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UNIDAD 4- ADQUISICIÓN DEL DOMINIO DE COSAS MUEBLES

El Art. 2412 del CC


Antecedentes
En el Derecho Romano fiel a su principio “nemo plus iuris ad alium transferre potest, quam ipse habere” los
muebles, al igual que los inmuebles, eran reivindicables por el propietario, contra cualquiera que los tuviera en
su poder, salvo que se hubiera cumplido la prescripción adquisitiva.
Por el contrario, en el Derecho Germánico, se contó con la regla “hand wahre hand” la propiedad de las cosas
muebles se adquiría por el simple hecho de la posesión, salvo los casos de robo o pérdida. Principio: no es
posible la reivindicación de las cosas muebles.
 Excepciones:
 Si el propietario se había desprendido voluntariamente de la cosa (ej. La había depositado o
prestado) sólo tenía una acción personal a que había confiado la cosa y no contra terceros a quienes
este último la hubiera transmitido.
 Si, en cambio, la había perdido o se la habían robado, tenía una acción real, que le permitía
recuperarla de manos de quien la tuviera.
El Derecho Francés en un principio adoptó el sistema del derecho germánico, más tarde comenzó a aplicarse
el sistema adoptado por el derecho romano. En consecuencias, en materia de cosas muebles, volvió a imperar el
principio de la reivindicación, salvo prescripción, ya se hubiera el propietario desprendido de ellas
voluntariamente o no.

El art. 2412 C.V.S: “la posesión de buena fe, de una cosa mueble, crea a favor del poseedor la presunción de
tener la propiedad de ella, y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si la cosa no hubiera sido
robada o perdida”.

 Toma del sistema francés “la posesión vale por titulo” aunque no expresamente.
 Lo ata al principio a una doble presunción:
 Buena fe.
 El acto debe haber sido a título oneroso, si es gratuito sale del ámbito del 2412, tampoco si es
robada o perdida.

Fundamento
Proteger al subadquirenre de buena fe y a título oneroso. Se basa en la negligencia del dueño de la cosa por no tomar los
recaudos necesarios para que ello no ocurra. Ante dos propietarios, la ley le atribuye la propiedad al subadquirente de
buena fe y a título oneroso.
Está en que no pueden exigirse para la transmisión de cosas muebles todos los requisitos que se exigen para la
transmisión de los inmuebles, porque si así fuere, el tráfico de los muebles será lento y quedaría postergado en
el tiempo.
La seguridad en las transacciones debe prevalecer a fin de que quien adquirió una cosa mueble no esté
constantemente condicionado por la acción reivindicatoria de propietario, salvo en los casos donde la cosa sea
robada o perdida.
Se halla no solo en la seguridad para las transacciones jurídicas, sino también en al celeridad indispensable
para el tráfico de cosas muebles.
La ley se inclina a proteger el poseedor de buena fe, basado en la apariencia jurídica que creó el que se la dio.

Requisitos para su aplicación


Para que el tercero adquirente pueda invocar el principio que se desprende de dicha norma, deben satisfacerse
ciertos requisitos:

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 Posesión: en sentido estricto, requiere que el poseedor tenga una cosa bajo su poder con la intención de
someterla al ejercicio de un derecho real. Los tenedores no pueden prevalerse de este sistema, quien
adquiera del no propietario la mera tenencia no tiene un título idóneo para adquirir la propiedad, además
reconoce el poder preferente de otro sobre la cosa.

 Buena fe: implica la creencia del poseedor, sin duda alguna de ser el propietario de la cosa. Se presume
iuris tantum. Habrá buena fe cuando el poseedor, persuadido de su legitimidad, no haya sabido, después
de una conducta diligente, que quien le transmitió la cosa mueble no estaba legitimidad para hacerlo.
Debe mediar un error de hecho esencial y excusable. Se requiere la buena fe en el momento de adquirir
la posesión. La mala fe sobreviniente no perjudica al adquirente ya que, de lo contrario, se vería
frustrada la finalidad de dar seguridad al comercio jurídico de cosas muebles. La buena fe también se
presume, razón por la cual quien alegue la existencia de la mala fe en el poseedor tendrá que
demostrarlo.

 Cosa mueble: hace referencia al objeto sobre el cual va a recaer la posesión.

 Cosa mueble no robada ni perdida: solo considera aplicable la presunción de propiedad cuando el
propietario se hubiera desprendido voluntariamente de la cosa.

 Título oneroso: la reivindicación no existe si la adquisición se hizo a título gratuito y proviene


directamente de un enajenante que estaba obligado a restituirla al reivindicante. Quienes sean
poseedores de buena fe, aun cuando hayan adquirido a título gratuito, gozan de la atribución de
propiedad que establece el precepto, pero a los efectos de poder repeler la acción reivindicatoria dela
anterior propietario, se requiere también que haya mediado una adquisición a título oneroso. El poseedor
de buena fe es propietario frente a todos, sea a título oneroso o gratuito, pero en este último caso lo será
frente a todos menos frente al propietario anterior, porque si el verdadero dueño prueba que el poseedor
de buena fe adquirió a título gratuito, este no estará en condiciones de repeler la acción real de aquel.

Verificados estos requisitos, surge el efecto del 2412:


 Atribuir presunción de propiedad.
 Repeler acción reivindicatoria.

Exclusión
El principio del art. 2412 C.V.S se aplica a todas las cosas muebles con las siguientes excepciones:
 Cosas robadas o perdidas: si de tales cosas se trata y aunque las haya adquirido a título oneroso, su
poseedor, aunque sea de buena fe, no está cubierto de la reivindicación.

En este caso el propietario no se ha desprendido de la cosa voluntariamente, por lo que los terceros no gozan
de la propiedad y no pueden repeler la acción reivindicatoria (a menos que no opere la prescripción adquisitiva),
aun cuando sean de buena fe y a título oneroso.
No puede imputársele culpa al propietario por haber perdido o por haber sufrido el hurto de la cosa mueble,
dado que el no intervino en la transmisión, no ha mediado un desprendimiento voluntario sino forzoso, contra
su voluntad.
La solución del art. concuerda con sus antecedentes históricos en los cuales se admitió siempre la
reivindicación cuando la cosa era robada perdida.
Cabe reputar como cosas perdidas a las que se extravían por caso fortuito o fuerza mayor, y a las que se
pierden por negligencia, salen del poder del dueño sin su voluntad.
Se puede decir que son cosas perdidas las que presentan las siguientes condiciones:
1. Que se haya perdido la tenencia.
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2. Que la cosa no esté en lugar en el que la haya guardado el poseedor o tenedor.
3. Que no se haya hecho abandono de esa cosa.
Las cosas perdidas no deben ser confundidas con las cosas abandonadas, cuyo dominio puede ser adquirido
por apropiación.

 Muebles del Estado general o de los Estados particulares: se refiere solo a bienes de dominio público
del estado nacional o provincial. Ellos no están en su patrimonio, es decir, el estado tiene sobre ellos un
poder superior de policía pero no un derecho privado y por lo tanto no son susceptibles de posesión, por
lo que jamás podrá aplicarse respecto a ellas el 2412 siendo uno de los requisitos la posesión. Los de
dominio privado, están dentro de su patrimonio y tiene sobre ellas un verdadero derecho de propiedad,
por lo que le es aplicable el art. 2412.

 Accesorios de un inmueble reivindicado: la reivindicación triunfante obliga a restituir al reivindicante


la cosa con todos sus accesorios por lo que el poseedor no puede oponerse a le restitución de los
accesorios amparándose en el 2412. Si las cosas accesorias llegan a separarse del inmueble reivindicado,
ellas cobran el carácter de muebles respecto de las cuales serían de aplicación las reglas generales.

 Cosas muebles registrables: automotores, buques, aeronaves y equinos de pura sangre.

Naturaleza de la presunción
Es una presunción iure et de iure y surge de la facultad que la ley otorga al poseedor de buena fe de repeler
toda acción reivindicatoria, siempre que la cosa no sea robada ni perdida. Si bien la presunción es irrefragable,
se puede exigir la prueba de los presupuestos en que se funda
El poseedor cuenta con dos ventajas:
1. La calidad del poseedor se presume.
2. La buena fe también se presume Presunciones iuris tantum
No reunida la prueba en contrario, ambos elementos engendran la presunción iure et de iure

 Según algunos, se trataría de una prescripción instantánea. Esta tesis pudo tener su origen en el hecho
que en el Código Francés, el art. 2279 está ubicado en el título referente a la prescripción. No es
aceptada puesto que los términos “prescripción abreviada” son contradictorios, ya que uno de los
elementos de la prescripción, es precisamente el tiempo, que aquí no existiría.
 Para otros sería una presunción de propiedad. Se plantea la dificultad de determinar si se trata de una
presunción iris tantum o iure et de iure. Para Mariani de Vidal es iure et de iure, teniendo la posesión y
la buena fe se da la presunción iure et de iure. (era la seguida por el C.V.S)
 Por último, hay quienes consideran que se trata de una hipótesis de adquisición legal, es decir de una
adquisición o atribución de la propiedad ministerio legis, la voluntad de la ley es la que convierte en
propietario al poseedor de buena fe de una cosa mueble obtenida de quien no tuvo legitimidad para
transmitirla. (es la adoptada por el C.C.C).

El art. 1895 establece que se trata de una adquisición legal (atribución de propiedad ministerio legis), pues su
enfática redacción quiere significar con su firmeza el atribuir, directamente por la norma, la propiedad al
poseedor. Es la ley, que por razones de conveniencia económica y de seguridad en las transacciones, la que hace
que el adquirente de buena fe, que se encuentra en posesión de la cosa, adquiera la propiedad de ella y pueda
repeler cualquier acción de reivindicación del antiguo propietario, no obstante haberla recibido de quien no era
el dueño.
La adquisición que realiza el tercero no es derivada, sino originaria, ya que no se basa en el contrato que lo
liga con el enajenante non domino sino en la voluntad de la ley. Hay que tener en cuenta que ningún vínculo

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jurídico existe entre el tercero y el anterior dueño, por el contario, el tercero adquiere contra o a pesar de la
voluntad de dicho dueño.
Como consecuencia de ser la adquisición originaria, el tercero no adquiere el derecho del anterior propietario
sino uno nuevo y distinto, de ahí que en principio, no deba cargar con los derechos reales que pudiese haber
constituido el anterior propietario sobre la cosa, a menos que sea de mala fe, es decir, que supiera de su
existencia al momento de la adquisición.

Acciones excluidas
 No pueden argumentar el contenido del 2412 aquellos que se encuentre en relación con la cosa por un
título o causa que los obligue a restituir la misma al propietario.
 Están excluidas las acciones personales que pueden dirigirse contra el anterior propietario, ésta no
pueden intentarse contra el poseedor actual de las cosas muebles.

Supuestos de reembolso al tercer poseedor


En principio, el propietario que reivindica una cosa mueble robada o perdida, nada debe desembolsar a favor
del poseedor actual, aunque sea de buena fe y a título oneroso. Sin embargo, hay dos supuestos en los que, a
pesar de otorgársele la reivindicación, el propietario está obligado a dicho desembolso a favor del tercer
poseedor de buena fe:

1. Si la cosa estaba en venta con otras equivalentes o semejantes y hubiera sido adquirida por el poseedor
en una venta pública o casa de venta de objetos semejantes o a un individuo que acostumbraba a vender
cosas semejantes, el reivindicante debe reembolsar el precio que el poseedor hubiera pagado por la cosa
y, de lo contrario, la reivindicación será rechazada.
2. Si por la adquisición del tercer adquirente de buena fe y a título oneroso, el propietario puede
reencontrarse con la cosa que de otra manera le hubiera sido difícil recuperar, si bien no debe
desembolsar el precio, si debe pagar una indemnización proporcional al poseedor, que sería una especie
de compensación por el servicio que le ha prestado al propietario con su adquisición.

La regulación actual en el CCCN

ARTICULO 1939

ARTÍCULO 1939. Efectos propios de la posesión. La posesión tiene los efectos previstos en los artículos
1895 y 1897 de este Código.
A menos que exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total de los impuestos,
tasas y contribuciones que graven la cosa y cumplir la obligación de cerramiento.

Significado de la reforma
 Se establece en forma concreta y ordenada cuáles son los efectos de la posesión, y la obligación del
poseedor de hacerse cargo de los tributos que pesen sobre la cosa, así como de la obligación de
cerramiento.

Entre los efectos de la posesión este artículo menciona dos:


1. La adquisición legal de cosas muebles no hurtadas ni perdidas.
2. La posibilidad de adquirir el derecho real por usucapión.

ARTICULO 1895

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ARTÍCULO 1895. Adquisición legal de derechos reales sobre muebles por subadquirente. La posesión de
buena fe del subadquirente de cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o perdidas es suficiente
para adquirir los derechos reales principales excepto que el verdadero propietario pruebe que la adquisición
fue gratuita.
Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin inscripción a favor de quien la invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo régimen especial
prevé la existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y éstos no son coincidentes.

Significado de la reforma
 La reforma toma partido por señalar como un caso de adquisición legal el previsto en la norma,
descartando las tesis sobre una presunción de propiedad o una presunción instantánea.
 Aplicación de la teoría de la apariencia. En el caso que se examina ha mediado una transmisión de una
cosa mueble hecha por un poseedor ilegítimo (abuso de confianza) que, en apariencia, se comportó
como si fuera el verdadero propietario de la cosa frente al tercero adquiriente.
 Otro cambio es el que no se puede adquirir el derecho de prenda por aplicación de esta norma.
 Se establecen reglas precisas sobre la buena fe en las adquisiciones de cosas muebles registrables,
recogiendo sugerencias de la doctrina.
 Se establece la presunción de haber adquirido a título oneroso, inexistente en el C.V.S.

Este artículo trata la situación del subadquirente de cosas muebles en las transmisiones “a non domino”. Esta
norma se aplica a los subadquirentes de cosas muebles, registrables o no.
Ejemplo:
PRESTA libro VENDE el libro

A (propietario) B (tenedor) C (3er adquirente buena fe)


A, dueño del libro, se lo presta a B, éste en lugar de devolverlo, se lo vende a C, quien ignora que el libro era de
A y estaba convencido de adquirir correctamente. Planteado el conflicto entre A y C, el Código protege al
segundo, para garantizar la seguridad dinámica.
El verdadero propietario podía intentar una acción de carácter personal contra aquel a quien le confió la
tenencia de la cosa mueble. Pero cuando esta es transmitida por quien estaba obligad a restituir a un tercero de
buena fe, se plantea un conflicto entre dos intereses incompatibles entre sí. Frente a esta coyuntura, la ley se ve
obligada a tomar una difícil decisión: optar por el verdadero propietario, respetando a todo evento su dominio, o
tomar partido en favor del tercero de buena fe, atribuyéndole la propiedad de la cosa mueble y sacrificar así el
derecho del anterior propietario.
Este artículo protege a los subadquirentes, que obtienen la cosa mueble de quien no tenía derecho a
transmitirla, en tanto no haya habido hurto o pérdida.
En los supuestos de desprendimiento voluntario, se sacrifica al anterior propietario por su negligencia al
manejo de sus negocios: es culpable por haber confiado la cosa mueble sin adoptar las medidas del caso para
impedir que su representante la enajene, porque, aun probando que le fue imposible adoptar tales medidas, fue
negligente en la elección de la persona a quien entregó la tenencia de dicha cosa mueble. El propietario asumió
los riesgos de su actitud, por lo cual debe cargar con las consecuencias.

ARTICULO 2258

ARTÍCULO 2258. Prueba en la reivindicación de muebles no registrables. En la reivindicación de cosas


muebles no registrables:

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a. si las partes derivan sus derechos de un antecesor común, prevalece el derecho de la que
primero adquiere el derecho real;
b. si las partes derivan sus derechos de distintos antecesores, prevalece el derecho que se derive
del antecesor más antiguo. Sin embargo, siempre prevalece el derecho que se remonta a una
adquisición originaria, aunque sea más reciente;
c. si la cosa mueble es transmitida sin derecho y a título gratuito, procede la reivindicación si el
objeto se encuentra en poder del subadquirente, aunque éste sea de buena fe.

Significado de la reforma
 Norma totalmente novedosa, inspirada en el proyecto de 1998.

La acción reivindicatoria tiene un mayor campo de aplicación en lo que concierne a cosas muebles hurtadas o
perdidas.

1. Antecesor común
Si actor y demandado derivan sus derechos de un antecesor común, prevalece el primero en adquirir el derecho
real, esto es, quien primero recibió la tradición, siempre que sea de buena fe y a título oneroso.
Podría ocurrir que uno de ellos reciba primero la tradición, luego la posesión la tenga otro, y que este se
mantenga durante el plazo requerido para la usucapión. En esta hipótesis, nada se puede invocar frente a la
prescripción adquisitiva, que termina arrasando y borrando todo, si hay buena fe el plazo es de 2 años.

2. Antecesores distintos
Debe investigarse primero cuál antecesor tenía mejor derecho. En el caso de cosas muebles no registrables
prevalece aquel que derive su derecho del antecesor más antiguo, por ende habrá que remontarse hacia atrás y
advertir cuál de los dos antecesores tuvo el derecho real con anterioridad.
Si cada uno tuviera más de un antecesor, surge la duda sobre si se puede remontar la investigación a toda la
cadena, lo que puede alterar el resultado. Cabe pronunciarse por la afirmativa, ya que ello podría establecer cuál
de los dos tiene mejor derecho sobre la cosa.

ARTICULO 2259

ARTÍCULO 2259. Derecho a reembolso. Si se reivindica un objeto mueble no registrable robado o perdido
de un poseedor de buena fe, éste no puede reclamarle al reivindicante el precio que pagó, excepto que el
objeto se haya vendido con otros iguales en una venta pública, o en casa de venta de objetos semejantes, o
por quien acostumbraba a venderlos.
Si se trata de una cosa mueble registrable robada o perdida, y la inscripción registral se obtiene de buena fe,
el reivindicante debe reintegrar al reivindicado el importe abonado.
En caso de reembolso, el reivindicante tiene derecho a repetir el pago contra el enajenante de mala fe.

Significado de la reforma
 En líneas generales se mantiene el régimen anterior, con pequeñas diferencias.
 En el código derogado existía otro supuesto en el cual el poseedor que sufría la reivindicación de la cosa
robada o perdida tenía derecho a ser indemnizado, lo que acontecía cuando el propietario difícilmente
hubiera podido reencontrarse con la cosa, de no haber existido la adquisición del poseedor de buena fe y
a título oneroso. Esto no se mantuvo.
 El caso de la persona que acostumbra vender cosas semejantes estaba tratado por separado, el C.C.C los
tarta juntos.

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 Para repetir lo reembolsado, se exige que el enajenante sea de mala de, lo que no estaba en el código
anterior.

Por regla, quien reivindica una cosa mueble robada o perdida nada debe pagarle al vencido, salvo en los
supuestos de excepción que regula esta norma.

Reivindicación de cosas NO REGISTRABLES robadas o perdidas y reembolso al demandado


El art. 1895 no se aplica a las cosas robadas o perdidas, además por regla, el propietario que reivindica una
cosa mueble que le había sido robada o que había perdido no tiene que reembolsarle al poseedor actual el precio
que él hubiese pagado por la cosa. El poseedor de la cosa reivindicada sólo podrá reclamar la indemnización
pertinente a quien se la transmitió, el cual está obligado en virtud de la garantía de evicción. Pero, en principio,
nada puede exigirle al titular del derecho real que reivindica.
Sin embargo la regla expuesta sufre algunas excepciones, pues existen supuestos en los que el reivindicante, si
bien puede hacerlo, debe reembolsar al poseedor el precio que por la cosa hubiera pagado. Ello ocurre cuando la
cosa se hubiese vendido con otras iguales, en una venta pública, o en una casa de venta de objetos semejantes o
por un individuo que acostumbraba a vender cosas semejantes.
Se considera que si quien compra la cosa en un lugar donde se venden otras iguales o semejantes no pudo
advertir la ilegitimidad del título del transmisor, fue víctima de un error invencible, además el reembolso del
precio, como carga del propietario reivindicante, es una medida de protección del tráfico.

Contenido del reembolso


El comprador que sufre la reivindicación de la cosa robada o perdida y que adquirió en las condiciones
referidas tiene derecho a que el reivindicante le restituya el “precio que pago”, además cabe admitir que el
reivindicado tiene derecho al reembolso de los gastos necesarios y útiles y de las mejoras introducidas en la
cosa para evitar un enriquecimiento sin causa.

Reivindicación de cosas REGISTRABLES robadas o perdidas y reembolso al demandad


El demandado que pretenda el reembolso debe contar con inscripción registral a su favor y, además, ser de
buena fe. Si faltase la primera no sería de buena fe, pero que exista no garantiza la buena fe que, de todos
modos, se presume en tanto no haya diferencias en los datos identificatorios de la cosa.
No queda claro si además, para obtener el derecho al reembolso es necesario que se haya adquirido en una
venta pública, o en casa de objetos semejantes, o a persona que acostumbra a vender este tipo de cosas, como se
exige para las cosas muebles no registrables. Cabe pronunciarse por la afirmativa.

ARTICULO 2260

ARTÍCULO 2260. Alcance. La acción reivindicatoria de una cosa mueble no registrable no puede ejercerse
contra el subadquirente de un derecho real de buena fe y a título oneroso excepto disposición legal en
contrario; sin embargo, el reivindicante puede reclamarle todo o parte del precio insoluto.
El subadquirente de un inmueble o de una cosa mueble registrable no puede ampararse en su buena fe y en
el título oneroso, si el acto se realiza sin intervención del titular del derecho.

Significado de la reforma
 En líneas generales se mantiene el sistema propiciado por la mayor parte de la doctrina, aunque cabe
señalar que ahora se han eliminado disposiciones contradictorias, y se aclara que el régimen es igual
para las cosas muebles registrables, cuando antes estaba previsto para los inmuebles.

Límite a la reivindicación de cosas muebles no registrables

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Este art. es consecuencia de lo previsto por el art. 1895, que impide reivindicar contra el poseedor de buena fe
que hubiese pagado el valor.
Admitido que no procede la acción reivindicatoria respecto del adquirente de buena fe y a título oneroso, dicha
acción no renace en el supuesto de que dicho tercero transmita, pero a título gratuito, esa cosa a otro
subadquirente, pues el primer subadquirente ya se había convertido en dueño de la cosa, con la consiguiente
pérdida del dominio del dueño originario, y por lo tanto, la transmisión al segundo subadquirente fue perfecta.

Reclamo del saldo insoluto


Al final del primer párrafo se trata el caso de una persona que podía ser demandada por reivindicación y le
transmitió el dominio de la cosa a otro, pero aún no ha percibido el precio, o recibió solo una parte de él. En
estas condiciones, el reivindicante le puede reclamar al nuevo adquirente el precio o lo que quede a deber.
Se trata de una acción directa, y en otra forma de resarcir al reivindicante que ya no puede recuperar la cosa
mueble.
Puede suceder que todo o parte del precio que reciba el reivindicante no satisfaga todo el daño sufrido, en cuyo
caso subsiste la posibilidad de demandar al enajenante para que indemnice el perjuicio.
Si bien esta solución está incluida en un párrafo dedicado a las cosas muebles no registrables la situación debe
ser la misma cuando no se puedan reivindicar inmuebles o cosas muebles registrables.

Exclusión de las cosas hurtadas o perdidas


Si la cosa mueble fue robada o perdida, el subadquirente sufrirá la reivindicación aun cuando haya adquirido a
título oneroso y de buena fe.
Cualquier subadquirente de una cosa mueble que reúna esa condición va a estar expuesto a la acción
reivindicatoria del verdadero propietario, aun cuando sea de buena fe y a título oneroso.

Otros casos de reivindicación


También pueden ser reivindicadas las cosas muebles que no hayan sido hurtadas o perdidas si el tercero es de
mala fe, o si es de buena fe pero adquirió a título gratuito.
El poseedor de buena fe que haya adquirido a título gratuito, si bien es propietario frente al resto de la sociedad
en los términos previstos por el art. 1895, no puede oponerse a la acción reivindicatoria del dueño primitivo. No
obstante ello, en este último supuesto puede consolidar su situación y, en consecuencia, ser dueño de la cosa
aun respecto del anterior propietario, al cumplirse la prescripción adquisitiva de 2 años.

Límites en materia de cosas registrables


La acción reivindicatoria, en materia de inmuebles, o de cosas muebles registrables, compete contra el autor
del desapoderamiento y contra sus sucesores en la posesión. También procede contra quien obtuvo la cosa del
reivindicante en virtud de un acto bilateral que resulta privado de eficacia.
Distinta es la situación de los terceros que adquirieron de un enajenante obligado a restituir.

1. El principio
Enunciado en el art. 399: “nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene, sin
perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas”.
Excepciones:
 Es inaplicable para las cosas muebles, las cuales se rigen por otro principio, el del art. 1895.
 Los actos de disposiciones realizados por el heredero aparente a favor de terceros adquirentes de buena
fe y a título oneroso (art. 2315).

2. Efectos respecto de terceros en cosas registrables


El código prevé:
 “Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable,
por una persona que ha resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin valor, y pueden ser
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reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o personales de
buena fe y a título oneroso”.
 “Los subadquirentes no pueden ampararse no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el
acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho” (art. 392).
Al quedar a salvo los derechos de los terceros de buena fe y a título oneroso, a pesar del acto nulo, se produce
una importante excepción al principio del nemo plus iuris. Se produce, a su vez, un freno al amplio alcance de
la acción reivindicatoria.
Para la apreciación de la buena fe, el tercero debe haber adquirido de quien aparecía como titular inscripto del
derecho y, en materia de inmuebles en la mayoría de los casos, la justificación de la buena fe deberá basarse en
la circunstancia de haberse verificado el pertinente estudio de títulos. La jurisprudencia se ha orientado
firmemente en esta dirección. En el caso de cosas muebles, será indispensable constatar la coincidencia de os
elementos que identifiquen a la cosa cuando así está previsto, por ej: marca en el ganado, numero de motor y de
chasis de los rodados, etc.

3. Los actos “a non domino”


Las situaciones de hecho que caracterizan a esta clase de actos son múltiples, variadas, frecuentes y de
indudable trascendencia práctica.
La no intervención del titular del derecho que se ha pretendido transmitir, su falta de autoría en el acto falso, es
la circunstancia común que une estos actos.
En estas situaciones, si quien ha resultado titular del derecho en virtud de ese acto falsificado lo transmite
onerosamente a un tercero de buena fe, no queda este cubierto de la acción de reivindicación del propietario que
no ha intervenido, a mérito de lo dispuesto por el art. 392: Los subadquirentes no pueden ampararse no pueden
ampararse en su buena fe y título oneroso si el acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho.
La excepción del art. 392 se aplica a los actos nulos, y no para los actos inoponibles, también llamados
inexistentes, en los cuales no hay autoría del verdadero propietario, aunque los terceros sean de buena fe y a
título oneroso.
Nadie pierde sus derechos reales sobre inmuebles, o cosas muebles registrables, sin un acto en el cual haya
intervenido como autor. Al contrario, lo que hagan o dispongan terceros no puede privarle de aquellos derechos
y le es inoponible.
Quien adquiere de la persona que no es el verdadero titular, que no está legitimada para transmitir, tiene un
justo título y puede escapar a la acción reivindicatoria, si es de buena fe, si se consuma la prescripción breve de
10 (inmuebles) o 2 años (cosas muebles registrables).

Reivindicación contra el adquirente en virtud de un acto nulo


La acción reivindicatoria procede contra el actual poseedor, aunque fuera de buena fe que la hubiese tenido del
reivindicante, por un acto nulo.
Aquí no se trata de terceros subadquirentes sino de la situación planteada entre quienes fueron parte del acto
jurídico nulo o anulado judicialmente. Quien adquirió en estas condiciones, aun cuando lo haya hecho de buena
fe, no puede escapar de la acción reivindicatoria del enajenante. Esta disposición se aplica en inmuebles,
muebles registrables y cosas muebles no registrables.
Quien pretende recuperar la cosa en virtud de haberlo enajenado por medio de un acto nulo cuenta con dos
acciones:
1. La acción personal de nulidad.
2. La acción reivindicatoria.
Pueden acumularse ambas.

BUQUES

Ley de navegación (20.094)

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Buque es toda construcción flotante destinada a navegar por agua. Si bien un buque es una cosa mueble, en
varios aspectos, su régimen jurídico es similar a la de los inmuebles.
Hay dos clases de buques:
 Buque mayor: arqueo total no menor de 10 toneladas (capacidad de carga, no es el largo del barco). Son
considerados inmuebles, se pueden gravar con hipoteca. Todos los actos constitutivos, traslativos o
extintivos de la propiedad o de otros derechos reales deben hacerse por escritura pública o por
instrumento privado autenticado, bajo pena de nulidad.
 Buque menor: arqueo inferior a 10 toneladas, son muebles registrables y se pueden gravar con prenda.
Todos los actos constitutivos, traslativos o extintivos se deben hacer por instrumento privado con firmas
certificadas y deben inscribirlo, carácter declarativo.
Se requiere para la transmisión documento escrito e inscripción en un registro especial (registro Nacional de
Buques), donde se hace constar el nombre del propietario y las sucesivas transferencias del dominio. También
se inscriben todos los actos jurídicos que modifiquen la situación del buque.
Es inaplicable a su respecto el art. 2412.

AERONAVES

Ley 17.825
Art. 36: se consideran aeronaves los aparatos o mecanismos que pueden circular en el espacio aéreo y que sean
aptos para transportar personas o cosas.
Art. 49: las aeronaves son consideradas cosas muebles registrables. Solo podrán inscribirse en el Registro
Nacional de Aeronaves los actos jurídicos realizados por medio de instrumento público o privado debidamente
autenticado.
Art. 50: la transferencia de dominio de las aeronaves, así como todo acto jurídico relacionado con las mismas
no producirán efectos contra terceros si no van seguidos de la inscripción en el Registro Nacional de
Aeronaves.
No juega a su respecto el principio del art. 2412.

SEMOVIENTES

Vélez Sarsfield al definir las cosas muebles involucra en ellas tanto a las que pueden moverse por sí mismas
como a las que sólo se mueven por una fuerza externa. Los semovientes, animales en general, son entonces,
cosas muebles.
No se plantea respecto a los animales domésticos “caseros”, tales como perros, gatos, canarios, ni tampoco
para otro tipo de animales que se crían con fines lucrativos: aves de corral, conejos, chinnchillas, etc. todos ellos
son reputados como cosas muebles a las cuales se les aplica lisa y llanamente la presunción del art. 2412.
El ganado mayor: bocino, equino, mular, y el ganado menor: ovino, caprino, porcino, han dado lugar en
cambio a distintos problemas.

Antecedentes históricos
Los sistemas de marcación y señalamiento del ganado son de antigua data. En nuestro país, el desarrollo de la
riqueza ganadera trajo como consecuencia que no siendo, ni pudiendo ser el ganado fácilmente individualizable,
fuera necesario idear un sistema (diferente al de las demás cosas muebles) que protegiera al propietario contra
los despojos.
Por ello, los cabildos de la colonia autorizaron primero y obligaron después al uso de “marcas” y “señales”.
Después de dictada la constitución de 1853 algunas provincias sancionaron sus códigos rurales refiriéndose al
sistema de marcas y señales para la individualización del ganado.

Leyes provinciales

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Dada la amplia actividad ganadera desarrollada en nuestro país, se hizo necesario contar con normas
específicas que regularan la propiedad o dominio de los semovientes. Estas normas debían asegurar la
individualización de los animales para hacer frente a los delitos que se cometían contra ellos.
Las provincias ganaderas, movidas por la necesidad de contar con normas de esta clase comenzaron a dictar
normas en sus códigos rurales provinciales. Dichas normas exigían requisitos para adquirir el dominio sobre los
animales que no contemplaba el C.V.S para adquirir las cosas muebles, razón por la cual las mismas fueron
tachadas de inconstitucionales (el dominio, como todo derecho real, es materia reservada al poder legislativo de
la Nación, por ser un tema de derecho de fondo y no de derecho procesal que es lo que pueden regular las
provincias).
 Algunas provincias legislaron estableciendo que la marca o señal confería el efecto directo de otorgar la
propiedad del animal. (prueba iure et de iure de la propiedad).
 Otras provincias, entendieron que estas marcas o señales implicaban una presunción de propiedad.
(prueba iuris tantum de la propiedad).
 Por último estaban las que establecían una presunción de posesión de buena fe para quien tuviera la
marca o señal registrada a su nombre.

La Ley 22.939. Ley de marcas y señales- ley 26.478

Ante la disparidad de legislaciones locales y con el propósito de subsanar el problema generado por la
discordancia entre el régimen del código civil de Vélez y el de las legislaciones locales en materia de
semovientes, en el año 1983 fue sancionada y promulgada la ley 22.939 de marcas y señales de ganado con
vigencia en todo el país.
En el 2009 se sanciona la ley 26.478, la cual modifica la ley 22.939.
Respecto de la propiedad del ganado, la ley 29.939 regula 3 supuestos:
1. Animales sin marca o señal (orejanos) o con marca o señal no suficientemente clara: su propiedad
queda sometida al régimen común de cosas muebles.
2. Animales marcados o señalados: se presume, salvo prueba en contrario, que pertenecen a quien tiene
registro a su nombre de la marca o señal aplicada al animal. También se presume que las crías no
marcadas o señaladas pertenecen al propietario de la madre, si estas se encuentran al pie de ella.
3. Animales de raza, excluidos los equinos de pura sangre de carrera: la propiedad se prueba con el
respectivo certificado de inscripción en los registros genealógicos y selectivos reconocidos.

TITULO I DE LAS MARCAS Y SEÑALES DEL GANADO EN GENERAL Y DE LOS MEDIOS


ALTERNATIVOS DE IDENTIFICACIÓN ANIMAL PARA LA ESPECIE PORCINA.

ARTICULO 1. - La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o diseño, por medio de
hierro candente, de marcación en frío, o de cualquier otro procedimiento que asegure la permanencia en forma
clara e indeleble que autorice la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos del Ministerio de
Economía y Producción.
La señal es un corte, o incisión, o perforación, o grabación hecha a fuego, en la oreja del animal.
La caravana es un dispositivo que se coloca en la oreja del animal mediante la perforación de la membrana
auricular.
El tatuaje es la impresión en la piel del animal de números y/o letras mediante el uso de puntas aguzadas, con
o sin tinta.
El implante es un dispositivo electrónico de radiofrecuencia que se coloca en el interior del animal.
La autoridad de aplicación podrá incorporar otros medios de identificación que por su tecnología y
funcionalidad sean considerados apropiados para la identificación del ganado.

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ARTICULO 2. - Para obtener el registro del diseño de una marca, señal o medio alternativo de identificación
propuesto exclusivamente para la especie porcina, deberá cumplirse con las formalidades establecidas en cada
provincia.
La autoridad de aplicación establecerá las características técnicas a las que deberá ajustarse cada medio de
identificación establecido en el artículo anterior.

ARTICULO 3. - No se admitirá el registro de diseños de marcas iguales, o que pudieran confundirse entre sí
dentro del ámbito territorial de una misma provincia. Se comprenden en esta disposición las que presenten un
diseño idéntico o semejante, y aquellas en las que uno de los diseños, al superponerse a otro, lo cubriera en
todas sus partes.
Si estuviesen ya registradas en una misma provincia marcas iguales o susceptibles de ser confundidas entre sí,
el titular de la más reciente deberá modificarla en la forma que le indique el organismo de aplicación local,
dentro del plazo de noventa (90) días de recibir la comunicación formal al efecto, la que se hará bajo
apercibimiento de caducidad del registro respectivo.

ARTICULO 4. - El registro del diseño de las marcas y señales del ganado en general y de los medios
alternativos de identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina confiere a su titular el derecho
de uso exclusivo por el plazo que las respectivas legislaciones provinciales establezcan, pudiendo ser
prorrogado de acuerdo con lo que dichas normas dispongan. Este derecho es transmisible y se prueba con el
título expedido por la autoridad competente, y en su defecto por las constancias registrales. En los casos de
transmisión, deberán efectuarse en el registro las anotaciones respectivas.

TITULO II - DE LAS OBLIGACIONES DE LOS PROPIETARIOS DE HACIENDA.

ARTICULO 5. - Es obligatorio para todo propietario de ganado mayor o menor tener registrado a su nombre el
diseño que empleare para marcar o señalar, conforme a lo dispuesto en la presente ley.
Queda prohibido marcar o señalar sin tener registrado el diseño que se emplee, con excepción de la señal que
fuera usada como complemento de la marca en el ganado mayor.
Es obligatorio para todo propietario de ganado porcino tener registrado a su nombre el diseño que empleare
para señalar, o el medio alternativo de identificación elegido según lo propuesto por la presente ley y de uso
exclusivo para la especie porcina.
Queda prohibido señalar o identificar el ganado porcino con alguno de los medios alternativos de
identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina, sin tener registrado el diseño de la señal que
se emplee, o el medio alternativo de identificación elegido entre los propuestos por la presente ley.

ARTICULO 6. - Es obligatorio para todo propietario de hacienda marcar su ganado mayor y señalar su ganado
menor. En el ganado porcino se autoriza también el uso de alguno de los otros medios alternativos de
identificación animal indicados en el artículo 1º de la presente ley, a elección del propietario del ganado. En los
ejemplares de pura raza, la marca o señal podrá ser sustituida por tatuajes o reseñas, según especies.

ARTICULO 7. - La obligación establecida en el artículo anterior deberá cumplirse en el ganado mayor durante
el primer año de vida del animal, y en el ganado menor, a excepción del porcino, antes de llegar a los seis (6)
meses de edad. Para el ganado porcino dicha obligación deberá cumplimentarse antes de los cuarenta y cinco
(45) días de edad.
Todo animal de la especie porcina que transite fuera del establecimiento donde ha nacido deberá estar
identificado mediante señal o medio alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el ganado
porcino, aunque no haya alcanzado la edad establecida precedentemente.
La marca o señal para el ganado en general, y los medios alternativos de identificación propuestos
exclusivamente para el ganado porcino, deberán ser aplicados tal como figura en el título previsto en el artículo
4º de esta ley. Las marcas deberán ser aplicadas en idéntica posición, coincidente con la línea vertical.
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ARTICULO 8. - El incumplimiento de las obligaciones establecidas en el presente Título privará al propietario
de los animales de los derechos que esta ley le acuerde referentes al régimen de propiedad del ganado, sin
perjuicio de las multas que establecieren las legislaciones locales.

TITULO III - DE LA PROPIEDAD DEL GANADO.

ARTICULO 9. - Se presume, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto en el Título IV de la


presente ley, que el ganado mayor marcado y el ganado menor señalado, o en el caso exclusivamente del
ganado porcino, señalado o identificado con alguno de los medios alternativos descritos en el artículo 1º de la
presente ley pertenece a quien tiene registrado a su nombre el diseño de la marca o señal, o medio de
identificación alternativo aplicado al animal.
Se presume igualmente, salvo prueba en contrario, que las crías no marcadas o señaladas pertenecen al
propietario de la madre. Para que esta presunción sea aplicable las crías deberán encontrarse al pie de la madre.

ARTICULO 10. - El poseedor de hacienda orejana y de aquella cuya marca o señal o medio alternativo de
identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino no fuere suficientemente clara, quedará
sometido en su derecho de propiedad al régimen común de las cosas muebles, sin perjuicio de las sanciones que
estableciere la autoridad local.

ARTICULO 11. - La propiedad de los ejemplares de pura raza se probará por el respectivo certificado de
inscripción en los registros genealógicos y selectivos reconocidos, que concuerde con los signos individuales
que llevaren los animales.

TITULO IV - DE LA TRANSMISION DE LA PROPIEDAD DEL GANADO.

ARTICULO 12. - Todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de ganado mayor o menor,
deberá instrumentarse con un certificado de adquisición que, otorgado por las partes, será autenticado por la
autoridad local competente.

ARTICULO 13. - El certificado a que se refiere el artículo anterior, deberá contener:


a) Lugar y fecha de emisión.
b) Nombre y apellido de las partes y en su caso de sus representantes, sus domicilios y la mención de los
documentos de identidad.
c) Especificación del tipo de operación de que se trata, matrícula del título de la marca, señal o medio
alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino, y diseño de éstos o el tatuaje de
la reseña correspondientes en los animales de raza.
ch) Especificación de la cantidad de animales comprendidos en la operación, con indicación de su sexo y
especie.
d) Firma del transmitente o de su representante, y si no pudiere o no supiere firmar, la firma a ruego de otra
persona, junto con la impresión digital del que no pudiere o no supiere firmar. La firma del transmitente podrá
ser suplida por la del consignatario.
e) Firma y sello del oficial público competente que autenticare el certificado.

ARTICULO 14. - La transmisión de dominio de los animales de pura raza, podrá perfeccionarse mediante
acuerdo de partes por la inscripción del acto en los registros genealógicos y selectivos, a que se refiere el
artículo 11.

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ARTICULO 15. - La intervención del oficial público no subsana las nulidades o vicios que pudieren afectar el
acto de transmisión.

TITULO V - DE LAS GUIAS.

ARTICULO 16. - Para la licitud del tránsito de ganado, es obligatorio el uso de guía, expedida en la forma que
establezcan las disposiciones locales. La validez de la guía y su régimen, serán juzgados de acuerdo a las leyes
de la provincia en que fuera emitida.

ARTICULO 17. - Cuando se trate de animales de pedigrí o puros registrados que no tuviesen marca o señal o
medio alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino, las guías que por ellos se
extiendan deberán mencionar esa circunstancia y suministrar los datos que puedan contribuir a individualizar
cada animal.
En todos los casos deberá acreditarse la propiedad de dichos animales.

TITULO VI - DISPOSICIONES GENERALES.

ARTICULO 18. - El Poder Ejecutivo nacional promoverá la formalización de convenios con los gobiernos
provinciales para la obtención de un régimen uniforme en materia de marcas y señales del ganado en general, de
los medios alternativos de identificación animal para la especie porcina y de la documentación a que se refiere
la presente ley.

ARTICULO 19. - La presente ley tiene vigencia en todo el territorio de la República. Quedan excluídos de sus
disposiciones los casos que prevé la Ley 20.378.

ARTICULO 20. - Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese

Animales de raza. La ley 20.378

Animales de pura raza


El art. 14 de la ley 22.939 dice: La transmisión de dominio de los animales de pura raza, podrá perfeccionarse
mediante acuerdo de partes por la inscripción del acto en los registros genealógicos y selectivos, a que se refiere
el artículo 11.
Se plantea una discusión doctrinaria acerca del carácter de la inscripción, porque la ley dice “podrá” y no
“deberá”.
 Unos lo toman como una opción, por lo cual no sería obligatorio la inscripción para adquirir la
propiedad del animal.
 Otros opinan que todos los registros operan como registros oficiales, consideran que debería haber dicho
“deberá”, por lo cual para adquirir la propiedad se debe inscribir en el registro genealógico.

Equinos de pura sangre (ley 20.378)


ARTICULO 1. - La inscripción de animales equinos de sangre pura de carrera en los Registros
Genealógicos reconocidos por el MINISTERIO DE AGRICULTURA Y GANADERIA acredita su origen,
calidad como ejemplares de pedigree y la propiedad a favor del titular. Se considerarán como tales Registros
Genealógicos los actualmente existentes, los cuales deberán ajustar su organización y funcionamiento a las
condiciones que establezca el PODER EJECUTIVO NACIONAL, que los controlará a través del MINISTERIO
DE AGRICULTURA Y GANADERIA así como a los que, de acuerdo con dichas condiciones, se reconozcan
en el futuro.

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ARTICULO 2. - La transmisión del dominio de los animales a que se refiere el artículo anterior sólo se
perfeccionará entre las partes y respecto de terceros mediante la inscripción de los respectivos actos en los
Registros Genealógicos. Los registros Genealógicos estarán habilitados para cumplimentar la anotación de actos
de disposición, medidas precautorias, gravámenes u otras restricciones al dominio convenidas entre las partes u
ordenadas por disposición judicial.

ARTICULO 3. - No serán aplicables a los animales inscriptos en los Registros Genealógicos la prohibición del
pacto comisorio en la venta de cosas muebles establecida por el artículo 1.374 del Código Civil ni tampoco la
disposición del artículo 1.429 del mismo Código.

ARTICULO 4. - La presente ley entrará en vigencia juntamente con la reglamentación de la organización y


funcionamiento de los registros a que se refiere el artículo 1.

ARTICULO 5. - Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.

LOS AUTOMOTORES

Vélez Sarsfield no legisló de manera específica a los automotores, por lo cual esta clase de cosas muebles
quedaron comprendidas también dentro del régimen general del 2412.
La generalización del automotor en sus diversas especies, la falta de control eficaz que implicaba la
descentralización de las matrículas en manos de los municipios y la proliferación de los robos, fueron factor
decisivo para que el gobierno nacional creara por decreto/ley del Registro Nacional del Automotor.
En el año 1958 surge la primera reglamentación que rige hasta hoy con algunas modificaciones: decreto ley
6582/58.
ARTICULO 5º.- A los efectos del presente Registro serán considerados automotores los siguientes vehículos:
automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para semirremolque, camionetas, rurales, jeeps,
furgones de reparto, ómnibus, microómnibus y colectivos, sus respectivos remolques y acoplados, todos ellos
aún cuando no estuvieran carrozados, las maquinarias agrícolas incluídas tractores, cosechadoras, grúas,
maquinarias viales y todas aquellas que se autopropulsen. El Poder Ejecutivo podrá disponer, por vía de
reglamentación, la inclusión de otros vehículos automotores en el régimen establecido

El Registro de Automotores y la inscripción constitutiva

Art. 1 D.L 6582/58


“La transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse por instrumento público o privado y sólo
producirá efectos entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro
Nacional del Automotor”.
Esta inscripción tiene carácter CONSTITUTIVO, pues antes de ella no existe derecho real alguno sobre el
automotor con relación a las partes y a terceros.
El sistema seguido por la ley es el del FOLIO REAL respecto de cada automotor se abre un folio, ficha o
legajo, donde se van a consignar todos los datos que vinculan al mismo.
Con la primera inscripción se le otorga al automotor una identificación alfanumérica (patente o placa) que va a
perdurar hasta la baja del mismo.

#Consecuencias de la inscripción
 Título de dominio o adquisición: acredita el derecho real de dominio sobre el automotor y si existen
gravámenes sobre él al momento de la expedición.
 Cédula de identificación (tarjeta verde): acredita el derecho para la utilización del automotor, pero no
resulta idónea para demostrar su dominio.

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La necesidad de control es mayor, porque los delitos contra la propiedad automotor una vez cometidos, la
movilidad de éstos facilita su ocultamiento o desmantelamiento. Además, a veces, constituyen delitos-medios,
ya que el automotor robado sirve como herramienta para cometer otros delitos. Todo esto hace necesario que se
tienda a que la realidad registral coincida con la titularidad del derecho real.

Principios registrales aplicables (remisión)

1) Principio de rogación
Las inscripciones no operan de oficio, es la petición de partes interesadas las que hace que el registro tome
razón de los actos jurídicos que contienen la causa o fuente del negocio.
Pueden ingresar al registro los siguientes actos de:
 Adquisición de dominio.
 Transmisión de dominio.
 Modificaciones de dominio.
 Extinción de dominio.
 Gravámenes y embargos.
Todos estos pedidos se llevan a cabo mediante formularios tipo.

2) Principio de legalidad
Todo funcionario público debe velar por la observancia de las formas establecidas para cada auto en particular.
El legislador sólo puede inscribir aquellos documentos que contengan un acto de modificación, extinción,
transmisión de los derechos reales con respecto a esos vehículos.
El legislador deberá verificar y controlar que el documento que ingresa reúna los requisitos mínimos y legales
establecidos.

3) Principio de tracto sucesivo


El encargado del registro deberá verificar al momento de peticionarse la inscripción, que las constancias del
título concuerden con las anotaciones que obren en el registro con respecto al vehículo.

4) Principio de prioridad
La reserva de prioridad comienza desde la expedición por parte del Registro de un certificado de la constancia
de inscripción.
El plazo de validez del mismo es de 15 días y puede ser pedido por el propietario.
Expedido el certificado se toma nota en el legajo de dicha expedición y durante el plazo de validez de ese
certificado se produce el Bloqueo Registral. Es decir, que todas las anotaciones o todos los instrumentos que
ingresen en el registro con relación a ese automotor se anota provisoriamente hasta tanto venza el plazo de
validez del certificado.

5) Principio de especialidad
Implican que estén determinados en el Registro los tres elementos de la relación jurídica (sujeto, objeto y
causa).
A este respecto el art. 20 establece que el título del automotor deberá contener:
 Nombre y apellido, nacionalidad, estado civil, domicilio, y DNI del primer titular de dominio inscripto.
 Elementos de individualización del vehículo: marca, modelo, número de chasis y motor, etc.
 Indicación de instrumentos y/o documentos en virtud de los cuales se anota el dominio.

Análisis del régimen legal aplicable

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Matriculación (art. 6 y 19)
Cuando ingresa al registro por primera vez un automotor, se procede a su matriculación. Los autos que
ingresan al Registro son las unidades nuevas de fabricación nacional y las que se importan.
La inscripción inicial del automotor se realiza sobre la base de una solicitud tipo a la que se anexa la
documentación necesaria que queda archivada.
En las inscripciones del dominio de automotores nuevos, el Registro debe protocolizar con la solicitud
respectiva:
 La documentación o certificado de origen (automotor fabricado en el país).
 Certificado aduanero (si es importado).
Cuando el automotor es armado fuera de las plantas fabriles debe juzgarse el origen de los elementos
utilizados y verificarse éstos por el registro.
La inscripción de automotores abandonados, perdidos, secuestrados o decomisados, cuya enajenación realicen
organismos públicos o bancos oficiales, serán inscriptos a nombre del adquirente acompañando certificado del
ente que lo enajenó.
La matriculación es obligatoria a los fines de la publicidad e indispensable para la circulación de los vehículos.

Folio real (art. 6 y 24)


A cada automotor se le asigna una codificación alfanumérica. Esta combinación debe figurar en el título del
automotor, en la cédula de identificación (tarjeta verde) y en las tablillas (patente) que se aplican en el vehículo.
Esta individualización identifica al automotor durante toda su existencia.
A todo automotor se le asignará al inscribirse en el Registro por primera vez, un documento individualizante
que será expedido por el registro respectivo y se denominará “título del automotor”. Este tendrá el carácter de
instrumento público.

Inscripción de la transferencia y otros actos (art. 13 y 15)


Pude ser peticionada tanto por el enajenante como por el adquirente, este último asume la obligación de
practicarla dentro de los 10 días mediante una solicitud tipo (formulario 08), cuyo plazo de vencimiento es de
90 días hábiles a partir de la expedición, después del cual, a su presentación, se debe abonar un recargo
progresivo del arancel, para ser un acto que otorgue derechos.
En el caso de que el adquiriente no cumpla con la obligación de inscribir, el transmitente puede revocar la
autorización para circular que hubiera otorgado expresa o implícitamente.

El carácter constitutivo (art. 1)


La transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse por instrumento público o privado y sólo
producirá efectos entre partes y con relación a terceros desde la fecha de inscripción en el Registro Nacional del
Automotor.
 El título de la transmisión es el negocio jurídico (venta, donación) que puede estar instrumentado o no.
 El modo constitutivo en lugar de ser la tradición como en las demás cosas, es la inscripción registral con
el formulario firmado por las partes y certificadas las firmas por el encargado de la oficina o por
escribano.
La inscripción de buena fe de un automotor en el registro, confiere al titular de la misma la propiedad del
vehículo y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si el automotor no hubiera sido hurtado o
robado (art. 2).

Examen de legalidad y calificación registral


Facultades del registrador:
 Plena individualización de la unidad cuando se procede a la matriculación.

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 Verificación de que las constancias del titulo coinciden con las obrantes en el registro en el caso de
transferencia, a fin de que la persona que figure como enajenante sea quien suscribe la solicitud de
transferencia.
En el Registro pueden producirse inexactitudes, sin perjuicio de la responsabilidad directa y personal que tiene
el funcionario, el estado responde de los daños y perjuicios emergentes de las irregularidades o errores que
cometen sus funcionarios en inscripciones, certificados o informes expedidos por el Registro.

Especialidad (art. 6)
La matriculación se practicará en la forma que determine la reglamentación. Requisitos que debe tener el
título:
 Lugar y fecha de su expedición.
 Número asignado en su primera inscripción.
 Elementos individualizantes del vehículo.
 Indicación de si se destinará a uso público o privado.
 Nombre y apellido, DNI, estado civil, nacionalidad, domicilio.
 Indicación de los instrumentos y/o elementos en virtud de los cuales se anota el dominio.
 Modificaciones introducidas al vehículo siempre que ellas alteren algunos de los datos del inc tercero.

Presunción de buena fe (art. 16)


Se presumen que los que adquieren derechos sobre un automotor, conocen las constancias de su inscripción y
de las demás anotaciones que respecto de aquel abran en el registro, aun cuando no hayan exigido del titular o
del disponente del bien la exhibición del certificado de dominio.
La importancia de las constancias del registro, es la adquisición por prescripción: mediando inscripción y
buena fe por dos años.
Quien invoca buena fe debe tener el automotor registrado a su nombre, pues de lo contrario no podría estar
convencido de ser legítimo propietario. El error (solo de hecho) debe ser excusable, por lo tanto el adquirente
debe tomar todos los recaudos que exigieren la naturaleza de la cosa y las circunstancias de persona, tiempo y
lugar.
Estos recaudos son fundamentalmente 2:
1. Verificación física: implica comprobar que el objeto es el mismo que está designado en el título.
2. Verificación jurídica: el adquirente debe exigir al enajenante la exhibición de:
 Título del automotor.
 Cédula de identificación.
 Certificado de dominio.
La sola exhibición del automotor y de la cédula de identificación no basta para la verificación jurídica. El
título del automotor tiene solamente valor histórico (hasta el día que fie inscripto), y la cédula de identificación
carece de valor probatorio suficiente del dominio. Por eso la ley exige el certificado del dominio que deberá ser
solicitado al Registro del automotor, en el cual consta la situación jurídica del automotor.
El certificad de dominio expedido por el Registro del Automotor, tiene un término de validez de 15 días. Su
expedición queda registrada en el legajo del automotor y acarrea el bloqueo registral o reserva de prioridad.
En conclusión, para ser considerado de buena fe, el adquirente debe reunir los siguientes requisitos:
1. Adquirir del propietario registral.
2. Verificar jurídicamente.
3. Verificar físicamente.
4. Inscribir la transferencia.

Prioridad y reserva de prioridad (art. 16)


El primero en el tiempo es primero en el derecho si este no es excluyente y provoca su desplazamiento cuando
lo es.

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El Registro otorgará al titular del dominio o a la autoridad judicial que la solicite un certificado de las
constancias de su inscripción y demás anotaciones que existan el que tendrá una validez de 15 días a partir de la
fecha de su emisión y de cuyo libramiento se dejará nota en sus antecedentes. Este certificado podrá ser
requerido al titular del dominio en las transferencias del automotor o en la constitución de gravámenes, por los
interesados en dichas operaciones, las que se inscribirán dentro del plazo de validez.
Durante el mismo plazo de validez, los embargos y demás anotaciones que se soliciten con respecto al
automotor tendrán carácter condicional y sólo quedarán firmes y producirán sus efectos legales una vez vencido
dicho plazo, siempre que no hayan modificado el dominio o la situación jurídica del automotor.

“inscripción vale por título”

ARTICULO 2º.- La inscripción de buena fe de un automotor en el registro confiere al titular de la misma la


propiedad del vehículo y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si el automotor no hubiese sido
hurtado o robado.

ARTICULO 3º.- Si el automotor hubiese sido hurtado o robado, el propietario podrá reivindicarlo contra quien
lo tuviese inscripto a su nombre, debiendo resarcirlo de lo que hubiese abonado si la inscripción fuera de buena
fe y conforme a las normas establecidas por este decreto-ley.

ARTICULO 4º.- El que tuviese inscripto a su nombre un automotor hurtado o robado, podrá repeler la acción
reivindicatoria transcurridos DOS (2) años de la inscripción, siempre que durante ese lapso lo hubiese poseído
de buena fe y en forma continua.
Cuando un automotor hurtado o robado hubiera sido adquirido con anterioridad a la vigencia del presente en
venta pública o en comercio dedicado a la venta de automotores, el reivindicante deberá resarcir al poseedor de
buena fe del importe pagado en la venta pública o en el comercio en que lo adquirió. El reivindicante podrá
repetir lo que pagase, contra el vendedor de mala fe.

Ejemplos/distintos supuestos:
 Juan vende a Pablo su automóvil amenazado de muerte por éste. La transmisión es inscripta. Pablo a su
vez, transmite el vehículo a Diego, que ignora la violencia de la que ha sido víctima Juan, esta
transferencia también es inscripta. Con esa inscripción de buena fe, Diego ha adquirido el automotor con
un derecho intocable, aun para el caso de que Juan lograra la declaración de nulidad de os actos de
transmisión de él a Pablo y de éste a Diego.
 A vende su automóvil primer a B y luego a C, pero C (que ignora la primera transferencia) lo inscribe.
Es C quien adquiere la propiedad.
 A, que ha adquirido un automóvil a B (que es su propietario), con documentos falsificados se hace pasar
por B, y en tal carácter, vende el vehículo a C (que ignora las maniobras) inscribiéndose la trasferencia,
C se hace dueño del vehículo, a pesar de haberlo adquirido de un no propietario.

Inscripción y responsabilidad civil

ARTICULO 27.- Hasta tanto se inscriba la transferencia el transmitente será civilmente responsable por los
daños y perjuicios que se produzcan con el automotor, en su carácter de dueño de la cosa. No obstante, si con
anterioridad al hecho que motive su responsabilidad, el transmitente hubiere comunicado al Registro que hizo
tradición del automotor, se reputará que el adquirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la
tenencia o la posesión de aquél, revisten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él no
debe responder, y que el automotor fue usado en contra de su voluntad. La comunicación prevista en este
artículo, operará la revocación de la autorización para circular con el automotor, si el titular la hubiese otorgado,

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una vez transcurrido el término fijado en el artículo 15 sin que la inscripción se hubiere peticionado, e importará
su pedido de secuestro, si en un plazo de TREINTA (30) días el adquirente no iniciare su tramitación.
El Registro notificará esa circunstancia al adquirente, si su domicilio fuere conocido. Una vez transcurrido el
plazo mencionado o si el domicilio resultase desconocido, dispondrá la prohibición de circular y el secuestro del
automotor.
El automotor secuestrado quedará bajo depósito, en custodia del Organismo de Aplicación, quien lo entregará
al adquirente cuando acredite haber realizado la inscripción y previo pago del arancel de rehabilitación para
circular y de los gastos de estadía que hubiere ocasionado.
Una vez efectuada la comunicación, el transmitente no podrá hacer uso del automotor, aunque le fuese
entregado o lo recuperase por cualquier título o modo sin antes notificar esa circunstancia al Registro. La
violación de esa norma será sancionada con la pena prevista en el artículo.
Además los Registros Seccionales del lugar de radicación del vehículo notificarán a las distintas reparticiones
oficiales provinciales y/o municipales la denuncia de la tradición del automotor, a fin de que procedan a la
sustitución del sujeto obligado al tributo (patente, impuestos, multas, etcétera) desde la fecha de la denuncia,
desligando a partir de la misma al titular trasmitente.

Cancelación de matrícula

El propietario que resuelva retirar su auto definitivamente del uso por no estar en condiciones de servir para su
destino específico, deberá dar inmediata cuenta a la autoridad competente, quien procederá a retirar el título
específico y practicará las anotaciones pertinentes en el registro.
También tiene la obligación de comunicar dichas situaciones a la autoridad policial y las compañías
aseguradoras cuando los vehículos queden inutilizables.
Igual obligación existe para quien se propone desarmar el vehículo para utilizar sus piezas.

Usucapión de automóviles

Usucapión “SECUNDUM TABULAS”


Consagrada por el art. 4 dec.ley 6582/58 y juega respecto de los automotores robados o hurtados.
Son requisitos para que pueda operar:
1. Automotor robado o hurtado.
2. Posesión de buena fe continua.
3. Inscripción del dominio a nombre del usucapiente.
4. Transcurso del término de 2 años a contar desde la inscripción.
Se denomina “secundum tabulas” porque se cumple a favor de quien se halla inscripto como propietario del
vehículo en el registro pero que, a raíz de haberlo adquirido de un no propietario, necesita bonificar su título.
Hay algunas situaciones no contempladas en los arts. 2 y 4 del decreto ley.
 Adquisición de buena fe a título gratuito del automotor no robado.
 Adquisición de buena fe a título gratuito de automotor robado.
 Adquisición de mala fe.
Con respecto a estos casos la doctrina ha planteado distintas soluciones:
# En caso de mala fe se puede encuadrar en la órbita de la prescripción larga (20 años).
# en los casos de buena fe se puede usucapir a los 2 años, porque el decreto-ley no exige título oneroso para
usucapir.

Usucapión “CONTRA TABULAS”


Es la que se cumple contra el titular inscripto. En este sentido puede señalarse la posibilidad de hacer jugar a
favor del poseedor de mala fe la prescripción larga. Pero teniendo en cuenta que al cabo de 20 años el
automotor seguramente habrá perdido todo valor útil, hay quienes sostienen que debería hacerse jugar
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analógicamente el art. 162 de la ley 20.094 “ley de navegación”, de modo que la usucapión vendría a quedar
consumada trascurridos 10 años de posesión.
Resta considerar un supuesto particular, que ha merecido el estudio de la doctrina especializada y es el de
ciertos poseedores de mala fe respecto de los cuales se ha contemplado la posibilidad de que se los autorice a
prescribir “contra tabulas”, en contra de quien figura registrado como propietario, aun cuando en esta materia la
posesión sin inscripción del dominio a nombre del poseedor descarta su buena fe.
Porque la realidad presenta hipótesis en las cuales, a pesar de no haberse efectuada la inscripción de la
transferencia, el adquirente lo ha sido del verdadero propietario capaz. Claro que no habría adquirido el
dominio por aquel defecto de inscripción, y, por lo mismo debe ser considerado de mala fe, de manera que
únicamente podría ampararse en el plazo de 20 años.

LAS COSAS PERDIDAS

Noción

Para que exista cosa perdida son necesarios 2 requisitos:


1. Objetivo o material: que la cosa se encuentre expuesta a las miradas de todos y accesible a cualquiera,
pero que no es el lugar destinado a conservarla.
2. Subjetivo: negligencia o descuido, pero que excluya la idea de renunciar a los derechos sobre ella.
Las cosas perdidas no son susceptibles de apropiación, puesto que tienen dueño.
Una cosa se considera perdida cuando el dueño:
 No mantiene contacto con la misma Por ignorar o haber olvidado el lugar donde se
 No puede ejercer su derecho sobre ella encuentra
Le basta a quien sostenga que se trata de una cosa perdida alegar tal circunstancia, sin que tenga que acreditar
que la hallo en la vía publica y fue extraviada por su dueño, es a éste que le corresponde probar lo contrario.
El desprendimiento de la cosa debe haberse producido, de tal modo que la cosa haya salido de la esfera de
custodia y haya quedado en algún lugar donde tienen acceso otras personas que estén en condiciones de hallarla.
El desprendimiento pudo tener lugar:
 Involuntariamente, por olvido, distracción, descuido.
 O porque alguna fuerza exterior arrebató la cosa sin que se pueda perseguirla o recuperarla.
La cosa hallada debe reunir los siguientes requisitos:
1. Ser ajena (res aliena), puesto que presupone un propietario o un poseedor anterior.
2. Que no esté en poder de nadie (res vavcua possessionis), es decir, que persona alguna ejerza sobre ella
tenencia o situación de hecho semejante, pues de lo contrario se cometería un hurto o un robo.
3. Que no haya sido abandonada por su dueño (res derilectae).
4. Que nos e trate de una cosa sin dueño (res nullius).

Con respecto a los automotores, la doctrina discrepa acerca de si pueden ser reputados perdidos. En principio
la resuelta es negativa, ya que tratándose de cosas registrables no es difícil ubicar al titular.

El C.C.C sin preocuparse por la forma en que se produjo la pérdida, se coloca directamente en el supuesto de
quien la halla:

ARTÍCULO 1955. Hallazgo. El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace
asume las obligaciones del depositario a título oneroso…

Distinción con las cosas abandonadas

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 No son res nullius, porque se parte del supuesto de que tienen dueño, aunque eventual o
momentáneamente no pueda ser individualizado.
 No son cosas abandonadas dado que se parte de la hipótesis de que el desprendimiento del sujeto no fue
voluntario ni con ánimo de abandonarlas.

Derechos y deberes del hallador

ARTÍCULO 1955. Hallazgo. El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace
asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga
derecho a reclamarla, y si no lo individualiza, debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar
intervención al juez.

Significado de la reforma
 Similar al régimen anterior. Antes se refería a la policía o al juez, ahora es solo a la policía, la que luego
da intervención al juez.
 El C.V.S se refería al “dueño”, ahora se dice “quien tenga derecho a reclamarla”.
 Se han simplificado las numerosas normas del código derogado.

Reivindicación

ARTÍCULO 1956. Recompensa y subasta. La restitución de la cosa a quien tiene derecho a reclamarla debe
hacerse previo pago de los gastos y de la recompensa. Si se ofrece recompensa, el hallador puede aceptar la
ofrecida o reclamar su fijación por el juez. Sin perjuicio de la recompensa, el dueño de la cosa puede liberarse
de todo otro reclamo del hallador transmitiéndole su dominio.
Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a reclamarla, la cosa debe venderse en
subasta pública. La venta puede anticiparse si la cosa es perecedera o de conservación costosa. Deducidos los
gastos y el importe de la recompensa, el remanente pertenece a la ciudad o municipio del lugar en que se
halló.

Significado de la reforma
 Si bien se mantiene en líneas generales el régimen anterior, se eliminan una serie de disposiciones
engorrosas y se ha simplificado el procedimiento.
 El cambio más significativo es que la transmisión de la cosa al hallador no libera de pagarle la
recompensa.
 Tampoco se dice que hay que publicar por 30 días, ni que si se adelanta la subasta hay que esperar igual
los 6 meses, ni que el dueño tenga derecho a recuperar la cosa subastada.

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