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Este aviso fue puesto el 19 de marzo de 2015.
Este artículo trata sobre una fuente de energía. Para la empresa, véase Gas Natural
Fenosa.
Índice
1Reservas naturales
2Aplicaciones
3Impacto ambiental
4Véase también
5Referencias
6Enlaces externos
Reservas naturales[editar]
Según BP, las reservas probadas a finales de 2017 se sitúan en 193,5 billones (1012) de
metros cúbicos3, siendo suficientes para mantener la producción actual mundial durante 55
años más. Las reservas se han incrementado en un 0,2 % en el último año.
Oriente Medio es la zona geográfica con mayores reservas, con un 43 % del total mundial
(destacando Irán y Qatar), seguida de Asia Central con un 31 % (principalmente Rusia y
Turkmenistán)
Aunque su composición varía en función del yacimiento, su principal especie química es el
gas metano al 79 - 97 % (en composición molar o volumétrica), superando comúnmente el
90 - 95 % (p. ej. en el pozo West Sole del mar del Norte). Contiene además otros gases
como etano (0,1 - 11,4 %), propano (0,1 - 3,7 %), butano (< 0,7 %), nitrógeno (0,5 -
6,5 %), dióxido de carbono (< 1,5 %), impurezas (vapor de agua, derivados del azufre) y
trazas de hidrocarburos más pesados, mercaptanos, gases nobles, etc. (Las cifras se
refieren al gas depurado comercializado en España.)4
Como ejemplo de compuesto contaminante asociado al gas natural cabe mencionar el
CO2 (dióxido de carbono) que alcanza la concentración del 49 % en el yacimiento de
Kapuni (Nueva Zelanda).[cita requerida]
Durante la extracción, algunos gases que forman parte de su composición natural se
separan por diferentes motivos: por su bajo poder calorífico (p. ej. nitrógeno o dióxido de
carbono), porque pueden condensarse en los gasoductos (al tener una baja temperatura
de saturación) o porque dificultan el proceso de licuefacción de gases (como el dióxido de
carbono, que se solidifica al producir gas natural licuado (GNL). El CO2 se determina
habitualmente con los métodos ASTM D1137 o D1945.[cita requerida]
El propano, butano y otros hidrocarburos más pesados también se separan porque
dificultan que la combustión del gas natural sea eficiente y segura. El agua (vapor) se
elimina por estos motivos y porque a presiones altas forma hidratos de metano, que
obstruyen los gasoductos. Los derivados del azufre son depurados hasta concentraciones
muy bajas para evitar la corrosión, formación de olores y emisiones de dióxido de
azufre (causante de la lluvia ácida) tras su combustión. La detección y la medición
de sulfuro de hidrógeno (H2S) se efectúa siguiendo los métodos ASTM D2385 o
D2725.[cita requerida]
Por último, para su uso doméstico se le añaden trazas de mercaptanos (entre ellos
el metil-mercaptano CH4S), que permiten su detección olfativa en caso de fuga.
Aplicaciones[editar]
En el siglo XIX comenzó a extraerse y canalizarse hacia las ciudades estadounidenses
como combustible para iluminación. Cuando llegó la electricidad, comenzó a emplearse en
calefacción, agua caliente sanitaria y en la industria metalúrgica. Conforme mejoró la
tecnología de soldadura tras la Segunda Guerra Mundial fue aumentando la profundidad
de las extracciones y la capacidad de transporte hacia los consumidores. 5
Actualmente se trata de un combustible muy versátil y con menos emisiones de CO2 en su
combustión que el resto de combustibles fósiles, cuyos principales usos son:
Impacto ambiental[editar]
Llave de paso de un suministro de gas natural en la cocina de una vivienda de Santiago de Chile.
El CO2 emitido a la atmósfera tras la combustión del gas natural se trata de un gas de
efecto invernadero que contribuye al calentamiento global de la Tierra. Esto se debe a que
el CO2 es transparente a la luz visible y ultravioleta, mientras que absorbe la radiación
infrarroja que emite la superficie de la Tierra al espacio exterior, ralentizando el
enfriamiento nocturno de esta.
La combustión del gas natural produce menos gases de efecto invernadero que otros
combustibles fósiles como los derivados petrolíferos (fuelóleo, gasóleo o gasolina) y
especialmente que el carbón. Además es un combustible que se quema de forma más
limpia, eficiente y segura, no produce dióxido de azufre (causante de la lluvia ácida) ni
partículas sólidas.
La razón por la cual produce poco CO2 es que la molécula de su principal componente,
el metano, contiene cuatro átomos de hidrógeno por cada uno de carbono, produciendo
dos moléculas de agua por cada una de CO2. Mientras que los hidrocarburos de cadena
larga (p. ej. los contenidos en el gasóleo) producen prácticamente sólo una molécula de
agua por cada una de CO2 (además, la entalpía estándar de formación del agua es muy
elevada).
En el caso del gas natural renovable, la molécula de CO2 liberada a la atmósfera en su
combustión es igual a la molécula tomada de la atmosfera, por las bacterias, para crear el
metano en el proceso de putrefacción.
Sin embargo, los escapes de gas natural que se producen en los pozos suponen un aporte
muy significativo de gases de efecto invernadero, ya que el metano equivale a 23 veces el
efecto invernadero que el dióxido de carbono (datos del IPCC). Por ejemplo, el accidente
de marzo de 2012 en la plataforma petrolífera Elgin -operada por la petrolera Total en el
Mar del Norte- supuso un escape de unos 5,5 millones de m3 diarios.7 Como la densidad
del metano en condiciones estándar es 0,668 kg/m38 el escape fue de 3674 toneladas
diarias, que equivalen a 84 502 toneladas diarias de dióxido de carbono. La duración de la
detención de dicho escape se estimó en 6 meses, lo que suponen 15 millones de
toneladas equivalentes de dióxido de carbono (las emisiones industriales de Estonia en el
año 2009).