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FÍSICA III
Central Nuclear
Física III
Central Nuclear
28/11/2018
Energía Nuclear:
Reactor nuclear:
Reacciones en cadena
Funcionamiento:
Seguridad:
Como cualquier actividad humana, una central nuclear de fisión conlleva riesgos y beneficios.
Los riesgos deben preverse y analizarse para poder ser mitigados. A todos aquellos sistemas
diseñados para eliminar o al menos minimizar esos riesgos se les llama sistemas de protección y
control. En una central nuclear de uso civil se utiliza una aproximación llamada defensa en
profundidad. Esta aproximación sigue un diseño de múltiples barreras para alcanzar ese propósito.
Una primera aproximación a las distintas barreras utilizadas (cada una de ellas múltiple), de fuera a
dentro podría ser:
Autoridad reguladora: es el organismo encargado de velar que el resto de barreras se
encuentren en perfecto funcionamiento. No debe estar vinculado a intereses políticos ni
empresariales, siendo sus decisiones vinculantes.
Normas y procedimientos: todas las actuaciones deben regirse por procedimientos y normas
escritas. Además, se debe llevar a cabo un control de calidad y deben estar supervisadas por la
autoridad reguladora.
Primera barrera física (sistemas pasivos): sistemas de protección intrínsecos basados en las
leyes de la física que dificultan la aparición de fallos en el sistema del reactor. Por ejemplo, el uso de
sistemas diseñados con reactividad negativa o el uso de edificios de contención.
Segunda barrera física (sistemas activos): reducción de la frecuencia con la que pueden
suceder los fallos. Se basa en la redundancia, separación o diversidad de sistemas de seguridad
destinados a un mismo fin. Por ejemplo, las válvulas de control que sellan los circuitos.
Tercera barrera física: sistemas que minimizan los efectos debidos a sucesos externos a la
propia central. Como los amortiguadores que impiden una ruptura en caso de sismo.
Barrera técnica: todas las instalaciones se instalan en ubicaciones consideradas muy seguras
(baja probabilidad de sismo o vulcanismo) y altamente despobladas.
Salvaguardas técnicas.
Además, debe estar previsto qué hacer en caso de que todos o varios de esos niveles fallaran
por cualquier circunstancia. Todos los trabajadores, u otras personas que vivan en las cercanías,
deben poseer la información y formación necesaria. Deben existir planes de emergencia que estén
plenamente operativos. Para ello es necesario que sean periódicamente probados mediante
simulacros. Cada central nuclear posee dos planes de emergencia: uno interior y uno exterior,
comprendiendo el plan de emergencia exterior, entre otras medidas, planes de evacuación de la
población cercana por si todo lo demás fallara.
Aunque los niveles de seguridad de los reactores de tercera generación han aumentado
considerablemente con respecto a las generaciones anteriores, no es esperable que varíe la
estrategia de defensa en profundidad. Por su parte, los diseños de los futuros reactores de cuarta
generación se están centrando en que todas las barreras de seguridad sean infalibles, basándose
tanto como sea posible en sistemas pasivos y minimizando los activos. Del mismo modo,
probablemente la estrategia seguida será la de defensa en profundidad. Cuando una parte de
cualquiera de esos niveles, compuestos a su vez por múltiples sistemas y barreras, falla (por defecto
de fabricación, desgaste o cualquier otro motivo), se produce un aviso a los controladores que a su
vez se lo comunican a los inspectores residentes en la central nuclear. Si los inspectores consideran
que el fallo puede comprometer el nivel de seguridad en cuestión elevan el aviso al organismo
regulador. A estos avisos se les denomina sucesos notificables. En algunos casos, cuando el fallo
puede hacer que algún parámetro de funcionamiento de la central supere las Especificaciones
Técnicas de Funcionamiento definidas en el diseño de la central, se produce un paro automático de
la reacción en cadena llamado SCRAM. En otros casos la reparación de esa parte en cuestión (una
válvula, un aspersor, una compuerta) puede llevarse a cabo sin detener el funcionamiento de la
central.
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Central Nuclear
28/11/2018
Si cualquiera de las barreras falla aumenta la probabilidad de que suceda un accidente. Si
varias barreras fallan en cualquiera de los niveles, puede finalmente producirse la ruptura de ese
nivel. Si varios de los niveles fallan puede producirse un accidente, que puede alcanzar diferentes
grados de gravedad.
Esos grados de gravedad se organizaron en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares
(INES) por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Agencia para la Energía
Nuclear (AEN), iniciándose la escala en el 0 (sin significación para la seguridad) y acabando en el 7
(accidente grave). El incidente (denominados así cuando se encuentran en grado 3 o inferiores)
Vandellós I en 1989, fue catalogado a posteriori como de grado 3 (incidente importante).
La ruptura de varias de estas barreras (el diseño del reactor era de reactividad positiva, la
planta no poseía edificio de contención, no existían planes de emergencia) causó el accidente
nuclear más grave ocurrido: el accidente de Chernóbil, de nivel 7 en la INES.
Existen muchos tipos de centrales nucleares cada una con sus propias ventajas e
inconvenientes. En primer lugar hay centrales basadas en fisión nuclear y en fusión nuclear, aunque
éstas se encuentran actualmente en fase experimental y son solo de muy baja potencia.
Las centrales de fisión se dividen en dos grandes grupos: por un lado, los reactores térmicos y
por otro los rápidos. La diferencia principal entre estos dos tipos de reactores es que los primeros
presentan moderador y los últimos no. Los reactores térmicos (los más utilizados en la actualidad)
necesitan para su correcto funcionamiento que los neutrones emitidos en la fisión, de muy alta
energía sean frenados por una sustancia a la que se llama moderador, cuya función es precisamente
esa. Los reactores no precisan de este material ya que trabajan directamente con los neutrones de
elevada energía sin una previa moderación.
Física III
Central Nuclear
28/11/2018
En una fusión nuclear, se unen, o se funden, dos o más núcleos pequeños para formar un
núcleo mayor. Las reacciones de fusión liberan energía por la misma razón que las reacciones de
fisión: la energía de enlace por nucleón, después de la reacción, es 19.3 Fusión mayor que antes.
Una forma de expresar las relaciones de energía es que la masa total de los productos es menor que
la de las partículas iniciales.
Esta cadena protón-protón sucede en el interior del Sol y otras estrellas. Cada gramo
de la masa del Sol contiene más o menos 4.5 3 1023 protones. Si todos ellos se combinaran
para formar helio, la energía liberada sería de unos 130,000 kWh. Si el Sol continuara irradiando a
su tasa actual, tardaría unos 75 3 109 años para agotar sus protones. Las reacciones de fusión sólo
pueden efectuarse a temperaturas extremadamente altas; en el Sol, esas temperaturas sólo se
encuentran en el interior, a gran profundidad. Por consiguiente, el Sol no puede fusionar todos sus
protones y sólo lo puede hacer durante unos 10 3 109 años en total. La edad actual del Sistema
Solar (incluyendo el Sol) es de 4.6 3 109 años, por lo que el Sol está más o menos a la mitad de su
abasto disponible de protones.
Atucha I
La Central Nuclear Atucha I aporta energía a la Argentina desde 1974 y es la primera central
nuclear de América Latina. Está situada a 100 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la
localidad de Lima, partido de Zárate. Actualmente cuenta con una potencia eléctrica bruta de 362
MW y emplea como combustible mezcla de uranio natural (0,72%) y uranio levemente enriquecido
al 0,85%.
La Central es refrigerada y moderada con agua pesada (D20), y pertenece al tipo de reactores
PHWR - reactor presurizado de agua pesada -.
El núcleo del reactor está compuesto por 252 posiciones con canales refrigerantes. Dentro de
cada uno de ellos, se alojan los elementos combustibles en forma de pastillas de dióxido de uranio
(UO2) sinterizadas.
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28/11/2018
Atucha II
La Central Nuclear Atucha II es una central nucleoeléctrica con una potencia bruta de 745
MW, a base de uranio natural y agua pesada. Está situada en el mismo complejo que la Central
Nuclear Atucha I.
La piedra fundamental de la Central Nuclear Atucha II se colocó en 1982 y, entre 1994 y 2006
estuvo paralizada, hasta el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino, impulsado por el Estado
Nacional ese mismo año.
El reinicio de la obra representó la recuperación de técnicos y profesionales especializados,
recobrando las capacidades nacionales para el diseño y la construcción de centrales nucleares de
potencia en la Argentina.
Desde el punto de vista del diseño y construcción, es una Central moderna que cuenta con
sistemas de seguridad actualizados; con el concepto de defensa en profundidad con barreras
sucesivas; esfera de contención; separación física entre sistemas de seguridad, y un programa de
vigilancia en servicio.
Embalse (Córdoba)
Referencias:
Física Universitaria - Sears Zemansky - Vol 2 - 12ava Edición – Capítulo 43 – “Física Nuclear”.
https://www.argentina.gob.ar/energia/energia-nuclear/centrales.