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Preguntero Comercial RESUMEN
Preguntero Comercial RESUMEN
Primera parte
Segunda parte
1. Principios informantes
2. Aplicación de los principios informantes
3. Los actos de comercio, nacimiento e historia
4. Enumeración del Código de Comercio argentino
5. El articulo 8 y otros vinculados a los actos de comercio
6. Actos aislados
7. Acto de comercio para una sola de las partes
8. Aplicación de los actos de comercio
Tercera parte
a) Generalidades.
Sexta parte
a) Generalidades.
Séptima parte.
PRIMERA PARTE
1) Antecedentes históricos: la edad media, la aparición del derecho mercantil, las ferias y
los mercados. El contrato de cambio. Las corporaciones.
A causa de la caída de Imperio Romano de occidente, se produce un gran golpe al comercio. Se
pierden las rutas comerciales, desaparecen ciudades, bienes y personas. Se produce una gran
migración de las ciudades al campo. Aparece el Feudalismo cuya estructura principalmente
agrícola-pastoril en manos del señor feudal, ahogaba toda iniciativa personal.
A partir del siglo XI comienza una era de prosperidad en Europa Central, aumenta la riqueza
agrícola, crece la población, florecen las ciudades: a ellas vuelve la población, no solo por
motivos económicos, sino para liberarse del yugo del señor feudal; esto trae un especial
significado económico, ya que las ciudades son un centro de consumo, de cambio y producción.
Se desarrolla del comercio y nace una actividad industrial, el artesanado.
Ferias y mercados: las ferias son de carácter discontinuo, allí concurren los mercaderes
profesionales a mostrar e intercambiar sus productos. Los mercados son permanentes, allí se
vende al menudeo y a ellos concurre la población a abastecerse. En ambos, ferias y mercados,
intercambian o venden productos, se rinden las cuentas y se liquidan las deudas.
La aparición del Derecho Mercantil: la creciente actividad económica que se realiza en las
ciudades tropieza con el derecho romano canónico, demasiado formalista, y leyes germanas,
fundamentalmente consuetudinarias. Los comerciantes necesitan un derecho propio
principalmente por 2 razones: 1) necesitaban reglas más simples que las del derecho común,
demasiado formalista, que facilitara la celeridad de las operaciones del comercio; y 2) en
aquella época el comercio adquiere un carácter internacional muy marcado, los mercaderes
necesitan reglas comunes que les permitan operar.
El contrato de cambio: es una figura jurídica utilizada por los comerciantes con el fin de
agilizar sus negocios y evitar el envío de la moneda a lugares lejanos. Se perfecciona esta
modalidad negocial en las ferias y mercados, donde va perdiendo los rasgos de contrato
solemne de la antigüedad, tiempo en el que requería testigos, notario; y una redacción muy
detallada. Con el paso de un largo período de tiempo evoluciona hasta aceptarse una carta, un
papel con un título, con una breve escritura y la firma del responsable.
Las corporaciones: son asociaciones de mercaderes y artesanos, que se reúnen para regular su
actividad y defender sus derechos. Recopilan usos y costumbres de la época, formando la
legislación estatutaria (emanadas de resoluciones de asambleas y de los fallos de fueros
especiales), ya que advierten la necesidad de dirimir los conflictos mediante tribunales
especializados que conocieran profundamente las características de la actividad. De esta forma
los comerciantes crearon sus propias normas las que, de consuetudinarias, se convirtieron en
estatutarias y, finalmente, se convirtieron en manifestación del Derecho legislado.
2) Antecedentes históricos: la salida del período medieval. Las sociedades y los bancos.
Las técnicas mercantiles progresan y con ellas también las jurídicas. Los italianos dominaban
los principales mercados, manejaban sus asuntos con representantes en las diferentes plazas y
por correspondencia. Los grandes mercaderes debían poseer una gran cultura. El tráfico
mercantil comienza a hacerse multiforme y complejo.
Luego la hegemonía de las ciudades italianas es sustituida por el crecimiento de Europa central,
donde crece el poder de los señores y reyes, y el comerciante individual pasa a ser un
empresario con gran influencia y poder.
En el siglo XV con la era de grandes descubrimientos Europa comienza una era de colonización
y explotación de los nuevos territorios.
Durante el renacimiento, a partir de una serie de hechos históricos de gran cambio que lo
caracterizan, comienza a consolidarse el derecho comercial como una rama autónoma del
derecho privado. Las poderosas monarquías que surgen en este período consideran al derecho
comercial como una rama del derecho estatal, ya que se reservaban el monopolio legislativo.
En ese período se produce la objetivación, ya que muchos no comerciantes practicaban actos de
comercio sin intención profesional, y se les aplicaba por lógica el ordenamiento comercial.
Durante los siglos XVIII y XIX surge el sistema capitalista gracias a la ideología política que
triunfa con la Revolución Francesa (sin el cambio político que ésta determina el capitalismo
industrial hubiera sido imposible). A mediados del S. XVIII y comienzos del S. XIX, se
produce una profunda trasformación económica, aparece el capitalismo industrial y financiero,
continuador del anterior capitalismo comercial. Esto produce una honda trasformación en el
derecho mercantil de la época al que corresponde regular la nueva realidad económica.
Como correlato jurídico, con la formación de las grandes monarquías, el derecho comercial de
los estatutos corporativos y de las costumbres recopiladas, cede paso a un nuevo Derecho
Mercantil de los Edictos y Ordenanzas Reales, esto coincide con la formación de los estados
nacionales. Más adelante aparecen los códigos que, desde principios del s. XIX se extienden
hasta nuestros días.
Sociedades: son grandes empresas, que a diferencia de las sociedades personales, limitan la
responsabilidad de los socios y dividen su capital en unos títulos llamados acciones; éstos con
el paso del tiempo pasan a ser circulatorios. Quienes dirigían estas grandes compañías también
quedaban liberados de responsabilidad personal. Tuvieron en su origen una doble vertiente:
Privada: fundada en base al poder político basado en los negocios. Favorecen además el
anonimato de los dueños del capital.
Pública: gestadas por el estado para realizar grandes emprendimientos, por ejemplo las
compañías de Indias creadas por varias potencias europeas para la colonización de
nuevas regiones.
La forma societaria se va generalizando, y sus técnicas de dinámica interna y externa van
adquiriendo más precisión y rigor jurídico. El Código de Napoleón legisla sobre sociedades
anónimas y su uso se generaliza en Francia.
Bancos: este tipo de sociedades intermedian exclusivamente con el dinero y los papeles del
comercio. Reciben depósitos, otorgan créditos y financian operaciones. Aparece con ellos la
“moneda contable”. Son beneficiarios de la forma societaria, la que permite la concentración y
el desarrollo del mercado de capitales, y a su vez da mayor elasticidad a la estructura bancaria.
3) El concepto de derecho del lucro o la especulación económica.
La finalidad de lucro, considerada en sentido estricto, parece inseparable de la actividad
mercantil. Aun cuando el comerciante venda con pérdida para conquistar mercados, o inunda
un mercado con costosa publicidad y muestras gratis, si bien son actos individuales que pueden
ser incluso gratuitos, el comerciante persigue en su actividad un propósito lucrativo.
Sin embargo, hay algunos contratos comerciales que pueden ser gratuitos, como avalar una
operación de cambio a favor de un amigo, o depositar en un almacén los frutos que se cultiva,
en espera de su venta. Además es un hecho que muchos comerciantes o empresarios no trabajan
con el único motivo de ganar dinero, ya que existe el “ánimo de empresa” que se traduce en un
esfuerzo de organización y acción muy específica.
Además hay actividades que se desenvuelven bajo formas mercantiles no persiguen un fin de
lucro, tal como la actividad cooperativa.
Concepción subjetiva: el Derecho Comercial es el que rige los actos realizados por los
comerciantes. Es un Derecho creado para una clase especial profesional de individuos: los
comerciantes. Por lo tanto se dice que es un derecho de y para los comerciantes, por eso se la
llama también “profesional”. Esta concepción fue considerada como privilegio otorgado a
ciertas personas. En Francia, desde una ordenanza de 1673, se empieza a considerar que el
derecho comercial no es subjetivismo puro. Si tenemos en cuenta que comerciante es aquel que
realiza una determinada actividad, inscripto en el Registro correspondiente y que tiene una
calidad que es la de ser comerciante, se puede observar que la concepción subjetiva se apoya en
el elemento objetivo que es la actividad comercial.
Concepción objetiva: Su característica es la de considerar al Derecho Comercial como aquel
que rige las relaciones jurídicas de aquellos que realizan actos de comercio, sean o no
comerciantes. Esta concepción objetiva es la llamada concepción de los “actos de comercio”.
Una objeción que se hace a esta concepción es el hecho de que los objetivistas no han podido
dar hasta la fecha una idea clara y definida de lo que es acto de comercio.
Sistema argentino: al enumerar en su art. 8 a los “actos de comercio” nuestro Código adopta el
sistema objetivo. Sin embargo, la doctrina sostiene que el sistema adoptado por nuestro Código
de Comercio no es puramente objetivo sino “predominantemente objetivo” ya que en su art. 5
introduce un elemento subjetivo al determinar que “los actos de los comerciantes se presumen
siempre actos de comercio, salvo prueba en contrario”.
La ley de sociedades argentina, es aún el instrumento legal básico de nuestro orden societario,
aunque su estructura va siendo superada por realidades asociativas nuevas. Como la realidad
tarde o temprano se impone, resulta evidente hoy que la actividad comercial, industrial y de
servicios, desborda la estructura que idearan sus autores. El avance de las organizaciones
mercantiles y no mercantiles y de la concentración empresarial, probablemente sea imparable.
La multiplicidad de organizaciones empresarias con o sin fines lucrativos directos, pero todas
con algún grado de actividad económica, hacen ver como deseable admitir una mayor
flexibilización de los esquemas de negocios dentro del sistema argentino de organización
empresaria e interempresaria.
Una nueva visión del sistema mercantil, se apartará de los actos de comercio y del ya desusado
“estatuto del comerciante” e implantará un “derecho que sirva” al empresario y a la comunidad.
Las normas legales, cada vez con mayor precisión jurídica, van siendo recopiladas.
Después de la etapa de las ordenanzas van apareciendo en cada país los códigos, que son
compilaciones de mayor extensión, más elaborados técnicamente. Con la codificación se trata
de otorgar estabilidad jurídica a las instituciones.
El primer organismo rector del comercio colonial fue la casa de Contratación de Sevilla; luego
se crea el Real Consejo de Indias, que administraba los nuevos territorios y preparaba las leyes
que luego presentaba al Rey para su aprobación. Estos organismos aplican las leyes de España,
pero luego la realidad del tráfico con América demuestra que éstas eran insuficientes.
En los siglos XVI y XVII se produce una gran cantidad de leyes, creándose el primer juzgado
comercial en Montevideo para atender causas de arribadas forzosas o naufragios. En 1776 se
crea el Virreinato del Río de la Plata, luego la Real Audiencia de Buenos Aires, y finalmente el
Consulado.
La magistratura colonial era compleja, había jueces reales, que eran funcionarios con ciertas
atribuciones judiciales, jueces capitulares (integrantes del Cabildo), y jueces de la Real
Audiencia (órgano que tenía poder equiparable al del virrey). Este era el fuero ordinario.
También había jueces para fueros especiales: militar, eclesiástico, universitario, minero,
mercantil.
Con la creación del Consulado, se separaba la jurisdicción mercantil de la civil. Este tribunal,
independiente y autónomo, subsistiría en nuestra patria hasta 1862. Tenía una doble función: la
judicial, que entendía en pleitos mercantiles, y la administrativa, que se ocupaba de problemas
de policía del comercio y fomento del tráfico mercantil. El procedimiento era breve y sumario,
y no se exigía la participación de letrados.
Manuel Belgrano fue secretario del Consulado, desde donde bregó por el desarrollo del
comercio, la industria naciente y la agricultura.
Polémica:tiene que ver con la verdadera autoría del Código de Comercio, si fue obra
principalmente de Vélez o de Acevedo. Con el tiempo el análisis histórico demuestra que
ambos, con distinta funciones, fueron sus autores. Acevedo proyectaba los artículos sobre la
base de códigos y legislaciones extranjeras, y luego Vélez Sarsfield revisaba los borradores, los
modificaba o no según su análisis de la doctrina y jurisprudencia.
Primer gran reforma: La sanción del Código Civil en 1871, que legislaba sobre los actos
jurídicos, obligaciones, parte general de contratos y otras, hacía imprescindible reformular estos
temas en el Código de Comercio. Además, la propia realidad de la materia mercantil, que tiene
un gran dinamismo y tiende a actualizarse y reestructurarse constantemente, hacía que se
hiciera patente la necesidad de una reforma. En 1889 se promulga la primera gran reforma del
Código de Comercio argentino, a partir de 2 proyectos: uno era el elaborado por Villegas y
Quesada en 1873, y el otro elaborado a pedido del Presidente por Segovia en 1887.
Luego, se suceden sucesivas reformas, que a veces eran pequeñas y otras afectaban a
instituciones completas.
9) Conceptualizar la circulación de bienes, los actos en masa y la intermediación.
En la búsqueda de una definición para el derecho mercantil, aparecen distintos caracteres o
modalidades de la actividad mercantil que son analizados para buscar aquello que le es esencial
e inherente, para luego desde allí elaborar una teoría totalizadora.
Los actos en masa: otra teoría sostuvo que la naturaleza del orden mercantil vienen dado por el
ejercicio de actos jurídicos repetidos, o sea en masa o en serie. Sin embargo, existen una
multitud de actividades, realizadas por las profesiones liberales o por obreros en relación de
dependencia, que son actos en masa y sin embargo no pertenecen al ámbito comercial, tal como
el correo. Y hay actividades típicamente comerciales que no se realizan en masa, por ejemplo la
actividad directiva del empresario.
La intermediación: esta teoría, analizando los actos de comercio, encontró que todos ellos
realizaban algún tipo de intermediación (interposición). Ya sea en el cambio de mercancías,
títulos, dinero (bancos), trabajo (empresa), riesgos (seguro). La crítica a esta teoría encontró
que existen algunas actividades comerciales, como en la garantía, el mandato, la sociedad, en
las que no existe ninguna intermediación.
Hay 2 cosas a tener en cuenta: por un lado no cerrarse dogmáticamente en sistemas rígidos que
pretendan la inmovilidad del sistema jurídico, y por el otro que las tendencias disgregantes no
olviden la unidad sustancial del sistema jurídico.
12) Caracteres del derecho Comercial: Unificación e Integración del derecho Privado. La
integración.
La unificación en el campo del derecho privado, sostenida durante un tiempo, aparece hoy
como una tarea realmente compleja, gracias a la múltiple bifurcación de soluciones posibles. La
diversidad en la unificación se da en los medios o caminos para obtenerla:
– Unificación mediante la creación de leyes o códigos de las distintas ramas del derecho.
La integración: se manifiesta en una doble modalidad: por un lado, se van creando reglas
mundiales de derecho unificado; por el otro, se dan grupos de países de una región, que van
unificando reglas e instituciones que les permita en un futuro ser una unidad política federada.
Del primer caso tenemos organismos internacionales que trabajan en la unificación del derecho,
como la Uncitral, que es un órgano de la ONU que trabaja para unificar el derecho privado, y la
Unidroit, que es un organismo paraestatal. Si bien la tarea de estos organismos se realiza a
nivel internacional, sus directivas influyen mucho en las legislaciones nacionales. Respecto de
la segunda forma tenemos a la Aladi y el Mercosur.
14) Fuentes del derecho Comercial: orden de prelación de las normas. Tener en cuenta
arts. 15, 16 y 17 del Código Civil y 207 del Código de Comercio.
Art.15. Los jueces no pueden dejar de juzgar bajo el pretexto de silencio, oscuridad o
insuficiencia de las leyes.
Art.16. Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu de la
ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere dudosa, se
resolverá por los principios generales del derecho, teniendo en consideración las
circunstancias del caso.
Art.17. Los usos y costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieran a
ellos o en situaciones no regladas legalmente.
Art.207. El derecho civil, en cuanto no esté modificado por este Código, es aplicable a las
materias y negocios comerciales.
El código de comercio y las leyes complementarias son las normas centrales del derecho
comercial. El código civil, las leyes civiles y demás leyes se aplican en forma subsidiaria. Sin
embargo la doctrina discute el orden de prelación debida. El código de comercio estipula que el
código civil se aplicará en todos los casos no previstos por él. Como el código civil a su vez en
su art. 16 da el orden de prelación para la ley civil, allí se produce la doble interpretación.
15) Fuentes del Derecho Comercial: las leyes, los estatutos, influencia sobre la legislación.
Las leyes: es la fuente fundamental del derecho en los países de derecho codificado.
La ley mercantil está constituida por un ordenamiento especial, aplicado por los jueces con el
enfoque interpretativo necesario, para evaluar el fenómeno comercial, que es distinto del civil,
penal o administrativo. El derecho mercantil debe poseer una depurada técnica, ya que
construye instituciones específicas de gran resonancia social. Por ésta razón el estado dispone
el control de las actividades reguladas.
El vocablo ley debe ser tomado en sentido amplio, que abarca desde un precepto constitucional
hasta una ordenanza municipal o una resolución de la AFIP.
El cuerpo de normas central que rige la materia mercantil es el código de comercio, aunque hay
una diversidad de leyes, que situándose en otra rama del derecho, modifican instituciones o
conductas mercantiles, como las leyes laborales o impositivas. Hay otras leyes que abarcan
varias materias, como la ley de defensa de la competencia, que abarca temas mercantiles,
administrativos y penales.
Existen reducciones del orden mercantil al civil, en temas de teoría general, y además reglas
que provienen de tratados internacionales, que el país adopta como derecho interno, también en
la materia mercantil.
La naturaleza comercial de una norma se determina esencialmente, sobre base del contenido y
de la naturaleza de la relación regulada y no por el nombre o la ubicación de aquélla.
Los estatutos: A la manera del antiguo sistema medieval que regía un status especial, el del
comerciante, aparecen en nuestros días dos disciplinas estatutarias destinadas a reglar ciertas
obligaciones, derechos, deberes, de dos sujetos del derecho mercantil: el del comerciante
individual (empresario), y el del comerciante colectivo o sociedades comerciales. Los derechos
y deberes del empresario individual se estudian en la parte general e integran el código de
comercio; las sociedades comerciales se rigen por una ley especial, la 19550, formando una
verdadera institución típica.
Influencias sobre la legislación: los sistemas económico-políticos que predominan en el mundo,
el capitalismo y el socialismo, que formaron en su momento verdaderos bloques de
dominación, han influido en muchos países generando modificaciones en sus legislaciones, y
en sus vidas sociales y económicas. El derecho comercial no ha sido ajeno a esta influencia.
También existen tendencias hacia la “publicización”, y se advierte una creciente intervención
del estado regulando temas que eran del dominio privado. Existen además 2 tendencias
antagónicas: la que va hacia la definitiva unificación mundial del derecho mercantil, y la que
piensa en crear soluciones apropiadas para cada país. Todos estos elementos dificultan la tarea
de completar y poner al día la materia mercantil.
17) Fuentes del Derecho Comercial: La apariencia. Obligaciones provenientes del daño
causado.
La apariencia se presenta mediante situaciones de hecho, que se manifiestan frente a terceros de
buena fe, que creen en la realidad del acto. El ejecutor aparenta un estado o un derecho que no
es tal, lo cual hace que el tercero cuente con ese estado o con ese derecho como una realidad
jurídica.
En materia mercantil la apariencia se da con mucha frecuencia: se presenta en el ámbito de un
mercado, como apariencia empresaria frente a los consumidores.
Obligaciones provenientes del daño causado: en derecho mercantil pueden surgir obligaciones
surgidas de un hecho doloso o culposo, tal como lo prescribe el art. 1109 del CC., que señala
que el que por culpa o negligencia causa un daño a otro, debe repararlo. En el ámbito comercial
pueden surgir también obligaciones que provienen de un actuar culposo o doloso. Hay muchos
ejemplos donde el sistema mercantil corrige o modifica la teoría general civil (reticencia en
materia de seguros, los actos de administradores de la sociedad mercantil, etc.).
18) Nuevas Fuentes del Derecho Comercial.
La globalización del comercio y la multiplicación de los negocios trajeron como consecuencia
el desarrollo de un nuevo derecho comercial que es “internacional” en tanto es aceptado por la
mayoría de los estados. Estos han advertido que una labor coordinada entre ellos suele ser más
eficaz que la acción unilateral de cada uno de ellos por separado. Las formas de cooperación en
el plano internacional son muy diversas: desde la celebración de reuniones, conferencias
internacionales, o la conclusión de un tratado internacional estableciendo un régimen de
consultas, o un intercambio de información hasta la creación de organizaciones internacionales.
Se los ha definido como una codificación supranacional de derecho convenido. Así mismo, se
afirma que son un conjunto de normas de derecho contractual comunes a diversos
ordenamientos jurídicos, mejor adaptadas a las exigencias del comercio.
También que los principios son un paso hacia delante para la globalización del pensamiento
legal.
En cuanto al ámbito de aplicación de los principios, éstos están dirigidos a regular los contratos
comerciales internacionales. Una parte de la doctrina los plantea como una nueva lex
mercatoria, ya que, los Principios Unidroit constituyen el núcleo de una forma novedosa de
regulación de las relaciones comerciales, en especial, los contratos internacionales. De la
declaración de 1994 se extrae estos principios:
Libertad de contratación, libertad de forma y prueba, de pacta sunt servanta, de primacía de las
normas imperativas, de la naturaleza dispositiva de los principios, de internacionalidad y
uniformidad, de buena fe y libertad negocial, de primacía de usos y prácticas, de llegada.
20) Relaciones del Derecho Mercantil con otras ramas del Derecho: Constitucional, Civil,
Administrativo, Penal, de la Integración, Espacial, Concursal.
Constitucional: garantiza el marco de seguridad jurídica indispensable para el desarrollo del
comercio; esta seguridad jurídica se vincula a derechos de las personas frente al estado para
impedir el despotismo y absolutismo, y se extiende al derecho de propiedad junto a las demás
facultades del hombre. La constitución protege en su art. 10 la libre circulación de bienes por
todo el territorio, en el art. 14 los derechos de “usar y disponer de la propiedad”, “asociarse
son fines útiles”, “ejercer toda industria lícita” que tienen una conexión directa con el proceso
económico; protege a la propiedad en su art. 17, y en art. 20 extiende estos derechos a los
extranjeros que “gozan en el territorio de la nación de todos los derechos civiles del
ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces,
comprarlos y enajenarlos…”. Estos principios garantizan la seguridad jurídica para nacionales
y extranjeros, protegen a las inversiones extranjeras y favorecen al desarrollo económico y
comercial.
Civil: tiene la más íntima relación: el art.1º del Título Preliminar y el art. 207 del cód. de
comercio, determinan la aplicación subsidiaria del derecho civil. Mientras que el derecho
comercial regula la actividad del comerciante y relaciones económicas privadas referentes a la
producción y al cambio, que se plasman en el art. 8 del cód. de comercio, el derecho civil
regula cuestiones atinentes a las instituciones de la vida civil, al goce de los bienes y al cambio
sin ánimo de lucro.
Administrativo: el derecho comercial y el derecho administrativo tienen varios aspectos en
común: a ambos se los considera categorías históricas, debido a los fenómenos de
transformación a los que son sometidos. El derecho comercial debe mutar por las necesidades
mismas de la actividad mercantil, que en virtud de la autonomía de la voluntad, constantemente
evoluciona y se adapta a los nuevos tiempos. El derecho administrativo, a su vez, cambia por
necesidades de orden político, social o económico. Necesita de la sanción de normas que
regulen nuevas instituciones o entes. Muchas veces el derecho administrativo debe recurrir al
derecho privado, y en particular al comercial, para regular situaciones donde no posee
principios propios. Existen además 2 tendencias: por un lado la “comercialización” del derecho
administrativo, a partir de la intervención del estado en la economía, generando el fenómeno
del “estado empresario”; por el otro se da una “publicización” del derecho mercantil, que se
manifiesta en la forma que la doctrina comercial clasifica el obrar administrativo, teniendo en
cuenta el grado de intervención en el mercado.
Penal: múltiples son las relaciones que se presentan entre el derecho comercial y el penal, tanto
cuando se tocan temas relacionados con la actuación de la empresa o del comerciante aislado en
el mercado, como así también cuando se tratan temas de administración y fiscalización de las
sociedades comerciales. Se trata de conductas que pueden ser encuadradas en la
denominada delincuencia del cuello blanco, fundada en la concentración de poderes en un
individuo o grupo de individuos, que someten a laos socios o inversores a sus designios. Los
delitos que vinculan al derecho penal con el derecho comercial conforman 2 grandes grupos: a)
delitos societarios, y b) delitos de quiebra.
De la integración: los procesos de integración, en particular los que se han dado en la materia
económico-comercial (Mercosur-ALCA), lleva consigo la necesaria adecuación de los órdenes
jurídicos internos, con el objeto de alcanzar una normativa común.
La legislación comercial sufrirá, en consecuencia a estos procesos de integración,
modificaciones en toda su extensión, para alcanzar la armonización de una legislación
comercial común a todos los estados que adhieren al proceso de integración.
Concursal: cuando el deudor se halla en imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones, hay
un ordenamiento jurídico, el derecho concursal, que involucra todos sus bienes y deudas. Este
derecho regula la insolvencia, y si bien puede no ser comerciante el deudor concursado (una
persona o sociedad civil), resulta evidente la íntima relación de este derecho con el derecho
comercial, ya que éste es tiene aplicación directa para el caso del comerciante o sociedad
comercial insolvente. El derecho concursal en nuestro país ha sufrido muchísimas
modificaciones desde su inicio, ya que debió adaptarse a los constantes cambios de la realidad
económica; existen muchos proyectos para modificar el régimen hoy vigente. De su estudio se
regulan las relaciones entre el empresario y el concurso.
SEGUNDA PARTE
21) Principios informantes: concepto. La habitualidad. La buena fe.
Concepto: son los que utilizamos para integrar e interpretar la ley mercantil al estudiar las
fuentes del derecho comercial. Surgen de la ley y de las costumbres del comercio y se
encuentran en todos los órdenes positivos del mundo. Se denominan indistintamente principios
informantes o principios generales del derecho mercantil.
Habitualidad o negocio continuado: es una característica destacable de la actividad mercantil su
continuidad y repetición en el tiempo. Esta habitualidad debe surgir de la actividad desplegada.
La determinación de la habitualidad es una cuestión de hecho. Si los negocios civiles se pueden
realizar sin tropiezos en forma aislada, los comerciales necesitan de un cierto tiempo, una
continuidad, una repetición, para poder desarrollarse y crecer. Estas características son a las que
se refieren los fallos judiciales. La propia CSJN ha establecido como habitual la actividad
regular realizada con el propósito de obtener beneficios.
El elemento esencial que determina la condición de comerciante no es, simplemente, el de una
profesión, sino el de una profesión efectivamente ejercida.
El sujeto debe actuar con atención y cuidado en sus negocios o actos, poner la mayor diligencia
tendiente a la concreción del resultado, con lealtad hacia la otra parte. Esa es la conducta
querida por el orden legal. Lo que se realiza con buena fe debe estar exento de negligencia,
malicia, culpa o torpeza.
La contratación en masa o en serie es utilizada como una vía jurídica para la regulación de la
aceleración del tráfico, ya que permite la rápida repetición de ciertos contratos o negocios.
Colaborando así con la salida de la producción industrial y la recolocación de los productos
comerciales, mediante la estandarización de los convenios y la simplificación de las formas.
En virtud de la contratación masiva se imponen los contratos tipo o contratos formulario, que
aceleran aun más los acuerdos, además de otorgar uniformidad a las transacciones.
La celeridad en los negocios es una necesidad vital, que determina la suerte o fracaso del
empresario y de su empresa. Determina una modalidad negocial diferenciada de las actividades
similares civiles, tanto en lo esencial como en lo formal.
23) Principios informantes: mayor libertad en las formas y pruebas (o mayor severidad).
Mayor libertad en las formas y pruebas: el derecho comercial, merced a las necesidades
prácticas del tráfico, fue liberándose cada vez más de los ritos que hacían el negocio más lento,
más complejo, más oneroso. Ejemplo de este hecho fue el contrato de cambio, que era formal y
solemne, se celebraba ante notario con una detallada escritura; este contrato termina
convirtiéndose en una carta, desprendida de formalidades, que da origen a la actual letra de
cambio.
Rige además para todo el derecho privado la regla general de la libertad en las formas
negociales (manifestación negocial: cualquier comportamiento exterior de un sujeto, apto para
revelar su intención). Es decir que los actos entre las personas, sean orales, escritos, o de
alguna otra forma como en formas actuales de contratación en masa, producen validez jurídica,
y esos actos o gestos son reconocidos como formas negociales válidas.
No existe relación entre la importancia del acto comercial y u solemnidad, ya que por ejemplo
la compraventa goza de una gran liberalidad en cuanto a formas, y pueden ser intercambios de
muchísimo valor. Sin embargo no para todas las instituciones del derecho comercial existe la
liberalidad de formas, ya que hay ejemplos como en el sistema cambiario, en los que se
prefieren ciertos ritos y formalidades, que tendrían como beneficio dotarlo de una mayor
seguridad jurídica.
El empresario contrata pensando en una serie de factores que no están en la mente del
ciudadano que celebra un negocio civil. Lo negocios se concretan prometiendo cosas o bienes
de otro, que aun no han entrado a formar parte del patrimonio del comerciante, tales como
bienes a fabricar o mercaderías en viaje.
En muchas ocasiones el contenido del negocio es amplio porque no se puede precisar; a veces
se reserva el derecho de fijar la cantidad de cierta mercadería, el nombre de la nave sobre la
cual se embarcará. En el contrato de seguro muchas veces no se puede precisar cuál es la
persona o cosa sobre la que recae el seguro.
También es común diferir la fijación del precio del negocio o referirlo al valor del mercado;
muchas veces el comerciante compre no poseyendo aun el dinero necesario, y venda antes de
obtener la tenencia del bien.
En resumen, las instituciones mercantiles existen precisamente para posibilitar este actuar
flexible, ágil, anticipado, inmerso en el acelerado movimiento del mercado en que se actúa.
Esta concepción considera al derecho comercial como una categoría histórica, ya que se
presentó inicialmente de forma económica y social, no sujeta a disciplina jurídica alguna.
Las especies que aparecen hoy en la ley como actos de comercio no responden a un criterio
fundamental y orgánico, sino que se han originado en motivos históricos y consideraciones
prácticas.
El origen del sistema: es el derecho comercial francés el que crea la noción de actos de
comercio, que después se transfiere a todo el sistema de derecho escrito.
La formación del derecho comercial ocurrió al lado del civil, sobre la base de costumbres,
ordenanzas y edictos reales, disposiciones reglamentarias de los parlamentos y algunas normas
del derecho romano. Las reglas propias de los comerciantes para las necesidades de sus
negocios vinieron de Italia del norte: los banqueros lombardos y los mercaderes de Venecia,
Génova o Florencia hacen que en Europa penetre un derecho comercial simple y práctico. Esas
normas fueron recibidas por el resto de los países dándoles un carácter casi universal. En esa
época comienza a desarrollarse en Francia el derecho de las ferias, que permiten una
jurisdicción especial para los comerciantes.
El acto de comercio es una noción que en su origen sirvió durante la edad media y edad
moderna para delimitar la competencia de los tribunales consulares, que conocían en los pleitos
entre comerciantes relativos a su actividad; también los no comerciantes voluntariamente se
sometían a esa jurisdicción, que era más favorable a los negocios. Los actos de comercio
aparecen en la ordenanza de Colbert, creando una lista al solo efecto de aplicarles la
jurisdicción mercantil; estos actos se extraen de otros documentos legales o de la realidad
comercial. En ese punto comienza el cambio en la concepción del derecho comercial, que
pasaba de ser subjetiva a objetiva.
Esta concepción ha encontrado críticas, por intentar reunir en una sola definición a actos de
naturaleza heterogénea, por ejemplo:
Hay actos de interposición en el cambio que no son mercantiles, como el trabajo y la
actividad del agricultor.
Hay otros actos, como el cheque, que no realizan interposición en el cambio, pero que
han sido declarados mercantiles por la ley.
Tampoco la doctrina nacional obtuvo una definición satisfactoria del acto de comercio,
llegándose a establecer que es acto de comercio hecho que la ley considere mercantil.
Por todo esto lo que podríamos concluir en que no es posible comprender unitariamente, en una
definición común, a los actos de comercio.
Ubicación dentro del Ordenamiento jurídico: los actos de comercio son objeto de la ley
mercantil: integran el código de comercio y son, en esencia, una suerte de resumen de la
disciplina. Pero la ley mercantil en sentido amplio abarca otros temas, como el estatuto del
comerciante o las estructuras creadas para el registro o control de una parte de la materia
mercantil.
También son parte de la ley mercantil los principios informantes del derecho comercial, todo
precepto de derecho positivo comercial, y la costumbre comercial. Sin embargo, los actos de
comercio comprenden la casi totalidad de la materia.
Una ley puede ser totalmente comercial (código de comercio), puede contener temas tanto
comerciales como civiles, o incluso contener temas de derecho público (ley de defensa de la
competencia).
La importancia de determinar cuál es la ley comercial, radica en que ella tiene destinatarios
concretos y una modalidad de aplicación específica, que parten de los principios informantes.
Cuando un supuesto de hecho debe resolverse judicialmente y la norma no es claramente
mercantil, el juez repasará la lista de actos de comercio en su primera investigación. O sea que
en primer término analiza la naturaleza del acto de que se trata, y en 2 do término la calidad de la
persona que los realiza.
29) Actos de Comercio: creación de actos de comercio: ¿puede prescindirse del régimen
legal?
El sistema de los actos de comercio, aunque no es de orden público, está constituido por
normas imperativas, y los efectos que de ellas se siguen son indisponibles para los jueces y las
partes. Por ello será ineficaz una cláusula contractual que establezca que la ley aplicable a un
determinado actos de comercio es la civil; también será arbitraria la sentencia que no aplique el
sistema legal dispuesto por la ley. El régimen mercantil tiene una aplicación y sus principios
informantes tienen una dinámica que no puede ser reemplazada. Por todos estos motivos el
régimen mercantil es indisponible; no puede prescindirse del régimen legal.
30) Actos de Comercio: reflexiones sobre ellos, ¿deben enumerarse los actos de comercio?
El sistema español, al igual que algunos otros, hace referencia a los actos de comercio sin
indicarlos con precisión. Este sistema fue objeto de críticas, por ejemplo: a) el sistema sería
dual, ya que por un lado exige la intervención del comerciante y por el otro crea actos de
comercio objetivos; b) en el campo de los contratos no se permite definir el “acto de comercio”
porque se utilizan diversos criterios de calificación como los sujetos intervinientes, calidad del
acto, lugar donde se lo celebra).
Por otro lado en otros sistemas como el argentino, formulan una lista de los actos de comercio,
en las que se agrupan con cierta anarquía:
Como las partes no pueden crear actos de comercio, ni excluir del régimen comercial a un acto
que sí lo sea, podemos entender que la enumeración es imperativa. Si se asimila la
imperatividad de una norma con el orden público (siguiendo a Borda), se llega a la conclusión
de que la enumeración de los actos de comercio es de orden público, ya que se encontrarían por
encima de los deseos de las partes contratantes y hasta de la voluntad del juez.
Por otra parte, si aceptamos que se puede distinguir entre las normas imperativas y el orden
público (siguiendo a Llambías), y tenemos en cuenta que el art. 8 del código de comercio
presenta imperativamente la materia comercial, aunque de modo relativamente amplio (por ser
los actos de comercio enumerados reglas primarias que indican actos jurídicos, estructuras no
jurídicas, sujetos de derecho, sectores de la disciplina), cuyo contenido se declara
imperativamente mercantil aunque esto no se establece directamente, podemos concluir en que
los actos de comercio no son de orden público.
33) El acto de Comercio: analice 4 incisos a su elección del art. 8º del Código de
Comercio.
Inc. 1: Toda adquisición a título oneroso de una cosa mueble o de un derecho sobre ella, para
lucrar con su enajenación, bien sea en el mismo estado que se adquirió o después de darle otra
forma de mayor o menor valor.
Inc. 2: La transmisión a que se refiere el inciso anterior.
El Inc. 2 tiene relación directa con el 1, ya que es su consecuencia directa. Estos 2 incisos
presentan 2 actos jurídicos de tipificación amplia, que por su alto grado de generalización no
pueden encasillarse únicamente en el contrato de compraventa de mercaderías.
c) De una cosa mueble o de un derecho sobre ella (derecho personal o real sobre cualquier
bien).
d) Con ánimo de lucrar con la enajenación (alcanza con la intención especulativa, no importa si
se da la enajenación posterior).
Quedan excluidos del carácter mercantil:
Inc. 4: Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, cheque o cualquier otro género de
papel endosable o al portador.
El fundamento del precepto lo hallamos en los antecedentes de los títulos valores, nacidos
como instrumentos del contrato de cambio.
Toda clase de de papeles comerciales o títulos valores deben considerarse en el inc. 4º,
incluyendo a la letra de cambio con cláusula no a la orden, que aunque pierde efectos
cambiarios, debe considerarse mercantil. También el cheque, que es instrumento de pago y no
de crédito, podría no considerarse intrínsecamente comercial, aunque en consideración a la
costumbre y a la ley, sí debe tener carácter comercial.
34) Aplicación de los actos de Comercio: art. 5º ,2º párrafo del Cód. Comercio, ¿a qué
actos se refiere el párrafo? Narre sobre la prueba en contrario y esgrima las razones del
porqué se da esta solución.
“Todos los que tienen la calidad de comerciantes, según la ley, están sujetos a la jurisdicción,
reglamentos y legislación comercial. Los actos de los comerciantes se presumen siempre actos
de comercio, salvo prueba en contrario.”
¿A qué actos se refiere el párrafo?: la comercialidad del un acto queda definida por su propia
naturaleza; no es suficiente la calidad de comerciante una de sus partes o ambas. Tampoco el
ejercicio de un acto de comercio, como la emisión de cheques, aunque se haga de manera
habitual, no confiere la calidad de comerciante a quien los emite. Tampoco son comerciantes,
en principio, quienes fundan una sociedad comercial, aunque la persona jurídica creada si será.
El párrafo no se refiere a:
Los actos previstos en el art.8, que son declarados mercantiles en forma objetiva.
Actos de naturaleza civil, como la compra de un inmueble, que cualquier comerciante
puede realizar.
El art. citado se refiere a 2 momentos:
1) Una primera presunción genérica, que da la calidad de comercial a un acto realizado por un
comerciante.
Se ubicarán comprendidos por el art.5 segundo párrafo a los actos que, sin ser objetivamente
civiles o comerciales, sean ejecutados por un comerciante.
La prueba en contrario: por cualquier medio de prueba, es posible establecer que la presunción
del art.5 parr.2 del código no se ajusta al sistema mercantil. Se debe probar que por alguna
razón legal o fáctica el acto no es mercantil, pudiendo ser civil o de otro carácter
(administrativo, laboral).
Las pruebas serán presentadas cuando haya controversia sobre la naturaleza del acto. Las
pruebas servirán para determinar el sistema de derecho que le corresponda (civil, laboral,
administrativo, comercial).
Porque se da esta solución legal: el art. pretende cubrir todos los actos que realice el
comerciante y que no fueran naturalmente civiles u objetivamente comerciales. El legislador, al
establecer esta presunción, ha tenido en cuenta el interés general ya que de esa manera fija una
pauta definitoria para ciertas situaciones dudosas, tendiendo con ello dar certeza y estabilidad a
las relaciones jurídicas. Persigue además el propósito de definir la posición jurídica de los
contratantes, en defensa de la seguridad de los negocios.
Sería el caso en que, dado un contrato bilateral, para la parte para la cual el acto es civil, sus
derechos y obligaciones se deberían regir por el derecho civil; y para la contraparte para la cual
el acto es comercial debería aplicarse el código de comercio. Opinan los autores que dada la
ventaja de someter un acto único a una legislación única, y siendo el orden comercial similar al
orden civil, y al ser los intereses mercantiles de mayor interés social, correspondería someter a
ambas partes a la ley comercial.
Esta elección del fuero comercial se puede verificar en todos los ejemplos, tales como la
compraventa para revender que hace un comerciante a alguien que no lo es, o un contrato de
transporte que puede ser civil para una parte pero comercial para el empresario que presta el
servicio.
Ambas excepciones han sido criticadas por la doctrina, la a) por ser más aparente que real (se
refiere al estatuto del comerciante, el cual no podría ser aplicado a quien no lo es), y la b) por
obvia. Sin embargo ambas serían aceptables ya que clarifican la intención legal, y responden al
significado de toda la norma legal.
El caso de la compraventa mercantil: el art. 452 del código de comercio entra en colisión con el
art. 7, ya que considera a la compraventa para consumo de orden civil, debido a la ausencia de
la intención de especular. Este conflicto debe resolverse a favor del art. 452, ya que la
argumentación para dar prioridad al sistema mercantil resulta demasiado forzada, siendo
preferible en honor a la seguridad jurídica.
TERCERA PARTE
36) El comerciante: relación entre el comerciante y la empresa.
El art. 1º dispone: La ley declarará comerciantes a todos los individuos que, teniendo
capacidad legal para contratar, ejercen por cuenta propia actos de comercio haciendo de ello
profesión habitual.
Comerciante en sentido amplio será el empresario individual o colectivo, que se ocupe de
actividad comercial o industrial. Con una diferencia, el comerciante colectivo, es decir las
sociedades, pueden ejercer actividades civiles o comerciales. En cambio el comerciante o
empresario individual adquiere esa categoría únicamente si se dedica habitual y
profesionalmente a una actividad comercial o industrial.
Importa la definición ya que si bien todas las personas pueden realizar actos de comercio, si
son comerciantes la sujeción a la ley mercantil es más amplia. Son sujetos de derecho
comercial: a) los comerciantes o industriales; b) los auxiliares del comercio y c) Las sociedades
comerciales.
Relación entre el comerciante y la empresa: una persona individual que pretenda iniciarse en
actividades comerciales o industriales debe formar (si lo hace por sí) una organización, mayor o
menor, que le permita insertarse en el mercado de bienes y servicios. ¿Puede existir un
comerciante-empresario sin empresa? No, ya que sin un mínimo de organización, no se logran
la habitualidad, continuidad ni la profesionalidad requerida.
La organización requerida para la práctica comercial del comerciante individual se advierte de
los hechos, ya que no tiene estructura jurídica, es decir que el derecho no provee de reglas que
deba observar. En cambio en el caso que varias personas decidan producir o intermediar en el
mercado, la ley les provee de una amplia variedad de estructuras llamadas sociedades.
CUARTA PARTE
40) Estatuto del Comerciante: capacidad. Menores.
Capacidad es la aptitud de las personas a adquirir derechos y contraer obligaciones.
Art. 9, párr.1: Es hábil para ejercer el comercio, toda persona que según la ley común, tiene
la libre administración de sus bienes.
Art. 9, párr.2: Los que según estas mismas leyes no se obligan por sus pactos o contratos, son
incapaces para celebrar actos de comercio salvo las modificaciones contenidas en los
siguientes artículos.
El 1er párrafo alude a la capacidad para ejercer el comercio, a partir de la adquisición de la
calidad de comerciante. Esta capacidad está regulada por el Código de Comercio; mientras que
el 2do párrafo alude a la capacidad para realizar actos de comercio aislados, la cual se rige tanto
por el derecho civil como comercial.
La regla general es que a partir del sistema civil, quien tenga capacidad para administrar sus
bienes, también podrá ejercer el comercio.
Menores: la mayoría de edad, con todos los atributos de la personalidad, se produce a los 18
años.
Emancipación por matrimonio: prevista en el art. 131 del CC Es irreversible, salvo nulidad del
matrimonio para el contrayente de mala fe.
Los motivos de las prohibiciones del ejercicio del comercio son: a) en protección de
determinadas funciones o profesiones; b) en tutela del crédito, y c) en interés del comercio o
interés público.
b) Clérigos: son quienes han sido consagrados para la celebración de los divinos ministerios.
c) Los magistrados civiles y judiciales: los primeros son los funcionarios públicos de la
administración pública nacional, provincial o municipal de jerarquía superior. No pueden
ejercer el comercio en el territorio donde ejercen su autoridad. Para los jueces se aplica igual
precepto. Si pueden ambas categorías de funcionarios ser accionistas de una empresa mercantil,
siempre que sea una sociedad por acciones. . No pueden ejercer en esas empresas ninguna
función de administración ni control.
d) Interdictos: son los que están bajo algún régimen especial de incapacidad y a los
inhabilitados.
e) Fallidos: son los quebrados cuya conducta se ha calificado y que no han sido rehabilitados
luego de la declaración de la quiebra.
Los cónyuges de los inhabilitados no incurren en la misma prohibición, ya que el ejercicio del
comercio es personal.
Validez de los actos celebrados por los incapaces de hecho y de derecho: La incapacidad de
hecho es la carencia de aptitud para ejercer por sí mismo los derechos que se tienen.
Los actos celebrados con incapacidad de hecho son nulos de nulidad relativa. Los celebrados
por incapaces de derecho son nulos de nulidad absoluta.
42) Enumere los requisitos para adquirir la calidad de comerciante y explique cada uno
de ellos.
La calidad de comerciante proviene de una situación fáctica: el ejercicio regular y profesional
de los actos de comercio.
Art. 1: La ley declara comerciantes a todos los individuos que, teniendo capacidad legal para
contratar, ejercen de cuenta propia actos de comercio, haciendo de ello profesión habitual.
Art. 6: Los que verifican accidentalmente algún acto de comercio no son considerados
comerciantes. Sin embargo, quedan sujetos, en cuanto a las controversias que ocurran sobre
dichas operaciones, a las leyes y jurisdicción del comercio.
El orden legal se maneja con contrafiguras: quien habitualmente realiza actos de comercio,
haciendo de ello profesión, es comerciante. Pero el que realiza un acto de comercio a modo
accidental, no adquiere tal calidad. Solo se aplica el derecho comercial a la operación cumplida,
pero no a él mismo.
Análisis de la norma legal que determina la calidad de comerciante: son varios los aspectos a
destacar:
a) Individuos: la ley se refiere a personas de existencia visible. Quedaría excluidas las
sociedades comerciales.
b) Capacidad legal para contratar: hubiera sido preferible hablar de capacidad para ejercer el
comercio y no para contratar, ya que no son expresiones análogas, ya que hay ciertas
discordancias como corresponde a 2 sistemas de emancipación.
c) Ejercicio por cuenta propia: para interpretar este inciso hay que distinguir la
representatividad del interés en el negocio jurídico. Esta frase contiene un error técnico, ya que
dejan afuera a los comisionistas, que obran en nombre propio pero por cuenta ajena.
d) Actos de comercio: la profesión debe consistir en realizar actos de comercio. Pero no todos
ellos otorgan la calidad de comerciante, pues muchos no son actos jurídicos ni contratos que
puedan celebrarse.
Profesión habitual: se discute si esta disposición no es redundante por sus términos. Pero son
las palabras unidas las que indican una idea aclaratoria cuya intención es marcar bien la
voluntad que se ha querido transformar en ley. La habitualidad se refiere a la repetición del
acto, en tanto que la profesión alude al medio de vida propio de la persona que los hace.
43) El nombre comercial. La designación: concepto, nombre societario, civil y comercial,
cese y firma social.
El nombre de las personas físicas se encuentra regulado por el derecho civil; constituye un
atributo de la personalidad, es inmutable y está fuera del comercio: no se puede ceder. En
cambio, el nombre con el que un comerciante actúa, si bien puede coincidir con su propio
nombre civil, o solamente su apellido, no es un atributo sino un elemento constitutivo del
establecimiento industrial o comercial. Es un bien inmaterial sobre el cual el comerciante ejerce
el derecho de propiedad; y es parte del patrimonio del comerciante, por lo tanto es cesible.
Nombre societario: La ley de sociedades establece: a) Para las sociedades de interés y las en
comandita por acciones, un sistema alternativo de elección entre denominación (nombre de
fantasía) y razón social; b) Para las sociedades anónimas y las de responsabilidad limitada,
exclusivamente pueden tener denominación, lo que no excluye la posibilidad de usar nombres y
apellidos de algunas personas físicas; y c) Las sociedades de hecho se rigen por las normas del
nombre comercial para las personas de existencia visible.
Para todos los demás tipos de sociedades, el nombre no es un bien inmaterial transferible, sino
un atributo de la persona jurídica; y acompaña a la sociedad desde su nacimiento, donde su
inscripción en el registro asegura la exclusividad del nombre, hasta su disolución. Si bien puede
ser cambiado, no se lo puede transferir, a menos que se lo haya registrado como una marca, en
cuyo caso será la marca lo que se transfiera.
Cese: la cesación del uso hace perder el derecho al nombre: si es un nombre de fantasía, se
pierde con la falta de mención del comerciante en sus operaciones; si forma parte de un fondo
de comercio, al transferirlo se pierde el derecho sobre ese bien. El tiempo del uso para
adquirirlo y perderlo es una cuestión de hecho, que los jueces evaluarán en cada caso.
Firma social: es el conjunto de la firma subjetiva, que la firma hológrafa, de puño y letra y la
firma objetiva, que es la mención del nombre comercial del establecimiento, añadida por debajo
de la hológrafa. Esta firma social tiene relevancia cuando el comerciante firma documentos
cambiarios o contratos. La firma subjetiva obliga personalmente a quien la ejecuta; la firma
social traslada la imputación de la obligación a la organización comercial, sea ésta una empresa
unipersonal o una sociedad.
44) Enumere y explique las obligaciones comunes de los que profesan el comercio.
La ley obliga al comerciante a cumplir determinados recaudos correspondientes a su calidad de
tal.
Art. 33: Los que profesan el comercio contraen por el mismo hecho la obligación de someterse
a todos los actos y formas establecidos en la ley mercantil.
Entre esos actos se cuentan:
1) La inscripción en un Registro público, tanto de la matricula como de los documentos que
según la ley exigen ese requisito;
2) La obligación de seguir un orden uniforme de contabilidad y de tener los libros necesarios a
tal fin;
3) La conservación de la correspondencia que tenga relación con el giro del comerciante, así
como la de todos los libros de la contabilidad;
4) La obligación de rendir cuentas en los términos de la ley.
La matrícula: la ley establece que todo comerciante debe matricularse, es decir, inscribirse
como tal en el registro público de comercio, instituto también legislado por el código. Allí se
recibe la inscripción del comerciante, de sus documentos y contratos, y se rubrican los libros
para llevar la contabilidad.
Libros de Contabilidad: existe la obligación de llevar un orden uniforme de contabilidad,
además de la obligación de confeccionar un balance anual o, para el caso del pequeño
comerciante, trienal.
La correspondencia: es de vital importancia, pues sirve de respaldo y prueba de las constancias
contables. Esta obligación continúa vigente.
La rendición de cuentas: se trata de la exposición precisa y detallada de la gestión cumplida, a
fin de que el interesado pueda discutirla o aprobarla, y llegado el caso promover las acciones
resarcitorias pertinentes..
Como no toda negociación es objeto de una cuenta, es obligatoria solo cuando se actúa por
cuenta ajena o en nombre ajeno o se tiene la obligación de restituir.
Se detallarán en forma completa los ingresos y egresos con los comprobantes contables que los
justifiquen; en las diversas relaciones jurídicas enunciadas, cada rendición de cuentas tendrá sus
particularidades.
Comercio se constituya un registro público, el que debe estar a cargo del Secretario del
Juzgado. Deberá controlar que las anotaciones que se hagan en los libros del Registro
contengan los datos rigurosamente coincidentes con los expresados en los documentos
originales que se inscriben; y si se trata de agregación de copias, que éstas sean fieles de sus
respectivos originales (exactitud), igualmente deberá controlar que las anotaciones se hagan de
acuerdo con las prescripciones legales vigentes (legalidad), pero no tiene ningún poder
disciplinario sobre los comerciantes, a los fines de exigirles el cumplimiento de las
prescripciones legales.
Se detallarán en forma completa los ingresos y egresos con los comprobantes contables que los
justifiquen; en las diversas relaciones jurídicas enunciadas, cada rendición de cuentas tendrá sus
particularidades.
No cabe duda que de que los conflictos comerciales exigen que quienes los diriman conozcan la
materia y sus principios informantes. Los negocios y la forma en que ellos deben interpretarse,
no coinciden con la visión de un juez civil.
En materia comercial en nuestro país se siguieron 2 caminos para dirimir los conflictos
comerciales: por un lado se crearon tribunales especializados en ciertos temas mercantiles, y
por el otro se introdujo una forma jurisdiccional no institucionalizada: el arbitraje.
Al arbitraje se llega por vía convencional, pero puede haber alguno impuesto por la ley. Las
partes nombran y delimitan la competencia de los árbitros, quienes deben comportarse como
verdaderos jueces, aunque con más libertad formal. Su resolución final se llama laudo. Todo
derecho patrimonial puede ser objeto de transacción, aunque no es posible someter a arbitraje
cuestiones de orden público.
Dice el código de comercio en su art. 87: Son considerados agentes auxiliares del comercio, y,
como tales, sujetos a las leyes comerciales con respecto a las operaciones que ejercen en esa
calidad:
1. Los corredores;
2. Los rematadores o martilleros;
3. Los barraqueros y administradores de casas de depósito;
4. Los factores o encargados, y los dependientes de comercio;
5. Los acarreadores, porteadores o empresarios de transporte.
La lista incluye a quienes trabajan en relación de dependencia como los factores y dependiente,
auxiliares de comercio autónomos como los corredores y martilleros, y a verdaderos
empresarios dedicados a un rubro mercantil que dirigen, como los transportistas y barraqueros.
No es una lista completa ni actual, ya que excluye a diversos empresarios con y sin estatuto
específico, como los agentes de bolsa, despachantes de aduana y los banqueros.
d) Debe ser socio de la bolsa de comercio a la cual está adherido el mercado de valores.
Sin esta inscripción será imposible operar legalmente en un mercado de valores o usar la
denominación de agente de bolsa. No es necesario estar registrados como comerciantes.
b) Las personas en relación de dependencia con las empresas que coticen sus acciones.
d) Las personas que desempeñen tareas que los mercados de valores consideren incompatibles
con la función del agente de Bolsa.
Sanciones: Los mercados de valores, que son SA con las características y objeto que les otorga
la ley, tienen facultades disciplinarias sobre los agentes de bolsa., pudiendo actuar de oficio, a
pedido de parte o de la Comisión Nacional de Valores.
Ésta no tiene facultades para fiscalizar directamente la actividad de los agentes de bolsa, pero
en cambio fiscaliza las normas legales.
El corretaje es en sí mismo mercantil aunque acerque a las partes para realizar contratos civiles
(por ej. constitución de hipoteca, compraventa de inmuebles).
Requisitos: son de orden público y excluyentes; están enumerados en los arts. 88, 89 y 90;
– Ser mayor de edad. (También puede ser menor autorizado legalmente).
Además deben probar el ejercicio del comercio por sí (de cualquier clase de actos de comercio)
o haber sido socio, gerente o tenedor de libros de algún corredor o comerciante al por mayor,
con buen desempeño y honradez.
Inscripción: el corredor que posea los requisitos enunciados deberá inscribirse en la matrícula,
bajo pena de perder el derecho al cobro de la comisión.
La jurisprudencia no ha aplicado el precepto con rigor, ya que podrían darse casos de abuso del
derecho, o enriquecimiento sin causa.
La petición de inscripción debe hacerse presentando todos los requisitos, y para lo que no surja
claramente deberá ser acompañada de la respectiva prueba. Aprobada la presentación, el
postulante prestará juramento ante el juez encargado del Registro Público de Comercio de
observar fielmente los deberes que le impone la ley.
Requisitos
a) Ser mayor de edad. (También puede ser menor autorizado legalmente).
c) Los condenados con pena accesoria para ejercer cargos públicos, o por delitos cometidos
con ánimo de lucro o contra la fe pública, hasta 10 años después de haber cumplido su condena.
53) Auxiliares del comercio: análisis y breve narración sobre los despachantes de aduana.
Son profesionales que realizan trámites y diligencias para tramitar y despachar mercaderías y
efectos, en operaciones de importación, exportación y otras aduaneras. Deben ser personas de
existencia visible, no se admiten sociedades, debido a la exigencia implícita de una actuación y
responsabilidad personal.
Son agentes exclusivos ante la aduana, no pudiendo actuar, salvo en caso excepcional, en más
de una. Deben inscribirse en un registro propio. Son requisitos para ello:
a) Ser mayores de edad, tener capacidad para ejercer el comercio, y estar inscriptos como
comerciante.
SEXTA PARTE
54) La empresa: la doctrina tradicional argentina y doctrina de principios de siglo.
Doctrina tradicional argentina: los principales autores que trataron de definirla:
Siburu: la define a partir de la ciencia económica, con sus 3 factores de producción: naturaleza,
capital y trabajo, que organizados forman el concepto. También alude al concepto de
organización y de la necesidad de un pensamiento director, encarnado por el empresario.
Zabala Rodríguez: la empresa no representa un aspecto parcial o aislado del derecho comercial,
sino que atañe a su esencia y a la profesión del comerciante. El comercio es un fenómeno de
organización, no es solo intercambio, es la organización para realizar ese intercambio.
Francia: existe una noción jurídica del fondo de comercio, utilizada en general para la pequeña
empresa. El concepto de empresa no está claramente establecido, y algunos autores la asimilan
al fondo de comercio, el que no tiene personalidad, y que sus pasivos o activos se confunden
con las personas o sociedades que la tiene en propiedad.
No son aceptables las posiciones que consideran a la empresa como una universalidad de
derecho o de hecho, porque excluyen al derecho o al factor humano.
Tampoco es válida la postura que estima que la empresa es una categoría nueva: ésta sería el
derecho que se ejerce sobre una pluralidad de elementos organizados para la producción de
bienes o servicios. No es válida porque el orden jurídico no ha unificado la noción de empresa,
ni le ha dado cabida aún como concepción de derecho nuevo y particular.
El empresario privado, si bien tiene como aliciente el ánimo de lucro que es un fin personal,
cumple con un interés público, pero para ello debe someterse a la iniciativa privada a límites y
obligaciones; y debe apoyarse la gestión pública cuando y donde la iniciativa privada no sea
instrumento eficaz del bienestar común.
1. i. Derecho Privado
A. Fundaciones
B. Asociaciones
C. Consorcios de propiedad horizontal
D. ii. Derecho Público
i. Iglesia Católica
ii. municipios
b) Con fin lucrativo
1. i. Indirecto
A. Empresa estatal
B. Cooperativas, Mutuales
C. ii. Mixto
i. S.A. con participación estatal mayoritaria
ii. Sociedad de economía mixta
iii. iii. Personal
a. Comerciales por su forma: estructuradas según la Ley de Sociedades
Comerciales.
b. Comerciales por sus actos: algunos actos de comercio y las
sociedades de hecho.
c. Civiles: reguladas por el art. 1648 de Código Civil
El empresario individual o colectivo no puede actuar solo; cuanto mayor es su empresa, tanto
más necesita de sus colaboradores.
En todos los regímenes políticos, que van del capitalismo al socialismo, se asigna al trabajo una
gran importancia. Algunas soluciones proponen que los trabajadores codirijan o se beneficien
con parte de las ganancias o sean copropietarios del patrimonio de la empresa. Nuestra CN
consagra en su art. 14 bis cierta participación empresaria, además de consagrar una serie de
derechos al trabajador: condiciones de trabajo dignas y equitativas, jornada limitada, descanso
y vacaciones pagas, participación en las ganancias con control de la producción y colaboración
en la dirección, protección contra el despido arbitrario, organización sindical libre, seguridad
social, etc.
Según el tamaño de la empresa, existen entre los trabajadores dependientes varios niveles de
responsabilidad, que podemos subdividir en el factor o gerente, y los otros empleados o
auxiliares, que se desglosan en empleados, dependientes, profesionales, técnicos, agentes
externos, mandatarios, comisionistas, etc.
Nivel gerencial o factor: en las empresas pequeñas su función está cubierta por el propio
empresario, sin embargo en las empresas actuales a partir de adquirir cierto volumen, les
resulta imprescindible contar con un factor: es quien tiene poder general de
administración y secunda al empresario, siempre con una relación de dependencia.
En las SA el factor se llama gerente o gerente general; en las SRL no hay gerentes, la función la
cumple el órgano de administración de la sociedad.
En las empresas grandes o complejas pueden existir varios niveles gerenciales, pero siempre
todos dependen de un gerente general o equivalente.
Tienen gran jerarquía y poderes, que crecen a medida que crece la organización empresarial. La
doctrina le asigna a su función la naturaleza jurídica de un mandato general de administración
con representación del principal.
Otros empleados y auxiliares: hay auxiliares del comercio que cumplen tareas para el
factor o empresario pero sin relación de dependencia: corredores, martilleros,
comisionistas; no son factores pero ejercen a veces con un mandato especial, actuando
por cuenta del mandante; en otros casos trabajan en nombre propio. Son en general
comerciantes, calidad de la que carece el factor.
Hay otras categorías de subordinados del empresario que tampoco son factores: técnicos o
especialistas, asesores, empleados de diverso nivel, obreros. Cumplen órdenes e instrucciones,
tienen la obligación de estar a las órdenes del principal dentro de un horario, reciben un sueldo
o remuneración; algunos tienen cierta capacidad legal para contratar, pero es un poder especial,
para determinados actos; no es un poder general de administración como el que tiene el factor.
La ley de contrato de trabajo se aplica tanto a factores como a los demás empleados en relación
de dependencia; prevé una serie de derechos (remuneración, seguridad, ocupación, igualdad en
el trato, ascensos, vacaciones, licencia, régimen de despido, derecho de huelga, etc.) y deberes
de los trabajadores (fidelidad, responsabilidad por daños, justificación de ausencias, etc.)
Si la empresa es individual, el capital de ella será una parte del capital total del empresario,
parte que está afectada a un objeto y fin determinado; sin embargo, el patrimonio del
empresario responderá en su totalidad por las deudas de la empresa, salvo sus bienes declarados
inembargables.
Tanto en las sociedades como en las empresas individuales, el capital será una cifra ideal
inalterada (salvo aumento o disminución por causas legales), que revelará que es lo que el
empresario promete como aporte a la empresa. Puesta en marcha la empresa se invertirá el
capital y las cifras no coincidirán: una cosa es el patrimonio como conjunto de créditos y
deudas a valores reales, y otra la cifra del capital, que es por naturaleza intangible.
Locación espacial: El empresario necesita casi siempre, para su giro, por lo menos 1 bien
inmueble. Sólo en el caso de pequeños mercaderes ambulantes u otros casos de excepción, el
ámbito físico de desenvolvimiento de una empresa económica no es un inmueble. Tiene
muchas denominaciones: negocio, local, casa, empresa, escritorio, oficina, agencia, sede,
comercio, establecimiento, fondo de comercio, etc.
– Local habilitado: es el local con autorización suficiente para funcionar, habilitación dada por
municipalidad o equivalente. Forma parte del patrimonio del comerciante, y la habilitación es
un bien inmaterial.
– Para el caso de locales ubicados en zonas especiales, que luego son impedidas para la
creación de nuevos comercios, esta habilitación tiene también un valor económico.
Avviamento y llave: la doctrina les asigna muchos significados a estas voces típicamente
comerciales. Avviamento es un término italiano que no ha llegado a ser unívoco ni en el país de
origen ni en la doctrina europea. Aquí algunos autores le dan el significado de “valor llave”,
que es otra noción de difícil comprensión, ya que constituye un concepto abstracto que depende
del establecimiento que lo origina. Un negocio será próspero y ofrecerá mayores utilidades a
partir de trabajo del empresario y sus colaboradores: depende de la forma en que el comerciante
maneje sus costos, su clientela, sus empleados, sus proveedores. También influyen otros
factores como el lugar del establecimiento y su entorno social. La ley de transferencia no
incluye al “valor llave” como parte del fondo de comercio, pero se le reconoce una realidad
jurídica y sobre todo, económica.
No debe confundirse con la organización, la dinámica o la clientela al valor llave o de
resultado. Este será la expresión en términos económicos de lo que el comercio o industria han
evidenciado hasta el momento en que se calcula: la aptitud del comercio para producir
ganancias. Por consiguiente es un valor mensurable que forma parte del precio de venta.
El titular del fondo de comercio deberá entregar al comprador una nota con el detalle de todos
sus acreedores, con sus domicilios, mostos del crédito y plazo de vencimiento.
La intención de transferir deberá publicarse por edictos en el boletín oficial. Los acreedores
pueden oponerse hasta 10 días después de la última publicación.
Proyectos de reforma: los más importantes fueron 2: el de 1958 del Dr. Michelson, y el de 1969
de Le Pera.
Proyecto de 1958: fue encargado por el Poder Ejecutivo al Dr. Michelson; fue un proyecto
estudiado públicamente, y su propio autor se encargó de responder las críticas. Constaba de 37
artículos, y algunos autores lo calificaron de contener una concepción totalmente original.
Alguna crítica se le hizo a su extensión, otros cuestionaron la intervención obligatoria de los
bancos o en su defecto, de escribanos públicos. Las deudas no eran totalmente oponibles, y se
preveía un régimen de transferencia de deudas.
Proyecto de 1969: fue solicitado a consecuencia de las ideas del jurista Le Pera expuestas en un
congreso de derecho comercial. Fue un anteproyecto que tendía a facilitar la transferencia del
fondo de comercio coincidente con la naturaleza de la universalidad que se transmite; proponía
transferir las deudas y la titularidad de los contratos y créditos del fondo; pero mantenía el
sistema de publicidad.
Tenía otros aciertos como proponer las pertinentes reformas penales. Era también destacable la
brevedad, precisión y sencillez del sistema que adoptaba. Casi no tuvo críticas.
El documento de transmisión sólo podrá firmarse después de transcurridos diez días desde la
última publicación.
Hasta ese momento los acreedores afectados por la transferencia podrán notificar su oposición
al comprador en el domicilio denunciado en la publicación, o al rematador o escribano que
intervengan en el acto, reclamando la retención del importe de sus respectivos créditos y el
depósito en cuenta especial en el Banco, correspondiente a las sumas necesarias para el pago.
Este derecho puede ser ejercido por todos los acreedores, tanto los reconocidos por el vendedor
en la nota referenciada precedentemente, cuanto los omitidos en ella que presentaren los títulos
de sus créditos o acreditasen la existencia de ellos por asientos llevados de conformidad a las
reglas del Código de Comercio.
Durante el lapso señalado de 10 días estarán sujetas a que se solicite la pertinente medida
cautelar. Transcurrido el plazo sin que se haya solicitado embargo, las sumas depositadas
podrán ser retiradas por el depositante.
Los artículos 5 y 6 preven retenciones, depósitos, embargos judiciales y cauciones para
asegurar los derechos de los terceros acreedores.
Según el artículo 7º, vencido el plazo señalado sin que se hayan deducido oposiciones o bien, si
se han cumplido las disposiciones del artículo 5º, respecto a las deducidas, (depositados los
importes) el documento de venta puede ser otorgado válidamente debiendo extenderse por
escrito e inscribirse dentro de los diez días, en el Registro Público de Comercio (o en otro
especial creado al efecto) para que tenga validez respecto a terceros.
64) Los bienes inmateriales: patentes de invención, regulación legal. Marcas de industria,
comercio y agricultura, designaciones.
Patentes de invención: Ver infra 72
La marca es un nombre o signo distintivo de un producto o servicio; la designación lo es de una
actividad. Aplicados en el comercio o la industria, estos signos distintivos adquieren un valor
relevante: su función es hacer conocer un producto, servicio, una actividad, para diferenciarlos
de la competencia.
Es importante la identificación precisa del producto, servicio o actividad, pues sobre ellos se
establecerá un privilegio legal, oponible a toda la comunidad, en beneficio de quien registre el
nombre o signo distintivo.
Condiciones generales del contrato: son cláusulas o contratos completos, que los empresarios
redactan para imponer sus condiciones al mercado en el tráfico en masa que realizan; desde el
punto de vista de los clientes del empresario, éstos solo pueden adherir o rechazar.
Contratos autorregulatorios: son aquellos en que las partes fijan reglas de derecho en detalle,
como ser su interpretación, eligiendo también la jurisdicción aplicable.
Contratos coactivos o forzosos: se dan cuando existe la obligación de celebrar un contrato con
determinada persona en términos inflexibles, de los cuales no sea posible separarse. Un ejemplo
serían las regulaciones estatales sobre control de precios.
Esta clasificación tiene una gran generalidad. Denominar estos contratos como “de empresa”
nada quita ni agrega a su tipificación y modalidades.
SÉPTIMA PARTE
68) Contrato de Seguro. Concepto. Riesgos asegurados.
Concepto: Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto.
Caracteres: es bilateral, consensual, oneroso, de duración, aleatorio, comercial.
El objeto del contrato de seguro es la cobertura contra un riesgo que amenaza un interés
económico.
Riesgo asegurado: constituye el punto central del seguro, el evento alrededor del cual giran
todos los demás aspectos de la relación asegurativa. Es precisamente para ampararse de los
riesgos que los amenazan, que las personas recurren al seguro a fin de neutralizar
económicamente los perjuicios, también económicos, provocados por el siniestro. La
incertidumbre es la cualidad esencial del riesgo, por ello si no hay tal incertidumbre (ya fuera
porque el riesgo ya se produjo o por haber desaparecido la posibilidad de su acaecimiento) el
contrato sería nulo. La incertidumbre en el acaecimiento del siniestro presume la posibilidad de
que ocurra y éste, debe ser de tal naturaleza, que sea posible que acontezca, pero que al mismo
tiempo resulte incierto si sucederá o no.
Se suma a las ambigüedades otro problema propio de los contratos de seguros donde, para
reducir espacio se reduce tanto la letra de las pólizas que se hace prácticamente ilegible.
Por ello la ley exige que los contratos sean emitidos en formularios adecuadamente redactados
e impresos (es decir, con letra legible), aún cuando tal requisito no es cumplido normalmente,
conforme consta en la realidad.
Las pólizas deben contener: a) Los nombres y apellidos de las partes, b) El interés o la persona
asegurada, c) Los riesgos asumidos, d) La indicación del momento en que los riesgos son
efectivamente cubiertos, e) El plazo de vigencia del contrato, la prima o cotización la suma o
sumas aseguradas y f) Las condiciones generales del contrato.
Suspensión del término: Cuando la demora obedezca a omisión del asegurado, el término se
suspende hasta que éste cumpla las cargas impuestas por la ley o el contrato.
Prescripción: Las acciones fundadas en el contrato de seguro prescriben en el plazo de un año,
computado desde que la correspondiente obligación es exigible. Cuando la prima debe pagarse
en cuotas, la prescripción para su cobro se computa a partir del vencimiento de la última cuota.
En el caso del último párrafo del artículo 30, se computa desde que el asegurador intima el
pago.
Caducidad:las partes pueden convenir la caducidad de los derechos del asegurado, siempre y
cuando la ley no haya prescripto otra cosa, si el incumplimiento obedece a su culpa o
negligencia, de acuerdo al siguiente régimen:
– Si la carga u obligación debe cumplirse antes del siniestro, el asegurador deberá alegar la
caducidad dentro del mes de conocido el incumplimiento. Cuando el siniestro ocurre antes de
que el asegurador alegue la caducidad, sólo se deberá la prestación si el incumplimiento no
influyó en el acaecimiento del siniestro o en la extensión de la obligación del asegurador;
– Si la carga u obligación debe ejecutarse después del siniestro, el asegurador se libera por
el incumplimiento si el mismo influyó en la extensión de la obligación asumida.
OCTAVA PARTE
74) Patentes de invención: regulación legal, concepto, certificados de adición, las patentes
complejas.
Nuevo descubrimiento o invento es el nuevo producto industrial, los nuevos medios y la nueva
aplicación de medios conocidos para la obtención de un resultado o producto industrial. El
progreso social exige el progreso de la técnica industrial. Por ello quien por su esfuerzo e
inteligencia realiza un invento, tiene derecho a su propiedad y con ella a explotarlo o a ceder su
explotación a otros, así como a disfrutar en exclusiva los beneficios económicos que de él
pueda obtener.
Concepto: la patente de invención es un derecho exclusivo que el Estado otorga al inventor, a
cambio de que éste brinde a la sociedad el fruto de su investigación. La solicitud de patente se
publica a los 18 meses, dejando de ser secreta para pasar al estado de público conocimiento.
Las enseñanzas técnicas derivadas de esa solicitud, pueden servir de base para que terceros
desarrollen perfeccionamientos sucesivos, contribuyendo a un mayor avance en el estado de la
técnica. El derecho exclusivo tiene una duración de 20 años, durante los cuales el titular puede
justamente, impedir que terceros exploten su invención.
Pasado ese lapso, la patente pasa a ser de dominio público, ello significa que cualquier persona
puede hacer uso de la misma sin tener que abonar regalías al titular de la patente.
Nulidad: Las patentes de invención y certificados de modelos de utilidad serán nulos total o
parcialmente cuando se hayan otorgado en contravención a las disposiciones de la ley que las
regula. Si las causas de nulidad afectaran sólo a una parte de la patente o del modelo de
utilidad, se declarará la nulidad parcial mediante la anulación de la o las reivindicaciones
afectadas por aquéllas. No podrá declararse la nulidad parcial de una reivindicación.
Cuando la nulidad sea parcial, la patente o el certificado de modelo de utilidad seguirá en vigor
con referencia a las reivindicaciones que no hubieran sido anuladas, siempre que pueda
constituir el objeto de un modelo de utilidad o de una patente independiente.
La declaración de nulidad de una patente no determina por sí sola la anulación de las adiciones
a ellas, siempre que se solicite la conversión de éstas en patentes independientes dentro de los
90 días siguientes a la notificación de la declaración de nulidad.
Caducidad: Las patentes y certificado de modelo de utilidad caducarán en los siguientes casos:
a) Al vencimiento de su vigencia; b) Por renuncia del titular. En caso que la titularidad de la
patente pertenezca a más de una persona, la renuncia se deberá hacer en conjunto. La renuncia
no podrá afectar derechos de terceros; c) Por no cubrir el pago de tasas anuales de
mantenimiento al que estén sujetos, salvo que el pago no se haya efectuado por causa de fuerza
mayor;
d) Cuando concedido el uso a un tercero no se explotara la invención en un plazo de 2 años por
causas imputables al titular de la patente.
No será necesaria declaración judicial para que la nulidad o caducidad surtan efectos de
someter al dominio público al invento; tanto la nulidad como la caducidad operan de pleno
derecho. La acción de nulidad o caducidad podrá ser deducida por quien tenga interés legítimo.
Las acciones de nulidad y caducidad pueden ser opuestas por vía de defensa o de excepción.
Declarada en juicio la nulidad o caducidad de una patente o de un certificado de utilidad, y
pasada la sentencia en autoridad de cosa juzgada se cursará la correspondiente notificación al
INPI.
Además regula las incumbencias profesionales, los derechos y obligaciones, las condiciones de
inscripción y exámenes de los Agentes de la Propiedad industrial.
c) Contestar las vistas corridas por el INPI en expedientes de ciertas solicitudes de marcas, y
formular los recursos administrativos. Estas tareas también las puede realizar un abogado.
b) Los condenados por el delito de violación de secretos del art. 156 del Código Penal mientras
dure el término de la pena.
c) Los condenados por cualquier delito doloso de acción pública en contra de la
Administración Pública, mientras dure el término de la pena.