Kreuzer: A la vista de tanta uniformidad de criterios no me gustaría
ser yo quien provocara la discrepancia, aunque lo cierto es que
recuerdo alguna desavenencia entre ustedes dos en el análisis de la conciencia del yo. Por un lado tenemos la especial atención que presta el profesor Popper a la conciencia superior del yo, que se produce a partir de la función argumentadora del lenguaje, mientras que en su caso, profesor Lorenz, he notado que adjudica usted también una forma primitiva de conciencia del yo a los animales. ¿Estamos ante una discrepancia, ante una diferencia de criterios? Lorenz: ¡Por Dios! ¡Un gallito que cacarea y aletea sin cesar tiene más conciencia de sí que yo! Valora su yo desmesuradamente. Cree que es el centro del universo. ¡Está tan orgulloso y es tan agresivo! ¡Es tan egoísta! Kreuzer: ¿Ese yo del gallo es el nuestro? Popper: Por supuesto los dos lo negamos. No es él mismo. Lorenz: No es él mismo, pero está incluido en él. Porque el gallo, desde luego, no reflexiona. En él no puede darse nunca una búsqueda de la propia identidad. Un gallo inferior recién desplumado tiene muy poco ego. Popper: Admito en general que, dentro de la evolución de los seres vivos, las antiguas formas siguen persistiendo de alguna manera. Nunca son superadas del todo. O de otro modo, que el gallo está en el hombre, pero el hombre no está en el gallo. Lorenz: He aquí un ejemplo más de perogrullada. Siempre creí que había inventado yo solito a Nicolai Hartmann en su totalidad. Pero no era verdad. Lo conozco gracias a Gustav Kramer, y éste lo conoció por Max Hartmann, que era discípulo de Nicolai Hartmann. Y lo que acaba de decir Karl Popper es para nosotros la mayor de las perogrulladas. B no es no-A, sino que B es A+B. Y C es A+B+C. Y cuando el elemento inferior deja de existir, también el más elevado se va al diablo. Y ése es el gran pecado del reduccionismo. El de afirmar que el hombre en el fondo no es más que un mamífero. Por supuesto que es un mamífero, pero decir: «no es más que» es de todo punto falso. Kreuzer: Lo que Huxley llama nothing else buttery. Lorenz: Nothing else buttery, sí. Otro caso de invento de origen múltiple. Aunque en una disputa de eruditos Huxley siempre pudiera demostrar que suya era la prioridad. Kreuzer: Si tradujéramos la frase hablaríamos de «nada más que-ría». El hombre es una materia de naturaleza física, pero no sólo eso, y sobre todo no es «nada más que» una materia de naturaleza física. Lorenz: Nothing else but significa «propiamente». Y la falta está en eso de «propiamente», pues, mira por dónde, «propiamente», esto es, teniendo en cuenta lo que a él sólo le es propio, es bastante más que un mamífero.