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Martín Darío Mazo Quingrejo

30 de junio de 2019

La ingeniería como parte de la bioética

Análisis crítico sobre: “En la bioética no hay, o al menos no debería haber, actos
diplomáticos del conocimiento. La bioética parte más bien de la necesidad que impone
el respeto por la vida. Respeto que obliga a las disciplinas a sentarse juntas para
reflexionar y pactar en tomo a problemas imposibles de resolver éticamente a partir de
las especializaciones propias de las disciplinas” (Pérez, 2009, pág. 73).

La bioética se define como “Disciplina que aplica los principios éticos a las
técnicas biomédicas en proceso de desarrollo para salvaguardar la dignidad de la
persona y la entidad personal” según (Real Academia Española, 2014); la cual, define
como objeto primario la vida de las personas y no tiene en cuenta las normas que rigen
a la sociedad en la que participan dichas personas. No solo se aplica para el campo de
la biomédica, sino, en general a todas las disciplinas que afectan, de una u otra
manera, la vida de las personas, tales como: la medicina o la ingeniería, cuyo principal
objeto de estudio es la preservación y/o comodidad de la vida humana.

Actualmente se ha ido perdiendo la razón primordial de estas disciplinas (la


preservación de la vida humana) por diversas razones, sea por cuestiones económicas,
políticas, sociales o inclusive académicas, siendo la última de estas la más
preocupante, dado que esto puede llevar por mal camino a los profesionales, que, en
un futuro, serán quienes lideren en sus respectivos campos. Afortunadamente, todavía
existen personas, encargadas de transmitir el conocimiento, conscientes de esta
problemática y enseñan la parte técnica sin olvidar el propósito fundamental de la
disciplina.

Ahora bien, la ingeniería es una disciplina que nace a partir de la evolución de la


sociedad, por lo tanto, es la sociedad quien determina sus necesidades, y, por lo tanto,
hacia donde va encaminada la ingeniería. Lamentablemente, debido a esa rapidez que
requiere la sociedad, no hay tiempo de pensar si realmente estos requerimientos son
necesarios para la sociedad, por esto, como dice (Reséndiz Núñez, 2008) “Cada vez es
más necesario, durante el diagnóstico, cuestionar lo que antes no solía cuestionarse: la
necesidad humana misma que está en el origen de cada problema de la ingeniería” aun
cuando estos requerimientos son necesarios y benéficos para la sociedad, existe otro
problema: la interacción que los proyectos de ingeniería tienen con el medio ambiente.

La conservación del medio ambiente es obligatoria al momento de la ejecución de


un proyecto ingenieril, esto trae retos a la ingeniería moderna, ya que “Todo proyecto
de ingeniería tiene, además de los efectos benéficos que expresamente busca, otros
no deseados que se revierte sobre la naturaleza y la sociedad” (Reséndiz Núñez,
2008); lo cual, dificulta la rapidez en la que se ejecutan estos proyectos, más que nada,
porque, al tener en cuenta la conservación de la naturaleza y la sociedad, aumenta los
procesos que se deben llevar a cabo en estos proyectos; esto conlleva, a la disputa
que tiene la ingeniería con la política, quienes se basan en resultados más que en
preservación, que puede conllevar a errores, como bien se ha visto sobre todo en obras
de construcción actuales.

“La política es una técnica necesaria para la subsistencia de las ciudades, es


decir, una capacidad cultural que puede enseñarse y aprenderse y, por tanto, es
transmisible y generalizable a todos los ciudadanos”. (Medina, La cultura de la
tecnociencia, 2003). Por esta razón, es necesario que la ingeniería camine de la mano
con la política, que si bien, es un riesgo, es una necesidad en la sociedad actual. La
política proporciona los recursos necesarios para ejecutar los proyectos de ingeniería,
por lo tanto, la toma de decisiones recae sobre la política. Ahora bien, el conocimiento
de la ingeniería necesario para la ejecución de los proyectos nace a partir de las
problemáticas que tenga el sistema actual y lo corrige.

Son las instituciones académicas las que proporcionan los recursos para el
avance científico, que si bien, pueden estar basadas en un ámbito político, su finalidad
primordial, no es la generación de recursos, sino la generación de conocimiento,
teniendo en cuenta los principios éticos básicos. Un claro ejemplo de lo dicho
anteriormente es el objeto del Reglamento Colombiano de Construcción Sismo
Resistente: “A.1.2.2.1 –– Reducir a un mínimo el riesgo de la pérdida de vidas
humanas, y defender en lo posible el patrimonio del Estado y de los ciudadanos.”
(Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica, 2010).

BIBLIOGRAFÍA:

Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica. (2010). Reglamento Colombiano de


Construcción Sismo Resistente. Bogotá.
Izuzquiza, I. (1990). La sociedad sin hombres. Barcelona: Anthropos.
Medina, M. (2000). Ciencia, Tecnología y Sociedad en el siglo 21. Los retos de la
tecnociencia y la cultura de CTS. Ciencia, Tecnología/naturaleza, 1-14.
Medina, M. (2003). La cultura de la tecnociencia. México: Antrhopos.
Pérez, M. (2009). La ciencia y tecnología indisciplinaria: ciencia y tecnología como
poder, la bioética como antipoder. Tecnología y Conocimiento, 73-83.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española. Madrid.
Reséndiz Núñez, D. (2008). El rompecabezas de la ingeniería. Por qué y cómo se
transforma el mundo. Fondo de cultura económica, 30-47.

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