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Moreno Diego Andrés

SEMIÓTICA DE LA MÚSICA
Trabajo Final – Primera parte

TRANSPOSICIÓN INTERSEMIÓTICA: ROTHKO CHAPEL


A. La Capilla Rothko es un ambiente espiritual creado por el pintor norteamericano Mark Rothko y la
fundación Menil como un espacio dedicado a la contemplación y la meditación. Para esta capilla, construida
en 1971 en Houston, Texas, Rothko pinto 14 óleos de gran tamaño.
Rothko Chapel es la obra musical escrita por Morton Feldman como tributo al pintor para ser interpretada en
la capilla un año después de su inauguración.
Así la capilla Rothko opera como hipotexto y la composición de Feldman como hipertexto de la anterior.

B. En principio es fácil confirmar que las condiciones de recepción en ambas obras son diferentes ya que
pertenecen a diferentes campos semióticos. Pero para poder afirmar que realmente existe una traducción
intersemiótica tienen que cumplirse otras dos condiciones. Una de ellas es la capacidad de producción de
efectos de sentido semántico análogos en sus intérpretes. Así sostendremos, en este caso, que esta
producción de sentido análoga se debe a que encontramos en el hipertexto fidelidad a algunos de los
aspectos relevantes del hipotexto (cumpliendo con la tercer condición) y una hábil resemantización de otros
aspectos. Vale aclarar que ambos autores fueron coetáneos y estuvieron involucrados en uno de los
paradigmas culturales de su tiempo, el arte abstracto.
En la obra de Rothko podemos percibir un clima meditativo, contemplativo, estático, que enmarca una
experiencia mística, un argumento espiritual y religioso acentuado por el tamaño de sus óleos y una
disposición casi sin fisuras dentro de una estructura formal octogonal. El propio Rothko afirmaba que, ante
sus obras "callar es bastante acertado".
Por otra parte Feldman se vale de un discurso musical cuyos rasgos comunes son la lentitud y la condición
cercana al silencio. En palabras del propio compositor: “la música debe parecer que flota; que no tiene
ninguna dirección, uno no debe saber cómo está hecha; debe parecer que carece de cualquier clase de
dialéctica”. Comprobamos por ejemplo esa lentitud, esa sensación “estática y abstracta”, esa micro-
movilidad textural sin dirección definida en el número 3 de la obra, construido sobre esos acordes en coro y
campanas que se usan y varían interválicamente en todas las piezas de la obra. Dentro de la lentitud
general de la música de Feldman, la variación de las duraciones es una herramienta que le permite
difuminar cualquier consistencia rítmica. Sin embargo nos encontramos con el ostinato isócrono del timbal,
que definitivamente no contradice la volatilidad del discurso, al mismo tiempo que fortalece la quietud
general de la pieza debido a su ritmo constante y su repetición de alturas. Es muy importante aclarar que
ambos estuvieron profundamente consagrados a entender los misterios de la percepción. Menciona
Feldman: “Me interesa la dimensión global de Rothko, que anula el concepto de las relaciones entre
proporciones. No es la forma lo que permite a la pintura emerger; el descubrimiento de Rothko ha sido el de
definir una dimensión global que sostiene los elementos en equilibrio... Soy el único que compone de esta
manera, como Rothko: en el fondo se trata solamente de mantener esta tensión, o este estado, a la vez
helado y en vibración”.
De estas nociones se vale Morton Feldman para provocar efectos análogos en los receptores de ambas
obras.

D.A.M.

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