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El poder de la etnografía
Dirección
Silvia Gómez Tagle
Consejo de Redacción
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Consejo Editorial
Jorge Alonso, Lourdes Arizpe, Steffan Igor Ayora Díaz, Carmen Bueno,
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Asociación Nueva Antropología, A. C., publica Nueva Antropología
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Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de los autores
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Av. Tláhuac 3428, Col. Los Reyes Culhuacán, C.P. 09800, México, D.F.
vol. XXVIiI, núm. 83 México, julio-diciembre de 2015

Sumario
Editorial 5

Etnografía activista: mi experiencia en la onu


Rodolfo Stavenhagen 13

Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía


—enfocada y política— en escenarios de gobernanza
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera 25

Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelis-


mo político” y la “compra de votos”
Turid Hagene 47

La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica:


una herramienta metodológica para el estudio antropológico del Estado
Emanuel Rodríguez Domínguez 73

Campos de dominación y ámbitos de condensación: el estudio


multidimensional de las relaciones políticas en la ciudad de México
Héctor Tejera Gaona 99
La vida social de los documentos de las políticas públicas
Alejandro Agudo Sanchíz 123

Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable


Nitzan Shoshan 147

Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva


en un mundo desigual
Gabriela Vargas Cetina 163

Reseñas bibliográficas 187

Política editorial 201

novedades editoriales 205


Editorial

H
ace cuatro décadas la revista Nueva Antropología irrumpió en
la escena editorial de publicaciones científicas, como un espacio
abierto a las nuevas temáticas de estudio que emergieron a
partir de la crisis teórico-política experimentada por la antropología
mexicana en la década de los setenta. Desde entonces Nueva
Antropología se ha mantenido como una tribuna de debate e
intercambio de ideas en torno a investigaciones sociales comprometidas
con la aplicación de innovadores enfoques teóricos y metodológicos.
Siguiendo esta tradición, en el marco del festejo de su 40 aniversario se
preparó el presente número temático con el propósito de discutir el
poder de la etnografía en el estudio de los procesos sociopolíticos
contemporáneos. Por esta razón, los trabajos que a continuación se
exponen contienen reflexiones que buscan abrir nuevas aristas de
investigación socio-antropológica, las cuales desbordan la visión
clásica del trabajo de campo para incursionar en la posibilidad de
realizar una etnografía experimental, reflexiva y en diálogo
interdisciplinario.
6 Editorial

El presente número inicia con una colaboración especial de uno de


los antropólogos más destacados de nuestro país: Rodolfo Stavenhagen,
quien en su artículo “Etnografía activista: mi experiencia en la onu”,
realiza un ejercicio reflexivo de su extensa labor como defensor de los
derechos de los pueblos indígenas. Mediante un breve recuento de
sus experiencias de trabajo de campo, bajo el mando de los principales
exponentes del indigenismo en México, Stavenhagen narra cómo estas
prácticas etnográficas le permitieron observar de primera mano las
ambigüedades y contradicciones generadas por las políticas estatales
de integración nacional aplicadas a los pueblos indígenas. Refutar las
contradicciones con respecto a lo que en ese entonces era denominado
“antropología aplicada” llevarán a este autor a comprometerse con la
llamada “antropología de acción”, la cual cuestionaba la “objetividad”,
“sana distancia” y “neutralidad” del investigador durante el proceso
etnográfico. El texto muestra cómo, con el paso del tiempo, ya como
relator especial para los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas
de la Organización de las Naciones Unidas, Stavenhagen se vio
obligado a reflexionar sobre lo difícil que es realizar una etnografía
situacional en los entornos solemnes de la onu y durante las “misiones”
de trabajo por el reconocimiento de los derechos de los pueblos
indígenas en diversas partes del mundo, pues en estos espacios se
interrelacionan una gran cantidad de actores con intereses divergentes,
es el caso de los representantes de los gobiernos, las interfaces
diplomáticas, los pueblos indígenas y sus intelectuales, así como las
organizaciones de la sociedad civil, entre los cuales es difícil decidir
quién tiene la razón y, sobre todo, resulta imposible delimitar en dónde
termina la responsabilidad de un relator especial de la onu. Ante estos
dilemas, el artículo concluye que el relator, como todo etnógrafo, no
puede ser un “observador neutro”, sino que regularmente asume el
papel de “observador activista”, en este caso, en favor de las luchas por
la autonomía de los pueblos indígenas y el reconocimiento de sus
derechos.
En el artículo “Entre activistas, funcionarios e industriales.
Aplicación de la etnografía —enfocada y política— en escenarios de
gobernanza”, Laura B. Montes de Oca reflexiona sobre la forma en que
la aplicación metodológica de la etnografía ya no es exclusiva de la
antropología, pues este enfoque de investigación es actualmente
Editorial 7

aplicado por otros científicos sociales, entre los que destacan sociólogos
y politólogos, para analizar diversos escenarios políticos en donde
confluyen agentes estatales, el mercado y la sociedad. Para Montes de
Oca, hoy el proceder etnográfico tradicional basado en el paradigma
malinowskiano se ha reconfigurado en la construcción social y teórica
del campo (field), así como en la producción de textos etnográficos,
generando una etnografía política enfocada cuyas características
principales son: a) las visitas cortas a los escenarios de interrelación de
los actores sociales, ya sea de manera física, simbólico-discursiva o
virtual; b) una multiplicidad de técnicas para orientar la mirada a
ciertos procesos o situaciones sociales que acontecen en el campo, y c) la
intención de comprender el detalle microscópico de las relaciones
sociopolíticas desde la perspectiva de los sujetos (emic), pero en
constante interlocución con las categorías teóricas preexistentes (etic).
Conjuntando todos estos elementos, Montes de Oca muestra la utilidad
de la etnografía enfocada para cuestionar la normalización de los
escenarios de confrontación e interlocución entre la ciudadanía,
los agentes que representan al Estado y los empresarios, pues sus
hallazgos etnográficos en la elaboración de la legislación mexicana
sobre bioseguridad y la norma oficial mexicana de emisiones de bióxido
de carbono difieren mucho de los elementos que teóricamente definen la
gobernanza y las innovaciones democráticas. No obstante, para esta
autora el desfase entre la evidencia empírica y el referente teórico no
es un problema, sino que representa una ventana de oportunidad para
demostrar el poder epistemológico que tiene la etnografía para conocer
el punto de vista de los actores y repensar las categorías con las que
abordamos la realidad social.
Siguiendo una línea de reflexión similar, Turid Hagene, en su trabajo
“Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del
‘clientelismo político’ y la ‘compra de votos’ ”, muestra la utilidad de la
observación participante para refutar conceptos teóricos y dotar de más
contenido explicativo a las categorías que orientan el análisis del
clientelismo político a partir del punto de vista de los actores
involucrados en este tipo de transacciones. Recuperando los datos
obtenidos durante sus estancias de trabajo de campo en un pueblo
originario del poniente de la ciudad de México, Hagene demuestra que
en este lugar las prácticas clientelares están vinculadas a narrativas
8 Editorial

como “labor social”, “ayuda” y “acción solidaria”, de ahí que legítima y


regularmente son empleadas por cualquier actor o red social con el
objetivo de resolver problemas cotidianos de gestión en el contexto de
una contienda electoral. Por el contrario, en este entorno la compra de
votos sí configura imaginarios basados en la sanción social, pues los
habitantes de este pueblo la consideran una práctica ilegítima que
incluso merma la dignidad de los actores en lo individual y colectivo. En
el artículo se afirma que la etnografía permite una relación dialéctica
entre los puntos de vista emic y etic, lo cual flexibiliza el proceso de
investigación al grado que los conceptos teóricos (etic) operan sobre un
contexto determinado, por lo que no deben omitir las percepciones de
los sujetos (emic) en la descripción y explicación de un proceso social,
en este caso del intercambio clientelar de bienes o servicios a cambio
de votos.
Los artículos “La delimitación cuantitativa de divisaderos de
observación etnográfica: una herramienta metodológica para el estudio
antropológico del Estado”, de Emanuel Rodríguez, y “Campos de
dominación y ámbitos de condensación: el estudio multidimensional de
las relaciones políticas en la ciudad de México”, de Héctor Tejera,
cuestionan el bajo nivel de colaboración y diálogo metodológico que
ha promovido la antropología con otras disciplinas sociales. Ambos
autores postulan por la inclusión de técnicas cuantitativas de
carácter sociométrico (basadas en estadísticas, mediciones y
georreferenciaciones) para delimitar y contextualizar divisaderos de
observación etnográfica, los cuales se caracterizan por contener ámbitos
de condensación representativos de las relaciones entre gobernantes y
gobernados, que posteriormente serán la base para realizar el trabajo
de campo. Con el análisis de las zonas grises de la política local, el
trabajo de Rodríguez propone que la complejidad sociopolítica de los
espacios delegacionales de la ciudad de México puede ser analizada
como un entramado de relaciones y espacios sociales que acontece en
diferentes escalas y, por lo tanto, debe ser “ensamblada” mediante una
integración de factores micro y macrosociales. Este ensamblaje
representa una nueva forma de investigación etnográfica que permite
profundizar en la dinámica política de los procesos sociopolíticos
contemporáneos, sin perder de vista los contextos en los que se
desarrollan los actores sociales. Por su parte, Tejera destaca en su texto
Editorial 9

cómo el enfoque de investigación etnográfica de las prácticas político-


culturales, combinado con el análisis cuantitativo de las geografías
electorales a nivel local, le ha permitido explicar los mecanismos de
dominación político-territorial que caracterizan la estructura de poder
de la ciudad de México.
En “La vida social de los documentos de las políticas públicas”,
Alejandro Agudo Sanchíz realiza una autoetnografía de su
participación como consultor en la evaluación del programa
Oportunidades para reflexionar sobre la trayectoria de las metáforas
movilizadoras (como atención a la pobreza, corresponsabilidad del
desarrollo, participación ciudadana, equidad de género, entre otras)
y el papel desempeñado por éstas en el continuo proceso de construcción
de la política. Mediante la etnografía documental del diseño de este
programa social, en donde intervienen las voces y los imaginarios de las
comunidades de especialistas, autoridades gubernamentales y
representantes de la sociedad civil, el artículo evidencia las relaciones
sociales que están detrás de una política pública. Para Agudo Sanchíz el
poder de la etnografía en el estudio de la vida social en los documentos
radica en revelar el incierto mundo de acuerdos, negociaciones y
disensos entre la red de actantes humanos y no humanos (en el sentido
de Latour), involucrada en el diseño de una acción gubernamental que
normaliza las formas de conocimiento y representación de diversas
realidades sociales.
Nitzan Shoshan, en “Más allá de la empatía: la escritura etnográfica
de lo desagradable”, se aventura en realizar una investigación
etnográfica con jóvenes de extrema derecha en la ciudad de Berlín,
Alemania. El texto de Shoshan evidencia la existencia de campos de
investigación social que han sido poco abordados por las ciencias
sociales, porque en el discurso académico están encasillados como
“minúsculos”, “aberrantes”, “desagradables” o “extremos”. Ante esta
situación, el texto reflexiona sobre el reto metodológico que tiene la
antropología y otras disciplinas sociales, para acceder a las dimensiones
cotidianas y profanas de los márgenes políticos, sociales y urbanos de
los entornos locales. Según Shoshan, un primer paso para superar esta
carencia es empezar a cuestionar la predisposición de los investigadores
por realizar estudios y trabajar con personas y grupos con quienes
puedan simpatizar e identificarse, excluyendo aquello que desborda
10 Editorial

esta frontera y es encasillado como “población desagradable”. Esto


implica un viraje metodológico en donde el etnógrafo de los márgenes
sociales debe abandonar la convencionalidad antropológica de fungir
como defensor de los grupos que estudia y cambiar la simpatía por la
empatía. Asimismo, este artículo vuelve a reactivar el debate sobre los
retos éticos implícitos al realizar trabajo de campo, pues todavía no
queda claro cómo podrá el etnógrafo de lo desagradable consolidar la
confianza con sus informantes clave y, sobre todo, en qué medida el
investigador podrá discernir la frontera que separa las traducciones
positivas y negativas de un grupo social en la producción de textos
etnográficos. Si bien estas preguntas abren el debate sobre la posición
que la antropología y la investigación etnográfica ocupan dentro de un
régimen de conocimiento, esto no niega el poder metodológico del
trabajo de campo para captar las representaciones de los márgenes
sociales que han sido poco estudiados por considerarse “desagradables”.
Cierra esta entrega un artículo de Gabriela Vargas titulado
“Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un
mundo desigual”. Este texto se adentra en la reconfiguración de la
práctica etnográfica contemporánea, en el marco de contextos sociales
marcados por amplias desigualdades sociales. Hoy, en opinión de
Vargas, utópicamente se ha dado por sentado que el etnógrafo ya no
está tras la búsqueda de la “otredad”, sino que ahora se pretende lograr
un entendimiento intersubjetivo con otras personas de manera
horizontal. Recuperando su experiencia de trabajo de campo en el
estudio de las desigualdades interdependientes a nivel lingüístico,
tecnológico y musical, la autora demuestra que la utopía intersubjetiva
en el trabajo etnográfico es casi imposible de alcanzar. Esto se debe a
que habitamos un mundo desigual, el cual necesariamente se expresa
en la comunicación y, por lo tanto, en la producción de textos
etnográficos. En el artículo se concluye que la etnografía también puede
ser una poderosa herramienta metodológica para demostrar, mediante
los datos del trabajo de campo, que las personas ubicadas en situaciones
desventajosas no están ahí por una decisión individual, sino que
dependen de las condiciones estructurales de la desigualdad.
Una primera versión de los artículos que componen este número
fueron presentados en un seminario organizado por la revista Nueva
Antropología titulado: “El poder de la etnografía: nuevos enfoques de
Editorial 11

investigación etnográfica y sociológica en los procesos sociopolíticos


contemporáneos”, realizado en el Centro de Estudios Sociológicos de El
Colegio de México, en noviembre de 2014. Dicho evento no hubiera sido
posible sin el apoyo de Arturo Alvarado, director de este centro de
investigación. Mención especial merece la entusiasta participación de
reconocidos especialistas en el tema, como Alfonso Barquín, Salvador
Maldonado, María Luisa Tarrés, Angela Giglia, Elsie Rockwell, Karine
Tinat, Federico Besserer, Shinji Hirai, Marco Estrada y Liliana Rivera.
Finalmente, la considerable asistencia a este foro de debate, en el que
predominaron jóvenes interesados en profundizar sus conocimientos
metodológicos a nivel cualitativo, confirmó la importancia y vigencia de
la etnografía en el estudio de los complejos procesos sociopolíticos que
acontecen en los albores del siglo xxi.
ETNOGRAFÍA ACTIVISTA: MI EXPERIENCIA
EN LA ONU

Rodolfo Stavenhagen*

Resumen: en este artículo se aborda la experiencia etnográfica y los problemas de metodología


que el autor enfrentó como relator especial de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de
la Organización de las Naciones Unidas. Su objetivo era estudiar las violaciones de estos derechos
con base en visitas de campo en diversos países, las entrevistas efectuadas con funcionarios y es-
pecialistas y el uso de material documental, que debía ser resumido y presentado ante las instan-
cias correspondientes de la onu con recomendaciones para los gobiernos y otros actores.
Palabras clave: etnografía, onu, derechos humanos, pueblos indígenas.

Abstract: This article presents the ethnographic experience and methodological problems that
the author faced as un special rapporteur for the human rights of indigenous peoples. The objec-
tive of this mandate was to study the human rights violations of these peoples through field visits
in various countries, select interviews with government officials and experts, the use of docu-
ments, all of which had to be summarized and presented before the various specialized bodies of
the United Nations with recommendations to governments and other actors.
Keywords: ethnography, United Nations, human rights, indigenous peoples.

M
e formé como antropólogo en “estudio de comunidad”, sino al servi-
la Escuela Nacional de Antro- cio del gobierno federal en un proyecto
pología e Historia en los años en el que se “actuaba” sobre el objeto
cincuenta, cuando estaba de moda que de estudio y se trataba del “desalojo” de
el buen investigador tenía que guardar varias comunidades indígenas estable-
su distancia con respecto al “objeto de cidas en los márgenes del río Tonto, un
estudio”, es decir, generalmente en afluente del majestuoso río Papaloa-
aquellos años y en este país, una comu- pan, ante el avance en la construcción
nidad indígena del México rural. de una presa en el sureste del país. Los
Sin embargo, mi primera experien- funcionarios encargados de esta gran
cia de campo no fue precisamente un obra —que sería única en América La-
tina—, con visión progresista pensa-
*Profesor investigador del Centro de Estu- ban que los antropólogos eran los más
dios Sociológicos de El Colegio de México. Línea indicados para “convencer” a los pobla-
principal de investigación: Derechos humanos,
pueblos indígenas, relaciones interétnicas, con-
dores de la necesidad de su desplaza-
flictos étnicos, sociología agraria, movimientos miento en bien del progreso nacional.
sociales. Correo electrónico: staven@colmex.mx. Así fue como me integré a unas “briga-

13
14 Rodolfo Stavenhagen

das de convencimiento” y recorrí con genas mediante publicaciones acadé-


otros compañeros las diversas comuni- micas, informes a organismos públicos
dades que pronto se encontrarían bajo y la promoción activista de sus dere-
las aguas de lo que sería el vaso de la chos. Durante varios años seguí con
presa “Miguel Alemán”. atención los trabajos de la Comisión de
Poco tiempo después, al servicio del Derechos Humanos de la Organiza-
Instituto Nacional Indigenista (ini) ción de las Naciones Unidas (onu), así
realicé algunos estudios en los Altos de como los del Instituto Interamericano
Chiapas, siempre con el afán de ayudar de Derechos Humanos en materia de
al gobierno a obtener información que le los pueblos indígenas y minorías étni-
sirviera para afinar su acción en favor cas. En México formé la Academia
de los pueblos indígenas de la región. Mexicana de Derechos Humanos en
En los dos casos traté de mantener 1983, que ayudó a colocar en la plata-
la “sana distancia” que me habían in- forma de la discusión pública esta te-
dicado mis mentores, no sin sentir un mática. Entre otras cosas, organizamos
cierto malestar intentando mantener los primeros cursos públicos sobre de-
el equilibrio entre mi empatía por la rechos humanos de los pueblos indíge-
gente indígena y mi responsabilidad nas en el país.
como funcionario de Estado (de muy En 2001 fui nombrado por la Comi-
bajo nivel, por supuesto). En esos que- sión de Derechos Humanos de la Orga-
haceres descubrí que mi vocación era nización de las Naciones Unidas
la antropología aplicada o también lla- Relator Especial para los Derechos
mada “antropología de acción”. Humanos de los Pueblos Indígenas. Mi
Entre tanto, en la antropología mandato fue claro:
pasó de moda la “observación objetiva” a) Recabar, solicitar, recibir e inter-
y se puso de moda la “antropología si- cambiar información y comunicacio­nes
tuacional”, es decir, en la cual el antro- de todas las fuentes pertinentes, inclui-
pólogo que tiene la voz se coloca dos los gobiernos, los propios indígenas,
abiertamente como “sujeto” que habla sus comunidades y organizaciones,
y anuncia la perspectiva desde la que sobre las violaciones de sus derechos
describe, analiza y juzga (según las cir- humanos y libertades fundamentales;
cunstancias) al “objeto” de investiga- b) formular recomendaciones y pro-
ción, y en el mejor de los casos asume puestas sobre medidas y actividades
la responsabilidad de “devolver” al ob- apropiadas para prevenir y remediar
jeto estudiado los resultados de la in- las violaciones de los derechos huma-
vestigación, antes de que éstos se nos y las libertades fundamentales de
empolven en los anaqueles de alguna los indígenas.
biblioteca universitaria. Este mandato se transformó en
Pasaron los años y entre mis diver- tres tareas principales: la realización
sas ocupaciones universitarias y públi- de visitas a diversos países (conocidas
cas profundicé mi compromiso con los en el lenguaje de la onu como misio-
derechos humanos de los pueblos indí- nes), la obtención de información de
Etnografía activista: mi experiencia en la onu 15

los gobiernos a través de comunicacio- y tomar alguna resolución al respecto


nes oficiales y, lo más importante, pre- de mis recomendaciones.
sentar anualmente un informe a la Fui preparando un plan de trabajo
Comisión y a la Asamblea General de que tenía que recibir la aprobación de
la onu. la comisión, un poco lo que hacemos en
Al poco tiempo de mi nombramien- nuestras instituciones académicas an-
to visité, en Ginebra, a la Alta Comisio- tes de salir al campo. Mi programa in-
nada de Naciones Unidas para los cluía un enfoque temático, una agenda
Derechos Humanos, a la sazón Mary de visitas a diversos países y la organi-
Robinson, expresidenta de la Repúbli- zación de una base de datos que no
ca de Irlanda, y para organizar mi tra- existía para los archivos de la onu.
bajo con el personal técnico que me Desde que asumí el cargo recibí
prestaría apoyo y me orientaría en mis numerosas solicitudes de algunos go-
actividades asistí a una reunión del biernos, pero principalmente de orga­
grupo de trabajo sobre poblaciones in- nizaciones indígenas y de derechos
dígenas, en donde enfrenté mi primer humanos para que visitara sus países
escollo, en la figura de un líder indígena y conociera sus problemas. Como me lo
de la región del Balsas, quien cuestio- había figurado, los gobiernos me que-
nó la manera en que fui selecciona- rían enseñar cómo estaban resolvien-
do para este cargo. En opinión de este do los problemas de sus poblaciones
representante y otros indígenas parti- indígenas, mientras que éstas insis-
cipantes en este grupo de trabajo el tían en que conociera personalmente
primer relator especial en la materia las violaciones que ocurrían de sus de-
debería haber sido una persona indí­ rechos humanos. Pronto me di cuenta
gena. Este cuestionamiento me per­ que además de reunir, organizar y pre-
seguiría durante los siete años de mi sentar datos a las instituciones, las or-
mandato. ganizaciones indígenas esperaban de
Como buen antropólogo pasé los mí un papel más activo, es decir, que
primeros meses recabando documen- fuera un portavoz de sus sufrimientos,
tación de todo tipo sobre el tema de los necesidades y demandas ante la opi-
derechos indígenas, que era una pre- nión pública mundial.
ocupación relativamente reciente de Durante mi duración en el cargo rea-
los organismos de las Naciones Uni- licé misiones oficiales en once países, en
das. De esta manera me fui percatando cinco regiones del mundo (Guatemala,
de que la mayoría de los diplomáticos Colombia, Chile, México, Bolivia, Ecua-
que representaban a sus estados en la dor, Filipinas, Canadá, Kenya, Sudáfri-
comisión tenían poca idea de esta pro- ca, Nueva Zelanda, más visitas no
blemática, por lo que pronto comencé a oficiales, por invitación de organizacio-
concebir mi labor, entre otras, como nes o instituciones interesadas, a Ne-
una actividad educativa para el cuerpo pal, Japón, Camboya, Rusia, Noruega,
diplomático, ya que a final de cuentas Botswana, Tanzania, Estados Unidos,
éste tendría que analizar mis informes Brasil).
16 Rodolfo Stavenhagen

La primera visita que realicé fue en La segunda misión oficial fue a Fili-
septiembre de 2002, y fue una misión pinas a finales del mismo año. Si bien
oficial a Guatemala,1 en donde la po- la invitación fue del gobierno filipino,
blación se divide más o menos en par- como lo establecía el protocolo, la pe­
tes iguales entre ladinos e indígenas. tición de que yo fuera a ese país pro­
Después de más de treinta años de venía de las organizaciones civiles
guerra civil y brutales genocidios de in- indígenas que habían presionado des-
dígenas fue firmado un acuerdo de paz de hacía tiempo a sus autoridades
sobre derechos y cultura indígena en para que extendiera dicha invitación,
1995. El ambiente de posguerra civil muy a pesar de la renuencia de las
seguía siendo dramático y numerosos mismas a realizarla. Esta situación re-
actores sociales me informaban que la flejaba un conflicto latente entre el go-
situación general de la población indí- bierno y los pueblos indígenas en aquel
gena no había mejorado en los siete país, el cual se hizo presente desde el
años transcurridos. Visité varias re­ principio en la organización de la visi-
giones del país, tuve reuniones con ta. Después de varios meses de nego-
asociaciones civiles y comunitarias in- ciaciones sobre la agenda, las fechas,
dígenas, así como con funcionarios del los lugares por visitar, llegué a Manila
gobierno y de la comunidad internacio- para una primera ronda de conversa-
nal. Todos coincidían en que no existía ciones con autoridades del gobierno,
“voluntad política” para implementar incluyendo al ministro de Defensa.
los acuerdos de paz. Al terminar mi Después, con la hospitalidad de una
misión rendí un breve informe prelimi- importante organización de derechos
nar en una sesión del gabinete político humanos, visité diversas regiones en
del país. Le pregunté al vicepresidente, las que se habían organizado reuniones
quien presidía la reunión, qué pensaba con miembros de distintos grupos étni-
del consenso que había recogido acerca cos que me presentaron exposiciones
de una supuesta falta de voluntad po­ orales y documentación varia sobre las
lítica relacionada con los derechos diversas violaciones a sus derechos hu-
humanos de los indígenas. Este funcio- manos que, consideraban, merecían la
nario me contestó, con toda calma y atención del relator especial.
seriedad, que así era efectivamente, En la cordillera norte de la isla de
con lo cual terminó la reunión. Cuando Luzón me recibieron varias centenas
presenté mi informe ante la onu, algu- de personas en un pequeño pueblo ad-
nos meses más tarde, la representa- herido a una escarpada ladera de la
ción diplomática de Guatemala me montaña a donde habíamos llegado
felicitó. El tema de la voluntad política después de varias horas de recorrer
no se discutió en el recinto de la onu. una peligrosa brecha. Mi primera im-
presión me vino de golpe, cuando al sa-
1
E/CN.4/2003/90/Add.2. http://rodostaven-
lir de la última curva a la entrada del
hagen.info/wp-content/uploads/2013/07/Misi% pueblo vi estirada de lado a lado del ca-
C3%B3n-a-Guatemala.pdf. mino entre dos árboles al lado del cami-
Etnografía activista: mi experiencia en la onu 17

no una manta con la inscripción en nebra, el conflicto estalló en el sobrio


grandes letras rojas: “Welcome Human palacio de las Naciones Unidas, a un
Rights”. Allí, como dicen, “me cayó el lado del hermoso lago Leman. El repre-
veinte”, y sentí todo el peso de la res- sentante de Filipinas había intentado
ponsabilidad que implicaba mi presen- —sin éxito— bloquear la presentación
cia en ese lugar. Aunque en esas del informe ante la Comisión de De­
reuniones no debía estar presente la rechos Humanos. Después de mi in­
autoridad para no limitar la libre ex- tervención tomó la palabra para
presión de los participantes, me di descalificarme como relator y como
cuenta de inmediato de la presencia de profesional, acusándome de ayudar a
algunos policías uniformados y arma- los terroristas en su país. Este inciden-
dos, supuestamente para mantener el te, inusual en los medios diplomáticos
orden. El ambiente ya se había enrare- de la onu, causó un pequeño escándalo
cido cuando mis anfitriones me señala- internacional, y algunas semanas des-
ron que el comandante militar de la pués recibí carta del asesor personal de
región informaba a sus superiores de la presidenta de Filipinas, disculpán­
mis contactos con supuestos grupos dose por el comportamiento de su re-
terroristas en la zona. ¿Qué debía yo presentante, quien al poco tiempo fue
hacer? ¿Suspender la misión? ¿Pedir la retirado de su puesto. Me quedé algo
protección de una escolta? ¿Poner una perplejo, ya que si esta había sido la
queja ante el gobierno por la vía diplo- reacción a mi primer informe como re-
mática? Afortunadamente, la organi- lator, ¿qué me esperaría más adelante?2
zación indígena que me acompañaba Con todo, las organizaciones indíge-
se encargó de bajar la tensión y mi mi- nas se mostraron satisfechas, y dos
sión pudo continuar sin mayores tro- años más tarde me invitaron de nuevo a
piezos. Visité una mina de oro que la una reunión de evaluación de los resul-
gente acusaba de contaminar el medio tados de mi misión, esta vez en la capi-
ambiente y producir efectos nocivos tal de la república. Los resultados,
sobre la población local. El gerente de desafortunadamente, no habían sido
la mina, un cortés caballero británico, brillantes, porque la situación de de­
negó todas las acusaciones y me pre- rechos humanos de los pueblos indí­
sentó a un grupo de familias de la loca- genas seguía siendo poco satisfactoria.
lidad quienes reconocían la buena Ninguno de los grandes problemas que
labor de la mina al proporcionar em- señalé en mi informe había sido resuel-
pleos y apoyar a la escuela del lugar y to o sólo se encontraba en vías de solu-
brindar algunos servicios sociales a la ción. Yo me sigo preguntan­do: ¿en dónde
población. ¿Quién tenía la razón? ¿Las termina la responsabilidad de un rela-
dos partes en conflicto o ninguna de tor especial? ¿Qué más puede o debe
ellas? ¿Cómo resolver la disputa? ¿Qué
iría yo a decir en mi informe final? 2
E/CN.4/2003/90/Add.3. http://rodostaven-
Cuando algunos meses más tarde hagen.info/wp-content/uploads/2013/07/Mis-
me tocó presentar mi informe en Gi- sion-to-The-Philippines.pdf.
18 Rodolfo Stavenhagen

hacer la onu en materia de derechos kikuyu (de la etnia dominante) no se


humanos cuando su influen­cia real so- mostraron nada contentos con los cues-
bre los gobiernos es tan limi­tada? tionamientos públicos que sobre su ges-
Si la experiencia en Filipinas me tión hacían los “auténticos indígenas”
recordaba la situación de numerosos del país. En Kenia, como en otros países,
países latinoamericanos, en la región se sigue planteando la cuestión de
llamada tradicionalmente “África ne- quién es indígena, en los medios acadé-
gra” los problemas se plantean de micos como en los discursos políticos y
manera algo distinta. La primera con- en los debates parlamentarios. No es un
versación con un alto funcionario en tema solamente etnográfico —aunque
Kenia me dio la primera pista. ¿Qué los antropólogos nacionales participan
viene usted a hacer por aquí, relator? activamente en las discusiones— sino
Me preguntó, y prosiguió: “Aquí todos un problema de equilibrios políticos y
somos indígenas”. Efectivamente, des- políticas de desarrollo, a la vez que de
de las independencias de los países de derechos humanos.
África, en la década de los cincuenta Entre diversos grupos étnicos de la
del siglo pasado, los colonialistas se región de África oriental uno de los te-
habían ido y quedaron en el poder los mas más polémicos es la práctica de la
antiguos indígenas colonizados, pero mutilación genital femenina, que se
hay de indígenas a indígenas. En Ke- practica a las preadolescentes como un
nia, como en otros países de la región, rito. Su abolición es, desde hace años,
algunos grupos étnicos fueron privile- una de las banderas del movimiento
giados por los colonizadores, y éstos se feminista y de derechos humanos, apo-
instalaron como etnias dominantes al yados por lo general por el sector “mo-
momento de la independencia. Ahí los derno” de la sociedad (así como la
pastores masai, así como otras etnias Organización Mundial de la Salud),
minoritarias, quedaron marginados, pero que enfrenta la resistencia del pa-
son discriminados y desposeídos de triarcalismo tradicional que impera
sus tierras y recursos por quienes se con más intensidad precisamente en-
han organizado para luchar por sus tre algunos de los grupos indígenas,
derechos. La Comisión Africana de De- incluyendo muchas mujeres. En mi ca-
rechos Humanos y los órganos de la lidad de relator especial, como “etnó-
onu los han reconocido como pueblos grafo activista” las recomendaciones
indígenas. Para ellos la visita de un re- en el informe no podían dejar al mar-
lator especial de las Naciones Unidas gen esta polémica.3
fue un evento significativo. Durante En los países de Asia, lugar donde
mis reuniones con estos grupos, me in- se asienta el mayor número de pueblos
dicaban los mensajes que debía llevarle
al “jefe africano”, presidente del mundo.
(Se referían a Kofi Annan, de Ghana, 3
A/HRC/4/32/Add.3. http://rodostavenha-
quien en aquel momento era secretario gen.info/wp-content/uploads/2013/07/Mission-
general de la onu.) Los funcionarios to-Kenya.pdf.
Etnografía activista: mi experiencia en la onu 19

indígenas en el mundo, los Estados re- El tema de los derechos humanos de


conocen la existencia de múltiples gru- los pueblos indígenas es de aparición
pos étnicos, lingüísticos y religiosos, relativamente reciente, tanto en el
pero prefieren no hablar de pueblos nivel de debates al interior de un Esta-
originarios o indígenas, ya que las et- do-nación como en el seno de los or­
nias mayoritarias y dominantes se ganis­mos internacionales. Durante los
consideran tan originarias y autócto- años de mi encargo como relator apren-
nas como los grupos más marginados y dí a moverme en cinco espacios dife­
se prefiere la denominación de mino- rentes, en cada uno de los cuales puede
rías culturales, étnicas o nacionales, construir un objeto de estudio por sepa-
según el caso. Aunque sus represen- rado, pero los cuales, debido al mandato
tantes en la onu niegan el uso del tér- que desempeñaba, debían ser vistos
mino “indígena”, en la India se emplea como elementos interrelacionados de
el concepto “adivasi” para referirse a un objeto-espacio más vasto. A saber:
las etnias que en otros países serían
reconocidas como poblaciones indíge- a) Las salas de reunión de la Organiza-
nas. En algunas naciones, como Mala- ción de las Naciones Unidas, en sus dos
sia y Filipinas, ya existe legislación sedes principales, Ginebra (en donde
respecto del reconocimiento de los pue- sesiona anualmente el Consejo de De-
blos indígenas (Stavenhagen, 2009a) rechos Humanos) y Nueva York, en
Un caso interesante es el de los donde se reúne la Asamblea General y
ainu, en Japón, sobre el cual me con- sus diversas comisiones. Las salas del
sultó el gobierno japonés mientras fui plenario se llenan en ambos lugares
relator de la onu. Durante años los con los jefes de las delegaciones de los
ainu no recibieron ningún reconoci- Estados miembros, quienes tienen voz
miento de parte del Estado y fueron y voto, los observadores de múltiples
simplemente tratados como “japoneses organismos intergubernamentales y
de la montaña” que vivían en estado de organizaciones de la sociedad civil, los
atraso y marginalidad. Paulatinamen- medios de comunicación masiva y el
te se les consideró como una minoría numeroso personal técnico del Secre-
cultural sin más derechos que otros tariado General. Luego están los salo-
ciudadanos. Finalmente, presionados nes más pequeños en los que se
por las recomendaciones de la onu y la reúnen las comisiones, los comités, los
Organización de las Naciones Unidas grupos de trabajo y las numerosas or-
para la Educación, la Ciencia y la Cul- ganizaciones no gubernamentales, en
tura (unesco), el parlamento japonés donde se discuten y redactan los docu-
aceptó reconocer a los ainu como un mentos de trabajo y se debaten las es-
pueblo indígena de Japón, con dere- trategias de unos y otros.
chos otorgados por la legislación inter- El escenario es imponente y for-
nacional.4 mal. Cada participante conoce su pa-
pel y sigue cuidadosamente el ritual
4
E/CN.4/Sub.2/2001/17, párrafos 60 y 61. que le es asignado de antemano. El
20 Rodolfo Stavenhagen

lenguaje oficial es formal y prudente, las preocupaciones de las delegacio-


generalmente conciliatorio, ya que la nes indígenas. Grupos de Estados
meta es buscar consensos, aunque al- forman bloques que con frecuencia
gunas veces se dan enfrentamientos actúan al unísono en las votaciones;
verbales entre los delegados que pro- así, por ejemplo el voto latinoamerica-
vienen de naciones en conflicto. Los no, el bloque africano, el de los países
temas más polémicos o controverti­ árabes, el de las naciones escandina-
dos se arreglan en privado en alguno vas que generalmente apoyaba las
de tantos espacios de los majestuosos peticiones de los pueblos indígenas.
edificios de Naciones Unidas espe- En la medida en que la temática
cialmente acondicionados para estos de los derechos humanos de los indí-
fines. genas expresa realidades conflictivas
A los representantes indígenas al interior de sus países entre pueblos
que fueron llegando a la onu durante indígena —intereses privados, políti-
la década de los ochenta les costó al- cas públicas—, el relator especial de
gún trabajo adaptarse a estos escena- la onu tiene una responsabilidad es-
rios y sus cuidadosamente diseñadas pecial en conocer bien las posturas
coreografía y escenografía. Actual- gubernamentales y dar a conocer sus
mente, sin embargo, los que ya tienen intereses con la misma precisión que
varios años asistiendo a Naciones la de los grupos indígenas.
Unidas han aprendido el uso del len- Una misión oficial a un país dado
guaje adecuado, las estrategias de requiere de una invitación formal del
negociación y los trucos y maniobras gobierno tramitada a través de los
necesarios para avanzar en su agen- medios diplomáticos, aunque la inicia-
da, la cual durante más de veinte lar- tiva provenga de las organiza­ciones
gos años fue lograr la adopción de una indígenas, como sucedió en Filipinas y
declaración de derechos humanos de en varias ocasiones durante mi man-
los pueblos indígenas. dato. Mi primer contacto en cada país
b) En la onu, los actores principales si- fue con representantes gubernamen-
guen siendo los gobiernos, a través de tales, a través de los con­sabidos proto-
sus delegaciones diplomáticas. Celo- colos diplomáticos. En diversas
sos de su soberanía, seguros de sí mis- instancias yo sentía presiones para
mos, se sienten poderosos en ese pasar más tiempo en los ámbitos ofi-
recinto, ya que el voto de cada Esta­do ciales que en las comunidades y pres-
vale igual (es el mito que los Estados tara más atención a los voceros
pequeños acarician…). En el diálo- gubernamentales que a los indígenas.
go con los pueblos indígenas se escu- Presiones en sentido inverso también
cha con frecuencia un lenguaje se hicieron presentes. Aunque los fun-
justificatorio defensivo. Los Estados cionarios a veces admitían que no todo
llevan sus propias agendas a las re- andaba bien en las comunidades indí-
uniones del Consejo de Derechos Hu- genas, insistían en que las medidas
manos que no siempre coinciden con tomadas por su gobierno eran las más
Etnografía activista: mi experiencia en la onu 21

adecuadas y generalmente me invita- los pasillos de la onu para concertar


ban a visitar algún proyecto piloto. citas más largas en las que pudieran
c) Siendo mi mandato el de los derechos exponer con amplitud y soltura sus
humanos indígenas, mi principal con- problemas y para convencerme que
tacto durante esos años fueron estas era indispensable que yo realizara
personas. La relación principal se es- una misión oficial a su país. Algunos,
tableció con los representantes de sus evidentemente, tenían experiencia
pueblos a las reuniones ya menciona- previa en negociaciones con funciona-
das del Consejo de Derechos Humanos rios de su Estado y mantenían abier-
de la onu, pero también la tuve con tos los canales de comunicación con
quienes asistían a otros organismos las instituciones oficiales; otros, en
como la unesco, la Organización Mun- cambio, buscaban un foro público
dial de la Salud y la Organización In- para exponer sus quejas y demandas
ternacional del Trabajo (oit). Como al mundo entero, de lo cual pudieran
era de esperarse se trataba general- luego informar a sus comunidades y
mente de gente con un nivel medio o organizaciones.
incluso superior de educación formal, Recuerdo que a principios de mi
que desempeñaban una profesión es- mandato tuve una amable conversa-
pecífica (docente, enfermera, ingenie- ción con un viejo amigo que a la sazón
ro, secretaria), que tenían un historial era subsecretario de la onu para
de activismo en organiza­ciones indíge- asuntos políticos. Me escuchó con
nas de distinto tipo y habían alcan­ atención y luego con una triste sonri-
zado cierto nivel de representación o sa me dijo que mi tarea iba a ser muy
dirección en ellas. Dominaban cuando difícil por carecer de una “base” (cons-
menos una de las lenguas oficiales de tituency en inglés) entre los distintos
la onu además de la suya. actores políticos de la onu. Ignorando
A estos líderes o intermediarios los las finezas del análisis político, le
podemos considerar como una elite contesté que de ninguna manera, yo
intelectual indígena que llegan a los contaba con una amplia base entre
foros internacionales para plantear los pueblos indígenas. Mi amigo, evi-
denuncias y reivindicaciones en un dentemente, se refería a los Estados-
lenguaje fuerte, directo, acusatorio y miembros y no a la sociedad civil, y en
poco diplomático para distinguirlos de eso su análisis fue correcto.
sus adversarios oficiales en las bancas d) Mi base, efectivamente, no se encon-
gubernamentales. Las intervenciones traba en los recintos de la onu sino en
de estos voceros de sus pueblos se re- el campo, en las comunidades y terri-
ducían generalmente a breves decla- torios de los pueblos indígenas que
raciones, ya que el tiempo que se les visité durante siete años (lo que en
permite hablar se reduce a unos cuan- antropología llamábamos “el terre-
tos minutos. no”). Mis encuentros los habían or­
A partir de mi nombramiento, me ganizado por lo común asociaciones
buscaban con creciente frecuencia en nacionales de derechos humanos que
22 Rodolfo Stavenhagen

mantenían relaciones directas con intermediarios, ya que los directa-


grupos o localidades particulares y mente interesados no podían llegar a
que se ocuparon de la logística, la alguna reunión programada o bien
agenda, el programa y en general “el me era imposible llegar hasta ellos
tono” de las visitas. Según el tema es- por falta de tiempo. Así acumulé una
pecial que iba a ser tratado, se podían gran cantidad de información respec-
reunir desde un par de docenas hasta to de los derechos humanos de los
cientos de asistentes. pueblos indígenas, que posteriormen-
Por lo común se presentaban listas te analicé y utilicé en la preparación
de agravios sufridos por grupos com- de mi informe de misión. Como pasa
pactos en vez de individuos ais­lados y con mucha información etnográfica,
largas historias de despojos ocasiona- no era útil ni me fue posible usar to-
dos por terratenientes, compañías mi- dos los datos recabados, así que a la
neras o forestales, empresas estatales, postre sólo una parte encontró lugar
colonos y colonizadores. En algunas en estos informes.
partes se quejaban de violaciones a El informe mismo tiene poco en
leyes existentes o de tratados viola- común con un clásico informe etnográ-
dos; en otras ocasiones fueron impug- fico. Por reglamento, tenía que ajus-
nadas las propias leyes por injustas o tarse estrictamente a los lineamientos
anticonstitucionales, o violadoras de de la administración de la onu. En
viejos derechos o privilegios que ahora caso de rebasar ciertos límites de ta-
eran desconocidos. En todas partes maño, existía el riesgo de que no fuera
asomaba la discriminación abierta o distribuido en el Consejo de Derechos
sutil, la represión violenta al ejercicio Humanos (o, en su caso, entre todos
de derechos reconocidos, y distintas los miembros de la Asamblea General
formas de racismo. También se seña- de la onu). En consecuencia, soy uno
laba la disfuncionalidad de institucio- de aquellos etnógrafos que tienen más
nes que debían proteger los derechos material del que pueden usar, cuando
indígenas o promover su desarrollo. menos en cuanto a los objetivos inicia-
La visita del relator a un país daba les de la investigación.
lugar a una intensa actividad previa Mis informes de país, que figura-
de las organizaciones indígenas y de ban como anexo al informe anual, fue-
derechos humanos. Desde luego, los ron entregados en primera instancia
que estaban mejor preparados tenían al gobierno nacional para su conoci-
también más oportunidad de ser escu- miento y eventual comentario, antes
chados. Mi oficina en la onu había pe- de hacerlos públicos. Después de su
dido de antemano la preparación de presentación en la reunión anual del
documentos con cifras y hechos com- Consejo, ya podían ser distribuidos li-
probados para sostener los reclamos y bremente. Así, las organizaciones in-
demandas expresadas en las reunio- dígenas llegaban a disponer de estos
nes a las que asistí. Muchas veces me informes al poco tiempo, y en varios
fueron entregados documentos por casos fueron publicados localmente y
Etnografía activista: mi experiencia en la onu 23

circularon entre los lectores más inte- indígena y el espacio de estas organiza-
resados. Sirvieron para apoyar y sos- ciones. Algunos observadores acusan a
tener los reclamos indígenas ante sus las osc de dictar y manipular las agen-
respectivos gobiernos, y a lo largo de das de las organizaciones indígenas.
los años he recibido numerosos testi- Algunos gobiernos les imponen límites
monios de su utilidad en manos de los a su acción, o incluso los han expulsado
defensores de los derechos humanos.5 de su país. Hay líderes y representan-
Desde que asumí el mandato de tes indígenas que tienen contratos de
relator especial entendí que mi pos­ empleo con las osc, porque no siempre
tura no sería la de un “observador pueden encontrar empleo en el merca-
neutro” sino la de un “observador acti- do de trabajo local que les permita
vista” en apoyo de los derechos huma- al mismo tiempo atender los intereses
nos de los pueblos indígenas. Creo de sus organizaciones. Los indígenas
haber cumplido con este propósito. responden que utilizan la ayuda que
e) Un actor social muy importante que les proporcionan las osc para impulsar
ocupa un espacio clave en el entra- su propia agenda en pro de los derechos
mado de los derechos humanos in­ humanos. El debate sigue abierto.
dígenas son las organizaciones no En la medida en que estas organi-
gubernamentales (ong ) u Organi­ zaciones reciben fondos públicos en sus
zaciones de la Sociedad Civil (osc), respectivos países, su compromiso con
especialmente las que se dedican a los derechos humanos de los pueblos
proteger y promover la defensa de los indígenas estará siempre limitado por
derechos humanos de los indígenas. la correlación de fuerzas políticas entre
Gracias al apoyo de estas organizacio- las cuales obtienen su apoyo, sobre todo
nes fue posible la participación de los en los países del “Norte” que más recur-
indígenas en los trabajos de Naciones sos han aportado a lo largo de los años.
Unidas desde hace más de treinta Con el resurgimiento político de las de-
años. En muchos países realizan acti- rechas en los primeros años del siglo
vidades en el mismo sentido. En algu- xxi, este apoyo ha disminuido causando
nos casos, fueron instrumentales en serios problemas a las organizaciones
organizar la participación indígena de base en los países receptores. En Ca-
durante mi visita a un país. En térmi- nadá, por ejemplo, varias instituciones
nos más generales su apoyo ha sido que durante años apoyaban a los dere-
clave para canalizar información ne- chos humanos en diversos países del
cesaria al relator especial. mundo, han sido cerradas arbitraria-
mente por el gobierno canadiense.
Al correr de los años se fue establecien- Aunque el activismo y la etnografía
do una estrecha relación de coopera- parecen ser dos perspectivas distintas,
ción e interdependencia entre el mundo en el caso del relator especial no con-
dujeron a contradicciones o ambigüe-
5
Se pueden consultar en: http://rodostaven- dades en su quehacer profesional. Me
hagen.info/?page_id=19 percaté desde el principio que en mi
24 Rodolfo Stavenhagen

caso la práctica etnográfica tendría _____ (2010), “Cómo hacer que la declara-
que ser multisituada, multitemporal y ción de los derechos indígenas sea efec-
multiespacial, y hasta el momento no tiva”, IIDH, núm. 52, julio-diciembre de
me puedo quejar de los resultados. 2010, San José, Costa Rica, Instituto
Sin embargo, me han acompañado Interamericano de Derechos Humanos,
dos frustraciones en esta experiencia. pp. 141-169.
La primera, que los informes prepara- _____ (2009a), “Consideraciones generales
dos por el relator no se transforman sobre la situación de los derechos hu-
ipso facto en mejora visible de la situa- manos y las libertades fundamentales
ción de los derechos humanos de los de los pueblos indígenas en Asia”, Estu-
pueblos indígenas y que sus recomen- dios de Asia y África, núm. 139, vol.
daciones no sean implementadas de XLIV, núm. 2, mayo-agosto de 2009,
manera puntual por los gobiernos y el México, El Colegio de México, pp. 317-
sistema internacional. El seguimiento 343, en línea [http://rodostavenhagen.
de las recomendaciones está fuera del info/wp-content/uploads/2013/07/Infor-
alcance de la relatoría y su esfuerzo me-2003-DPI.pdf].
queda simplemente como un testimonio _____ (2009b), “Los derechos humanos de
más en los archivos respectivos. Con los pueblos indígenas en Filipinas”, Es-
todo, para numerosos pueblos indígenas tudios de Asia y África, vol. XLIV, núm.
los informes del relator constituyen un 3, septiembre-diciembre de 2009, Méxi-
aliciente en la continua lucha por sus co, El Colegio de México, pp. 609-648.
derechos humanos, y para los gobiernos _____ (2007), “Los pueblos indígenas y sus
un referente contra el cual pueden ser derechos. Informes temáticos del rela-
evaluadas las acciones emprendidas en tor especial sobre la situación de los
el marco de las políticas públicas. derechos humanos y las libertades fun-
En segundo lugar, constituye tam- damentales de los pueblos indígenas
bién motivo de frustración que los del Consejo de Derechos Humanos de
resultados obtenidos durante esta ex- la Organización de las Naciones Uni-
periencia aún se encuentran en su das”, México, unesco.
mayoría archivados y no me haya sido _____(2002-2009), Informes a la onu sobre
posible todavía publicarlos como in- misiones a distintos países, en línea
vestigación académicas que son. [https://www.dropbox.com/sh/
ydknbak0r5m9tw7/AAAAVLzT2HULz
BIBLIOGRAFÍA r8dquuSRnJSa?dl=0].
Stavenhagen, Rodolfo y Claire Charters (co-
Stavenhagen, Rodolfo (2015), The United ords.) (2010), El desafío de la declaración.
Nations Special Rapporteur on the Historia y futuro de la Declaración de la
Rights of Indigenous Peoples, Londres, onu sobre Pueblos Indígenas, Copenha-
Routledge Handbook on Indigenous gue, Grupo Internacional de Trabajo so-
Rights. bre Asuntos Indígenas (iwgia).
ENTRE ACTIVISTAS, FUNCIONARIOS E INDUSTRIALES.
APLICACIÓN DE LA ETNOGRAFÍA —ENFOCADA Y POLÍTICA—
EN ESCENARIOS DE GOBERNANZA

Laura Beatriz Montes de Oca Barrera*

Resumen: este artículo presenta una reflexión sobre el poder de la etnografía en la investigación
social, enfatizando la recientemente reconocida utilidad para la investigación sociológica a través
de la etnografía enfocada. Para ello se profundiza en su aplicación epistemológica y metodológica
en los estudios que, desde la sociología política, se desarrollan para analizar escenarios y procesos
gubernamentales y de decisión pública, caracterizados por diferenciales de poder entre los sujetos
que interactúan. Se presentan hallazgos etnográficos sobre dos escenarios desde los cuales se
proponen algunas pistas para reconceptualizar lo que en teoría política se denomina “gobernan-
za”. La intención es mostrar que la etnografía es un método innovador que permite captar el de-
talle “microscópico” de la realidad estudiada, conjugando las perspectivas emic y etic, lo cual le
brinda un potencial importante para reducir el desfase entre el concepto y “la realidad” y, contri-
buir con ello, a la confirmación y refutación de teorías.
Palabras clave: etnografía enfocada, metodología, investigación sociológica, gobernanza.

Abstract: This paper presents a reflection on the power of ethnography in social research, empha-
sizing the recently recognized utility for sociological research through focused ethnography. To do
so, it is emphasized the epistemological and methodological application of ethnography in studies
developed in Political Sociology to analyze governmental and public decision scenarios and pro-
cesses, where the actors involved has different power resources. Ethnographic findings on two sce-
narios provide clues to re-conceptualize what is called in political theory “governance”. The intention
is to show ethnography as an innovative method to capture the detail “microscopic” of the reality
studied, combining emic and etic perspectives that offers significant potential to reduce the gap be-
tween concept and “reality”, and thus contribute to the confirmation and refutation of theories.
Keywords: focused ethnography, methodology, sociological investigation, governance.

INTRODUCCIÓN

The revival of ethnographic research wi-


thin sociology is undisputed […]. As ethno- *Doctora en Ciencia Social con especialidad
en Sociología por El Colegio de México. Investiga-
graphy is (re) gaining a well-deserved dora asociada C de tiempo completo en el Institu-
prominence within the discipline its empi- to de Investigaciones Sociales de la unam. Línea
rical focus, theoretical underpinnings, and principal de investigación: Estructuras y siste-
narrative styles are also expanding —tra- mas asociativos de gobernanza, Expansión global
del capitalismo y nuevas experiencias de articu-
ditional forms of ethnographic inquiry lación gobierno-mercado-sociedad, Participación
now exist within more experimental ones. ciudadana en la toma de decisión pública. Correo
Javier Auyero y Lauren Joseph electrónico: lbmontesdeoca@sociales.unam.mx

25
26 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

E
l objetivo de este artículo es pre- trales en el proceder etnográfico: la cons-
sentar una reflexión en torno al trucción social y teórica del campo
poder de la etnografía en la in- (field), así como la producción de textos
vestigación sociopolítica, enfatizando etnográficos. En la segunda parte se ex-
su recientemente reconocida utilidad pone la forma en que se ha aplicado este
para la investigación sociológica y poli- proceder en la investigación propia, ana-
tológica. En específico, se profundiza lizando dos tipos de escenarios de gober-
en la aplicación epistemológica y meto- nanza; es decir, aquellos donde confluyen
dológica de la etnografía —enfocada y agentes del Estado, el mer­cado y la so-
política— en los estudios que, desde la ciedad en procesos gubernamentales y
sociología y la ciencia política, se desa- decisorios. Ahí se reflexiona sobre el
rrollan para analizar escenarios y pro- poder de la etnografía políti­ca como un
cesos gubernamentales y de decisión método útil para mejorar la concep­
pública. En estos contextos, caracteri- tualización sociológica o politológica.
zados por las relaciones de poder que En esta parte se distinguen dos tipos
los surcan —fundamento ontológico—, de escenarios, ambos marcados por el
la etnografía aparece como un método conflicto, pero uno caracterizado por
innovador para enfocar la mirada ana- la confrontación y otro por la interlo­
lítica en la interacción de agentes con cución. Con esta distinción, se presenta
diversos intereses (políticos, económi- cómo estos escenarios constituyen aque-
cos y sociales), así como para proponer llos campos de relación en los que (inter)
reconceptualizaciones sobre teorías y actúan —a través del conflicto, la nego-
categorías analíticas que no logran ciación y colaboración— activistas socia-
comprender la riqueza y complejidad les, funcionarios e industriales, a la vez
de tal interacción. que se proponen algunas pistas para la
El artículo se compone de dos seccio- reconfiguración teórica que los analiza.
nes que plasman la aplicación, por una
parte, de la etnografía enfocada, y por DE LA ETNOGRAFÍA
la otra, de la etnografía política. La pri- ANTROPOLÓGICA TRADICIONAL
mera concentra la discusión en torno al A LA ETNOGRAFÍA ENFOCADA
proceder etnográfico para analizar pro- O SOCIOLÓGICA
cesos sociopolíticos contemporáneos, lo
cual ha implicado su adaptación meto- Un trabajo etnográfico riguroso exige, sin
dológica y articulación epistemológica dudas, tratar con la totalidad de los aspec-
para otras disciplinas sociales, en par­ tos sociales, culturales y psicológicos de la
ticular para la sociología y la ciencia po- comunidad, pues hasta tal punto están en-
trelazados que es imposible comprender
lítica. Ahí se muestra cómo es que este
uno de ellos sin tener consideración de to-
método ha sido adaptado al análisis so- dos los demás.
ciopolitológico mediante la etnografía Bronislaw Malinowski
enfocada, para lo cual se enfoca la mira-
da en los cambios y las permanencias, El método propuesto por Malinowski
específicamente sobre dos aspectos cen- dejó impresa una huella duradera en
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 27

el proceder de la antropología, a un etnografía distinguía como “el sentido


grado tal que, incluso, podemos hablar de vida tribal” o “el espíritu de los indí-
de un “paradigma malinowskiano” genas” (ibidem: 23), era preciso “inter-
(Marcus, 2009). Esto no implica, por narse de manera permanente y
supuesto, que el proceder etnográfico mediante estadías prolongadas” en las
en antropología no se haya transfor- comunidades nativas para alcanzar
mado posteriormente, adaptándose a una comunicación en su lengua, hasta
los nuevos contextos sociales, políticos que el observador fuera visto como
y económicos. Lo que sí implica es que “una molestia o un mal necesario” (ibi-
la propuesta de Malinowski configuró dem: 25). Sólo así —en palabras del au-
un medio para “definir lo que debe es- tor— se podría tener un “auténtico
tudiarse, las preguntas que es necesa- contacto” que permitiría “agotar lo más
rio responder, cómo deben preguntarse posible la totalidad” (ibidem: 31), ade-
y qué reglas es preciso seguir para in- más de obligarse a estar con los indíge-
terpretar las respuestas obtenidas” nas para lograr familiarizarse con sus
(Ritzer, 2002: 612).1 En otras palabras, costumbres y creencias; ello a fin de
el paradigma Malinowskiano definió comprender los “imponderables de la
la forma en que se concibe la realidad vida real”, es decir, lo que los sujetos
analizada —supuesto ontológico—, así realmente hacen en su cotidianidad
como la forma de conocerla —supuesto (ibidem: 36).
metodológico— y, a partir de ello, cons- Este proceder estaba vinculado a los
truir conocimiento —supuesto episte- objetivos que le dieron vida a la propia
mológico— (Denzin y Lincoln, 2012; Antropología. Es decir, aquel interés por
véase también Sautu et al., 2005). comprender lo acontecido en las socie-
Entonces, más allá de las etiquetas dades no-occidentales, denominadas
que pongamos, es indiscutible que el an- “primitivas”, “simples” o “tribales”. Em-
tropólogo polaco marcó la consolidación pero, ante la imbricación planetaria,
metodológica y epistemológica de la an- producto de la globalización —en parti-
tropología (o etnología), en general, y de cular, con el incremento en el flujo mun-
la etnografía, en particular. Para Ma­ dial de personas e información, ocurrido
linowski (1975 [1922]: 14) —como se desde la última década del siglo xx—, la
aprecia en el epígrafe anterior— el tra- frontera entre lo propio y lo extraño se
bajo etnográfico exigía abarcar la tota- tornó más permeable. Fue entonces
lidad de los aspectos sociales, culturales cuando se criticó la pertinencia de un
y psicológicos de la comunidad. Esta método fun­damentado en analizar de
perspectiva, llamada integral u holís­ manera integral un todo aislado y aje-
tica, marcó la metodología de la disci- no, descontextualizado de los procesos
plina. Para captar lo que el padre de la más amplios. Cuando el universo analí-
tico de la antropología parecía desvane-
1
Esta es la definición que Ritzer propone
cerse frente a la maleabilidad del
para hablar de paradigma (véase también Va- mundo globalizado, los antropólogos co-
lles, 1999). menzaron a construir nuevos objetos de
28 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

Cuadro 1. Etnografía tradicional y enfocada: elementos contrastantes

Etnografía tradicional Etnografía enfocada


Visitas largas a campo Visitas cortas a campo
Intensidad temporal de la información Intensidad de la información construida
construida
Énfasis en la escritura (notas) Combinación de escritura y grabación
(notas y transcripción de audio y video)
Mirada holística en todos los aspectos Mirada enfocada a ciertos aspectos del
del campo campo
Sociedades ajenas (estudio de lo extraño: Sociedad propia (estudio del alter ego;
strangeness) alterity)
Aprender el idioma nativo Familiarizarse con el lenguaje particular
(sociolectos: tecnicismos, argot, no verbal)
Fuente: Elaboración propia (con base en Knoblauch, 2005: 7; Taylor y Bogdan, 1987 [1984]: 50-99).

estudio y nuevas miradas etnográficas. como los objetos de estudio, sin embar-
En este proceso, la etnografía comenzó a go, comparten un diseño metodológico
ser utilizada por estudiosos de diversos básico, el cual retoma algunos puntos
campos científicos. Dejó, como otros tan- del paradigma malinowskiano y modi-
tos métodos, de ser “propiedad” exclusi- fica otros. En los siguientes apartados
va de una disciplina para entrar en el se observarán algunas de estas conti-
ámbito integral de las ciencias sociales. nuidades y modificaciones. Aquí baste
Es así como en la actualidad, parti- sólo mencionar, de manera esquemáti-
cularmente desde finales del siglo pa- ca —y, por tanto, simplificada— (cua-
sado y principios de éste, podemos dro 1), la distinción entre el proceder
hablar de una “etnografía sociológica” o tradicional y el adaptado a la sociolo-
“enfocada” —cabe mencionar que ya ha- gía, mediante una mirada enfocada
bía habido incursiones etnográficas en (Knoblauch, 2005).
los primeros estudios sociológicos de la En el cuadro 1 podemos apreciar
Escuela de Chicago (de los años veinte las transformaciones relacionadas con
a los sesenta) sobre las subculturas y las visitas a campo; la intensidad tem-
los grupos “desviados” (Nadai y Mae- poral y de la información construida; el
der, 2005); empero, esta mirada fue re- énfasis en las notas o en la combina-
emplazada posteriormente por métodos ción de notas y grabación; la mirada
“duros” frente al auge de la metodolo- holística o enfocada; el estudio de so-
gía cuantitativa. La adaptación del ciedades ajenas o en la propia; además
método etnográfico a estos nuevos con- de la necesidad compartida de apren-
textos y a las exigencias de las otras der el lenguaje nativo, ya sea un idio-
disciplinas sociales es tan diversa ma o un sociolecto. Teniendo en mente
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 29

estos cambios y continuidades, en los “imaginación sociológica” del investi-


siguientes apartados se profundiza so- gador, sino por la interacción de éste
bre dos aspectos centrales para el pro- con los sujetos que conforman el uni-
ceder etnográfico: la construcción verso de análisis.2
social y teórica del campo en la inte- Desde esta óptica, aquí se propone
racción del etnógrafo con los sujetos de pensar que el trabajo de campo o el tra-
análisis durante el trabajo sobre terre- bajo sobre terreno (fieldwork) no sólo
no; así como la producción de textos implica la estancia en algún o algunos
inteligibles que logren captar la com- sitios geográficos, sino la construcción
plejidad analizada, sin perder la aten- de escenarios de interrelación (física o
ción y el interés del lector. simbólica) entre diversos agentes. En
esto se toma distancia de la perspectiva
La construcción teórica “clásica” de considerar el campo como la
y social del campo interacción directa con los sujetos y con
la idea de “salir de la oficina” (Wood,
Ethnography faces a dilemma. On the one 2007: 123). La construcción del campo
hand the attempts to overcome the notion of implica la relación cara a cara, con y de
“field” as geographically limited area are los sujetos situados en el presente; pero
overdue. On the other hand these attempts también la reconstrucción de una rela-
clearly show that is hard to escape from the
ción pasada, a la que se tiene acceso de
notions of “field” and “fieldwork”.
Andreas Wittel
manera indirecta mediante historia
oral o documental; así como las redes de
La propuesta de George Marcus (1995) relación indirecta (virtual o simbólica)
sobre una etnografía multisituada que trascienden la presencia física de
abrió la caja de Pandora en torno a la los agentes, a las cuales se tiene acceso
definición del campo (field) en la etno- también de manera indirecta.
grafía antropológica y, sobre todo, en la A lo anterior subyace un asunto que,
sociológica. De ser concebido clásica- por muy obvio que parezca, no puede
mente por la antropología desde una ser ignorado. El campo se construye en
ubicación espacial y sincrónica (aquí- el trabajo sobre terreno, lo cual implica
ahora), el campo pasó a ser concebido la intervención del investigador. Se
como una construcción teórica (Nadai construye socialmente, en una relación
y Maeder, 2005 y 2009) —además de intersubjetiva (entre el sujeto observa-
una construcción social (Gatt, 2009; dor y el observado); y se construye teóri-
Gupta y Ferguson, 1997)— a la que se le camente, en un juego que conjuga las
incorporó la dimensión múltiple (de red) categorías emic y etic (Harris, 1975).3
—Wittel, 2000— y diacrónica (de pro-
ceso). Dejó de estar limitado a un esce- 2
Esta construcción se verá ilustrada, en la
nario geográfico —alguna localidad—, segunda sección del texto, con la presentación
sobre la investigación propia.
y empezó a ser pensado como el núcleo 3
Como es sabido, para Marvin Harris las ca-
del propio objeto de estudio. El campo tegorías emic corresponden a las descripciones y
es construido, empero, no sólo por la explicaciones significativas para el participante,
30 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

Esta intervención se puede traducir en simbólica y virtual. Para ello, además de


tres situaciones etnográficas: 1. En la efectuar observación participante o di-
inmersión física del investigador en recta (con sus respectivas entrevistas
un lugar específico (el clásico “estar situacionales), también se realizaron
ahí” en un momento determinado); 2. entrevistas (semiestruc­turadas), inda-
En la inmersión simbólica del investi- gación documental y ob­servación indi-
gador mediante una disposición espe- recta o en línea (on line).4 El trabajo de
cífica de significados, así como 3. En la campo en los escenarios de gobernanza
inmersión virtual del investigador en tuvo la intención de “problematizar” la
el ciberespacio. Estas tres situaciones forma en que los individuos y grupos
refieren, a su vez, tres tipos de relación constituyen e interpretan sus interac-
de los propios sujetos que conforman el ciones cotidianas (Schwartzman, 1993:
objeto de estudio: relación cara-a-cara, 3). Con esta aproximación se intentó
relación simbólica y relación virtual. La comprender los hechos, procesos y rela-
primera –siguiendo el paradigma mali- ciones sociopolíticas desde la perspecti-
nowskiano– refiere a que los sujetos va de los propios sujetos (visión emic) y
conviven en una misma escena (en un de categorías teóricas preexistentes
espacio “real” o físico); la segunda impli- (etic); ello, con el fin de proponer nuevos
ca que los sujetos se relacionan simbóli- elementos para entender la gobernanza.
ca e indirectamente, por ejemplo, a
partir de discursos (Krauss, 2009); La descripción etnográfica:
mientras que la tercera se establece profundidad, fluidez y cristalización
entre sujetos que interactúan virtual-
mente, en un mundo en línea (online), Ethnography decodes and recodes, telling
haciendo uso de las tecnologías de la the grounds of collective order and diversi-
información y comunicación (Wittel, ty, inclusion and exclusion. It describes
2000). Estas inmersiones pueden se- processes of innovation and structuration,
and is itself part of these processes.
guir los cánones tradicionales de la et-
James Clifford, 1986
nografía antropológica (véase el cuadro
1), pero también pueden apegarse al La década de los ochenta del siglo pa­
proceder de la etnografía enfocada o so- sado marcó un parteaguas en el queha-
ciológica (es decir, con estancias cortas cer de la antropología. La publicación
pero intensivas y focalizadas).
En la experiencia de investigación 4
Cabe mencionar que este proceder es lo
propia, como veremos en la segunda que en metodología de la investigación se cono-
ce como “triangulación” de técnicas (véase, por
parte del artículo, la inmersión en el ejemplo, Valles, 1999). En esto es preciso enfati-
campo conjugó las tres situaciones etno- zar que aquí se encuentra otro elemento de
gráficas en tres tipos de relación. Esta transformación de la etnografía tradicional: el
entrada no sólo fue física, también lo fue reposicionamiento de la observación participan-
te; técnica que si bien seguirá siendo central,
deja de ser un fetiche metodológico (Wittel,
mientras que las etic son aquellas consideradas 2000; véase también Gupta y Ferguson, 1997)
apropiadas para una comunidad científica. para ser complementada por otras.
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 31

de diversas críticas hacia la autoridad y sideramos con el mismo autor, que


representación antropológicas, así como todo “análisis cultural es intrínseca-
al género etnográfico mismo, puso so- mente inconcluso” (Geertz, 1987 [1973]:
bre la mesa de discusión la problemá- 37), la descripción —por muy densa que
tica de la etnografía como descripción sea— no logra —como lo pretendiera el
densa y autorizada. Un ejemplo lo en- paradigma malinowskiano— captar la
contramos en la publicación de Wri- totalidad. Pese a la pretensión del mé-
ting Culture (James Clifford, 1986). todo etnográfico de armar, como un
Ahí se criticaba que el “estar ahí” del rompecabezas, las distintas piezas que
trabajo de campo malinowskiano y la componen la realidad analizada, la na-
descripción densa geertziana (véase rrativa etnográfica (tradicional y con-
más adelante) le dieran autoridad a las temporánea) no puede ser sino un
narraciones etnográficas, las cuales entendimiento, si bien amplio, siempre
además buscaban captar la totalidad parcial (Hovland, 2009: 136).
observada. Aunado a ello, posterior- No obstante esta parcialidad, la
mente se criticó el estilo narrativo de descripción —producto del método et-
la etnografía, en particular, y de las nográfico— favorece un entendimiento
descripciones cualitativas, en general. profundo de la realidad; y vale decir
Las preguntas que emergen de estas que tiene poco que ver con la idea de que
críticas se resumen en: ¿qué tanto es- “las verdades etnográficas son inhe-
tas narraciones eran producto más bien rentemente parciales” (Clifford, 1986:
de la imaginación del etnógrafo y, por 7). Ya sea que se proceda —de forma
tanto, constituían un relato de ficción? tradicional— mediante una observa-
Y ¿cuán profundas e inteligibles podían ción participante extensiva e intensiva
ser tales descripciones? A continuación en un solo sitio, como con la triangula-
se reflexiona sobre estos puntos. ción de técnicas —de la etnografía so-
La década anterior a la publicación ciológica— o siguiendo la pista de
de Writing Culture, el antropólogo esta- personas, cosas y procesos —con la et-
dounidense Clifford Geertz (1987 nografía multisituada— el método re-
[1973]) había planteado que la narra- quiere ser riguroso, pero ello no im­plica
ción etnográfica buscaba alejarse de las búsqueda de explicaciones o interpre-
“descripciones superficiales” de otros mé- taciones verdaderas sino, en todo caso,
todos que no lograban captar las “estruc­ relatos verosímiles que, a la manera
turas significativas” de los fenómenos del unicornio de Rilke, se alimentan de
analizados. Mediante una “descripción posibilidades (Pombo, 2004: 25).5 La
dens” (ibidem) se proponía —a la mane-
ra de una doble hermenéutica (Giddens, 5
Esto refiere a un animal que pese a su
2001 [1976])— hacer una interpreta- inexistencia en la realidad (por lo que carece de
ción de la interpretación. Tal descrip- verdad propiamente dicha), sí posee “objetivi-
dad en la mente de los que [lo] piensa[n], y esa
ción sólo era posible si el etnógrafo objetividad les proporciona una apariencia de
lograba una inmersión profunda en la realidad, una presencialidad mental” (Pombo,
cultura (Wittel, 2000). Empero, si con- 2004), es decir, un carácter verosímil.
32 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

contribución de la descripción etnográ- das que pueden generar un “ruido” o


fica es captar, por una parte, el detalle “zumbido” anecdótico extremo e innece-
—microscópico— de la realidad estu- sario. Quienes arguyen a favor de la
diada y, por la otra, conjugar las pers- “descripción densa” olvidan que la es-
pectivas emic y etic para explicar o critura, si no es un don, sí es un arte. La
interpretar las relaciones, los procesos idea no es redactar textos plagados de
y los fenómenos sociopolíticos y cultu- “anécdotas coloridas”, sino utilizarlas
rales. Para ello es preciso contextuali- de manera colorida. De ahí que, como
zar los fenómenos observados en una ha expresado Paul Atkinson (2005: 2),
complejidad local cerrada —como lo hi- la información empírica (de campo)
ciera el paradigma tradicional— o debe ser analizada y no sólo presenta-
abierta —como lo propone la etnografía da, reproducida y celebrada. Esto signi-
sociológica—, o bien, en una compleji- fica, por una parte, seguir un proceso de
dad global —como lo plantea la inves­ creatividad analítica (creative analyti-
tigación multisituada—. En particular, cal process, véase Richardson y St. Pie-
aquí se propone que la combinación rre, op. cit.: 962) que favorezca una
profundidad-contextualización es la narración favorecida por la riqueza del
que le permite al método vincular lo mi- lenguaje, así como por la lógica argu-
cro con lo macro y, como se muestra en mental. El reto es —en palabras de Mi-
la siguiente sección, tener un potencial chel de Certeau (en Clifford, 1986:
para la generalización teórica —vía la 3)— “narrar una cosa a fin de decir
comprobación o refutación de teorías otra”. Para ello es preciso —además de
específicas (Nadai y Maeder, 2009). la creatividad del investigador para
Ahora bien, como se mostró al inicio analizar la información de campo, cui-
de este apartado, la crítica de los dando la selección de las citas (el cor-
ochenta también abrió la puerta para pus inscriptionum de Malinowski,
cuestionar la creación narrativa en 1975: 41)—, la destreza para redactar
ciencias sociales. Los textos producidos un texto con estilo claro pero no plano,
desde la metodología cualitativa, en sino lleno de colores y matices. Con ello
contraste con aquellos resultantes de se buscaría construir un relato que, pro-
in­vestigaciones que siguen métodos curando equilibrar y entretejer la des-
cuantitativos, no pueden ser revisa­ cripción etnográfica con el análisis
dos transversalmente. Deben ser leídos teórico de manera armónica y fluida, lo-
a detalle. Esto lamentablemente pro­ gre —como un fenómeno de “cristaliza-
voca, incluso en los escritos más ejem- ción”— reflejar las diversas dimensiones
plares, varios bostezos en el lector del fenómeno, recurriendo —en la medi-
(Richardson y St. Pierre, 2005: 959). da de lo posible— a los diversos géneros
Entonces, si los escritos cuantitativos narrativos: literario, científico y artístico
aparecen ininteligibles para los no ex- (Richardson y St. Pierre, 2005).
pertos, muchas veces los textos cuali- Para finalizar esta sección se puede
tativos se hacen tediosos al estar decir que ante este reto —que se pre-
plagados de descripciones tan detalla- senta cotidianamente sumándose a las
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 33

diversas ansiedades del proceso de in- ción sobre gobernanza —el cual remite
vestigación— no hay un remedio certe- a un desfase entre el concepto y “la
ro o definitivo. Frente a esto no queda realidad”— para después ilustrar el
más que aprender sobre la marcha; proceder etnográfico en la investiga-
tanto para construir textos ágiles que ción particular. A partir de ello, en un
trasladen al lector a la situación etno- apartado final se delinean algunas pis-
gráfica, como a la propia construcción tas para la reconceptualización de este
del campo en la interacción del inves- término.
tigador y los sujetos de estudio. A con­
tinuación se exponen algunos apuntes Críticas al concepto
sobre la investigación propia, lo cual de gobernanza
—sin duda— muestra el reto men­
cionado. […] the political ethnography undertaken
here is designed to critically evaluate the
PROCEDER ETNOGRÁFICO strengths and limitations of central socio-
EN UN ESCENARIO DE logical concepts such as power, legitimacy,
clientelism.
GOBERNANZA: ETNOGRAFÍA
Javier Auyero y Lauren Joseph, 2007
POLÍTICA Y RECONCEPTUALIZACIÓN
Si se retoma la propuesta de Auyero y
A partir de lo presentado en la sección Joseph al considerar la etnografía polí-
anterior, en los siguientes apartados se tica como un medio para criticar los
muestra el camino seguido en un pro- conceptos sociológicos —en particu-
ceso de investigación en el que ha inte- lar— y de las diversas disciplinas socia-
resado problematizar la relación entre les —en general— es posible encontrar
agentes del Estado, el mercado y la so- en este proceder metodológico una veta
ciedad, tanto en procesos gubernamen- para cuestionar la forma en que desde
tales como en episodios de decisión la Ciencia Política, la Administración
pública. Esta exposición tiene dos obje- Pública y la Cooperación Internacional
tivos. El primero es ilustrar las trans- se define la “gobernanza”. Es decir la
formaciones y continuidades que ha coordinación que de manera armónica
seguido la adopción y adaptación del se establece entre agentes del Estado,
método etnográfico en un estudio so- el Mercado y la Sociedad para conducir
ciológico, considerando la construcción las decisiones públicas y el proceder gu-
social y teórica del campo (field). El se- bernamental.
gundo implica retomar la propuesta de La genealogía de este concepto per-
la etnografía política (Auyero y Joseph, mite ubicar que desde la década de los
2007) para criticar categorías teóricas ochenta del siglo pasado se comenzó a
y, en su caso, proponer su reconceptua- hablar de gobernanza como una nueva
lización, articulando el análisis etic con forma de relación entre gobernantes y
la evidencia emic. gobernados (Mayntz, 1998). Siguiendo
Para ello, se aborda, en primer lu- lo que Michel Foucault anticipara
gar, el problema principal en la defini- como un proceso de “gubernamentali-
34 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

dad” (governmentality) —es decir, el gica y politológica sobre la democracia:


“arte de gobernar” un barco para lle- el de “innovaciones democráticas”.
varlo a buen puerto, posible para cual- Este vocablo hace referencia a los es-
quiera y no sólo para “el príncipe” pacios y mecanismos de participación
(Foucault, 2006 [1978]: 136)—, hablar que abren la estructura gubernamen-
de gobernanza implica pensar en un tal a la colaboración de agentes exter-
ejercicio de gobierno en el que parti­ nos, con lo cual se busca profundizar la
cipan agentes públicos y privados. participación en un régimen represen-
Normativamente, un ejercicio de go- tativo (Cameron et al., 2012; Fung y
bernanza requiere descentrar el con- Wright, 2003; Grindle, 2000; Smith,
trol del gobierno sobre el Estado para 2009; Welp y Whitehead, 2011). En
involucrar a otros agentes del mercado este sentido, las innovaciones demo-
y la sociedad en una relación interacti- cráticas se configuran como una forma
va que favorece la conformación de re- de gobernanza. Si bien las distintas
des de política pública (Kooiman, 1993; formulaciones teóricas sobre la gober-
Pierre, 2000; Pierre y Peters, 2000; Ma- nanza varían en torno al papel que
yntz, 1998). Al respecto es importante debe tener el Estado en esta coordina-
enfatizar que este nuevo arte de gober- ción —yendo desde las más extremas
nar está formalmente caracterizado que anticipaban su dilución e, incluso,
por relaciones horizontales y mediana- su desaparición, hasta aquellas que
mente armónicas de coordinación entre plantean un papel central— encontra-
las partes, desde las cuales se busca mos como elemento fundamental en su
una conducción conjunta de los asun- definición la configuración armónica y
tos públicos. equilibrada entre los tres sectores.
De manera puntual, y como mues- Pero, ¿qué pasa cuando esta relación
tra del énfasis de esta formulación no cumple con la premisa básica de la
conceptual —y para ilustrar lo que coordinación armónica y el equilibrio
Giddens definiera como una “doble entre las partes? Entonces, ¿ya no se
hermenéutica”—, a partir del año 2001 ha­blaría de gobernanza? ¿Hasta dón­
el Diccionario de la lengua española de se puede pensar la gobernanza, y
incluyó el vocablo gobernanza para re- qué decir de las relaciones que están
ferirse al “arte o manera de gobernar más marcadas por el conflicto que por
que se propone como objetivo el logro la armonía? ¿Cómo se explican las re-
de un desarrollo económico, social e laciones de confrontación o negocia-
institucional duradero, promoviendo ción entre agentes sociales, políticos y
un sano equilibrio entre el Estado, la económicos, caracterizados por tener
sociedad civil y el mercado de la econo- recursos de poder desiguales?
mía” (rae, 2001: 1141; véase también Como se muestra en el siguiente
Luis Aguilar, 2006: 37). La práctica de apartado, las relaciones “reales” entre
la gobernanza está relacionada con agentes públicos y privados, al menos
otro concepto que en fechas recientes en países como México, distan mucho
emergió en la discusión teórica socioló- de ser una configuración armónica. De
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 35

ahí que, considerando la evidencia em- marcada por el conflicto, sigue dos lógi-
pírica construida, se propongan algu- cas: la confrontación y la interlocución.
nas pistas para su reconceptualización. El primer campo remite a los esce-
narios de confrontación en torno a la
Etnografía en escenarios regulación de tres ámbitos económicos
de gobernanza: específicos: a) el control o liberalización
La construcción del campo de cultivos con semillas genéticamente
modificadas o transgénicas; b) el con-
Como parte de un proceso de investiga- trol o prohibición de publicidad y venta
ción aún en curso —iniciado en 2006 en escuelas de alimentos procesados con
y conformado por cuatro estudios parti- bajo contenido nutricional y alto conte-
culares—,6 ha interesado analizar, en nido calórico (la llamada comida “cha-
distintos contextos decisorios y guber- tarra”); c) así como la legislación en
namentales, la relación entre agentes telecomunicaciones y radiodifusión.
del Estado, el mercado y la sociedad. El El segundo refiere a la interacción de
objetivo general es problematizar agentes económicos, sociales y políticos
(Schwartzman, 1993, véase supra) la en estructuras institucionalizadas de
interacción física, simbólica y virtual gobernanza, también llamadas inno-
entre estos agentes a fin de “poner a vaciones democráticas. Lo que confor-
prueba” conceptos como el de gober- ma los escenarios de interlocución; es
nanza y el de innovaciones democráti- decir, los consejos o comités consultivos
cas. Para ello, se han construido dos creados por las instancias guberna-
campos (fields) específicos para obser- mentales federales para integrar la
var esa interacción durante un trabajo opinión de agentes externos en proce-
de campo enfocado. Interacción que, sos gubernamentales y decisorios re­
lacionados con los tres ámbitos de
6
El primero fue parte de una investigación regulación antes mencionados (Orga-
formativa realizada en El Colegio de México,
con apoyo de la beca doctoral del Consejo Nacio-
nismos Genéticamente Modificados u
nal de Ciencia y Tecnología (2006-2010); el se- ogm, comida “chatarra” y telecomuni-
gundo fue realizado en una estancia posdoctoral caciones), así como con la construcción
en el Instituto de Investigaciones Sociales de de Normas Oficiales Mexicanas (nom).
la Universidad Nacional Autónoma de México
(iis-unam) con apoyo de la beca posdoctoral de la
Por cuestiones de espacio, en este ar­
unam (2011-2013); el tercero, refiere al estudio tículo se presenta la “fotografía” de dos
en curso como investigadora asociada del mis- episodios de conflicto e interlocución
mo instituto (desde 2013), con el cual se obtuvo de los escenarios de gobernanza mencio-
la beca 2014 para las Mujeres en las Ciencias
Sociales, conferida por la Academia Mexicana
nados: la legislación sobre ogm y la cons-
de Ciencias; finalmente, el cuarto remite a una trucción de una nom sobre eficiencia
ampliación del proyecto desarrollado en el iis energética.
—a realizar entre 2015 y 2017— como parte del El trabajo de campo realizado im-
programa de verano en ciencias sociales del Ins-
tituto de Estudios Avanzados de Princeton, en
plicó la triangulación de diversas téc-
colaboración con la Escuela de Altos Estudios de nicas de investigación: observación
París y la Universidad de Upsala. directa, participante y no participante;
36 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

realización de entrevistas situaciona- semiestructuradas. Con estas etapas


les; observación en línea (indirecta); —complementadas y alternadas con
documentación (con fuentes físicas y trabajo de gabinete— se transformó el
electrónicas), así como entrevistas se- proceder más “puro” de la etnografía
miestructuradas a partir de lo cual se tradicional —la que sigue el paradigma
siguió el conflicto y la negociación, a la malinowskiano—, para su aplicación
manera de una etnografía multisitua- en el ámbito sociológico. Se concatenó,
da (Marcus, 1995). En esto se siguieron como se observa en el cuadro 2, la ob-
las tres etapas que, de manera flexible servación directa con la indirecta (en
e iterativa, configuran el trabajo sobre línea y mediante documentación o en-
terreno del método etnográfico (Taylor trevistas a informantes clave) a fin de
y Bogdan, 1987; Durand, 2012). Es de- apreciar la relación cara a cara, simbó-
cir: 1) primer contacto y documenta- lica y virtual, entre funcionarios, indus-
ción; 2) trabajo de campo intensivo (con triales y activistas.
observación participante y entrevistas En este cuadro se esquematiza
situacionales); 3) cierre del trabajo de cómo es que la construcción de los dos
campo y realización de entrevistas campos ha requerido combinar las tres

Cuadro 2. Inmersión en escenarios de relación


Técnicas Observación directa (participante y no-participante)
Observación indirecta
Entrevistas (situacionales, semiestructuradas y on line)
Documentación

Escenarios de Inmersión física Inmersión simbólica Inmersión virtual


confrontación:
–Protestas Relación directa Relación indirecta Relación directa e
sociales (cara-a-cara): (discursos): activistas- indirecta: activistas-
–Debates públicos activistas-funciona- funcionarios-indus- industriales; activistas-
rios triales funcionarios

Escenarios de Inmersión física Inmersión simbólica Inmersión virtual


interlocución:
–Grupos de Relación directa: Relación indirecta Relación directa e
trabajo en activistas-funciona- (discursos): activistas- indirecta: activistas-
estructuras rios-industriales funcionarios-indus- industriales; activistas-
institucionaliza- triales funcionarios
das de gobernanza
(consejos- comités
consultivos)
Fuente: Elaboración propia.
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 37

modalidades de inmersión antes referi- Legislación mexicana sobre


das (física, simbólica y virtual) a fin de bioseguridad
captar los tres tipos de relación entre
los sujetos (directa o cara a cara, e indi- En el campo de confrontación se siguió
recta, a través de discursos o con la me- el conflicto (Marcus, 1995) a través de
diación de un dispositivo tecnológico).7 las protestas sociales y los debates pú-
Ello implicó, por una parte, realizar blicos (contra la Ley Televisa, los ogm y
observación directa (estar ahí) con los la comida “chatarra”). Se apreció la in-
sujetos de relación —efectuando obser- terpelación directa de activistas hacia
vación participante (como parte inte- legisladores o funcionarios públicos;
grante del fenómeno) y no-participante así como, de manera indirecta, de acti-
(como observadora externa)— y, por la vistas hacia industriales y viceversa.
otra, observar el fenómeno de manera Para ejemplificar la relación directa, se
indirecta, ya sea mediante el relato o presenta la descripción —analítica, de-
los discursos de los sujetos —asequible tallada y contextualizada (véase pri-
a través de entrevistas o documenta- mera parte de este artículo)— de un
ción—, o bien, a través de dispositivos episodio de confrontación específico: la
tecnológicos de información y comu­ aprobación, en 2004 y 2005, de la Ley
nicación, como internet, los cuales fa­ de Bioseguridad de Organismos Gené-
cilitan la relación directa o virtual de ticamente Modificados (lbogm). Para
los sujetos. Los escenarios analizados ello, en primera instancia se contex-
—espacios que condensan los significa- tualiza el conflicto, delineando los
dos de las relaciones organizacionales; principales momentos del proceso le-
es decir, protestas, manifestaciones pú- gislativo.
blicas y reuniones (meetings),8 —invo- En el marco de la entrada en vigor
lucran de manera directa (relación cara del Protocolo de Cartagena —diciem-
a cara) o indirecta (virtual y simbólica) bre de 1993— y con la firma y ratifica-
a funcionarios públicos, activistas so- ción del gobierno mexicano —2000 y
ciales e industriales. A continuación se 2003, respectivamente—, en 2002 se
ejemplifica esta relación con dos episo- impulsó una propuesta de ley sobre el
dios específicos. manejo de ogm. Tal iniciativa fue tur-
nada a la Cámara de Diputados donde
—en diciembre de 2004— se votó favo-
7
Para facilitar la esquematización, en el rablemente. El dictamen de la lbogm
cuadro 2 se distinguen las tres modalidades de fue regresado al Senado para su apro-
inmersión; no obstante, en la práctica están en-
treveradas.
bación final en febrero de 2005. El 2 de
8
Schwartzman (1993: 39) enfatiza la rele- mayo de ese año entró en vigor y fue
vancia del estudio de las reuniones en la Antro- reglamentada tres años después —24
pología (Anthropology of Meetings). Al ser de marzo de 2008—, estipulando la ne-
eventos de comunicación ensamblados dentro
de un escenario sociocultural específico, conden-
cesidad de establecer un Régimen Es-
san la producción y reproducción cotidiana de pecial de Protección al Maíz antes de
las estructuras. la aprobación experimental de la semi-
38 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

lla. Este requerimiento, empero, fue la industria agrobiotecnológica. Asi-


eliminado en 2009.9 Ello puso fin a la mismo, cuando se discutía el dictamen
moratoria establecida en 1999, posibi- de ley en el Senado, activistas, intelec-
litando —desde 2010— la siembra ex- tuales y científicos se apostaron afuera
perimental de maíz en el norte del del edificio legislativo y colocaron un
país. Considerando este contexto, en- enorme globo en forma de ojo, como
seguida se presentan dos “fotografías” metonimia de la vigilancia civil sobre
—construidas a partir de la informa- el proceso legislativo. De igual forma,
ción de campo obtenida mediante ob- el 14 de diciembre de 2004, fecha en
servación externa, documentación y que se tenía previsto votar la iniciativa
entrevistas— que muestran, por una de ley en la cámara baja, activistas de
parte, la relación directa de activistas y Greenpeace distribuyeron entre los di-
funcionarios y, por la otra, la relación putados cajas de una “medicina” sui
indirecta entre activistas e industriales. generis: el AntiCorp. En su caja se
1. Relación directa activistas-fun- leían las siguientes indicaciones: “Con
cionarios. Durante la votación legisla- AntiCorp usted puede prevenir un ata-
tiva de la llamada “Ley Monsanto”, ya que de Monsantosis a la hora de votar
sea disfrazados de ángeles y demonios la Ley de Bioseguridad y puede preve-
afuera del edificio del Senado, o bien, nir el sometimiento de nuestra biodi-
haciendo rappel al interior de la Cá- versidad, nuestra salud y nuestra
mara de Diputados, activistas de soberanía alimentaria al control corpo-
Greenpeace —organización que enca- rativo. Tómese al momento de iniciar
beza en México y el mundo la lucha el debate” (Cruz, 2004).
contra los transgénicos— denunciaron 2. Relación indirecta activistas-in-
la complicidad de las autoridades con dustriales. Esta relación indirecta se
aprecia en la confrontación simbólica
que hubo en el conflicto analizado.
9
Mediante un decreto publicado en el Dia-
rio Oficial de la Federación del 7 de marzo se
Esto es, en la disputa sobre la “verdad
reformaron, adicionaron y derogaron diversas científica” de los transgénicos. A princi-
disposiciones del reglamento de la lbogm. Se de- pios de 2010 se agudizó la confronta-
rogó el artículo transitorio, el cual ordenaba la ción a causa de la liberación de cultivos
publicación de un Régimen de Protección Espe-
cial al Maíz con el fin de preservar las varieda-
experimentales de maíz genéticamente
des de maíz existentes en todo el país, así como modificado. Con la premisa de que la
establecer los centros de origen y diversidad ciencia por sí misma es —o debería
de este grano. En su lugar —en el artículo 73— ser— un saber imparcial y esterilizado,
se implementó una estrategia de comunicación
y consulta pública —a través de la página elec-
activistas e industriales desplegaron
trónica del Sistema Nacional de Información campañas virtuales en las que denosta-
sobre Bioseguridad de la Cibiogem— sobre los ron los argumentos del adversario, al
casos que se someterían a un proceso de autori- ser catalogados como parte de una
zación. En este decreto quedó estipulado que las
secretarías de Agricultura y de Medio Ambiente
“ciencia mala”, “sucia”, “manipulada”,
serían las encargadas de establecer las medidas “interesada” o “falsa”. Por ejemplo, Fa-
de bioseguridad “caso por caso”. brice Salamanca —director de AgroBio,
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 39

la principal organización promotora en cos. En las sesiones ordinarias se pre-


México del cultivo de ogm— denunció sentan los anteproyectos de nom, así
la acción de “algunos grupos de activis- como las observaciones realizadas en
tas”, quienes difun­dieron “información los grupos de trabajo o en las consultas
sesgada con el objetivo de seguir dete- públicas establecidas antes de la apro-
niendo la experimentación” mediante bación de la norma. La deliberación
una “campaña de desinformación” con técnica y el análisis sobre temas especí-
la que buscan “atemorizar a la opinión ficos se efectúan en grupos de trabajo.
pública sobre los supuestos ‘daños irre- Mediante observación participan­
versibles’ que conlleva el emplear esta te,10 entrevistas situacionales y semies-
tecnología” (AgroBio, 2010). Esto, en tructuradas a informantes clave se
alusión a la difusión que hiciera Green- pudo apreciar que el comité opera gene-
peace sobre “las ratas de Monsanto”; es ralmente como un espacio de relación
decir, los resultados de un estudio que entre funcionarios, industriales y aca-
muestra que el maíz transgénico démicos, en tanto ha estado integrado
(Mon863), patentado por Monsanto y por organizaciones empresariales y de
autorizado en México, ha provocado da- comerciantes, así como por institucio-
ños en ratas (Ribeiro, 2005). nes académicas y por representantes
de diversas dependencias del gobierno
Discusión en un grupo de trabajo federal. Empero, en 2011 hubo un in-
sobre normalización tento del secretario técnico del comité, a
cargo del entonces director de Normali-
En torno al escenario de interlocución, zación de la Secretaría de Economía, de
y siguiendo la negociación —en alusión integrar a miembros de organizaciones
a la etnografía multisituada de Marcus que representaran los intereses de con-
(1995)—, se observó directamente la sumidores y usuarios. Con ello, este es-
relación entre activistas, funcionarios e cenario fungió, por unos meses, como
industriales en un espacio consultivo un espacio de interlocución entre acti-
dedicado a la elaboración y modifica- vistas, funcionarios e industriales. Esta
ción de una Norma Oficial Mexicana participación prosperó entre 2011 y
(nom). El episodio específico fue la dis- 2012, cuando tres organizaciones socia-
cusión para la Norma Oficial Mexicana les fueron apoyadas (con gastos de viá-
de emisiones de bióxido de carbono ticos) para asistir a las sesiones de
(nom-163), realizada dentro de un gru- trabajo; situación que cambió, desde
po de trabajo del comité consultivo na-
cional de normalización de seguridad 10
En contraste con el escenario sobre la
al usuario, información comercial y lbogm, en el que la observación de la protesta
prácticas de comercio (adscrito a la Se- fue directa pero no-participante, debido a que
cretaría de Economía). Cabe mencio- no hubo un involucramiento en las actividades
de los activistas; en la discusión del comité de
nar que este comité opera mediante normalización la observación fue participante,
sesiones ordinarias, extraordinarias y al acudir como parte de una organización de
grupos de trabajo sobre temas específi- consumidores en las discusiones de 2012 y 2013.
40 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

2013, con la nueva administración fe- las reuniones de trabajo del comité,
deral. Particularmente en 2012 se llevó pero también observación indirecta
a cabo la discusión de la nom-163 con la mediante la documentación del con-
colaboración de estas organizaciones. flicto y la negociación con lo referido en
En el episodio analizado se constató la prensa, así como con lo publicado
que la participación de activistas se difi- por los propios agentes involucrados
cultaba debido a la especialización téc- en sus portales de internet, además de
nica de la discusión.11 Si bien una de las lo narrado por informantes clave en
organizaciones participantes tenía no- entrevistas semiestructuradas. La
ciones sobre la eficiencia energética y la triangulación de técnicas fue relevan-
emisión de bióxido de carbono, no conta- te, sobre todo si pensamos que algunos
ban con información técnica de primera de estos espacios son de difícil acceso,
mano; elemento que sí tenía el sector pero también si consideramos que de
industrial. Ante ello, la estrategia fue no haber estado ahí, no se habría lo-
conformar redes con otras organizacio- grado obtener información útil para
nes que no estaban interesadas en par- armar el rompecabezas y presentar un
ticipar directamente en el proceso de relato etnográfico útil para cuestionar
normalización (específicamente con un las categorías etic antes mencionadas:
centro de investigación independiente gobernanza e innovaciones democráti-
sobre cambio climático). El resultado cas. Los casos analizados, siguiendo la
de la negociación fue la publicación, en pauta metodológica de la etnografía
2013, de la nom-163 (Semarnat-ener- enfocada y las premisas epistemológi-
scfi-2013), la cual recogió algunos de los cas de la etnografía política, muestran
comentarios de activistas pero, a decir elementos relevantes para criticar los
de uno de ellos, prevaleció el interés del dos conceptos. Pero, como un ejercicio
sector industrial (automotriz). de reconceptualización implica una
Seguir el conflicto en torno al proce- amplia discusión teórica —imposible
so legislativo de la lbogm, así como la de presentar en las páginas de este ar-
negociación sobre la nom-163 implicó tículo—, a continuación sólo se presen-
—en términos metodológicos— reali- tan algunas pistas para ello.
zar observación directa en las calles y
Gobernanza e innovaciones
11
Cabe señalar que esta dificultad repercu- democráticas: pistas para
tió también en la investigación y en el trabajo una reconceptualización
de campo. Al igual que en el escenario sobre bio-
seguridad y ogm la interacción con los informan-
tes generó la necesidad de familiarizarse con el
El análisis de los escenarios descritos
lenguaje técnico, el sociolecto de campos de co- —así como de otros que, por cuestio-
nocimiento que eran totalmente extraños. No nes de espacio, no se incluyen en este
obstante, conforme avanzó el trabajo sobre el artícu­lo—12 nos indica que las estructu-
terreno —con la lectura de documentos especia-
lizados y la interacción en los escenarios de go-
bernanza— se favoreció la familiarización con 12
Tales como el escenario de conflicto en tor-
los términos y tecnicismos. no a la regulación en telecomunicaciones, donde
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 41

ras basadas en una lógica de go­ tración pública local, estatal y fede-
bernanza, es decir, aquellas donde ral— no implica que en su operación se
interactúan agentes del gobierno, el sigan las premisas básicas de la go­
mercado y la sociedad en procesos de- bernanza. Es decir, que las relaciones
cisorios y gubernamentales, distan entre activistas, funcionarios e indus-
mucho de tener relaciones armónicas y triales sean armónicas y equilibradas.
equilibradas. Tanto la legislación sobre La negociación sobre la nom-163 mos-
ogm, como la discusión de la nom-163 tró las desventajas de información de
muestran que si bien se puede identifi- activistas, así como el acceso privile-
car una tendencia hacia la apertura de giado de los industriales en estos pro-
la agenda pública —con la integración cesos decisorios. Asimismo, la apertura
de agentes externos en procesos legis- de estos espacios no implica que el go-
lativos y de políticas públicas—, esta bierno ceda el control monopólico so-
apertura suele ser parcial, además de bre la toma de decisión pública. En
que la integración está marcada por todo caso, pareciera que estos espacios
importantes diferenciales de poder se abren para ir a tono con la tenden-
(Elias, 1982 [1970]). cia internacional de la apertura, pero
Como se indicó, una de las condicio- en la práctica las decisiones públicas
nes fundamentales de la gobernanza y siguen siendo tomadas a puertas ce-
las innovaciones democráticas es que rradas, siendo unos cuantos los que
los gobiernos se abran a los ciudada- pueden tener acceso. Es por ello que los
nos. Que se promueva la participación propios actores, los activistas, no du-
y colaboración de agentes externos en dan en calificar estos espacios como
el quehacer público. Esto es observable una “simulación”.
en la apertura de espacios de partici- La posición expuesta genera que se
pación y de innovación institucional multipliquen las protestas sociales.
(los consejos consultivos y las oficinas Como lo vimos con el conflicto en torno
de contraloría social son un ejemplo). a la legislación mexicana en bioseguri-
Empero, el establecimiento formal de dad, las puertas institucionales no se
espacios como los consejos y comités abrieron para, si quiera, escuchar el
consultivos —como el comité de nor- sentir de las organizaciones críticas.
malización presentado, así como otros Esto generó una amplia movilización
tantos consejos que las dos últimas dé- de activistas que intentaban, por la vía
cadas han impregnado la lógica y el no formal —es decir, la de las protestas
discurso institucional de la adminis- sociales— incidir en el proceso. No obs-
tante, prevaleció la voz de la industria,
se discutió la regulación sobre la venta de comi- aquella que, con acceso directo a los le-
da “chatarra” en escuelas, así como el escenario gisladores, logró como en otros tantos
de negociación para formular la norma mexica- casos —telecomunicaciones o hidro-
na y la norma internacional iso 26000, ambas
sobre responsabilidad social (para el primero
carburos— plasmar sus intereses.
véase Montes de Oca, 2014; los otros dos temas Estos hallazgos etnográficos difie-
se analizan en Montes de Oca, 2011). ren mucho de los elementos que teóri-
42 Laura Beatriz Montes de Oca Barrera

camente definen la gobernanza y las der o control social del mismo y acceso
innovaciones democráticas. En lugar abierto a los procesos decisorios). Pero
de vinculaciones equilibradas y armó- esta denominación conduce a pensar
nicas, manifiestan relaciones marca- en una mala gobernanza o una no de-
das por el conflicto y los diferenciales mocrática, lo cual lógicamente nos lle-
de poder; asimismo, en vez de apertura va a pensar en una no gobernanza.
plena de los procesos gubernamentales, En este sentido habrá que cues­
los hallazgos etnográficos denotan in- tionar si es más viable hablar de go-
tentos sólo parciales por abrir las insti- bernanza, sin calificativos (positivos o
tuciones. Entonces, ¿qué se debe hacer negativos), como una apertura (no ne-
ante esta distancia entre la teoría y la cesariamente total o incluyente) de los
práctica (entre las categorías etic y las procesos gubernamentales y deciso-
emic)? ¿Es preciso, como lo hacen algu- rios, en la que interactúan mediante
nos activistas críticos, hablar de simu- una lógica de negociación, pero tam-
lación y de maquillaje institucional; o bién de conflicto, agentes del mercado,
más bien, hay que modificar la concep- el gobierno y la sociedad, los cuales no
tualización? La propuesta de este artí- comparten los mismos recursos de po-
culo es que, desde la academia, se debe der. Lo mismo se puede decir del con-
optar por lo segundo. cepto innovación democrática. Más
Si interesa que la reflexión en cien- que buscar calificativos sería conve-
cias sociales sea de utilidad para ex­ niente ampliar —no estirar (Sartori,
plicar la realidad, es preciso adecuar 1999)— las definiciones para explicar
los conceptos a ella. Si bien se puede realidades que, en general, suelen ope-
partir de categorías etic para intentar rar de manera más compleja que como
explicar los procesos sociales y políti- lo plantean las teorías. Es así como pa-
cos, esto no implica la posibilidad de rece más apropiado hablar de inno­
incidir en ellos para cambiarlos confor- vaciones institucionales, como el
me a lo establecido normativamente, establecimiento, dentro de la estructu-
sobre todo porque esto depende de ra gubernamental, de espacios orienta-
otros factores no-académicos. Enton- dos a incluir la participación de agentes
ces, es preciso adecuar los conceptos a externos; espacios que pueden o no ope-
lo que realmente ocurre. De hecho, esta rar democráticamente y que se pueden
premisa —fundamentada en el para- o no traducir en una toma de decisión
digma malinowskiano— ya está pre- igualmente democrática.
sente en la discusión actual sobre la
gobernanza. Desde esta óptica es que CONCLUSIÓN
las discusiones sobre la gobernanza ya
proponen hablar de una “buena gober- La redacción de este artículo estuvo
nanza” (cce, 2001) o una “gobernanza marcada por un objetivo general: evi-
democrática” (Dingwerth, 2004) para denciar el poder de la etnografía para,
referirse al ideal esbozado líneas arri- por una parte, analizar objetos de estu-
ba (inclusión plural, equilibrios de po- dio propios de la sociología y de la cien-
Entre activistas, funcionarios e industriales. Aplicación de la etnografía… 43

cia política mediante las premisas construye de manera interactiva. El


metodológicas de la etnografía enfoca- sujeto investigador y el investigado
da y, por la otra, criticar conceptos conjugan saberes, las categorías etic se
como el de gobernanza e innovación complementan con las emic. La etno-
democrática, a partir de los fundamen- grafía, así, tiene un importante poten-
tos epistemológicos de la etnografía cial para la generalización teórica
política. Pensando en los componentes frente a un desfase entre el concepto y
de un paradigma, para concluir este “la realidad” como lo vimos con los ca-
artículo se presentan los tres funda- sos analizados.
mentos del poder de la etnografía, los
cuales han sido desplegados en los dis- BIBLIOGRAFÍA
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valencia de la metodología cuantitati- Auyero, Javier y Laurent Joseph (2007),
va —a veces más imaginaria que real “Introduction: Politics under the Ethno-
para el caso mexicano (Rivera y Sala- graphic Microscope”, en Lauren Joseph,
zar, 2011)—, cada vez más estudios so- Matthew Mahler y Javier Auyero (eds.),
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DEBATIENDO CONCEPTOS CON METODOLOGÍA
ETNOGRÁFICA: EL CASO DEL “CLIENTELISMO POLÍTICO”
Y LA “COMPRA DE VOTOS”

Turid Hagene*

Resumen: la autora explora y argumenta cómo la metodología etnográfica —principalmente la


observación participante— arroja datos decisivos en la construcción de conceptos. Para ilustra-
ción utiliza el caso del debate sobre la separación o no del “clientelismo político” y la “compra de
votos” en dos conceptos, basado en un estudio realizado en un pueblo originario del Distrito Fede-
ral, México. El artículo tiene como principal tema de investigación la metodología etnográfica
utilizada para conseguir estos datos. Detalla en concreto, por una parte, cuáles eran los datos que
permitieron demostrar la diferencia entre las dos prácticas, y por ende, los dos conceptos, y por
otra, cuáles eran las prácticas de campo realizadas para obtener tales datos. La autora argumen-
ta que los conceptos no deben hacer caso omiso de las nociones de las personas que se estudian,
porque de otra manera el estudio no es útil para entender sus acciones.
Palabras clave: metodología etnográfica, observación participante, clientelismo político, com-
pra de votos, construcción de conceptos.

Abstract: The author explores y argues how ethnographic methodology –principally participant
observation– produces invaluable data for the construction of concepts. She uses as an illustra-
tion the case of a debate concerning the separation or not into two different concepts of “political
clientelism” and “vote-buying”, taken from a study realized in a native village in Mexico, Distrito
Federal. The principal research question of the article is the methodology she used to gather the
ethnographic data. She details on one hand which data had enabled her to demonstrate the dif-
ference between the two practices, and therefore two concepts, and on the other, which fieldwork
practices she carried out to obtain those data. The author argues that the concepts we build
should not disregard the notions of the people we study, since otherwise our research cannot help
us understand the actions of those we study.
Keywords: ethnographic methodology, participant observation, political clientelism, vote-
buying, concept-building.

INTRODUCCIÓN tículo sobre el clientelismo político en


Latin American Politics and Society

E
ste texto explora la utilidad de (2015). Ellos alegaron que el clientelis-
la metodología etnográfica para mo político y la compra de votos caben
los estudios de política y la cons-
trucción de conceptos; el trabajo tiene *Profesora titular del Colegio Universitario
de Oslo y Akershus, Facultad de Educación y
dos inspiraciones principales: Estudios Internacionales. Línea principal de in-
Primero, una controversia que sos- vestigación: Etnografía política. Correo electró-
tuve con los dictaminadores de mi ar- nico: turidhagene@hioa.no

47
48 Turid Hagene

bajo el mismo concepto, que son igua- 160), quienes coinciden con Sartori en la
les. Mi material etnográfico demostró idea de formar conceptos en diferentes
claramente que para los habitantes niveles de abstracción, pero insisten en
del pueblo que estudiaba no era así. que todo concepto, independientemente
Tal conflación es bastante común en la del nivel, tiene que formarse a partir de
literatura sobre el clientelismo político los datos. Voy a argumentar por mi par-
(véase, por ejemplo, Schedler, 2004: 6; te que los conceptos que formamos no
Stokes, 2005; Kitchelt y Wilkinson, deben hacer caso omiso de las nociones
2007: 2; Magaloni et al., 2007: 182; Au- de los actores que estudiamos, para que
yero et al., 2009: 3; Díaz-Cayeros et al., la investigación pueda iluminar los
2009; González-Ocantos et al., 2012: comportamientos que estudiamos; se
202; Lawson y Greene, 2012: 2; Nichter inserta la tensión entre conceptos émi-
y Palmer-Rubin, 2015). Además, no soy cos y éticos (o sea, percibido desde aden-
la primera en argumentar tal sepa­ tro o desde afuera) (Lett, 1990: 130).
ración. Por ejemplo, Adler Lomnitz Nos enfrentamos, pues, a la si-
(1994: 41-46) aporta etnografía que ex- guiente pregunta: ¿las prácticas de
pone la diferencia entre lo que sucede clientelismo político y de compra de
en redes y el intercambio de mercado, votos caben en un mismo concepto, o
y Hilgers (2011: 567) arguye clara- requieren de dos conceptos diferentes?
mente por la importancia de distinguir He realizado trabajo de campo etno-
entre los conceptos de clientelismo po- gráfico durante quince meses en un
lítico y compra de votos. pueblo de México llamado Acopilco; el
Segundo, algunos textos teóricos so- material, el conocimiento y la expe-
bre la formación de conceptos en gene- riencia que reuní en este tiempo me
ral, como por ejemplo Hilgers (2011: han abastecido de la información nece-
572), quien señala que los conceptos de- saria para esclarecer este debate.
masiado flexibles o “estirados” pierden El principal tema de investigación
su poder analítico y explicativo. Esta de este artículo es la metodología etno-
autora ofrece como ejemplo justamente gráfica que utilicé para conseguir los
los conceptos de clientelismo político y datos que me indujeron a elaborar mis
compra de votos, y remite, entre otros, al conceptos de determinada manera. En
texto seminal de Sartori (1970) sobre la este contexto destaca sobre todo la ob-
formación de conceptos. Sartori sostiene servación participante. Como ilustra-
que son por una parte elementos de un ción de la metodología voy a exponer
sistema teórico, pero a la vez son instru- mi estudio sobre el clientelismo políti-
mentos para reco­lectar datos. Los con- co. Voy a detallar en concreto:
ceptos se pueden formar en diferentes 1. Los datos que me permitieron de-
niveles de abstracción, y hay que buscar mostrar la diferencia entre las dos
el nivel adecuado en cada caso (Sartori, prácticas, clientelismo político y com-
2009: 21-29). Igualmente me inspiro en pra de votos.
estudiosos del campo de la teoría funda- 2. Las prácticas de campo que reali-
mentada, como Corbin y Strauss (2008: cé para obtener tales datos.
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 49

EL CONTEXTO DEL ESTUDIO dos salarios mínimos (Inegi, 2000). El


pueblo constituye un entorno semirru-
He realizado mi investigación en un ral; la mayoría de la población trabaja
pueblo originario en el Distrito Fede- fuera del pueblo; en muchos casos en la
ral, San Lorenzo Acopilco, en la delega- ciudad.
ción política Cuajimalpa, viviendo en Por ser un pueblo originario, Acopil-
la comunidad en varios periodos que co mantiene una serie de prácticas so-
suman un total de 15 meses entre los ciales, religiosas y culturales, mismas
años 2003-2012. Mi tema de investiga- que comparte con los otros 200 pueblos
ción fue muy amplio: las prácticas y originarios en el DF (Correa, 2010) y
nociones de los habitantes acerca de la que los distingue del resto de los habi-
democracia y la participación en la so- tantes de la ciudad. Tienen organizacio-
ciedad. nes e instituciones comunitarias (antes
Acopilco se encuentra en la perife- llamadas sistemas de cargos; véase Ro-
ria del DF, donde la población ha creci- mero, 2015: 30), un ciclo ceremonial
do muy rápido en las últimas décadas anual con su fiesta patronal, defensa de
(Aguilar, 2008), ascendiendo, en el caso su territorio y recursos naturales, un
de Acopilco, a 24 000 habitantes (inegi, panteón comunitario, memoria colecti-
2010). El número de electores registra- va y una red de intercambio simbólico
dos ha aumentado de 10 000 a 17 000 (la “manda”) con otras comunidades
en los últimos 12 años (iedf , 2000, (Hagene, 2007; Medina, 2009; Romero,
2012). Casi la mitad de los pobladores 2009 e inédito). Las prácticas comuni-
son avecindados, y unos pocos más son tarias se desarrollan a menudo en re-
nativos u originarios, de los cuales 2 345 des sociales, las cuales tienen una
son comuneros, es decir, tienen dere- importancia singular en el contexto del
chos agrarios formales.1 Acopilco cuen­ clientelismo político. Este tema lo ex-
ta con bienes comunales de 1 608 ploramos en Hagene y González-Fuen-
hectáreas, de las cuales 1 400 son bos- te (en prensa) y Hagene (2015).
que, además de 127 hectáreas de La etnografía que se incluye en este
pequeña propiedad. Cada tres años artículo concierne a la elección para el
se elige el Comisariado de Bienes cargo de jefe delegacional en Cuajimal-
Comunales para manejar esos bienes. pa en 2006 y 2012; estas elecciones
Actualmente sólo cien personas ob- existen a partir del 2000. En el DF el
tienen sus ingresos de actividades pri- Partido de la Revolución Democrática
marias. La mayoría se encuentra en el (prd) ha gobernado desde la primera
segmento relativamente pobre, puesto elección de jefe de Gobierno en 1997,
que más de la mitad gana menos de pero en la delegación Cuajimalpa el
prd solo ha tenido el poder en el perio-
1
El censo de inegi no registra la categoría de do 2003-2009. En la primera elección
avecindados. Este dato emergió de un cálculo
que hice basado en cifras del inegi, seduvi y el
en 2000 triunfó el Partido Acción Na-
Comisariado de Bienes Comunales (Hagene, cional (pan) en coalición con el Partido
2010: 213). Verde, mientras el pan gobernó sólo du-
50 Turid Hagene

rante 2009-2012. Por otra parte, en monetaria, pero de la versión que em-
2012 ganó el Partido Revolucionario plea bienes no monetarios sí tengo
Institucional (pri) en alianza con el etnografía de un caso, misma que in-
Partido Verde. cluyo en este texto.
Sin embargo, como se va a demos- Las dos prácticas pretenden obte-
trar en este artículo la etnografía, la ner votos a cambio de incentivos mate-
victoria del pri nada tenía que ver con riales, pero el procedimiento de una y
preferencias ideológicas en el electora- otra es totalmente diferente. Una prác-
do ni con programas o promesas de los tica se considera legítima, la otra no, lo
partidos, sino que se produjo a raíz de cual difícilmente percibe la investiga-
las exitosas prácticas clientelares del dora sin antes realizar trabajo de cam-
candidato ganador, quien se había po etnográfico. A fin de brindar una
cambiado de partido, del prd al pri. visión condensada de las similitudes y
diferencias entre las dos prácticas, to-
¿UN CONCEPTO O DOS? dos los elementos que he acopiado al
respecto pueden verse en el cuadro 2.
En el artículo sobre el clientelismo polí- Este ejercicio me hizo notar que es
tico en Acopilco (Hagene, 2015) mi et- de suma importancia la perspectiva
nografía demostró que lo que llamamos desde la cual se contempla el proceso de
clientelismo político, entre la gente no intercambio de bienes por votos: una es
tenía ningún término específico, sino la perspectiva de quien quiere obtener
que suele llamarse “labor social” o “ayu- votos, otra es la del votante. ¿Cuál será
da”, lo cual resulta totalmente legítimo la perspectiva de la investigadora?
y abierto. Las actividades clientelares Jackson (1996) sugiere que hay inves-
se desarrollaban en redes sociales para tigadores que adoptan “the godlike
resolver problemas, en interacción con perspective of science”, o sea, el objetivo
el candidato. En cambio, la compra de visto desde ningún lugar. Obviamente
votos sí era motivo de comentarios en- es imposible contemplar desde ningún
tre la población, que emplea ese tér­ lugar, pues incluso el investigador ha
mino con un significado claramente de colocarse en algún punto, o mejor, en
peyorativo. Se considera una práctica varios puntos, lo que llamamos inter-
ilegítima, que incluso merma la digni- subjetividad (Jackson 1996: 23).
dad de las personas: “Qué barato se En mis discusiones sobre estas
vende la dignidad de un pueblo”.2 Sin prácticas me he encontrado con la po-
embargo, nunca llegué a presenciar tal sición de que “no es válido elaborar un
compra, ya que nadie admite haber in- concepto a partir de una distinción he-
currido en ella ni se llevaba a cabo en cha por los propios sujetos”, tal como se
público. De hecho, no me consta que se hace con los conceptos émicos. Los
practique en el pueblo en su versión conceptos éticos, por su parte, operan
desde “ningún lugar” sin explicitar la
2
Entrevista con operadora política, 1 de ju- perspectiva desde donde analizan su
lio, 2012. temática. Mi posición es que los con-
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 51

ceptos no deben descuidar o contrariar personas, actividades de alta visibili-


las nociones de los sujetos. Esto no sig- dad. Empecé a participar en estas ac­
nifica que debamos limitarnos a em- tividades, lo que hizo de mí una figura
plear los términos de los sujetos, sino muy conocida en el pueblo. Me formé el
que debemos construir conceptos émi- hábito de dar largas caminatas por la
cos, los que se expresan en “categorías mañana, en parte por el frío que hace a
que tienen sentido para los nativos de 3 000 metros de altura, pero también
las culturas que se estudian” (Lett, porque resultó ser una manera exce-
1990: 130). En síntesis, la controversia lente de conocer a otras personas que
atañe a dos nociones de la ciencia muy suelen caminar a esas horas, de tener
diferentes entre sí. con ellas conversaciones informales, de
observar la multitud de perros calleje-
NOTA METODOLÓGICA ros que hizo que las mujeres lleven
consigo palos de escoba durante sus
Primero, me permito señalar la enor- caminata; pude asimismo observar las
me importancia de habitar en la comu- mujeres que se forman para abastecer-
nidad de estudio y de desplazarme a se de agua potable de las pipas públi-
pie o en transporte público (en “mi- cas en tiempos de estiaje.
cros”), lo cual me facilitó el acceso a la No escogí la observación partici-
experiencia de vida de la gente a la que pante porque la considerase adecuada
estaba estudiando. Esto además impli- para el estudio del clientelismo políti-
có un libre acceso a informarme sobre co, más bien fue al revés: ya que cuan-
cualquier evento en el poblado, desde do desempeñaba esta actividad, noté
los avisos colocados en los postes para una red clientelar para resolver pro-
invitar a reuniones y asambleas, a blemas, y decidí adentrarme en el
observar las ermitas diseminadas en tema. Obviamente, para darme cuenta
varios sitios, a percatarme de los pre- de aquello era necesario que conociese
parativos de muchas prácticas socio- de antemano el fenómeno. Habida
rreligiosas y fiestas familiares, y a cuenta de que en México, como en mu-
mantenerme al tanto de los chismes y chos otros países, está muy arraigado
rumores que circulaban por el pueblo. el clientelismo político, había leído pre-
Gracias a eso me enteré también de los viamente varios textos al respecto (por
materiales de construcción que se ha- ejemplo, Cornelius, 1973; Grindle,
bían repartido con motivo de la campa- 1977; Fox, 1994; Braig, 1997). Es un
ña electoral del 2006, y que lo habían fenómeno que ocurre en muchas par-
dejado a las puertas de las casas de tes del mundo, y es una de las prácti-
muchos vecinos. cas habituales del partido que gobernó
El hecho de vivir en el pueblo me México durante más de 70 años.
permitió darme cuenta de que las Además de conocer el fenómeno,
prácticas que más gente movilizan a lo fue necesario tener la costumbre de
largo del año son las sociorreligiosas, relacionarse con la gente y de hacer
en las que participa gran cantidad de apuntes sobre lo que observaba, lo cual
52 Turid Hagene

forma parte integral de mis prácticas mayor procedente del norte de Europa,
de campo. Por tanto, no afirmo haber no tengo familia en la localidad de es-
llegado inocente y sin conocimientos tudio, domino el idioma relativamente
previos al pueblo; sobre todo fue un bien, y he adquirido una diversidad de
proceso interactivo entre lo que apren- rasgos culturales al cabo de dos déca-
dí de las lecturas, el reconocimiento en das de experiencia de campo en México
la vida cotidiana de lo que había leído, y Centroamérica. De formación soy
las observaciones que incorporaba en historiadora y he podido cumplir una
mis notas de campo, y los conceptos y amplia gama de experiencias laborales
las narrativas que luego se producen a en varias partes del mundo. Asimismo,
lo largo de varios periodos investigati- es preciso rendir cuenta de los datos
vos de esta índole. concretos que dieron lugar a las inter-
La serendipia (Rivoal y Salazar, pretaciones que se presentan en este
2013) tal vez no es tan casual, sino más texto.
bien producto del encuentro de todos Según Bryman (2004: 291) la obser-
estos insumos en el cuerpo de la inves- vación participante concierne a “el
tigadora, que es quien los ingiere y di- involucramiento extendido del investi-
giere. La investigación de esta manera gador en la vida social de las personas a
implica encuentros con los sujetos “en quienes estudia”. Esto constituye una
su realidad corporal, en su existencia inmersión que, según Schatz (2009:
concreta, en sus tiempos y espacios” 14), genera conocimiento y compren-
(Burawoy, 1991: 291, trad. autora) y se sión. En mis periodos de trabajo de
realiza como un proceso a la vez men- campo hice observación participante
tal y corporal, una experiencia de ín­ en combinación con conversación in-
dole personal por la que es posible formal, entrevistas semiestructuradas,
percibir en alguna medida las expe- relatos de vida, escrutinio de datos
riencias de los sujetos de la investiga- electorales y revisión de archivos pú-
ción. Las percepciones son las de la blicos y privados, combinación que ha
investigadora, a través de cuya expe- probado ser un acercamiento fértil al
riencia, conocimiento y enfoques socio- tema.
culturales se procesa la información. En la literatura sobre el clientelis-
Por consiguiente, si bien este ejercicio mo político en México tenemos varios
no es de la misma índole que registrar ejemplos de estudios basados en méto-
la temperatura en un termómetro, dos etnográficos, como por ejemplo,
tampoco es ficción; más bien se trata Adler Lomnitz (1994), González de
de un conocimiento fenomenológico. la Fuente (2007) y Tosoni (2007). De
Si bien el texto de la investigación la misma forma, en los estudios de esta
no versa sobre la investigadora, es un práctica ha sido más común usar mé-
reto dar a conocer lo necesario para todos como encuestas (Stokes et al.,
que el lector pueda evaluar el resulta- 2013), entrevistas estructuradas
do de tal procesamiento. Cabe mencio- (Schedler, 2004), análisis de gastos pú-
nar aquí que soy una mujer bastante blicos (Magaloni et al., 2007), análisis
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 53

de los documentos de programas socia- 2011: 109) y, asimismo, en las obliga-


les (Díaz-Cayeros et al., 2009) y cons- ciones que estas relaciones crean (Bol-
trucción de algoritmos complejos ton, 2011). Es importante recordar que
(Stokes, 2005). Poco común es la com­ “el sentido se encuentra en las relacio-
binación de métodos etnográficos y nes tal como se viven, y no en las pro-
cuantitativos —como es el caso de la piedades estructurales y sistemáticas
encuesta construida por Krishna (2007: que un análisis pueda revelar que ten-
142-146)— con la perspicacia ganada gan” (Jackson, 1996: 26). Asuntos de
en un trabajo de campo de dos años en universos morales, formas de racionali-
el norte de India. Con ese material dad, legitimidad y sentido difícilmente
pudo demostrar que 60% de los habi- se pueden calcular o descubrir me-
tantes preferían líderes nuevos como diante métodos cuantitativos, como
mediadores con el Estado, los que se encuestas o incluso entrevistas, mien-
caracterizaban por tener un nivel edu- tras que la observación participante
cativo más alto, mejores contactos y facilita justamente tales fines. Es bien
más información que los líderes tradi- sabido que las palabras pueden utili-
cionales. Demostró que las preferencias zarse para crear cualquier tipo de re­
descansaban sobre todo en la capa­ lato, formulado conforme a lo que se
cidad de esos líderes de obtener más quiere obtener (Wikan, 2012: 16), lo
beneficios para los pobladores, tanto de cual constituye un reto constante para
la democracia como del mercado. quienes hacen encuestas. Coincido con
Mis estancias sucesivas en la zona Wikan (idem) cuando afirma que “las
de estudio me permitieron acopiar acciones hablan más claro que las pa-
fragmentos de información recogidos labras, y los silencios también pueden
en diversas ocasiones sobre la red ser fuentes valiosas de comprensión”.
clientelar construida para resolver A la vez, esto no disminuye la impor-
problemas, etnografía que presento en tancia de lo que dice la gente ni de los
este artículo. El hecho de haber conoci- términos que emplea.
do al operador de esta red, “Juan”, en Parte de la información obtenida en
2005, cuando él hacía campaña para un trabajo de campo etnográfico es de
las elecciones en el Comisariado de una índole que los informantes dan
Bienes Comunales, me resultó muy por sabida, por tanto, queda sin articu-
útil cuando me lo encontré en 2006 en larse, “no hace falta decirlo”. A veces ni
las puertas de la casilla electoral. siquiera existe un término, como es el
Mi meta era captar el proceso políti- caso del clientelismo político en mi
co en el momento de desenvolverse, tal comunidad de caso. Este tipo de descu-
como se mirara desde la perspectiva de brimiento, el poder acceder al conoci­
los clientes (Auyero, 2000: 40). La in- miento tácito de algunos pobladores,
vestigación del clientelismo político solo es alcanzable a través de la obser-
tiene que enfocarse tanto en lo que ha- vación participante.
cen los actores como en lo que dicen, y El acercamiento etnográfico abre el
en las relaciones entre ellos (Auyero, acceso a una posición epistemológica
54 Turid Hagene

que privilegia “el conocimiento por se usa. En el caso del clientelismo polí-
el que la gente vive, más que por el que tico, una de las preguntas intrigantes
los intelectuales de Occidente le dan que surge actualmente en la literatura
sentido a la vida” (Jackson, 1996: 4, (véase, p. ej., Fox, 2012: 208) es la ra-
trad. autora). La fenomenología, o sea, zón por la cual tal práctica persiste en
el estudio científico de la experiencia, muchos países a pesar de la competen-
coloca las dos formas de conocimiento cia electoral y el voto secreto, y, tal vez,
en el mismo nivel, y en este estudio añadiendo, a pesar de cierta elevación
hago uso de las dos tradiciones. Mi in- en el nivel de vida. Contestar la pre-
volucramiento a largo plazo en la vida gunta requiere contemplarla desde la
de los pobladores contribuyó a mi com- perspectiva de los clientes, enfatizando
prensión de sus experiencias y de su lo que para ellos da sentido. Esto im-
forma de darles sentido. Mis conceptos plica conceptos émicos, formulados a
y hallazgos son el resultado de que los partir de los datos recogidos entre los
pobladores me permitieron participar clientes (teoría fundamentada). Co-
en muchas de sus actividades, conocer mento de paso que no significa que
sus evaluaciones y entablar conversa- toda investigación tiene que usar
ciones, lo que significa colaborar en los metodología etnográfica, sino que por
términos de Marcus (2008) y Burawoy lo menos la definición de los conceptos
(1991: 291). debe servirse de este abordaje.
Hilgers (2011: 572), por su parte, se
ALGUNOS APUNTES TEÓRICOS preocupa por el “estiramiento” o la fle-
xibilidad excesiva del concepto “clien-
En este apartado voy a explorar la du- telismo político” en buena parte de la
pla de conceptos émico/ético, el asunto literatura sobre el fenómeno. Esta au-
de los niveles de abstracción de un con- tora mantiene que así se produce una
cepto y la pregunta de qué viene pri- pérdida de significado y fuerza analíti-
mero, el concepto o la investigación. ca del concepto. Remite a Sartori y su
Una posición en la politología no recomendación de utilizar una catego-
acepta que las percepciones de los su- ría primaria para los niveles altos de
jetos estudiados influyan en la forma- abstracción, con categorías secunda-
ción de conceptos; para esa posición, rias que añaden más elementos que
los conceptos ante todo precisan tener están presentes en casos particulares.
sentido en la comunidad de científicos, Sartori plantea que los conceptos en
más que en la comunidad de los suje- el nivel más alto son universales, a ni-
tos investigados. Conforme a la tradi- vel mediano son generales, mientras
ción estadounidense en ciencia política en el nivel más bajo se sacrifica la ex-
(Schatz, 2009: 20n1), el ideal es el con- tensión por la precisión de la connota-
cepto ético (Lett, 1990: 130). Este punto ción, de los sentidos y de los atributos
de vista puede también tener méritos, que definen la categoría (1970: 1039-
dependiendo de la investigación que se 1041). Encuentro que el clientelismo
lleva acabo y de la metodología que político pertenece al nivel de abstrac-
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 55

ción baja, que se caracteriza por tér­ sofisticación computarizada”. Eso indi-
minos observables, muchas veces ca que el concepto tiene que preceder a
contextuales, que se prestan a prueba los datos. En cambio, según la teoría
empírica. Retomando los datos de mi fundamentada, los conceptos deben
propia investigación sobre clientelismo crearse desde los datos. Siguiendo a
político, me parece evidente que el con- Glaser (2002: 4), formular “un concepto
cepto pierde en connotación, y por lo quiere decir nombrar un patrón social
tanto en poder analítico, si incluimos que está emergiendo de los datos de la
aquello que no es legítimo, no es afecti- investigación”.
vo, no es abierto, no es de larga dura- ¿Qué hacer ante semejante dilema?
ción, no es personal, no opera con En las investigaciones cuantitativas
obligación moral y tampoco se aplica no se puede cambiar de preguntas o de
en redes (esto es, la compra de votos, conceptos a lo largo del proceso de in-
véase cuadro 2). vestigación, mientras que con la me­
Estudiosos del campo de la teoría todología etnográfica eso no sólo es
fundamentada, como por ejemplo Cor- permisible, sino aconsejable. Si uno
bin y Strauss, coinciden con Sartori se percata durante el proceso de inves-
sobre la importancia de operar con tigación de que el clientelismo político
conceptos de diferentes niveles de abs- y la compra de votos, lejos de tratarse
tracción (2008: 160). Sin embargo, de lo mismo son, desde la perspectiva de
mantienen que “todo concepto, inde- los votantes, dos procesos diferentes,
pendientemente del nivel, tiene que ese aprendizaje hay que aplicarlo y
emanar de los datos”. Observo que los tratarlo como uno de los hallazgos de
datos concretos y detallados produci- la investigación. En mi caso, son preci-
dos en un trabajo de campo etnográfico samente mis datos etnográficos los que
hacen posible las categorizaciones que me exigen insistir en la separación de
he utilizado en el cuadro 2, las que for- los conceptos “clientelismo político” y
man parte del ejercicio de construir el “compra de votos”.
concepto de clientelismo político fun- Notamos que las diferencias en ma-
damentado en categorías observables teria de disciplinas, nociones del cono-
en niveles de abstracción bajos. cimiento y acercamientos teóricos y
¿Qué viene primero, la gallina o el metodológicos son el núcleo de la con-
huevo, el concepto o la investigación? troversia sobre estos conceptos.
Según Sartori (1970: 1033, trad. auto-
ra), los conceptos tienen la doble fun- ETNOGRAFÍA DEL CASO
ción de ser parte de un sistema teórico
y ser instrumentos para la recolección En esta sección voy a presentar etno-
de datos. La formación de conceptos grafía de una red clientelar en Acopilco
tiene que anteceder a la cuantificación, 2006-2012, y de un incidente de com-
un problema que no se resuelve cam- pra de votos con bienes no monetarios
biando de “preguntas del tipo ¿qué es? en la campaña electoral de 2006 en el
a ¿qué tanto es?”, ni con “estadística y mismo pueblo originario.
56 Turid Hagene

ETNOGRAFÍA DE UNA RED discurso de bienvenida Juan les recor-


CLIENTELAR dó lo que habían obtenido de esa mane-
ra en años anteriores, sugiriendo que
El día de las elecciones en julio de 2006 invitaran a Adrián (el próximo candi-
reconocí a “Juan” a la entrada de la ca- dato del prd a jefe delegacional) a la si-
silla electoral situada cerca de mi casa. guiente reunión, para que les diera un
Me acerqué a conversar con él, ya que cuadro completo de los programas de
lo había conocido el año anterior. En beneficios sociales en el DF y les ofre-
aquella ocasión había mostrado gran ciera su ayuda para obtener lo que les
interés en explicarme lo que estaba pudiera corresponder. Las personas po-
haciendo y por qué lo hacía, así que al dían intentar solicitar los beneficios
volver a encontrarlo en otras ocasiones por su cuenta, a través de oficiales en
me sentí con confianza para dirigirme la delegación, pero Juan indicaba que
a él. Se encontraba en las afueras de la eso tendía a ser complicado. De ma­
casilla palomeando los nombres en nera que él se ofreció a mediar, en co­
una lista a medida que las personas laboración con Adrián: “Adrián nos
iban saliendo. Les preguntaba por apoyará, y nosotros le apoyamos a él”,
quién habían votado, y la gente le con- explicó Juan.
testaba. Siguió haciéndolo en mi pre- Juan también trazó planes para las
sencia, sin detenerse y sin mostrar celebraciones de fechas importantes,
incomodidad alguna por el hecho de como el Día de las Madres en mayo,
que yo estuviera siendo testigo de su fecha en la que le pedirían al candida-
actividad de monitoreo. to ayuda para conseguir “unos tacos”
En marzo de 2011, al pasar frente para la celebración. Sugirió también
a la casa de Juan, me percaté de una otras maneras de financiar algunos
nota en su portón; era una invitación convivios. De ese modo revivirían y ex-
a una reunión en el Comité de la Espe- pandirían algunas redes sociales para
ranza, lo cual resultó ser el inicio de un resolver problemas, donde el disfrute
nuevo ciclo clientelar en el periodo pre- formaba parte del aglutinante social
vio a las elecciones del 2012. Acudí a la (véase, p. ej., De Vries, 2002: 912).
reunión, a la que llegaron unas 25 per- Adrián, el candidato, les ayudaría a
sonas. Aparentemente era la primera obtener sus beneficios y a disfrutar
de una serie de reuniones que conduci- del convivio, y ellos a cambio votarían
rían a la obtención de alguno de una por él.
diversidad de beneficios públicos para Tres semanas después de esa reu­
sus vecinos: microcréditos, despensas, nión, durante mi caminata matutina,
leche a precio reducido, crédito para me encontré con uno de sus partici-
vivienda, seguro médico, seguro de des- pantes. De hecho, me encontraba con
empleo, etc. La idea era que los benefi- él a menudo, y él acostumbraba con-
cios llegaran con oportuna antelación a tarme cosas sobre el pueblo y su gente
las elecciones de jefe delegacional, que mientras caminábamos. Por ejemplo,
se realizaría en julio de 2012. En su me había mostrado los linderos de la
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 57

comunidad, la degradación del medio de otro partido, y por quién votarían


ambiente visible en los barrancos y Juan y su red el día de las elecciones?
ríos, y había compartido conmigo todo Acordamos vernos en su casa, donde se
tipo de información e historias. Esa presentó también un representante
mañana me contó que Adrián efectiva- local del pri.3
mente había llegado, y que varios veci- Juan explicó que había trabajado
nos habían entregado sus documentos con Adrián dentro de la estructura del
y la solicitud, esperando un resultado prd durante varios años, pero que al­
positivo. Puesto que la gente no tenía rededor de febrero de 2012 el prd no
una visión completa de todos los pro- había seleccionado a Adrián como can-
gramas ni sabía dónde solicitar apoyo didato a jefe delegacional, sino a otra
ni a quién dirigirse con qué documen- persona. Entonces Adrián se acercó a
tos, ni tenía la seguridad de recibir un la coalición del pri/Verde y negoció que
trato formal si presentaran la solicitud lo nombraran candidato con la condi-
por su cuenta, un apoyo en ese momen- ción de que apoyaría a sus candidatos
to obviamente era bienvenido. Lo que para la presidencia, para la jefatura de
podemos llamar “la interfaz entre ciu- Gobierno del DF y para diputado local.
dadanos y Estado” (Fox, 2012: 190) en El militante del pri comentó: “Nosotros
este caso deja un espacio abierto, pro- queremos recuperar la delegación, en-
picio para llenarse con prácticas clien- tonces necesitamos a Adrián. En el
telares. Muchos vecinos, aunque no partido pesaron los candidatos, y
todos, poco a poco recibieron algunos Adrián se viene, pero con cierta estruc-
beneficios de los programas sociales. tura del prd”.4 Esa estructura, obvia-
Una vez llegado el día de las eleccio- mente, era la red clientelar. Juan me
nes, tendrían la oportunidad de corres- contó que la gente de su red había teni-
ponder con sus votos. do claro desde el principio que les toca-
Diez días antes de las elecciones del ba votar por Adrián. Así pues, a partir
2012 yo estaba de regreso en Acopilco de marzo Juan y sus compañeros se die-
para hacer trabajo de campo. Salí a ca- ron a la tarea de visitar a la gente de la
minar por la mañana; en las calles red para explicarles que ahora eso sig-
abundaban los carteles electorales con nificaba votar por el pri.
fotos de los candidatos. La foto de El día de la elección, primero de ju-
Adrián tenía alta visibilidad en varios lio, acudí por la tarde al patio de Juan,
de los carteles; se le consideraba guapo adonde me había invitado a comer ta-
por sus ojos verdes y su imagen joven, cos de carnitas (tortillas con carne de
me habían explicado en el pueblo. Pero cerdo cocido y picado, aderezado con ci-
mi sorpresa fue darme cuenta de que lantro, cebolla, limón y salsa picante),
su foto no aparecía en los carteles del la comida ritual más accesible en Aco-
prd, como era de esperarse, sino en los
de la coalición pri/Verde. Tal noticia me 3
Entrevista con Juan y Carlos, 25 de junio,
motivó a buscar de inmediato a Juan; 2012.
¿por qué ahora Adrián era candidato 4
Entrevista con Carlos, 25 de junio, 2012.
58 Turid Hagene

Cuadro 1. Número y porcentajes de votos, 2006, 2009, 2012, Acopilco


pan pri prd pan pri prd

Presidente Jefe delegacional


2006 % 24 12 57 19 23 43
2006 # 2 261 1 078 5 351 1 806 2 172 4 015
2009 % – – – 33 16 42
2009 # – – – 2 575 1 206 3 295
2012 % 14 37 44 15 46 36
2012 # 1 591 4 216 4 945 1 628 5 159 4 034
Fuente: Elaboración propia, basada en información de [www.iedf.org.mx y www.ife.org.mx].

pilco. Había una mesa larga en el patio ETNOGRAFÍA DE LA COMPRA


y otras dos dentro de la casa. Conforme DE VOTOS (NO MONETARIA)
llegaban las personas, cada una mos-
traba su dedo con tinta electoral, a la No puedo aportar ninguna observación
vez que se iban retirando los que termi- de compra monetaria de votos en Aco-
naban de comer su taco. Después Juan pilco, sencillamente porque nadie ad-
me contó que habían acudido al patio mitió haber recibido dinero a cambio de
664 adultos por su taco. Él y sus compa- su voto. Esa sería la forma más axio-
ñeros habían visitado a esas personas mática de comprar votos, con la distin-
antes de las elecciones para animarlas ción más clara respecto del clientelismo
a votar e invitarlas al convivio de car­ político. La gente hablaba mucho de
nitas. Me explicó que esto era una opor- que “los otros” vendían o compraban
tunidad de mostrarles “el afecto, el votos, lo que se consideraba una con-
carisma que uno tiene con ellos”.5 ducta vergonzosa y sólo posible en el
Adrián ganó la delegación Cuaji- secretismo del hogar, donde no era fac-
malpa para el pri, siendo esa la única tible observarla. Por eso mismo no ten-
de las 16 delegaciones en el DF para el go observaciones de la práctica, sólo
tricolor. Su ventaja ante el candidato rumores. No me consta que en el caso
del prd era de 1 145 votos, de los cuales de mi estudio se hayan vendido votos a
1 125 fueron emitidos en Acopilco (véa- cambio de dinero o tarjetas de débito,
se el cuadro 1). Adrián, quien repre- pero sí hubo miles de casos de compra
sentaba ahora al pri, obtuvo 943 votos de votos en las elecciones del 2012 en
más que el candidato presidencial de otras partes de México (Estrada, 2012;
ese partido en esta localidad. Al termi- Al Momento Noticias, 2014).
nar el año, Juan tenía empleo como Sin embargo, tengo observaciones
nuevo jefe delegacional. que hice de compra de votos a cambio
de materiales de construcción durante
5
Entrevista con Juan, 23 de julio, 2012. la campaña electoral de 2006, cuando
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 59

el candidato del pri para jefe delegacio- parece probable que su popularidad
nal al parecer logró comprar alrededor obedeciese a las donaciones generosas
de 1 000 votos. La práctica difería de la del candidato anterior. La compra exi-
red clientelar: no involucraba relacio- tosa de votos, por otra parte, no implicó
nes personales ni redes funcionando a ganar la elección. Los 2 172 votos obte-
lo largo del tiempo. Aun así, esta prácti- nidos sólo representaban 23% de los
ca tampoco es exactamente idéntica a votos, comparados con 43% del ganador
la compra de votos monetaria, ya que Partido de la Revolución Democrática.
incluye algunos pasos que personalizan Pareciera entonces que muchas
la transacción y van más allá de un personas en el pueblo se sienten obli-
único evento (véase el cuadro 2). gadas a reciprocar con su voto este tipo
Durante mis caminatas por el pue- de dádivas, por lo menos cuando la dá-
blo noté que a la entrada de muchas diva es sustancial, incluso cuando se
casas había sobre la acera cúmulos de trata de una transacción momentánea
materiales de construcción (grava y en la que no median las relaciones per-
cemento). Pregunté a varias personas sonales ni el calor de una red dedicada
qué significaba eso y me dijeron que a resolver problemas. Sin embargo, las
eran dádivas de parte del candidato personas no admiten que esa transac-
del pri a jefe delegacional. Él los repar- ción haya ocurrido, y si no hay más
tía a petición; la gente podía acudir a remedio (habida cuenta de que los ma-
su oficina y solicitar los materiales, lle- teriales de construcción se ven acumu-
nando un formato con su nombre y di- lados justo a la entrada de sus casas),
rección. Ese candidato obtuvo 2 172 todavía pueden refugiarse en el argu-
votos, lo cual representa 1 558 votos mento de que el voto es secreto: “Toma
más que los 614 obtenidos por su pre- todos los beneficios que puedas, luego
decesor en 2003. Si comparamos los vota por quien tú quieras”, según reza
votos obtenidos por el pri en Acopilco el dicho popular. Aun así, mi lectura de
en las elecciones para jefe delegacional las estadísticas electorales indica que
en 2006 (2 172) con el número de votos mucha gente reciprocó las dádivas con
para el candidato presidencial el mis- su voto. Para algunos, la razón pudo
mo año (1 078), encontramos 1 094 vo- haber sido que sospechaban que esta-
tos más para el jefe delegacional ban siendo monitoreados; algunos ex-
(véase cuadro 1). No puedo comprobar presaron directamente desconfiar del
que el reparto de materiales de cons- carácter secreto del voto: “No sé cómo,
trucción realmente haya comprado pero creo que sí lo pueden descubrir”,
más de 1 000 votos para la alianza pri/ refiriéndose a su votación.6 Para otros,
Verde, pero los resultados son compati- sus motivos podían tener un sentido de
bles con un alegato de esa índole. obligación moral. Me refiero aquí a los
Por supuesto, los candidatos del pri regalos sustanciales no monetarios,
en 2003 y 2006 no eran las mismas
personas, así que podía tratarse de la 6
Entrevista con ama de casa de la localidad,
aceptación del candidato; sin embargo, 18 de julio, 2012.
60 Turid Hagene

como son, por ejemplo, materiales de les socioeconómicos asimétricos. Se-


construcción, y no a los gorros, camise- gundo, la meta de los que invierten
tas, lápices, jarros, etc. que normal- recursos en ambas prácticas es obte-
mente distribuían todos los partidos; ner votos a cambio de bienes. Éstas son
nadie argumentaba que esos regalos las únicas similitudes entre las dos
pudiesen generar votos. Me imagino prácticas (véase el cuadro 2).
que los encontraban demasiado insig- Por lo demás, la etnografía daba
nificantes, aun así, los puntos donde se cuenta de una serie de diferencias. Mis
distribuían siempre estaban llenos de conversaciones constantes con la gente
gente. a propósito de este tema evidenciaban
Si bien la compra de votos a cambio dos diferencias fundamentales: la ter-
de materiales de construcción funciona minología y la legitimidad. Primero, el
efectivamente, afirmo que se distingue clientelismo político no tenía ningún
de la operación de la red clientelar: el término específico; nunca se comenta-
proceso es diferente, y también el grado ba ni se acusaba jamás a nadie de ejer-
de legitimidad (véase cuadro 2). Man- cerlo. Cuando pregunté cómo se podía
tengo abierta la posibilidad de recono- llamar lo que estaba haciendo Juan,
cer que los nativos—los que comparten algunos me decían “ayudar”, y otra
el mundo de vida comunitario— po­ operadora política, sin ser preguntada,
siblemente se sienten obligados a reci- me dijo que ella hacía “labor social”. La
procar ese tipo de compra de votos, aun práctica estaba incrustada en las prác-
cuando ocurra fuera de cualquier red ticas comunitarias con sus múltiples
de larga duración. Sin embargo, nadie redes sociales. La compra de votos, en
quería reconocer que era así; no lo de- cambio, era un tema que se comentaba
fendían como una práctica legítima, mucho en el pueblo, con ese mismo
sino que hablaban en términos de “ya término, y siempre con una connota-
que el voto es secreto, podemos tomar ción peyorativa. La interacción con la
todos los beneficios, y luego votar por población, por tanto, me indicaba que
quien queramos”. Los datos electorales, las dos prácticas se diferenciaban en
sin embargo, indican que muchos per- cuanto a terminología. Segundo, por
cibían una obligación moral, o por lo este testimonio discursivo afirmo que
menos, la obedecían, a pesar de no per- el clientelismo tiene legitimidad en el
cibir la práctica como legítima: un caso pueblo, mientras la compra de votos no
ambiguo. la tiene. Sería muy difícil obtener este
conocimiento por medio de otros méto-
DATOS QUE INDICAN SIMILITUD dos, como por ejemplo, encuestas o en-
O DIFERENCIA trevistas estructuradas.
Según mi acercamiento teórico, es-
La etnografía indica dos similitudes tas dos diferencias son decisivas para
entre el clientelismo político y la com- argumentar que las prácticas son dife-
pra de votos. Primero, las dos prácticas rentes. Para corroborarlo, procedí a es-
se llevan a cabo entre actores de nive- crudiñar mis notas de campo a fin de
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 61

sistematizar los detalles concretos de ellos”.7 Según lo describió, el intercam-


cada práctica, tal como recomiendan bio no se apoyaba en una red social, y
los estudiosos de la teoría fundamen- ocurrió una semana antes de la elec-
tada (Glaser, 2002: 4; Corbin y Strauss, ción. Se exigía una solicitud por escri-
2008: 160). La etnografía que presenté to, firmada, simulando quizás un
antes demuestra que el clientelismo contrato. Notamos que no se asemeja
político se lleva a cabo abiertamente, una obligación moral, sino una tran-
por eso pude observarlo, y se realizaba sacción contractual y mercantil, aun-
en redes sociales basadas en relacio- que con el afán, tal vez, de personalizar
nes personales a largo plazo. La red la donación en alguna medida.
presentada estuvo en operación más de En el caso de la red para resolver
un año (2011-2012), a la vez que el dis- problemas se fueron formando relacio-
curso de Juan reveló que había existido nes personales entre los participantes
en “años pasados”. La red fue confor- entre sí y con el operador, forjando
mada por una serie de vecinos con el obligaciones de reciprocidad a largo
fin de solucionar sus problemas mate- plazo. La práctica contribuía a repro-
riales y de servicios, y el operador po­ ducir un mundo de vida clientelar en-
lítico era igualmente un vecino del tre los participantes, parecida a lo que
mismo barrio. Las actividades se lleva- llama Auyero (2014: 117, trad. autora)
ban a cabo de manera colectiva y abier- “habituación entre los beneficiarios o
ta, e incluían convivios y goce social, en clientes”. Este autor subraya que el
los que a veces también participaba el intercambio de beneficios por apoyo
propio candidato, aunque no habitaba político se trata simultáneamente de
en el pueblo. recursos y servicios instrumentales
En contraste, la compra monetaria (económicos y políticos), y de recursos
de votos no la pude observar ni hubo expresivos (promesas de lealtad y so­
quien pudiera darme datos de prime- lidaridad) (ibidem: 116). En la vida de
ra mano, ya que nadie admitía haber los actores que participan en las redes
participado en tal práctica; lo que ha- clientelares se manifiesta un aspecto
bía eran muchos rumores. Según que las distingue claramente de los in-
ellos, “llegan” a las casas secretamen- tercambios mercantiles de corto plazo
te y les ofrecen dinero por su voto, en en la compra de votos; por tanto, detec-
una sola ocasión, lo que deja poca tar y entender el significado que tiene
oportunidad de formar relaciones per- para los participantes la compra de vo-
sonales (véase el cuadro 2). Lo que sí tos no nos ayuda a entender la práctica
pude observar unos días antes de las del clientelismo político, si bien es posi-
elecciones en 2006 fue la distribución ble que ambas prácticas sean igual de
de bienes materiales no monetarios. eficientes en cuanto al número de vo-
Un comerciante que tenía grava y ce- tos obtenidos.
mento acumulado fuera de su casa me
explicó que su hija había ido a solicitar- 7
Entrevista con un comerciante, 26 de julio,
lo, pero “no saben si votamos o no por 2006.
62 Turid Hagene

Cuadro 2. Características del clientelismo político y de la compra de votos


Elemento Clientelismo político Compra de votos
No monetario Monetario
(materiales de
construcción)
Fuente Observación Observación Rumor
Observación participante Conversación Conversación
Conversación

Meta Bienes por votos Bienes por votos Bienes por votos
Relación asimétrica Sí Sí Sí
Duración Plazo largo (1 año Pocos días o Una sola vez
4 meses) semanas
Temporización Más de 1 año antes Pocas semanas Pocos días antes
relativa a elecciones antes
Red Para resolver problemas No No
Incrustada en prácticas
comunitarias
Actividades sociales, Sí No No
convivios
Existe término local No Sí Sí
Objeto de rumores No Poco Sí
Afectivo Sí No No
Colectivo/individual Colectivo Individual Individual
Abierto/encubierto Abierto Semiabierto Encubierto
Visible Negado
Personal/impersonal Personal Semipersonal Impersonal
Grado de legitimidad Alto Bajo Ninguno
Tipo de obligación Moral Mercantil Mercantil
Forma de monitoreo Convivio de carnitas Desconocido Desconocido
Fuente: Elaboración propia basada en material etnográfico propio.

Esta discusión alimenta la expresión pero solamente el segundo crea la


de Auyero (2002: 40) acerca de “la do- experiencia vivida del intercambio, por
ble vida del clientelismo”: el intercam- sus singulares “formas de dar”, por sus
bio en sí, y la experiencia vivida del contextos y por la duración de la prác-
intercambio. Tanto la compra de votos tica. El trabajo de campo etnográfico,
como el clientelismo político compren- especialmente la observación partici-
den intercambios de bienes por votos, pante, se destaca como un acercamien-
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 63

to particularmente adecuado para cierto modo, este mecanismo podría


capturar los procesos que producen equipararse a la serendipia.
esta “doble vida”. Veamos como ejemplo el caso del
El cuadro 2 tiene el propósito de material de construcción, el cual des-
permitir una visión global de los nu- cubrí días antes de las elecciones de
merosos elementos de similitud y dife- 2006. Si en ese tiempo hubiera llegado
rencia entre las prácticas. Todos los al pueblo un encuestador, o alguien con
elementos aquí presentados son pro- una entrevista estructurada, se hubie-
ducto de mi trabajo de campo etnográ- ra limitado a preguntar lo programa-
fico en Acopilco a lo largo de los años do, sin hacer caso de la grava y el
2006-2012: cemento en su camino. Y si hubiera en
su lista una pregunta relacionada de
CONSIGUIENDO LOS DATOS alguna manera con dádivas materia-
les, los respondientes de la encuesta
¿Cuáles fueron las actividades que hubieran decidido de qué manera que-
realicé para recabar toda la informa- rían contestar. Esto obviamente pue-
ción resumida en el cuadro 2? Por una de dar resultados muy diferentes en
parte tengo en mi diario de campo no- una conversación con una persona a
tas sobre conversaciones informales quien co­nocen, con la que han platica-
cotidianas con un gran número de per- do muchas veces sobre asuntos de la
sonas, sostenidas en diversos años y comunidad y que ahora les pregunta
temporadas, donde iba recogiendo lo sobre los materiales para construcción
que surgía en las pláticas casuales. a las puertas de su casa.
Muchos datos que en el momento no Luego tenemos el caso de la legiti-
parecían tener ningún significado des- midad. Es muy diferente preguntar a
pués resultaron llenos de sentido en las personas su opinión al respecto,
determinado contexto. Así, a medida que darse cuenta de sus evaluaciones
que el clientelismo político se convertía mediante conversaciones informales a
en uno de los tópicos de mi investiga- lo largo de los años. El trabajo de cam-
ción, aquellos datos que podían tener po etnográfico consiste, entre otras co-
relevancia para el tema tenían más sas, precisamente en este tipo de
probabilidad de entrar en mis notas de convivencias y conversaciones infor-
campo. Hay una retroalimentación ob- males, en las cuales es posible percibir
via entre los temas de investigación y conocimientos tácitos. Obviamente
las notas de campo; lo que se observa también existe el peligro de malinter-
—y de lo cual se hace una nota— tien- pretar lo que se escucha. No es una
de a ser el asunto que se está persi- ciencia exacta, sino interpretativa. Mis
guiendo. Por otra parte, muchas veces deducciones acerca de la legitimidad o
uno se topa con asuntos en los que no ilegitimidad de una práctica emergie-
había pensado, mismos que pueden ron de lo que me decían, de la forma en
suscitarnos curiosidad hasta llegar a que hablaban de la compra de votos,
convertirse en objetos de estudio. En por ejemplo, y de los silencios y la au-
64 Turid Hagene

sencia de terminología, como fue el prácticas. Mi pregunta simplemente


caso con el clientelismo político. La era si la forma de llevar a cabo las elec-
gente hablaba una y otra vez de la ciones había tenido cambios en el tiem­
compra de votos, siempre en términos po en que ellos habían participado.
peyorativos, como por ejemplo: “Qué Como es de esperarse, en tempora-
fácil se vende la dignidad de la gente”.8 das electorales la gente suele hablar
Era común, ante el triunfo de un can­ más de prácticas como fraude y compra
didato de otro partido que el propio, de votos (¡y nunca de clientelismo polí-
achacar el resultado a la compra de vo- tico!), sobre todo en entrevistas sobre
tos. Yo estuve en el pueblo en tempora- este tema, aunque no había preguntas
da electoral de tres elecciones federales específicas sobre prácticas ilegales. No
y locales y durante la elección del Co- pretendo afirmar que las prácticas de
misariado de Bienes Comunales. En fraude y compra de votos fuesen comu-
todas estas ocasiones la gente hablaba nes, a pesar de todo lo que se hablaba,
mucho sobre la compra de votos cuan- pero sí afirmo que mucha gente sospe-
do su favorito no ganaba. Por ejemplo, chaba que lo eran. Siguiendo a Portelli
a raíz de que su planilla perdiera las (1998: 67), “Lo que creen los informan-
elecciones del Comisariado, un excan- tes es realmente un hecho histórico (es
didato me contó que había escuchado decir, el hecho de que lo creen), tanto
a otro comunero decirle al ganador: como lo que realmente sucedió” (trad.
“¿Cómo es posible que me dieran sólo autora). Por tanto, todo este hablar pe-
mil pesos, cuando a fulano de tal le die- yorativamente sobre la compra de vo-
ron tres mil?”.9 Cabe comentar que es- tos por lo menos nos indica que no se
to no significa necesariamente que considera legítima, aunque tal vez sí
hubo compra de votos, pero sí expresa se considera comprensible.
que la compra de votos es una forma Llegamos a la cuestión de la dife-
ilegítima de ganar una elección. rencia entre las dos prácticas: una es
Además de las notas de campo, abierta y colectiva, y la otra es más
también hice entrevistas semiestruc- bien individual, encubierta o hasta se-
turadas en tiempos de las elecciones creta, o por lo menos ocurre en el hogar
de 2006 y 2012; realicé 22 y 15, respec- y a puerta cerrada. La inmersión en la
tivamente, en las que incluí preguntas comunidad, producto de la observación
generales sobre sus nociones de las participante, permite por un lado dar-
elecciones. En estas entrevistas sur- se cuenta de lo que sucede abiertamen-
gieron muchos comentarios sobre te. En cambio, nunca pude observar la
fraude y compra de votos, sin haber yo compra monetaria de votos, a pesar de
mencionado específicamente tales haber estado en el pueblo durante las
campañas de 2003, 2006 y 2012, y du-
rante la del Comisariado en 2005. No
8
Entrevista con operadora política, 1 de ju-
lio, 2012.
obstante, sí se escuchaban muchos ru-
9
Comunicación personal con excandidato, mores al respecto, pero siempre en
21 de mayo, 2005. términos de lo que hacen “los otros”.
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 65

Hasta la fecha no puedo asegurar si asombrado de que yo pudiera pensar


ocurría o no en la comunidad. Me de- algo así. Entonces le pregunté cómo se
cían que alguien les había ofrecido podría llamar lo que estaba haciendo,
3 500 pesos por su voto, pero agrega- y respondió: “Está ayudando a la
ban: “No me vendo tan barato”. La his- gente”.11 Conversando con otra opera-
toria era que “llegan a tu casa”, “te dora política, sin haberle preguntado
ofrecen dinero”, “llegaron a la casa de yo a qué se dedicaba, me dijo que en su
mi vecino”, quien tal vez había acepta- tiempo libre hacía “labor social”.12 La
do el dinero. Una operadora me comen- práctica que se realiza en la red social
tó que había escuchado junto a una para resolver problemas no tiene un
casilla que una persona le dijo a otra: término específico, lo cual se descubre
“Acuérdate de los mil pesos que te di”.10 conviviendo con las personas, conver-
En cuanto a tener o no un término sando con ellas de manera cotidiana.
propio, ese dato resultó accesible a tra- En esta comunidad la red clientelar
vés del trabajo de campo etnográfico. llega a formar parte de la rica flora de
Nunca escuché a alguien hablar de redes comunitarias que la comunidad
clientelismo político, porque no tenía ocupa para sus labores comunitarias,
un término específico. Pero ese silencio desde tareas rituales, como las cele-
no se debía a secretos, sino que se trata- braciones de los santos, vía tareas de
ba de conocimientos tácitos. La práctica infraestructura, hasta celebraciones
se llevaba a cabo abiertamente, como familiares, rumores y política (ver Ha-
parte de la vida cotidiana. Mi interac- gene y González-Fuente, en prensa).
ción constante con las personas fue lo El hecho de haber pasado largas tem-
que reveló el insistente hablar de la poradas en el pueblo facilita este tipo
compra de votos, a la vez que nunca se de descubrimientos.
dejaba observar. Era algo que se rumo- Vivir en el pueblo implicaba tam-
raba y para lo que se tenía un término bién caminar por las calles para ir de
peyorativo, pero no era visible. compras, ya fuese en la esquina, en las
Otra ventaja de la observación par- tiendas de las calles principales o en el
ticipante es la posibilidad de sondear mercado sobre ruedas (o tianguis) de
entre la gente las interpretaciones que los lunes. Las pláticas cotidianas con
yo le daba a un asunto. Por ejemplo, la gente al pasar frente a sus casas o
quise verificar si realmente el cliente- en el camino formaban el telón de fon-
lismo político y la compra de votos se do para las ocasiones en que me urgía
percibían como dos prácticas diferen- preguntar ciertas cosas, como por
tes. En una conversación con un in­ ejemplo, sobre los materiales de cons-
formante clave le pregunté si las trucción que podían verse fuera de al-
actividades de Juan se podrían llamar
compra de votos. Me miró atónito, 11
Comunicación personal, excomisario, 2 de
febrero, 2014.
10
Comunicación personal, operadora políti- 12
Comunicación personal, operadora políti-
ca, 5 de julio, 2012. ca, 5 de julio, 2012.
66 Turid Hagene

gunas casas antes de las elecciones del desigualdad socioeconómica regula el


2006. Llegar a saber lo que sucede y trasfondo de sus necesidades. Sin em-
cómo lo percibe la gente es resultado bargo, puesto que en el DF existen mu-
de este tipo de práctica, que en sí mis- chos programas públicos, son éstos
ma es sólo sentido común, pero tam- precisamente los que brindan a los ope-
bién implica dedicar muchísimas radores políticos oportunidades para
horas a hacer anotaciones hasta llegar traficar información o para servir de
a tener un material que nos permite mediadores, según se vea. No obstante,
formular conceptos que nos pueden desde mi perspectiva el voto hubiera
ayudar a entender el “qué” y el “cómo” sido para asegurar los programas, no
del comportamiento de las personas. para distribuir los bienes. En cambio lo
que notamos es una gran brecha entre
REFLEXIONES FINALES los ciudadanos y el Estado, la cual se
presta a llenar por los operadores po­
La observación participante ofrece un líticos.
acceso único al descubrimiento de los fe- Asimismo, para los clientes en mi
nómenos desde la perspectiva de los caso de estudio la práctica descrita
actores y las sociedades que estu­ conlleva resultados positivos, sin aca-
diamos. Desde esa mirada es posible rrear las desventajas muchas veces
sumergirse en la lógica vigente y com- descritas en el contexto clientelar: no
prenderla no solamente como cono­ sufrieron amenazas, fuerza ni violen-
cimiento cerebral (episteme), sino cia. Por otra parte, si funcionara mejor
también como conocimiento vivido, fe- el Estado en su relación con los ciuda-
nomenológico. Esta comprensión es danos, no sería necesario participar en
central para descubrir y describir el este tipo de redes para conseguir esos
funcionamiento del mecanismo social beneficios, ni mucho menos pagarlos
estudiado. En el caso del clientelismo con votos. Ahora bien, no está compro-
político, la adopción de la perspectiva bado que realmente pagaron con su
de los clientes da una oportunidad úni- voto, pero las estadísticas electorales
ca de comprender por qué perdura esa hacen pensar que sí (cuadro 1): en la
práctica. elección de 2009 para jefe delega­cional,
Primeramente resalta la forma en el pri obtuvo el 16% ciento en Acopilco,
que el clientelismo político forma parte mientras que en 2012 el porcentaje lle-
de la vida cotidiana de la población. En gó a 46%. La novedad era que el candi-
el caso de la comunidad estudiada, la dato se había cambiado de partido: del
red clientelar viene siendo simplemen- prd al pri con todo y “su propia estruc-
te otra red más, junto con las otras re- tura”, su red clientelar.
des que suelen operar. Según observo, Considero, sin embargo, que son
para la gente que necesita de los bene- muchos los cambios de fondo por reali-
ficios públicos es normal participar en zar para llegar a tener un Estado que
una red clientelar, es algo que no llama funcione de tal manera que los opera-
la atención, algo que es esperado. La dores políticos resulten superfluos. En
Debatiendo conceptos con metodología etnográfica: el caso del “clientelismo político”… 67

otro texto (Hagene, 2015: 151) exploro tiene similitud con ningún aspecto de-
más a fondo algunos ejemplos de prác- mocrático. Esa reflexión nos lleva de
ticas que sería necesario erradicar, por nuevo a la formación de conceptos.
ejemplo, la de distribuir empleos públi- Veamos entonces lo que sucede con
cos como recompensa por lealtad polí- la construcción de conceptos. Realizar
tica o por servicios prestados como observación participante en una comu-
operador político. nidad permite el acceso a las minucias
El hecho de estudiar un fenómeno de las prácticas, como están plasma-
con metodología etnográfica permite co­ das en el cuadro 2. Con esta informa-
nocer la visión que los sujetos tienen ción es posible construir conceptos que
de la práctica en cuestión. En el caso del toman en cuenta este conocimiento vi-
clientelismo político, como investigado- vencial, fenomenológico. Si bien un
ra noruega que soy, mi mundo y expe- concepto se puede construir al azar.
riencia de clientelismo difieren Pero, regresando a donde empezamos,
enormemente de las que observo en la recordemos las advertencias de Sarto-
comunidad que estudio. La metodolo- ri (1970: 1033), de que los conceptos
gía que he usado me permite percibir mal construidos inevitablemente lle-
tales diferencias, reflexionar sobre las van a recolección errónea de datos, lo
diferentes perspectivas, y así evitar la cual no se puede corregir ni con los más
conflación entre la visión local y mi avanzados sistemas y recursos de la
propia perspectiva. La metodología me estadística y la computarización. Ba-
permite asimismo percatarme de la sándome en lo que aquí expongo, quie-
diferencia entre la práctica clientelar y ro subrayar la enorme importancia de
las normas del ideal democrático. La que los conceptos reflejen las nociones
observación participante ofrece la de los actores estudiados. De no ser así,
ventaja de descubrir y describir estas los datos recolectados no nos pueden
diferencias, las que muchas veces sola- ayudar a comprender sus prácticas.
mente están implícitas (si no es que Mi contribución con este texto, pues,
negadas) en los textos sobre prácticas concierne a dos aspectos, el de la meto-
políticas. Comúnmente, en los estudios dología etnográfica en términos genera-
sobre la democracia se toma por un he- les y el del caso presentado, mi estudio
cho asentado cuáles son las prácticas sobre clientelismo político y compra de
democráticas y cuáles no. En el caso votos. Veamos primero el caso utilizado
aquí estudiado, se podría decir que la en este texto. He aportado una exposi-
práctica de la red clientelar tiene un ción detallada de cómo y por qué el
resultado intencionado por la demo- clientelismo político y la compra de vo-
cracia —la distribución de los benefi- tos son diferentes, y por qué esa distin-
cios públicos a quienes califican para ción es importante. Así se abre una
ello—, mientras que el pagar el benefi- nueva forma de ver las prácticas aquí
cio con el voto obviamente no constitu- estudiadas. Sería de gran interés que se
ye un comportamiento democrático. realizaran estudios etnográficos de es-
De esta manera, la compra de votos no tos fenómenos en otras localidades para
68 Turid Hagene

explorar, por ejemplo, cuáles son los va”, Perfiles Latinoamericanos, núm.
parámetros que producen similitudes 20, pp. 33-52.
y diferencias respecto de mi caso. En Auyero, Javier, Pablo Lapegna y Fernanda
este contexto, una investigación cierta- Page Poma (2009), “Patronage Politics
mente debería abordar también la for- and Contentious Collective Action: A
ma en que el Estado funciona y se Recursive Relationship”, Latin Ameri-
relaciona con los ciudadanos en el ám- can Politics and Society, vol. 51, núm. 3,
bito local. pp. 1-31.
En cuanto a la contribución meto- Auyero, Javier (2011), “Relaciones, cada
dológica, quisiera destacar las aporta- día”, Desacatos, núm. 36, pp. 107-110.
ciones concretas de acciones realizadas _____ (2014), “Lessons Learned While Stu-
para conseguir un entendimiento que dying Clientelist Politics in the Gray
permita interpretar lo observado, y el Zone”, en Diego Abente Brun y Larry
aspecto fenomenológico, la experiencia Diamond (eds.), Clientelism, Social Poli-
vivida, que es un prerrequisito de tal cy, and the Quality of Democracy, Balti-
comprensión. Espero de esta manera more, Johns Hopkins University Press,
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LA DELIMITACIÓN CUANTITATIVA DE DIVISADEROS
DE OBSERVACIÓN ETNOGRÁFICA: UNA HERRAMIENTA
METODOLÓGICA PARA EL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
DEL ESTADO

Emanuel Rodríguez Domínguez*

Resumen: con este artículo se intenta contribuir a los debates que han comenzado a descentrar el
estudio del Estado y sus procesos políticos, con el objetivo de establecer una propuesta metodoló-
gica que describa con mayor densidad las prácticas políticas de los actores en su interacción con
las estructuras gubernamentales y partidarias, se plantea repensar las estrategias de investi­
gación de los procesos políticos contemporáneos, con el propósito de poder delimitar con mayor
precisión los ámbitos de condensación de las relaciones políticas en donde se desarrolla el trabajo
de campo. En el texto se destaca el potencial de algunas técnicas cuantitativas para delimitar al-
gunos divisaderos de observación etnográfica que me han permitido profundizar en el estudio de
los procesos políticos contemporáneos de la ciudad de México.
Palabras clave: metodologías mixtas, etnografía política, procesos políticos contemporáneos,
antropología del Estado.

Abstract: This article is an attempt at contributing to debates which have begun about the study of
the State and its political processes, with the objective of establishing a methodological proposal to
make more in-depth descriptions of the political practices of the actors in their interaction with
government structures and parties. It ponders rethinking research strategies of contemporary
political processes in order to delineate with greater precision the spheres of condensation of po-
litical relations in which fieldwork takes place. The text highlights the potential of quantitative
techniques for delineating some points of view for ethnographic observation which have allowed
me to carry out more in-depth studies of the contemporary political processes in Mexico City.
Keywords: mixed methodologies, political ethnography, contemporary political processes, an-
thropology of the State.

INTRODUCCIÓN

E
*Posdoctorante en el Centro de Estudios So-
l presente artículo intenta con- ciológicos de El Colegio de México. Profesor in-
tribuir a los debates realizados vestigador de la Universidad de Guanajuato.
Línea principal de investigación: El análisis de
por antropólogos, sociólogos e la cultura política, Gobernabilidad urbana, La
historiadores que han comenzado a lucha por el derecho a la ciudadanía. Correo elec-
descentrar el estudio del Estado (Shar- trónico: emanuelrodriguezdominguez@gmail.
ma y Gupta, 2007; Trouillot, 2001; Nuij­ com. Agradezco a la doctora Liliana Rivera inves-
tigadora del ces-Colmex, como a los dictaminado-
ten, 2003; Joshep y Nugent, 2002), con res anónimos, sus comentarios a la primera
el objetivo de establecer una propuesta versión de este texto, que enriquecieron las re-
metodológica que permita describir con flexiones de esta versión final.

73
74 Emanuel Rodríguez Domínguez

mayor densidad las prácticas políticas de los sujetos. Para lograr este fin no
de los actores en su interacción con las basta con subrayar el potencial que
estructuras gubernamentales y parti- puede tener la descripción etnográfica
darias, sin omitir la influencia de los densa de las relaciones políticas entre
constreñimientos estructurales que im- diversos actores, al ser un enfoque de
pone el andamiaje institucional estatal investigación que nos permite “com-
al instrumentarse en la vida cotidiana prender los fenómenos sociales desde
de los sujetos sociales. Un enfoque de la perspectiva de sus miembros (enten-
este tipo intenta complementar la he- didos como ‘actores’, ‘agentes’, o ‘sujetos
rencia weberiana que pondera el análi- sociales’)” (Guber, 2011:16). También
sis institucional del Estado, mediante conviene destacar la imperiosa necesi-
la revaloración del estudio etnográfico dad de cruzar fronteras disciplinarias a
de las prácticas políticas vinculadas a nivel metodológico (y desde luego teóri-
los mecanismos de dominación, autori- co) para trascender los límites que se-
dad y gobierno. En otras palabras, se paran lo cualitativo de lo cuantita­tivo.
propone un estudio integral de lo po­ Precisamente, en las siguientes líneas
lítico que abarque: a) los efectos de­ utilizaré algunas técnicas cuantitati-
rivados de la constitución de campos vas para delimitar algunos divisaderos
significativos —la cultura—; b) las ca- de observación etnográfica que permi-
racterísticas particulares de las dispu- tan profundizar en el estudio cotidiano
tas, conflictos y negociaciones —la de la instrumentalización del Estado
acción—; c) los beneficios que adquie- en los espacios delegacionales de la ciu-
ren los actores políticos al implementar dad de México.
determinadas prácticas —la intencio-
nalidad–, y d) la porosidad de un sis­ DESCENTRANDO EL ESTUDIO
tema político o estructura de poder ANTROPOLÓGICO DEL ESTADO:
particular —el contexto. ANÁLISIS MULTIESCALAR
El replanteamiento del estudio del MEDIANTE TÉCNICAS
Estado en sus formas cotidianas, el tri- CUANTITATIVAS Y CUALITATIVAS
nomio cultura/contexto/acción, implica
repensar las estrategias de investiga- Actualmente, en un entorno caracteri-
ción de los procesos sociopolíticos con- zado por la globalización, los escena-
temporáneos, con el propósito de poder rios sociopolíticos muestran una gran
delimitar con mayor precisión los ám- fragmentación, pues ya no se encuen-
bitos de condensación de las relaciones tran delimitados a la continuidad sis-
políticas en donde se desarrollará el témica de un régimen nacional que
trabajo de campo; es decir, de aquellos acaparaba el poder estatal, sino que se
espacios de interacción entre gober- hallan interferidos por los múltiples
nantes y gobernados que permitan ha- sentidos que pueden tomar las prácti-
cer una antropología en los lugares de cas cotidianas de los actores sociales en
lo político, para entender las dinámi- su cotidiano cuestionamiento o repro-
cas microsociales que explican la vida ducción de los sentidos impuestos por
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 75

las estructuras gubernamentales y los respecto al repertorio de valores, signi-


organismos transnacionales. Como lo ficados y recursos compartidos y dis-
han señalado Harvey (2009), Jameson putados por los actores involucrados.
(2000) y Trouillot (2001), estos cambios Las múltiples interacciones que es­
han generado un desplazamiento del tablecen los actores sociales en las
lugar de lo político a diversas escalas y arenas de­rivadas de la instrumentali-
dimensiones sociales (local, estatal, re- zación co­tidiana del Estado, sintetizan
gional, nacional y transnacional), en su percepción sobre la capacidad de
donde las formas cotidianas de la ins- agencia que tienen en determinado
trumentalización del Estado son cultu- sistema político, pues son el reflejo del
ralmente constituidas y negociadas cuestionamiento o aceptación de los
entre gobernantes y gobernados. Pero significados que produce la estructura
para un estudio que persigue una ex- de poder de una sociedad. Así, en las
plicación integral de la instrumentali- interacciones cotidianas entre los acto-
zación cotidiana del Estado, no es res institucionales (gubernamentales
suficiente localizar el desplazamiento o partidarios) y los ciudadanos se desa-
de los lugares de la política, sino que rrollan hábitos, modos de vida y estilos
también debe profundizar en los mati- burocráticos que definen y acotan la
ces culturales de las prácticas políticas relación entre gobernantes y goberna-
que utilizan los actores sociales ante dos (Nuijten, 2003).
los representantes de gobierno u otros Ahora bien, conviene reflexionar si
agentes estatales, sin descuidar los actualmente existen herramientas me-
imaginarios y las formas de signifi­ todológicas para analizar el des­pla­
cación que construyen acerca de las re- zamiento del lugar de lo político y
laciones políticas. Para ello, como lo describir el carácter específico de la re-
establece Abélès (2007:35), los científi- configuración de las relaciones de poder
cos sociales deben colocarse en el cen- contemporáneas al explorar espacios
tro de las turbulencias y adoptar una multiescalares.  A mi juicio, algunos de-
visión descentrada. bates en el campo de la antropología, es
Considerando lo anterior, analíti­ el caso de las etnografías multisituadas
camente podemos establecer que las (Marcus, 2001), las topografías transna-
formas cotidianas del Estado y sus res- cionales (Besserer, 2004), las etnogra-
pectivas políticas públicas están cons- fías enfocadas (Montes de Oca, en este
tituidas por múltiples interacciones número) y las etnografías multilocales
sociales entre los agentes estatales, (Hirai, 2012) han avanzado en este sen-
los partidos políticos, las organizacio- tido enfatizando el estudio cualitativo
nes sociales y los ciudadanos, quienes de las configuraciones políticas emer-
al entrar en una escalada de conflicto gentes, las cuales combinan acciones lo-
constituyen diversas arenas políticas, cales, poderes estatales y contrapoderes
informales o institucionales, en donde transnacionales que no son fácilmente
se expresan negociaciones, alianzas, cuantificables. Estos enfoques etnográ-
complicidades, acuerdos y conflictos, ficos son un buen punto de partida para
76 Emanuel Rodríguez Domínguez

medir las múl­tiples escalas de desplaza- logía como ciencia social, pues figuras
miento de los procesos sociopolíticos como Mauss, Tylor, Rivers, Boas, Rad-
contempo­ráneos. Sin embargo, todavía cliffe-Brown y Malinowsky mantuvie-
siguen presentado algunos claroscuros ron una estrecha comunicación entre
al momento de buscar un análisis inte- su práctica antropológica y los recursos
gral que logre enmarcar los datos obte- teórico-metodológicos que podían obte-
nidos mediante el trabajo de campo en ner de disciplinas como la filosofía, las
un contexto estadístico mayor. En otras matemáticas, la sociología, la geografía,
palabras, el trabajo etnográfico de la la ecología, entre otras (Mora, 2010).
instrumentalización del Estado no ha Fue a mediados del siglo xx cuando
logrado oscilar en un continuum entre se exacerbó la visión dicotómica entre
el “adentro” y “afuera” de los sucesos po- los enfoques cualitativos (vinculados
líticos emergentes, al atrapar empática- con la fenomenología y los modelos
mente el sentido de los eventos y gestos simbólico-interpretativos) y los enfo-
específicos de los actores, al mismo ques cuantitativos (asociados a la vi-
tiempo que sitúa esos significados en sión neopositivista-normativa del
contextos más amplios (Clifford, 1992: método científico). De forma tal que la
152). Ello se debe en parte al bajo nivel investigación en ciencias sociales se
de colaboración y diálogo metodológico vio polarizada entre dos enfoques de
que ha promovido la antropología con aproximación a los sucesos sociopolí­
otras disciplinas sociales, pues es más ticos considerados no sólo incompati-
común que sociólogos, politó­logos, geó- bles, sino en confrontación irresoluble.
grafos y otros profesionales afines al es- En esta pugna, como apunta Apud
tudio de lo social hagan trabajo de (2013), las críticas de los cuantitativos
campo; a que los antropólogos utilice- hacia sus contrapartes versaban sobre
mos las inferencias estadísti­cas en falta de rigurosidad científica, su inca-
nuestras investigaciones. pacidad de establecer metodologías
Los límites analíticos anteriormente confiables y válidas, y el reclamo de
expuestos nos invitan a repensar el tra- sus imposturas “pseudocientíficas”.
bajo etnográfico en el marco de los pro- Todo ello relegó a los enfoques cuan­
cesos sociopolíticos contemporáneos, titativos en el diseño de una investi­
con miras a escapar de algunas cons- gación etnográfica, pues los datos
tricciones metodológicas propias de in- estadísticos (regularmente tomados
vestigaciones ancladas en escenarios del último censo de población) sólo
unilocales, para incursionar en la po­ eran usados para contextualizar de-
sibilidad de realizar una etnografía mográficamente el lugar de estudio,
multiescalar, reflexiva y en diálogo in- sin profundizar más en su relación con
terdisciplinario. Paradójicamente, la la recopilación y descripción de las ob-
pluralidad de técnicas y la interdis­ servaciones del investigador durante
ciplinariedad en el trabajo de campo el trabajo de campo (Savage, 2009).
fueron características presentes en los Si bien la pertinencia del método de-
orígenes y consolidación de la antropo- pende de los objetivos particulares de
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 77

una investigación, conviene decir que la tativas en el trabajo etnográfico puede


elección de un enfoque cualitativo o realizarse como estrategias comple-
cuantitativo, o de ambos, también se mentarias de validación, cruzamiento y
sustenta en los conocimientos teóricos y triangulación de datos, o como formas
técnicos de cada investigador. Pero la anidadas que responden a incógnitas
articulación de estos dos enfoques se puntuales en el diseño etnográfico ge-
complica si partimos de que, a diferen- neral (Apud, 2013). De esta forma, las
cia de los diseños experimentales, cuyo técnicas sociométricas (basadas en es-
objetivo es correlacionar variables, el tadísticas, mediciones y georrefe­
trabajo etnográfico supone la compren- renciaciones) nos pueden ayudar a
sión de fenómenos a través de la pro- delimitar y contextualizar los lugares
fundización en la perspectiva del “otro” de lo político mediante el establecimien-
(Ynoub, 2007; Guber, 2011). En conse- to de divisaderos de observación etno-
cuencia, los datos son producto de una gráfica, que se caractericen por
interacción entre el investigador y los contener ámbitos de condensación
actores sociales, lo cual im­plica que la representa­tivos de las múltiples rela-
interpretación se haga desde el inicio ciones de acuerdo, negociación y conflic-
del trabajo de campo y no se deje para el to establecidas entre gobernantes y
final.1 Por lo general, este sesgo reflexi- gobernados, para posteriormente densi-
vo no se vincula con un diseño muestral ficar su estudio mediante el trabajo de
estadístico que permita contrastar y ve- campo. Esta visión multitécnica de la
rificar la repre­sentatividad de los indi- meto­dología implica concebir a los mé-
cadores de observación etnográfica,2 todos de investigación en forma operati-
pues en los estudios de carácter antro- va, de acuerdo con los objetivos y fines
pológico la mayoría de las veces resulta de ca­da proyecto. Pero sin duda me-
difícil asilar, controlar y manipular las diante dicha visión integral, el estudio
variables intervinientes, además de que antropológico de la instrumentalización
no es del todo pertinente extrapolar los cotidiana del Estado puede enriquecer
resultados de un individuo a otro sin su abanico de preguntas y herramien-
tomar en cuenta su contexto. tas epistemológicas, así como afinar sus
No obstante, como veremos a conti- criterios de validez y confiabilidad, sin
nuación, la inclusión de técnicas cuanti- que ello implique abandonar la reflexi-
vidad como herramienta metodológica
1
Esto no implica que las formas cualitati- (Creswell, 2007; Mora, 2010).
vas de aproximarse a la realidad carezcan de un
andamiaje teórico que guíe la investigación. Al
ESTRATEGIAS CUANTITATIVAS EN
contrario, en la práctica etnográfica se busca
una dialéctica constante entre las categorías LA DELIMITACIÓN DE DIVISADEROS
teóricas y los referentes empíricos. DE OBSERVACIÓN ETNOGRÁFICA
2
Los indicadores de observación etnográfica PARA EL TRABAJO DE CAMPO
son aquellas características de la realidad
que son susceptibles de ser aprehensibles para
su descripción y generalmente son resultado de Como se ha señalado, los procesos po­
la definición operativa de un concepto. líticos contemporáneos acontecen en
78 Emanuel Rodríguez Domínguez

espacios sociales multiescalares que presadas en las relaciones entre gobier-


pueden ser abordados a partir de los no, partidos y ciudadanía, con el
macroprocesos económicos de corte es- propósito de explicar cómo dichas rela-
tructural, por un lado, o por medio del ciones fomentan formas particulares de
actuar de sujetos, redes y organizacio- dominación política. No obstante, el
nes en espacios locales particulares, plano delegacional sigue siendo un en-
por otro. En cada una de estas escalas torno muy amplio para realizar trabajo
existen varios mecanismos de poder de campo; por ello, en las siguientes lí-
que regulan las jerarquías entre las neas mostraré la utilidad de algunas
estructuras de gobernabilidad, los an- técnicas cuantitativas para segmentar
damiajes institucionales y las prác­ dicho entorno sociopolítico mediante la
ticas de los sujetos. La complejidad construcción de divisaderos de observa-
sociopolítica de entornos urbanos, ción etnográfica, los cuales sirven de
como la ciudad de Mé­xico, no puede ser contexto para profundizar el análisis de
aprehendida de una vez y por comple- la dinámica política y describir los cam-
to, sino que debe ser analizada como bios en las geografías de poder local.
un entramado de relaciones y espacios Para ello utilizaré el caso de la delega-
sociales que acontece en diferentes esca- ción Cuauhtémoc,3 lugar que he estu-
las y, por lo tanto, debe ser “ensamblada” diado en los últimos siete años.
mediante una integración de factores La delimitación cuantitativa de
micro y macrosociales (Savage, 2009). áreas-político culturales en los entor-
Como lo establecen Besserer y Oliver nos delegacionales de la ciudad de
(2014: 24-26), este ensamblaje requiere México, en este caso de la delegación
de nuevas técnicas de estudio etnográfi- Cuauhtémoc, parte de ubicar las corres-
co que nos permitan profundizar en la pondencias observables entre los ín­
dinámica política de las acciones so­ dices de desarrollo social (ids) de los
ciales, sin perder de vista los contextos re­sidentes,4 los tipos de espacios, servi-
en los que se desarrollan los actores. Así,
la delimitación de divisaderos de obser- 3
La delegación Cuauhtémoc se localiza en
vación etnográfica es un primer paso la zona centro de la ciudad de México, colinda
para analizar de manera articulada los al norte con las delegaciones Azcapotzalco y
Gustavo A. Madero; al sur con Benito Juárez,
diversos conglomerados políticos que Iztacalco y Miguel Hidalgo; al oriente con Ve-
los sujetos sociales construyen en polos nustiano Carranza, y al poniente con Miguel
urbanos yuxtapuestos. Hidalgo. Se conforma de 33 colonias que, a su
El análisis integral de la instrumen- vez, para cuestiones político-administrativas
están agrupadas en seis coordinaciones territo-
talización cotidiana del Estado en un riales: Centro Histórico, Roma-Condesa, Tepito-
entorno tan complejo como lo es la ciu- Guerrero, Obrera-Doctores, Juárez-San Rafael
dad de México, implica un primer aco- y Santa María-Tlatelolco.
tamiento en la escala de estudio de toda 4
La georreferenciación del ids se hizo por
cada sección electoral de las unidades territo-
investigación al plano delegacional. En riales de gestión definidas por las autoridades
estos enclaves es posible abordar los delegacionales y el gobierno central (en la ma-
contenidos de las prácticas políticas ex- yoría de los casos equiparables con las colonias),
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 79

cios y equipamientos urbanos en las electorales que muestran un ids bajo y


diversas colonias de la demarcación, muy bajo, agrupadas en las colonias
así como las tendencias electorales de Centro, Morelos y Guerrero.
los últimos 15 años analizadas por me- Cabe precisar que ninguna de las
dio de conglomerados estadísticos, tres áreas socioeconómicas es homogé-
para clasificar “espacios multivariados nea en todas estas variables (véase
virtuales” de preferencias electorales. mapa 1). Incluso, en su interior existen
Así, en un primer acercamiento es- tanto diferencias socioculturales como
tadístico, los contrastes socioeconó­ desigualdades económicas y espaciales
micos en la delegación Cuauhtémoc que evidencian encuentros entre seccio-
evidencian una división social de su es- nes territoriales con ids diferenciados.
pacio5 segmentada en tres áreas: a) la Pero, como se detalla en los siguientes
franja surponiente, en donde se ubican párrafos, el análisis histórico-estadísti-
las secciones electorales con un ids alto, co de los resultados electorales del 2003
concentradas en colonias como Conde- a 2012, sumado a los datos de nuestro
sa, Cuauhtémoc, Hipódromo, Hipódro- trabajo de campo en las arenas políti-
mo Condesa, Juárez, Roma Norte y cas locales, muestran tendencias gene-
Roma Sur; b) el corredor intermedio, en rales que justifican su delimitación.
donde predominan las secciones electo- La delimitación de los divisaderos
rales con un ids medio, repartidas en de observación etnográfica se refuerza
una veintena de colonias entre las que mediante el análisis cuantitativo de las
destacan Asturias, Ampliación Astu- tendencias históricas de voto hacia los
rias, Atlampa, Buena­vista, Doctores, tres principales partidos en las eleccio-
Ex-Hipódromo de Peralvillo, Obrera, nes locales del 2003, 2006, 2009 y 2012
Peralvillo, San Simón Tolnáhuac, San- (véase el mapa 2). Con el objetivo de en-
ta María Insurgentes, Santa María la contrar dichas tendencias se utilizaron
Ribera, San Rafael, Tabacalera y Trán- conglomerados estadísticos mediante el
sito, las cuales conforman el corredor procedimiento de agru­pamiento por
que cruza la delegación de sur a norte promedios y reducción al máximo de la
y que abarca a la Unidad Nonoalco Tla- desviación estándar (cluster analysis).
telolco, y c) la franja oriente, que con- Los datos electorales de los años 2003,
centra la mayoría de las secciones 2009 y 2012 permitieron incluir como
variables los porcentajes válidos del
según datos del Consejo de Evaluación del De- pan, pri, prd y pvem; los demás partidos
sarrollo Social del DF (Evalúa-DF) para el año fueron agrupados en la categoría “otros
2010. Una explicación detallada de los indicado-
res con base en los cuales está construido el ín-
partidos”. Por el contario, los datos de
dice de desarrollo social de Evalúa-DF pueden 2006 sólo permitieron hacer conglome-
verse en Boltvinik et al. (2011). rados por alianza o coalición; las varia-
5
Entiendo la división social del espacio bles quedaron de la siguiente manera:
como “los patrones seguidos por la distribución
pri-pvem, pan, prd-pt-Convergencia, y
de la población en el espacio habitado de acuer-
do con sus características socioeconómicas” (Du- “otros partidos”. Además, en el mapa 2
hau y Giglia, 2008: 413). se georreferenció el número de benefi-
80 Emanuel Rodríguez Domínguez

Mapa 1. Delegación Cuauhtémoc. Índice de Desarrollo Social por Unidad


Territorial

Fuente: Mapa elaborado en el Centro de Geografía Digital de El Colegio de México con base en información
de Evalua-DF para el año 2010.
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 81

Mapa 2. Delegación Cuauhtémoc. Comportamiento electoral histórico.


Jefe delegacional 2003-2012. Unidades territoriales por número
de beneficiarios de programas sociales

Fuente: Mapa elaborado en el Centro de Geografía Digital de El Colegio de México con base en información
del iedf para las elecciones de 2003 a 2012 y de Evalúa-DF para políticas sociales delegacionales.
82 Emanuel Rodríguez Domínguez

Tabla 1. Delegación Cuauhtémoc.


Número de beneficiarios de programas sociales por colonia
Clave UT Colonia BENEFICIARIOS
Mujeres Hombres Total
15-013-1 Condesa 62 7 69
Franja surponiente

15-014-1 Cuauhtémoc 80 13 93
15-019-1 Hipódromo 31 7 38
15-020-1 Hipódromo Condesa 10 0 10
15-021-1 Juárez 268 45 313
15-028-1 Roma Norte Oriente 452 64 516
15-028-2 Roma Norte Poniente 177 17 194
15-029-1 Roma Sur 408 38 446

15-001-1 Algarín 139 25 164


Corredor intermedio

15-002-1 Asturias 123 17 140


15-003-1 Ampl. Asturias 250 31 281
15-004-1 Atlampa 559 97 656
15-005-1 Buenavista 419 95 514
15-005-2 Buenavista 331 46 377
15-006-1 Buenos Aires 542 85 627
15-012-1 Centro Urbano Benito Juárez 42 2 44
15-015-1 Doctores Norte 806 107 913
15-015-2 Doctores Sur 914 122 1 036
15-016-1 Esperanza 110 18 128
15-017-1 Ex-Hipódromo de Peralvillo 556 91 647
15-022-1 Maza-Felipe Pescador 175 36 211
15-024-1 U.H. Nonalco Tlatelolco 700 85 785
15-025-1 Obrera Norte 622 97 719
15-025-2 Obrera Sur 1 081 148 1 229
15-026-1 Paulino Navarro 273 24 297
15-027-1 Peralvillo 794 135 929
15-030-1 San Rafael 585 77 662
15-031-1 San Simón Tolnahuac 615 129 744
15-032-1 Santa María Insurgentes 158 29 187
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 83

Tabla 1. Delegación Cuauhtémoc.


Número de beneficiarios de programas sociales por colonia (continuación)
Clave UT Colonia BENEFICIARIOS
Mujeres Hombres Total
15-033-1 Santa María la Ribera Norte 1,281 134 1 415
Corredor intermedio

15-033-2 Santa María la Ribera Sur 496 101 597


15-034-1 Tabacalera 147 22 169
15-035-1 Tránsito 332 41 373
15-036-1 Valle Gómez 262 27 289
15-037-1 Vista Alegre 131 13 144

15-007-1 Centro Histórico 718 55 773


Franja oriente

15-008-1 Centro Alameda 298 25 323


15-009-1 Centro Merced 708 57 765
15-010-1 Centro Norte 989 102 1 091
15-011-1 Centro Oriente 923 137 1 060
15-018-1 Guerrero Norte 1 303 203 1 506
15-018-2 Guerrero Sur 728 121 849
15-023-1 Morelos 1 509 237 1 746
Total 21 107 2 962 24 069
Fuente: Elaboración propia.

ciarios de los programas sociales que el objetivo de tener una idea de la densi-
otorgó la delegación en el año 2010 (véa- dad de las redes políticas construidas
se la tabla 1), marcados en círculos rojos mediante los usos electorales del gasto
de diversos tamaños, entre los que des- social y las acciones de gobierno focali-
tacan la presencia de personas de la zadas en ciertas poblaciones antes de
tercera edad y madres de familia,6 con realizar el trabajo de campo.
El ensamblaje cuantitativo de las
áreas socioeconómicas, las tendencias
Los programas sociales que atienden a es-
6

tos sectores representan poco más del 80% del


electorales y la densidad de las redes de
padrón de beneficiarios de la delegación (alrede- beneficiarios de políticas sociales en la
dor de 24 mil). Según fuentes de Evalúa DF, demarcación, ratifica la existencia de
para el año 2010 los programas Jefas de Familia tres áreas-político culturales en la dele-
y Mujeres en Estado de Abandono contaba con
un total de 15 120 beneficiarios; mientras que el
gación Cuauhtémoc: a) la franja sur­
programa de Apoyo a Adultos Mayores tenía poniente; b) el corredor intermedio
5 167 empadronados. delegacional, y c) la franja oriente. Esta
84 Emanuel Rodríguez Domínguez

caracterización sociopolítica del es­ dor central, han sido relativamente


pacio delegacional permite describir constantes en sus preferencias electo-
de manera diferenciada las prácticas rales; mientras que las secciones de
políticas que implementan sus habi- menor desarrollo social asentadas en
tantes según el entorno en el que se la franja oriente, muestran un voto
desenvuelven. Siguiendo a Duhau y más diferenciado posiblemente pro-
Giglia (2008: 28), considero que la ex- ducto de la competencia partidaria por
periencia de los espacios en los que se el control de las redes políticas basa-
desarrollan las interacciones entre das en el gasto social y los grupos cor-
ciudadanos, autoridades gubernamen- porativos característicos de esta zona.
tales e integrantes de los partidos defi- Sobre la base de estos indicios, en el
nen un cierto “sentido del juego”; es siguiente apartado nos adentraremos
decir, los dota de un conjunto de posi- en el estudio de las áreas político-cul-
bles disposiciones para participar en turales desde una perspectiva etno-
las arenas políticas del ámbito local a gráfica, con el fin de tratar de ahondar
partir de una determinada posición en aquellas situaciones sociales, en-
social, considerando los recursos mate- tendidas como zonas grises de la po­lí­
riales o simbólicos que maneja cada tica, que nos permitan explicar los
actor. Así, este primer análisis cuanti- cambios y continuidades en las relacio-
tativo diferenciado es la base para en- nes de poder de los enclaves locales de
samblar (más adelante detallaré esta la ciudad de México, sin perder de vis-
idea) una reflexión de procesos simila- ta su relación con el contexto en el que
res en espacios distintos, la cual vista se desarrollan.
en conjunto proporciona algunas ideas
sobre el funcionamiento general de la LOS DIVISADEROS DE OBSERVACIÓN
dinámica política de la delegación ETNOGRÁFICA COMO ZONAS GRISES
Cuauhtémoc y de otros espacios de la DE LA INSTRUMENTALIZACIÓN
ciudad de México con características COTIDIANA DEL ESTADO
similares.
Este ensamblaje cuantitativo per- Hoy en día la complejidad de los proce-
mite realizar un primer acercamiento sos sociopolíticos acontecidos en los
hipotético sobre la influencia de los es- espacios locales de la ciudad de México
cenarios de competencia electoral en la desdibujan las fronteras entre las di-
configuración sociocultural de las prác­ mensiones electoral, legislativa y gu-
ticas e imaginarios políticos de los ha- bernamental, al politizar la mayoría
bitantes de la delegación Cuauhtémoc. de los ámbitos de gobierno con el pro-
En efecto, si analizamos comparativa- pósito de fortalecer la dominación de
mente los mapas 1 y 2 se evidencia un grupo o facción particular (Goldsto-
que, en términos generales, las zonas ne, 2003). La porosidad de las fronte-
con mayor desarrollo social ubicadas ras entre estas dimensiones configura
en la franja surponiente delegacional y zonas grises (Auyero, 2007) en la diná-
las de nivel social medio bajo del corre- mica política de la capital, las cuales se
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 85

caracterizan por ser un espacio de in- turales de la delegación Cuauhtémoc,


tersección entre actores que, en teoría, delimitadas cuantitativamente en el
deberían estar enfrentados o separados apartado anterior. Particularmente,
institucionalmente. Por su carácter expondremos la forma en que las
ambiguo estos vínculos regularmente asambleas de participación ciudadana
erosionan la óptica del investigador, efectuadas en cada una de estas áreas,
pero se hacen visibles al atender etno- se han transformado en performances7
gráficamente las relaciones, muchas de simulación participativa e interme-
veces clandestinas y soterradas, entre diación política, los cuales tienen una
ciudadanos, líderes políticos, burócra- correlación directa con las tendencias
tas de calle, integrantes de los partidos históricas del comportamiento electo-
y funcionarios públicos. ral local (2003-2012), la presencia de
Las zonas grises de la política son redes políticas basadas en el ejercicio
fundamentales en los sentidos que clientelar del gasto social y las particu-
pueden tomar las formas cotidianas de laridades de los diversos espacios so-
la instrumentalización del Estado, ciopolíticos de la demarcación.
pues mediante ellas se busca inhibir o En la delegación Cuauhtémoc los
canalizar un repertorio de acción espe- espacios participativos tienen una ca-
cífico en las arenas políticas del ámbito lendarización semestral en la que se
local (Auyero, 2007: 24). De ahí que las efectúan aproximadamente 70 asam-
zonas grises constituyan una ventana bleas informativas en toda la dele­
de oportunidad para entender cómo se gación, aunque, como se verá más
instrumentaliza el quehacer guberna- adelante, su distribución no es equi­
mental, prestando atención a la forma tativa al interior de sus áreas políti­
en que los grupos de poder mantienen co-culturales. Estas reuniones son
estabilidad política a través de los efec- promovidas por el área de Participación
tos que tienen las políticas públicas en Ciudadana y se realizan en lugares pú-
la vida cotidiana de los actores sociales. blicos de la delegación (plazas, jardines,
En efecto, las interacciones desarrolla- mercados, deportivos y en las inmedia-
das en las zonas grises de la política ciones de las iglesias). En dichos foros la
expresan la interpenetración dinámica dinámica de interlocución entre autori-
entre las estrategias partidario-guber- dades y ciudadanos es mínima, ya que
namentales, que buscan contener la el papel de los asistentes queda reduci-
participación ciudadana mediante re- do a escuchar el discurso del jefe dele-
des de control político-territorial, y la gacional y, en contadas ocasiones,
capacidad de agencia de sus integran- expresar tanto sus demandas de ges-
tes en la persecución de objetivos indi- tión como sus puntos de vista sobre los
viduales o colectivos. Utilizando la
categoría de zonas grises ahondaremos
Estas acciones buscan reproducir o reafir-
7
etnográficamente en los sentidos que mar significados en torno a la legitimidad políti-
toman las múltiples interacciones desa- ca del grupo que controla la estructura de poder
rrolladas en las tres áreas político-cul- (Abélès, 1988).
86 Emanuel Rodríguez Domínguez

servicios públicos. La mayoría de los otras se acercan a las promotoras (que


asistentes a este tipo de reuniones son visten camisa negra con logotipo de la
beneficiarios de los programas sociales delegación) preguntando por algún
delegacionales, quienes asisten a las programa mencionado y las promoto-
asambleas informativas mediante el ras les explican los trámites para ser
aviso directo de los promotores y verifi- beneficiarias.8
cadores del programa social. Incluso, en
dichos actos se les pasa lista de asisten- En esta asamblea, y otras a las que se
cia, aunque no por ello dejan de acudir asistió durante el trabajo de campo,
a estas reuniones vecinos que deman- se “placean” tanto el jefe delegacional
dan alguna gestión particular. La si- como los integrantes de su equipo; el
guiente ficha de trabajo de campo primero busca ascender políticamente
sintetiza la dinámica de estas asam- y catapultarse a otro puesto guberna-
bleas: mental o legislativo; los segundos, sus
directores de área, desean la candida-
Después de cuarenta minutos de es- tura a la jefatura delegacional. Para
pera llega el jefe delegacional, quien ello llenan “la plaza” con los beneficia-
inicia una extensa reflexión sobre la rios de los programas sociales, con el
economía general, el desempleo y el propósito de mostrar su capacidad de
subempleo sosteniendo que “somos de convocatoria. Además, en estos espa-
izquierda y nos interesa la igualdad, cios los beneficiarios asimilan el ca­
así como salir a la calle y dejar el es- rácter jerárquico de los dispositivos
critorio como lo prometí desde que era habituales relacionados con la asisten-
candidato a jefe delegacional”. Habla cia social; es decir, interiorizan y norma-
ampliamente de diversos programas lizan que, si quieren seguir recibiendo
de gasto social y los ahorros para su- los programas, deben respaldar las
fragarlos porque su propósito es que agendas políticas o los proyectos de
“la gente de la delegación tenga una los agentes estatales. De ahí que guar-
condición digna”. Finalmente, reitera den sus reclamos para otro momento y
que seguirá trabajando en las calles y lugar, pues en las asambleas tienen
manteniendo los recorridos por éstas. que “soportar la espera (en silencio), y
Los asistentes se levantan. Unos se actuar no como ciudadanos con recla-
acercan buscando hablar con él y sus mos legítimos, sino como pacientes del
directores, mientras que la mayoría Esta­do” (Auyero, 2011: 22). Además, al
de las mujeres que asistieron se apre- término de estos performances los asis-
suran hacia donde están las trabaja- tentes se aglomeran alrededor del jefe
doras de “Participación Ciudadana”, delegacional o de sus subordinados.
quienes tienen listas de asistencia, Esto propicia el imaginario de que fue-
apiñándose alrededor de ellas para ron atendidos “personalmente”. Aun-
firmar. Son beneficiarias de progra-
mas sociales “convocadas” para asistir 8
Trabajo de campo en asamblea ciudadana.
y deben pasar lista al final. Algunas Mayo del 2010.
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 87

que, por lo regular, una promotora tumbra y si posteriormente no le das


delegacional ubicada a un costado de te castiga en las elecciones. También
los principales funcionarios apunta las se puede dar el caso de que te empiece
demandas que recibe para convertir- a exigir más […]. Estoy de acuerdo en
las, en el mejor de los casos, en oficios que debemos cambiar la forma como
que se perderán en la maraña burocrá- se hace política en la delegación. Aun-
tica de la administración pública local. que, desde mi punto de vista, esto úni-
Por todo lo expuesto, las asambleas camente se puede hacer desde arriba
informativas son un performance me- y para ganar se tiene que hacer una
diante el cual un grupo político busca buena estrategia de gestión de las de-
incrementar sus adhesiones partida- mandas ciudadanas para sacar ven-
rias y acotar el comportamiento ciu­ taja política. Así lo hacen todos los
dadano con base en una “didáctica” partidos.9
que evidencia los términos válidos
para acceder a la atención y los re­ La dinámica de los escenarios partici-
cursos públicos. Esto confirma que las pativos descrita predomina en los divi-
instituciones gubernamentales son saderos de observación etnográfi­ca
produc­toras y reproductoras de una donde se concentra el mayor número
cultura ciudadana, porque “instruyen” de beneficiarios sociales (véase el ma­
a los ciudadanos sobre cómo relacionar- pa 2), regularmente asentados tanto
se con el poder, así como los objetivos y en el corredor central de la delegación
el carácter del desempeño de las insti- como en la franja oriente.10 Por ejem-
tuciones estatales. En otras palabras, plo, en colonias como Centro Norte
en las arenas políticas del ámbito dele- (1 091 beneficiarios), Centro Oriente
gacional se reproduce una ciudadanía (1 060), Guerrero (2 355), Morelos (1 746)
con derechos mínimos o disminuidos y Santa María la Ribera (2 012), se
por la adhesión y dependencia a faccio- efectúan de cuatro a seis asambleas.
nes y grupos políticos; además de que En estos espacios los arreglos entre
se trasmite una percepción pragmá­ ciudadanía y gobierno están mediados
tico-clientelar sobre el ejercicio de en su mayoría por las redes político-
la gestión pública. Como ejemplo de lo territoriales vinculadas con la facción
anterior resulta relevante el siguiente que controla la delegación. Por el con-
testimonio recabado en el trabajo de tario, en la franja surponiente de la
campo: delegación casi no se realizan asam-

Mira, nosotros nos hemos dado cuen- 9


Plática con funcionario delegacional du-
ta de que el ciudadano agarra todo lo rante una asamblea ciudadana realizada en fe-
que le dan, venga de cualquier parti- brero de 2010.
do o instancia de gobierno. Él no tiene 10
La mayoría de los puntos en los que se
realizaron asambleas informativas coinciden
pena y agarra todo de donde venga,
con los lugares en donde los candidatos perre-
pero eso para nosotros, como adminis- distas realizaron actividades proselitistas du-
tradores, no es bueno, pues se acos- rante las campañas electorales de 2009 y 2012.
88 Emanuel Rodríguez Domínguez

bleas informativas, pues en esta zona mas como indica la ley”.11 No obstante,
residen pocos beneficiarios de los pro- la presión ejercida es poco eficaz, pues
gramas sociales por estar habitada generalmente los funcionarios delega-
principalmente por sectores de clase cionales esquivan o condicionan las
media alta. De ahí que en colonias exigencias de gestión a las limitacio-
como Condesa (con 69 beneficiarios) y nes financieras y administrativas de
Cuauhtémoc (con 93) sólo se realiza los gobiernos locales. En consecuen­
una asamblea informativa. Asimismo, cia, las demandas ciudadanas de los
en lugares donde el padrón de benefi- habitantes de esta franja se subordi-
ciarios es mínimo, como las colonias nan tanto a la lógica burocrática de las
Hipódromo (con 38) e Hipódromo Con- oficinas gubernamentales, al indicar-
desa (con 10) no se efectúan este tipo les que “una vez que presenten su trá-
de reuniones. Las escasas asambleas mite en las instancias adecuadas, éste
efectuadas en la franja surponiente podrá ser resuelto”, como a la carencia
muestran que las prácticas políticas de de recursos en la administración dele-
los habitantes de dicha zona están ma- gacional, como afirmar que “no tene-
tizadas por valoraciones individuales, mos el presupuesto que habíamos
que no cruzan necesariamente por los solicitado y éste nos fue proporcionado
canales de la intermediación política o hasta hace poco, por eso empezamos
por la integración de redes político-te- tarde los programas. Además no tene-
rritoriales vinculadas a las facciones mos las facultades de un municipio”.12
partidarias que se disputan la dele­ Las trabas burocrático-administrati-
gación. vas que complican una gestión guber-
En la dinámica de las reuniones in- namental fomentan un imaginario que
formativas del corredor Roma-Conde- desalienta la participación en la esfera
sa es común encontrar momentos de pública, al buscar que las deficiencias
ruptura ya que, a diferencia de las en los servicios y obras delegacionales
asambleas realizadas con beneficiarios sean resueltas por la propia ciudada-
en otras zonas de la demarcación, en nía (Redko, Rapp y Carlson, 2006).
estos performances los funcionarios Las asambleas informativas obser-
han sido cuestionados por los asisten- vadas en los divisaderos etnográficos
tes. Los reclamos vecinales tienen donde el prd tiene una preferencia
como propósito exponer públicamente electoral alta (regularmente asenta-
sus demandas y necesidades de ges- das en el corredor central y en la franja
tión: “Ustedes [las autoridades] están
para servir a la comunidad, y propor- 11
Testimonios recopilados en trabajo de
cionarnos obras y servicios es su obli- campo durante las asambleas de participación
gación”; en otros casos los vecinos ciudadana realizadas en los meses de mayo y
increparon a las autoridades cuando junio del 2010.
12
Testimonios recopilados en trabajo de
les indican: “No les venimos a pedir campo durante las asambleas de participación
ningún favor, nada más venimos a exi- ciudadana realizadas en los meses de mayo y
gir que se apliquen las leyes y las nor- junio del 2010.
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 89

oriente) se caracterizan por la existen- cuando, en realidad, son intermedia-


cia de prácticas de intermediación po- rios vecinales disfrazados como servi-
lítica mediadas por lógicas de grupo, dores públicos.14 Estos intermediarios
ya que no sólo son concurridas por los tienen como propósito encauzar la de-
beneficiarios de los programas socia- manda social a través de una gestión
les, sino que los habitantes de estas contenida y controlar las redes de be-
colonias que no cuentan con estos apo- neficiarios de programas sociales con
yos, aprovechan los espacios participa- fines electorales. La faccionalización
tivos para tratar de contactar a los de la gestión pública y los programas de
“burócratas de calle” delegacionales, gasto social es el medio por excelencia
con el objetivo de integrarse a las redes a través del cual se forja el ascenso de
político-territoriales basadas en el gas- nuevos emprendedores políticos en el
to social. Al respecto conviene citar el ámbito delegacional, los cuales buscan
siguiente testimonio: un mejor puesto en el organigrama
interno para, con el paso del tiempo, in-
Los funcionarios de la delegación gresar a la pugna partidaria por las
siempre dicen que van a dar nuevos candidaturas de elección popular.
programas, pero nunca nos avisan A nivel participativo, la faccionali­
cómo le tenemos que hacer para pe- zación de las acciones gubernamen­
dirlos. Nos tenemos que acercar a tales acota las posibilidades de influir
los líderes locales porque ellos son los en las acciones de gobierno por parte de
que en verdad gestionan y entregan los habitantes de la delegación, pues los
las ayudas. Si no le hacemos así no escasos canales de interlocución que
tendríamos nada, por eso siempre les tienen con las autoridades cruzan por
digo [a las autoridades] que tienen el umbral de la intermediación polí­
que difundir más cómo van entregar tica. Conviene matizar que si bien las
las cosas.13 re­laciones de intermediación están
mediadas por lógicas jerárquicas, ca-
Las consideraciones de formación de racterizadas por un intercambio asimé-
redes político territoriales mediante la trico de bienes y servicios por apoyo
intermediación prevalecen en los esce- político-electoral, en la mayoría de los
narios participativos de esta zona de la casos suelen ser valorados por quienes
demarcación. Incluso la administra- las establecen como un intercambio
ción delegacional ha incorporado a sus equitativo y en condiciones de igualdad.
nóminas a líderes locales o de orga­
nizaciones urbano-populares denomi- 14
Estos singulares personajes pueden cata-
nándolos eufemísticamente como logarse como “actores grises” (Auyero, 2007) por
“enlaces” o “promotores” ciudadanos su ambivalente papel en los procesos políticos.
Dichos actores no sólo se hacen presenten en los
procesos de intermediación política del gastos
13
Testimonio recopilado en plática con ciu- social, sino que también buscan faccionalizar y
dadano en asamblea delegacional realizada en partidizar los mecanismos de representación
el mes de junio de 2010. ciudadana (Tejera y Rodríguez, 2012).
90 Emanuel Rodríguez Domínguez

De manera que las relaciones clientela- No obstante, en los espacios parti­


res no son un mero canje de favores por cipativos de la franja oriente dele­
votos, sino toda una forma de vida y gacional también existen algunos
de ver el mundo para quienes las im- divisaderos de observación etnográfica
plementan (Auyero, 2002). Al respecto en donde las redes de control electoral
conviene citar el siguiente testimonio: tienen un campo de acción más amplio
para negociar la gestión o los apoyos
Los que asistimos a las asambleas sa- que reciben sus integrantes, pues exis-
bemos cómo son las reglas del juego te un abanico más amplio de interme-
aquí en la delegación. No es que mani- diarios ante la emergencia y aparición
pulen a la gente o la engañen, la gente de otros grupos de poder vinculados a
se presta al engaño, porque sabe de los facciones partidarias disidentes. La
beneficios que puede recibir al estar en posibilidad de negociar pragmática-
un programa social. Además todos sa- mente el respaldo político de sus redes
bemos que la delegación resuelve sólo hacia diversas facciones o grupos par-
algunos problemas, pero atienden más tidarios hace que los líderes locales,
rápido los de aquellos que representan tanto de las organizaciones urbano-
una base estable y representativa en populares como de asociaciones del co-
las votaciones.15 mercio ambulante, incorporen en sus
imaginarios políticos la noción de la
La inclinación ciudadana por estable- exigencia de gestión para sus agremia-
cer relaciones de subordinación y de- dos. Esto le imprime una dinámica di-
pendencia mediante la intermediación ferente a las asambleas informativas
de gasto social se refuerza por la ine­ realizadas en esta franja de la delega-
xistencia de esquema de interlocución ción, pues en estos foros algunos líde-
directa con las autoridades delegacio- res presionan directamente tanto a los
nales, que les permitan intervenir efi- “burócratas de calle”, como a los fun-
cazmente en el gasto público o en las cionarios delegacionales, con el propó-
decisiones gubernamentales. De esta sito de obtener una mayor cantidad de
manera, en las arenas políticas del ám- beneficios para sus redes. Al respecto
bito delegacional los mecanismos de conviene citar la demanda de unos de
diálogo con las autoridades locales son estos líderes en un evento organizado
nulos o de muy baja incidencia, al grado por el área de Participación Ciudada-
que, como lo menciona un be­neficiario na delegacional:
de los programas sociales, “están redu-
cidos a los momentos en que las autori- Al finalizar la asamblea en donde se
dades necesitan apoyo político”.16 entregaron los programas sociales.
Un grupo de aproximadamente 40
15
Testimonio recopilado en plática con ciu- personas rodea a los promotores de la
dadano en asamblea delegacional realizada en
el mes de junio de 2010.
16
Testimonio recopilado en plática con be- de participación ciudadana realizada en junio
neficiario de programa social durante asamblea de 2010.
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 91

delegación y empieza a increpar a los ción informada, calculada y, en algunos


principales subdirectores del área de casos, efectiva, los cuales han negociado
Desarrollo Social. Les exigen más su respaldo político al mejor postor de-
“ayudas sociales de todo tipo para la pendiendo de la coyuntura electoral
colonia”, pues dicen que “no han sido para obtener gestiones y acceso a los
considerados todos los vecinos”. En recursos del gasto social. Esto confirma-
eso una persona, que al parecer es el ría que muchas de las redes políticas
dirigente del grupo, grita a los funcio- de la franja oriente de la demarcación
narios: “¡Aquí no van a poder contro- tienen una lógica de funcionamiento
larnos, porque siempre nos piden que desvinculada de las filias y fobias par-
traigamos a nuestra gente a sus even- tidario-ideológicas de sus integrantes,
tos y la traemos! ¡Por eso la tienen pues su respaldo electoral responde
que atender y darle su ayuda, y no di- tanto a los proyectos y agendas particu­
gan que andamos acaparando las lares de sus dirigentes, como a los
cosas, porque más bien nada más ve- acuerdos que éstos establecen con las
nimos por lo que nos toca por andar- diversas facciones partidarias.
los apoyando!”.17 El escenario anterior no sólo ha fle-
xibilizado los arreglos entre las estruc-
En los divisaderos de observación et- turas corporativo-clientelares y las
nográfica de la franja oriente, en donde facciones partidario-gubernamentales,
hay una mayor competencia faccional también ha servido para que los inte-
por obtener el respaldo de las redes de grantes de las redes empiecen a recon-
control electoral, sobresalen actores figurar sus imaginarios políticos, al
grupales (organizaciones urbano popu- evaluar el desempeño delegacional en
lares, de comercio ambulante y líderes relación con los servicios y gestiones
locales)18 que reflejan una participa- que obtienen a nivel individual. En
efecto, algunos de los asistentes a las
17
Notas de campo de asamblea informativa
asambleas de participación ciudadana
en donde se entregaron programas sociales rea- realizadas en la franja oriente enta-
lizada en febrero de 2010. blan negociaciones utilitaristas defini-
18
Las organizaciones de comerciantes am- das con una lógica de estructuración
bulantes y del movimiento urbano popular han
comenzado a realizar una reconfiguración dis-
individualista igualitaria, que no está
cursiva en la que se asumen como “organizacio- constreñida a algún operador político o
nes de la sociedad civil”. Esto les ha permitido
ampliar su presencia político territorial hacia
otras colonias de la ciudad con bajos índices de medio de estas acciones, los líderes de dichas or-
desarrollo social, mediante la implementación ganizaciones buscan vincularse principalmente
de “brigadas comunitarias” en las que se otor- con representantes vecinales, asociaciones de
gan servicios de salud y alimentación gratuitos, residentes, líderes locales, grupos de mujeres y
se imparten talleres de capacitación en temas sectores de la tercera edad, entre otros colecti-
relacionados con la equidad de género, diversi- vos organizados en el ámbito local, para apoyar-
dad sexual, derechos humanos y se promueve la los en la creación de pequeñas asociaciones
intervención de la organización en la solución civiles que les sirvan como un canal de interme-
de las demandas locales de gestión urbana. Por diación con los habitantes de las colonias.
92 Emanuel Rodríguez Domínguez

grupo clientelar. Por medio de estas ticos delegacionales: los escapistas po-
prácticas políticas los integrantes de las líticos, quienes se caracterizan por
redes procuran negociar o intercambiar establecer relaciones políticas en las
la atención gubernamental por apoyo cuales es muy difícil saber quién enga-
de manera directa con los funcionarios ña a quién con el fin de sacar una ven-
públicos o los burócratas delegaciona- taja oportunista de la situación. Estos
les, sin que esto les impida buscar a nuevos actores principalmente se han
otros grupos político para cabildear al- manifestado en los divisaderos de ob-
gún otro recurso o apoyo, pues su inten- servación etnográfica en donde existe
ción es sacar ventaja y obtener mayores una fuerte disputa partidaria entre el
beneficios materiales y económicos de pri y el prd (véase el mapa 2), ubicadas
las oportunidades que surgen ante los en las colonias Morelos, Centro y Gue-
crecientes niveles de competencia polí- rrero. El comportamiento de los esca-
tica en la zona. Lo expuesto se expresa pistas políticos visibilizan un mayor
en el siguiente testimonio: grado de agencia ciudadana en las are-
nas políticas locales, pero ello no signi-
La gente no es tonta en esta colonia, fica que este tipo de actitudes sirvan de
ya hemos aprendido que, aunque ten- base para democratizar la gestión pú-
gamos los beneficios de los programas blica o los espacios participativos, pues
sociales, la forma de reclamarles a los entre estos actores prevalecen formas
políticos cuando andan fallando es ir de organización individualizadas y
a buscar a otro líder y ver qué nos fragmentadas que no llegan a consoli-
ofrece para votar por su partido. Por dar proyectos colectivos.
eso [en las pasadas elecciones] no ga-
naron en esta colonia, porque no A MANERA DE CIERRE: HACIA UN
atendieron nuestras demandas y ya ENSAMBLAJE DE LA ETNOGRAFÍA
no vamos a perder el tiempo en ir a MULTIESCALAR
reclamar y meter oficios a la delega-
ción, para esperar y al final no nos re- En el presente documento se han en-
suelvan nada. La cosa es fácil, ellos samblado elementos metodológicos
[las autoridades delegacionales] sa- cuantitativos y cualitativos, con el ob-
ben que si nos cumplen, nosotros los jetivo de obtener una explicación inte-
apoyamos, sino nos vamos con otro, gral de las relaciones políticas
así hasta en una de esas agarramos derivadas de la instrumentalización
los apoyos de todos lados.19 del Estado en un enclave local de la
ciudad de México. El trabajo etnográfi-
Este testimonio visibiliza la emergencia co se basó en una estrategia de investi-
de nuevos actores en los arreglos polí- gación multilocal (Marcus, 2001) y
multiescalar (Besserer y Oliver, 2014)
19
Testimonio recopilado en plática con ciu-
para abordar la dinámica política de
dadano en reunión vecinal realizada en marzo un espacio delegacional. En estos enfo-
de 2010. ques el trabajo antropológico sobre te-
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 93

rreno está definido por el rastreo y del ámbito local y b) entrevistas a pro-
mapeo de las múltiples expresiones de fundidad a funcionarios públicos, líde-
un problema de investigación, que re- res políticos y vecinos solicitantes de
sulta ser contingente y fragmentado al bienes o servicios, entre otros, así como
momento de abordarlo. Por ello duran- diálogos casuales con participantes en
te el trabajo de campo en los divisade- los diferentes procesos estudiados. En
ros de observación etnográfica se cuanto a las estrategias cuantitativas,
estudiaron diversos procesos relacio- presentamos un análisis histórico-es-
nados con la cultura, la ciudadanía y el tadístico por conglomerados (clusters)
poder, en momentos, espacios geográfi- de resultados electorales para las elec-
cos y tiempos distintos, con el propósi- ciones locales de 2003 a 2012, vincu­
to de obtener un panorama general de lando la información georreferenciada
la dinámica política de los enclaves lo- por secciones electorales y niveles de
cales de la ciudad de México. El asumir desarrollo socioeconómico, así como los
una estrategia de etnografía móvil en indicadores numéricos de la influencia
términos de espacio-tiempo, podría de las redes políticas en las distintas
suponer la pérdida de profundidad áreas político-culturales de la dele­
asociada al análisis etnográfico con- gación.
vencional o unilocal. No obstante, para Asimismo, se asoció el análisis
otorgarle certeza a los procesos políti- cuantitativo con la información etno-
cos analizados, se empleó la saturación gráfica sobre ubicación, funcionamien-
etnográfica; esto es, que los datos obte- to y negociación entre redes políticas,
nidos mediante las técnicas y estra­ representantes gubernamentales y lí-
tegias de investigación de campo deres de facciones partidarias para
estuvieron confirmados por la redun- explicar tanto las prácticas políticas de
dancia, o mediante ejemplos discrimi- los actores en su interacción con las
nantes al confrontar información de estructuras gubernamentales y parti-
situaciones similares (Creswell, 2007). darias, como los constreñimientos es-
Para la construcción de los divisa- tructurales que impone el andamiaje
deros de observación etnográfica se institucional estatal al instrumentarse
ensamblaron técnicas cualitativas y en la vida cotidiana de los sujetos socia-
cuantitativas, seleccionándolas con les. Por la estrategia de investigación
base en su pertinencia para profundi- multilocal asumida, los resultados pre-
zar en los procesos políticos estudia- sentados no se basaron en un trabajo
dos. Entre las cualitativas pueden de campo de largo aliento sobre un solo
mencionarse: a) la observación sis­ proceso. Más bien, son la síntesis de
temática de zonas grises y del com­ una serie de “viñetas” obtenidas en pe-
portamiento político de los actores riodos de trabajo de campo escalona-
claves que en ellas se desenvuelven, dos en distintos espacios sociopolíticos
como es el caso de los funcionarios gu- y sobre diversos procesos, así como de
bernamentales, líderes partidarios e fuentes secundarias, que exploraron
integrantes de una organización social las múltiples conexiones entre ciu­
94 Emanuel Rodríguez Domínguez

dadanía, gobierno y partidos en un aprovechan de los escasos márgenes


es­pacio local de la capital del país: la de negociación que surgen en las con-
delegación Cuauhtémoc de la capital tiendas electorales locales para nego-
del país. ciar su respaldo electoral a cambio del
Esta estrategia metodológica per- cumplimiento de demandas individua-
mitió analizar de manera diferenciada les o colectivas, aunque la mayoría de
las prácticas político-culturales que se sus transacciones siguen estando vin-
expresan en cada uno de los divisade- culadas con las redes político-territo-
ros de observación etnográfica identifi- riales de alguna facción partidaria.
cados en la demarcación: la franja Considerando lo expuesto se puede
surponiente; el corredor intermedio y establecer que lo sentidos que toman
la franja oriente. Mediante una re­ las prácticas políticas de los habitan-
visión etnográfica de las zonas grises y tes de la delegación Cuauhtémoc no
los performances de simulación par­ están definidas en su totalidad por su
ticipativa acontecidos en cada uno de interacción con los mecanismos de con-
estos espacios se pudo ubicar que: a) en tención participativo electoral existen-
el corredor central y la franja oriente tes en la dinámica política de los
predominan valoraciones ciudadanas divisaderos de observación etnográfica
vinculadas a la atención pasiva de las detectados, sino que también son re-
solicitudes de gestión gubernamental sultado tanto de sus actitudes y expec-
(los llamados “pacientes del Estado”), tativas en relación con el poder, como
así como a la intermediación de gestio- de los contextos sociopolíticos en los
nes con fines partidarios por medio de que se desarrollan las interacciones
“burócratas de calle” especializados en entre gobernantes y gobernados. Por
reforzar y reproducir redes de respaldo esta razón, en la dinámica política de
electoral, que favorecen a líderes terri- la demarcación coexisten esquemas
toriales vinculados a alguna facción participativos verticales que refuerzan
partidaria; b) en la franja surponiente los principios jerárquicos y las lealta-
son escasos los performances de simu- des hacia un grupo o líder particular,
lación participativa y control electoral, con prácticas cotidianas (individuales
pues la participación ciudadana está o colectivas) producto de la adquisición
mediada por lógicas individuales y por de nuevas habilidades políticas, que
una alta desafección política producto cuestionan los sentidos dominantes y
de un imaginario característico de los promueven una mayor autonomía in-
habitantes de esta zona vinculado a la dividual en los comportamientos elec-
mala imagen que tienen las autorida- torales. En consecuencia, los cambios
des delegacionales por sus “lógicas bu- en las relaciones de poder entre gober-
rocráticas” de atención a las demandas nantes y gobernados no son lineales ni
vecinales de gestión, y c) en las zonas homogéneos, pues en los arreglos polí-
de competencia electoral del corredor ticos de la capital se compaginan pro-
intermedio y la franja oriente comien- cesos de intermediación basados en
zan a figurar actores políticos que se estructuras corporativo-clientelares, y
La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 95

acciones en donde los ciudadanos par- Agradezco a la doctora Liliana Ri-


ticipan cada vez más en función de sus vera, investigadora del ces-Colmex,
intereses individuales. como a los dictaminadores anónimos,
Finalmente, se puede concluir que por sus comentarios a la primera ver-
el ensamblaje del trabajo de campo y sión de este texto. Ambas lecturas
las inferencias geoestadísticas presen- enriquecieron la versión final del pre-
tadas a lo largo del artículo asumen la sente trabajo.
forma de un collage,20 en el que se in-
tercalan las tendencias electorales de BIBLIOGRAFÍA
los últimos 12 años, la densidad de las
redes políticas del ámbito territorial, Abélès, Marc (1988), “Modern Political
las notas de campo, fragmentos de en- Ritual: Ethnography of an Inaugura-
trevistas, las descripciones detalladas tion and Pilgrimage by President Mit-
de procesos estudiados, la reconstruc- terrand”, Current Anthropology, vol. 29,
ción de hechos relevantes, los puntos núm. 3, junio.
de vistas de los actores claves en la di- Abélès, Marc (2007) “Política, globaliza-
námica política local, o todos ellos en ción, desplazamiento. Una perspectiva
conjunto. Es probable que realizando antropológica”, en Angela Giglia, Car-
este mismo ejercicio de ensamblage de los G arma y Ana Paula de T eresa
reflexiones cualitativas y cuantitati- (comps.), ¿Adónde va la antropología?
vas para otras demarcaciones poda- México, uam-i, Juan Pablos Editores.
mos extender el marco de referencia Apud, Ismael (2013), “Repensar el método
analítico de dicho collage para presen- etnográfico. Hacia una etnografía mul-
tar, de manera articulada, las percep- titécnica, reflexiva y abierta al diálogo
ciones de los actores sobre el poder y la interdisciplinario”, Antípoda, núm. 16,
política gubernamental captadas en enero-junio.
un trabajo de campo estatal, vinculado Auyero, Javier (2002), “Clientelismo políti-
a las tendencias cuantitativas de la di- co en Argentina: doble vida y negación
námica electoral de toda ciudad. Todo colectiva”, Perfiles Latinoamericanos,
esto nos permitiría acercarnos a una núm. 20.
explicación integral del funcionamien- _____ (2007), La zona gris: violencia colec-
to general del sistema político en la tiva y política partidaria en la Argenti-
ciudad de México y su instrumentali- na contemporánea, Buenos Aires, Siglo
zación cotidiana en las prácticas e ima- xxi.
ginarios políticos de sus habitantes. _____ (2011), “Patients of the State: An
Ethnographic Account of Poor people’s
20
Escuché por primera vez esta idea en los waiting”, Latin American Research Re-
seminarios sobre “Prácticas políticas, imagina- view, vol. 46, núm. 1.
rios y ciudadanía”, impartidos por Héctor Tejera B esserer , Federico y Daniela O liver
en el posgrado de la uam-i (al respecto véase Te-
(2014), Ensamblando la ciudad trans-
jera, 2009). Posteriormente encontré una estra-
tegia metodológica similar en el trabajo de nacional. Etnografía especular de los
Auyero (2007). espacios transnacionales urbanos,
96 Emanuel Rodríguez Domínguez

México, Juan Pablos Editor/Universi- estrategia política”, New Left Review,


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La delimitación cuantitativa de divisaderos de observación etnográfica… 97

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CAMPOS DE DOMINACIÓN Y ÁMBITOS DE CONDENSACIÓN:
EL ESTUDIO MULTIDIMENSIONAL DE LAS RELACIONES
POLÍTICAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Héctor Tejera Gaona*

Resumen: se presenta una descripción de la estrategia teórico-metodológica con base en la cual se


ha realizado el estudio etnográfico de los procesos electorales como expresión de la dinámica polí-
tico-territorial que se expresa en la ciudad de México. Se profundiza en cómo se han organizado
las redes clientelares y su vínculo con representantes de facciones partidarias, particularmente
del prd. Se muestra cómo los resultados electorales pueden ser explicados, particularmente en las
zonas de mayor pobreza, con base en las negociaciones entabladas por líderes de organizaciones
urbanas con intermediarios asociados al partido político predominante (prd) hasta 2015 en la
capital del país.
Palabras clave: redes políticas, elecciones, alianzas, ciudad de México.

Abstract: A description of theoretical-methodological strategies which have been used to carry out
the ethnographic study of electoral processes as expressions of political-territorial dynamics ex-
pressed in Mexico City is presented. The article examines how clientelistic networks have been
organized and their relation to the representatives of party factions, especially of the prd. It shows
how the results of elections can be explained, especially in areas of the greatest poverty, based on
negotiations entered into by the leaders of urban organizations with intermediaries associated
with the predominant political party (prd) up to the year 2015 in the capital of the country.
Keywords: political networks, elections, alliances, Mexico City.

E
ste artículo presenta tanto la sultados obtenidos mediante la misma.
estrategia teórico-metodológica Particularmente sobre cómo una estra-
con base en la cual se ha reali- tegia etnográfica combinada con el aná-
zado investigación etnográfica para lisis cuantitativo ha permitido explicar
profundizar en la dinámica político- algunos mecanismos de dominación
gubernamental existente en la ciudad político-territorial mediante los cuales
de México, así como algunos de los re- el Partido de la Revolución Democrática
(prd) ha adquirido carácter predomi-
*Profesor investigador titular nivel “C” del nante a nivel subnacional. Se muestra
Departamento de Antropología de la Universi- cómo el análisis georreferenciado, com-
dad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapa- binado con el estudio de campo etno-
lapa. Línea principal de investigación:
Antropología política y urbana, Teoría antropo-
gráfico, es una estrategia poderosa
lógica y Procesos político-electorales. Correo para explicar la dinámica político-elec-
electrónico: htejera@gmail.com. toral en la capital del país, cuestión

99
100 Héctor Tejera Gaona

que se ejemplifica mediante la presen- democrático o no de esta elite política


tación de dos casos a nivel delegacional. es insuficiente para explicar su consoli­
Igualmente, se despliega la propuesta dación y desempeño actual. La falta de
sobre la estructura de funcionamiento alternancia partidaria en la capital
del dominio político-territorial que se puede enfocarse —a la manera en que
ha instaurado como parte del predomi- lo sostiene Przeworski et al. (2000)—
nio de ese partido, exponiendo algunas como signo de mal funcionamiento de
de sus fortalezas y debilidades. la democracia, pero más allá de esta
La capital del país, como anotan Al- afirmación (lo que pre­supone que la
varado (2012) y Gómez-Tagle (2000), democracia funciona adecuadamente
destaca en el entorno nacional porque sólo cuando existe alternancia), no pa-
concentra los procesos políticos, econó- rece que dicho enfoque —como tampo-
micos y sociales de mayor riqueza y co buscar la distancia del gobierno de
complejidad; conviven los gobiernos la ciudad de México con los principios
local y federal, y desde 1997 la gobier- democráticos generales— permita
na un partido distinto al pri con la ban- avanzar demasiado en la explicación.
dera de la izquierda. Puede agregarse, Parece más productivo investigar cómo
además, que en la capital del país se se mantiene el poder, buscando aportar
ha formado una nueva elite política al a la discusión sobre el funcionamiento
amparo de dicha bandera, la cual ha de algunos de los mecanismos que re-
sido impulsada electoralmente, por producen la dominación (Simmel, 2009
una parte, por la ascendente influencia [1908]) en la ciudad de México.
de las organizaciones urbano-popula- 1. El enfoque teórico-metodológico
res en la estructura del prd capitalino, que sustenta la estrategia etnográfica.
y por otra, el apoyo de amplios sectores A continuación se realiza una breve
de la capital, ya sea por recibir benefi- exposición del fundamento teórico en
cios del gasto social o por convicción. que se ha basado el estudio de la diná-
La confluencia del control parti­ mica político-gubernamental que ca-
dario, el gasto social y la tendencia a racteriza a la ciudad de México;
sufragar por la izquierda que caracte- fundamento que se ha vertido en es-
rizan a la capital del país ha permitido trategias metodológico-etnográficas.
a esta elite política consolidarse políti- Un partido predominante puede
camente en los últimos años, a pesar de considerarse como tal con base en su
sus divisiones y confrontaciones como capacidad para ejercer la dominación
resultado de estar integrada por fac- de manera eficiente en tres dimensio-
ciones partidarias.1 El análisis aspira- nes: la electoral, la legislativo-parla-
cional (normativo) sobre el desempeño mentaria y la gubernamental; para
consolidar dicho ejercicio requiere
1
Se entienden las facciones políticas como mantenerse en el poder un cierto
grupos relativamente organizados que teniendo
presencia en el marco de otro grupo más amplio,
número de elecciones consecutivas
compiten para incrementar su poder (Belloni y (Dunleavy, 2010; Greene, 2007; Hiskey
Beller, 1996). y Canache, 2005, Sartori, 2005 [1976]).
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 101

Dicho predominio puede analizarse a cer prácticas político-culturales, las


partir de cuatro aspectos: el cronoló­gico cuales son prevalecientes en las relacio­
(temporalidad en el poder), el desem- nes políticas. Dichas prácticas se en-
peño de los representantes legislativos tienden como acciones cuyos contenidos
a favor de los intereses de ese partido o son aprendidos, reproducidos y modifi-
el gobierno que se ha formado con sus cados por la interacción entre cultura y
integrantes; la predominancia (electo- política, y sintetizan imaginarios (Para-
ral), y el control del ejercicio guberna- meshwar, 2002) e intencionalidades
mental. políticas (Tejera, 2005). Estas prácticas
Desde una perspectiva socioantro- son resultado de la interacción entre
pológica, las formas de dominación par- cultura y política. Al respecto se ha pro-
tidaria requieren, para consolidarse, puesto (Tejera, 2009a, 2009b) que la
partidizar tanto las dimensiones men- cultura puede considerarse integrada
cionadas como los diversos niveles de por tres planos: el primero, el de las
gobierno (en este caso el delegacional y convicciones de fondo, las cuales son di-
del poder central), transformándolos en fusas, raramente cuestionadas, susten-
herramientas para perpetuarse en el tan la convivencia social y se modifican
poder (Goldstone, 2003). De esta forma, muy lentamente; el segundo plano está
las fronteras entre las dimensiones compuesto por los valores significati-
mencionadas se diluyen y los vínculos vos, que son —por decirlo a la manera
entre ciudadanos y gobierno se subsu- en que Evans-Pritchard (1977 [1940])
men al propósito de profundizar las re- designaba al sistema de parentesco en-
laciones de dominación mediante la tre los nuer, al estudiar su sistema polí-
aplicación de políticas públicas (Sztom- tico— el “esqueleto conceptual” que
pka, 1991). matiza la posición que los sujetos socia-
En los últimos años se ha pro­fun­ les adoptan ante diversos aconteci-
dizado en las dimensiones par­tidario- mientos que imprimen sentido a su
electoral y en el ejercicio gubernamental, cotidianidad; finalmente, el tercer pla-
así como el efecto de ambas en la partici- no está integrado por la atribución de
pación ciudadana, observando cómo significados por parte de los sujetos y
se forman y reproducen las redes polí- grupos sociales, resultado de su propó-
ticas, su influencia en los procesos sito de establecer las convicciones y
electorales, el ejercicio de gobierno y sentidos que impregnan las relaciones
su expresión en las políticas públicas, y prácticas sociales.
particularmente aquellas relaciona- Las relaciones políticas expresan
das con el gasto social y las formas de pugnas sobre cómo nombrar y clasifi-
representación y participación ciuda- car las relaciones sociales apuntalando
danas. “campos” de significación social. Siendo
El enfoque teórico que sustenta la el espacio del ejercicio político, en este
metodología para realizar el estudio et- tercer nivel se ponen en constante ten-
nográfico de la estructura política de la sión las convicciones, los sentidos y las
ciudad de México ha buscado estable- atribuciones, las cuales dinamizan sus
102 Héctor Tejera Gaona

Gráfica 1. Niveles de la cultura y transformaciones culturales

Transformaciones en la Cultura

Difusas y
aproblemáticas
Convicciones Delinean las
de fondo definiciones
generales de las Transformación o fortalecimiento de las relaciones políticas
situaciones en las
Interacción entre los planos
de la cultura que generan

cuales se ubican

percepciones
Cambios en
cambios en ella

Matizan las acciones

políticas
frente al mundo

las
Valores
CULTURA significativos Establecen el campo
de acción de los
individuos
Se utiliza con el Discursos
propósito de
Asignación alcanzar objetivos
de Prácticas
significados Se expresa en el político-culturales
campo de las Representaciones o
relaciones políticas Performances
Objetivación

Fuente: Elaboración propia.

contenidos. Ha sido este último plano a través de prácticas como discursos y


en el cual se ha concentrado el análisis performances culturales sobre las rela-
realizado en los últimos años, porque ciones políticas existentes, o de aque-
la asignación de significados susten- llas que se desea establecer. A través
ta la posibilidad de que los actores o de la objetivación se propician cam-
grupos sociales que se enfrentan políti­ bios en las percepciones políticas que,
camente, refuercen o cuestionen los con­ a su vez, son las causantes de trans-
tenidos dominantes de la cultura; formaciones en las relaciones políticas;
contenidos delineados por una deter- re­laciones que, al cambiar, también
minada correlación de las relaciones modifican los contenidos de la cul­
de poder (Dagnino, 1998). La política tura.
está matizada por dicha asignación Se propone que la política está car-
y propicia —más no garantiza, como gada de intencionalidad debido a que
se expone más adelante— su eficacia. los individuos buscan alcanzar sus ob-
Este proceso se ha designado como jetivos en un contexto social y cultural
objetivación de la cultura,2 y se realiza que matiza sus percepciones y el conte-
nido de la información que obtienen
2
Se entiende como objetivación cultural el del entorno. Es común que ambas se
conjunto de prácticas dirigidas a reforzar o
cuestionar los significados sobre las relaciones
combinen y expresen con base en prác-
políticas e implantar fronteras de significado ticas que no son racionales en el senti-
sobre las relaciones sociales (Tejera, 2005). do del rational choice, ni tampoco lo
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 103

Gráfica 2. Intencionalidad, objetivación de la cultura y cambios en las


percepciones políticas

Prácticas político-culturales
• Enfatizan elementos
de la identidad
Discursos • Exageran los
sucesos históricos
• Producen metáforas
y metonimias
Intencionalidad Objetivación Transformación o Cambios en las
política cultural creación de los percepciones
significados políticas

Performances y • Actúan
representaciones • Representan
• Teatralizan
• Ritualizan

Fuente: Elaboración propia.

son bajo la propuesta de la teoría críti- como la intencionalidad de los actores


ca, ya que no están dirigidas a reflexio- sociales, pero no garantizan las trans-
nar sobre los estándares de valor con formaciones en las relaciones políticas.
los cuales se interpretan acciones y Dichas transformaciones de­penden
necesidades (Habermas, 1989: 39). —por decirlo metafóricamente— de la
Son, por decirlo en los términos ya ex- “porosidad” del sistema po­lítico; de la
puestos, formas de objetivación que se posibilidad de que se pueda influirlo
expresan en prácticas político-cultura- con base en la acción po­lítica. En otros
les, las cuales están dirigidas a obtener términos, las trans­formaciones socia-
determinados resultados en el ámbito les derivan de la intencionalidad re-
de la percepción de las relaciones polí- sultante de las necesidades, deseos y
ticas. Este propósito puede o no tener utopías de los sujetos sociales; su capa-
éxito, en cuanto a modificar o mante- cidad de convertir éstas en campos cul-
ner dichas relaciones, pero lo anterior turalmente signifi­cativos para otros
no necesariamente depende de la efi- sujetos o grupos sociales; transformar
cacia cultural de las prácticas, sino de los sentidos derivados de dichos cam-
aspectos que influyen en las mismas. pos en acción o participación política
En efecto, si la propuesta se restrin- en su sentido más amplio, y realizarse
giera a la eficacia de las prácticas polí- en un contexto donde dicha participa-
tico-culturales para explicar el cambio ción influye en las relaciones y el siste-
político se ubicaría en el reduccionismo ma político. Esta perspectiva explica el
culturalista. Pero cabe precisar que las cambio político rebasando tanto las
prácticas empleadas para ejercer o en- perspectivas institucionales de la polí-
frentarse a la dominación integran tanto tica, como en las visiones normativas
la constitución de ámbitos significativos de la cultura (Lieberman, 2002). Como
104 Héctor Tejera Gaona

Gráfica 3. Aspectos que influyen en los cambios en el sistema político

Aspectos que influyen en las


Prácticas político-culturales transformaciones en el sistema político
• Enfatizan elementos
de la identidad Internacionalidad
Discursos • Exageran los
sucesos históricos (deseos y utopías;
• Producen metáforas comportamientos democráticos
y metonimias o autoritarios)
Acción política
Intencionalidad Objetivación Transformación o (P. ej. participación Contexto
Cambios en las
política cultural creación de los percepciones ciudadana) Cultura (Porosidad del
significados políticas (Establecimiento de los sistema político)
campos significativos)
Performances y • Actúan
representaciones • Representan
• Teatralizan
• Ritualizan

Fuente: Elaboración propia.

puede ob­servarse en la gráfica 3, la las cuales se pretende solventarlas.


cultura entendida como el estableci- La búsqueda de su satisfacción se fu-
miento de campos significativos es so- siona con el contenido cultural que
lamente uno de los elementos que acompaña a las negociaciones con los
influyen en las transformaciones del representantes del gobierno o los re-
sistema político. Los otros tres son la presentantes de los partidos políticos.
intenciona­lidad, con su carga de per- Pero las posibilidades de que sean sa-
cepciones e información matizados por tisfechas es una combinación entre
la cultura y el contexto social; las ca- eficacia política y la permeabilidad de
racterísticas de la acción política, que las instituciones gubernamentales.
pueden ser eficientes para lograr los Las demandas ciudadanas son, en este
propósitos propuestos o generar el sentido, una condensación de conteni-
efecto contrario al deseado, y la forma dos estructurales, culturales y de in-
en que el sistema político responde tencionalidad asociados a relaciones
ante los otros elementos. políticas.
Pongamos un ejemplo relacionado 2. El quehacer etnográfico sobre la
con una metrópolis como la ciudad de política en la ciudad de México. El en-
México, donde las demandas por aten- foque de la etnografía sobre cómo se
ción gubernamental a muy diversas relacionan los ciudadanos con las ins-
necesidades materiales y de servicios tituciones gubernamentales y políticas
es una constante. Dichas demandas, se sustenta en un principio general:
obviamente, indican carencias y pro- que ambas son organizaciones cultura-
blemas urbanos pero además, desde la les en el sentido de que objetivan la
perspectiva socioantropológica, objeti- cultura o, en otros términos, configu-
van la cultura —y se expresan en prác- ran culturalmente las formas que ad-
ticas político-culturales— mediante quieren las relaciones sociopolíticas.
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 105

Mediante prácticas político-culturales todos ellos delinean cómo se interactúa


expresadas como políticas públicas en en diversos ámbitos de condensación
el caso gubernamental, y proselitismo social, en los cuales los actores polí­
por los partidos políticos, infiltran ticos confluyen alrededor de cuestiones
su quehacer en los contenidos de algu- como los procesos electorales o la par­
nos de los valores significativos ticipación y representación ciudada-
constitu­tivos de la arena política.3 Di- nas en tanto formas particulares de
chas políticas públicas contienen men- relación entre gobierno y ciudadanos,
sajes implícitos imbricados en la formas matizadas por el contenido po-
interacción informal y la aplicación de lítico-cultural que ambos asignan a la
las reglas de otorgamiento de, por participación (Shore, 2010: 29), y que
ejemplo, el gasto social. Éstas acotan la convierte en un símbolo condensado,
los alcances de los derechos ciudada- ambiguo y multisemántico sobre lo so-
nos al configurar sus percepciones, ya cial y la ciudadanía (Ahluwalia, 1999).
que son procesos performativos (Ale­ Los partidos políticos producen y
xander, 2004) que al desplegarse de­ reproducen una identidad particular,4
velan roles, jerarquías, exigencias, y su proselitismo busca generar nue-
deberes y derechos, entre otros, me- vos sentidos de lo político con el propó-
diante los cuales los ciudadanos se sito de obtener el apoyo ciudadano
compenetran de las relaciones políticas para alcanzar el poder, y a la vez bos-
(Prozorov, 2004: 268) y se configuran, quejar formas de ser y actuar lo ciuda-
por ejemplo, los diversos sentidos de la dano (Bolos, 1995; Salles, 2000: 274).
democracia (Paley, 2002). Por lo anterior, aun cuando los políti-
Las prácticas instrumentales o re- cos muestran una fuerte tendencia a
flexivas que acompañan una política acoplarse a las expectativas ciudada-
gubernamental están codificadas por nas para obtener su confianza y voto
un horizonte de significación matizado —como también a ubicarse en el “cen-
por relaciones de poder y dominación. tro” del espectro político—, también los
Este horizonte propicia modos de per- “empapan” con una cultura partidaria
cepción, vocabulario, tipos de autori- sobre qué es la política y cómo ejercer-
dad y formas mediante las cuales, la. Las estrategias proselitistas son
quienes participan de éste, se juzgan a prácticas político-culturales que reve-
sí mismos y a los demás como compor- lan los imaginarios de los partidos y de
tamientos sustentados en la educación
de deseos y establecimiento de hábitos, 4
Expresada en una ideología política y per-
aspiraciones y creencias (Foucault, cepción afín del mundo y, en términos generales,
1991; Murray, 2007). En su conjunto, un estilo de vida; particularmente en aquellos
partidos que apelan a valores para preservar
tradiciones, como es el caso del pan. Lomnitz y
3
Valores significativos o convicciones de Melnick (2000) y también Goren (2005) mues-
fondo que establecen las reglas compartidas con tran cómo las adscripciones partidarias predis-
base en las cuales se relacionan los adversarios ponen a ciertos valores y formas de acción social
o contendientes políticos. y política.
106 Héctor Tejera Gaona

sus integrantes acerca del poder, la po- estudiar la constitución y reproducción


lítica y los ciudadanos. de la dominación en la relación ciuda-
En las etnografías realizadas du- danía/gobierno/partidos políticos al
rante casi 20 años se ha reformulado y abarcar dos aspectos: la forma en que
avanzado en la comprensión teórica y la son definidas las estructuras de repre-
estrategia metodológico-etnográfica sentación ciudadana y su empleo elec-
para ahondar en los procesos asocia- toral, y su influencia en la formación
dos a la configuración de la cultura y el de la identidad político-cultural de los
poder, en momentos, espacios geográ­ ciudadanos, sea por carácter autóno-
ficos y ámbitos del ejercicio de las polí- mo, sustentado en deberes y derechos
ticas públicas distintas. También se ha o, por el contrario, dependiente y su-
profundizado en el sentido que tienen bordinada. En el ejercicio de gobierno
las acciones para los involucrados, y se ha profundizado en cómo se gene-
como los conocimientos, las materia­ ran adhesiones e identificaciones polí-
lidades y la intersocialidad que propi- ticas con base en las formas mediante
cian las relaciones políticas genera un las cuales se entrega el gasto social, las
conocimiento tácito ubicado en el cam- particularidades de la relación que en-
po de lo no dicho, pero que es constan- tablan funcionarios e intermediarios
temente renegociado en los procesos con los habitantes de la capital, y la
de traducción de expectativas e intere- forma en que se propicia la “domestica-
ses. A la vez, los procesos observados se ción” y acotamiento de las demandas
han modificado y generado formas no- ciudadanas. En el último campo, el
vedosas de ensamble entre ciudadanos, partidario-electoral, se ha realizado
partidos políticos y poder gubernamen- trabajo etnográfico sobre cómo se for-
tal local (delegacional) y central, debido man y actúan las redes políticas y su
a que son dominios de gobernabilidad expresión como organizaciones prepar-
y administración (Dean, 1999: 29) en tidarias y parapartidarias, así como su
constante proceso de ajuste. efecto sobre las identificaciones e iden-
Para profundizar en la naturaleza tidades políticas como base para expli-
de los procesos políticos se han busca- car el comportamiento electoral.5
do aquellos campos de reproducción de Nos hemos movido entre diversas
la dominación que expresan dimensio- perspectivas disciplinares buscando
nes de ejercicio político, los cuales se ahondar en los campos problemáticos
han dividido en temas y estudiado en
diversos ámbitos de condensación que, 5
Se ha acuñado el término de organizaciones
prepartidarias para referirse a las formadas por
a su vez, reflejan procesos político-te­ algunos emprendedores políticos con la finalidad
rritoriales donde la interinfluencia de alcanzar presencia pública para insertarse en
entre ciudadanía, gobierno y partidos la política partidaria. Las organizaciones para-
políticos adquiere corporeidad (véase partidarias son aquellas promovidas por inte-
grantes del aparato político y gubernamental
la tabla 1). con el propósito de ampliar su influencia política
El campo de la representación y la y esquivar la ley electoral, ya que son usualmen-
participación ciudadana ha permitido te utilizadas para su promoción personal.
Tabla 1. Estructura metodológico-temática de la etnografía sobre los procesos político-culturales en la ciudad
de México
Dimen- Temas Ámbitos de Procesos políticos Lugares de
siones del condensación investigación
ejercicio etnográfica
político
Estructuras –Elección, funcionamien- • Elección de planillas, apoyo político par­- Azcapotzalco
formales de to interno y vínculo con tidario-gubernamental y movilización de Benito Juárez
participación ciudadanos, partidos y redes en elección vecinal de 2010. Cuajimalpa
ciudadana y gobierno de comités • Conflictos y negociaciones para la toma Cuauhtémoc
proceso de ciudadanos. de acuerdos internos en los comités en Gustavo A. Madero
elección de –Consultas vinculadas 2010 y 2011. Iztapalapa
representantes con el programa de pre- • Elección y funcionamiento de los Con- Tlalpan
vecinales supuesto participativo. sejos Ciudadanos Delegacionales en 2011. Venustiano Carran-
(comités –Los comités ciudadanos • Pugnas entre grupos de interés por inci- za
Campos de dominación y ámbitos de condensación…

ciudadanos) de y los procesos electorales. dir en las estructuras de representación

ciudadanas
1999 a 2003 y ciudadana en 2010 y 2011.
de 2010 a 2012. • Organización y realización de consultas

de presupuesto participativo en 2011.


• Reuniones entre funcionarios, candidatos

Representación y participación
y comités ciudadanos, y apoyo proselitista
de sus integrantes en las elecciones de
2012.
Ejercicio de –Políticas públicas en la • Disputas faccionales por controlar la Azcapotzalco,
gobierno ciudad de México población objetivo de programas sociales. Benito Juárez
(Gobierno del asociadas al gasto social. • Pugnas intragubernamentales entre Cuajimalpa
Distrito Federal –Gestión de demandas facciones para cooptar grupos vecinales y Cuauhtémoc
y delegaciones) ciudadanas por interme- organizaciones urbano-populares median- Gustavo A. Madero
2003 a 2006 y diarios partidarios o te la oferta de obras y servicios. Iztapalapa
de 2009 a 2012. gubernamentales. • Influencia gubernamental sobre las Venustiano Carran-
Manejo político del pre­- votaciones en el presupuesto partici- za
107

Ejercicio de gobierno
supuesto participativo. pativo.
Tabla 1. Estructura metodológico-temática de la etnografía sobre los procesos político-culturales en la ciudad
108
de México (continuación)
Dimen- Temas Ámbitos de Procesos políticos Lugares de
siones del condensación investigación
ejercicio etnográfica
político
Formas de –Asambleas informati- • Performances de atención delegacional a Benito Juárez
“domesticación” vas, audiencias públicas, las demandas ciudadanas. Cuauhtémoc
y control de la jornadas de gestión • Contenido de la interacción entre Iztacalco
demanda ciuda- gubernamental y ciudadanos y funcionarios cuando se Iztapalapa
dana 2009- recorridos de jefes atienden demandas ciudadanas.

Ejercicio
2012. delegaciones por colonias • Contenido de la interacción entre

de gobierno
de su demarcación. funcionarios y beneficiarios de programas
sociales.

Disputas en el –Procedimientos em- • Acarreo de votantes y “alquimia” Cuauhtémoc


seno del prd pleados para la elección electoral durante las elecciones de Iztapalapa
por los cargos interna del prd-df por candidatos a puestos de elección popular
en las estructu- las diferentes facciones en 2009.
ras internas y para garantizar mayo- • Negociaciones y conflictos entre facciones

de elección rías electorales (prácticas en la elección del consejo local en 2011.


popular en clientelares y alquimia • Encuestas, acuerdos y negociaciones

2009 y 2012. electoral). para selección de candidatos en 2012.

Procesos electorales
Proselitismo –Prácticas políticas y per- • Interacción entre ciudadanos, candidatos Benito Juárez
político duran- formances proselitistas y gobierno y sus efectos político-culturales Coyoacán
te las campa- empleados durante las durante las campañas a diputados locales, Cuajimalpa
ñas electorales campañas electorales. federales y jefes delegacionales. Cuauhtémoc
1997, 2000, Iztacalco
2006, 2009 y Iztapalapa
2012 Tláhuac
Héctor Tejera Gaona

Tlalpan
Tabla 1. Estructura metodológico-temática de la etnografía sobre los procesos político-culturales en la ciudad
de México (continuación)
Dimen- Temas Ámbitos de Procesos políticos Lugares de
siones del condensación investigación
ejercicio etnográfica
político
Comportamien- –Funcionamiento de las • Participación de redes en mítines y Cuajimalpa
to electoral y redes políticas durante proselitismo político en 2012. Cuauhtémoc
distribución los procesos electorales. • Intermediación de líderes políticos en la Iztapalapa
geográfica del formación y consolidación de clientelas Tlalpan
poder local en electorales en 2012.
2012. • Comportamiento electoral de los inte-

grantes de las redes en 2012.

Procesos electorales

Campos de dominación y ámbitos de condensación…

Desempeño –Organizaciones políticas Organización de la sociedad civil (osc) Cuauhtémoc


político-electo- con la apariencia de que extienden la intermediación de Cuajimalpa
ral de las sociedad civil promovidas líderes locales. Iztapalapa
organizaciones por funcionarios, • osc asociadas a agendas electorales de

sociales en diputados y aspirantes a funcionarios y políticos consolidados.


2012. ocupar cargos de elección • osc subordinadas o influidas por agendas

popular. partidarias.
Fuente: Elaboración propia.
109
110 Héctor Tejera Gaona

con base en propuestas de diversos au- tal (fotos, panfletos, encuestas, pro­
tores. Se han buscado estructuras, paganda de muy diversa índole) y
ideas y conflictos en lugares distintos, o realizado consulta hemerográfica y de
acompañado a diversos actores po­ portales de internet (blogs y redes so-
líticos y reflexionado con ellos ante si- ciales virtuales). Incluso, en 2009 se ha
tuaciones diferentes; se ha comparado seguido por internet a un candidato pa-
el funcionamiento de estructuras y el nista a jefe delegacional que hacía gra-
comportamiento de personas en con- bar sus recorridos proselitistas en la
textos diferentes; confrontando ideas delegación Miguel Hidalgo —el deno-
generales en situaciones particulares, minado “Big Sodi”—, y se ha comproba-
pero sustancialmente se han buscado do que esta especie de video-etnografía
ámbitos de condensación política, ya proporciona resultados poco útiles para
que en ellos el conflicto se hace evidente. el estudio etnográfico, aun cuando no
Cabe precisar que no realizamos etno- deja de ser un intento interesante y no-
grafía multisituada en o sobre el Siste- vedoso de un candidato por trascender
ma Mundo (Marcus, 2001), sino sobre los límites electorales que implican los
procesos de carácter político los cuales, tradicionales recorridos a pie, el toque
por su naturaleza, son multidimensio- de puertas y las reuniones con vecinos.
nales, se suscitan en diferentes campos, Se ha buscado la saturación etno-
se expresan en ámbitos de condensa- gráfica para determinar procesos es-
ción diferentes, se encuentran interre- tructurales, y diferenciarlos de lo
lacionados unos con otros, y pocas veces contingente. Con ese propósito, los da-
presentan una ubicación geográfica tos obtenidos mediante alguna de las
determinada, sino que se expanden y técnicas mencionadas se han confir-
contraen como resultado de las con- mado por la redundancia, o mediante
frontaciones y acuerdos sociales. ejemplos discriminantes al confrontar
3. La estrategia para el estudio de la información de situaciones similares
política en la ciudad de México. Se han (Creswell, 2007).
combinado técnicas cualitativas y En cuanto a las estrategias cuanti-
cuantitativas a partir de las preguntas tativas, en los últimos análisis realiza-
a responder, y porque los resultados de dos (Tejera y Rodríguez, 2014) se han
unas y otras invitan a nuevas pregun- combinado la etnografía sobre ubica-
tas. Entre las cualitativas pueden men- ción, funcionamiento y negociación
cionarse algunas tradicionales, como la entre redes políticas,6 representantes
observación sistemática del comporta-
miento político de actores clave y las
entrevistas a profundidad a funcio­ 6
Siguiendo a Auyero (2001: 100), las defi­
narios públicos, legisladores y líderes nimos como aquellas en donde individuos o gru-
políticos, acompañados de diálogos ca- pos mantienen contactos o conexiones regulares
entre ellos y en los cuales, al menos alguno per-
suales con participantes de los dife­ tenece a un partido político o es funcionario pú-
rentes procesos estudiados. Se ha blico. En este sentido, nuestra perspectiva es
analizado material gráfico y documen- distinta a la que concibe a las redes como siste-
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 111

gubernamentales y líderes de faccio- tades electorales, como resultado de


nes partidarias, con el análisis histó­ una combinación entre el desempeño
rico-estadístico por conglomerados de los gobiernos delegacionales y las
(clúster) de resultados electorales, negociaciones establecidas entre las di-
vinculados a información georreferen- ferentes facciones políticas que se dis-
ciada por secciones electorales y niveles putan el poder.
de desarrollo socioeconómico, indicado- Expuesto en términos sintéticos, la
res numéricos de la influencia de di- facción perredista de Nueva Izquierda
versas facciones del prd, número de ( ni ) gobernó tres administraciones
diputados por corriente y distritos don- (2000-2009), pero los diversos grupos
de tienen presencia. El análisis ha político-territoriales existentes en la
buscado explicar los efectos político- delegación se fueron distanciando al
electorales de la distribución terri­ disminuir los apoyos recibidos. En tér-
torial e influencia sociopolítica de minos electorales, la ruptura se sinte-
diversas redes. tiza en el caso “Juanito” de 2009. En
Hemos generado dos tipos de ma- las elecciones internas del prd para
pas que presentamos a continuación; definir la candidata a la delegación
en el mapa 1 se muestra la distribu- contienden Clara Brugada, quien per-
ción por clústers que concentran resul- tenece a la Unión Popular Revolucio-
tados electorales diferenciados en tres naria Emiliano Zapata (uprez), y Silvia
o cuatro grupos; resultados que se han Oliva (esposa de uno de los delegados
relacionado con los procesos políticos anteriores), pero los resultados electo-
observados durante las etnografías rales se judicializan. El fallo final del
realizadas. Dicho mapa fue elaborado Tribunal Electoral Federal establece, a
como parte del análisis del comporta- dos semanas de las elecciones, que Oli-
miento político-electoral mostrado en va sea la candidata para jefa dele­
la delegación Iztapalapa en las eleccio- gacional. Las boletas del Instituto
nes de 2009. Al analizar las modifica- Electoral del Distrito Federal (iedf) ya
ciones en las relaciones clientelares en habían sido impresas con Brugada
los últimos años se observa una cre- como candidata, por lo que ese institu-
ciente demanda de eficacia por parte to informa que no será posible realizar
de los líderes de las organizaciones el cambio de boletas. Ante esta situa-
corporativas ubicadas en diversos es- ción, en un mitin Andrés Manuel Ló-
pacios de la ciudad de México. Uno de pez Obrador ( amlo ) acuerda con el
los casos más sugerentes que ha de- candidato del Partido del Trabajo (pt),
mostrado lo anterior ha sido la delega- Rafael Acosta Ángeles, “Juanito”, que
ción Iztapalapa, donde la alternancia se le apoyará electoralmente, y de ga-
es producto de los vaivenes en las leal- nar, renunciara en favor de Brugada
(lo que también compromete indirecta-
ma de vínculos horizontales que potencian capa-
mente al jefe de Gobierno, Marcelo
cidades. Para una sugerente revisión acerca de Ebrard, a nombrarla como sustituta).
estas últimas puede consultarse Luna (2004). Se organizan más de 30 asambleas en
112 Héctor Tejera Gaona

las cuales amlo impulsa la candidatu- la cual pertenece Brugada, y lideraz-


ra de Brugada. La cuestión esencial es gos locales asociados con Arturo San-
que las redes locales que habían nego- tana. Siendo así, las secciones de este
ciado el apoyo que le brindarían a Bru- distrito se repartieron de forma relati-
gada realizan un intenso proselitismo vamente equitativa entre el prd y el pt,
para que se cambie el voto a favor del como se muestra en el mapa citado. En
pt. En junio la intención de voto para el distrito XXIX el voto para el pt es
este partido era de 13.7% mientras mayoritario para la jefatura delegacio-
que para el prd del 33.2%.7 Sin embar- nal. Aquí predominan Izquierda De-
go, el pt triunfa en la elección con el mocrática Nacional (idn) y el Frente
31.18% de los votos. Una diferencia de Popular Francisco Villa (fpfv), quienes
4.07% de votos sobre el prd. Después apoyaron a Brugada. En el distrito
de vencer la resistencia de “Juanito” a XXXII los grupos políticos se disputan
renunciar, Brugada toma finalmente el territorio. Por un lado, en los resul-
la jefatura delegacional. tados a jefe delegacional, Nueva Iz-
Al correlacionar la información quierda gana aproximadamente la
electoral con la etnográfica sobre la in- mitad de las secciones electorales, pro-
fluencia territorial de las facciones po- moviendo el voto por Oliva; por su par-
líticas en los distritos electorales de te, el Movimiento de Equidad Social de
Iztapalapa; el número y lugar de las Izquierdas (mesi) y el idn ganan las de-
asambleas informativas realizadas por más secciones. En el distrito xix se
López Obrador antes de las elecciones impone Brugada, quien es impulsada
del 2009; las facciones a las que perte- por el mesi. Los distritos xxii y xxiii
necieron los candidatos a diputados se comportan de manera multicolor,
locales; los resultados electorales del pero ni gana la mayoría de las seccio-
2009 analizados con base en los clús- nes electorales en la votación para jefe
ters presentados en el mapa 1, así delegacional. En el distrito xxviii
como los índices de desarrollo social triunfa el pt. En este distrito se ubican
por sección electoral, se desprende lo zonas con índices de desarrollo social
siguiente: Los distritos xxvi, xxix y medio y alto que votan por el pan y las
xxxii, que muestran un grado de de- secciones electo­rales tradicionalmente
sarrollo social muy bajo, son aquellos perredistas votaron por el pt. “Los Mo-
donde el pt obtiene mayor cantidad de rales” son líderes de organizaciones en
votos. Los clústers muestran que la el distrito xxiv y sus integrantes, liga-
media de votos a favor del pt fue de dos a ni han ocupado puestos legislati-
44.3%, mientras que de 22.7%, para el vos, y la votación es para el prd.
prd. El distrito xxvi se caracteriza por Como se desprende de lo expuesto,
la influencia de grupos como la uprez, a se ha logrado una mayor riqueza en el
análisis de los procesos político-elec­
7
Encuesta realizada por el Grupo de Comu-
torales de la capital del país, al conjun-
nicación Estratégica para el periódico Milenio, tar información etnográfica con aquella
17 de junio de 2009. de carácter cuantitativo.
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 113

Mapa 1. Iztapalapa. Votación 2009 para jefe delegacional por sección electoral

Clúster Porcentaje Porcentaje Porcentaje Porcentaje Porcentaje Porcentaje Participa-


de votos de votos de votos de votos de votos de votos ción
del pri del pan del prd de pt de pvem de otros electoral
partidos
1 Secciones 92 92 92 92 92 92 92
Media 19.8 30.1 15.0 20.6 7.9 6.6 49.3
Desv. estándar 3.4 6.0 4.2 4.4 1.9 1.6 4.5
2 Secciones 308 308 308 308 308 308 308
Media 10.5 8.8 22.7 44.3 7.6 6.0 39.8
Desv. estándar 2.7 2.7 4.5 5.7 2.0 1.9 3.6
3 Secciones 251 251 251 251 251 251 251
Media 12.8 9.4 32.7 30.1 8.2 6.7 41.9
Desv. estándar 3.3 3.0 5.1 5.3 2.0 2.4 4.2
3 Secciones 352 352 352 352 352 352 352
Media 17.3 14.3 22.3 30.4 8.8 6.9 43.6
Desv. estándar 4.2 3.8 3.8 4.3 2.2 2.2 4.0
Secciones 1003 1003 1003 1003 1003 1003 1003
Total

Media 14.3 12.8 24.3 33.7 8.2 6.6 42.6


Desv. estándar 4.8 7.0 6.9 9.1 2.1 2.1 4.8

Fuente: Elaboración propia.


114 Héctor Tejera Gaona

En el mapa 2 se correlacionan los quinto, la disminución de votos para el


clústers de los resultados electorales pan —a pesar de la campaña perma-
de 2003-2012 con el índice de desarro- nente y la consolidación de clientelas
llo social elaborado por el Consejo de en la delegación— debido al descrédito
Evaluación de Desarrollo Social (Eva- de la administración federal, los con-
lúa-DF). Para elaborar los mapas, los flictos intrapartidarios por las candi-
límites de las unidades territoriales se daturas en la ciudad de México y, en el
han interrelacionado con las secciones caso de Cuajimalpa, por la judicializa-
electorales. Esto permitió ubicar zonas ción de la pugna entre sus aspirantes.
con distintos niveles de bienestar y El experredista triunfó en los comi-
desempeño partidario-electoral. Este cios por el proselitismo realizado como
mapa se conjunta con la investigación funcionario delegacional y luego en el
etnográfica y permite sostener que, en gobierno central, así como por las ne­
términos similares a los que encontra- gociaciones entabladas con las redes
mos en Iztapalapa, el comportamiento político-territoriales ubicadas en la de-
electoral es consecuencia de la interin- legación. Esto se muestra claramente
fluencia de varios factores. En Cuaji- al comparar los resultados electorales
malpa se estudiaron las razones por de 2009 y 2012 desagregados por colo-
las cuales el pri ganó en las elecciones nias y organizados en clústers y su co-
de 2012 con un candidato proveniente rrelación con los índices de desarrollo
de las filas del prd. Entre los elementos social organizados por colonia.8 Los
más significativos que explican dicho principales partidos políticos han con-
triunfo destacan, primero, la labor pro- solidado áreas de influencia político-
selitista que vincula a las redes locales electoral que pueden relacionarse con
con los funcionarios delegacionales; en los índices de desarrollo social. Las co-
este caso, particularmente con el direc- lonias Fraccionamiento, Lomas de Vis-
tor Jurídico y de Gobierno (2006-2008), ta Hermosa, La Rosita y Lomas de
Adrián Rubalcava; segundo, la reac- Santa Fe (ubicadas al norte de la dele-
ción adversa entre la ciudadanía por el gación) poseen índices de desarrollo
deficiente desempeño del delegado pa- social medio y alto, y han mantenido su
nista (2009-2012); tercero, el proselitis- tendencia a sufragar por el pan. Al
mo con base en gasto social y apoyo oeste de la delegación (con algunas
para gestión por parte de Rubalcava, ex­cepciones en la región centro) se con-
quien de 2009 a 2012 ocupó el cargo de centran colonias con índice de desarro-
director general de Fomento Económi- llo social bajo, donde el prd tiene
co en el gobierno de la Ciudad de Méxi- preferencias electorales altas; por
co; cuarto, la negociación entre el líder ejemplo, el pueblo de San Pablo Chi-
de la idn y el jefe de Gobierno para ele-
gir como candidato para esa demarca- 8
Recuérdese que Cuajimalpa forma parte
de un solo distrito electoral local en conjunto
ción a una persona con vínculos y con una porción de Álvaro Obregón, por lo que
acuerdos endebles con las redes y los realizamos un análisis por colonias y no por dis-
sectores beneficiarios de gasto social; tritos electorales.
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 115

malpa, Pueblo de San Lorenzo Acopilco co-territoriales y cómo influyen, entre


y sus barrios (Xalpa, Cruz Blanca Cola otros, en los procesos electorales, parti-
de Pato, entre otros). En el centro de la cularmente de aquellas delegaciones
delegación, las colonias muestran un políticas donde el control clientelar es
desarrollo social medio, e histórica- más intenso. Se ha propuesto que las
mente pueden oscilar entre el pan y el redes políticas que caracterizan a la
prd. Ahí se ubican Contadero, la colonia ciudad de México se han consolidado
Abdías García Soto, Lomas de Meme­ en territorios relativamente estables y
tla, el Yaqui, Cuajimalpa Centro y El muestran la tendencia de agruparse
Molino. Al este de la delegación se ubi- piramidalmente.
can Pueblo San Mateo Tlaltenango, Han integrado un amplio entrama-
Santa Lucía y Prados de la Montaña, do de organizaciones vinculadas con
los cuales han votado históricamente base en alianzas y adhesiones para
por el prd. La delegación se caracteriza ejercer un eficiente dominio político-
por mostrar una herradura de colonias electoral sobre colonias, delegaciones o
con voto perredista, un centro con com- distritos electorales (A); también en-
petencia entre los partidos y una zona contramos varias organizaciones loca-
alta con voto históricamente panista les relacionadas con líderes que
que, en las últimas elecciones dividió controlan territorios más extensos (B);
su votación entre un centro competido dichos líderes se alían para formar
y una zona panista (véase el mapa 3). frentes políticos (C); asociándose, a su
En los textos más recientes que se vez, con dirigentes transterritoriales
han elaborado se abarcan los tres cam- que encabezan varias estructuras te-
pos de reproducción de la dominación rritoriales (T1, T2, T3). En conjunto,
propuestos: la representación y parti- estas redes se integran jerárquicamen-
cipación ciudadanas y las pugnas en- te a facciones políticas partidarias. La
tre grupos políticos por controlarlas; el forma en que ellas se constituyen, re-
ejercicio de gobierno y la disputa entre cuerdan lo que Pansters (1997) sostu-
diversas facciones políticas por el con- vo: los defeños son habitantes de las
trol clientelar del gasto social y la ges- pirámides sujetos a relaciones políti­cas
tión de demandas, y el campo de las centralizadas, verticales y aglutinadas
redes políticas y las elecciones, donde con base en la personalización. La grá-
se analizan las negociaciones entre fica 4 nos muestra el relativamente di-
facciones partidarias en conjunto con námico proceso de integración,
las estrategias para la formación de expansión y contracción político-terri-
redes prepartidarias y paraparti­ torial de las redes, como resultado de la
darias. asociación, ascenso, escisión y decaden-
Se han explicado con base en la cia de sus líderes en su intención por
combinación entre el estudio etnográ- incrementar su influencia política y po-
fico y el análisis georreferenciado de der económico; sin embargo, ilustra el
los resultados electorales, cómo se es- esquema general que caracteriza su
tructuran las redes en términos políti- estructura.
116 Héctor Tejera Gaona

Mapa 2. Cuajimalpa. Grado de desarrollo social 2010 y preferencia histórica


partidista por jefes delegacionales, 2003-2012

Fuente: Elaboración propia.


Campos de dominación y ámbitos de condensación… 117

Mapa 3. Barrios y colonias de Cuajimalpa con mayores porcentajes


de votación que el prd y el pan

Fuente: Elaboración propia.


118 Héctor Tejera Gaona

Gráfica 4. Esquema de organización piramidal que sustenta la estructura


político-territorial de la ciudad de México
T3
Tribu política
(IDN, NI, IS,
FNS, IRM, …)

T1 Partido de la Revolución Democrática (PRD) T2


Tribu política Tribu política
(IDN, NI, IS,
(IDN, NI, IS, FNS, IRM, …)

FNS, IRM, …)
Líder transterritorial o
funcionarios de gobierno
(Delegacional o Central)

C
Alianzas políticas
Líder territorial
Líder territorial delegacional o
delegacional o distrital
distrital Líder territorial
delegacional o
distrital

Organización
corporativa
Organización
corporativa
local
Líder transterritorial o
local
A Alianzas Colonia, delegación política o Organización
B funcionarios de gobierno
políticas distrito electoral corporativa
local (Delegacional o Central)
Organización
corporativa
local Organización
corporativa
local

C
Alianzas políticas
Líder territorial
Líder territorial delegacional o
delegacional o Líder territorial
delegacional o distrital
distrital
distrital

Líder transterritorial o
funcionarios de gobierno
(Delegacional o Central)
Organización
Organización corporativa
corporativa local
local
Alianzas Colonia, delegación política o Organización

C
A distrito electoral corporativa B
políticas
local
Organización
corporativa Organización
local corporativa
Alianzas políticas local

Líder territorial Líder territorial


delegacional o Líder territorial delegacional o
distrital delegacional o distrital
distrital

Organización
Organización corporativa
corporativa local
local Organización
Colonia, delegación política o
A Alianzas
distrito electoral corporativa B
políticas local
Organización Organización
corporativa corporativa
local local

Fuente: Elaboración propia.

Los resultados de la etnografía realiza- ministraciones delegacionales, entre


da durante los últimos años muestra otros. Las alianzas responden al prag-
que la construcción de acuerdos políti- matismo y aspiraciones políticas de los
cos entre dirigentes de facciones par­ líderes de las redes, así como a las ex-
tidarias y quienes encabezan las redes pectativas de sus integrantes y pueden
clientelares en los espacios locales son favorecer a cierto candidato o, por el
dúctiles, débiles y coyunturales. De­ contrario, abandonar el acuerdo en
penden de negociaciones que estipulan aras de un mayor beneficio con nuevas
los beneficios que, en el futuro, obten- alianzas.
drán dichas redes y sus dirigentes; por La estructura política está organi-
ejemplo, la entrega de apoyos directos zada a nivel local como un conjunto de
expresados en gasto social (becas es­ redes territoriales con identificaciones
colares, ayudas para adultos mayores personalizadas hacia quienes las enca-
y madres solteras), gestiones para el bezan. Esta característica desplaza las
mejoramiento de los servicios, así co­ identidades políticas y, por tanto, debe
mo impulso a la economía (créditos y matizarse la importancia del compo-
permisos para ejercer el comercio), el nente identitario en el comportamien-
otorgamiento de puestos en las ad­ to electoral. Las identificaciones son
Campos de dominación y ámbitos de condensación… 119

dúctiles y más sensibles a procesos de plicador a causa de los vínculos de pa-


reacomodo y reestructuración jerar- rentesco y rituales (compadrazgo), así
quizada de las percepciones sobre el como de la influencia vecinal sustenta-
contenido de los vínculos sociales (Gi- da en la identidad generada por com-
ménez, 2000). partir un territorio con problemáticas
La asociación de los líderes de las comunes para quienes lo habitan; to-
redes con el prd, transmuta las identi- das las cuales irradian el comporta-
ficaciones en expresiones electorales miento electoral de las redes hacia
que fácilmente pueden confundirse grupos más extensos. Las redes no ne-
con preferencias o identidades político- cesariamente tienen que ser muy am-
partidarias. Pero son, en realidad, ex- plias, sino estar ubicadas en ámbitos
presión de la sumatoria electoral de donde la interacción cotidiana cana­
intereses políticamente atomizados. El liza las percepciones políticas de fami-
voto hacia el prd, más que mostrar liares y vecinos.
apoyo partidario, expresa la adhesión Los resultados obtenidos sugieren
de las redes a sus dirigentes y muestra que la integración de las redes políti-
la debilidad más importante de la es- cas alrededor del prd es circunstancial.
tructura política a nivel territorial: la Depende más de que este partido es
pulverización de las identificaciones predominante en la ciudad de México
entre múltiples redes cuyos intereses que a una identidad política consolida-
particulares se manifiestan colectiva- da. Dicha integración está sujeta a la
mente como apoyo electoral, son débi- fortaleza de las alianzas que los líderes
les y coyunturales. establecen con los representantes de
Los resultados electorales en la las facciones partidarias, lo cual se evi-
ciudad de México expresan, hasta el dencia cuando se profundiza sobre
momento, un relativo consenso ciuda- cómo estas redes actúan electoralmen-
dano con el desempeño del gobierno, te en casos como los antes presentados.
pero también de negociaciones entre
facciones partidarias y líderes de redes BIBLIOGRAFÍA
político-clientelares que operan a nivel
local. Existe una estrecha correlación Ahluwalia, Pal (1999), “Citizenship, Sub-
entre resultados electorales y predo- jectivity and the Crisis of Modernity”,
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una facción. Dichas redes tienen ma- Alexander, Jeffrey (2004), “Cultural Prag-
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muy bajo, donde la debilidad política ory, vol. 22, núm. 4, diciembre.
de sus habitantes, quienes viven en Alvarado Mendoza, Arturo (2012), El ta­
condiciones de pobreza, los hacen más maño del infierno: un estudio sobre la
susceptibles a participar de dichas criminalidad en la Zona Metropolitana
redes. Además, en esas zonas puede de la Ciudad de México, México, El Co-
encontrarse también un efecto multi- legio de México.
120 Héctor Tejera Gaona

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LA VIDA SOCIAL DE LOS DOCUMENTOS
DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Alejandro Agudo Sanchíz*

Resumen: en el artículo se retoman algunas propuestas de la etnografía de los programas de de-


sarrollo, así como del análisis de las políticas públicas para profundizar en aspectos de estas últi-
mas que han sido tradicionalmente poco explorados: la trayectoria de ciertos conceptos clave y el
papel desempeñado por los mismos en el continuo proceso de construcción de la política. Se mues-
tra cómo las disputas y negociaciones de este proceso quedan plasmadas en la formulación y los
documentos normativos de la política, los cuales a su vez buscan limitar futuros desacuerdos so-
bre significados e influir en la formación de consensos en torno a la factibilidad y éxito de la acción
pública. El autor combina fuentes documentales con un análisis de su experiencia directa como
consultor antropológico en las evaluaciones de los efectos del programa Oportunidades entre la
población objetivo, las cuales ilustran la interacción de intereses, argumentos y puntos de vista
divergentes que dan lugar a los textos de las políticas públicas.
Palabras clave: corresponsabilidad, etnografía, evaluación, programa Progresa Oportunidades.

Abstract: Drawing on the ethnography of development programs and the analysis of public policy,
the paper delves into some relatively unexplored aspects of policy formation: namely, the evolu-
tion of certain key concepts and their social work in a continuous process of persuasion and dis-
cussion. The resulting policy texts encode the negotiations and social relations that produced
them while seeking to limit future contests over meaning and call forth consensus on the feasibil-
ity of public action. The author draws on both written sources and an analysis of his experience as
an anthropologist-consultant on the Oportunidades program’s impact assessments to illustrate
the interests, arguments and divergent points of view that produce policy documents.
Keywords: co-responsibility, ethnography, impact evaluation, Progresa Oportunidades program.

R
aymond Apthorpe (1997) inicia bras precisas: claras, prácticas, superio-
su artículo sobre el lenguaje de res. Con su torpe vocabulario, ella
la política pública con la siguien- jamás se atrevería a replicarle”. Al leer
te cita, extraída de la novela Auto de fe este extracto, recordé de inmediato la
de Elías Canetti: “Él juntó las puntas de reunión de discusión de resultados de
sus dedos. Había encontrado las pala- una de las evaluaciones cualitativas del
Programa de Desarrollo Humano Opor-
*Profesor investigador del Departamento tunidades de México (Oportunidades),
de Ciencias Sociales y Políticas de la Universi- en las que participé como consultor an-
dad Iberoamericana. Línea principal de investi-
gación: Redes de poder y sistemas de justicia. tropólogo entre 2005 y 2008. Cuando
Correo electrónico: alejandro.agudo@ibero.mx. llegó mi turno expuse lo más sucinta-

123
124 Alejandro Agudo Sanchíz

mente que pude las relaciones comuni- más que informar (ibidem: 54-55). El
tarias de poder, complicidad, simulación poder persuasivo se ejerce a través de
y aquiescencia que, de forma insospe- un particular género de escritura: un
chada y mediante lógicas propias, da- enfoque, una mirada selectiva que, me-
ban forma social al programa en diante la movilización del significado y
diversas comunidades rurales de Chia- la producción y difusión de formas sim-
pas. Sin inmutarse, un asesor de la eva- bólicas, sostiene determinadas repre-
luación, perteneciente al Consejo sentaciones de la realidad y enfatiza
Nacional de Evaluación de la Política de unos aspectos a expensas de otros. Ha-
Desarrollo Social (Coneval), me inte- blar de género de escritura —más que
rrumpió: “Microgestión. Eso es de lo que de estilo literario— evita restringir el
estás hablando. Tradúcela a cuatro o análisis a un ejercicio puramente técni-
cinco variables en forma de recomenda- co o lingüístico (ibidem: 43). No me inte-
ciones en el informe para el programa”. resa tanto el texto como simple
El experto del Coneval había traducido abstracción de la dimensión verbal de
mi desmañado lenguaje descriptivo de un acontecimiento comunicativo, sino
etnógrafo al nítido lenguaje prescriptivo más bien dicho acontecimiento: los ac-
de la política pública; ésta no necesita tores e intereses que intervinieron en
largos informes que hablen de algo circunstancias y lugares específicos. De
“como realmente es”, sino diagnósticos hecho, los textos han de ser interpreta-
que digan claramente “qué es lo que se dos “hacia atrás” para descubrir las re-
necesita” (Apthorpe, 1997: 47-49). laciones sociales que los produjeron y
El ejemplo anterior nos recuerda las futuras disputas sobre significados
que “la política pública está hecha de que anticipan: la “sociología del docu-
palabras”, como dice Giandomenico mento” evita así reducir el discurso
Majone (1997: 35) al destacar el impor- al producto escrito del acto comunicati-
tante papel que la argumentación, en vo (Mosse, 2005a: 15; Apthorpe, 1996:
forma escrita u oral, desempeña en las 16-17).
diversas etapas del proceso de formula- En este trabajo presento un análisis
ción de políticas. Más aún, la racionali- de las relaciones detrás de los modelos
dad comunicativa pública, basada en y programas de política, como están ex-
la persuasión, se impone a la racionali- presados en algunos de sus textos cla-
dad técnica, estratégica o productiva: ve; textos que, a su vez, buscan influir
el debate y la argumentación se em- en la selección de problemas a solucio-
plean para atraer a más simpatizantes nar y guiar las percepciones sobre los
hacia una determinada posición res- mismos. En un primer momento, sobre
pecto de un problema (ibidem, 1997: todo con base en fuentes escritas, in-
36). Aunque más interesado en cuestio- tentaré dar una idea de los procesos de
nes de poder, influencia y distribución negociación y discusión de los que re-
desigual del conocimiento, Apthorpe sultaron los documentos normativos
sostiene de manera similar que el dis- del Programa Oportunidades y sus es-
curso de las políticas intenta per­suadir quemas precursores, sin olvidar las
La vida social de los documentos de las políticas públicas 125

apropiaciones y transformaciones que blica, los consultores, evaluadores y


han experimentado algunos de sus otros expertos pueden restituir la ex-
principales conceptos. Posteriormente periencia de esos programas a modelos
recurriré a mi experiencia directa en normativos estables. Como argumen-
las mencionadas evaluaciones del pro- taré aquí, el trabajo de las ideas no re-
grama para examinar hasta qué punto sulta menos social en este caso, ya que
sus informes son producto del debate y lo que está de nuevo en juego es la bús-
la persuasión mutua (aunque no exen- queda de persuasión, acuerdos y apo-
tos de ciertas dimensiones de poder) yos en torno a los resultados de la
entre evaluadores y funcionarios, to- política pública (Mosse, 2005a).
dos ellos empeñados en replantear las
críticas y revisiones realizadas a esos CONSTRUCCIÓN DE LA POBREZA
conceptos clave de la política. Y NEGOCIACIÓN DE NUEVOS
Lo que permite hilar estos dos mo- REGÍMENES DE POLÍTICA PÚBLICA
mentos de la planeación y la evalua-
ción de la política es la problemática Plasmado en los documentos nor­ma­
relación entre los objetos y aconteci- tivos y en la planeación de las políticas
mientos, por un lado, y los sistemas de públicas, el problema de la pobreza
signos, textos y lenguajes en cuya for- —sus definiciones, las teorías de sus
ma empiezan todos los proyectos, por el causas y las prescripciones para su
otro (Latour, 1996: 67-68). Dependien- solución— está conformado por los
do de dichos objetos y acontecimientos, discursos de diversos actores en con-
y de la habilidad de los humanos para trastantes posiciones de poder e in-
ponerse de acuerdo en torno a ellos, un fluencia. Existe entonces la posibilidad
mismo programa de política pública de examinar cómo los modelos racio-
puede retrotraerse a los textos y las nales universales de la política públi-
ideas, adquirir realidades más concre- ca, abstraída y separada de los órdenes
tas, o transitar entre unos y otras. Es sociales que supuestamente gobierna,
esta circularidad la que intentaré ilus- resultan de la complejidad y heteroge-
trar al examinar la trayectoria de con- neidad de las negociaciones entre estos
ceptos como el de la corresponsabilidad actores en contextos políticos y econó-
en el desarrollo. Los modelos de pobre- micos particulares.
za, familia y género en los documentos Esto es básico para entender cómo
de planeación, producidos mediante la adopción de esquemas de ayuda so-
ciertas metáforas de intervención e cial condicional, originados en las re-
impacto, pueden tomar forma social formas estructurales tras la crisis de
de modo imprevisto en los lugares, deuda de la década de 1980 ha variado
grupos e historias en los que se sitúan extensamente de acuerdo con circuns-
los programas sociales; no obstante, al tancias políticas domésticas. Junto con
discernir significados a partir de acon- el programa brasileño Bolsa Familia,
tecimientos mediante su vinculación Oportunidades pertenece a una cate-
con los textos e ideas de la política pú- goría que lo distingue de los esquemas
126 Alejandro Agudo Sanchíz

de transferencias condicionadas intro- cuentas crecieron ante la crisis de cre-


ducidos después en otros países lati- dibilidad enfrentada por Ernesto Zedi-
noamericanos (Roberts, 2012): los llo, el presidente entrante, tras el
programas brasileño y mexicano tuvie- colapso económico de diciembre de
ron un origen netamente nacional, se 1994 y la subsiguiente bancarrota del
financiaron sobre todo con fondos fe­ sistema bancario nacional, cuyo resca-
derales y alcanzaron una cobertura y te supuso el aumento de la deuda pú-
continuidad política notables. Im­ blica en 20 puntos porcentuales del
plementado por primera vez en áreas producto interno bruto (pib). Una vez
rurales en 1997 con el nombre de Pro- lograda la privatización del sistema de
grama de Educación, Salud y Alimen- pensiones —que proporcionó a los ban-
tación (Progresa), Oportunidades se cos recién privatizados acceso a una
extendió a localidades urbanas en la fuente fresca de recursos que adminis-
administración del presidente Vicente trar—, el gabinete de Desarrollo Social
Fox (2000-2006), del Partido Acción del presidente Zedillo nombró a un
Nacional (pan). Tras el regreso del Par- grupo de expertos, tecnócratas y políti-
tido Revolucionario Institucional (pri) cos para dar forma a un nuevo progra-
al poder federal en 2012, el programa ma de combate a la pobreza. Éste
fue rebautizado como Prospera (Pro- tendría procedimientos y objetivos
grama de Inclusión Social). más simplificados, dirigiendo las ayu-
En México, el principio contractual das condicionadas a beneficiarios espe-
de la corresponsabilidad había sido ya cíficos sin la participación comunitaria
fundamental en el Programa Na­cional presupuesta por el Pronasol. Destina-
de Solidaridad (Pronasol) instrumen- do a prevenir las prácticas clientelares
tado durante el sexenio presidencial de y la proliferación de acciones e intere-
Carlos Salinas (1988-1994), cuando la ses dispersos, que también habían ca-
reducción del gasto social público se racterizado a los fondos de inversión
consideró clave para la reorientación social en otros países latinoamericanos
eficiente de fondos a iniciativas basa- (Roberts, 2012: 347-351), se planteó así
das en la participación de comunidades un modelo de transferencia directa de
y organizaciones locales. Perteneciente ingresos que se pondría a prueba me-
a una serie de programas conocidos diante un esquema piloto conocido
como fondos de inversión social, aus­ como Programa de Alimentación, Sa-
piciados en gran medida por organis- lud y Educación (pase) (Levy y Rodrí-
mos como el Banco Mundial con el fin guez, 2005: 80).
de compensar las consecuencias de los Gracias a un testimonio coescrito
años de ajuste, el Pronasol sirvió en la por Rosa María Rubalcava, integrante
práctica para redirigir recursos escasos del grupo de trabajo nombrado por el
hacia la cooptación política selectiva gabinete zedillista, sabemos de las difi-
(Gledhill, 1995: 50). cultades que experimentó el pase entre
Las presiones para adoptar políti- 1995 y 1997 antes de consolidarse
cas de transparencia y rendición de como Progresa (Cortés y Rubalcava,
La vida social de los documentos de las políticas públicas 127

2012). Las transformaciones que ha- entre gestores de financiación para el


bría de experimentar el nuevo progra- desarrollo, tecnócratas y políticos na-
ma surgieron del proceso de discusión cionales, en las cuales hay una dispu-
entre los funcionarios y especialistas ta por el conocimiento acreditado y la
del grupo, caracterizados por narrati- autoría de la reforma, llevada a cabo
vas y visiones contrastantes sobre en el contexto de acontecimientos eco-
cómo debía tener lugar la acción públi- nómicos y políticos en curso” (Mosse,
ca para combatir el nuevo problema. 2005b: 27).
Los funcionarios de la Secretaría de Mientras que el consenso generado
Hacienda y Crédito Público (shcp), la por el malestar social ante la crisis ha-
cual otorgaría las transferencias mone- bía logrado reunir a actores muy dis-
tarias del programa, eran en general los pares en torno a la construcción del
más alineados con las orientaciones del nuevo programa, el primer obstáculo
presidente Zedillo y las políticas de dis- fue que en 1995 aún no existía un sis-
ciplina fiscal, liberalización comercial y tema homogeneizado para el cálculo
reasignación de recursos escasos; en oficial de la pobreza: el aumento en el
cambio, los economistas de la Se­cretaría número de pobres hasta los 15.5 millo-
de Desarrollo Social (Sedesol) traían nes, agravado por el colapso económi-
consigo su experiencia en el Pronasol y, co, sólo pudo ser estimado de manera
en consonancia con el “li­beralismo so- retrospectiva siete años más tarde
cial” de Carlos Salinas, privilegiaban (Cortés y Rubalcava, 2012: 33-34). Aún
un mayor papel del Estado en la polí­ en sus albores en México, el nuevo pro-
tica social; ello, no obstante, sin llegar blema de gobierno necesitaba ser defi-
a la intervención estatal generalizada a nido de forma más precisa mediante
la que había estado acostumbrado el información estadística y técnicas de
personal de la Secretaría de Educación medición que permitieran ubicar a la
Pública y la Secretaría de Salud, las población que abarcaría en el territorio
cuales se encargarían de prestar servi- nacional. Tras ser ampliamente re­
cios a los receptores de transferencias conocida como muy insatisfactoria
(Cortés y Rubalcava, 2012: 43). por sus participantes, la etapa piloto
Esta confluencia de distintos tiem- del pase dio lugar a la incorporación del
pos históricos y modelos de desarro- Consejo Nacional de Población (Cona-
llo permite ver la experiencia piloto del po), una institución que comprendía a
pase como un significativo campo políti- científicos de diversas disciplinas so-
co producido por responsabilidades ins- ciales y expertos en estadística, com-
titucionales divididas. Ello pro­porciona putación y sistemas de georreferencia.
una cierta base para exa­minar los pro- El Conapo resultó clave en la integra-
cesos sociales que estabilizan a la po­ ción de una base de datos con el índice
lítica pública como un sistema de de marginación y las coordenadas de
representaciones coherentes del mun­ las localidades rurales, así como la ubi-
do real, lo cual revela un incierto mundo cación de escuelas y centros de salud,
de relaciones de poder y “negociaciones obtenidos a partir de diversos instru-
128 Alejandro Agudo Sanchíz

mentos, instituciones y fuentes (ibi- tés y Rubalcava, 2012: 37, 39, 45). Para
dem, 2012: 38). Un mecanismo ser marginadas, las localidades ten-
adicional para facilitar la conjunción drían que contar con servicios públicos.
entre las dependencias participantes Este aspecto del proceso de discu-
en el programa fue la creación de una sión del pase Progresa ilustra uno de
Coordinación Nacional —cuyo primer los rasgos que Majone encuentra en la
responsable sería, precisamente, José argumentación, cuyas diferentes pers-
Gómez de León, antes secretario gene- pectivas, actitudes y reglas entran en
ral del Conapo—. Esta coordinación grave conflicto “cuando se intersectan
mantendría el control técnico y opera- la ciencia, la tecnología y la política”
tivo de la selección, incorporación y (1997: 38). Los problemas discutidos
permanencia de los hogares benefi­ nunca son puramente técnicos sino
ciarios del Progresa Oportunidades. también políticos o, de manera más
Junto con el desarrollo de sistemas na- precisa, “transcientíficos” (Majone,
cionales y regionales de información y 1997: 37-38; citando a Weinberg, 1972):
monitoreo, este régimen de política so- enunciados en el lenguaje de la ciencia
cial implicó la relativa novedad de la pero resueltos sólo en parte por ella
pobreza como relación directa e insti- conforme los criterios de verificación
tucionalizada entre el Estado y la ciu- son sustituidos por valoraciones sobre lo
dadanía (Roberts, 2012: 345). que constituye una base factible para
Si la focalización territorial del pase la acción, donde la credibilidad de los
se había hecho en municipios —uni- expertos se vuelve tan importante co­
dad demasiado extensa para sus ob­ mo su capacidad técnica. En este senti-
jetivos—, la selección posterior de do, los especialistas del Conapo se
localidades rurales de alta margina- erigieron en árbitros y actores de peso
ción según el índice del Conapo no bas- dentro del gabinete técnico del pase, y
tó para evitar una de las mayores no sólo por concentrar y coordinar las
controversias en el seno del abigarrado funciones e información de los otros
grupo técnico del programa. Mientras organismos públicos. Las localidades
que los representantes de la Sedesol más pequeñas y remotas quedaron
preferían que el Progresa cubriera a exluidas del programa, en parte porque
todas las comunidades marginadas la estrategia de condicionar sus apoyos
para evitar conflictos y desacuerdos, al uso de servicios estaba orientada a
los funcionarios de la shcp determina- combatir la dispersión poblacional que
ron que sólo serían elegibles aquéllas tan ampliamente había documentado
con un mínimo de 2 500 habitantes el Conapo. Atraer a la población hacia
y con escuelas y centros de salud, o si- las áreas de influencia de localidades
tuadas a una distancia “razonable” de mayores y con presencia de dichos ser-
los mismos —distancia medida de for- vicios, por otra parte, era consecuente
ma muy poco consistente en línea rec- con el objetivo del presidente Zedillo y
ta, sin considerar obstáculos naturales los funcionarios de la shcp de hacer más
u otras condiciones geográficas— (Cor- eficiente el gasto público y “dinamizar
La vida social de los documentos de las políticas públicas 129

mercados mediante transferencias mo- La estrategia para superar la pobreza


netarias a la demanda” (Cortés y Ru­ […] debe buscar un equilibrio entre
balcava, 2012: 37). El propósito último, programas que apoyen el ingreso de
no del todo explicitado, era abrir el sec- la población para su consumo inme-
tor de la prestación de servicios educa- diato, y aquellos que representen una
tivos y de salud a agentes privados. inversión en el mañana para crear las
El resultado final de este proceso de condiciones que promuevan su inser-
debate, sin embargo, demostró una ción productiva en la vida nacional.
amalgama de distintas orientaciones de […] Asimismo, la estrategia precisa
acción pública. Mientras que las corres- de la corresponsabilidad de quienes
ponsabilidades del Progresa obligarían se benefician de estos esfuerzos, y de
a los hogares a emplear expresamente una acción solidaria con los que acu-
los servicios educativos y de salud pú­ san graves carencias (Secretaría de
blicos, la transferencia monetaria Desarrollo Social, 1998: 38).
otorgada por el pase a cada receptor cla-
sificado como pobre, sin condicionalidad Como argumentaré con más detalle en
alguna acerca de su uso, estaba destina- el siguiente apartado, textos como éste
da a constituir un subsidio al consumo. codifican el intenso proceso de debate y
Las bruscas orientaciones de mercado negociación que ha marcado al Progre-
de los funcionarios de la shcp, para sa Oportunidades desde su génesis y
quienes la acción del programa debía durante sus etapas sucesivas. Una de
centrarse en los individuos, también las implicaciones de este proceso resi-
hubieron de ceder en este aspecto ante de en su cuestionamiento de las pers-
antropólogos, sociólogos y demógrafos pectivas deterministas de la re­forma
que habían mostrado la influencia del de la política y sus efectos. Poco esta­
grupo doméstico —como colectividad ba dado de antemano en la formulación
carac­terizada por relaciones de poder, de Progresa: el grupo de trabajo del
conflictos y negociaciones— sobre las pase se convirtió en una arena para la
decisiones de sus integrantes; a ello con- confrontación entre portadores de di-
tribuían mecanismos para el cálculo del versos paradigmas de política social,
gasto doméstico como la suma del que involucrados en una controversia tan-
realizan todos los miembros del hogar to material como representacional en
(ibidem, 2012: 43-44). Una vez seleccio- torno a la definición de la pobreza que,
nadas las localidades para la primera además, estaba sujeta a las contin­
fase del Progresa, los grupos domésti- gencias de la sucesión presidencial y la
cos pobres fueron así distin­guidos de los crisis de 1994-1995. Las presiones del
no pobres con base en información de la neoliberalismo global restringieron sin
Encuesta Nacional de Ingresos y Gas- duda el abanico de opciones políticas,
tos de los Hogares (enigh). pero las orientaciones de mercado más
Con ello quedaba completa la formu- patentes de los funcionarios de la shcp
lación del Progresa, cuyos primeros li- tuvieron que matizarse o ceder ante
neamientos establecieron lo siguiente: las propuestas de los integrantes más
130 Alejandro Agudo Sanchíz

“estatistas” del grupo técnico del pro- de manera simple y directa los recur-
grama. Otras reformas culminadas sos, impactos y resultados del pro­
durante la presidencia de Zedillo ilus- grama. Esto en sí requiere de un arduo
traron el activo papel desempeñado trabajo conceptual y social previo,
por las estructuras domésticas en la como sugiere el testimonio anterior de
mediación del paradigma neoliberal, la etapa piloto del pase. Según los pri-
como Tara Schwegler (2003) demues- meros lineamientos del Progresa, “la
tra en su etnografía de la privatización pobreza se convierte… en un círculo de
del sistema de pensiones: ésta tampoco carencias y falta de oportunidades
fue una conclusión predeterminada, y para salir de la marginación mediante
su “inevitabilidad” confluyó con la na- el desarrollo individual y el esfuerzo
rrativa rival de la “contingencia polí­ productivo” (Secretaría de Desarrollo
tica” en hábiles negociaciones entre Social, 1998: 28). En la teoría causal
políticos nacionales, tecnócratas y re- del programa, el problema preseleccio-
presentantes del Banco Mundial que nado fue entonces el ciclo intergenera-
contendían por reivindicar la autoría cional de transmisión de la pobreza en
de la reforma. Al comentar el trabajo de los hogares: niveles bajos de rendi-
Schwegler, Mosse (2005b: 28) conclu­ miento laboral, alta fecundidad, aban-
ye que la “coherencia” con la política dono prematuro del sistema educativo
global es algo establecido a posteriori: y creación temprana de nuevos hoga-
la autoridad de instituciones, como el res con el mismo perfil. Como se expli-
Banco Mundial, ha de ser negociada en ca en un libro coescrito por Santiago
función de los mismos determinantes Levy, subsecretario de la shcp entre
políticos y económicos locales que di- 1994 y 2000 —considerado uno de los
chas instituciones buscan negar de principales actores en la concepción
forma explícita. del Progresa—, el objetivo explícito del
programa desde sus inicios fue romper
LA TRAYECTORIA DE LOS este círculo vicioso mediante la mejora
CONCEPTOS DE LA POLÍTICA en tres ámbitos que ayudarían a las
nuevas generaciones a no “replicar” el
Si la política pública está hecha de pa- patrón de vida de sus mayores: nutri-
labras, y si éstas se orientan a la mo­ ción, educación y salud (Levy y Rodrí-
vilización de intereses mutuos y el guez, 2005: 53-62). Conforme al modelo
reclutamiento de actores favorables, simple de la teoría del capital humano,
entonces un programa social no puede con su énfasis en la educación como
hacerse realidad sin una persuasiva forma de inversión que afecta positiva-
teoría causal. Para convertirse en mente a variables de ingreso y empleo
fuente de legitimidad y apoyos, dicha (véase Becker, 1964), las transferen-
teoría ha de ser fiel al género de escri- cias del programa consistieron sobre
tura de la política; esto es, identificar todo en becas condicionadas a la asis-
claramente el problema a resolver y, tencia escolar —un componente intro-
con respecto al mismo, correlacionar ducido asimismo durante la etapa de
La vida social de los documentos de las políticas públicas 131

rediseño del pase , a sugerencia del los hechos evidentes. El que éstos es-
Conapo, para desincentivar la fecundi- tén exentos de contextualización, ig­
dad entre los jóvenes (Cortés y Rubal- norando otras consideraciones del
cava, 2012: 39). análisis de la pobreza, ilustra la mira-
La narrativa causal de la transmi- da selectiva que Apthorpe encuentra
sión cíclica de la pobreza se mantuvo en el género de escritura de las políti-
después de 2002, cuando el programa cas públicas, más orientado a la pro-
adquirió el nombre de Oportunidades. ducción de argumentos persuasivos
En sus reglas de operación, la “familia” que de pruebas formales. Este es preci-
—término empleado indistintamente samente el efecto de la dialéctica, la
con el de “hogar”— aparece así no sólo cual Majone (1997: 41) destaca en su
como objetivo, sino además como pro- concepción del análisis de políticas.
blema: También es notable que el concep­
to de la corresponsabilidad haya tenido
El programa reconoce que la familia parte de sus raíces en la cooptación de
es el espacio privilegiado para hacer las demandas de “participación”, de­
frente a las adversidades económicas rivadas en principio de corrientes críti-
y sociales y que, al mismo tiempo, es el cas con el eurocentrismo y verticalismo
lugar donde residen los factores que de la ortodoxia clásica del desarrollo
tienden a perpetuar las condiciones (Agudo Sanchíz, 2015: 56-57). El énfa-
de pobreza extrema de generación en sis en la acción de los individuos, no
generación. Mediante sus acciones, constreñidos del todo por “superestruc-
el programa propicia la ruptura del turas explotadoras”, fue retomado de
círculo de transmisión intergeneracio- forma entusiasta por instituciones fi-
nal de la pobreza; asimismo, contribu- nancieras internacionales desde la dé-
ye al fortalecimiento del tejido social cada de los ochenta. La trayectoria de
necesario para que los ciudadanos lle- nociones afines como la autosuficien-
ven a cabo acciones conjuntas en favor cia y la autorregulación es aún más
de la superación de su condición de larga, pues retoma enfoques de los mo-
pobreza extrema (Secretaría de Desa- vimientos de “higiene social” de la pri-
rrollo Social, 2007: 3). mera mitad del siglo xx, destinados a
“modernizar y civilizar” a la población
La noción contractual de la correspon- pobre, así como de esquemas que re­
sabilidad se vincula, así, a una teoría forzaban el papel “maternal” de las
causal que refuerza la idea de la po­ mu­jeres como un medio para lograr
breza como resultado de las propias objetivos de desarrollo sin atender las
prácticas de los pobres. Este proble­ma- causas subyacentes de la desigualdad
solución es “transcientífico” en el sentido de género (Molyneux, 2006: 432).
de Majone, esto es, más político —in- En este marco de continuidad, sin
cluso ideológico— que técnico, aunque embargo, las reglas de operación de
haya de ser enunciado en el lenguaje Oportunidades se actualizaron cada
formal de los principios económicos y año, recogiendo hasta cierto punto la in-
132 Alejandro Agudo Sanchíz

fluencia de anteriores críticas y cam- tra de la pobreza intergeneracional


biantes tendencias en desarrollo social. convive de manera incómoda con el en-
Una de estas tendencias, denominada foque de las capacidades en los docu-
“corriente cívica”, se incorporó a la ad- mentos relativos al programa. En el
ministración de Vicente Fox a partir del informe de resultados de una evalua-
año 2000 y buscó reforzar el blindaje ción externa se afirma que “el objetivo
del programa contra su uso político- amplio del programa es romper el
par­tidario, así como avanzar en una círculo vicioso de la pobreza, que puede
agenda de mecanismos de participación ser definido en las siguientes palabras
ciudadana (Hevia, 2009). Asimismo, de Amartya Sen: ‘La falta de ingreso
mientras que durante la etapa de Pro- predispone claramente a llevar una
gresa había predominado el modelo de vida pobre’” (Sen, 1999: 23). En el do­
la inversión en el capital humano de los cumento no aparece una referencia al
hogares, en los lineamientos de Opor­ trabajo específico de Sen de donde se
tunidades se sustituyó esta metáfora tomó este descontextualizado frag-
de mercado por el objetivo del desarro- mento. Asimismo, al introducir “Amar-
llo de las capacidades en educación y tya Sen” en el buscador del portal
salud de individuos y familias.1 Duran- electrónico de Oportunidades, se obtie-
te el sexenio del también panista Felipe nen sólo seis resultados (ninguno para
Calderón (2006-2012) esta orientación “Martha Nussbaum”). La mayoría
se mantuvo en las reglas del programa, de ellos corresponde a documentos de
cuyo fin era “favorecer el desarrollo de evaluación del programa y sólo uno a
las capacidades asociadas a la educa- un documento oficial de la Sedesol. Al
ción, salud y nutrición de las familias inicio de éste, Sen aparece citado dos
beneficiarias del programa para contri- veces por la entonces secretaria de De-
buir a la ruptura del ciclo intergenera- sarrollo Social, quien escribe que con
cional de la pobreza” (Secretaría de “Oportunidades se está combatiendo lo
Desarrollo Social, 2011: 3). que Amartya Sen denomina el ‘núcleo
Reflejado en el nombre oficial de irreductible de pobreza absoluta’, que
Programa de Desarrollo Humano se crea cuando las personas se ven pri-
Opor­tunidades, el uso del término ca- vadas, entre otras, de la capacidad
pacidades humanas recoge la influen- para educarse, para evitar contraer
cia de filósofos que han proporcionado enfermedades prevenibles y para ali-
una robusta teoría sobre la condición mentarse o nutrirse” (Secretaría de
de la pobreza y el desarrollo opuesta al Desarrollo Social, 2003: 7).
utilitarismo económico (Nussbaum, Estas referencias no son menos so-
2000; Sen, 1999). Sin embargo, el man- meras que las reverberaciones del mo-
delo simple del capital humano en la
1
Para mayor detalle de las características etapa del Progresa. En consonancia
del programa, y la manera en que se han ido
transformando sus componentes, esquemas y
con la libre elección individual entre
sistemas de incorporación, véanse, por ejemplo, diversos conjuntos de satisfactores
González de la Rocha (2006) y Hevia (2011). (más que la simple satisfacción de ne-
La vida social de los documentos de las políticas públicas 133

cesidades en sí misma), el enfoque de Entre esos objetivos, “autoproclama-


las capacidades tiene como uno de sus dos por el programa”, Molyneux (ibi-
principios fundamentales la consecu- dem: 437) incluye el “empoderamiento”
ción del desarrollo para todas y cada de las mujeres, contrastando su escaso
una de las personas (Nussbaum, 2000: grado de éxito en vista de logros que se
5-6). No obstante, las capacidades de li­mitan a una redistribución parcial de
las madres de familia están destina- autoridad dentro del hogar.3 Así expre-
das a modificarse sobre todo de forma sado, sin embargo, semejante objetivo
indirecta mediante la administración no aparece por ningún lado en los linea-
de las transferencias de Oportunida- mientos del Progresa Oportunidades.
des en beneficio de sus hijos, ya que el Lo que encontramos son declaraciones
programa no facilita su acceso a servi- de propósitos, como contribuir a la
cios básicos de escolarización y capaci- “igualdad de derechos y oportunidades
tación profesional, como tampoco se entre hombres y mujeres”, basados a
ocupa de las habilidades educativas y menudo en medidas —incorporadas
de aprendizaje en sentido amplio. desde el principio a sugerencia del
De todos modos, el individualismo Conapo— como la asignación de becas
ético —si no ontológico— del mismo de mayor monto a las niñas que a los
enfoque de las “capacidades del indi­ niños y la entrega directa de las transfe-
viduo” no deja de ser útil a las narra­ rencias a las madres de familia:
tivas simples de la pobreza, ya que
permite seguir eludiendo aspectos El programa reconoce que la pobreza
más amplios, como las estructuras so- adquiere modalidades particulares a la
ciales, las instituciones y la dinámica luz de las desigualdades que prevale-
del capitalismo global, todos los cuales cen entre mujeres y hombres. Por esta
constriñen las opciones individuales. A razón, el programa canaliza los apoyos
pesar de estar incluidos en los objeti- preferentemente a través de las ma-
vos de Oportunidades, la participa- dres de familia e impulsa una política
ción, construcción de capacidades e de becas que contrarresta las desven-
igualdad de género constituyen resul- tajas de las niñas para acceder a la
tados secundarios que varían con el educación. En esta perspectiva, el pro-
tiempo y dependen de autoridades y grama apoya a los sectores de salud y
profesionales dispuestos a cooperar educación en la realización de acciones
(Molyneux, 2006: 434).2 orientadas a la construcción de una

2
A pesar del impulso de la corriente cívica nentes, esas organizaciones desaprovecharon la
durante el sexenio de Fox, las organizaciones coyuntura en medio de la euforia ante la transi-
civiles mexicanas no se constituyeron en lo ción política que supuso la pérdida del poder fe-
esencial en sujetos de contraloría ni en actores deral por parte del pri (Hevia, 2009: 11-12).
capaces de presionar para aumentar los espa- 3
Sobre los —no siempre previstos— efectos
cios de participación de Oportunidades. Confia- de género de Progresa Oportunidades, véanse
das en que el programa sería “vigilado desde Adato et al. (2000), López y Salles (2006) y Agu-
dentro” por algunas de sus figuras más promi- do Sanchíz (2015: 159-202).
134 Alejandro Agudo Sanchíz

cultura de equidad de género (Secreta- Esto fue causa de controversia en la


ría de Desarrollo Social, 2007: 4). mencionada reunión de 2006. El perso-
nal de Oportunidades nos transmitió a
Esto dista mucho de ser un “objetivo de los evaluadores cualitativos sus impre-
empoderamiento”, a diferencia de una siones, recomendaciones y desacuer-
mera perspectiva u orientación de gé- dos acerca del borrador de un trabajo
nero. Mientras que el lenguaje del em- académico —aunque financiado me-
poderamiento —vinculado con la idea diante el programa— sobre las trayec-
de participación— puede haber sido torias vitales y la organización social y
influyente en el continuo proceso de económica de los grupos domésticos
reformulación del programa, no llegó a beneficiarios (véase González de la Ro-
plasmarse en sus documentos rectores. cha, 2006). Mi contribución a este tra-
Esta circunstancia se puso de mani- bajo comenzaba por exponer las
fiesto en el verano de 2006, durante características del tipo particular de
una reunión con integrantes de la en- hogar que subyace al diseño e ins­
tonces llamada Dirección General de trumentación del programa (Agudo
Planeación y Evaluación de Oportuni- Sanchíz, 2006: 397-398): nuclear, bipa-
dades, cuando una representante del rental y basado en una coincidencia
programa nos confió a los evaluadores entre tradicionales divisiones de géne-
externos que “el género fue una cues- ro y construcciones sociales de roles
tión de intenso debate entre nosotros”. familiares (padre trabajador-jefe pro-
El resultado de dicho debate había sido veedor, ama de casa dedicada a las ta-
un acuerdo de formulación de orienta- reas domésticas y a la administración
ciones que caía dentro del enfoque de de transferencias a favor de hijos dedi-
género, pero “nunca habríamos expre- cados en su mayor tiempo al estudio).
sado públicamente un objetivo de gé- Al empezar a comentar mi texto, una
nero, eso habría sido una bomba de representante del programa adujo que
tiempo”. Los textos de Oportunidades ni ella ni sus colegas podían aceptar la
codificaban así previas negociaciones afirmación simplista de que Oportuni-
sobre lenguaje y significado al tiempo dades estaba dirigido expresamente al
que aludían a futuras “coaliciones de tipo de hogar que yo señalaba. Argu-
discurso” (Mosse, 2005a: 15). Palabra menté que, a la luz de los resultados de
clave en dichas coaliciones, la incorpo- las evaluaciones, era legítimo pregun-
ración del género a la formulación del tarse por los arreglos familiares preci-
programa prometía una significativa sos que se hallaban implícitos en la
fuente de legitimación, aunque tam- estrategia de las transferencias —algo
bién planteaba un importante dilema que podía apreciarse, por así decirlo,
en vista de su correlación entre la nue- leyendo “entre líneas” la narrativa de
va estrategia contractual de la corres- desarrollo del programa—. En retros-
ponsabilidad y las construcciones pectiva, me gustaría pensar que el des-
tradicionales de roles femeninos en el acuerdo obedeció más a cuestiones de
seno de la familia. lenguaje y de estilo que de fondo. Tras
La vida social de los documentos de las políticas públicas 135

rechazar mi afirmación acerca del “ho- mayores. Hay asimismo otras implica-
gar ideal” de Oportunidades, otra fun- ciones para el examen de la producción
cionaria dejó escrito lo siguiente al del conocimiento en las comunidades
margen de una de las cuartillas de mi profesionales de la política, de las cua-
manuscrito: “No entiendo. ¿No sería les me ocupo en el siguiente apartado.
éste más bien el tipo de hogar en el que
la gente aprovecharía mejor las ayu- SOCIALIZACIÓN A TRAVÉS
das del programa?” El volumen salió DEL TEXTO: LA EVALUACIÓN
publicado sin el nombre ni el logotipo DE IMPACTO DE LOS PROGRAMAS
del programa, según se nos dijo, para
no comprometer nuestra independen- Aunque son sólo una parte del comple-
cia como académicos.4 jo proceso de la política pública, las
La experiencia de 2006 permite evaluaciones de programas específicos
ilustrar los desplazamientos de signifi- pueden cobrar gran relevancia por su
cado que se producen en varios ám­ carácter de medios para corroborar las
bitos de disputa sobre los conceptos o correlaciones entre componentes y re-
palabras clave de la política. En tanto sultados de la política. Por la enorme
eje de un conjunto de tales palabras, cantidad de recursos y experiencia pro-
cuyo sentido se extiende y desplaza al fesional invertidos en la escritura de los
tiempo que se abandonan o marginan informes de las evaluaciones, éstos tam-
anteriores asociaciones con otros voca- bién pueden leerse en clave de “los argu-
blos, podría verse aquí a la familia como mentos, intereses y puntos de vista
una “metáfora movilizadora” (Shore y divergentes que codifican y a los que alu-
Wright, 1997: 20). Ésta resulta inhe- den” (Mosse, 2005a: 15). No obstante, en
rente a la formulación de una determi- este caso no se trata sólo de las relacio-
nada estrategia de política social nes sociales que producen el texto, sino
mediante el intento por acotar signifi- que el texto mismo —su construcción y
cados y, por ende, disminuir los des- negociación— se convierte en medio pri-
acuerdos en torno a los mismos. En este vilegiado para dichas relaciones, como
caso se privilegia una configuración discutiré al final de este apartado.
particular de hogar y se difuminan sus Los representantes de un programa
vínculos con las nociones de familia ex- social nunca tienen el control absoluto
tensa, red social o sociedad, o bien, se sobre las interpretaciones externas. La
excluyen otras formas de grupo domés- factibilidad y el éxito del programa no
tico como el monoparental o el com- están garantizados. Han de producirse
puesto exclusivamente por adultos constantemente mediante un intenso
trabajo de “contextualización” orienta-
4
Los distintivos del Programa Oportunida- do al reclutamiento de actores favora-
des y de Vivir Mejor, la estrategia integral para bles que “decidirán conectar el destino
la política social del gobierno federal, sí apare-
cieron en cambio en una primera reimpresión
de un proyecto con la suerte de las pe-
del libro, en 2009 y ya con una nueva adminis- queñas o grandes ambiciones que
tración. aquellos representan” (Latour, 1996:
136 Alejandro Agudo Sanchíz

137). Mi incorporación a las evalua­ plazo de Oportunidades, el particular


ciones cualitativas anuales de Opor­ régimen de éxito del programa se ha-
tu­nidades, a inicios de 2005 —como llaba sin embargo expuesto a una cri-
investigador externo sin participación o sis derivada de importantes presiones
compromiso previos en el programa— externas. Había mediado un año elec-
supuso mi entrada a una arena domi- toral sumamente tenso en el que domi-
nada por un lenguaje marcadamente naron los rumores de cancelación del
positivo. A seis años del inicio del pro- programa con el cambio de adminis-
grama, el optimismo estaba reforzado tración, así como las acusaciones al
por una enorme cantidad de ce­remonias gobernante pan de utilizar recursos
públicas y eventos de gran impacto me- de la Sedesol en beneficio propio du-
diático, así como de trabajos académi- rante la campaña para los comicios
cos y documentos de evaluaciones pre­sidenciales de julio de 2006. Incluso
nacionales e internacionales que daban desde la Cámara de Diputados, donde
cuenta de sus logros —pero también de se realizaba un escrutinio del ejercicio
retos y limitaciones— a corto y medio del gasto en el programa, se cuestionó
plazos (Escobar y González de la Rocha, el hecho de que la Sedesol recurriera
2004; Skoufias, 2001; Villatoro, 2004). año tras año a las mismas dos insti­
Calificado en un informe del Banco tuciones públicas —Centro de Investi-
Mundial (2004: 130-131) como ejem­ gaciones y Estudios Superiores en
plo de programa “altamente redistri­ Antropología Social (ciesas) e Instituto
butivo y eficiente” y necesitado de más Nacional de Salud Pública— para las
recursos provenientes de la eliminación evaluaciones cualitativa y cuantita­
de subsidios, Oportunidades se había tiva, aunque su contratación directa
vuelto una referencia (así como un eslo- fuera permitida por la ley. Las presio-
gan político) en tantos escritos y confe- nes de influyentes actores y grupos
rencias que llegó a adquirir vida propia: externos eran lo suficientemente im-
el trabajo de “contextualización” había portantes como para provocar nervio-
dado sus frutos. Para mediados de sismo en la Coordinación Nacional de
2005, el programa llegó a cubrir cinco Oportunidades, donde se nos llegó in-
millones de hogares con un presupues- cluso a exigir a los consultores que
to federal anual equivalente a 0.3% del aportáramos “argumentos para defen-
pib, al cual se sumó un préstamo de mil der al programa”. Lo anterior se había
millones de dólares del Banco Intera- complicado por nuestra propuesta de
mericano de Desa­rrollo. “Buque insig- incluir en la evaluación la hipótesis del
nia” de la política contra la pobreza en “impacto diferencial”, según la cual los
Latinoamérica, Oportunidades se con- efectos de las transferencias condicio-
sideró pionero de una estrategia adop- nadas eran menos favorables en los
tada en muchos otros países. grupos indígenas del país.5
Hacia mediados de 2007, al iniciar
los trámites y trabajos preparatorios 5
La metodología completa, desarrollada a
para la evaluación del impacto a largo partir de la propuesta inicial de Mercedes Gon-
La vida social de los documentos de las políticas públicas 137

A pesar de presentarse como “ex- otros principios más abiertos e inter-


ternas”, según el mandato oficial de la pretativos planteados por colegas an-
transparencia y rendición de cuentas tropólogos e incluso por algunos
en la gestión pública, las evaluaciones asesores de la evaluación —por ejem-
son en realidad parte del mismo proce- plo, autoadscripción y adscripción por
so de producción de las políticas. Inte- parte de otros grupos—. Pesó mi volun-
resados en imprimir nuestros propios tad de presentar la inclusión de “la va-
métodos e intereses en dicho proceso, riable indígena” conforme a los criterios
los investigadores independientes so- de las bases de datos empleadas por el
mos sin embargo socializados en el propio programa, apelando así de ma-
arte de interpretar los acontecimientos nera implícita a sus funcionarios en
descritos en términos de resultados de busca de aprobación para continuar con
modelos e intervenciones planificadas. la investigación.
Los cuatro principales investigadores de De manera más general, las cultu-
la evaluación de 2007-2008 éramos an- ras de la consultoría pueden ejemplifi-
tropólogos mexicanos con puestos per- carse prestando atención a las formas
manentes en instituciones académicas en que las instituciones de la política
nacionales, muy diferentes del tipo de pública definen el trabajo de los exper-
experto que trabaja en otros países al tos. Aunque en la evaluación de Opor-
servicio de agencias internacionales de tunidades los consultores dispusimos
desarrollo. Unos y otros, sin embargo, de libertad para diseñar la metodolo-
podemos vernos en la necesidad de li- gía de investigación —planteando,
diar de forma más o menos consciente precisamente, el posible impacto dife-
con ciertos principios compartidos de rencial del programa en poblaciones
lo que Stirrat (2000) describe como indígenas y no indígenas—, nuestro
una “cultura de la consultoría”. Entre trabajo y los resultados del mismo
esos principios se encuentran las no- estaban ya definidos mediante ciertos
ciones positivistas de la objetividad e documentos vinculantes. En el anexo
impermeabilidad frente al carácter técnico del convenio para la evalua-
caótico de la realidad, como ilustra un ción, firmado por la Sedesol y el ciesas
error mío influido por las condiciones (la institución académica encargada
estructurales y discursivas de la eva- de subcontratar a los evaluadores), se
luación de Oportunidades. Al inicio de establecieron la estructura y el forma-
la misma, argumenté en favor de privi- to que deberían seguir todos los docu-
legiar la “lengua materna distinta del mentos e informes producidos por los
español” como un criterio con el cual consultores. Dichos documentos ha-
habría de consi­derarse indígenas a co- brían de constar invariablemente de
munidades y familias, cerrándome a siete capítulos, de los cuales se especi-
ficaban incluso los títulos, los aparta-
zález de la Rocha, directora de la evaluación
dos y la descripción del contenido de
cualitativa, puede consultarse en Agudo San- los mismos. Las dos secciones más im-
chíz y Jiménez Rodríguez (2008: 83-103). portantes eran el “resumen ejecutivo”
138 Alejandro Agudo Sanchíz

y el análisis que correlaciona de mane- permite predecir qué ocurre cuando al-
ra directa Fortalezas y Oportunidades, guno de ellos es modificado. Este princi-
Debilidades y Amenazas (foda). Esta pio de causalidad simple, clave del
última técnica permite filtrar las múlti- poder persuasivo de las narrativas de
ples experiencias de los consultores en la política, puede emplearse para lidiar
el programa para extraer una historia con la polifonía y la negociación inter-
de impacto del mismo en forma sinté­ subjetiva del conocimiento. Las formas
tica, produciendo un modelo de retroali- de expresión del género de escritura ha-
mentación universal y uniforme. bitual en la academia (debate, interpre-
El resumen ejecutivo y el análisis tación, duda, opinión personal) deben
foda constituyen lo único que, si acaso, excluirse de los informes finales en aras
leerán funcionarios, políticos y exper- de las exigencias de las evaluaciones,
tos. En realidad, el texto puede resultar orientadas al establecimiento de auto-
menos importante que el proceso social ridad sobre los resultados e impactos de
de su producción. Entre las herramien- un programa.
tas más significativas empleadas en Tanto desde la sociología (Latour,
este proceso se encuentran las matrices 2000) como desde la ciencia política
de marco lógico de los programas. La (Majone, 1997: 88-89), se han señalado
“matriz de indicadores para resultados” los perversos efectos secundarios que
de Oportunidades esta­blecía en forma conlleva la imitación del viejo positi-
tabulada sus objetivos, efectos espera- vismo lógico. Uno de ellos es el de las
dos y las relaciones anticipadas entre “trampas” que menciona Majone para
sus componentes, actividades y conse- ilustrar los “aspectos artesanales” de
cuencias. En el recuadro superior de su modelo argumentativo del análisis
ese diagrama podía leerse claramente de las políticas: equivalente a la falacia
el fin del programa: “Contribuir a la lógica del razonamiento deductivo, la
ruptura del ciclo intergeneracional de trampa es “un error conceptual en que
la pobreza extrema, favoreciendo el de- caen los individuos con frecuencia y
sarrollo de las capacidades en educa- facilidad a causa de su razonabilidad
ción, salud y nutrición de las familias engañosa” (ibidem: 90), como cuando
beneficiarias de Oportunidades” (Agu- se afirma que una cosa es la causa de
do Sanchíz, 2015: 218). Llamadas a otra simplemente porque la precede o
guiar la selección de información consi- acompaña. De hecho, conforme los fi-
derada relevante en el proceso de la nes de las políticas se vuelven más am-
evaluación, estas “plantillas” para cono- biguos, los funcionarios y evaluadores
cer la realidad sintetizan a su vez una tienden a centrar su atención en su
visión particular de la misma (Stirrat, rendimiento o sus consecuencias inme-
2000: 36-37): la causación y determina- diatas —objetos materiales, incremen-
ción complejas y la aleatoriedad de la to del ingreso de los beneficiarios por
naturaleza social son sustituidas por transferencias monetarias, personal
relaciones sistemáticas entre los com- de campo capacitado—, en lugar de los
ponentes del mundo objetivo, lo cual efectos que dichas consecuencias ha-
La vida social de los documentos de las políticas públicas 139

brían de tener en términos de objeti- (Agudo Sanchíz, 2015: 226-232). En un


vos del desarrollo social —por ejemplo, documento circulado por la Sedesol se
reducción intergeneracional de la po- nos informaba a los evaluadores que
breza, incremento de la esperanza de “no es necesario remarcar palabras
vida o formación de capital humano—. como ‘improvisación’, ‘favores’, ‘com­
La fragilidad e incertidumbre de sig- plicidades’, etc. […]. No es necesario
nificados revelan a las evaluaciones enfatizar que existe un conjunto de
de programas no como producto de ‘prácticas de simulación y complici-
hechos objetivos, sino como procesos dad’, basta señalar que existe un con-
ins­ti­tucionales destinados a remediar junto de ‘prácticas que han hecho
la desarticulación entre palabras y posible la permanencia de las familias
rea­lidades. Así, “en un proyecto de de- en un contexto de extrema fragilidad
sarrollo, como en un sistema mágico- de las instituciones […]’”. Junto con el
religioso, los juicios y las creencias son empleo de esos giros eufemísticos,
gestionados mediante relaciones so- otras sugerencias en el mismo docu-
ciales” que implican actos de fe y es­ mento nos urgían a ser “específicos” y
peranza en “objetivos” e “impactos” “claros” para vincular directamente la
(Mosse, 2005a: 172). información reportada con las reco-
Se necesita sin embargo mucho tra- mendaciones que habríamos de expo-
bajo para la constitución de una comu- ner en el análisis foda: “erradicar las
nidad epistémica confiable e integrada prácticas de simulación” no sería una
por un grupo de fieles creyentes. En recomendación concreta para el pro-
clara contravención de la pulcritud ta- grama.
bulada de la matriz de resultados de Otras técnicas para disciplinar nues­
Oportunidades, los informes prelimi- tro estilo de expresión consistían en
nares de los evaluadores recogieron señalar los términos políticamente in-
análisis sobre las “prácticas de simula- correctos o problemáticos como meros
ción y complicidad” mediante las que “adjetivos que sólo llaman la atención,
prestadores de servicios y beneficiarios pero no aportan información valiosa” o,
daban un contenido y una lógica dis- incluso, como “juicios de valor”. La reco-
tintos a las corresponsabilidades. La mendación más frecuente en este caso
intervención de intereses y actores lo- era “justificar”, “sustentar” u “operacio-
cales contradecía asimismo la re­ nalizar” conceptos como “discrimi­
presentación de “transparencia” del nación” o “exclusión” con base en la
programa y su proclama de evitar in- evidencia empírica. Como se especifica-
terferencias en la entrega de benefi- ba en un documento del Consejo Nacio-
cios. Enseguida nos vimos expuestos a nal de Evaluación de la Política de
una insistente serie de críticas y reco- Desarrollo Social (Coneval) —organis-
mendaciones realizadas desde varios mo público descentralizado que se en-
frentes, las cuales enfatizaban la nece- carga de normar y dar seguimiento a
sidad de evitar emitir “demasiadas de- las evaluaciones de programas socia-
bilidades” con respecto al programa les en México—, “cuando se señala un
140 Alejandro Agudo Sanchíz

acto infantilizador, discriminatorio o denes normativos de la política pú­


grosero por parte del personal de salud blica. Las relaciones locales que mis
hacia la población indígena, se requiere colegas y yo describíamos en nuestros
de una descripción de las diferencias o informes estaban impregnadas de
similitudes respecto de lo observado normati­vi­dades sobre las que, preci-
con la población pobre no indígena”. samente, descansaba la condición de
Cualquiera podría concordar con la ne- posibilidad del cumplimiento de las
cesidad de describir lo observado antes obligaciones del programa (Agudo
de llegar a conclusiones. No obstante, Sanchíz, 2015: 95-125).
mientras que unas veces se nos pedía Sin embargo, estas consideraciones
que sustentáramos el empleo de térmi- eran incompatibles con la urgencia de
nos como “discriminación” con base en aprender el arte y la estética de repre-
las prácticas observadas en contextos sentar acontecimientos en términos de
específicos, en otras se nos conmina­ba modelos normativos, excluyendo con-
a ofrecer definiciones universales de tingencias mediante apelaciones a la
dichos términos, las cuales habrían imparcialidad y a la homogeneidad de
de coincidir en todos los documentos los resultados. La operación del pro-
producidos por los evaluadores tras el grama y sus intermediarios, así como
trabajo de investigación en regiones su posible impacto menos robusto en
muy diversas. poblaciones indígenas, se habían acep-
Finalmente, otro documento proce- tado al inicio de la evaluación a pro-
dente del propio programa Oportuni- puesta de los consultores-antropólogos,
dades sintetizaba claramente lo que se pero ahora se convertían en “temas
requería de los evaluadores: “Presen- adicionales” o secundarios y, por ende,
tar los resultados más de tipo [en for- en fuente de abundante información
ma de] diagnóstico, aquéllos [son] más que debía restringirse al estar poten-
bien de tipo descriptivo”. Como men- cialmente sujeta a múltiples opinio-
cioné en la introducción, las descripcio- nes por parte de escritores y lectores.
nes de la etnografía se avienen mal con Los evaluadores pasamos así por un
el género de escritura prescriptivo de intenso y agotador proceso de discu-
las políticas, lo cual lleva a Apthorpe sión, corrección y refinación de sucesi-
(1997: 51) a plantear la posibilidad de vas versiones de nuestros informes,
explicar el escaso poder de los antropó- cada vez más prolongado y alejado del
logos en este campo mediante análisis trabajo de campo. Un colega antropó-
estilísticos de nuestro propio lenguaje. logo llegó a confiarme lo siguiente: “No
Dado que empleamos lógicas similares pensé que para eso nos hubieran con-
a las de otros profesionales para resol- tratado. Siento que hay que matizar
ver la tensión entre el conocimiento tanto las afirmaciones que casi se con-
generalizable y las situaciones especí- vierten en negaciones”. Aunque los
ficas, no obstante, tampoco es raro que textos pa­recieran convertirse en fines
procuremos vincular la descripción de en sí mismos, con las recomendacio-
los órdenes sociales “reales” con los ór- nes dirigidas a su estilo de expresión,
La vida social de los documentos de las políticas públicas 141

en realidad se volvían también medios El informe de Chiapas rompe con el


para el proceso de negociación orien- formato acordado de presentación
tado al cambio de valores y ajuste de […]. Por lo tanto, se sugiere al equipo
la visión de la realidad de los partici- de investigación en Chiapas que res-
pantes. pete el esquema propuesto en la Guía
El poder intermediador de los docu- y ordene los resultados de esa ma­
mentos depende asimismo del estatus nera, a fin de que se cumpla con la
de sus lectores en la arena más am- evaluación propuesta. También es ne-
plia de la política social, implicando a cesario que centre su discusión en las
expertos y académicos de prestigio re- preguntas fundamentales que guían
conocido. La socialización del consultor la evaluación. ¿Podemos evidenciar
también tiene lugar mediante la inte- que el diseño y la operación del Pro-
racción con esos otros actores diversos grama, en el largo plazo, contribuye a
en el proceso de reclutamiento de sim- romper el ciclo de transmisión inter-
patías mediado por los textos. La escri- generacional de la pobreza? (citado en
tura de mi documento técnico final Agudo Sanchíz, 2015: 233).
estuvo influida por las perspectivas de
una asesora externa, quien había en- En una suerte de desvanecimiento de
salzado la metodología y los resultados fronteras entre lo normativo y lo des-
de mi informe preliminar sobre la inves­ criptivo, el diseño del programa llega-
tigación que coordiné en el estado de ba a invocarse como la experiencia del
Chiapas, así como por mi búsqueda mismo. En los documentos resultantes
de su aceptación frente a los miembros del estudio de impacto habría de sepa-
del Coneval que habían criticado dicho rarse el conocimiento sobre Oportuni-
texto. Las correcciones hechas por el dades de sus implicaciones prácticas y
Coneval, sin embargo, habían de ser traducirlo a prescripciones. De hecho,
incorporadas por ley a los documentos el modelo se volvía tan importante que
finales de la evaluación –los que sí se debía reinstaurarse como propósito
harían públicos–. Fue aquí donde las clave del programa. Una académica
herramientas mencionadas al princi- que fungía como lectora externa llegó a
pio, en especial la matriz de indicado- criticar el tono excesivamente negati-
res para resultados, revelaron su vo de otro de nuestros informes, advir-
utilidad para acotar las disputas sobre tiendo a su autor que habría de ser
significados y la diversidad de perspec- más cuidadoso en sus apreciaciones
tivas contrastantes. El mencionado in- sobre Oportunidades, ya que éste
forme sobre Chiapas necesitaba sin “cuenta con uno de los mejores mode-
duda revisarse conforme a un análisis los de política social que conozco”. El
más cuidadoso del material recopilado escrutinio del programa se dirigía así a
en campo; no obstante, la crítica recibi- su teoría más que a su práctica, el pro-
da exigía sobre todo fidelidad a los for- ceso de la política volvía a replegarse
matos de presentación y al modelo de sobre sí mismo y la evaluación regre-
impacto del programa: saba de la experiencia del trabajo de
142 Alejandro Agudo Sanchíz

campo al empíreo de los diseños, los Oportunidades podían posponer mera-


textos y las ideas. mente el abandono escolar de las jóve-
Una vez blindado el programa nes hasta la conclusión de la educación
contra cualquier confrontación con la secundaria, especialmente en locali­
información que cuestionaba sus víncu- dades rurales con presencia de centros
los causales entre diseño e implemen- de dicho nivel educativo. Desde esta
tación, faltaba otro paso clave para perspectiva podían entenderse, por
consensuar una “historia aceptable” ejemplo, las interesantes estrategias
o versión convincente que pudiera individuales y colectivas puestas en
transformarse en un “artículo de con- práctica por algunas jóvenes indíge-
sumo ampliamente compartido” (Phi- nas, dirigidas a persuadir a sus re-
llips y Edwards, 2000). Los resultados nuentes padres de la conveniencia de
de las muestras seleccionadas para la continuar sus estudios fuera de sus lo-
evaluación cualitativa, en especial en calidades de origen (Agudo Sanchíz,
varias regiones del sur del país, arroja- 2015: 132-133). En una de las últimas
ban una prolongación de trayectorias reuniones con asesores externos e inte-
escolares femeninas, lo cual fue inme- grantes del Coneval, no obstante, se
diatamente recibido como un dato muy me conminó de manera vigorosa desde
positivo del “impacto educativo” de todos los frentes a excluir la proposi-
Oportunidades. De hecho, la mayor ción de la discriminación educativa. La
permanencia escolar de los niños era a necesidad de una historia aceptable
lo sumo un resultado directo de las prevaleció y la conjunción de todas las
becas del programa, cuyo “impacto” afirmaciones anteriores emergió en
según el objetivo del aumento de capa- forma de panorama coherente en el re-
cidades y ruptura de la pobreza inter- sumen ejecutivo de mi último docu-
generacional era difícil de establecer mento:
debido a la mala calidad de la educa-
ción y la ausencia de oportunidades Un resultado alentador, en relación
laborales. Una vez la evidencia empíri- con los dos objetivos centrales de la
ca se convierte en una cuestión de con- evaluación (impacto diferencial del
senso, sin embargo, resulta más arduo programa y papel de los servicios de
introducir argumentos discordantes educación) es el siguiente: en Oaxaca y
en la construcción colectiva de los efec- Chiapas, el programa ha contribuido a
tos de un programa. Como las mues- alargar las trayectorias educativas de
tras de la investigación cualitativa son niños y jóvenes, pero dicho impacto
necesariamente pequeñas, hice un úl- positivo es mayor —no menor— en el
timo intento por recomendar cierta caso de los indígenas que en el de los
cautela sobre los resultados relativos a no indígenas. Más aún, tanto entre in-
la discriminación educativa en contra dígenas como entre no indígenas, el
de las niñas. Propuse la hipótesis, ba- impacto positivo es mayor en el caso
sada en mis resultados de investiga- de las mujeres que en el de los hom-
ción en Chiapas, de que las becas de bres. Por tanto, el programa ha contri-
La vida social de los documentos de las políticas públicas 143

buido a cerrar dos brechas en cuanto a parte de la trayectoria social de algu-


la escolaridad en las regiones del sur: nos de los conceptos que aparecen en
étnica y de género […]. Por ello, […] el los mismos, es posible revelar ciertas
impacto positivo en la prolongación de etapas significativas del continuado
trayectorias escolares de mujeres indí- proceso institucional de negociación y
genas es menor donde la cobertura discusión de la política pública. En un
educativa y la cobertura de Oportuni- sentido, se afirma a menudo que el éxi-
dades resultan menos amplias. […] to de un programa se debe a que está
Sin embargo, gracias a la mayor esco- “bien diseñado”, atribuyendo así dicho
laridad alcanzada por las jóvenes (lle- éxito a su inicio o concepción (Latour,
gando incluso a la educación superior), 1996: 78). En otro sentido, puede ha-
éstas adquieren nuevas aspiraciones y blarse de la construcción de consensos
expectativas de vida que las llevan a acerca de los “efectos positivos de su
constituir alianzas informales, a con- implementación”, lo cual incluye, de
cebir estrategias y a mostrar iniciati- nuevo, explicaciones atribuidas a su
vas para lograr diversas fuentes de “buen diseño”. Adoptando una pers-
apoyo y opiniones favorables a la pro- pectiva adicional, los efectos reales del
longación de sus trayectorias educati- programa podrían juzgarse en térmi-
vas. Por ello, los avances educativos no nos del cumplimiento de sus objetivos
sólo deben medirse en términos de implícitos dentro de una economía
mayores logros en las pruebas estan- más general de poder destinada, en el
darizadas nacionales, sino también caso descrito aquí, a la delimitación y
en una cosmovisión más amplia que administración de la pobreza.
resulta de asistir por más tiempo a la No obstante, conforme ciertos re-
escuela, en especial cuando se trata sultados del análisis y las evaluaciones
de la educación media superior (Agu- cuestionan las representaciones de la
do Sanchíz y Jiménez Rodríguez, política, cualquier coherencia entre
2008: 74-75).6 modelos y acontecimientos reales
se hace más fácil de explicar mediante
CONCLUSIONES racionalizaciones ex post facto. Así, los
problemas derivados de la desarticula-
Mediante el enfoque de la sociología de ción entre la práctica y la política in-
los textos, así como el seguimiento de tentan solucionarse mediante un
continuado trabajo conceptual y social,
6
Junto a este documento técnico temático cuyos esfuerzos van destinados a man-
sobre educación, se publicaron otros dos acerca
de los impactos de Oportunidades en salud y
tener los programas sociales como teo-
trabajo/empleo, así como uno más dedicado a la rías y representaciones (Mosse, 2005a:
cobertura y operación del programa. Todos pue- 179-183). En otras palabras, son las
den consultarse en: http://lanic.utexas.edu/pro- prácticas sociales las que realmente
ject/etext/oportunidades/. Al igual que en
Chiapas, se hicieron otros estudios regionales
sostienen a los modelos de las políticas,
en Oaxaca, Chihuahua y Sonora cuyos docu- aun cuando se siga asumiendo que los
mentos tampoco llegaron a publicarse. segundos generan las primeras.
144 Alejandro Agudo Sanchíz

La “verdad” no es algo externo en _____ (2015), Una etnografía de la admi-


espera de ser documentado sino, más nistración de la pobreza. La producción
bien, una historia a ser escrita por social de los programas de desarrollo,
aquellos que intentan dar sentido a México, uia.
realidades complejas, quienes no pue- Agudo Sanchíz, Alejandro, Daniela Jiménez
den separarse del contexto en que tie- Rodríguez (2008), “¿Cómo se explica el
nen lugar la argumentación, el debate impacto educativo del programa Opor-
y la mutua persuasión. Las diversas tunidades? Actores, factores y procesos”,
etapas del proceso de formulación y en Evaluación externa del programa
evaluación de las políticas públicas Oportunidades 2008. A diez años de
pueden interpretarse entonces como intervención en zonas rurales (1997-
un campo político constituido por la 2007), t. III, México, Sedesol, pp.
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MÁS ALLÁ DE LA EMPATÍA: LA ESCRITURA ETNOGRÁFICA
DE LO DESAGRADABLE

Nitzan Shoshan*

Resumen: en el presente artículo se presenta la reflexión sobre la poca atención que los antropó-
logos han prestado a temas desagradables. Las explicaciones existentes de dicha laguna, se argu-
menta, son válidas pero insuficientes. Con base en experiencias de trabajo de campo etnográfico
con jóvenes neonazis en Berlín, el artículo sugiere que la evasión de temas difíciles en la antropo-
logía es resultado de tres fuerzas interrelacionadas: en primer lugar, las normas éticas y académi-
cas que han dominado la disciplina; en segundo, su ubicación en la economía de producción del
conocimiento académico, en gran medida externa a la antropología, y por último, las contradiccio-
nes e impases del campo etnográfico.
Palabras clave: empatía, etnografía, metodología, antropología.

Abstract: The present article ponders the lack of attention anthropologists have paid to unpleas-
ant matters. Existing explanations of this lacuna, it argues, are valid but insufficient. Based on
ethnographic fieldwork with young neo-Nazis in Berlin, suggests the evasion of difficult issues in
anthropology is the result of three interrelated forces: in the first place, the ethnic and academic
norms which have dominated the discipline; second, its location in the economy of production of
academic knowledge, to a great extent external to anthropology; and finally, contradictions and
impasses in the field of ethnography.
Keywords: Empathy, ethnography, methodology, anthropology.

E
n el verano de 2003 me reuní de campo preliminar en preparación
con un joven estudiante de doc- para mi proyecto de tesis doctoral, y se
torado en Ciencia Política en un me estaba dificultando identificar una
lindo café en una de las colonias de estrategia factible que me permitiera
Berlín oriental que se encontraba en llevar a cabo una investigación etno-
un veloz proceso de gentrificación. Ha- gráfica con grupos de jóvenes de extre-
bía pasado el verano haciendo trabajo ma derecha. Mis esfuerzos resultaban
poco fructíferos, y me sentía cada vez
*Profesor investigador y coordinador aca­ más pesimista acerca de la factibilidad
démico del Centro de Estudios Sociológicos de El de mis planes. El alumno —llamémos-
Colegio de México. Línea principal de investiga- le Hans— había estudiado a la dere-
ción: Estado-nación, Nacionalismo y neoliberalis-
mo, Memoria y temporalidad después de la guerra
cha extrema alemana con la asesoría
fría, Espacio urbano y violencia, Teoría semióti- de uno de los investigadores más des-
ca. Correo electrónico: shoshan@colmex.mx. tacados del país en ese campo. Hans

147
148 Nitzan Shoshan

claramente sabía bien de lo que estaba tas en Italia o los activistas de derecha
hablando: manejaba las complejas ge- en Japón. A pesar de esta variedad,
nealogías de los varios partidos políti- todos los panelistas estuvimos de
cos y grupos extraparlamentarios de la acuerdo en que la atención etnográfica
derecha extrema; estaba versado en a la derecha extrema ha sido insu­
sus periódicos, en sus publicaciones ficiente. A comienzos de mi investiga-
electrónicas y en sus plataformas po­ ción, el hecho de que ni siquiera un
líticas; ubicaba perfectamente sus experto erudito como Hans pudiera
diversas posturas ideológicas y los orí- mencionar un estudio etnográfico so-
genes históricos de cada una; podía bre el tema, y esto a pesar de que hay
describir a sus líderes carismáticos, a una verdadera industria de investiga-
sus intelectuales eminentes, a sus es- ción y escritura sobre la extrema dere-
trellas de rock, y a sus patrocinadores; cha en Alemania,1 no sólo me resultaba
había estudiado sus estrategias electo- difícil de comprender sino que tam-
rales y las conductas de votación de bién, y de manera más general, hacía
sus bases de apoyo; hasta había entre- que surgieran varias preguntas intere-
vistado a algunos de sus dirigentes. santes.
Hans se mostró muy entusiasmado No cabe duda de que, a fin de cuen-
con mi idea de un estudio antropológi- tas, los grupos con quienes quería
co de estos grupos. Ya es tiempo, opinó, trabajar representan un fenómeno mi-
de que alguien examine etnográfica- núsculo, aberrante, extremo; así lo su-
mente sus sistemas simbólicos, sus gieren tanto el sentido común como el
prácticas rituales, y sus identidades discurso académico dominante. Pero
culturales. Sin embargo, no me pudo los antropólogos no son particular-
aconsejar sobre cómo proceder en mi mente conocidos por su interés en
investigación ni sobre algún antece- lo normal, lo ordinario o lo banal.
dente bibliográfico que pudiera consul- Todo lo contrario, el corpus antropoló-
tar para contar con pistas al respecto. gico está repleto —demasiado repleto,
La escasez de trabajos etnográficos dirían algunos— de estudios de lo exó-
con grupos de neonazis en Alemania y, tico, lo oculto y lo raro. Esto no se limi-
ciertamente, con poblaciones semejan- ta a la fascinación eurocéntrica que los
tes de extremistas de derecha en el pioneros coloniales de la disciplina
continente Europeo y más allá de mostraron hacia la magia, la hechicería
él fue el tema central de un panel en el
que participé durante la reunión anual 1
La industria de investigación sobre la ex-
trema derecha en Alemania incluye no sólo una
de la Asociación Americana de Antro- abundante producción académica, sino que
pología en 2014. Los ponentes habla- abarca la producida por las instituciones del Es-
ron de sus trabajos de investigación, tado, de grupos antifascistas, de organizaciones
que abarcaban temas tan diversos no gubernamentales, de autoridades locales y
asociaciones vecinales, de periodistas, etc.
como los evangelistas en California, Anualmente se publican varios libros sobre el
los perpetradores de crímenes de gue- tema, principalmente por politólogos, pedagogos
rra en el Congo oriental, los neofascis- y sociólogos.
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 149

y los rituales, también ha sido el rasgo radigma y objeto de estudio dominante


dominante de muchas de las tradicio- en la antropología, de igual manera es
nes antropológicas del siglo xx. Dichas innegable la importancia que mantie-
tradiciones han reproducido de dife- ne lo marginal, así como lo extraño,
rentes maneras la formulación tanto en la investigación etnográfica
durkheimiana canónica, privilegiando como en la innovación teórica. Por otro
lo sagrado y lo efervescente sobre lo lado, la relevancia de la extrema de­
profano y lo cotidiano, como sitios para recha para la comprensión de la política
la investigación. Para Durkheim (1982: contemporánea del nacionalismo parece
390), el origen de lo social se encuentra evidente. ¿Por qué entonces no atender
en la vida religiosa, en lo sagrado, don- un problema tan preocupante y persis-
de “casi todas las grandes instituciones tente como la derecha extrema?
sociales han nacido”. Es en el dominio Además de su marginalidad, exis-
de la acción religiosa en donde, para ten sin duda retos metodológicos serios
Durkheim, la vida colectiva da luz tan- que hacen desafiante la investigación
to a la sociedad como al pensamiento, a en por lo menos algunos grupos de la
través de estados de efervescencia en extrema derecha. Esos grupos a menu-
los cuales “las energías vitales resul- do tienden a sospechar de los extraños,
tan sobreexcitadas, las pasiones aviva- a cerrarse herméticamente, a preocu-
das, las sensaciones fortalecidas; parse —frecuentemente con buenas
incluso hay algunas que sólo se dan en razones— de la vigilancia por parte de
tales momentos. El hombre no se reco- las autoridades estatales, por sus ad-
noce a sí mismo; se siente como trans- versarios políticos o los medios de co-
formado y, a consecuencia de ello, municación. En tanto es poco probable
transforma el medio que le rodea”. que nosotros, como investigadores de
Desde luego, esta preferencia por lo la ciencia social, compartamos sus po-
sagrado siempre ha existido a la par de siciones políticas o representemos
corrientes opuestas o por lo menos di- dichas posiciones de manera particu-
vergentes. Tales tendencias son evi- larmente positiva, suelen manejar cui-
dentes, por ejemplo, en el concepto de dadosamente cualquier relación o
habitus de Mauss (2007), que repre- intercambio de información en las que
senta en “The techniques and work of les invitamos a participar —si no es
collective and individual practical rea- que rechazarlos en su totalidad.
son”, o en la cuidadosa atención que En el caso de mi investigación y de
Malinowski (2013) prestó a las esferas las personas en las que se quería enfo-
profanas de la economía y el trabajo car, este tipo de problemas estarían
cotidiano. Ciertamente, no ha sido poco presentes de manera acentuada. Sobre
común que ambas corrientes se fusio- todo eran importantes dificultades
nen y se articulen en formas fructífe- metodológicas relacionadas con el ac-
ras. No obstante, si bien durante las ceso y la colaboración ante las cuales
últimas décadas ha sido notable la me estaba confrontando cuando me
consolidación de lo cotidiano como pa- reuní con Hans: ¿por dónde empezar a
150 Nitzan Shoshan

consolidar relaciones con mis infor- tonces no ponen más etnógrafos sus
mantes? ¿Cómo explicar los motivos de talentos y fuerzas metodológicas a tra-
mi interés por sus actividades y cómo bajar sobre este tema?
evitar que sospecharan mis verdade- En tercera y última instancia hay
ros motivos? ¿Cómo generar las condi- una consideración que resulta particu-
ciones que me permitieran acceder a larmente relevante para el tipo de in-
sus espacios privados, a sus conversa- vestigación que planeaba realizar —y
ciones íntimas y a sus redes sociales? que eventualmente llevé a cabo— con
En otras palabras, ¿cómo acceder a las grupos de extremistas de derecha, jó-
dimensiones cotidianas y profanas de venes y socialmente marginados, entre
los márgenes políticos, sociales, y urba- quienes la violencia, el alcoholismo y la
nos en Berlín? delincuencia son prevalecientes. Como
Estas inquietudes son probable- etnógrafos nos insertamos plenamente
mente compartidas por muchos inves- en el campo con nuestros informan­tes y,
tigadores que buscan estudiar a grupos más aún, generalmente lo hacemos so-
extremistas. Sin embargo, los etnógra- los. Tenemos por lo tanto razones para
fos se han mostrado bastante capaces preocuparnos por nuestra integridad y
de vencer enormes obstáculos prácti- seguridad física, y por los riesgos que
cos, de ganar acceso y a con­seguir la tanto el campo como escenario y nues-
confianza de una gama de contextos tros informantes mismos pudieran
sociales supuestamente impenetra- implicar. Todo esto queda claro, sin em-
bles, y de realizar trabajos excelentes bargo, y tal vez sin pensarlo dema­siado,
de investigación en circunstancias ad- varios etnógrafos se ponen en situacio-
versas. Basta con considerar, por ejem- nes más o menos peligrosas como parte
plo, cómo Phillipe Bourgois (2013) logró de su trabajo de investigación (para nu-
establecerse como un insider de una meros ejemplos véase Nordstrom y Ro-
tienda de crack en Spanish Harlem, bben, 1995). Por ejemplo, actualmente
cómo Allen Feldman (1991) realizó en- dirijo las tesis doctorales de dos alum-
trevistas a profundidad y altamente nas que han realizado trabajo etno­
reveladoras a veteranos del Ejército Re- gráfico en Camino Verde, Tijuana, y en
publicano Irlandés (eri) en Irlanda del Atoyac, Guerrero —dos lugares que,
Norte, o cómo, más recientemente, Su- por diferentes razones, en los últimos
dhir Venkatesh (2000) se integró a las años son considerados peligrosos y
estructuras pandilleras del gueto del violentos—, lo cual dice algo sobre la
sur de Chicago. De igual forma, la esca- proclividad de algunos etnógrafos a me­
sez de estudios etnográficos sobre la terse en terrenos difíciles.
derecha extrema resulta sorprendente Pero si ninguna de esas explicacio-
si consideramos cómo, por lo menos nes parece suficiente, ¿entonces por
para el caso europeo, la etnografía ofre- qué hay tan poco trabajo etnográfico
ce un marco metodológico muy adecua- sobre un tema de tanta importancia
do para este objeto de estudio dado su social y política? Esta pregunta, evi-
carácter altamente local. ¿Por qué en- dentemente, ha interesado a algunos
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 151

investigadores. Los antropólogos Mar- en atender la violencia en la investiga-


cus Banks y André Gingrich (2006), ción antropológica se debe al deseo de
por ejemplo, reflexionan precisamente muchos antropólogos de representar a
sobre esta cuestión en la introducción sus informantes positivamente, y al
de un libro de estudios antropológicos correspondiente miedo de estereotipar
que aborda los neonacionalismos euro- negativamente a sus comunidades de
peos contemporáneos. De manera pa- estudio para enfatizar las dimensiones
recida a lo hasta aquí planteado, y por desagradables de sus culturas. Dicha
razones semejantes, consideran que perspectiva, que parece coincidir con la
las dificultades metodológicas involu- observación de Banks y Gingrich
cradas en el estudio de tales grupos y (2006) sobre la preocupación antropo-
movimientos no explican adecuada- lógica con la higiene moral, natural-
mente la escasez de investigaciones mente nos enfrenta con la pregunta de
antropológicas sobre el nacionalismo qué es precisamente lo que entende-
racista. En cambio, argumentan, en la mos por “desagradable”. Como punto
raíz de este vacío se encuentra una de partida, podemos afirmar en lo que
cierta predisposición de los antropólo- a primera vista parecería ser una ob-
gos a realizar investigación sobre el viedad, que lo desagradable reside en
tema y a trabajar con personas y gru- los ojos del espectador o, en otras pala-
pos con quienes pueden simpatizar e bras, remite a una serie de criterios
identificarse. Un correlato de dicha elaborados dentro del universo discur-
predisposición es la preocupación an- sivo de los antropólogos y sus públicos,
tropológica con lo que ellos describen sin tener en cuenta si las poblaciones
como la “higiene moral” y la aprehen- estudiadas comparten o no estos jui-
sión de la proximidad, la colaboración cios morales.
y las relaciones personales —del tipo Para Banks y Gingrich (ibidem: 11),
que la investigación etnográfica usual- por ejemplo, lo que el antropólogo en-
mente implica— con poblaciones des- cuentra como desagradable en el neo-
agradables, una cierta ansiedad casi nacionalismo, lo que imposibilita
somática, por así decirlo, frente a la su- cualquier relación de simpatía con los
ciedad política, su potencial contagioso informantes y disuade a los etnógrafos
o contaminante, y su pestilencia moral. de su estudio, consiste en “su orien­
Desde una perspectiva algo dife- tación básica… hacia la exclusión cultu-
rente, el antropólogo Neil Whitehead ral y la asimilación, orientación que
(2004) lidió con la escasez de investiga- contradice la premisa básica de la an-
ciones antropológicas sobre la violen- tropología sobre la sociodiversidad
cia. Él también considera que los cul­t ural”. Whitehead, por su lado,
peligros metodológicos conllevados en men­ciona que lo que los antropólogos
el estudio etnográfico de la violencia, a buscan evadir es, en última instancia,
pesar de su importancia, no ofrecen la representación de las culturas estu-
una explicación suficiente. En su lugar, diadas como violentas frente a un pú-
Whitehead propone que la vacilación blico lector más amplio (2004: 6). En
152 Nitzan Shoshan

este sentido, lo desagradable es una Herzfeld (2005: 3), la intimidad cultu-


forma de mirada que señala una varie- ral describe “el reconocimiento de los
dad de aspectos culturales que, en tan- aspectos de una identidad cultural que
to son atribuidos a grupos específicos, son considerados fuente de vergüenza
resultan ofensivos a los que investigan hacia el exterior, pero que sin embargo
y escriben sobre los mismos. brindan a los miembros del grupo la
Estas explicaciones comparten una seguridad de una sociabilidad en co-
forma de entender la escasez de inves- mún […] los auto-estereotipos que los
tigaciones etnográficas acerca de cier- miembros del grupo expresan, aparen-
tos temas delicados como, por ejemplo, temente, a expensas de su propia co-
el nacionalismo racista o la violencia, lectividad”. De manera particular, los
como resultado de ciertas normas que etnógrafos se encuentran en la posi-
gobiernan la relación entre la antropo- ción ambivalente de beneficiarse del
logía y sus objetos de estudio, o como el acceso privilegiado a dicho conocimien-
efecto de una identidad profesional to íntimo, por un lado, y a aparecer
—impregnada de imperativos norma- como intrusos, por el otro. Pero los an-
tivos— que define cómo nos entende- tropólogos, al igual que los grupos que
mos a nosotros mismos y a nuestros estudian, también se enfrentan al pro-
compromisos morales. En otras pala- blema de la intimidad cultural cuando
bras, son explicaciones endógenas: ras- comunican su conocimiento íntimo a
trean el problema en la antropología otros. Desde esta perspectiva, lo des-
misma. Como es de esperar, al interior agradable se refiere a una relación re-
de la antropología también proponen cíproca —una cierta colusión, un cierto
posibles soluciones al respecto. En este reconocimiento incipiente— entre los
espíritu Banks y Gingrich, por ejem- etnógrafos y las personas que estu-
plo, recomiendan a los estudiosos del dian.
neonacionalismo abandonar la con- Banks, Gingrich y Whitehead ofre-
vencional proclividad antropológica a cen argumentos muy atinados y com-
fungir como defensores de los grupos parto su afirmación de que las
que estudiamos y a cambiar la simpa- consideraciones metodológicas por sí
tía por la empatía. solas no ofrecen una explicación sufi-
Desde otra perspectiva, sin embar- ciente para la aprehensión disciplinaria
go, se puede entender lo desagradable a trabajar con poblaciones desagrada-
como una cierta orientación etnográfi- bles o peligrosas. Al mismo tiempo, con-
ca a las ideas de las personas que estu- sidero que en última instancia sus
diamos sobre lo que constituye el mal argumentos son también inadecuados,
gusto. El concepto de “intimidad cultu- por tres razones por lo menos. Primero,
ral” de Michael Herzfeld captura algo la llamada a renunciar a la simpatía y a
de este sentido de reconocimiento co- cambiarla por la empatía o, en otras pa-
lectivo de las dimensiones desagrada- labras, a evitar las identificaciones afec-
bles de una comunidad (nacional, para tivas con nuestros informantes y en su
el caso de Herzfeld). Para el mismo lugar limitarnos estrictamente a en-
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 153

tender y a explicar sus dilemas puede expresaban cotidianamente, y de ma-


tal vez servir de guía para el tipo de nera bastante explícita, sus opiniones
perspectivas antropológicas poco tra- xenófobas En partidos de futbol, algu-
dicionales y altamente mediadas que nos de ellos gritaban calumnias racis-
Banks y Gingrich incluyen en su com- tas hacía los jugadores de piel morena
pilación. El libro que presentan estos o negra, mientras que en sus casas es-
autores incluye análisis antropológicos cuchaban canciones que incitaban a la
de la política parlamentaria, de cam- exterminación de los árabes, los turcos
pañas electorales, de líderes carismáti- y los judíos. Un cierto número de mis
cos, de la performatividad pública, de informantes (aunque ciertamente no
representaciones mediáticas, de dis- todos) glorificaban al nacional socialis-
cursos políticos y de la producción de mo. En el mejor de los casos negaban, y
símbolos e imágenes en una variedad en el peor celebraban sus atrocidades.
de contextos europeos, pero en casi to- Muchos votaban por partidos de extre-
dos los casos, desde una especie de dis- ma derecha. De este modo sería difícil
tancia segura. Sus consejos ayudan exagerar los aspectos desagradables
muy poco a negociar los múltiples im- de estos jóvenes ante los ojos de cual-
pases y ambivalencias que enfrenta- quier persona, ya sea un antropólogo o
mos regularmente cuando llevamos a un ciudadano alemán, que se sienta
cabo trabajo etnográfico más o menos comprometido con la diversidad socio-
tradicional. ¿Cómo podemos nosotros, cultural (retomando aquí de nuevo a
como etnógrafos, consolidar la confian- Banks y Gingrich). Sin embargo, desde
za con nuestros informantes clave, la investigación etnográfica emerge
participar interaccionalmente en con- una comprensión más compleja de las
versaciones desconcertantes, volver- vidas y los mundos sociales de estos
nos íntimamente familiares con el jóvenes, en donde la frontera que sepa-
campo y sus habitantes, y por último ra lo agradable de lo desagradable
—y tal vez esto es lo más acuciante— aparece mucho menos clara e inequí-
representarlos en nuestra escritura voca. Dicho de otro modo, el problema
mientras suspendemos totalmente la al que se enfrentaba mi investigación
dimensión afectiva que cualquier rela- era el riesgo de representar a mis in-
ción personal implica? formantes como personas complejas,
En segundo lugar, el problema en el tridimensionales, e irreducibles a su
caso de mi investigación no parecía ser repugnante racismo, podría terminar
estereotipar negativamente a las per- no representándolos de manera sufi-
sonas con quienes trabajaría por enfo- cientemente negativa. Mi estudio po-
carme en sus aspectos desagradables, dría resultar una apología de sus
sino justamente lo contrario. Una pro- formas de vida y sus orientaciones po-
porción importante de los jóvenes con líticas, o por lo menos parecerlo para
quienes realicé mi investigación en algunos lectores.
Berlín oriental habían sido condena- En tercer lugar, y tal vez lo que re-
dos por violencia racista, y la mayoría sulta más significativo, es la tendencia
154 Nitzan Shoshan

ya mencionada de las explicaciones que gación y un poco antes de mi examen


ofrecen los autores mencionados a dar de titulación, me encontré en el con-
cuenta de la escasez de estudios etno- greso anual del Council of European
gráficos sobre el extremismo político, la Studies. Para las europeístas, este
violencia y otros fenómenos desagrada- evento es más o menos el equivalente
bles, en términos endó­g enos. Cier­ de lo que es el Congreso Anual de La-
tamente, tienen razón en enfatizar la tin American Studies Association
responsabilidad de los antropólogos en (lasa) para los latinoamericanistas. El
este asunto. Como lo demuestran los evento, que tuvo lugar en uno de esos
trabajos de Bourgois o de Venkatesh, el gigantescos hoteles de congresos en el
estudio de fenómenos sociales des- centro de Chicago, reunió a miles de
agradables, si bien no es tan frecuente, científicos sociales que trabajaban so-
tampoco está totalmente ausente del bre Europa en una gran variedad de
archivo etnográfico. Sin embargo, disciplinas. La ponencia que presenté,
como se hizo evidente en mi conversa- “Hatred on sale” (“El odio a la venta”)
ción con Hans, mi soledad como antro- examinaba desde una perspectiva et-
pólogo que se preparaba para una nográfica cómo los nuevos modos y po-
investigación etnográfica con jóvenes sibilidades de consumo entre los
neonazis ilustraba sólo los límites y las neonazis, así como las nuevas circula-
limitaciones internas de mi propia dis- ciones de mercancías y de modas, se
ciplina. Me acuerdo que en ese mo- articulan con transformaciones en sus
mento me pareció graciosa la idea de estrategias y compromisos políticos.
Hans de que, como antropólogo, mis Los organizadores del congreso me
intereses consistieran en —y se limita- mandaron a una mesa doble cuyos
ran a— el dominio de la cultura (lo que participantes eran, a excepción de
sea que ese concepto signifique —si es mí, todos politólogos. No era difícil re-
que hoy todavía significa algo—2). Me conocerme, con mis pantalones de
pareció muy pintoresca la noción de pana café y mi suéter de cuello de tor-
que un estudio antropológico de jóvenes tuga de color verde oscuro, en medio de
extremistas de derecha resultara opor- la fila de panelistas que vestían trajes
tuno no porque podría contribuir con sastres, con camisas blancas, faldas
algo nuevo a nuestro conocimiento de cortas de colores oscuros, y tacones, o
sus compromisos políticos o de sus posi- sus equivalentes masculinos con cami-
ciones sociales, sino porque podría arro- sas blancas, sacos azules con botones
jar un poco de luz sobre sus rituales dorados y pantalones grises. El hecho
sagrados y su simbolismo totémico. de que prácticamente todo el público iba
Unos cuantos años más tarde, des- vestido de igual forma me hacía sentir
pués de haber completado mi investi- aún menos cómodo. De nuevo me sen-
tía solo. El evidente contraste en la
2
Para una crítica del concepto de cultura y
vestimenta resultaba indicativo de di-
de su uso contemporáneo, véase Trouillot, ferencias más sustantivas. Mis colegas
2000. analizaron, por ejemplo, las correlacio-
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 155

nes entre los flujos de migración y los de ellos y el universo de referentes y de


éxitos electorales de los partidos políti- objetos en el mundo que están disponi-
cos xenofóbicos en diversos países eu- bles para la investigación académica, y
ropeos, o la importancia de los cambios les asigna una posición dentro de la
demográficos en las diferencias de las circulación más general de los discur-
medidas objetivas de xenofobia entre sos políticos y públicos en los cuales
Francia y España. Tuve la impresión pueden o no intervenir. Desde luego
de que el público no respondió bien al que no me refiero aquí a un principio de
hecho de que, a pesar de proyectar al- clasificación disciplinaria simple que,
gunas imágenes y textos durante mi digamos, autoriza a los geógrafos a
ponencia, mi presentación de PowerPo- analizar el espacio, a los antropólogos
int no incluía ni gráficas ni tablas. En a estudiar la cultura, a los politólogos a
todo este gigantesco hotel, pensé, entre examinar la política, etc., pero sí sugie-
los cientos de mesas que llenaban sus ro que las fuerzas que nos forman, por
pasillos laberínticos, y a pesar de su ejemplo, como antropólogos, nos deli-
enfoque total en Europa, donde el ul- mitan ciertos campos empíricos, nos
tranacionalismo, el racismo y la xeno- mueven hacia ciertas preguntas, des-
fobia se han vuelto problemas urgentes piertan ciertas curiosidades y no otras,
y críticos en casi todas partes, aparen- y nos disuaden sistemáticamente de
temente no había otros antropólogos tomar algunos caminos. En otras pala-
—o etnógrafos de cualquier discipli- bras, sugiero que, como etnógrafos, tra-
na— que compartieran mis intereses. bajamos dentro de una economía del
Todo lo contrario. Mis intereses de in- conocimiento que asigna ciertos valo-
vestigación me ubicaron automática- res a nuestro trabajo y que principal-
mente en la compañía de investigadores mente es heterogénea, ex­terna, o por
que recibieron mi trabajo etnográfico lo menos irreducible a nuestra voca-
con confusión, escepticismo o simple- ción particular. Así, los historiadores con
mente indiferencia. Me acordé de mi bastante frecuencia escudriñan algunos
conversación con Hans en Berlín, pero de los momentos más desagradables y
esta vez no me pareció graciosa. repugnantes de la historia humana,
Tanto el comentario de Hans como mientras que los politólogos investi-
el congreso de europeístas hicieron gan las guerras, los genocidios, los re-
bastante evidente, lo que tiene que ver gímenes dictatoriales, o la violencia
con la posición que la antropología y la racista. Como antropólogos, sin embar-
investigación etnográfica ocupan den- go, si es que se tolera nuestro interés
tro de un régimen académico de pro- por tales temas, usualmente se espera
ducción de conocimiento. Este régimen de nosotros que apliquemos nuestros
asigna a diferentes voces su lugar métodos etnográficos a los que se per-
apropiado, sus valores y sus posibilida- cibe —y que representamos— como
des de enunciación; estructura las víctimas, como habitantes de la posi-
relaciones entre diferentes modos de ción de los oprimidos, los perseguidos o
investigar y, a la vez, entre cada uno los subalternos.�
156 Nitzan Shoshan

Para resumir, mi reflexión revela escasa consideración que, como disci-


un punto ciego de la antropología al plina, hemos prestado a nuestra ma-
que me enfrenté cuando comencé a nera de enfrentar lo desagradable. Por
preparar mi investigación etnográfica lo tanto, y más allá de los obstáculos
con jóvenes de la derecha extrema en que re­presentan las dos fuerzas que he
Berlín oriental. Este punto ciego mues- examinado, en el artículo me gustaría
tra una verdad más general sobre las atender a un tercer tipo de restriccio-
restricciones de la escritura etnográfi- nes que en mi opinión es específico a la
ca y de la producción de conocimiento investigación y la escritura etnográfica
sobre poblaciones que nos son desagra- y que no emerge ni dentro de una disci-
dables a los académicos y a nuestros plina particular ni en la economía de
públicos. Dichas restricciones son de conocimiento académico externa a ella,
dos tipos diferentes, aun si éstos están sino en aquel espacio que podemos de-
muy interrelacionados: aquellos vincu- nominar como el “campo etnográfico”.
lados a las consideraciones morales y Aproximadamente un año después
éticas que son, en cierto sentido, inter- de mi reunión con Hans, regresé a Ber-
nas a la vocación antropológica y aque- lín para empezar de lleno mi trabajo
llos que surgen de una economía del de campo. Entre tanto había identifi-
conocimiento, que en gran parte es ex- cado una ong de trabajo social callejero
terna a la disciplina y prescribe y pros- que parecía ofrecer la mejor y tal vez la
cribe los temas de investigación y los única posibilidad para realizar mi pro-
campos de estudio. A pesar de que yecto exitosamente. La organización
la configuración precisa de estas res- empleaba equipos de trabajadores
tricciones en particular para el caso de sociales en todos los distritos de
la antropología, podemos suponer que la ciudad, incluyendo zonas con altas
cierta versión de las mismas opera concentraciones de violencia racista
para todas las disciplinas académicas y con presencia de la derecha extrema.
y sus métodos de investigación, aun- Me puse en contacto con uno de estos
que de manera distinta en cada caso. equipos con vacilación, inseguro de las
El argumento central de este ar­ razones que sus miembros podrían te-
tículo es que la praxis etnográfica y, de ner para colaborar con mi proyecto,
manera más amplia, la disciplina de la agobiarse con la presencia de un antro-
antropología, se beneficiaría de una re- pólogo que sería de poca utilidad para
flexión más sostenida, comprometida y su grupo pero que requeriría de aten-
explícita sobre estas tendencias. Me ción constante, y arriesgarse a exponer
interesa cómo éstas moldean nuestras quién sabe qué tipo de información
aproximaciones empíricas y analíticas, confidencial. El entusiasmo con el que
no tanto de manera general —una pro- aceptaron mi solicitud de integrarme a
blemática que varios de los autores su equipo para desarrollar relaciones
mencionados han analizado exten­ personales con sus clientes derechis-
samente—, por el contrario, me gusta- tas, así como la dedicación con la que
ría enfocarme en la relativamente me apoyaron a lo largo de mi proyecto
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 157

tenían todo que ver con la falta de in- Asesoramiento Móvil Contra el Extre-
vestigaciones similares sobre las po- mismo de Derecha o mbr por sus siglas
blaciones sin duda desagradables a en alemán. El mbr asesoraba a las au-
quienes prestaban sus servicios, un va- toridades y actores locales sobre cómo
cío del cual estaban exasperadamente enfrentar los problemas del extremis-
conscientes. mo de derecha y de la violencia racista,
Otro año había pasado, durante el y desde hacía varios años era muy acti-
cual me había hecho amigo cercano de vo en el distrito donde yo trabajaba.
los trabajadores sociales y había es­ La ponencia que presenté buscaba
tablecido sólidas relaciones persona- resumir las reflexiones y los hallazgos
les con varios miembros de los grupos tentativos sobre un vecindario que ha
que atendían. Me había familiarizado sufrido especialmente de marginaliza-
con los lugares que frecuentaban, los ción, tanto espacial como social. Cono-
acompañaba a partidos de futbol, los vi­ cido entre mis informantes como el
sitaba en sus departamentos para “gueto”, la colonia consistía en docenas
tomar unas cervezas, charlaba con de torres prefabricadas de departa-
ellos en los parques, o los acompañaba mentos (en alemán, Plattenbauten)
a los bares que solían frecuentar. A lo que rodeaban amplias áreas verdes de
largo de mi estancia en Berlín continué uso común y una modesta zona de con-
acompañando a los trabajadores socia- sumo. El proyecto de vivienda (Groß-
les, conociendo gente y ayudando con siedlung en alemán) fue el último en
lo que podía. Al mismo tiempo orienté su tipo que se construyó en Berlín du-
mi atención al enorme aparato que go- rante la época de la República De­
bernaba a los grupos que estudiaba. mocrática de Alemania ( rda ). Su
Cuando me quedaban tan sólo unos construcción se concluyó de hecho des-
pocos meses más en el campo, organicé pués de la caída del muro. De manera
un pequeño coloquio de un día en la similar a otras colonias parecidas, sus
universidad de Humboldt, junto con edificios ofrecieron a los nuevos resi-
un colega geógrafo que en ese tiempo dentes espacios domésticos mayores,
investigaba la violencia xeno­fóbica en instalaciones modernas y proximidad
contra de vendedores de comida y pe- a lugares de trabajo. El diseño refleja-
queños comerciantes inmigrantes en ba ideas utópicas sobre la arquitectura
Alemania oriental. Llamamos al even- socialista. Después de la reunificación,
to “Analizando los espacios derechis- la crisis económica, el declive social y
tas” y buscamos ofrecer nuestras el aislamiento espacial todos impacta-
reflexiones sobre las dimensiones es- ron al gueto de manera dura. La co­
paciales del extremismo de derecha y lonia se ha ganado la fama de ser
de la violencia racista. Aparte de unos popular entre los extremistas de dere-
pocos alumnos y ponentes, el público cha. En mi ponencia examiné la trans-
estaba conformado por los trabajado- formación del gueto en un sitio
res sociales con quienes colaboraba, así prototípico del espacio neonazi en el
como miembros de una ong llamada imaginario urbano de Berlín, una es-
158 Nitzan Shoshan

pecie de agujero negro social y político pacio urbano como un proceso político
que se volvió un tanto geográfico meta- e ideológico inseparable de sus modos
fórico, sobre el cual podían proyectarse de representación, mis reflexiones so-
todas las pesadillas de la sociedad ale- bre Certeau y sobre los sentidos de lu-
mana. Sin minimizar la presencia real gar cotidianos y fenomenológicos que
de corrientes de derecha extrema en el conceden a las colonias su carácter y
vecindario, mi objetivo era explorar los mis ideas sobre la semiótica del espa-
procesos sociales y urbanos que lo pro- cio urbano y los modos en que las re-
dujeron en su forma actual: las mane- presentaciones mediáticas y su
ras en las que un espacio residencial circulación operan para estereotipar a
—y en cierto sentido utópico— de clase lugares particulares y para conformar
media durante la República Democrá- imaginarios espaciales —todo esto les
tica Alemana se convirtió después de importó poco. El mismo título de mi
la reunificación en un gueto de la peri- ponencia, “The Neighborhood’s gone
feria urbana; el impacto del colapso Nazi”, que al parafrasear una ex­
total de la económica oriental posreu­ presión estadounidense claramente
nificación y de las nuevas políticas de racista, yo suponía que comunicaba
bienestar social que atrajeron a mu- inequívocamente una intención iróni-
chos hombres jóvenes y desempleados ca, desde su perspectiva de entrada
con poca educación y con problemas de reducía la compleja situación social en
alcoholismo y de delincuencia al vecin- la cual trabajaban, definida por la po-
dario; la huida de familias acomodadas breza, el alcoholismo, la drogadicción,
que se sintieron inseguras y buscaron la violencia, la criminalidad, la negli-
viviendas alternativas en otras partes gencia y el abandono por las autorida-
de la ciudad y, desde luego, las repre- des municipales, a un mero problema
sentaciones mediáticas que le dieron político. Es decir, la reducía a un espa-
al vecindario una hípervisibilidad ne- cio cuyo problema es preeminen­
gativa y la presentaron como un hervi- temente de carácter político —en el
dero de “hitleritos”. Titulé la ponencia sentido literal del carácter político de
“The Neighborhood’s gone Nazi”, en sus habitantes—. Para los trabajado-
referencia irónica a la forma proble- res sociales yo había reproducido más
mática en la cual en Estados Unidos se que cuestionado las representaciones y
ha hablado de los procesos de desegre- percepciones comunes de las zonas en
gación espacial urbana que provocaron donde trabajaban. Recuerdo visceral-
el llamado white flight, y con ellos nue- mente la sensación de haberles fallado,
vos procesos de resegregación. de tal vez haber perdido su amistad y
Los miembros del público escucha- sin duda de no poder esperar de ellos
ron cortésmente mis ideas durante la cualquier apoyo adicional hacia mi
exposición, pero cuando terminó el proyecto.
evento los trabajadores sociales esta- Un par de días después me reuní en
ban furiosos. Mi exégesis teórica sobre sus oficinas con la más joven de los tra-
Lefebvre y la producción social del es- bajadores sociales, Daniela, que no ha-
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 159

bía asistido al coloquio, para realizar entendían bastante bien el carácter


una entrevista que estaba programa- político de su trabajo. Sin embargo,
da de antemano. Nos sentamos en la como trabajadores sociales, su asig­
sala y nos preparábamos a empezar nación a esta tarea implicaba una mi-
la grabación cuando Andrea, la cole­ rada sobre el extremismo de derecha
ga mayor de Daniela, apareció en la como irreducible a la política, y más
puerta. Nos saludó y, volteando hacía bien como un fenómeno incrustado
Daniela, le preguntó si podía acompa- dentro de otros problemas sociales
ñarla un minuto a la oficina. “Te tengo como la pobreza, el desempleo de largo
que entregar algo”, explicó. Las dos plazo, los retos educacionales, la mar-
permanecieron un buen rato en la ofi- ginalidad urbana, la violencia, la de-
cina, y a pesar de que podía escuchar lincuencia y la drogadicción. De igual
sus voces, no podía entender lo que de- importancia, y esto no era evidente, im­
cían. Me acuerdo perfectamente haber plicaba una postura que insistía en el
pensado que Andrea estaba instruyen- valor de trabajar con los jóvenes extre-
do a Daniela sobre qué decir y qué no mistas de derecha, con base en un pa-
decir en la entrevista, y que esto fue un radigma holístico que tomara en
resultado directo de la brecha que pro- cuenta la multiplicidad de sus necesi-
dujo el coloquio en la confianza entre dades. Para los trabajadores sociales
nosotros. “Si Daniela regresa de la esta aproximación al problema no era
oficina con algún objeto trivial en su únicamente un precepto de las autori-
mano —pensé, por ejemplo un sobre dades municipales, sino que reflejaba
vacío— “mis sospechas estarán corro- cómo ellos mismos, con base en su fa-
boradas”. Y en efecto, después de lo miliaridad con sus clientes, entendían
que para mí pareció una eternidad, re- el problema.
gresó Daniela a la sala con un sobre Nada de esto, sin embargo, es obvio
blanco y delgado en su mano. Al conti- en la Alemania actual. Todo lo contra-
nuar con la entrevista, la ansiedad de rio, desde finales de los años noventa
Daniela era notable. las voces dominantes en los discursos
Los trabajadores sociales trabaja- públicos, políticos y académicos han
ban bajo contratos desventajosos y llamado a políticas de cero tolerancia
anuales con la municipalidad. Estaban que significan la exclusión inmediata y
plenamente conscientes de que la ex- absoluta de personas que muestren
pectativa de las autoridades era que inclinación hacia la derecha extrema, y
les ayudaran a enfrentar el problema el rechazo de cualquier trabajo que se
de los jóvenes de extrema derecha, que enfoque en ellos por equivaler, según
enfocaran sus esfuerzos en los sitios estas voces, a ser cómplice en sus acti-
donde tales grupos se congregaban y vidades. Hay muy buenas razones que
que ofrecieran asesoría individual a explican por qué esto se ha convertido
sus miembros. Esta tarea tenía priori- en la postura dominante, en las cuales
dad sobre la atención a otras necesida- no voy a poder ahondar aquí. El mbr, la
des sociales urgentes. En cierto sentido ong cuyos miembros asistieron al colo-
160 Nitzan Shoshan

quio que organicé, representa esta pos- cercana con sus clientes podría hacer
tura dominante, casi diametralmente posible (el tipo de proximidad que nor-
opuesta a la de los trabajadores socia- malmente asociamos con y esperamos
les. Sus dirigentes han buscado cues- encontrar en el trabajo de campo etno-
tionar las explicaciones sobre la gráfico). En este punto, la división en-
derecha extrema como un fenómeno tre investigación y praxis se vuelve
social complejo, describiendo dichas bastante borrosa. Los trabajadores so-
explicaciones como si mini­mizaran, ciales enfrentaban en su trabajo pro­
disculparan o ignoraran al carácter blemas éticos semejantes a los que
esencialmente político del problema. nosotros, etnógrafos de lo desagrada-
Han argumentado que los rápidamen- ble, a menudo enfrentamos en el cam-
te decrecientes recursos públicos y pre- po. Como nosotros, ellos también se
supuestos municipales deberían encuentran aislados frecuentemente.
apoyar y cultivar a grupos políticos y Tanto ellos como nosotros ocupamos
culturales alternativos que promovie- posiciones marginales al interior de los
ran los valores democráticos, que los campos en los que practicamos nues-
movilizaran en contra del nacionalis- tra profesión. La soledad que sentí
mo y del racismo, y que ofrecieran a los como antropólogo trabajando etnográ-
jóvenes en el distrito opciones más ficamente con y sobre los jóvenes de la
normativas de identificación y perte- derecha extrema era de cierta manera
nencia. Por tanto se oponen a cual- significativa la misma soledad que
quier colaboración con, apoyo a, o ellos han experimentado como trabaja-
políticas de inclusión de los grupos que dores sociales que atienden a la misma
los trabajadores sociales atienden. población.
Vale la pena mencionar que ellos tam- En este sentido, la ponencia que pre-
bién trabajaban bajo contratos preca- senté en aquel coloquio los desilusionó
rios y periódicamente renovables de la profundamente. Por lo menos ante sus
municipalidad. ojos había fracasado rotun­damente en
A lo largo de mi investigación fui cumplir con sus expectativas. Aún más,
entendiendo gradualmente que el ais- había proveído municiones a sus ad-
lamiento de los trabajadores sociales, versarios. Ahí estaba yo, un antropó­
su marginalidad y los ataques públicos logo, profundamente incorporado al
en contra del tipo de trabajo que reali- mundo local de los extremistas de de-
zaban y de cuya importancia estaban recha, íntimamente familiarizado con
convencidos fueron una razón funda- ellos, una autoridad etnográfica res-
mental para su entusiasmo inicial con paldada por una universidad de presti-
mi proyecto. Necesitaban que alguien gio, reproduciendo y confirmando los
contara su historia, representara las estereotipos y prejuicios de todos aque-
realidades complejas que enfrentaban llos que opinaban sobre el asunto sin
diariamente, recuperara y posterior- nunca haber hablado con un extremis-
mente comunicara públicamente las ta de derecha, sin nunca haber com-
perspectivas que sólo una intimidad partido cervezas con ellos, sin haber
Más allá de la empatía: la escritura etnográfica de lo desagradable 161

ido al pub,3 haber asistido a un partido muchos casos. Tanto Bilu como Venka-
de futbol o haber pasado el tiempo con tesh (2002), por mencionar otro ejem-
ellos en sus departamentos. plo, en sus reflexiones sobre su trabajo
Lo que me interesa destacar de mi etnográfico en viviendas de interés so-
predicamento, en conclusión, es que, cial en el sur de Chicago, afirman que
como antropólogos, nos enfrentamos no esta dialéctica del (re)conocimiento no
sólo con los límites internos de nuestra sólo es inevitable, sino que se puede
disciplina o con las limitaciones exter- emplear como un recurso y una fuente
nas que nos impone una economía ge- para la investigación misma.
neral del conocimiento, sino también Sin embargo, participamos en, y
con los campos discursivos disputados con demasiada frecuencia reproduci-
de los cuales nos hacemos cómplices mos una política de la representación
durante nuestro trabajo etnográfico, aun cuando creemos que la estamos
ya sea voluntariamente o no, conscien- cuestionando. Los artefactos textuales
temente o no. Estamos constantemen- que producimos se interpretan y se
te convocados a posicionarnos y, si movilizan dentro del mismo campo y
rechazamos o ignoramos esa llamada, en los mismos sitios donde llevamos a
las personas con quienes trabajamos cabo nuestras investigaciones y por la
se encargaran de posicionarnos. Consi- misma gente con quien colaboramos.
deremos, por ejemplo, el caso de Yoram Nunca son meramente descripciones o
Bilu (1997), quien en los años ochenta análisis. Como he afirmado a lo largo
estudió a un “santo” de la religión po- de este texto, ya sabemos todo esto. Y
pular judía en Israel, que gestionó su mucho de lo que he argumen­tado es
propia hagiografía de manera empre- igualmente válido para otras formas
sarial. Bilu cuenta que tuvo que re­ de producir el conocimiento académico.
visar su interés de investigar y Pero la naturaleza de la práctica etno-
documentar al hombre santo cuando gráfica es borrar las fronteras entre la
éste llegó a la presentación de su libro. simpatía y la empatía, desestabilizar
Grabó todo el evento con una cámara las distinciones entre análisis y narra-
de video (una herramienta todavía ción, y forzarnos a entrar en relaciones
poco común en ese tiempo) y compró el afectivas —que no necesariamente son
libro para subsecuentemente presen- positivas— con aquellas personas,
tarlo como aval académico de gran im- nuestros informantes, quienes a la vez
portancia. La inseparabilidad entre el son nuestros objetos de investigación y
trabajo de campo etnográfico y la pro- a veces también los consumidores del
ducción antropológica del conocimien- conocimiento que producimos. En este
to es evidente y explicita en otros sentido, nuestra escritura etnográfica
nos posiciona en campos discursivos y
de conocimientos locales en los cuales
3
Pub (abreviación de public house, “casa pú-
blica”) es un establecimiento típico del Reino
tenemos fuertes compromisos afecti-
Unido principalmente en donde se sirven bebi- vos, personales y éticos. Esto también,
das alcohólicas, no alcohólicas y refrigerios. en mi opinión, impacta nuestra volun-
162 Nitzan Shoshan

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REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO DE CAMPO: LA UTOPÍA
INTERSUBJETIVA EN UN MUNDO DESIGUAL

Gabriela Vargas Cetina*

Resumen: la antropología es una de las pocas disciplinas académicas, si no la única, que se basa
en una intersubjetividad utópica, siempre a la búsqueda de una relación horizontal. En este tra-
bajo reflexiono, a través de mis experiencias de investigación y escritura etnográfica, sobre los
retos y problemas de la investigación intersubjetiva horizontal y la etnografía, en el contexto de
algunos tipos de relaciones desiguales que hoy caracterizan a todo contexto cultural. Me centro en
cómo en mi trabajo de campo he encontrado que la desigualdad lingüística incide en la desigual-
dad musical. Muestro cómo estas desigualdades, a su vez, están incidiendo en la inequidad digital
en la ciudad de Mérida, Yucatán, un estado de la República mexicana en el que existen programas
para extender bienestar digital a todos los sectores de la población.
Palabras clave: etnografía, intersubjetividad, desigualdad.

Abstract: Anthropology is one of the few disciplines, if not the only one, based on a utopian ideal of
inter-subjectivity, always in search of horizontal relationships between researcher and local peo-
ple. Here I reflect, through my own ethnographic experiences, on the challenges represented by
these demands, given the contexts of actual, manifold inequality everywhere. I have found that
inequality among local languages and linguistic groups relate to inequality among types of music
and music performers. I then show how in the city of Merida, Yucatan, linguistic and musical in-
equality also relate to inequalities in musicians’ access to digital and other resources, even if the
municipal and state governments have launched a program of digital well-being expected to
bring access to the digital world to all sectors of the regional population.
Keywords: Ethnography, inter-subjectivity, inequality.

INTRODUCCIÓN una revisión de las prácticas etnográfi-


cas a nivel epistemológico, la antropo-

H
asta alrededor de 1980, a pesar logía era practicada como el estudio de
de las muchas voces que ya en la otredad. Las colecciones Reinven-
ese entonces clamaban por ting Anthropology (1972) de Dell Hy-
mes, y Anthropology and the Colonial
*Profesora investigadora titular C de tiempo Encounter, de Talal Assad (1973), así
completo en la Facultad de Ciencias Antropológi- como Orientalism (1978), de Edward
cas de la Universidad Autónoma de Yucatán. Lí- Said; La escritura y la diferencia, de
nea principal de investigación: Organizaciones y Jacques Derrida (1989, originalmente
cultura expresiva, Ciberespacio, Redes de infor-
mación, Sociabilidad en línea. Correo electrónico: de 1979); The Interpretation of Cultu-
gabrielavargas@uady.mx. res, de Clifford Geertz (1973), y Time

163
164 Gabriela Vargas Cetina

and the Other, de Johannes Fabian el contexto actual. Nuestra autopercep-


(1983), estuvieron entre los textos ción, asimismo, pasó a ser la de alguien
principales que detonaron la discusión con posibilidades limitadas de observa-
sobre la etnografía y la antropología en ción y participación, que puede obser-
general como formas de poder colonia- var solamente una pequeña sección de
lista. Estas críticas finalmente resul­ cualquier tipo de realidad, incluyendo
tarían en la publicación y rápida la realidad de las personas que nos re-
adopción de Anthropology as Cultural ciben y aceptan ser parte de nuestro
Critique, de Marcus y Fischer (1986), aprendizaje en la investigación. De es-
Writing Culture de Clifford y Marcus cribir etnografía usando el “nosotros”
(1986) y Shamanism, Colonialism and inespecífico y vertical (“Royal we”), pa-
the Wild Man, de Michael Taussig samos a escribir siempre en primera
(1986), como guías importantes de la persona, para enfatizar nuestra posi-
práctica etnográfica en general, y Re- cionalidad y la parcialidad de nuestra
flections on Fieldwork in Morocco, de percepción.1
Paul Rabinow (1977), Ilongot Head- Siguiendo los caminos abiertos por
hunting de Renato Rosaldo (1980), estas críticas, mi forma preferida de
Body of Power, Spirit of Resistance de hacer trabajo de campo ha sido —y si-
Jean Comaroff (1985) como ejemplos gue siendo— la de unirme a un grupo
importantes de los usos de la reflexivi- de personas que se dedican a hacer al-
dad y la historia para la buena escritura guna cosa y tratar de hacer lo que ellas
etnográfica. Cientos de antropólogos y y ellos hacen lo mejor posible, durante
antropólogas en formación fuimos pro- un periodo más o menos largo: partici-
fundamente marcados por estos tex- par en eventos cotidianos, apoyar en
tos, que cambiaron para siempre diferentes tipos de actividades, unirme
nuestra forma de entender la discipli- a un equipo de trabajo, entrar al baile
na, nuestras prácticas de investigación o tocar en un grupo musical. No pienso
y formas de escribir. que me haya librado de todas las im-
La antropología vino a ser, para no- plicaciones colonialistas, pero esta ha
sotros, ya no la búsqueda de la otredad, sido mi forma de perseguir la horizon-
sino el entendimiento intersubjetivo talidad intersubjetiva, pues cada vez
con otras personas. De ver a las perso- comienzo prácticamente de cero y ten-
nas que nos reciben en el campo como go que ajustarme a los tiempos y mo-
informantes pasamos a verlas como su- dos de ser que prevalecen en el lugar
jetos participantes en nuestra conver- en el que entonces me encuentro. Re-
sación etnográfica; de verlas como pasando mi propia práctica etnográfi-
parte de universos etnográficos delimi- ca, sin embargo, me doy cuenta de que
tables pasamos a tratar de documentar
la vida local en el mundo global, y de 1
Para un conocimiento más profundo de
los debates ocurridos desde los setenta alrede-
enfocarnos en el presente etnográfico dor de la práctica etnográfica, véanse los traba-
pasamos a entenderlas como parte de jos en ese sentido incluidos en Vargas Cetina
largas historias que les llevaban hasta (coord.), 1999 y Vargas Cetina (ed.), 2011.
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 165

el estándar de una comunicación hori- horizontal con quienes me reciben,


zontal con la gente local con la que tra- pero esto solamente ha sucedido des-
bajamos es, en realidad, una utopía pués de meses y a veces años de con-
que casi nunca es posible alcanzar, tacto sostenido, cuando la amistad ha
o que cuando mucho puede alcanzarse eliminado las barreras de estatus y
en forma efímera. Esto se debe a que diferencias en expectativas, y la fuer-
habitamos, en todos los rincones de la za del afecto mutuo ha ecualizado,
tierra, un mundo desigual. Estas des- para casi todos los efectos, mi relación
igualdades necesariamente se expre- con la otra persona o con el grupo de
san en la comunicación, por más personas.
intersubjetiva que ésta sea. Muchísimas otras veces me he vis-
Frecuentemente me he encontrado to, a pesar de todos mis esfuerzos, en la
en la parte baja de la balanza, sobre parte alta de la balanza, y por tanto
todo cuando no hablo el idioma, estoy más allá de toda comunicación inter-
tratando de aprender algo que nunca subjetiva horizontal. Las estructuras
había tenido que hacer, y estoy sujeta a económicas y sociales existentes, los
la mirada vigilante de las personas siglos de colonización cultural, la crea-
que me rodean. Difícilmente llego a al- ción de mercados alrededor de la soli-
canzar toda la destreza necesaria en lo daridad, y las relaciones saber-poder
que aprendo: nunca logré convertirme frecuentemente me impiden acceder a
en bailadora oficial en un powwow2 en esa situación en la que me podría ser
Alberta ni ordeñar más que unas posible mirar el mundo desde el hom-
cuantas ovejas por hora en Cerdeña, ni bro de quien está interactuando con-
hacer hilos de lana a mano en Chiapas, migo (Geertz, 1973: 452). En esos
ni tocar música de trova como guita- casos, solamente mi imaginación para
rrista principal, ni cantar como líder la improvisación y la práctica de técni-
de la primera o la segunda voz en Yu- cas de investigación “colonialistas”
catán. Tampoco me voy a convertir, (como aprendimos a ver a la observa-
durante mi actual investigación sobre ción directa, las entrevistas estructu-
música y tecnología en Yucatán, en radas y los cuestionarios, pero que hoy
productora o ingeniera de sonido de la tengo que llamar “de emergencia”) han
música de otras personas. Han sido po- podido salvar mis proyectos del fraca-
cas las veces en las que, para mi gran so. Las demandas de nuestra vida dis-
alegría, me he encontrado en situación ciplinaria, que exigen una constante
producción académica, sistemática-
2
Un powwow es una reunión de pueblos in-
mente juegan en contra de la visión
dígenas de Norteamérica. El término deriva utópica de la comunicación intersubje-
de powwaw, que significa “líder espiritual”. Un tiva horizontal. Para justificar los fon-
powwow moderno es un tipo de evento específi- dos de investigación y docencia (la que
co donde los nativos norteamericanos se reúnen
para cantar, bailar, socializar y honrar a su cul-
también se relaciona con las activida-
tura. Generalmente hay una competición de des de investigación en nuestras uni-
danza, con significativos premios económicos. versidades) es necesario producir
166 Gabriela Vargas Cetina

“resultados”. La pregunta de si estos tienden también a los lenguajes infor-


fueron conseguidos o no en situaciones máticos en mi investigación actual—,
óptimas de horizontalidad intersubje- que a su vez se relacionan con inequi-
tiva es irrelevante para las políticas dades en el acceso a los recursos digi­
institucionales de nuestras universi- tales y los instrumentos musicales.
dades, centros de investigación o agen- Mediante lo que he aprendido durante
cias evaluadoras, como el Consejo la investigación de campo trataré de
Nacional de Ciencia y Tecnología de la mostrar cómo la desigualdad lingüísti-
República mexicana (Conacyt) o el Pro­ ca se prolonga hacia la desigualdad
grama para el Mejoramiento del Profe- musical, y ambas se traducen y refuer-
sorado (Promep, ahora Programa para zan en forma directa y clara con la des-
el Desarrollo Profesional Docente, Pro- igualdad digital. Asimismo, por la
dep). Las relaciones desiguales que ca- existencia de esas desigualdades y de
racterizan la vida académica de la o el las demandas de mi trabajo académico,
investigador, que tiene que responder mis posibilidades de continuar en rela-
a criterios impuestos “desde arriba” o ción horizontal intersubjetiva han dis-
al menos “desde afuera”, se imponen a minuido o cesado en cuanto regreso a
nuestra visión ética de lo que la inves- casa. No soy lingüista ni pretendo en-
tigación de campo debiera ser, según la trar en los debates especializados sobre
antropología informada por la teoría las diferencias jerárquicas entre idio-
poscolonial y el posestructuralismo, mas y dialectos (véase Fishman y Gar-
además de que se imponen en términos cía, 2010) o teóricas sobre la relación
de los formatos y metas de nuestros que existe entre los lenguajes hablados
resultados. Más aún, la vida cotidiana y los escritos (véanse Baker, 2006; De-
en la academia también me reposiciona rrida, 1989).
constantemente con respecto a la gente Lo que me interesa es hacer un
de los lugares en los que he hecho tra- ejercicio reflexivo sobre mi propio tra-
bajo de campo. A mi regreso cualquier bajo de campo y las posibilidades rea-
horizontalidad que yo hubiera podido les que, como investigadora, debo
alcanzar muchas veces ha quedado generar en esa situación utópica de in-
atrás, y ahora sólo quedan fragmentos tersubjetividad igualitaria que según
del recuerdo en el contexto reestableci- la crítica desde la teoría posestructu-
do y reafirmado de las realidades de ral y la antropología interpretativa
nuestro mundo desigual. deberíamos tratar de alcanzar siem-
Sería muy difícil agotar las instan- pre. La antropología, en tanto parte de
cias de desigualdad en las que me he la academia, es también parte de lo
encontrado durante la investigación de que Althusser (1974) llamó los apara-
campo y la escritura etnográfica, e im- tos ideológicos del Estado —aunque
posible tratar aquí todas las inequida- cada vez más la universidad se con-
des existentes. Visitaré en este ar­tículo vierta en un aparato ideológico de las
solamente las inequidades lingüísticas corporaciones capitalistas transnacio-
y la desigualdad musical —que se ex- nales—, por lo cual no creo que me sea
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 167

posible escapar de la investigación oficiales y se usan en la mayor parte de


científica o humanística como parte de las publicaciones en circulación, y son
la hegemonía cultural. Sin embargo, la las lenguas de las que yo he partido
etnografía tiene la posibilidad de lle- para comenzar mi propio trabajo de in-
varnos a conocer puntos de vista alter- vestigación. En Yucatán los distintos
nativos, incluyendo a aquellos que dialectos del maya yucateco, en Alberta
frecuentemente se encuentran fuera o diversas lenguas cree y blackfoot, en
incluso en oposición a las diferencias Cerdeña los varios idiomas sardos y en
de poder entre grupos y elementos cul- Chiapas el tzotzil, el tzeltal y el chol
turales, y es éste el tema que está al han sido las lenguas “caseras” o cotidia-
centro de esta exposición. Exploraré, nas para las personas con las que me
por tanto, el poder de la etnografía ha tocado trabajar. Las y los hablantes
para develar continuamente las des- de estos idiomas están siempre luchan-
igualdades estructurales y mantener- do porque sus lenguas y dialectos sean
nos en alerta contra los discursos reconocidos oficialmente. Cada vez, he
fáciles, como aquellos que proponen el encontrado que existen dialectos inter-
“desarrollo para mitigar la pobreza y medios que se sitúan entre la lengua
la desigualdad” u otros que supuesta- hegemónica y los otros idiomas locales,
mente llevan a “formas de eliminar la como el “inglés indio” de Alberta
división digital”. La reflexividad etno- (Wiltse, 2011), el “español de los Altos”,
gráfica, por último, devela lo difícil que el “español de Comitán” y el “español de
es seguir nuestros ideales utópicos de Yajalón” de Chiapas (Lipski, 2012), así
la etnografía intersubjetiva totalmen- como el “italiano sardo” de Cerdeña
te horizontal. (Loi Corvetto, 1983). Estos dialectos fa-
cilitan la comunicación también de
UN MUNDO DE LENGUAS quienes hablan las distintas lenguas
DESIGUALES locales, las cuales a veces son muy dife-
rentes entre sí.3
He hecho investigación de campo en El italiano sardo facilita la comuni-
Yucatán, México; en Alberta, Canadá; cación entre quienes hablan campida-
en Cerdeña, Italia; y en Chiapas, tam-
bién en México (Vargas Cetina, 1999, 3
Las situaciones de diferencias entre len-
2000, 2002, 2011, 2014). No cabe duda guas han sido estudiadas como diglosia y jerar-
que el idioma se relaciona directa- quías lingüísticas, y existe una amplia literatura
mente con las posibilidades de hori- en sociolingüística sobre estas cuestiones (véase,
por ejemplo, Fishman y García, 2010). Como
zontalidad e intersubjetividad en la apuntan las y los especialistas en sociolingüísti-
comunicación. Hasta ahora, en todas ca, los dialectos hegemónicos de las lenguas
las regiones del mundo en las que he también hegemónicas son modificados constan-
trabajado, las lenguas hegemónicas, temente por los idiomas minoritarios, y a su vez
modifican con el tiempo los dialectos “estándar”
como el español, el inglés y el italiano, de las lenguas hegemónicas, pero este proceso no
han estado superpuestas a otros idio- niega las diferencias jerárquicas sincrónicas en-
mas locales, se enseñan en las escuelas tre lenguas y dialectos.
168 Gabriela Vargas Cetina

nese, logudorese, nuorese-barbaricino, güística ubicua que se manifiesta en


sassarese, galurese y catalán-sardo, diferencias sociales y de accesibilidad
todos idiomas diferentes en la isla de a recursos de todo tipo (Irvine y Gall,
Cerdeña. El “inglés indígena” de Alber- 2000; Kroskrity, 2000).
ta facilita la comunicación entre quie- La desigualdad lingüística se ex-
nes hablan alguna lengua cree y quie­nes tiende a los medios impresos y a lo que
hablan dialectos del blackfoot, o inclu- podemos llamar los impresos virtuales:
so de alguna lengua de la familia obji- la mayor parte de las gra­má­ticas, los li-
bway, y en cuanto comencé a trabajar bros, las revistas, los periódicos y los
en las praderas de Alberta la recomen- sitios en internet están escritos en len-
dación de mis profesores y colegas fue guas hegemónicas. Incluso, los diccio-
“apúrate a aprender el “inglés indíge- narios generalmente traducen entre
na”. El español yucateco (Suárez Moli- una lengua minoritaria y una lengua
na, 1996[1945]) y el inglés de Montreal hegemónica; no conozco algún diccio­
(Blondeau y Nagy, 2008), son dos ejem- nario que tradujera del logudorese al
plos de dialectos regionales famosos, campidanese en Cerdeña, o del cree
incluso reconocidos en los diccionarios al objibwae en Alberta, o del tzeltal al
de español e inglés, respectivamente, zoque en Chiapas. Lo mismo sucede
que han resultado de la fusión de las con las estaciones de radio y televisión,
lenguas locales más prevalentes: del que usan los dialectos hegemónicos
maya, el español y, hasta cierto punto, (conocidos como las “versiones están-
del árabe y del francés en Yucatán; y dar”) de las lenguas hegemónicas: una
del inglés, el francés y el italiano en minoría reproduce los dialectos regio-
Montreal.4 Me ha tocado estar sumer- nales de esas mismas lenguas hegemó-
gida en estos dos dialectos por largo nicas, y una verdadera microminoría
tiempo, y a veces es relativamente fácil reproduce los idiomas no hegemónicos
olvidar que esconden la diversidad de regionales. Este es el caso, inclusive,
las lenguas de origen pre-Europeo y para el maya yucateco y el catalán, dos
las lenguas de inmigrantes que habi- idiomas minoritarios cuyos hablantes
tan las zonas en las que estos dialectos cuentan con libros, periódicos, estacio-
prevalecen. Es engañoso asociar len- nes de radio y televisión, museos co-
guas específicas con territorios claros, munitarios y sitios web. Hasta las
pero la idea de que lengua y territorio Primeras Naciones en Alberta que re-
se superponen es generalizada, ocul- ciben altos ingresos por concepto de
tando el hecho de que, en realidad, lo yacimientos de petróleo en sus territo-
que tenemos es una diversidad lin- rios (Urquhart, 2010), y por tanto po-
drían emprender programas más
4
A contracorriente, Poplack, Walker y Mal- amplios de publicación y transmisio-
colmson (2006) han propuesto que el llamado nes en sus idiomas nativos, utilizan
“inglés de Montreal” no existe como tal, pues en
su investigación encontraron pocos préstamos
más bien el dialecto regional del inglés
del francés y más bien una mayoría de personas para sus publicaciones y transmisio-
bilingües en inglés y francés. nes, con espacios reducidos para otros
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 169

idiomas locales (véase, por ejemplo, los gente local, de una solución intermedia
periódicos Alberta Native News y The que no es la mejor pero me permite
Windspeaker). En Alberta existen más una entrada inicial más o menos rápi-
de 60 estaciones comunitarias en las da a la vida cotidiana. Incluso estos
reservas indígenas, transmitiendo en dialectos, sin embargo, son para mí fá-
inglés indígena, métis y los idiomas ciles de olvidar, y regresar después de
indígenas locales, pero su ámbito de varios años de no hablarlos es tener
escucha es muy reducido y práctica- que admitir la desaparición de cual-
mente sólo pueden ser sintonizadas quier viso de comunicación intersubje-
localmente (Aboriginal Multimedia tiva horizontal con la gente local, más
Society, s.f.). El tzeltal, que es el primer allá de las relaciones afectivas con
o segundo idioma de miles de personas amigos y amigas cercanos. No me que-
en Chiapas, tanto en las montañas da ninguna duda de que olvido los idio-
como en las llanuras y la selva, ha ga- mas locales, así como los dialectos
nado espacios en medios impresos y en regionales de los idiomas hegemónicos,
transmisiones de los medios locales, porque puedo hacerlo y seguir funcio-
pero todavía no tiene la misma difu- nando como si esto no importara preci-
sión que el español. El sitio que enlista samente porque vivimos en un mundo
los idiomas en los que existen artículos desigual. Así, aun a mi pesar, alejarme
en Wikipedia es un buen índice de esta de esa gran diversidad lingüística me
desigualdad lingüística: la mayor par- convierte en agente de esa misma he-
te de los artículos están en inglés y ale- gemonía cultural que ignora los idio-
mán, y les siguen en números los mas locales porque puede funcionar
artículos escritos en ruso, francés, es- sin ellos o sólo tomarlos en cuenta en lo
pañol, italiano, polaco, portugués, chi- mínimo. Las inequidades lingüísticas,
no y japonés. a su vez, se imbrican con las inequida-
Mi trabajo de campo siempre está des musicales, como veremos a conti-
mediado por todas estas desigualda- nuación.
des lingüísticas. Cada vez trato de
aprender, entender y decir cosas bási- LA DESIGUALDAD MUSICAL
cas en alguno o algunos de los idiomas
locales durante la investigación de Parte de mis colegas en la Universidad
campo, pero nunca he logrado dominar Autónoma de Yucatán y en la antropo-
ninguno de ellos, y generalmente olvi- logía mexicana en general se pregun-
do lo que aprendí en cuanto cambio de tan por qué me dedico a estudiar la
región de investigación. La existencia música, y qué importancia puedan te-
de los dialectos regionales de las len- ner investigaciones como las mías.
guas hegemónicas ciertamente me Una colega, quien me tiene gran afec-
ayuda mucho durante los primeros to, me preguntó un día: “¿Cómo te atre-
meses. Considero que me acerca un ves? ¿No te parece que hay cosas más
poco a las y los hablantes de las otras importantes que la música y muchísi-
lenguas mientras me provee, como a la mo más urgentes? ¿Cómo alguien tan
170 Gabriela Vargas Cetina

inteligente y tan capaz como tú puede tres, y no incluye a músicos —mujeres


dedicarse a una investigación tan lujo- y hombres— que complementan sus
sa? Porque, finalmente, ¿a quién le im- ingresos por medio de la música, tra-
porta la música?” Hay al menos dos bajando de medio tiempo y los fines de
preconcepciones erróneas detrás de semana, quienes deben de ser cientos
este tipo de comentarios. La primera, también. La importancia económica de
que es la básica, es que podemos vivir la música es muy grande: Aún en
sin música. Por esto se piensa que la nuestros tiempos en los que se puede
música es algo no esencial para quien acceder a la música en forma gratuita,
la hace, para quien la escucha, o para tanto por radio como en formatos digi-
ambas personas, y por tanto es “un tales, y la “piratería” hace que no se
lujo”. La segunda preconcepción co- registren ganancias millonarias, en
mún es que la música es algún tipo de tanto se calcula que en 2013 la indus-
sustancia homogénea e informe, que tria de la música generó, incluyendo
tiene poca relación con los contextos en las ventas en los diferentes formatos,
los que se produce y se difunde, y tiene 15 mil millones de dólares estadouni-
poco valor histórico o sociológico.5 Yo denses, de los cuales más de siete mi-
hubiera podido decir a mi colega, quien llardos provienen de la venta en
nos visitaba desde otra institución formatos físicos, y un mil millones de
mexicana, que más allá de lo que signi- dólares de streaming, en el mercado
fica en términos subjetivos, sin la mú- legal mundial (Smirke, 2014). Sin em-
sica muchas familias en Yucatán no bargo, hay mucho más qué decir, espe-
tendrían para comer. De acuerdo con el cialmente sobre la importancia de la
secretario de la Confederación de Tra- música en la vida humana en general.
bajadores en México (ctm) en Yucatán La música es una de las tecnologías
(comunicación personal) 3 600 perso- mnemotécnicas más importantes que
nas afiliadas a esa central obrera en el la humanidad ha desarrollado, y una
estado declararon en 2014 que traba- de las formas más comunes de identifi-
jan tiempo completo y derivan todos cación cultural. En Australia las can-
sus ingresos de la música. ¡Y eso que ciones han servido por siglos a las
solamente da cuenta de las personas poblaciones aborígenes para orientar-
registradas ante la ctm! De las cuatro se en el territorio (Norris y Harney,
agrupaciones de músicos de trova yu- 2014), y en Terranova sirvieron a los
cateca en Mérida, por ejemplo, esta pescadores, durante siglos también
central obrera agrupa solamente a para orientarse en el mar (Brooks,
2005). En África occidental las per­
5
Es de llamar la atención la oposición que cusiones de tambor y en los Alpes sui-
hay en México al estudio antropológico de la zos el yodel han sido utilizados para
música, a menos que se trate de músicas indíge- comunicarse a largas distancias desde
nas. En general los temas relacionados con cual-
quier elemento de disfrute, como la música, el
mucho antes del advenimiento del te-
baile, la comida o las artes, son vistos con sospe- légrafo y el teléfono (Stocker, 2013: 44-
cha en la antropología mexicana. 45). La historia misma nos ha
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 171

mostrado que en los campos de concen- paso de una etapa de la vida a otra; en
tración nazis (Gilbert, 2005), en las algunas culturas incluso señala el
crisis más severas (Library of Con- paso de la vida a la muerte, pues la
gress, s.f.), en las revoluciones popula- música está presente durante entie-
res (Gómez Maganda, 1998) y en los rros o cremaciones.
momentos en los que todo parece per- Un programa de arqueología antro-
dido, como durante la esclavitud en pofísica de la British Broadcasting
Estados Unidos (entrada Spirituals en Corporation (bbc), The Incredible Hu-
McNeil, 2013: 366-369), o el hundi- man Journey (Roberts, 2009) propuso
miento del Titanic (Turner, 2011), la que la música puede haber jugado un
música ha sido lo último en morir. En papel fundamental en la sobrevivencia
estas condiciones, los músicos se han de la especie Homo sapiens. Según
unido para tocar y, cuando ha sido po- esta serie, a diferencia de lo que suce-
sible, enseñar a otras personas a hacer dió con la especie Neandertal, que no
música o a interpretar los significados parece haber tenido música ni un arte
que ésta pudiera encerrar. Estos signi- pictórico simbólico, la especie Sapiens
ficados han incluido desde burlarse de habría desarrollado gran creatividad
guardias de los campos de concentra- para la adaptación por medio del arte,
ción durante el nazismo (Gilbert, 2005) y por eso no sucumbió ante los rigores
hasta prepararse y mantenerse ecuá- del cambio climático. Aunque me gus-
nimes, y seguir pistas codificadas en taría creer esto, pienso que tiene que
las canciones para alcanzar la libertad, ser tomado como una exageración y
entre esclavos prófugos en EU (entra- como algo difícil, si no es que imposible
da Spirituals en McNeil, 2013.). Perso- de comprobar. Claro, no cabe duda que
nas sobrevivientes del Titanic han la música, en tanto proceso creativo,
narrado cómo el grupo de músicos que tiene que haber ayudado a nuestros
no dejó de tocar les dio valor y esperan- ancestros a adaptarse y encontrar so-
za. En todos los movimientos sociales luciones prácticas a los problemas que
de los que existen pruebas documenta- enfrentaban, y también a serenarse
les, el ritmo y la música no sólo han para llevar a cabo lo más eficientemen-
estado presentes entre los manifestan- te posible las tareas que les demanda-
tes, así como entre las tropas, sino que ban los rigores de la vida cotidiana en
ha provisto de banderas sónicas de nuestro planeta.
identificación a los distintos grupos en Existen también otro tipo de co-
conflicto. La música ha sido un recurso mentarios. Escuché en la ciudad de
importante para la readaptación social Cuernavaca un anuncio publicitario
de quienes han sobrevivido a calami- en el radio que decía algo como: “Joven
dades y conflictos, o quienes se encuen- campesino, no creas que la música te
tran en centros de rehabilitación va a llevar a una vida fácil. Dedícate a
social. Además, en muchas culturas la trabajar y a labrar un verdadero futu-
música necesariamente acompaña ro para tu familia”. Habiendo crecido
cada momento importante y marca el en Yucatán, nunca me hubiera imagi-
172 Gabriela Vargas Cetina

nado que la música podía ser culpada sica que aman, el de compartir ese
de los males sociales. Éste también me gusto con otras personas, y poder
parece un acercamiento basado en transmitir a sus hijos e hijas la emo-
otra preconcepción equivocada: lo que ción que esta música les produce. Un
puede ser socialmente considerado trovador me explicaba en octubre de
como “mala música” va a llevar a quie- 2014 que la trova cada vez da para me-
nes se dediquen a ella a una mala vida, nos, especialmente ahora que niñas y
si no es que a una vida de crimen y niños quieren “tenis Nike para la es-
destrucción. Al menos de lo que pode- cuela, tabletas computarizadas, ropa
mos encontrar en el registro etnográ­ de marca”. A esta escalada en el consu-
fico, la música se relaciona con las mismo atribuía el problema de que
condiciones cotidianas de vida, y no al “la trova se está muriendo”. Si antes la
revés. Cierto, la música puede propo- música de trova podía “poner comida
ner modelos alternativos, como cuando en la mesa”, ahora cada vez más esto
el rock en los setenta facilitó la convi- ha dejado de ser así. Sin embargo, la tro­
vencia entre jóvenes que de otra ma­ va continúa: los trovadores siguen to-
nera se hubieran visto como “de color cando y cantando, y las escuelas de trova
blanco”, “de color negro” o de algún yucateca en Mérida y otras partes de
otro “color”, fomentando lo que se ha Yucatán siguen teniendo estudiantes.
dado en llamar la aceptación interra- ¿Cuál es la situación de otros músicos
cial, pero hasta ahora no tenemos que se dedican a otros estilos musica-
ejemplos en los que haya sido la músi- les? El hip hop, por ejemplo, es un esti-
ca la que haya desencadenado alguna lo musical en amplia expansión en el
transformación social radical; la “revo- estado de Yucatán y en la península en
lución cantante” de Estonia, Lituania general. El español yucateco y el maya
y Letonia entre 1987 y 1991, que po- yucateco han encontrado a través del
dría pensarse como una excepción, en hip hop un vehículo de reafirmación y
efecto se basó en la expresión cantada renacimiento cultural. ¿Y podría ca-
de la inconformidad social, y no en la racterizarse la vida de quienes hacen
inconformidad social creada a través hip hop como lujosa? Todo lo contrario;
de canciones (Steves, 2010). al menos en Yucatán hasta ahora el
Es muy difícil explicar a quienes no hip hop es la música de los jóvenes con
aman la música lo que ésta puede sig- menos oportunidades económicas en la
nificar para quienes le dedican su vida. sociedad local.
No puede decirse, sin embargo, que los En mi experiencia etnográfica, la
músicos en Yucatán vivan vidas de lujo desigualdad musical siempre ha ido de
ni mucho menos. Las casas de la ma- la mano con la desigualdad lingüística:
yor parte de los integrantes de la trova las minorías lingüísticas siempre tie-
yucateca, por ejemplo, están muy lejos nen música propia, cantada en sus
de cualquier concepción de una vida de idiomas, y la mayor parte de esta mú-
“lujo”. El disfrute al que estas perso- sica nunca llega a los canales de dis­
nas aspiran es escuchar y tocar la mú- tribución masiva, y ni siquiera a los
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 173

canales de “música del mundo”. Gene- Neil Young, Robbie Robertson, Dave
ralmente se requiere que la música lo- Matthews y Nelly Furtado han inclui-
cal cumpla con un cierto estándar de do canciones, ritmos y percusiones in-
calidad, juzgado desde las industrias dígenas en sus grabaciones. En 2012
musicales hegemónicas, para que Furtado, quien es originaria de Colum-
las melodías conocidas y amadas local- bia Británica, en Canadá, incluyó no
mente se conviertan en melodías que solamente sonidos sino también a ar-
circulen en circuitos comerciales nacio- tistas indígenas en sus videos, por lo
nales e internacionales. He encontrado que fue reconocida por la Asociación
que siempre existe un mercado local y Americana de Música Nativa con el
regional, en el que circulan artistas y premio anual Leyenda Viviente en
música que solamente es posible cono- 2013. Felipe Rose, hijo de un lakota
cer si se vive por un tiempo largo con sioux y una mujer puertorriqueña, se
una minoría lingüística, o al menos en hizo famoso como “el indio” en el grupo
algún lugar en el que haya una o más The Village People, pero fuera de usar
minorías lingüísticas. Por ejemplo, la los cascabeles de tobillo y a veces los
mayor parte de la música escuchada cascabeles de brazo en algunos de sus
por los indígenas en Alberta durante videos, contribuyó cantando y bailando
los powwows, incluyendo la música sin aportar sonoridades sioux o de
para bailar, la música para juegos de otras minorías lingüísticas indígenas.
manos y la música de la iglesia nativa, El conocido dúo Kashtin, cuyos inte-
circulan por medio de grabaciones ca- grantes eran innu, incorporaba, ade-
seras e incluso de grabaciones hechas más de los tambores de mano, violines
por pequeñas casas comerciales. Esta y guitarras que se usan en la música
música tiene sus propios canales de popular autóctona del norte de Que-
distribución, en los que a su vez se des- bec, sonoridades e imágenes de otros
taca una minoría de artistas y grupos grupos indígenas de Canadá, incluyen-
locales. Sin embargo, raramente llegan do elementos de la música de las pra-
a los canales de distribución comercial deras. La canción Akua Tuta, en
nacional y mucho menos internacional. particular, del álbum del mismo nom-
Pocos ejemplos existen de la forma bre, de 1994, está inspirada en la músi-
en la que la música de powwow, que ca de las praderas, y el video con el que
tiene su propio mercado en las reser- se dio a conocer incorporaba fotos de
vas indígenas, ha tocado la música po- artistas de powwow y de las montañas
pular y el jazz, pero sí los hay. Los Rocallosas en Alberta y Columbia Bri-
poemas y la música de la poeta y saxo- tánica.
fonista indígena Joy Harjo, los discos En Cerdeña, la música cantada en
del trío Walela y últimamente las gra- los distintos idiomas sardos tiene gran
baciones y conciertos de A Tribe Called circulación en la isla. Los artistas re-
Red están entre los pocos ejemplos de gionales se presentan en fiestas y con-
música indígena de las praderas que ciertos alrededor de la isla, siguiendo
ha llegado al mercado mainstream. el calendario santoral católico y el ca-
174 Gabriela Vargas Cetina

lendario de fiestas populares en gene- diferentes iglesias que existen en ese


ral. Los festivales anuales Festa di estado, incluyendo a la Iglesia católica,
Sant’Efisio en la ciudad de Cagliari y diversas iglesias protestantes, la fe
la Cabalgata Sarda en la ciudad de musulmana, y a veces la Iglesia or­
Sassari son puntos de reunión impor- todoxa rusa. Asimismo, la zona bajo
tantes para los artistas regionales des- dominio del ejército zapatista ha gene-
tacados y sus fans. Sin embargo, han rado su propia música, que mezcla los
sido muy pocos los grupos de música estilos musicales indígenas tojolabales
sarda que se hayan colocado en el mer- con estilos de otras partes de México y
cado italiano de música popular. El del extranjero, como el corrido, el rap
coro Tenores de Bitti, el grupo de rock y el hip hop. La marimba sigue siendo
pop Tazenda y en particular su cantan- un instrumento importante tanto para
te Andrea Parodi, la música, poeta y las minorías ladinas como para las
cantante Elena Ledda, la musicóloga y mayorías indígenas, a lo largo y ancho
cantante Maria Carta y el trío vocal de todo el estado. En general, la músi-
Balentes han sido, hasta ahora, quie- ca chiapaneca ha tenido relativamente
nes han adquirido mayor renombre en poca fortuna en el mercado nacional
el panorama de la música italiana can- mexicano de la música. Quizá la Ma-
tando en idiomas sardos, y sus graba- rimba Nandayapa y la Marimba Or-
ciones forman parte del repertorio questa Águilas de Chiapas son los dos
comercial de la “música del mundo”. El conjuntos chiapanecos de mayor re-
autor y cantante genovés Fabrizzio nombre, pero incluso estos conjuntos
d’Andre, quien fue secuestrado en Cer- nunca han alcanzado gran popularidad
deña junto con su esposa por cuatro comercial fuera del estado. En años re-
meses, compuso una canción en galu- cientes el grupo de rock progresivo Sak
rese para su álbum Le Nuvole, de 1990. Tzevul, de Zinacantán, y el grupo de
Este álbum incluía canciones en varios rock pesado y punk Vayijel, de Chamu-
de los idiomas y dialectos regionales de la, han comenzado a tener cierto éxito
Italia. El trío vocal femenino Balentes, comercial y a ser conocidos fuera de
que canta generalmente en campida- Chiapas. Sak Tzevul, en particular, toca
nese, también se ha labrado un lugar en rock mucha de la música local can-
en la música italiana, tanto con sus tada en tzotzil zinacanteco, y ha co-
propias grabaciones en campidanese, menzado a tener reconocimiento fuera
nuorese e italiano sardo, como acom- de Chiapas. Yajvalel vinajel es otro
pañando a cantantes de fama en la grupo de rock que toca música en tzotzil
música popular italiana, en italiano. de San Juan Chamula, y se presenta
Chiapas también refleja la des- tocando tanto con instrumentos eléctri­
igualdad musical, aunque se dé cierta cos como con arpas, guitarras, tambores
incursión de las músicas minoritarias y sonajas chamulas, pero no parece te-
en los circuitos comerciales. La música ner la misma difusión de los otros dos.
chiapaneca local es muy variada, y Algo similar sucede con la música
gran parte de ella se relaciona con las en Yucatán. En la península en gene-
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 175

ral la música de jarana, el estilo regio- comunes en la península de Yucatán


nal de baile en las zonas rurales, tiene ha sido, erróneamente considerado
gran aceptación todavía y es parte de como música de clases sociales pobres.
muchas fiestas locales. Grupos de jara- Esta categorización en la parte baja de
na se preparan todo el año para bailar la escala social le ha valido ser subva-
en las vaquerías, las fiestas de baile lorada por la cultura oficial, incluso en
asociadas al santoral católico. Algunas la península de Yucatán donde sigue
de las jaranas (piezas de música para siendo una música omnipresente, es-
bailar, generalmente tocadas por ban- pecialmente ahora que está dando lu-
das de viento y timbal en ritmo de 3/4 o gar a un nuevo estilo de tecnocumbia
6/8) tienen letras, sea en maya o en es- yucateca entre los jóvenes. El gobierno
pañol, y las charangas (pequeños gru- del estado de Yu­catán otorga amplia
pos de alrededor de cinco personas que difusión a la música clásica y de trova,
tocan vientos y timbal) y orquestas ja- así como a la balada latinoamericana
raneras (grupos de 12 o más músicos en español y hasta cierto punto al dan-
que tocan instrumentos de viento, per- zón, pero otros tipos de música, in­
cusión y a veces incluso de cuerdas, cluyendo la música tropical, no son
que tocan jaranas en las fiestas conoci- promovidos de la misma manera en los
das como vaquerías) son contratadas espacios oficiales de la ciudad donde se
alrededor del año tanto para tocar en toca música en vivo.
vaquerías como para tocar en otras Ciertamente, a este punto es difícil
festividades. La trova yucateca, que distinguir exactamente cuáles podrían
nació a partir del intenso contacto en- ser los estilos musicales hegemónicos
tre Yucatán y Cuba a finales del siglo en Yucatán, más allá de la música co-
xix y en la primera mitad del siglo xx mercial en español, la música clásica y,
dio vida al bolero latinoamericano, en segundo plano, la trova yucateca. El
puso a la península en el mapa mun- rock progresivo y el rock metálico, por
dial de la música. Sin embargo, las ejemplo, tienen una larga trayectoria
canciones escritas en maya yucateco, en la península, y actualmente existen
que son parte del repertorio de la trova muchos grupos de jóvenes y de jóvenes
en Yucatán, no han tenido fortuna fue- de corazón de la tercera edad que com-
ra de las tierras peninsulares. La cum- ponen música de rock progresivo, rock
bia del sureste, que quizá sea el estilo metálico y rock hardcore en español y
musical comercial más ampliamente en inglés. Estilos musicales actual-
compartido por todos los estratos so- mente en gran auge en Yucatán en ge-
ciales en la península de Yucatán, in- neral y en Mérida en particular de la
cluye un amplio repertorio de artistas música en vivo son la música clásica y
de Veracruz, Tabasco, Yucatán, Campe­ la ópera, la música electrónica rave
che y Quintana Roo. Este estilo musical, (house, trance y psycho), el rock metá-
que retoma el español regional de los lico, el ska, el surf, el reggae (llamado
distintos estados y retrata el humor ba- localmente roots), la cumbia, la elec-
sado en entredichos de alusión sexual trocumbia y el hip hop. También hay
176 Gabriela Vargas Cetina

una escena emergente de jazz, de noise compuse una canción en nuorese. En


y de free jazz. Sin embargo, de todos Chiapas convertí mi participación en
estos estilos, solamente el hip hop se los circuitos de jazz de San Cristóbal
ha caracterizado por incluir sistemáti- en notas de campo y conviví con músi-
camente canciones (que más bien po- cos de marimba y los intérpretes de
drían ser llamadas letanías o, como a música con letra en lenguas indígenas.
veces se les llama, “arte de palabra”) Más adelante aprendí a tocar música
en maya yucateco. El hip hop en maya de trova para hacer mi investigación
yucateco en vivo es ahora muy fre- en Yucatán, sin embargo nunca he lle-
cuente en espacios públicos de Yuca- gado a ser una virtuosa ni he podido
tán, Campeche y Quintana Roo. convertirme en crítica experta en nin-
Todo esto se ve reflejado en el pano- guno de los estilos de música en idio-
rama geoeconómico de la música en mas minoritarios, y también en esta
Mérida y en Yucatán en general. El go- esfera mi involucramiento práctica-
bierno estatal de Yucatán y el ayunta- mente ha cesado en cuanto he dejado
miento de la ciudad de Mérida tratan el trabajo de campo. En términos mu-
de apoyar la creación de una zona de sicales, como en términos lingüísticos,
intercambio cultural y aprendizaje mu- siempre he estado en una posición su-
tuo por medio de festivales en los que bordinada durante mi trabajo de cam-
participan bandas de todos los rumbos po: la gente local lo hace mucho mejor
de la ciudad y de diversas localidades que yo y siempre me está corrigiendo,
del estado, así como de Campeche y pero salgo de esta posición subordina-
Quintana Roo. Estos encuentros musi- da en cuanto regreso a mis labores
cales, desafortunadamente, todavía no académicas en la universidad. Puesto
son promovidos con el mismo ahínco que tengo que escribir reportes, llenar
que la música clásica y la música de formatos de evaluación y autoevalua-
trova yucateca, y aunque acercan a los ción, escribir artículos, escribir y coor-
diversos grupos sociomusicales de la dinar libros, preparar y dar clases,
ciudad, al mismo tiempo resaltan las organizar mesas de discusión y congre-
diferencias materiales, lingüísticas y sos, y dictaminar artículos, libros y
sociales entre éstos. proyectos de investigación, e incluso
Mi propia participación en los cir- ser parte de comités que asignan re-
cuitos regionales de la música minori- cursos a proyectos relacionados con la
taria ha sido, como mi participación de música, me es muy difícil mantenerme
hablante esporádica de lenguas mino- al día sobre la producción musical en
ritarias, efímera e incompleta. Toco la todos los lugares en los que he trabaja-
guitarra desde que estaba estudiando do, y mucho menos seguir practicando
la escuela secundaria, y dancé en bai- los estilos de música que haya apren-
les intertribales en los powwows du- dido a tocar y bailar ahí. En parte esto
rante mi trabajo de campo en Alberta; se debe, una vez más, a que cuando ter-
luego aprendí a tocar y cantar cancio- mino mi trabajo en “el campo” regreso
nes en sardo en Cerdeña, e incluso a mi vida dentro de las sociedades y
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 177

culturas hegemónicas en las que, junto las pioneras a nivel mundial en co-
con muchas personas del planeta, me menzar a ofrecer internet gratis en es-
desenvuelvo. Encuentro, en este punto, pacios públicos. El ayuntamiento de
que las desigualdades lingüísticas y ese entonces lanzó una consulta públi-
musicales están relacionadas con la ca para que las y los ciudadanos vota-
desigualdad digital, y que mi propia ran por los tres primeros parques en
participación en la hegemonía lingüís- contar con ese servicio. Ante la deman-
tica, y en la hegemonía musical basada da popular, se comenzó con 10 parques.
en tocar música en escalas mayores y Pronto se instalaron dos módulos con
menores con métricas europeas, se computadoras de acceso gratuito en el
acompañan también de mi práctica Parque de la Paz, que resultaron insu-
electrónica dentro de la hegemonía di- ficientes. En 2010 el programa Ciber-
gital de software propietario. móvil comenzó a extenderse ya no sólo
a los parques de la ciudad, sino tam-
LA DESIGUALDAD DIGITAL bién a las comisarías de Mérida. El
programa ofrecía 10 laptops en présta-
Por cuestiones de extensión y tiempo, mo cada semana, en forma rotativa en
en este último apartado me circunscri- diferentes parques de la ciudad, para
biré al caso de Yucatán. En parte por- que quienes no tuvieran una propia pu­
que el proceso de digitalización dieran hacer uso de internet. El siste-
yucateco ha sido muy particular, y en ma de módulos de conexión con el que se
parte porque tiene que ver con mi tra- inició el programa en cada parque con-
bajo actual. Lo expondré en manera sistía en una mesa de metal al interior
más o menos extensa, dejando para de una caseta con un teléfono y un bo-
otro momento la discusión sobre digi- tón: si la o el usuario tenía problemas
talización de la isla de Cerdeña, otro para conectarse, levantaba el auricu-
proceso interesante a nivel mundial, lar y apretaba el botón, y un operador
pero muy largo de contar. u operadora le ayudaba. El programa
En Yucatán se ha estado promo- fue creciendo, de tal forma que en octu-
viendo, de diversas maneras y con bre de 2014, 125 parques meridanos ya
grandes inversiones económicas, la ofrecían conexión inalámbrica gratuita
igualdad en el acceso a las tecnologías y enchufes con conexión para laptops y
digitales. Este estado mexicano está dispositivos móviles (Ayuntamiento de
considerado actualmente una de las Mérida, 2012-2015, 2014). Al mismo
zonas más digitalizadas de América tiempo comenzaron a extenderse los
Latina, pues los servicios municipales módulos digitales de atención ciuda-
y estatales funcionan a lo largo y an- dana (cabinas en las que se procesan
cho de la entidad con apoyo significati- trámites de diversos tipos). Muchos de
vo de plataformas digitales, y el los trámites cotidianos comenzaron a
público accede fácilmente a internet y ser digitalizados, permitiendo que las
a servicios públicos de todo tipo. En so­licitudes de servicio y los pagos de
2007 la ciudad de Mérida fue una de luz, agua, recoja de basura, tenencias
178 Gabriela Vargas Cetina

vehiculares e impuesto predial pudie- los municipios y comisarías para ga-


sen hacerse directamente en internet rantizar el acceso a internet incluso a
desde la casa, desde un parque o desde quienes no tienen computadoras (Go-
un módulo digital. Asimismo, las vota- bierno del estado de Yucatán, 2014).
ciones ciudadanas y la expresión de la ¿Es suficiente dotar a las y los habi-
opinión cívica ante las autoridades co- tantes de todo Yucatán, como los diver-
menzaron a ser posibles vía internet y sos gobiernos estatales han tratado de
telé­fono celular. Esto llevó a Mérida a hacer desde 2007, de computadoras
proyectarse internacionalmente, y en portátiles para abatir la brecha digital,
2009 fue catalogada por el índice Moto­ que es lo que estos gobiernos han iden-
rola de Ciudades Digitales como una tificado como un gran enemigo a vencer?
de las tres ciudades más digitalizadas ¿Cómo se manifiestan los procesos re-
de América Latina (Rodríguez, 2010). sultantes en la música? ¿Podemos ha-
Actualmente es posible llamar por celu­ blar de que se están reduciendo las
lar a un número de ayuda para recibir disparidades sociales en el acceso a los
atención cuando hay problemas de cone­ recursos culturales y se está dando un
xión en los parques o mandar un men- proceso de democratización “desde
saje por celular para reportar un bache abajo”? ¿Qué puede decirnos la etno-
o un problema cualquiera a las autori- grafía al respecto?
dades. En 2015, ya en todas las ciuda- Desde 2001 he estado investigando
des del estado hay cuando menos un acerca de la música en Yucatán. Para
parque con acceso a internet. hacer investigación he debido primero
Desde entonces Mérida se ha man- aprender a tocar la música de trova,
tenido como una ciudad altamente di- pues fui trovadora entre 2001 y 2008.
gitalizada, aunque una y otra vez el Actualmente estoy estudiando la rela-
área de salud ha aparecido en los ran- ción entre la música y la tecnología en
kings como la parte menos desarrolla- el estado de Yucatán. Me interesa el
da en los proyectos de digitalización del lugar que ocupa todo tipo de tecnología
ayuntamiento, a diferencia de lo que en el quehacer musical, desde la trans-
sucede en otras ciudades de América formación del cuerpo en un instru-
Latina y del país. Mérida, y Yucatán en mento o conjunto de instrumentos
general, entre tanto, han seguido un musicales, hasta los instrumentos mu-
curso propio: a partir del 11 de abril de sicales extracorporales, los sistemas
2014 el gobierno de Yucatán ha imple- de preamplificación y amplificación,
mentado el programa Bienestar Digi- modificación y producción musicales.
tal, mediante el cual ha entregado Lo que mis estudiantes y yo hemos en-
alrededor de 17 500 computadoras a contrado es una gran desigualdad que
estudiantes de bachillerato en las pre- parece sólo estar creciendo en el acceso
paratorias públicas del estado, comen- a la educación musical y las posibilida-
zando por las preparatorias en zonas des de hacer música. La progresiva
más pobres. Además, se han creado computarización de los hogares yucate-
Centros de Bienestar Digital en todos cos no ha eliminado esta desigualdad,
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 179

sino que cada vez está ensanchándola: El uso de software en licencias co­
está creciendo la diferencia entre quie- pyleft requiere de muchas horas más
nes pueden hacer música por medios de trabajo y de una mayor inversión de
únicamente digitales y quienes pueden tiempo que los programas similares en
hacerla por medios variados, inclusive sus versiones propietarias. Si bien es
los digitales. cierto que las computadoras se han
De 2012 en adelante he estado apren- hecho accesibles en el estado y en la
diendo a usar software de tratamiento ciudad, incluso las versiones “piratas”
de sonido y de producción y conociendo del software propietario para la pro-
el mundo de las tornamesas y los ins- ducción musical son difíciles o imposi-
trumentos programables, pues me inte- bles de usar en equipos como los que
resa el campo general de la producción ahora tiene la mayor parte de los jóve-
musical en Yucatán tanto en vivo como nes de Yucatán. El software libre se
en estudio. El lenguaje idiomático de presenta muchas veces como la única
la edición y producción sonoras en opción para los jóvenes de escasos re-
Yuca­tán es una especie de spanglish cursos que quieren dedicarse a la mú-
yucateco. Tengo gran ayuda de mis es- sica o cualquier otra ocupación. Si bien
tudiantes, quienes trabajan en temas en los noventa se pensó que el copyleft
relacionados con mi propia investiga- y la “piratería” llevaría a una democra-
ción, y de vez en cuando me apoyo en tización cultural “desde abajo” (véase
ayudantes de investigación por medio Vargas-Cetina, 2010), la etnografía de la
de contratos, sin embargo, todo está música en Mérida nos muestra que esto
implicando para mí un nuevo aprendi- no es exactamente así: ni todas las
zaje lingüístico a la par de un reapren- computadoras ni todo el software son
dizaje tecnológico. Estoy encontrando iguales, por lo que las batallas por el
que, a diferencia de los programas que acceso a los recursos culturales ana­
yo aprendo a usar en cursos en nues- lógicos ahora se han sumado a las
tra Facultad de Ciencias Antropológi- batallas por el acceso a los estratos he-
cas y en cursos virtuales a los que la gemónicos del mundo digital.
facultad me ha dado acceso, son los En Yucatán, la mayor parte de las
programas gratuitos en copyleft y ver- canciones y la mayoría del software
siones “piratas” de cierto software pro- están en español, pero muchos progra-
pietario los de mayor difusión entre las
y los músicos de las colonias pobres de chos de uso a quien compra el producto. En el
Mérida.6 otro extremo está el software de acceso y uso li-
bre, que generalmente está dentro de algún tipo
de licencia copyleft. Existen varios tipos de licen-
6
Existen dos polos en las licencias de soft- cias copyleft. La más abierta es aquella en la que
ware (programas para computadoras y para la o el autor permite tanto la apropiación del
otros aparatos electrónicos); por una parte está el núcleo del programa u obra para modificarlos,
software propietario, que pertenece a una per- así como su distribución libre, gratuita y sin con-
sona o compañía y cuyo uso está regulado por la diciones para el usuario final (para mayor infor-
legislación Copyright, que concede derechos de mación al respecto véase el sitio de la Fundación
exclusividad a quien detenta la patente y dere- Copyleft en http://fundacioncopyleft.org).
180 Gabriela Vargas Cetina

mas de software para la producción Es interesante ver el panorama


musical profesional están en inglés, y musical actual de la ciudad de Mérida
son menos accesibles para usuarios de en relación con el mapa socioeconómi-
escasos recursos. Las versiones del co de la ciudad. En los estudios de gra-
software libre en español frecuente- bación que están apareciendo por toda
mente carecen de inmediatez o vigen- la ciudad, vemos una proliferación de
cia entre los conceptos usados y las estudios basados en el uso de computa-
acciones que nombran. Esto se debe en doras, software y cabinas precarias en
gran parte a que si los laboratorios el sur, que se caracteriza por albergar
de software que cuentan con capital a la población urbana de menores re-
prácticamente ilimitado, como Avid y cursos. Uno de mis estudiantes se pre-
Apple, pueden emplear a profesionales guntaba con gran asombro en octubre
de la traducción, el software libre se de 2014: “¿Cómo pueden llamarles
apoya en el trabajo voluntario de miles ‘estudios’? ¡Son chozas forradas de
de personas, incluyendo a las que es- car­tones de huevos, con uno o dos mi-
tén dispuestas a traducir manuales, crófonos, una tornamesa y una laptop!”.
comandos e instrucciones. Además, la El software usado en estos estudios
orientación ideológica de estas perso- low-tech generalmente es software “pi-
nas voluntarias hace que muchas ve- rata” o libre. Mientras vemos estudios de
ces los nombres de comandos en el grabación, masterización y posproduc-
software comercial tengan poca rela- ción basados en equipos de alta fidelidad
ción con los nombres de los mismos co- acústica, con pantallas de aislamiento
mandos en el software libre. Si antes acústico, consolas Pro­Sonus y software
teníamos dialectos analógicos basados (programas para computadoras y otros
en el uso cotidiano de idiomas, hoy aparatos electrónicos) propietario
también tenemos dialectos informáti- como ProTools, Logic y Ableton (los
cos, basados en las diversas ideologías programas profesionales más usados
que los sustentan y en idiomas hege- para grabación y edición de música),
mónicos y sus variantes regionales, así en el norte y el poniente, las zonas que
como en el constante deseo de traducir alojan a la clase media de profesiona-
todo a lenguas locales. Además hoy es les y los estratos sociales más acomo-
mucho más caro, al menos en la ciudad dados. Las y los profesionales de la
de Mérida, comprar una buena guita- música a quienes pertenecen estos es-
rra y un buen amplificador que conse- tudios generalmente se dedican a tipos
guir una laptop y tener acceso a de música que utilizan instrumentos
internet para bajar e intercambiar
programas, música y beats.7 otros beats y loops, en mezclas (splice) de dife-
rentes piezas o segmentos. En Mérida el sobre-
7
Los beats son segmentos melódicos que in- nombre beats o B es frecuentemente usado por
cluyen un patrón de percusión y pueden ser quienes operan los tornamesas, sea con discos
usados en loops, (rizos), sea enteros y repitiendo de vinil o en pantalla, señalando así que son
todo el segmento hasta que la pieza termine, o otras personas las que deberán rapear sobre los
en cortes, es decir, en subsegmentos dentro de beats.
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 181

acústicos, como rock, rock pop, música aquéllos colectivos que logran estable-
romántica, música electrónica y elec- cerse con su propia razón social, reco-
troacústica. Estos tipos de música ge- nocimiento del público y, muchas
neralmente requieren de una gran veces, apoyos del gobierno, general-
infraestructura en términos de instru- mente invierten en equipos más profe-
mentos musicales, aparatos y progra- sionales de grabación. Aun así, los
mas de efectos, preamplificadores, recursos para mantener el hardware y
amplificadores y ecualizadores, y con- el software actualizados no les son fá-
solas de múltiples entradas y salidas ciles de encontrar.
de señal. Estos estudios entran a com- En este momento, mis actividades
petencias internacionales por medio de investigación informan mi práctica
de sus producciones para la televisión, docente. Trato de transmitir a mis es-
el cine e internet, y sus operadores es- tudiantes los conocimientos que voy
tán certificados como técnicos por las adquiriendo adaptándolos a lo que
casas que producen el hardware (las considero formas más útiles y más ac-
computadoras, sintetizadores y conso- cesibles. Por ejemplo, ProTools de Avid
las) y el software que en esos estudios es el software estándar de edición de
se manejan. En los estudios más pre- audio en la industria musical, y el soft-
carios generalmente se producen beats ware que yo primero aprendí a utilizar
y tracks de hip hop, con la ayuda de al- tomando cursos en nuestra propia
gunos micrófonos, una o más torname- facultad, pero quiero que mis estu-
sas, con una o más computadoras para diantes aprendan a usar programas de
la grabación y producción de los otros tipos, como Audacity y Mixxx,
tracks.8 Los concursos en los que parti- ampliamente utilizados por los jóvenes
cipan las producciones de estos estu- de escasos recursos en la ciudad. Estos
dios son los de culturas populares, los programas son gratuitos y están basa-
de la ciudad de Mérida y los concursos dos en software libre. Me interesa que
regionales de “batallas” de hip hop y los programas que veamos en clase
break dance. El deseo de contar con es- sean multiplataforma, de tal manera
tudios de ensayo y grabación profesio- que funcionen al menos en Windows,
nales y la adquisición de mejores Mac y Linux. Esto implica dificultades
instalaciones y equipos es constante, y operativas en la edición, las cuales se
acentúan por las idiosincrasias de la
traducción. Me doy cuenta, sin embar-
8
Se le llama tracks a los canales en los que go, de que en cuanto dejo de dar clases
se graban las distintas melodías y segmentos de
percusión que forman cada pieza musical; tam-
relacionadas con el sonido, regreso casi
bién se llama tracks a las piezas que son graba- inmediatamente al software comercial
das en multitrack y pueden ser almacenadas en propietario, y que cuando salga de la
algún tipo de soporte material portable, como investigación en campo sobre produc-
cintas, discos de vinil, cd, memorias flash o tar-
jetas. Generalmente track se refiere a un seg-
ción musical entre jóvenes de Yucatán
mento de música grabada, sea una de las líneas seguramente se reducirá mi contacto
melódicas o una pieza entera. con el software alternativo.
182 Gabriela Vargas Cetina

Las inequidades lingüísticas y mu- hace unos 20 años, los que caracteriza-
sicales se extienden al mundo digital, y ban a las músicas locales que ahora se
es muy fácil dejar de ser “multilingüe” registran e interpretan en forma digi-
en software alternativo por cuestiones tal. Más allá de los discursos políticos y
de comodidad y acceso diferencial. Una programáticos de las instancias guber-
vez más, mi competencia en idiomas namentales, educativas, comerciales y
musicales digitales low-tech quedará de apoyo institucional, la etnografía
atrás en cuanto comience a dedicarme nos muestra que no es posible pensar
a un nuevo proyecto. Por tanto, mi co- en los programas de “desarrollo” o de
municación con los músicos y producto- “ecualización de oportunidades ante la
res de las áreas socioeconómicamente brecha digital” como las opciones para
marginadas de Yucatán volverá a ser remontar totalmente la desigualdad.
profundamente asimétrica, en tér­minos La etnografía es el único método que
de las diferencias de uso de hardware nos puede revelar por qué estos pro-
y de software para el procesamiento di- gramas se quedan en buenas intencio-
gital del sonido y de la música. nes, y cuáles serían las posibilidades
reales de transformación local: el mejo-
CONCLUSIÓN ramiento de las condiciones de vida y
la ecualización del ingreso, que sola-
A lo largo de este artículo he estado mente podrían resultar de la transfor-
mostrando, a través de mi experiencia mación radical del sistema económico
de investigación, la relación de des- actual. Y es que aún quienes hacemos
igualdad estructural que se extiende etnografía reflexiva tratando de de-
desde las diferencias lingüísticas hasta sarrollar relaciones intersubjetivas
las diferencias culturales y en el acceso nos vemos, al final de cada proyecto,
a la infraestructura digital. Éste, me re­gresando a nuestras posiciones ha­
parece, es uno de los grandes poderes bituales en las estructuras de la des-
de la etnografía: encontrar y poner en igualdad.
relieve, incluso en aquellos lugares in- Un segundo gran poder de la etno-
sospechados, los efectos de la desigual- grafía es el de mostrar, con nuestros
dad socioeconómica y cultural. Esta datos, que las personas en situaciones
desigualdad, como hemos visto, se ex- desventajosas no están allá porque se
tiende necesariamente a la desigual- lo hubieren propuesto o porque deci-
dad en acceso a recursos y productos dieron conscientemente no cambiar de
culturales, y en la poca proyección de lugar social. Nosotros mostramos cómo
los productos culturales regionales y esas personas están tan dedicadas
locales minoritarios hacia los merca- como nosotros a su trabajo, a sus fami-
dos hegemónicos. Más aún, la cultura lias o relaciones equivalentes, al arte, y a
y el mercado hegemónicos moldean ne- los proyectos colectivos en su localidad,
cesariamente la cultura local, pues el y mostramos también cómo las estruc-
software impone ahora ritmos y afina- turas homohegemónicas les afectan y
ciones que no necesariamente eran, limitan el impacto de sus producciones
Reflexiones sobre el trabajo de campo: la utopía intersubjetiva en un mundo desigual 183

culturales. Un tercer gran poder de la quizá comenzar a establecer otro tipo


etnografía es demostrar cómo algunos de relaciones con la gente en el campo,
elementos culturales, como la música, en nuestros propios espacios y en nues-
que tiende a ser desdeñada por las ini- tra práctica profesional en general.
ciativas de “desarrollo humano”, son
indispensables para la sobrevivencia Agradecimientos
de prácticamente cualquier grupo y
sociedad, y son un canal de esperanza Agradezco mucho a Emanuel Rodrí-
para la transformación utópica de la guez y a Silvia Gómez Tagle que me
sociedad y un escenario de acción indi- hayan invitado a pensar en estos te-
vidual y colectiva en contra de las es- mas. Gracias a todas las instituciones,
tructuras existentes. Por último, otro agencias y fundaciones que han finan-
gran poder de la etnografía es el de re- ciado mi trabajo a través de los años:
cordarnos, apenas comenzamos a olvi- University of Calgary, Department of
darlo, que somos parte de esas mismas Anthropology of McGill University,
inequidades que hemos vivido durante Max Bell Open Fellowship Fund, Dal-
el trabajo de campo, y que ninguna bir Bindra Fellowship Fund, Canadian
fuerza que podamos ejercer indivi- Association for Studies in Cooperation,
dualmente va a cambiar seriamente The Graduate Faculty of McGill Uni-
las condiciones estructurales de des- versity, Canadian Agency for Interna-
igualdad. tional Development, Wenner-Gren
Por supuesto, sería fantástico poder Foundation for Anthropological Re-
lograr el sueño de una etnografía in- search, McGill Special Presidential
tersubjetiva totalmente horizontal, Fellowship Fund, Ford Foundation,
pero las condiciones actuales, no sola- Consiglio Regionale di Sardegna, Con-
mente a nivel global socioeconómico, sejo Municipal Indígena de las Marga-
sino al de las demandas cotidianas a ritas, Chiapas; Instituto Nacional
quienes trabajamos como antropólo- Indigenista, sede Chiapas, Centro de
gas y antropólogos, hacen que ese obje- Investigaciones y Estudios Superiores
tivo sea una utopía. Las utopías, sin en Antropología Social, Consejo Nacio-
embargo, son un buen faro en la niebla nal de Ciencia y Tecnología de México,
de la investigación y la docencia antro- Programa de Mejoramiento del Profe-
pológicas, constantemente oscurecidas sorado de la Secretaría de Educación
por las demandas administrativas, Pública de México, Society for the Hu-
cuenta-puntistas y sobrevigilantes de manities of Cornell University y Facul-
la academia actual y el inmediatismo tad de Ciencias Antropológicas de la
del Estado y de los gobiernos. Éstos Universidad Autónoma de Yucatán.
nos piden convertir nuestras investi- El trabajo de investigación para la
gaciones en libros de recetas y de solu- sección sobre música y tecnología fue
ciones de opción múltiple, en vez de apoyado por el Proyecto 156796 del
darnos la libertad y el apoyo para per- Conacyt. Gracias a mis estudiantes de
seguir nuestra propia curiosidad, y titulación, a las y los alumnos del curso
184 Gabriela Vargas Cetina

Antropología del Sonido en la uady, a treal Anglophone French”, en Miriam


los miembros del seminario Perfor- Meyerhoff y Naomi Nagy (eds.), Social
mance Epistemologies en Brown Uni- Lives in Language –Sociolinguistics
versity, y a Mónica Heller por haber and Multilingual Speech Communities.
compartido conmigo algunos de los re- Celebrating the Work of Gillian
sultados de su equipo de investigación Sankoff, pp. 273-314.
sobre francofonía y bilingüismo en Ca- Brooks, Chris (2005), “Newfoundland, A
nadá. Gracias especiales a Steffan Igor Map of the Sea”, Public Radio Interna-
Ayora Díaz, Mauricio Sánchez Álvarez, tional Magazine, 8 de enero de 2005, en
Federico Besserer Alatorre y a quienes línea [http://www.loe.org/shows/seg-
dictaminaron este artículo por haber ments.html?programID=05-P13-
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ciesas, México, ciesas (cuatro dvd), 2014. Win Wenders en su película Hasta el fin
del mundo (1999). Película que se sitúa
Isaac García Venegas
en una época en la que, como resultado
de una supuesta catástrofe nuclear, al-

E
l desarrollo tecnológico en el gunos sobrevivientes ya no viven sino
que vivimos inmersos ha provo- se sientan frente a las imágenes que un
cado cambios radicales, particu- misterioso aparato proyecta; imágenes
larmente en lo que se refiere a la imagen. de sueños y recuerdos que lejos de ayu-
No cabe duda que actualmente presen- dar a volver a tener presente la civiliza-
ciamos —y somos partícipes— de una ción ida, evitan el fastidio mismo de
realidad novedosa: el mundo de las vivir incluso la propia vida.
imágenes ha dejado de ser tal (es decir, En pocas palabras, las imágenes ya
un mundo limitado por lo menos en cuan- no son sobre el mundo sino del mundo:
to a su “producción”, no tanto en cuanto lo que se ha perdido es la distancia ne-
a su “percepción”) para convertirse en cesaria entre el mundo y la imagen.
un inconmensurable arsenal de imá- Hoy el mundo es la imagen que de él se
genes del mundo. Las imágenes fijas y capta y difunde. Mientras la distancia
en movimiento, editadas y sin editar, nos permitía saber que el mundo era
pueblan nuestra vida cotidiana. Los algo más que la imagen (a fin de cuen-
megapixeles en dispositivos móviles, tas un instante fijado en un flujo conti-
las funciones automáticas que “facili- nuo del tiempo), hoy pareciese ser que
tan” y sustituyen cierto saber sobre la el mundo es lo que el cúmulo de imáge-
generación y producción de imágenes, nes nos dice que es. Las imágenes pues
los programas y aplicaciones que vuel- son del mundo: no sólo le pertenecen
ven “artística” o “estética” cualquier sino que son el mundo mismo: vivimos
imagen (incluso los autorretratos, lla- en un gran selfie del mundo. Para algu-
mados selfies, en los baños antes o des- nos, esta pérdida de distancia es en
pués de la ducha), nos aproximan realidad una ganancia; para otros, es
vertiginosamente a esa realidad virtual una tragedia.

187
188 Reseñas

Semejante circunstancia, novedosa Llamada Antropovisiones, es una serie


a todas luces, afecta distintos niveles de nueve documentales de aproxima-
del modo en que nos aproximamos a damente media hora cada uno, salvo el
las imágenes. Su lenguaje, su abeceda- más reciente que es del doble de dura-
rio y su técnica, las más de las veces se ción, realizada entre 1999 y 2011.
ignora, lo cual no obsta para producir y Como su nombre lo indica, se trata de
difundir imágenes, pero incluso entre un conjunto de visiones sobre la antro-
quienes les conocen parece prevalecer pología, o mejor dicho, sobre ciertos te-
la senda bíblica de Babel: la especifici- mas de una vertiente de la que trabaja.
dad del lenguaje fotográfico, cinemato- Puede afirmarse, incluso, que se trata
gráfico o documental se confunde con de un conjunto de visiones sobre el ser
el de la propaganda, la publicidad y la humano, ya sea inmerso en diversas
televisión. La espontaneidad y rapidez problemáticas: el alcoholismo (El se-
con que actualmente se puede produ- creto del alcohol), la marginación (La
cir y editar una imagen hace creer a calle de los niños), la migración (El ya-
una amplia mayoría, incluso dentro de lalteco nunca se acaba), la vejez (Histo-
los sectores académicos, que el registro rias de gente grande); o bien, realizado
y difusión, con su toque de “creativi- diversos trabajos (Artes y oficios mexi-
dad”, es igual a la construcción de un canos; Camaristas, autorretratos indí-
discurso audiovisual que documenta genas); sea historiando temas ricos y
un segmento de la realidad. Por su- complejos (Lacandona, medio siglo de
puesto, esto no es así, aunque sólo sea sueños; Mexicanerías. La construcción
por el hecho de que lo segundo, es decir, del México típico), o reflexionando sobre
el documental tiende a provocar el el propio hacer del antropólogo en una
pensar, analizar y meditar el mundo, época signada por la barbarie (Trabajo
no a consumirlo como si se tratase de de campo en tiempos violentos).
una golosina dispuesta allí a ser sola- Al ver la serie completa, una pre-
mente consumida, como acontece con gunta es obligada: ¿qué razón o motivo
la publicidad, la propaganda, la televi- pudo llevar a Victoria Novelo a ocu­
sión. En suma, existe una gran distan- parse en esta serie durante 12 años?
cia entre captar y difundir un hecho, Sobre todo, si se tienen en cuenta las
por ejemplo, un asalto, una pelea, y el adversas condiciones en las que lo
registro y producción de imagen con la hizo, tan comunes en todas las institu-
finalidad de ayudar a reflexionar sobre ciones académicas de este país que no
la violencia misma. Lo primero es un son privadas (recorte presupuestal, gi-
asunto de distracción, de testimonio, de gantismo burocrático, ofensiva políti-
noticia; lo segundo es lo propio del docu­ ca, desinterés, etcétera). Parte de la
mental, de una vertiente del cine, de respuesta se encuentra en su formida-
una vertiente de la fotografía. ble querencia con el cine, que se le
Lo que digo se puede constatar con afianzó con aquel legendario documen-
la serie que hoy presentamos, ideada, tal llamado El grito. Aunque fuese de
pensada y dirigida por Victoria Novelo. manera indirecta y un tanto lejana
Reseñas 189

de la producción formal, Novelo estuvo Pero Victoria Novelo como antropó-


allí, cuidando, protegiendo, a los que loga ha contribuido, además, a fundar
entre moviola y celuloide, se esforza- instituciones, y el trabajo en las insti-
ron porque ese testimonio de lucha es- tuciones no le es ajeno. En el Centro de
tudiantil de 1968 se concretara y Investigaciones y Estudios Superiores
difundiera. Desde entonces, Novelo si- en Antropología Social (ciesas), del que
gue cultivando esa querencia; Antropo- es profesora investigadora emérita, se
visiones es uno de sus resultados. ocupó del área de Publicaciones y Difu-
Otra parte de la respuesta tiene que sión. Esa experiencia le confirmó lo
ver con su profesión: la antropología. que en general se sabe o intuye: que a
No estoy seguro de si alguna vez lo ha menudo el trabajo académico se queda
dicho, pero es muy evidente la estrecha entre paredes, convirtiendo lo que al-
vinculación entre su cinefilia con su ob- guna vez fue diálogo en monótonos so-
jeto de estudio preferido: la artesanía y liloquios. Para superar semejante
el oficio de artesano. Hay que recordar destino, diseñó una estrategia para di-
que en los lejanos años sesenta del siglo fundir y vincular a la institución con la
pasado no existía la facilidad tecnológi- sociedad: venta de bodega de libros, ci-
ca de hoy, si bien ya despuntaba. La clos de cine, etcétera. Fue allí donde
edición lineal, propia de la producción gestó la idea de la serie Antropovisio-
cinematográfica y documental, exigía nes que, como dice su sello, es una “se-
lo que me parece todo artesano sabe rie basada en los trabajos del ciesas”.
exige la artesanía: un saber, una des- Así, esta producción puede entenderse
treza, mucha paciencia y algo de intui- también como resultado de una fuerza
ción. Victoria Novelo se ha distinguido centrípeta de tendencias que operan
como antropóloga por estudiar a fondo de manera radical en Novelo: el cine, el
eso que se llama artesanía y a sus pro- oficio, la antropología, la difusión. De
ductores, los artesanos. Sucede como si este modo también se entiende que le
en ellos, en su hacer, hubiese un reflejo haya dedicado tanto tiempo de su vida.
de su propia querencia cinematográfi- La serie Antropovisiones, que hoy se
ca, incluida su producción. Y no es difí- nos ofrece como una colección en cuatro
cil concluir que su hacer antropológico dvd, nos muestra algo fun­damental:
también es deudor de ese vínculo entre que la transformación tecnológica no
pasión cinematográfica y artesanos y debiera significar la eliminación de la
artesanías: en él hay paciencia, saber, distancia entre imagen y mundo, como
oficio (que es un modo de llamar a la exige la situación actual. Comparado el
destreza) e intuición. Cuando pienso primer documental (El secreto del al­
esta vinculación la única palabra que cohol) con el más reciente de la serie
se me viene a la cabeza es cernir. La (Trabajo de campo en tiempos violen-
querencia y el oficio ciernen. Antropovi- tos) salta a la vista la transformación
siones es algo que se cernió en 12 años. tecnológica de las cámaras y el audio
Y me parece que su resultado vale mu- utilizados, sin embargo, la técnica y la
cho la pena. estructura, puede decirse, es la misma:
190 Reseñas

un tema central visto por un especia- te (y supongo que también conflictiva-


lista —un investigador del ciesas— y mente), hasta que hizo una mancuerna
un conjunto de voces que acompañan o creativa con Andrés Villa, con quien
incluso disienten de sus opiniones en hizo los documentales más recientes.
algún aspecto. Es claro en cada docu- El sello de la serie es una secuencia
mental que Victoria Novelo estudió lo hermosa. Se trata de una puerta de
sostenido por el investigador que ase- madera tallada, pesada y dura, que
sora y participa en cada documental, franquea el paso de la Casa Chata
que ellos le abrieron las puertas de sus (construcción en Tlalpan que data del
propios informantes o le sugirieron al- siglo xviii). La puerta se abre de par en
guna entrevista, por ejemplo, en Mexi- par, como dando la bienvenida al es-
canerías. La construcción del México pectador para conocer el trabajo de los
típico. También es notorio en La calle investigadores del ciesas. Y esto es lo im­
de los niños, por ejemplo, que la inves- portante de la serie: muestra los temas
tigadora Elena Azaola le dio pauta so- que interesan a ciertos investigadores
bre el lugar posible donde filmar o de esta institución. Llama la atención
grabar. Lo mismo sucede en El yalate- que en los abordajes propuestos por la
co nunca se acaba o en Historias de serie prevalezca la mirada de los an-
gente grande o en Lacandona, medio tropólogos, de los actores sociales, y no
siglo de sueños. el de las instituciones. Esto tiene su
En ninguno de los documentales de explicación. Como se sabe, la antropo-
esta serie hacen falta planos com­ logía mexicana ha librado una batalla
plejos, uso de fotografías, litografías, enorme por sacudirse la huella con que
fragmentos de cine, objetos que consti- nació: ser un brazo, una herramienta,
tuyen un discurso visual pertinente y de las instituciones del Estado mexica-
adecuado. Incluso cuentan con secuen- no. Lo que en esta serie se nos muestra
cias dramáticas, como la de los niños con peculiar fuerza es un “momento”
de la calle o de alcohólicos tirados en la privilegiado de una parte de la antro-
calle o siendo objeto de una ausculta- pología mexicana que se define por su
ción médica que los enfrenta a una si- ambición, su necesidad, y hasta su ne-
tuación grave que les hace llorar frente cedad podríamos decir, de observar
a cámara. Tampoco faltan peculiares críticamente y de ser un mediador
metáforas, como sucede en Trabajo de activo entre una realidad social —pro-
campo en tiempos violentos, cuando blemática no cabe duda—, y las insti-
aparecen un conjunto de balas a mane- tuciones que están allí, o debieran de
ra de viñeta o ciertas tomas áreas que estarlo, para atender y acometer las
deliberadamente crean vértigo para soluciones que esa vida social deman-
hablar de la exclusión social como en da. Fue un “momento” privilegiado,
La calle de los niños. Por supuesto que digo, porque hoy en día las políticas
todo esto se debe a la mirada de los di- oficiales de la antropología, y de algu-
rectores invitados de cada documental, nas de las instituciones académicas
con los que Novelo trabajó intensamen- que la cultivan, es precisamente un
Reseñas 191

salto mortal hacia atrás, disfrazado de de la serie Antropovisiones sea un des-


sabiduría y creatividad: volver a ser cuido o un error. Creo, por el contrario,
brazos institucionales de gobiernos y que es la expresión consciente de una
empresas, no para atender problemas antropóloga que si bien no podía adi­
so­ciales, sino para servir de palabra vinar el camino por el que optaría la
prestigiosa en el convencimiento de que política oficial con respecto a la antropo-
lo que se decide desde arriba es lo que logía, estaba felizmente consciente de
me­jor conviene a los actores sociales. aceptar “el encargo” social que se le ha-
Me parece que Victoria Novelo per- cía a su disciplina, y lo hizo como lo hace
tenece a ese “momento” privilegiado en un artesano: con paciencia, saber, oficio
el que la antropología se pensó en me- e intuición. Ojalá que esta serie tenga
diadora de abajo hacia arriba, y no toda la difusión que merece, y Victoria
como ahora, de arriba hacia abajo. Novelo se anime a producir y dirigir
Puede que yo esté equivocado, pero la los cuatro documentales que faltan para
serie Antropovisiones eso muestra: es cumplir con el proyecto original de la
Eduardo Menéndez afirmando que el serie. Asimismo, espero que las puertas
alcoholismo es algo con lo cual se debe de la antropología no se cierren al uso
vivir y regular socialmente; es Ricardo de nuevos lenguajes para difundir su
Pérez Montfort argumentando cómo lo quehacer, y ojalá que esa puerta se siga
“típico” es una construcción del nacio- abriendo de abajo hacia arriba, y no
nalismo mexicano, ideología hegemó- sola y únicamente de arriba hacia abajo.
nica que todo lo uniforma; es Felipe Espero, pienso, que con series como
Vázquez comentando que la etapa más ésta los nuevos antropólogos, sobre
larga de la vida (la vejez) es la más des­ todo los antropólogos en ciernes, pue-
cuidada por las instituciones; es Jan de dan encontrar el arsenal para liberar
Vos insistiendo que la Lacandona con- una nueva batalla dentro de sus cam-
cita un conjunto de contradicciones y pos, y que en esta batalla no se olviden
expresiones culturales y políticas que no que se trata de reflexionar sobre el
son reducibles a las políticas oficiales mundo, no hacer imágenes del mundo.
de los gobiernos estatales; es Carlota
Duarte mostrando que la revaloración
de la cultura indígena no solamente Claudia C. Zamorano Villarreal, Vivienda
pasa por su reconocimiento o por su mínima obrera en el México posrevolucio-
nario: apropiaciones de una utopía urbana
instrucción sino por la transferencia
(1932-2004), México, ciesas (Publicaciones
de medios que supone el uso de una de la Casa Chata), 2013.
cámara fotográfica. En ninguno de los
contenidos se habla desde las institu- José Antonio Ramírez Hernández
ciones, es más, lo que es claro es su au-

C
sencia, como en el documental Trabajo laudia Zamorano es profesora
de campo en tiempos violentos. investigadora del Centro de In-
Es difícil concebir que en un trabajo vestigaciones y Estudios Supe-
de 12 años esta perspectiva implícita riores en Antropología Social, D.F.
192 Reseñas

Obtuvo su doctorado en la Escuela de Zamorano empieza con la construc-


Altos Estudios en Ciencias Sociales, en ción del objeto de estudio. Señala que
París. Su trabajo de investigación se eligió la colonia Michoacana por moti-
enfoca en el espacio urbano, la vivien- vos personales, pues ahí vivió sus pri-
da y la familia, a partir de la antropo- meros años de existencia. Sus ideas
logía urbana. iniciales trataban de entretejer la vi-
El libro reseñado es resultado de 10 vienda y la familia en sectores popula-
años de investigación y en 2014 fue res; historias de vida y modificaciones
distinguido con el premio a la mejor en las casas y, por último, la confección
investigación en antropología social de una arqueología de la vivienda.
“Fray Bernardino de Sahagún” del Al realizar trabajo de campo y ar-
Instituto Nacional de Antropología e chivo redefinió la investigación, por
Historia. A partir de una perspectiva considerar los siguientes aspectos so-
que traza distintas escalas de estudio, bre la colonia en cuestión: a) fue asig-
desde el cuerpo humano hasta lo glo- nada a la clase media, b) su centro
bal, el objetivo del libro es investigar escolar fungió como prototipo de la
los procesos urbanos que dieron origen educación socialista, c) contenía expre-
y forma a la colonia Michoacana, ubi- siones artísticas sobre la ciudad y la
cada al oriente de la ciudad de México. Revolución mexicana y d) era parte de
Con esta finalidad se presentan varios un proyecto integral (vivienda y espa-
temas que estructuran el objeto de es- cio urbano). Esto permitió pensar la
tudio: la arquitectura funcionalista en colonia Michoacana como un proyecto
México y la planificación integral, los urbanístico integral de ciudad moder-
primeros proyectos estatales de vivien- na que atendía al proceso de industria-
da para trabajadores, su edificación lización, incluía la planificación urbana
como utopía urbana en los inicios del y la creación de una política de vivien-
siglo xx y, finalmente, la producción so- da por parte del Estado.
cial del espacio urbano y sus diferentes Tres preguntas guían la investiga-
procesos de apropiación. ción: “¿cómo se produce el espacio urba-
El estudio es pertinente en cuanto no?, ¿cómo se transforma? y ¿qué
no se ciñe a la colonia Michoacana. La factores y actores intervienen?” Para
autora realiza una serie de recortes es- responderlas, la autora se centra en el
paciales que vinculan procesos sociocul- Estado, los consumidores y los producto-
turales con la historia, la materialidad res de dicho espacio, retomando a Henri
(arquitectura), la construcción de la ciu- Lefebvre, quien en La producción del
dad y sus agentes. Se enfoca en tres am- espacio (París, Anthropos, 1991) concibe
plias esferas: la arquitectura mexicana este proceso a partir de una tríada de
funcionalista, la implicación de agentes dimensiones que intervienen en la
políticos y la apropiación simbólica y producción del espacio: la representación
material realizado por los beneficiarios (espacio concebido y conceptual), donde
del proyecto urbano, incluidos la vivien- lo creado es producto de planificadores,
da y el entorno urbano. urbanistas, tecnócratas; el imaginario
Reseñas 193

(el espacio de los habitantes), compuesto ticas corporales: hábitus), así como mo-
por un sistema de signos producidos, dificaciones en las fachadas que revelan,
designados y ordenados, y la prácti­ca, sobre todo, el imaginario del miedo.
donde el espacio es producido y reprodu­ En el primer capítulo construye su
cido por los usuarios. objeto de estudio. Expone la elección
Su metodología incluye la interac- del lugar de estudio, así como el inicio
ción de viviendas y familias, indagando y redefinición de su investigación. Ex-
los procesos de adaptación, apropiación plica la manera en que la arquitectura
e interpretación de la arquitectura mo- y la antropología se vinculan, lo cual
derna del siglo xx. Mediante 71 entre- permite plantear las tres preguntas de
vistas obtiene historias de vida, de las investigación iniciales apoyadas en el
casas y la colonia; transformaciones y concepto de producción del espacio de
apropiaciones de espacios urbanos; Henri Lefebvre (1991).
eventos de sociabilidad y vida cotidiana. En el capítulo dos (inicio de la pri-
Sus fuentes incluyeron archivos históri- mera parte) explica cómo, a partir de
cos de la ciudad de México, documentos la modernidad de inicios del siglo xx, se
hemerográficos (revistas, folletos, ten- alistan transformaciones en el mundo
dencias urbanistas y arquitectónicas); en las que la arquitectura y el urbanis-
datos censales (1930-2000); fotografías mo no fueron la excepción. Surgirá el
aéreas históricas de la zona, álbumes estilo funcionalista, que derivó en va-
fotográficos de familias entrevistadas, rias escuelas, entre ellas la Bauhaus.
y una carpeta fotográfica creada por Zamorano considera el funcionalismo
ella misma. como un caleidoscopio de la moderni-
La estructura del libro —además dad que fue interpretado por los agen-
de introducción y conclusiones genera- tes que lo apoyaron o rechazaron
les— se integra por tres partes, con dos según sus intereses estéticos, políticos
capítulos cada una. La primera trata y financieros. La Bauhaus hizo sus
sobre los arquitectos radicales y el fun- propias interpretaciones.
cionalismo internacional que fue im- En el capítulo tres expone las simi-
portado, interpretado y apropiado por litudes entre la escuela funcionalista
los arquitectos mexicanos. La segunda internacional y la practicada en Méxi-
identifica a los actores políticos de la co. Zamorano argumenta que las in-
Revolución, denotando el surgimiento fluencias en México procedían de ideas
de la vivienda como problema social y de Le Corbusier y de los congresos
el nacimiento de la planificación como internacionales de arquitectura mo-
paradigma del desarrollo urbano. La derna; estaban impregnadas de las
tercera analiza la apropiación de los contradicciones políticas que impera-
beneficiarios desde una dimensión ma- ban en el país después de la Revolu-
terial (cambios materiales), económica ción. Así, junto con el funcionalismo,
(instalación de comercios, negocios) y los arquitectos importaron también
cultural: transformaciones en la cocina contradicciones, disputas ideológicas e
(adaptación a cultura material y prác- intereses políticos y materiales. Entre
194 Reseñas

1920 y 1940 ocurrieron cambios en la dejó la industria del cemento, en auge


arquitectura mexicana; la escuela aca- en aquel tiempo y finalmente el pro-
demicista del Porfiriato enfrentó oposi- yecto se abandonó.
ciones, tanto en lo estético como en lo En el capítulo seis (inicio de la ter-
social. Juan Legarreta fue un arquitec- cera parte) la autora se enfoca a las
to mexicano que trató de resolver el necesidades familiares que llevaron a
problema de la vivienda de los trabaja- modificar las viviendas originarias,
dores, junto con otros colegas, como donde el arquitecto funge como agente
Juan O’Gorman, Álvaro Aburto, Enri- civilizador. Zamorano analiza la di-
que Yáñez, Justino Fernández y Carlos mensión material, económica, cultural
Tardati. En 1932 Legarreta ganó el y simbólica de la apropiación de las vi-
concurso de Vivienda Mínima Obrera, viendas por parte de los usuarios. La
que unos años después permitió la cocina revela aspectos culturales de
construcción de la colonia Michoacana. sus habitantes, no sólo por sus modifi-
En el capítulo cuatro (inicio de la caciones físicas, sino de la manera en
segunda parte) la autora delimita el que se hace uso de este espacio, ha-
conflicto entre Estado, patrones, orga- ciendo confluir tecnología, prácticas
nizaciones populares, casatenientes y corporales y cultura.
terratenientes en torno a la vivienda En el capítulo siete se presentan los
obrera, que empieza a definirse como cambios materiales en la colonia, en el
un problema social. Con el funcionalis- barrio, considerando a los arquitectos
mo como respuesta, se analiza el papel como agentes políticos y usuarios. En
de la planificación urbana como dis- el paisaje de la colonia rastrea modifi-
curso dominante. La vivienda obrera caciones y creación de símbolos, códi-
se construye como un problema que gos e imaginarios. Las fachadas de las
debe resolver el Estado. casas permiten leer estos procesos, al
En el capítulo cinco se expone la ser transformadas principalmente por
idea de la utopía como una organiza- los imaginarios del miedo de los habi-
ción política susceptible de ser asenta- tantes, quienes protegen sus casas y
da en un lugar. Zamorano interpreta el colocan grandes rejas en la calle para
trabajo de los arquitectos funciona­ impedir el paso de extraños. Esto hace
listas radicales como una utopía, en que logren la identificación y rechazo
tanto que era un intento de brindar a del “otro”, así como una aparente so­
la clase trabajadora la seguridad que lidaridad entre vecinos. Se identifican
representa la vivienda. Sin embargo, dos tiempos: en el pasado la seguridad
considera lo sucedido en la colonia Mi- se integra a la arquitectura y los habi-
choacana como una utopía interrum­ tantes marcan fronteras simbólicas; en
pida o truncada: el proyecto benefició el presente identifican “al otro” para
en última instancia a una clase media en excluirlo y fortificarse con rejas.
crecimiento; no se construyeron todas A decir de Lefebvre —retomado
las viviendas proyectadas; también es- por Zamorano—, la modificación de la
tuvieron presentes los dividendos que ciudad mantiene diferencias entre los
Reseñas 195

modos de producción, los espacios Place and Back again”, en Justice, Na-
construidos y los códigos establecidos. ture and the Geography Difference,
Después de la Revolución, la agenda Reino Unido, Blackwell. 1996). Sin em-
de los políticos contenía códigos que no bargo, en este libro la parte global se
coincidieron con los de los vecinos. Un queda en la propuesta de la Bauhaus,
ejemplo es el monumento a la Madre concentrándose posteriormente en la
Petrolera, que muestra los códigos que política nacional, de manera que pue-
el Estado deseaba imponer a los habi- de hacerse la pregunta, ¿qué pasó con
tantes del lugar, pero la destrucción y otros procesos internacionales que pu-
descuido para la obra fue la respuesta dieron influir en la construcción de la
de los vecinos ante el símbolo impues- colonia Michoacana?
to. La autora concluye que construir el Vivienda mínima obrera en el Méxi-
espacio habitable es muy complejo co posrevolucionario es una investiga-
para dejarlo sólo en manos de arqui- ción novedosa, un estudio completo
tectos; asimismo, argumenta que no sobre la producción de los espacios ur-
todo acto de apropiación y simboliza- banos como resultado de la interacción
ción es un acto de resistencia. —un diálogo entrecortado— entre pla-
Definitivamente, la metodología nificadores, urbanistas, artistas y tec-
permite responder a la problemática de nócratas con los habitantes del espacio
la investigación. Zamorano muestra urbano de un momento histórico espe-
cómo, a partir de Lefebvre, se puede cífico.
hablar de producción del espacio des­
de la historia, desde una geografía par-
ticular que posee una historia espacial Fernando Barrientos del Monte, Buscando
donde convergen infinidad de agentes una identidad. Breve historia de la ciencia
política en América Latina, México, Fonta-
sociales y políticos. Vale esto para ha-
mara/Universidad de Guanajuato, 2014.
blar de la manera de obtener informa-
ción cuando no se limita sólo a la Joel Trujillo Pérez
etnografía que, dicho sea de paso, tiene

L
su complejidad. La autora sale de ella, as ciencias sociales, como campo
acude a los archivos históricos y utiliza de conocimiento específico, se
fotografías aéreas para revelarnos las han desarrollado de manera
limitaciones de la memoria como única desigual. Esto es más claro cuando nos
fuente de conocimiento. encontramos insertos dentro de algu-
El manejo de escalas, que van de lo na de las disciplinas que abarca, sobre
global al cuerpo, es un tema fascinante todo si se piensa que cada una puede
para los estudiosos de las ciudades y el coadyuvar a resolver problemas reales
espacio urbano. Una escala surge de y cotidianos de la vida en sociedad.
diversas perspectivas espaciales, don- Probablemente esto ya se ha señalado
de el regreso a la formación dimensio- para el caso de la antropología que,
nal es un intenso diálogo de lo local a lo desde sus inicios y profesionalización
global (David Harvey, “From Space to en México, a principios del siglo pa­
196 Reseñas

sado, se encontraba dispuesta como materia prima con que se gobierna y


herramienta de Estado para la incor- para quien se gobierna” (Manuel Ga-
poración de las poblaciones indígenas, mio, Forjando patria, México, Porrúa,
y donde los recursos —sociales, econó- 2006, p. 15). La antropología como
micos y políticos— fluían desde el cen- ciencia de Estado, la cual ha sido susti-
tro rector comandado por el Partido de tuida recientemente por la economía.
la Revolución Mexicana (prm), poste- Para entonces, la ciencia política no
riormente Partido Revolucionario Ins- era parte del debate nacional en Méxi-
titucional (pri), a la causa “legítima” e co. Dicha disciplina se encontraba afín
indiscutible de hacer un país mayor- a las problemáticas y fenómenos de
mente homogéneo con las característi- países llamados como de “primer mun-
cas de los países de Europa o Estados do”. Se encargaba de estudiar los siste-
Unidos. Como ejemplo de las políticas mas políticos altamente formalizados,
de incorporación, se olvidó —o no se institucionalizados, sus variantes y po-
reconoció— que este último país llevó sibilidades de la democracia en un
a cabo, desde su conformación, una mundo poco constante y estable con
cruenta campaña de limpieza étnica apariciones de regímenes clasificados
para conformar la nación que hoy co- estrictamente, donde la democracia
nocemos, con estatutos fenotípicos era el ideal a seguir mientras que el
muy particulares, pero siempre aspi- autoritarismo y la dictadura hacían su
rando al arquetipo del hombre blanco, aparición en diversas partes del mun-
protestante y con propiedades. do, incluyendo América Latina —tal
La búsqueda de una identidad me­ vez el mejor ejemplo de ello sea David
xicana se hizo tarea propia de Estado Easton y sus obras en torno a los siste-
posrevolucionario, y para ello se hacía mas políticos entre la que destaca The
factible fortalecer la antropología como Political System—, donde el principal
herramienta para la incorporación del fenómeno estudiado se centra en “The
indio, del atrasado, a la moderna socie- Study of Politics” (1953: 1). Cito en in-
dad de mediados de siglo. Como señaló glés pues la problemática acepción y
Claudio Lomnitz en una ponencia re- traducción anglosajona de política ya
ciente en el Museo Nacional de Antro- ha sido discutida en numerosos es­
pología ( mna ), la antropología se pacios en los que no agregaré más.
coronaba como “la reina de las ciencias Mientras tanto en Francia, Duverger
sociales” (2014) y sus estudios eran realizaba la obra de lo que sería el cal-
apoyados con cuantiosas posibilidades. do de cultivo de la ciencia política: Les
El caso de Manuel Gamio y la cons- partis politiques (1951), con lo que in-
trucción del mna eran el pódium sobre auguraba la temática central para la
el cual se edificaba una concepción ciencia política que continúa hasta
donde “la antropología debe ser el co- nuestros días, ambos con cierto recelo
nocimiento básico para el desempeño de exclusividad. Ambos estudios y au-
del buen gobierno, ya que por medio de tores seguían la ya característica fun-
ella se conoce a la población que es la cionalista de los estudios sociales
Reseñas 197

llenos de inputs, outputs, feedbacks y sertos en el derecho como principal


demás semántica utilizada para otor- aporte al estudio de los fenómenos po-
gar la cientificidad necesaria que le­ líticos, la influencia jurídico-constitu-
gitimara los estudios de la ciencia cionalista.
política en singular. No es casual, en- La formalización de la misma en
tonces, que Fernando Barrientos ras- los años cincuenta en Estados Unidos
tree esta historia de la ciencia política, va de la mano con la implementación
allí donde el contexto y las posibilida- de un método científico capaz de con-
des permitían el estudio libre fuera de trolar las contingencias propias de la
problemáticas de represión, cruentas sociedad con la implementación de
batallas, asesinatos y persecución polí- “variables”. La teoría de sistemas se
tica de toda índole. había apoderado de la disciplina. Por
Epistemológicamente, y como lo un lado se encontraban los hardliners
hace notar Guillermo Bonfil Batalla (duros) con leyes, correlaciones, causas
(México profundo. Una civilización ne- y explicaciones que definían la esencia
gada, 2011: 121-228), la antropología de los fenómenos estudiados de mane-
había tomado, reformulado y adaptado ra dura, cargada hacia la omnipoten-
al sujeto indígena —al indio— como su cia con estándares estadísticos y
“objeto” propio y exclusivo de estudio. numéricos. Para historiar y delimitar
Por su lado, la ciencia política realiza- los puntos de quiebre, Barrientos hace
ba esfuerzos por delimitar su campo de un recorrido tanto sincrónico como
estudio alejado de las tradiciones que diacrónico que le permite observar
Barrientos hace bien en puntualizar: aquellas coyunturas y contextos que
propician los cambios empírico, sea en
Hasta hace algunos años no solamen- personajes, revistas, universidades y,
te existía consenso entre los científi- sobre todo, de los enfoques al interior
cos sociales alrededor de la idea de de la nueva disciplina que definirán su
política, sino que tampoco lo había rumbo y le darán la forma con la que la
respecto a la denominación de la ma- conocemos actualmente.
teria. De la sociología, el derecho, la Los fenómenos propios y caracterís-
economía y la historia se importaron ticos de la región hasta entonces se
teorías, conceptos y metodologías de habían analizado y estudiado desde la
las cuales emergieron varios enfo- historia, la sociología y la antropología,
ques que enriquecieron a la discipli- ya que la ciencia política parecía
na, pero al mismo tiempo dificultaron inexistente. La sociología era entonces
su autonomía (p. 21). la encargada de problemáticas latinoa-
mericanas donde sobresalen nombres
La cita permite ejemplificar que nom- como Octavio Ianni, Pablo González
bres como Herman Heller y Hans Kel- Casanova y Ruy Mauro Marini, quie-
sen, si bien fueron los que dieron nes encabezan el estudio de fenómenos
génesis a la ciencia política contempo- políticos, originando “una disciplina
ránea (pp. 46-56), se encontraban in- sociologizada”, nombre del cuarto capí-
198 Reseñas

tulo de la obra reseñada. Aún quedaba a la institucionalización de la disciplina


en segundo plano la ciencia política, en en nuestra región. Acompañada de
tanto no se lograba posicionar del todo procesos de liberalización económica,
dentro del pensamiento intelectual y elecciones libres y el resurgimiento de
académico, tanto en México como en los partidos políticos, es que la corres­
América Latina. Para entonces, las pondencia entre procesos políticos y
fluctuaciones e influencias de la región ciencia política permite su desarrollo
incorporaban al marxismo como herra- acompañada de medios, revistas, libros
mienta en el estudio de la política, e instituciones verdaderamente especia-
como método de las ciencias sociales. lizados en el tema. En distintos países
Entonces eran identificadas dos co- aparecen publicaciones con prestigio
rrientes de marxismo: el dogmático y propio y acorde a las necesidades par­
el crítico. El autor realiza una provoca- ticulares, favoreciendo el conocimiento
tiva clasificación e identificación de co- producido desde la región para la región.
rrientes que buscaban un método, Fernando Barrientos contabiliza las
categorías y conceptos propios en el publicaciones de ciencia política, se­
centro de la disciplina, pero la ciencia ñalando a México, Brasil y Argentina
política encontraría otro obstáculo en como centros productores de conoci­
su proceso de autonomía como discipli- miento científico en sus diversas áreas
na. La poca democracia con la que se pero atendiendo a las ciencias sociales,
contaba no permitía, de muchas mane- y en especial a la ciencia política, disci-
ras, el desarrollo de la ciencia política y plina que se ha fortalecido con el trans-
los pocos estudios que se realizaban da- curso de los años. Corresponde también
ban cuenta de que los estudios propia- señalar que muchas de las publicacio-
mente latinoamericanistas provenían nes, editoriales y textos han sido efíme-
aún de Estados Unidos, de autores ros, ya que este campo del conocimiento
como Schmitter, Stephan, O’Donnell y no se valora lo suficiente respecto a
Linz. otras que tienen una aplicación inme-
“El impacto de la democratización diata, como en la física, la química y la
como proceso” es el título del capítu­ biología, entre otras.
lo cinco, donde el autor realiza un Como un balance de la situación
balance de los años ochenta donde “el actual de la ciencia política, en el capí-
rol del politólogo empieza a ser recono- tulo ocho, “El futuro de la ciencia polí-
cido como un experto en las cuestiones tica en América Latina”, el autor hace
estrictamente políticas”. Se dilucida referencia a las situaciones que la dis-
entonces una disciplina acorde a las ciplina enfrenta en estos tiempos. La
condiciones reales de América Latina y endogamia persistente o sectarismo
comienzan a surgir nombres y posicio- visto en muchas instituciones elimina
namientos que el autor identifica a la la posibilidad de crecer como área del
perfección. conocimiento político de las socieda-
Es hasta mediados de los años des. A ello se suma la permanencia de
ochenta que diversos factores dan paso paradigmas, metodologías y conceptos
Reseñas 199

que ya parecían superados y que no dosas a la relectura de los clásicos: la


corresponden a sus funciones para las emergencia de nuevos actores que re-
cuales habían sido creadas. Además, la tan el poder hegemónico del Estado,
lucha constante entre los cuantitativos como el crimen organizado transnacio-
y cualitativos no permite la cohesión nal y las grandes empresas que domi-
de la ciencia política y, a su vez, no les nan las economías”. Esto parece de
permite entender que dichos enfoques suma importancia en un contexto
son complementarios en un mundo de constantes cambios; podemos en-
donde la complejidad de los fenómenos tender que la ciencia política no puede
rebasa posibilidades numéricas o em- estar más alejada, como lo hicieron sus
píricas de estudio. autores, sus discursos y textos fundan-
Por último, Fernando Barrientos tes, de la realidad concreta en que se
apunta de manera acertada que “nue- desarrolla, por lo que deberá incorpo-
vos retos enfrenta la ciencia política rar los nuevos elementos sociales de la
latinoamericana, fenómenos políticos realidad. No puede estar alejada de las
que requieren interpretaciones nove- condiciones que la originan y dan vida.
POLÍTICA EDITORIAL

EXCELENCIA Y ORIGINALIDAD
Nueva Antropología ha sido aceptada en el Índice de Revistas Mexicanas de Investi-
gación Científica y Tecnológica del Conacyt, por lo que los trabajos publicados tienen
un peso curricular significativo. Es una revista que recibe con gran interés las colabo-
raciones de investigadores en ciencias sociales, tanto nacionales como extranjeros.

COMPROMISO
Los trabajos deben ser originales en español, de preferencia resultado de investiga-
ción teórica o empírica y abordar temas de ciencias sociales, en particular de antropo-
logía. El autor(a) debe comprometerse con la revista Nueva Antropología a no someter
simultáneamente su artículo a la consideración de otras publicaciones en español.

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Todos los trabajos serán revisados por dos dictaminadores anónimos y evaluados
por el Consejo Editorial. Los autores conocerán el resultado del arbitraje por la vía
más rápida.

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La revista también acepta proyectos para números temáticos. La propuesta deberá
contener un texto relativo al tema del proyecto de 500 palabras aproximadamente y
un listado de los artículos con los datos de los autores, así como un resumen de cien
palabras de cada artículo. Los proyectos serán evaluados por el Consejo Editorial.

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Son bienvenidos los documentos, las reseñas bibliográficas, los comentarios de reunio-
nes académicas, los programas de congresos, cursos o seminarios. Y con mucho gusto
se hará un anuncio en la sección “Novedades editoriales” de la portada de los libros
que se reciban para tal fin.

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tículo, en español y otro en inglés. También se definirán cuatro “palabras clave” en
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ción donde labora o estudia.
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e) CITAS EN EL TEXTO
El apellido del autor y el año de publicación de la obra, dos puntos, las páginas corres-
pondientes:
…en sus aspectos teóricos y metodológicos (Giddens, 1995: 143-152), o bien:
…en estos aspectos seguimos a Giddens (1995: 143-152).
BIBLIOGRAFÍA AL FINAL DEL TEXTO
Se dispondrá en orden alfabético por apellido del autor, editor o coordinador del libro
o artículo.
CITA DE LIBRO
Autor (Apellido, Nombre) (año de edición), Título de la obra, número de edición, Lu-
gar, Editorial, número de la página o de las páginas citadas.
Ejemplo:
Giddens, Anthony (1995), La constitución de la sociedad: bases para la teoría de la es-
tructuración, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 25-38.
1. Si se desea destacar el año de la primera edición del libro, independientemente
de la edición citada, se deberá emplear el siguiente formato:
Evans-Pritchard, Edward E. (1976) [1937], Brujería, magia y oráculos entre los
azande, Barcelona, Anagrama.
CITA DE ARTÍCULO EN LIBRO
Autor (Apellido, Nombre) (año de edición), “Título del artículo”, editor o coordinador
del libro, Título de la obra, Lugar, Editorial, número de páginas del artículo o páginas
citadas.
Ejemplo:
Zepeda Patterson, Jorge (1989), “Limites et possibilités de l’identité territoriale au
Mexique”, en J. Revel-Mouroz (coord.), Pouvoir local, régionalismes, décentralisation:
enjeux territoriaux et territorialité en Amérique Latine, París, iheal, pp. 95-104.
2. Más de dos autores en un texto:
A partir del segundo autor se escribe primero el nombre o inicial y después
el apellido. En el texto, cuando son más de tres autores se escriben sólo el
primer apellido del primer autor y después las palabras “et al.” En minúscu-
las con punto y cursivas.
3. Dos o más referencias a un mismo autor:
Se repite el nombre del autor. El orden será cronológico descendiente (del más
reciente al más antiguo)
4. En un mismo texto se citan dos o más obras de un autor publicadas el mismo año
Verificar en el texto que la referencia a cada año coincida con la obra de que se
trate y, se deberá diferenciar entre un texto y otro con la secuencia del abeceda-
rio después del año.
5. Textos que aún no son publicados:
Los datos institucionales seguidos de la palabra “(mimeo)” indican que es un
texto que aunque está respaldado por una institución aún es inédito.
CITA DE ARTÍCULO EN REVISTA
Autor (apellido, Nombre) (año de edición), “Título del artículo”, Nombre de la
Revista en cursivas, volumen, número, número de páginas del artículo o páginas
citadas.
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incluyen. Las páginas en las que se encuentra el artículo se anotan al final de la ficha.
Se puede escribir el periodo al que corresponde la publicación de la revista (p.e. sep-
tiembre-diciembre, verano) antes de las páginas.
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racteres. La fecha de última consulta (la cual no es la misma que la fecha de la elabo-
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