucesivamente por cada alza de US$ 0.15 por libra. El 50% restante
se trasladará al productor a través del mecanismo de precios internos.

Parágrafo. Cuando se presentaren bajas en la, cotización externa del grano de US$
0.15 por libra, con respecto a la cotización de junio 8 de 1976, se utilizarán los
mecanismos de fijación de la cuota de retención y del valor de la bonificación en
títulos de ahorro cafeteros de tal manera que los precios internos se mantengan, en
lo posible, a los niveles vigentes en junio 8 de 1976.

Artículo sexto. El Comité encargado de fijar los precios Internos de compra de café
previsto en el Decreto-ley 444 de 1967, tendrá el encargo de vigilar y ordenar el
cumplimiento de lo dispuesta en el artículo anterior.
Artículo séptimo. Facultar a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia
para hacer, por Cuenta del Fondo Nacional del Café todos los gastos y arreglos que
sean necesarios para la emisión, administración y promoción de los títulos de ahorro
cafetero.

Artículo octavo. Someter el presente Acuerdo a la aprobación' del señor


Presidente de la República, por conducto del señor Ministro de Hacienda y Crédito
Público.

Dado en Bogotá, D. E., a los 3 dias del mes de junio de 1976.

El Presidente, Gabriel Pérez Escalante.

El Secretario, José Fernando Jaramillo H.

Artículo 2° Los títulos de ahorro cafetero de que trata este Decreto no serán
redimibles antes dé su vencimiento. Sin embargo, podrán utilizarse para los fines
que, de conformidad con sus atribuciones legales, autorice la Junta- Monetaria.

Articulo 3° El presente Decreto rige a partir de su fecha de expedición.

Comuníquese y cúmplase.

Dado en Bogotá, D. E., a 7 de junio de 1976.

El Ministro de Hacienda y Crédito Público.

DECRETO 2592 DE 1991


(Noviembre 19)
“Por el cual se aprueba un acuerdo del Comité Nacional de Cafeteros”.
El Presidente de la República de Colombia,
en ejercicio de las facultades que le confieren las leyes 76 de 1927 y 11 de 1972 y
el Decreto-Legislativo 2078 de 1940,
DECRETA:
ART. 1º—Apruébese el Acuerdo 7 de 1991 del Comité Nacional de Cafeteros, cuyo
texto dice lo siguiente:
"ACUERDO NÚMERO 7 DE 1991 (Noviembre 7)

El Comité Nacional de Cafeteros, en uso de sus atribuciones, y


CONSIDERANDO:
a) Que con base en el Decreto 2078 de 1940 y en las disposiciones que lo adicionan
y lo reforman, el gobierno y la federación celebraron, el 22 de diciembre de 1988,
un contrato de administración y manejo del Fondo Nacional del Café y prestación
de servicios;
b) Que según las disposiciones legales vigentes y los contratos celebrados entre la
Federación Nacional de Cafeteros y el Gobierno Nacional, la defensa y regulación
del ingreso cafetero y la comercialización del grano en los mercados internos y
externos, son finalidades del Fondo Nacional del Café;
c) Que el Comité Nacional en su sesión de la fecha adoptó una serie de medidas
para aliviar la actual crisis financiera del Fondo Nacional del Café originada en los
bajos precios internacionales, el volumen de la producción cafetera nacional y el
impacto que sobre dicho fondo han tenido las medidas cambiarias adoptadas
recientemente por la junta directiva del Banco de la República;
d) Que en desarrollo de tales medidas, acordadas por unanimidad entre el Gobierno
y los representantes gremiales, se acordó modificar la forma de pago del precio
interno de compra de café pergamino tipo federación, mediante el pago del 90% de
su valor en dinero en efectivo y el 10% restante, en títulos representativos de deuda;
e) Que en la presente sesión el señor Ministro de Hacienda y Crédito Público emitió
su voto expreso y favorable a dicha iniciativa,
ACUERDA:

ART. 1º—Autorizase a la Federación Nacional Cafeteros de Colombia para emitir


por cuenta del Fondo Nacional del Café y con el respaldo de éste, Títulos de Apoyo
Cafetero, TAC.
ART. 2º—Los Títulos de Apoyo Cafetero tendrán las siguientes características:
a) Serán a la orden;
b) Tendrán plazo de tres (3) años y no serán redimibles antes de su vencimiento, y
c) Devengarán intereses nominales del 24% anual, pagaderos por semestres
vencidos.

ART. 3º—El productor de café adquirirá el derecho a recibir los Títulos de Apoyo
Cafetero, TAC, en el momento en que efectúe la venta de café pergamino tipo
federación en el mercado interno.
ART. 4º—Para facilitar y acelerar la privatización y democratización del Banco
Cafetero, los productores de café con cédula cafetera y las cooperativas de
caficultores podrán utilizar los Títulos de Apoyo Cafetero, TAC, por su valor nominal,
para adquirir, a precio comercial acciones de las que posee el Fondo Nacional del
Café en el Banco Cafetero.

ART. 5º—Facultase al gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de


Colombia para realizar todos los actos jurídicos que sean necesarios para la emisión
y el manejo de los títulos de que trata este acuerdo.

ART. 6º—Sométase el presente acuerdo a la aprobación del señor Presidente de la


República, por conducto del señor Ministro de Hacienda y Crédito Público.
Dado en Santafé de Bogotá, D.C., a 7 de noviembre de 1991.
El Presidente (Fdo.) Luis Ignacio Múnera Cambas. El Secretario, (Fdo.) Hernando
Galindo Mayne”.
ART. 2º—Este decreto rige desde la fecha de su publicación.
Publíquese y cúmplase.
Dado en Santafé de Bogotá, D.C., a 19 de noviembre de 1991

Tienen liquidez primaria a su vencimiento a través del Banco Cafetero y liquidez


secundaria en todo momento a través del mercado secundario en las Bolsas de
Valores

PRAN Cafetero

Artículo 2.9.3.1. Establecimiento y adopción del Programa Nacional de


Reactivación Cafetera. Establécese el Programa Nacional de Reactivación
Cafetera, mediante el cual se podrá adquirir, a precios de mercado, cartera crediticia
a cargo de pequeños y medianos productores cafeteros y a favor de la Federación
Nacional de Cafeteros, como administradora del Fondo Nacional del Café y la
cartera cafetera y de diversificación cafetera de la Central de Inversiones S. A.,
CISA, adquirida a Bancafé hasta el 30 de abril del año 2001 y la cartera cafetera de
los distintos intermediarios financieros siempre que se cumplan las condiciones y
requisitos previstos en este título.

Parágrafo 1. El intermediario financiero deberá certificar que la obligación a ser


beneficiada con el programa, cumple con los requisitos de ser cartera cafetera o de
diversificación cafetera, enmarcado dentro del manual de crédito de FINAGRO.

Parágrafo 2. Los recursos provenientes de la recuperación de la cartera, incluidos


los aportes iniciales a que se refiere este título, también se podrán aplicar para el
desarrollo de otras actividades tendientes a la reactivación agropecuaria del sector
cafetero. Cuando estos recursos tengan origen en el presupuesto de la Nación,
podrán ingresar al programa, siempre y cuando se incorporen al Presupuesto
General de la Nación, en los términos del Estatuto Orgánico del Presupuesto.

Parágrafo 3. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural determinará las


actividades de reactivación que se enmarcan en el objeto del Programa Nacional de
Reactivación Cafetera.

(Decreto 1257 de 2001, art. 1, modificado por el Decreto 931 de 2002, art. 1.
Parágrafos 2 y 3, adicionados por el Decreto 4430 de 2008, art. 1)

Artículo 2.9.3.2. Recursos para la compra de la cartera cafetera. Para la


adquisición de la cartera cafetera se contará con los recursos que se apropien para
el efecto en el Presupuesto General de la Nación - Sección Ministerio de Agricultura
y Desarrollo Rural y con los recursos provenientes de los pagos iniciales que
efectúen los productores cafeteros de acuerdo con lo establecido en el artículo
2.9.3.5. numeral 3 de este decreto.

(Decreto 1257 de 2001, art. 2)

Artículo 2.9.3.3. Administración de los recursos. Los recursos que se apropien


en el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural para la ejecución de lo dispuesto
en este título serán administrados por FINAGRO quedando debidamente facultado
para tales efectos, previa la celebración de un convenio con el Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural. FINAGRO, en su condición de administrador podrá
suscribir otros convenios o acuerdos que sean necesarios para la debida ejecución
del programa.

Parágrafo 1. FINAGRO podrá destinar recursos, a través de operaciones de


tesorería, para Fondear temporalmente el programa y adquirir la cartera cafetera,
sin exceder las apropiaciones presupuestales vigentes o de vigencias futuras
autorizadas. En este caso, se cubrirán los costos financieros con cargo a los
recursos del programa, de acuerdo con las tasas que conjuntamente determinen el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y FINAGRO. De igual forma, los gastos
administrativos que demande la compra y administración de la cartera de que trata
este título se asumirán con cargo a los recursos. del programa.

Parágrafo 2. El convenio a celebrarse entre el Ministerio de Agricultura y Desarrollo


Rural y FINAGRO, tendrá un Comité Administrativo que estará conformado por el
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural quien lo presidirá, el Ministro de Hacienda
y Crédito Público o su delegado, el Viceministro de Asuntos Agropecuarios, el
Presidente de FINAGRO y el Gerente General de la Federación Nacional de
Cafeteros.

Parágrafo 3. Sin perjuicio de lo anterior, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo


Rural, en cualquier momento, durante el desarrollo del Programa, podrá contratar a
una entidad administradora de los recursos diferente a FINAGRO. Conforme a lo
anterior, en caso de cambio de administrador, quien se encuentre administrando el
Programa, deberá transferir los recursos y la cartera a la entidad contratada por el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

(Decreto 1257 de 2001, art.3, parágrafo 3 adicionado por el Decreto 4430 de 2008,
art. 2)

Artículo 2.9.3.4. Identificación de los beneficiarios, de las deudas y de las


opciones productivas. Para la ejecución del programa, la Federación Nacional de
Cafeteros deberá establecer previamente:

1. El mecanismo de registro e identificación de los productores interesados en


acogerse a lo dispuesto en el presente título y el estado de sus deudas
discriminadas según capital e intereses, plazos, valores y tiempos en mora
cuando sea aplicable, la actividad y predio objeto de la deuda, calificación
crediticia, clase y valor de las garantías otorgadas;
2. El mecanismo de identificación de los proyectos productivos, opciones
tecnológicas y de mercado y la valoración del potencial de ingresos derivados
de los mismos. En todo caso, la viabilidad de los proyectos productivos estará
soportada por las propuestas que presenten los productores interesados para
lo cual contarán con el apoyo y la orientación de la Federación Nacional de
Cafeteros.

(Decreto 1257 de 2001, art.4)

Artículo 2.9.3.5. Compra de cartera y sus requisitos. La compra de cartera a


favor de la Federación Nacional de Cafeteros como administradora del Fondo
Nacional del Café, se realizará por una sola vez, respecto de las obligaciones de
cada productor interesado y podrá efectuarse siempre que los productores
interesados en acogerse al Plan Nacional de Reactivación Cafetera, una vez
identificados en los términos establecidos en el artículo 2.9.3.4 de este decreto,
acrediten ante la Federación Nacional de Cafeteros los siguientes requisitos, en
forma previa a su inscripción formal ante FINAGRO. Tratándose de productores
cuya cartera se encuentre en el CISA, los requisitos serán verificados de acuerdo
con el procedimiento que determine el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y
FINAGRO:

1. La viabilidad de proseguir en la actividad productiva agropecuaria,


preferencialmente bajo esquemas de producción asociativos, soportada en un
proyecto productivo técnica y económicamente viable, el cual deberá estar
enmarcado, preferiblemente, dentro de los planes de desarrollo agropecuario;
2. La capacidad de pago para atender la nueva deuda contraída como resultado
de la aplicación de este decreto, derivada de la viabilidad del proyecto
productivo, establecido por la Federación Nacional de Cafeteros;
3. El pago en dinero a favor de FINAGRO como administrador del Plan Nacional
de Reactivación Cafetera del 5% sobre el valor de la obligación adquirida en el
caso de los pequeños productores cafeteros y del 10% en el caso de los
medianos productores cafeteros;
4. Cesión a favor de FINAGRO de las garantías existentes, las cuales podrán ser
compartidas con los intermediarios financieros o con terceros.

Parágrafo 1. Se podrá adquirir cartera hasta por 2.500 salarios mínimos legales
mensuales vigentes en cada caso (smlmv), consolidados los saldos de capital y las
cuentas por cobrar por concepto de intereses contabilizados no contingentes.

Parágrafo 2. Los productores interesados deberán pagar, previo el


perfeccionamiento de la operación de compra de la respectiva cartera, los
porcentajes establecidos en el numeral 3 del presente artículo. No obstante y en el
evento de que el potencial beneficiario no pudiere cumplir con el pago previo de
dichas sumas, FINAGRO podrá otorgar un plazo para dicho pago si así lo solicita el
productor, caso en el cual deberá contar con un codeudor y cumplir con los demás
requisitos establecidos. El plazo señalado en este parágrafo no podrá ser superior
a tres (3) años.

Parágrafo 3. Para los efectos del presente título, se entenderá por pequeño
productor, el definido por los artículos 2.1.2.2.8. y siguientes del presente decreto y
por mediano productor aquel cuyas obligaciones susceptibles de ser adquiridas por
el plan no superen los 2.500 smlmv.

(Decreto 1257 de 2001, art.5)

Artículo 2.9.3.6. Reglas de administración. El valor de la cartera a cargo de los


productores beneficiados por el plan y las condiciones para su pago serán las
mismas establecidas en el artículo 2.9.1.8. del presente decreto.

Se consideran como gastos administrativos relacionados directamente con la


adquisición de la cartera a que se refieren este decreto y que podrán cancelarse
con cargo a los recursos apropiados para la ejecución del programa, los seguros
constituidos para garantizar la obligación adquirida y los gastos procesales distintos
de los honorarios de abogados, pendientes al momento de la compra. Los gastos
de que trata este artículo deberán ser certificados por los intermediarios financieros
respectivos.

Parágrafo. Sin perjuicio de la causación de intereses corrientes y moratorios que


hayan generado, hasta la fecha de expedición del presente decreto, las obligaciones
del Programa de Reactivación Cafetera, FINAGRO, o quien tenga la condición de
administrador del programa, podrá ofrecer un nuevo periodo de gracia de un (1) año
dentro del cual no se causarán intereses. En este evento, el plazo total de la
obligación y los pagos de cada cuota periódica pendiente se amplían en un (1) año.
Los beneficiarios que deseen acceder a la condición descrita en el párrafo anterior,
deberán manifestar a FINAGRO o al administrador del programa, su intención por
escrito, dentro del año siguiente a la expedición del presente decreto.

Para aquellos casos en los cuales se entregue o se haya entregado la obligación


para el respectivo cobro judicial, el deudor deberá acreditar en el plazo mencionado
en el párrafo anterior, el pago de gastos judiciales y honorarios del abogado,
suscribiendo dentro del mismo, un nuevo pagaré en blanco con carta de
instrucciones, en el que se instrumente el nuevo plazo y vencimiento de la
obligación.

Durante el nuevo periodo de gracia que se concede y hacia el futuro, sólo tendrá
beneficio por prepago aquella parte de cada una de las obligaciones que lo tenía al
momento de la aplicación de lo dispuesto en el presente parágrafo.

(Decreto 1257 de 2001, art.6. Inciso segundo adicionado por el Decreto 931 de
2002, art. 2; Parágrafo adicionado por el Decreto 4430 de 2008, art. 3)

Artículo 2.9.3.7. Beneficiarios del PRAN y competencias adicionales de


FINAGRO. Los productores agropecuarios, distintos de los cafeteros de que trata
este título, cuya cartera hubiere sido trasladada por BANCAFE a la Central de
Inversiones S.A., CISA, podrán beneficiarse del Programa Nacional de Reactivación
Agropecuaria, PRAN, regulado en el título 1 de la Parte 9 del Libro 2 de este decreto,
siempre que la misma se encuentre debidamente inscrita en dicho programa y
cumpla con los requisitos allí señalados.

FINAGRO podrá adquirir los créditos de pequeños y medianos productores


agropecuarios que se encuentren inscritos en debida forma en el PRAN o PRAN
Cafetero, cuando los mismos hubieran sido pagados en el porcentaje garantizado,
al intermediario financiero por el Fondo Agropecuario de Garantías, FAG. En este
evento, FINAGRO realizará la compra al FAG y al intermediario, en la proporción en
que participen del crédito respectivo.

También se podrá adquirir con cargo a los recursos asignados para los programas
regulados en los títulos 1 y 3 de la Parte 9 del libro 2 de este decreto, los saldos de
créditos agropecuarios no inscritos en el PRAN y en el PRAN Cafetero, cuando la
normalización de los mismos constituya un requisito para la reactivación
agropecuaria de un productor con cartera inscrita. FINAGRO determinará el valor
de la cartera susceptible de compra en proporción del valor de la cartera inscrita,
previa certificación del intermediario financiero o la Federación Nacional de
Cafeteros, de su origen agropecuario, y en todo caso, con sujeción a la
disponibilidad presupuestal del programa.

FINAGRO determinará cuáles saldos de créditos agropecuarios no inscritos en los


Programas constituyen un requisito para la reactivación del productor con cartera
inscrita.

(Decreto 1257 de 2001, art 7, modificado por el Decreto 931 de 2002, art. 3)
Artículo 2.9.3.8. Pequeños y medianos productores agropecuarios del
departamento del Cauca. Los pequeños y medianos productores agropecuarios
del departamento del Cauca, que tengan cartera agropecuaria vencida con el sector
financiero vigilado por la Superintendencia Financiera de Colombia, podrán
beneficiarse del Programa Nacional de Reactivación Agropecuaria, PRAN, siempre
que cumplan las condiciones y requisitos establecidos en el mismo. El Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural y FINAGRO determinarán los términos y
procedimientos de inscripción para que estos productores puedan acceder al
programa.

(Decreto 1257 de 2001, art. 8)

Artículo 2.9.3.9. Productores bananeros de la zona bananera del departamento


del Magdalena. Los productores bananeros de la zona bananera del departamento
del Magdalena, deudores del patrimonio autónomo - Convenio de Rehabilitación del
Magdalena, administrado por la Sociedad Fiduciaria Industrial, Fiduifi, y originado
en un crédito de la Caja Agraria en Liquidación a través de operaciones de
redescuento en Bancoldex, podrán beneficiarse del Programa Nacional de
Reactivación Agropecuaria, PRAN, sujeto a la disponibilidad de recursos
presupuestales y a los términos y procedimientos que conjuntamente determinen el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, FINAGRO y la Caja Agraria en
Liquidación.

(Decreto 1257 de 2001, art.9)

Artículo 2.9.3.10. Estabilidad de las condiciones de adquisición de cartera. Las


condiciones de la adquisición de la cartera realizada por FINAGRO en ejecución de
lo dispuesto en el Título 1 de la Parte 9 del Libro 2 de este decreto, con anterioridad
a la expedición de este decreto, no se modifican en ningún aspecto.

SENTENCIA SC18594-2016
ARIEL SALAZAR RAMÍREZ
Magistrado Ponente

SC18594-2016

Radicación n° 11001-31-03-038-2010-00703-01
(Aprobada en sesión de diecinueve de octubre de dos mil dieciséis)

Bogotá D.C., diecinueve (19) de diciembre de dos mil dieciséis (2016)


Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por la accionante contra la
sentencia de quince de noviembre de dos mil trece, proferida por la Sala Civil del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso ordinario
radicado con el número de la referencia.

I. ANTECEDENTES

A. La pretensión

Almacenes Generales de Depósito Almagrario S.A. pidió declarar la ocurrencia del


siniestro amparado por la póliza de infidelidad y riesgos financieros N° GIRF-72,
expedida por Aseguradora Colseguros S.A., compañía que incumplió dicho
contrato, por lo que solicitó condenarla a pagarle $20.000’000.000 a título de
indemnización, con intereses moratorios desde el 30 de septiembre de 2010 en los
términos del artículo 1080 del Código de Comercio.

B. Los hechos

1. La demandante, en desarrollo de su objeto social, ejecuta contratos de


depósito de mercancía para su custodia, en virtud de los cuales expide certificados
que son títulos valores transferibles mediante endoso y susceptibles de
negociación.

2. Convino con la demandada una póliza de «infidelidad y riesgos financieros


N° GIRF-72», que amparaba los perjuicios, hasta por $20.000’000.000, que se
derivaran de actos fraudulentos o deshonestos de sus empleados y de la
«infidelidad de estos, con una vigencia del 31 de julio de 2007 al 31 de julio de 2008,
ampliada al 31 de julio de 2009.

3. El 6 de junio de 2006, suscribió con Ecocafé S.A un convenio, en desarrollo


de una negociación celebrada con la Bolsa Nacional Agropecuaria, con estas
condiciones:
a) Ecocafé depositaba café pergamino bajo custodia de Almagrario, y durante el
depósito era transformado en «café excelso tipo exportación» para su venta en el
exterior.

b) Como respaldo de la operación, se expedía un «certificado de depósito de


mercancía», donde se indicaba que estaba autorizada la exportación del producto,
documento que negociaba Ecocafé en la Bolsa Nacional Agropecuaria.

c) El bien procesado se llevaba a puerto para su embarque al lugar de destino,


donde la naviera expedía a Ecocafé tres originales del «conocimiento de
embarque», que ésta le endosaba en blanco y entregaba a Almagrario.

d) Dicho «conocimiento de embarque», junto con la factura de venta expedida por


Ecocafé y la carta de instrucciones de pago, se enviaban al comprador en el
exterior para que iniciara la nacionalización al arribo de la mercancía.

e) Ecocafé pactaba las condiciones y cobraba para que se hiciera transferencia a


Citibank en Nueva York, corresponsal del Banco de Occidente en Colombia,
donde era titular de una cuenta, pero cuyo control lo tenía Almagrario.

f) Los dineros sólo se entregaban previa reposición del café vendido. En caso
contrario, garantizaban el «certificado de depósito de mercancías», bien fuera
comprando café de características similares, o respondiendo por el importe al
vencimiento.

4. Igual relación comercial, sostuvo con Máximo Exportadores de Café S.A.,


Cafetalera San Luis y Café Kenia.

5. Por culpa de empleados de Almagrario, se presentaron irregularidades en las


cuentas que administraba, pues parte del dinero que estaba a nombre de Ecocafé
se destinó a compra de grano que no fue recibido.
6. En el caso de Máximo Exportadores de Café, de la cuenta controlada se
hicieron giros a Frutales La Cosecha, dejando sin garantía los certificados de
depósito de mercancías. Además, no todos los montos de las exportaciones
ingresaron a ellas.

7. Como consecuencia de lo anterior, Almagrario debió responder con su


patrimonio por los certificados que quedaron al descubierto, ocasionándole una
pérdida que había sido amparada por la aseguradora.

8. En vista de las anomalías, se requirió a los administradores, quienes


entorpecieron las averiguaciones, por lo que la junta directiva los removió el 11 de
agosto de 2008, y se iniciaron investigaciones penales y disciplinarias en su contra.

9. Las irregularidades se acreditan con la Resolución 274 de 2008 de la


Superintendencia Financiera, que calificó esa «operación cafetera» como insegura,
por lo que se obligó al almacén de depósito a restituir inventarios o consignar los
dineros faltantes en un plazo de 6 meses.

10. Informó de inmediato lo sucedido a la aseguradora, pero ésta se negó a


pagar la indemnización con base en argumentos ilegales y contradictorios,
incumpliendo así lo acordado.

C. El trámite de la primera instancia

1. En auto de 29 de noviembre de 2010, se admitió la demanda, ordenándose


notificar a compañía aseguradora, a la que se dio el traslado de rigor de dicho libelo
(fl. 135, c. 1).

2. Colseguros S.A. se opuso a las pretensiones de la demanda; respecto de


los hechos manifestó que, en su mayoría, no le constaban, y formuló las
excepciones de mérito de: «Ausencia de cobertura como consecuencia de que no
se han presentado actos deshonestos o fraudulentos de Almagrario con la intención
de causar una pérdida para esa sociedad», «prescripción», «ausencia de cobertura
como consecuencia de que la pérdida proviene de una situación conocida por el
asegurado antes del inicio de la última vigencia no avisada a la compañía
aseguradora» y «nulidad relativa del contrato» (fls. 322-335, c. 1).

Como fundamento de sus defensas sostuvo que no se demostró la


realización de actos deshonestos o fraudulentos de empleados de Almagrario, ni de
que se cometieron con la intención manifiesta de causarle una pérdida;
transcurrieron más de dos años desde que la asegurada tuvo conocimiento de los
hechos en que fundó la demanda sin que hubiera solicitado la conciliación
prejudicial; al momento de iniciarse la vigencia correspondiente a la renovación del
contrato de seguro, la demandante tenía conocimiento de la operación riesgosa que
generaba la falta de respaldo de los títulos emitidos y sin embargo, no lo informó a
la aseguradora como lo exigía la condición segunda de las generales de la póliza,
y, por último, de no aceptarse la anterior exclusión, ese hecho debe considerarse
como reticencia del asegurado que da lugar a la nulidad relativa del contrato (fls.
322-335, c. 1).

3. El juez a-quo, en fallo de 22 de abril de 2013, negó las pretensiones de la


demanda con fundamento en que la suma de dinero que el almacén de depósito
reclamó como indemnización, ya fue pagada por sus clientes mediante la entrega
de títulos valores que fue aceptada por ella, la cual reconoció que la pérdida se
originó en la falta de pago por los exportadores y la no reposición del café vendido
por parte de los clientes, mas no debido a la «infidelidad» de alguno o algunos de
sus empleados (fl. 1386, c. 1).

4. La demandante apeló la anterior decisión (fl. 1394, c. 1).

D. La providencia impugnada

El Tribunal confirmó la sentencia proferida por el juzgador de primera instancia.


En sustento de su determinación, indicó que la acción no está prescrita, toda vez
que el primer pago de los certificados de depósito de mercancías carentes de
respaldo, erogación constitutiva de afectación patrimonial para Almagrario se hizo
en mayo de 2009 y el trámite judicial se inició el 11 de noviembre de 2010, por lo
que no pasaron los dos años a que hace referencia el artículo 1081 del Código de
Comercio, y tampoco están fundadas las excepciones de ausencia de cobertura
por originarse la pérdida en una situación conocida por la asegurada, que no se
informó a Colseguros S.A. y de nulidad relativa del contrato, porque si los hechos
eran de público conocimiento, eso quiere decir que la demandada estaba enterada
de las circunstancias, lo que, además, aparece corroborado con los documentos
que la demandante le remitió.

De conformidad con la vigencia de la póliza -señaló- no eran objeto de


cobertura los pagos por títulos expedidos a Ecocafé, Café Kenia y Cafetera San
Luis, que se hicieron en 2010, por lo que el reclamo quedaría circunscrito a la
satisfacción de los expedidos a nombre de Máximo Exportadores de Café por
$5.851’133.903,11. De todas maneras ese detrimento también estaría excluido «si
se tiene en cuenta el Memorando No. 0246 de 26 de enero de 2010, que Almagrario
le dirigió a la Aseguradora, en el que se infiere que el hecho de que los certificados
de depósitos que se le expidieron se quedara sin mercancía, son ajenos (sic) a los
empleados del Almacén», por ser producto de inconvenientes no imputables a ellos,
fuera de que la exportadora concedió un descuento que impidió el ingreso de esos
valores.
De todas maneras, no se observa -añadió- que el juzgador a-quo hubiera
desatendido los relacionado con los «actos deshonestos y fraudulentos de los
empleados, porque tratándose de pérdidas derivadas de certificados de depósito
(…) sólo era susceptible de amparo, la que tuviere origen en la infidelidad de los
empleados», por lo que debía demostrarse «la intención» con la que aquellos
«actuaron a la hora de expedirle a las mencionadas empresas los certificados de
depósito, cuyo importe le tocó asumir».

Bajo esa perspectiva, la demandante carece del derecho reclamado si se tiene en


cuenta que se aseguró el dolo de sus empleados y la eficacia de esa cláusula
debe analizarse en los términos del artículo 1055 del Código de Comercio, según
el cual no era posible, siendo que los actos provienen de directivos del Almacén y
por lo tanto se entienden realizados por «la propia entidad», a la luz de la teoría de
responsabilidad directa de las personas jurídicas por el proceder de sus agentes.

Así se esgrimiera que es posible desligar la actuación de la persona jurídica


y la de los administradores que obran por fuera de sus facultades, lo cierto es que
tomando en consideración la Resolución 274 de 2008 de la Superintendencia
Financiera, se advierte que la denominada «operación cafetera» en la cual se
generaron los faltantes de grano que respaldaran los certificados de depósito
expedidos, obedecía a una política de empresa «ejecutada a través de sus
Directivos, y por eso, un acto meramente potestativo del Almacén», como lo
respaldan las declaraciones de los testigos Juan José Ocampo Echeverry y Edgar
Barruecos.

Adicionalmente, no existió la incertidumbre que apareja el riesgo respecto de


una operación que se venía desarrollando con antelación a convenir el seguro,
como se expresó en acta N° 695 de la Junta Directiva de Almagrario de 20 de
febrero de 2008.

De todas maneras, ni siquiera están demostrados -sostuvo- los sucesos


que se endilgaron a los empleados, ni que ellos hayan tenido la intención de
ocasionar pérdidas a la demandante, lo que descarta la ocurrencia del siniestro.

Lo que aconteció en la «operación cafetera» -concluyó- no fue resultado de


maniobras fraudulentas de los empleados de Almagrario S.A., sino la
consumación de riesgos propios de las transacciones debido a la forma como
fueron convenidas, sin que se tomaran las medidas para minimizar su impacto.

Siendo legales esas transacciones en los términos del artículo 1183 del estatuto
mercantil, no puede hablarse de fraude o deshonestidad en ellas, simplemente era
una estrategia para obtener ganancias, como en efecto sucedió en el comienzo.
Así se desprende de lo relatado por el representante legal de la actora; el Acta N°
689 de 14 de septiembre de 2007, donde se habla de un excelente estado
financiero de la compañía y que la «operación cafetera» se desarrolló a mediados
de 2006; y la Resolución N° 27 de 2009 del Superintendente Delgado para
Intermediarios de Valores y otros Agentes.

Cosa distinta es que la ejecución se hiciera sin el cumplimiento de todos los


requisitos exigidos en la Resolución N° 406 de 1954 de la Superintendencia
Bancaria (hoy Financiera), y dicho ente de control calificara la operación como «no
autorizada» e «insegura» en Resolución N° 274 de 28 de febrero de 2008, por
mantener vigentes certificados de depósito de mercancías en tránsito sobre café
destinado a exportaciones, sin respaldo en mercancías o con las coberturas
necesarias para garantizar su valor, como cartas de crédito.

Así lo explicaron los deponentes Edgar Barruecos, Marcela Becerra Cortés,


Claudia Bibiana Castillo Vera, Marina Alvarado de Borda y Armando Rafael
Gutiérrez, quedando definido que se trató de una omisión por parte de los
Directivos de Almagrario, como se plasmó en el pliego de cargos que la
Superintendencia Financiera formuló a Álvaro Nicanor Hernández, sin que se
pueda aseverar que obraron con el designio de causar un detrimento patrimonial
al Almacén y así refulge de lo expuesto por el Secretario Jurídico a la Junta
Directiva el 20 de febrero de 2008.

Y de argüirse una culpa grave por la omisión de documentos en las


negociaciones, de conformidad con la graduación del artículo 63 del Código Civil,
ésta se refiere a contratos y cuasicontratos, y no a delitos y cuasidelitos. En todo
caso, el concepto de «deshonesto o fraudulento» lleva implícito un provecho
propio para quien incurre en la conducta, y en el expediente no se evidencia tal
presupuesto.

La verdadera razón -señaló- por la cual no entraron los recursos a la cuenta


administrada por la demandante es que los clientes incumplieron al dejar de
consignar allí lo debido y los exportadores no direccionaron a la misma, los recursos
que recibieron directamente, tal como lo relataron los testigos ya citados y lo aceptó
Almagrario en Memorando N° 246 de 26 de enero de 2010.

Tan es así que la pérdida a la que se vio expuesta la recurrente se trasladó a los
exportadores con quienes firmó acuerdos de pago, como advirtió el a-quo, así
hagan parte de la cartera castigada.
A pesar de lo censurable de la omisión aludida en el sentido de que no se
obtuvo el respaldo necesario de los títulos valores representativos de mercancías,
lo que «puede obedecer a una conducta negligente» de los directivos, no puede
inferirse que «obraron en este evento con engaños o faltando a la verdad».

Por último, los movimientos de café en distintas bodegas era obvio en los
términos de lo acordado; la circunstancia de que los certificados de depósito
representaran grano existente en diferentes trilladoras, no autorizaba la expedición
de esos títulos sin respaldo.

Carece de sustento la afirmación realizada por el declarante Gabriel Antonio


Cancino de que en algunas oportunidades se utilizaba la misma mercancía como
respaldo de dos títulos, pues la manipulación de inventarios fue posterior a que los
certificados se quedarán desprotegidos, por lo que ninguna incidencia tuvieron en
la pérdida generada; y de los memorandos enviados por la alta dirección de
Almagrario no se concluye uniformemente que se giraran recursos sin recibir
mercancía.

Aún de admitirse una relación directa entre esas situaciones, lo cierto es que «no
existe certeza de cuáles de los certificados que quedaron sin respaldo fue a
propósito de esas circunstancias», hecho que debía demostrar la parte
demandante.

II. LA DEMANDA DE CASACIÓN

El recurso extraordinario formulado por la actora se fundó en dos cargos: El inicial


por violación directa de normas sustanciales y el siguiente por equivocación de
hecho en la valoración de las pruebas, los que resolverá la Sala en el orden
propuesto.

A. CARGO PRIMERO
Se acusó al fallo de violar de forma directa los artículos 200 y 1055 del
Código de Comercio, el primero por falta de aplicación y el segundo debido a su
aplicación inadecuada.

Lo anterior por cuanto al estudiar «si las pérdidas en este caso son
asegurables», concluyó que «los actos deshonestos o fraudulentos que
supuestamente cometieron los Directivos de Almagrario, no son objeto de amparo
porque según lo anotado son los mismos de la sociedad y por consiguiente son
inasegurables».

Tal inferencia -sostuvo el censor- deja sin efecto la figura de la póliza de infidelidad
y riesgos financieros si los causantes del daño son los directivos de una empresa,
siendo preciso fijar sus alcances.

No está en discusión -agregó- la responsabilidad directa de las personas jurídicas


por un ejercicio de sus administradores que afecte a terceros, pero cuando lesiona
a la empresa a la cual representan, se trata de actos potestativos, por lo que
admitir que son inasegurables sería desconocer la «teoría societaria de
responsabilidad de los directores y administradores», inspirada en el artículo 200
del estatuto mercantil, al concluirse que la entidad nunca podría reclamarles por su
proceder al estar en un típico evento de culpa de la víctima.

El yerro cometido -indicó- amerita «la intervención de la Corte para casar la


sentencia».

CONSIDERACIONES

1. El concepto de persona jurídica, al tenor del artículo 633 del Código Civil,
corresponde al de una entidad «capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones
civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente».

Por tratarse de una ficción legal, los actos del vocero se entienden realizados por
aquella, comprometiéndola, pero sin que este pierda individualidad, ya que debe
responder por su gestión e incluso asumir las consecuencias de un proceder
alejado de los lineamientos estatutarios.

Lo propio acontece con los demás operadores y colaboradores, puesto que al


carecer la persona jurídica de voz y autonomía, lo que hagan en su nombre y
dentro de las atribuciones asignadas se convierte en una manifestación de
voluntad que la compromete, eso sí con la carga de rendir cuentas del desempeño
al encargado de administrarla.

Quiere decir que en el desarrollo del objeto para el cual fue constituida se da una
confluencia de vínculos y multiplicidad de aspectos de los cuales se derivan
disímiles consecuencias, de acuerdo con las particularidades que los determinan.

En materia de la responsabilidad común por los delitos y las culpas de que trata el
Título XXXIV del Código Civil se ha discutido la forma en que la asumen los entes
jurídicos. En un comienzo, se estimó que derivaba de un hecho ajeno bajo los
patrones de los artículos 2347 y 2349 de esa compilación, pero con el tiempo se
pasó a la «tesis organicista», según la cual era directa por actuaciones de los
directivos, al amparo del artículo 2341 ibídem, e indirecta si provenía de sus
subordinados.
Sin embargo en la actualidad es criterio de la Corte que, independientemente de la
clase de vinculación de quien ocasiona el hecho lesivo, la responsabilidad es
directa, porque no existen razones de peso para diferenciarlas, tal como se
recordó en la providencia CSJ SC13630-2015, en la cual se indicó:

Una vez revaluada la teoría de la responsabilidad indirecta de los entes


morales, se dio paso a la doctrina de la responsabilidad directa;
desplazándose en tal forma de los artículos 2347 y 2349 al campo del 2341
del Código Civil. En relación con esta clase de responsabilidad, nació por
obra de la jurisprudencia la tesis llamada ‘organicista’, que se explicaba
diciendo que la persona jurídica incurría en responsabilidad directa cuando
los actos culposos se debían a sus órganos directivos –directores o
ejecutores de su voluntad–, y en responsabilidad indirecta en los restantes
eventos (…) Sin embargo, esta caracterización de la responsabilidad a
partir de la función que el agente del daño desempeña en una organización
(dependiendo de si es directivo o subalterno), carece de un sustento lógico
y jurídico suficiente para fundamentar una teoría de la responsabilidad civil
extracontractual y, al mismo tiempo, se muestra demasiado artificiosa e
inequitativa (…) No existe un motivo razonable para variar la posición de la
entidad jurídica frente a los actos lesivos de quienes ejecutan sus funciones
por el simple hecho de que éstos desempeñen labores de dirección o de
subordinación, puesto que al fin de cuentas todos ellos cooperan al logro de
los objetivos de la persona moral, independientemente de las calidades u
oficios que realicen (…) A diferencia de las personas naturales, que poseen
entendimiento, voluntad propia y autoconciencia, los entes jurídicos no
obran por sí mismos sino a través de sus agentes, por lo que los actos
culposos y lesivos que éstos cometen en el desempeño de sus cargos
obligan directamente a la organización a la que pertenecen, con apoyo en
el artículo 2341 del Código Civil, sin importar si se trata de funcionarios de
dirección o de operarios (…) Fue así como a partir de la sentencia de 30 de
junio de 1962 (G.J. t, XCIC), ratificada en fallos posteriores, se recogió esa
corriente jurisprudencial, al entender la Corte que la responsabilidad
extracontractual de las personas jurídicas es directa, cualquiera que sea la
posición de sus agentes productores del daño dentro de la organización.

Ese razonamiento -se insiste- solo está circunscrito a la responsabilidad


extracontractual que terceros endilgan a la persona jurídica por actos de sus
administradores y empleados, y no se extiende al área contractual o a la forma
como se desarrollan las relaciones intra societarias, es decir, a los actos de tales
funcionarios que causan daño a la sociedad y por los cuales están llamados a
responderle a ésta, la cual se rige por preceptos diferentes al artículo 2341 de la
codificación civil.

Basta con resaltar que en el campo societario, la Ley 222 de 1995 contempló en
su artículo 23 que es deber de los administradores «obrar de buena fe, con lealtad
y con la diligencia de un buen hombre de negocios», todo ello en «interés de la
sociedad, teniendo en cuenta los intereses de sus asociados», de lo que se
concluye que, en ese sentido, asumen un compromiso dual, porque según
preceptúa el artículo 98 del Código de Comercio «la sociedad, una vez constituida
legalmente, forma una persona jurídica distinta de los socios individualmente
considerados».

De ahí que si los gerentes, miembros de juntas o quienes desempeñen funciones


de similar índole, se alejan del principio rector de desarrollar el objeto social,
incumplen sus obligaciones legales y estatutarias o asumen comportamientos que
atentan contra su representada, quedan obligados en los términos del artículo 200
del Código de Comercio, modificado por el 24 de la Ley 222 de 1995, según el
cual «[l]os administradores responderán solidaria e ilimitadamente de los perjuicios
que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros».
Indistintamente de que en el desempeño del cargo se actúe para la sociedad, eso
no quiere decir que sea esta la única obligada por los excesos o arbitrariedades
cometidas en su nombre, como si ninguna relevancia tuviera la discrecionalidad de
los ejecutores por la imposibilidad de autodeterminación de la persona jurídica.
Tan es así que pueden extendérseles las reclamaciones de personas ajenas, para
que asuman el pago de indemnizaciones en forma solidaria. Incluso, la sociedad y
quienes arriesgan su capital al conformarla pueden ejercer la acción social de
responsabilidad en los términos del artículo 25 de la citada Ley 222 de 1995.

2. Los riesgos que se derivan de encomendar a otros la gestión de negocios


propios justifica la adopción de medidas de protección, para atemperar, disminuir o
afrontar los efectos adversos de decisiones infortunadas que amenacen la
estabilidad necesaria para el desarrollo de operaciones mercantiles.

La adquisición de garantías se hace más imperiosa en la actividad financiera, cuyo


desempeño lleva implícito un alto impacto económico en la comunidad, tanto que
el artículo 335 de la Constitución Política la considera de interés público,
justificándose así su intervención.

Las entidades de ese sector están expuestas a una multiplicidad de riesgos, entre
ellos los de mercado, de crédito, de liquidez, de toma de decisiones o políticas, y
el riesgo operacional.

2.1. En respuesta a las necesidades de garantía de las instituciones financieras,


entre las cuales se encuentran los almacenes generales de depósito, el mercado
asegurador les ofrece pólizas conocidas con el nombre de «globales bancarias»1.

El adjetivo «global» con el que se califica al indicado instrumento hace referencia a


que su característica principal es la de contener varios y disímiles amparos que
normalmente serían objeto de cobertura a través de pólizas independientes, los
cuales, por ejemplo, pueden ser:

1 Llamadas también Bankers Blanket Bond.


(i) Infidelidad de los empleados. Cubre los actos deshonestos de los empleados.

(ii) Bienes transportados. Se refiere a la protección a los bienes que se


trasladan de un lugar a otro, desde luego que con algún nivel de protección,
desde el punto de vista de su vigilancia.

(iii) Falsificación de moneda, cheques y títulos valores.

(iv) Daños a oficinas.


(v) Honorarios de abogados.
(vi) Predios y locales. Entre estos se cuentan, además, distintos tipos de
bienes, como joyas, documentos, metales preciosos, pérdida de bienes de
los clientes que aún no se encuentran en posesión de la entidad financiera -
caso de pagos o de cheques consignados en cajeros- o que están aún en
los bancos, pérdidas de dinero en los cajeros o máquinas que entregan
dinero -puede llegar a abarcar fraudes electrónicos-, cajillas de seguridad,
puede eventualmente incluir protección por la falsificación de tarjetas de
crédito, cuando son duplicadas en forma fraudulenta, e inclusive puede
llegar a abarcar la protección a los predios y bienes de los clientes cuando
en ellos se realizan actividades bancarias -como cuando se paga la nómina
laboral en el sitio de trabajo, con personal del banco- (CE SCA Sec. 3, 6 Jul.
2005, Rad. 11575).

Debido a las grandes cantidades de dinero que son objeto del aseguramiento, se
hizo necesaria la contratación de reaseguros con compañías multinacionales, las
cuales han impuesto sus propias proformas, siendo las más utilizadas la No. 24
empleada en el mercado asegurador norteamericano, y los clausulados DHP,
KFA, NMA y LSW.

El primero, en sus versiones 73, 75, 82 y 84, el segundo y el tercero en sus


versiones 81 y 2626 respectivamente, aluden al amparo de infidelidad, en tanto los
textos tipo LSW 238 y 983 otorgan cobertura respecto de delitos electrónicos y por
computador, y el clausulado NMA 2273 es de responsabilidad civil profesional.

En razón a que el término «global» dio lugar a que se interpretara que la cobertura
se extendía a riesgos no establecidos expresamente en ella, su denominación ha
sido sustituida por otras como «póliza de instituciones financieras» o «de riesgos
financieros».

En Colombia, en lo concerniente a infidelidad, las formas más utilizadas


corresponden a las NMA 2626, DHP 84 y KFA 81 que aluden a actos fraudulentos
o deshonestos de empleados, cometidos por ellos directamente o en complicidad
con otros, con la intención de ocasionar una pérdida a la asegurada o de obtener
una ganancia propia indebida.

2.2. La contratada por Almagrario fue una «póliza de infidelidad y riesgos


financieros», con vigencia del 31 de julio de 2007 al 31 de julio de 2008, ampliada
luego al 31 de julio de 2009, la cual contenía los amparos de «actos fraudulentos o
deshonestos de los empleados», «predios», «tránsito», «extorsión», «terremoto»,
«fraudes por computador», «motín, conmoción civil y actos mail intencionados de
terceros», «falsificación de telex probado», «costo neto financiero» e «infidelidad de
empleados».2

La demandada ajustó las condiciones generales de ese seguro a la forma


DHP 84 de póliza global bancaria, tal como aparece consignado en el clausulado
que aportó al contestar la demanda3, conforme al cual dicha compañía se obligó a
«pagar y a reconocer al asegurado toda pérdida que el mismo, pueda durante la
vigencia de este seguro (como se indica en la carátula), sufrir o descubrir que ha
sufrido, de la forma mencionada a continuación…»4 (se subraya), estableciéndose
que no se amparaban «pérdidas no descubiertas durante la vigencia de este seguro
y pérdidas sufridas con anterioridad a las fechas retroactivas establecidas en el
anexo no. 1»5, apartado en el cual se eliminó la fecha de retroactividad e incluyó
una cláusula de limitación de descubrimiento, salvo que se incrementara el límite
asegurado o se incluyeran nuevas coberturas, caso en el cual la máxima época de

2 Folio 2, c. 1.
3 Folio 198 y ss. c. 1.
4 Folio 198.
5 Folio 199.
retroactividad se fijó en cinco años.6

El descubrimiento de la pérdida se limitó por Colseguros S.A. en los


siguientes términos:

No habrá ninguna responsabilidad con relación a cualquier reclamo: a)


Derivado de ó (sic) en conexión con cualquier circunstancia u ocurrencia notificada
al Asegurador en cualquier otra póliza de seguro contratada con anterioridad al inicio
de esta póliza. b) Derivado de ó (sic) en conexión con cualquier circunstancia u
ocurrencia conocida por el Asegurado con anterioridad al inicio de esta póliza.7

Las pólizas globales bancarias, en cuanto atañe al descubrimiento de la pérdida,


se regían por el artículo 23 de la Ley 35 de 1993, incorporado luego en el artículo
185 del Decreto 663 de 1993, conforme al cual «En los seguros que tengan por
objeto el amparo de los riesgos propios de la actividad financiera, se podrán
asegurar, mediante convenio expreso, los hechos pretéritos cuya ocurrencia es
desconocida por tomador y asegurador» (num. 3).

Posteriormente, el inciso primero del artículo 4º de la Ley 389 de 1997 estableció


que en el seguro de manejo y riesgos financieros y en el de responsabilidad «la
cobertura podrá circunscribirse al descubrimiento de pérdidas durante la vigencia,
en el primero, y a las reclamaciones formuladas por el damnificado al asegurado o
a la compañía durante la vigencia, en el segundo, así se trate de hechos ocurridos
con anterioridad a su iniciación» (se subraya).

2.3. Los amparos objeto de cobertura en la póliza «de infidelidad y riesgos


financieros N° GIRF-72», fueron los de «infidelidad de empleados», «predios»,
«tránsito», «falsificación», «dinero falsificado», «responsabilidad para cajillas de
seguridad», «pérdida de derechos de suscripción» y «costos legales y honorarios
de abogados».8

6 Folio 206.
7 Folio 228.
8 Folio 198.
De los anteriores, el que interesa al litigio es el de «infidelidad de empleados»,
conforme al cual la demandada debía indemnizar la «pérdida resultante
directamente de actos deshonestos o fraudulentos por empleados del asegurado
cometidos solo o en confabulación con otros, con la intención manifiesta de
causarle al asegurado que soporte tal pérdida».9

La efectividad de este amparo, que como se dijo, corresponde a la forma


internacional DHP 84, depende, entonces, de la acreditación de los elementos allí
mencionados: (i) Una pérdida directa sufrida por el asegurado; (ii) la causa del
detrimento es un acto deshonesto o fraudulento; (iii) tales actos provienen de
empleados del asegurado y (iv) medió una intención expresa de los dependientes
de causarle al asegurado una pérdida que debía soportar.

La cobertura se otorga a pérdidas causadas y descubiertas por la entidad


asegurada, ocasionadas por conductas de sus empleados, las cuales no son de
mera negligencia, sino actos voluntarios encaminados específicamente a causar
un menoscabo patrimonial a la primera, de modo que en ellos es posible detectar
el evidente o notorio propósito de producir ese daño.

2.3. Con las anteriores precisiones queda claro que tiene razón el
casacionista en su reproche frente a la posición asumida por el Tribunal, cuando,
con base en los artículos 2341 del Código Civil y 1055 del Código de Comercio,
concluyó que «los actos deshonestos o fraudulentos que supuestamente
cometieron los Directivos de Almagrario, no son objeto de amparo, porque según lo
anotado son los mismos de la sociedad, y por consiguiente son inasegurables», lo
que amerita una rectificación doctrinaria.

Esto por cuanto la «póliza de infidelidad y riesgos financieros» que fue materia de
la disputa no podía ser vista desde la óptica de la responsabilidad directa de las
personas jurídicas, circunscrita exclusivamente al campo extracontractual, sino
como un reflejo del incumplimiento a sabiendas de los deberes de los
administradores y las consecuencias que de eso se derivan, bajo los parámetros
de la Ley 222 de 1995.

9 Ibídem.
Por eso mismo tampoco encajaba la situación dentro del supuesto prohibitivo del
artículo 1055 del Código de Comercio, que no permite asegurar el dolo del
tomador, asegurado o beneficiario, porque todas esas calidades confluyen en
Almagrario S.A. y no en las personas que obraran con dolo, independientemente
de que laboraran para ella.

Es más, la razón de ser del amparo por infidelidad es la «pérdida resultante


directamente de actos deshonestos o fraudulentos por empleados del asegurado
cometidos solo o en confabulación con otros, con la intención manifiesta de
causarle al asegurado que soporte tal pérdida» (se resalta), lo que significa que
los «empleados» son vistos de manera aislada y autónoma por las decisiones que
tomaron fraudulentamente, no con el fin de cumplir el objeto social sino para ir en
contra del mismo.

2.4. No obstante lo anterior, el cargo no prospera en vista de que esa


consideración del ad quem constituye un punto accesorio al desatar el litigio, porque
las dos razones principales de la desestimación del recurso de apelación
consistieron en que la reclamación por unos conceptos no se encontraba dentro de
la vigencia de la póliza, y los restantes no encajaban dentro del riesgo amparado,
fuera de otras adicionales complementarias, sin que ninguna de ellas pierda validez
con el planteamiento de la impugnación.

B. CARGO SEGUNDO

Señaló como infringidos indirectamente los artículos 1055, 1073, 1077 y


1080 del Código de Comercio, como consecuencia de errores de hecho en que
incurrió el sentenciador ad quem al valorar las probanzas.

Debido a tales desaciertos, concluyó: «(i) que las actuaciones dolosas de los
directivos de Almagrario no estaban amparadas por la póliza, (ii) que en el
presente caso no se demostró la existencia de maniobras deshonestas de los
empleados encaminadas a causar una pérdida a Almagrario y (iii) que las pérdidas
correspondientes a Ecocafé, Café Kenia y Cafetera San Luis, estaban por fuera de
cobertura por haberse realizado los pagos una vez vencida la póliza».
El Tribunal valoró indebidamente la póliza, pues al interpretar las condiciones
primera y tercera generales hizo una distinción que no aparece en ellas, de la cual
se sirvió para extraer del grupo de empleados a los administradores.

Igualmente, se equivocó al entender que la cobertura del seguro se refería al


simple desembolso del dinero sin tener en cuenta si provenía o no de una
actuación deshonesta o fraudulenta del personal, siendo que podía ser el
resultado de una operación previa que se extendiera en el tiempo.

Restringió así los alcances del amparo a los siniestros instantáneos, a pesar de
que «los riesgos de infidelidad de empleados son riesgos que por su propia
concepción no se configuran en un solo momento en el tiempo sino que resultan
de una serie de sucesos que culminan con la pérdida», y como en un mismo
contrato pueden incluirse ambos, al no precisarse cuál de ellos es objeto de la
cobertura, no le es dado al intérprete judicial excluir los «riesgos compuestos o
complejos».

Además, al valorar las resoluciones sancionatorias proferidas por la


Superintendencia Financiera, desconoció que las omisiones de los directivos,
constitutivas de prácticas inseguras y no autorizadas, tienen la connotación de actos
fraudulentos y deshonestos.

El juzgador, según el casacionista, les restó peso a las manifestaciones de los


testigos Marcela Becerra, Juan José Ocampo, Florián Santillano, Gabriel Antonio
Cancino, Marina Alvarado de Borda, Héctor Eduardo López Rodríguez y Edgar
Berruecos sobre la alteración, manipulación y traslado de inventarios, cuando
precisamente esas irregularidades determinaron que se tratara de una operación
absolutamente ilegal.

Respecto de las actas de la Junta Directiva de Almagrario donde se felicitó a


los administradores, no atendió que dichos documentos refieren a períodos en los
que se ignoraban las deficiencias, y fue ese órgano el que los desvinculó con
posterioridad.

Además, dejó de apreciar las actas correspondientes al momento en que se


detectó lo que en realidad sucedía, y estimó que el memorando Nº 246 de 26 de
enero de 2010, estaba dirigido a la compañía aseguradora, inferencia a la que llegó
por no reparar en que el señor Fernando Salamanca era un funcionario de
Almagrario, como tampoco advirtió que los hechos allí registrados no eran ajenos a
los empleados del Almacén.

De los acuerdos de pago con los exportadores que se firmaron con el fin de
intentar reducir las pérdidas sufridas por la «operación cafetera», el Tribunal
extrajo que con ellos se eximió a los administradores de su responsabilidad por
todas las actuaciones anteriores a dicho momento, no obstante que de esa prueba
no se desprendía tal hecho.

Las autorizaciones de las «carpetas de la caja número 4», por otra parte,
desvirtúan que las entregas de dinero de las cuentas controladas por la
demandante se hicieran cuando se tenía producto en respaldo.

Para finalizar, el ad quem no valoró la prueba indiciaria, de la cual se desprende


que las transacciones fueron concebidas para beneficiar a terceros que se
quedaron con los dineros, cuyo pago nunca debió asumir el Almacén, para lo cual
es necesario tomar en consideración que «la demostración del siniestro como la
pretendía el Tribunal y seguramente la aseguradora, consistente en la confesión
de los actos mal intencionados y en la declaración de los responsables, aceptando
que ellos querían causar daño al Almacén, es una prueba imposible», y solo se
«puede dar mediante la valoración conjunta de todas las actuaciones que se
ejecutaron para la operación».

Como consecuencia de la prosperidad del cargo, el recurrente solicitó casar la


sentencia y en la de reemplazo, revocar el fallo proferido por el juez a-quo;
declarar no probadas las excepciones propuestas por Colseguros S.A. y
condenarla al pago de «las sumas acreditadas en el proceso como pérdidas
sufridas por Almagrario, más los correspondientes intereses moratorios conforme
a lo previsto por el artículo 1080 del Código de Comercio».

CONSIDERACIONES

1. La determinación adoptada por el ad quem de confirmar la denegación del


petitum de la demanda se soportó en una multiplicidad de consideraciones
probatorias, las cuales refieren a los siguientes aspectos:

a) La existencia de la póliza, su vigencia y los riesgos amparados no generó


ninguna discusión entre las partes, de ahí que tales elementos se tenían por
acreditados.

b) La indemnización perseguida por Almagrario S.A. se originó en «el hecho


de haber tenido que sufragar de su patrimonio el valor de los títulos que les expidió
a las mencionadas empresas (Ecocafé S.A., Máximo Exportadores S.A., Cafetera
San Luis y Café Kenia)».

c) La demandante, al descorrer el traslado de las excepciones, fue enfática en que


«la verdadera pérdida, esto es el siniestro, ocurrió cuando Almagrario tuvo que
responder por los pagos de los CDM que quedaron sin cobertura y por ende es
desde ese momento que debe contabilizarse el término de prescripción»,
razonamiento que se aceptaba, dado que el detrimento patrimonial se concretó en
el momento que señaló la asegurada.

d) Las excepciones de «ausencia de cobertura como consecuencia de que la


pérdida proviene de una situación conocida por el asegurado antes del inicio de la
última vigencia no avisada a la compañía aseguradora» y «nulidad relativa», no se
encuentran probadas, porque las situaciones en las cuales se fundaron eran de
público conocimiento, de ahí que la compañía aseguradora también estaba
enterada de los sucesos que ocurrieron y de la generación de pérdidas
económicas.

e) Las diferentes reclamaciones presentadas por Almagrario estaban excluidas y


por fuera de cobertura, dado que:

(i) En relación con los títulos expedidos a Eco Café, Café Kenia y Cafetera San
Luis, el Almacén sufragó las correspondientes sumas de dinero en el año 2010,
pero el contrato de seguro «sólo cubría las pérdidas que hubiese sufrido o
descubierto hasta el 31 de julio de 2009».
(ii) De acuerdo con el memorando N° 0246 de 26 de enero de 2010, el hecho de
que Almagrario asumiera la cantidad de $5.851’133.903,11s por cuenta de los
certificados de depósito de mercancías expedidos a la empresa Máximo
Exportadores de Café, no obedeció a hechos «imputables a los dependientes de
la empresa».

f) No obstante que esos argumentos eran suficientes para mantener lo decidido


por el juez a-quo, la labor del Tribunal se extendió a tocar otros puntos que a su
criterio ahondaban en el fracaso de las aspiraciones de la demandante, los que,
en síntesis, corresponden a los siguientes:

(i) Cualquier estipulación del contrato de seguro de la que pudiera desprenderse


que se amparaba por el dolo de los directivos era ineficaz al tenor del artículo
1055 del estatuto mercantil, puesto que las decisiones de los directivos se
entienden tomadas directamente por la sociedad.

(ii) Si se pudiera desligar el actuar de la entidad del de sus administradores que se


excedieron en su ejercicio, la actuación cuestionada era una política de empresa,
carente del elemento de incertidumbre que va aparejado al concepto de riesgo.

(iii) No se demostró la intención de los empleados de ocasionar pérdidas


patrimoniales a la demandante; por el contrario, la generación de un detrimento
constituía un riesgo previsible dentro de la «operación cafetera».

(iv) La responsabilidad de que no ingresaran los dineros en las cuentas


controladas la tuvieron las empresas exportadoras y los clientes del almacén
general de depósito.

(v) Las omisiones de los representantes, que a lo sumo son constitutivas de


negligencia, no comportan ni trascienden a engaños o faltas a la verdad.

2. Frente a ese complejo conjunto de valoraciones, no son suficientes las


objeciones que formula el censor a la valoración probatoria realizada por el Tribunal,
puesto que no se materializa un planteamiento serio y estructurado que afecte la
principal premisa que motivó la confirmación de la sentencia proferida por el
juzgador de la primera instancia, esto es, que la disminución patrimonial sufrida por
Almagrario estaba por fuera de cobertura en la póliza.

Si bien añadió el recurrente que el ad quem se equivocó al concluir que «no se


demostró la existencia de maniobras deshonestas de los empleados encaminadas
a causar una pérdida a Almagrario», y que «las pérdidas correspondientes a
Ecocafé, Café Kenia y Cafetera San Luis, estaban por fuera de cobertura por
haberse realizado los pagos una vez vencida la póliza», al desarrollar esos puntos,
su argumentación fue escasa, como lo evidencian las siguientes razones:

a) La situación de los títulos expedidos a Ecocafé, Café Kenia y Cafetera


San Luis, quedó ligada a la ocurrencia del siniestro en la forma expuesta por la
demandante al descorrer el traslado de las excepciones, esto es, «cuando
Almagrario tuvo que responder por los pagos de los CDM que quedaron sin
cobertura». Al prosperar ese argumento del cual derivó la improsperidad de la
excepción de prescripción que formuló la demandada, al censor le era imperioso
justificar por qué para ese efecto se entendía que la ocurrencia del siniestro era
instantánea, pero para fines diversos se trataba de un «riesgo compuesto o
complejo».

De todos modos, tampoco acertó al relacionar ese aspecto con la lectura que se le
dio a las condiciones primera y tercera de la póliza, siendo que la razón de ser de
dicho punto estaba en la segunda, que se refiere a las exclusiones, y donde se
advierte que no cubre los reclamos originados en «pérdidas no descubiertas
durante la vigencia del seguro».

Esa precisión se corresponde con el fallo en el sentido de que «las sumas que la
actora sufragó por los títulos que se expidieron a Eco Café, Café Kenia y Cafetera
San Luis no serían objeto de cobertura, porque los pagos concernientes a estos
certificados se efectuaron en el 2010 y el seguro sólo cubría las pérdidas que
hubiese sufrido o descubierto hasta el 31 de julio de 2009».

b) En lo que atañe a los certificados de depósito de mercancías


expedidos a favor de Máximo Exportadores de Café, así el sentenciador haya
indicado que esa pérdida en concreto «estaría excluida», porque «el hecho de que
los certificados de depósitos que se le expidieron se quedara sin mercancía, son
ajenos a los empleados del Almacén» lo que significa que no era un riesgo
amparado, tal conclusión se soportó en el memorando N° 0246 de 26 de enero de
2010, pero no en todo su contenido, sino en lo que hacía referencia exclusivamente
a esa empresa.

De ese aparte se dedujo que «los inconvenientes que se suscitan con la cuenta
controlada, lo que se verá no son imputables a los dependientes de la empresa;
amén de un descuento que de manera unilateral le otorgó Máximo a sus clientes,
lo que impidió que el dinero de las ventas del café depositado ingresara en su
totalidad (fl. 354, Tomo II)».

Independientemente de que el documento estuviera dirigido a la compañía


aseguradora, o a que fuera una comunicación interna que circuló entre
funcionarios de Almagrario S.A., lo cierto es que lo produjo esta y su contenido no
fue desconocido, de ahí que es intrascendente si se incurrió en una imprecisión
sobre el destinatario.

Ahora, de una extensión de once páginas de dicho documento, el cual obra a


folios 351 al 356 del Tomo II del cuaderno primero del expediente, solo tres
incidieron en la determinación que se vislumbró en un comienzo, y era ese el
contenido a escudriñar para demostrar la indebida valoración probatoria,
independientemente de lo que allí se expresara respecto de las otras empresas
exportadoras.

A pesar de que se duele la censora de que fue equivocada la «interpretación del


memorando 246 de 26 de enero de 2010», en el desarrollo de su acusación
generaliza sobre todos los involucrados en la «operación cafetera», y desatiende
las particularidades que revisten a «los valores que se pagaron por cuenta de los
CDM’s que se le expidieron a Máximo Exportadores de Café».

Eso es lo que se desprende de la sustentación que presenta la censura a efectos


de evidenciar el yerro, según la cual:
Los hechos registrados en ese memorando son, en resumen, los
siguientes:
• Hace un recuento de lo sucedido a raíz del descubrimiento de la
"operación cafetera"
• Que inicialmente se dijo que el faltante de café era de 14 millones de
dólares,
• Que posteriormente se corroboró que ascendía a $39.172 millones de
pesos.
• Que los empleados de Almagrario fueron reticentes al suministrar la
información relativa a la cantidad de café en bodega.
• Que esa situación irregular fue puesta en conocimiento por parte de la
Doctora Diana Porras, a la Contraloría General de la Nación y a la Fiscalía
General de la República.
• Que el faltante de café ascendía al 81% de los CDM expedidos.
• Que las divisas por las exportaciones de café no eran recibidas por
Almagrario sino directamente por los exportadores o eran éstos quienes
"instruía(n) al almacén el destino de los recursos"
• Que el "Almacén no mantenía un control que permitiera establecer que el
exportador estaba retornando a Almagrario el equivalente en pesos de
todas las divisas recibidas y tampoco sabía si estaban entrando todas las
divisas correspondientes a las exportaciones de café"
• Que los exportadores no realizaron la reposición del subuyacente que
representaban los CDM
• Que pese a haberse implementado un plan de ajuste en el cual ECOCAFÉ
cedía a Almagrario todos los derechos económicos sobre las obligaciones
que tenían sus compradores en el exterior, nunca se recibieron los
originales de la factura comercial y de los conocimientos de embarque ni se
notificó la cesión a los deudores en el exterior por lo cual no se pudo
realizar el cobro.

Puede entonces concluirse, como lo hizo el Tribunal, que los hechos fueron
ajenos a los empleados del Almacén? Es claro que no, y el texto íntegro del
documento demuestra que de haber sido apreciado completa y
adecuadamente, la conclusión habría sido que los funcionarios de
Almagrario necesariamente conocieron y participaron en las actuaciones
irregulares con lo cual se demuestra una vez más el siniestro y se evidencia
la violación de los artículos 1077 y 1080 ya citados, en que incurre la
sentencia.

En otras palabras, si la razón de que se entendiera por fuera de cobertura lo


acontecido con la empresa Máximo Exportadores de Café fue la explicación que
dio la Directora de Operaciones de Almagrario S.A. a «Fernando Salamanca
Coordinador de Seguros» sobre la forma «como operaban los clientes que
conforman la contingencia cafetera» respecto de dicha compañía, ese contenido
parcial era lo que tenía que ser objeto de análisis para comprobar el desacierto del
juzgador en el principal motivo de desestimación de las pretensiones de la
demanda.

Tal situación no se compensa por la circunstancia de que por el juzgador de


segunda instancia se hiciera un estudio adicional para reforzar las razones que
conducían a ese fracaso, ya que fue algo accesorio, cuya relevancia en la
acusación se haría evidente en caso de que se hubieran desvirtuado las bases del
argumento de mayor contundencia, que se insiste no fue objeto de un ataque
preciso y concreto que le reste mérito.

En consecuencia, el cargo no prospera.

De conformidad con el inciso final del artículo 375 del Código de


Procedimiento Civil, no hay lugar a imponer costas por la rectificación doctrinaria a
que se hizo alusión al desarrollar la primera censura.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de


Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la
ley, NO CASA la sentencia de quince de noviembre de dos mil trece, proferida por
la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá en el proceso
ordinario antes referenciado.

Sin costas.

En su oportunidad, devuélvase el expediente a la Corporación de origen.

NOTIFÍQUESE
ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO
Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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