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LA OBRA SINDICAL DEL HOGAR A TRAVES

DE SUS JEFES NACIONALES

Federico Mayo y Gayarre (.t 1954) Luis Va/ero Ber,nejo (1954-57) Vicente Martes Alfonso (1957-59)

La ausencia de entre nosotros del que fue de viviendas para los trabajadores de las Con satisfacción me uno a esta conmemo­ Han pasado cinco años desde que yo
primer jefe de la Obra Sindical del Hogar, empresas «Segarra», en Vall de Uxó, y «Boet­ ración de VEINTICINCO AÑOS DE SERVI­ dejaba la Obra del Hogar en manos de Mi­
don Federico Mayo Gayarre, quien la puso ticher y Navarro», en Villaverde (Madrid), guel Angel García-Lomas. Año y medio an­
en movimiento y alentó sus primeros balbu­ CIO, a la entrañable tarea de hacer hogares
pone a contribución su idea, que más tarde tes me la había entregado Luis Valero Ber­
ceos, nos priva poder ofrecer en estas pá­ cristalizaría en lo que se denominarían vivien­ para los españoles que más necesitan de
mejo. El, para aquellos años fabuloso Plan
ginas el juicio y visión personales de la eta­ das de «renta limitada». ellos: los empleados y obreros de los centros Sindical de la Vivienda, tocaba a su fin. Su
pa de su largo mandato y dirección. Con paciencia y tenacidad, logró superar industriales y los jornaleros y pequeños la­ preparación y desarrollo habían costado un
Su presencia, siquiera simbólica, en esta los grandes obstáculos de la etapa fundacio­ bradores. Porque, en realidad, la carencia gran esfuerzo; pero mereció la pena. Visto
fausta ocasión conmemorativa, nos ha he­ nal de la Obra. Exigente consigo mismo, no para éstos es lo que constituye el «problema» desde ahora, incorporado a la mentalidad
cho recurrir al artificio de la semblanza, en le satisfacían los frutos alcanzados, si bien española de 1964, se diluye en el tiempo y
estas palabras ante las Cortes descubrían el de la vivienda.
la que hemos procurado recoger, con bre­ en el espacio y apenas queda otro recuerdo
ves trazos, su acusada persona I idad, actitud trabajo que le esperaba: «A pesar de estos En 1954, como hoy aproximadamente, el de su vigencia que la imagen gráfica, graba­
ante el problema que vivió tan intensamente esfuerzos que en los últimos años se han problema consistía en construir con los es­ da en la memoria, de los grandes carteles que
y su pensamiento aportado para solucio­ realizado, ningún año se ha llegado a cons­ Hmulos del Estado aquellos tipos de vivienda señalaban sus obras.
narlo. truir el número de viviendas necesario para que llegaran a las clases menos acomoda­
El origen navarro y la profesión elegida que no aumentara el déficit que ya pesaba Pero es bueno que el Jefe Nacional a quien
sobre España.» das, en condiciones adecuadas a la capacidad le cupo la honra de terminarlo, de poner los
-Ingeniero de minas- imprimieron carác­ de éstas y con oportunidades que no hicie­
ter en este hombre, que dedicó gran parte El balance, lejos de llevarle a conclusiones últimos ladrillos y buscar las últimas pesetas,
de su vida a la lucha por la redención de los pesimistas, le induce a propugnar una polí­ ran de la humana necesidad causa de deses­ esfuerce su memoria para traer aquí, a esta
humildes. El espíritu de ¡usticia social de la tica más ambiciosa, más en consonancia con peración y d3 escándalo. conmemoración, el hecho tal vez más tras­
Cruzada y del Movimiento se le quedó, tam­ los tiempos que vivimos. Y así, en aquella No fui partidario de una socialización, o cendental en la historia de la vivienda espa­
bién, tercamente marcado en el alma, y a su ocasión, defiende, ardientemente, una ley que ñola de estos veinticinco años.
vendría a revolucionar el concepto de la vie­ «sindicalización» plena; pero mientras la ini­
consecución ofreció muchos años de su exis­ ciativa y el capital privado siguiera por cau­ Porque el Plan Sindical nos trajo, por obra
tencia. ja legislación, propugnando la colaboración
de la iniciativa privada a los grandes planes ces más «apetitosos», exigía la justicia y la y gracia de unos cuantos españoles trabaja­
Quizás los más acusados, los de mayor que luego, precisamente el año de su muerte, dores que se lo propusieron seriamente, nue­
ilusión para colaborar a este propósito no­ eficacia lanzar a la Obra Sindical a objetivos
en 1954, se iniciarían viqorosos. Esta ley es la vos conceptos y nuevas ideas que, hechos
bilísimo fueron los transcurridos en la Jefa­ amplios. Y aunque no vivo el problema hoy
de viviendas de «renta limitada», que ofrecía realidad masiva, demostraron que el «pro­
tura Nacional de nuestra Obra, donde su una generosa perspectiva con estímulos y ayu­ con la intensidad de aquellos años, pienso blema de la vivienda» podía tener solución.
recuerdo todavía perdura. Le tocó vivir su da oficial, para proseguir la lucha de la vi­ que las circunstancias no han variado del
puesta a punto, para afrontar, después del vienda, con mayores medios y amplitud más todo. Entonces se comenzó a hablar y a cons­
montaje y organización de la misma, una extensa. truir en España viviendas sociales. Tuvieron
La Obra Sindical cumplió en los términos que luchar aquellos hombres con las dificul­
ofensiva tenaz para combatir el apuro de Don Federico Mayo tiene en su haber
la vivienda. El Caudillo le encarga, apenas que el Estado, a través del Instituto de la Vi­ !·ades de quien lanza una idea nueva. iCuán­
nada menos que el haber planteado los ja­
alcanzada la victoria, la estructuración y lones de lo que gozosamente cosechamos vienda, le exigiera. Fue una poderosa palan­ tas personas bien intencionadas se escanda­
funcionamiento del Instituto Nacional de la ya. El Estado y el Movimiento, a los que sir­ ca, la más eficaz, para que los ingentes me­ lizaron con los dos o tres dormitorios!
Vivienda, y creada, poco después, la Obra vió apasionadamente, le premiaron con Gran­ dios que se movilizaron no se empequeñe­
del Ho�ar, la Organización Sindical le en­ Sin materiales sin medios auxiliares, sin
des Cruces de Ordenes Militares y Civiles, cieran a través del agio. Por lo que entonces dinero salió ad�lante el Plan Sindical. Y sa­
comienda su jefatura. Durante quince años, Encomiendas al mérito político, la Medalla
en etapas difíciles de postguerra y cerco in­ se consiguió, los desvelos y esfuerzos de lió bi�n, porque estaba bi.en pensado. Por­
de Oro del Trabajo, y hasta su provincia, que que, repito, aquellos po.lít1co�, aquellos ar­
ternacional, donde la escasez sianaba la ta­ tanto amaba, le honró distinguiéndole con muchos camaradas no resultaron vanos; des­
rea de cada día, don Federico Mayo trabaja velos y esfuerzos que después se han dupli­ quitectos y aquellos funcionarios que lo pre­
el título de hijo predilecto de la misma. pararon y lanzaron, trabajaron de firme. �as
para hacer realidad este prometedor presen­ Todo esto, el afecto y la comprensión de cado, o triplicado ... o más todavía.
te, con fe, ilusión y gran esperanza. ventanas de sus despachos y estudios luc1an
sus colaboradores, premiaron su entrega a Guardo un buen recuerdo de aquellos
Su servicio a la justicia social se centra en la vida pública. Sirvió a España, al Movi­ hasta muy en!"rada la noche. Pocos detalles
años y un buen recuerdo de cuantos cama­ escaparon: buenos emplazamientos, pr�yec­
el deseo de poder llegar de prisa a dotar de miento, a la Organización Sindical y a sus radas estuvimos unidos para desempeñar la tos que incorporaron a la Obra a los me¡ores
casas decorosas, hogares alegri.-s y luminosos propias convicciones, haciéndole acreedor al 7
6 a los que carecen de ellos. No le satisfizo el recuerdo de gratitud, homenaje que hemos tarea, con nuestra mejor buena fe y recta
concepto de «casas baratas» y, ya en las pri­ intentado, modestamente, reflejar en estas intención.
meras construcciones, en los iniciales Grupos notas. sigue .,.
L. V. B.
Miguel Angel G.-Lomas
y Mata (1959-60)

a�quitectos españoles y que después eran re­ Alcanzar los veinticinco años significa en cías. Porque sucede que la mayor parte de polemizar, filosofa_r y predicar sobre el pro­
visados hasta el más pequeño detalle, porque la vida_ del hombre, la madurez de ed�d y los errores achacables no lo son sino resulta­ blema y sus soluciones. Planteándolo en sus
el extraordinario equipo de Asís Cabrero, el comienzo del pieno desarrollo físico e in­ reales términos, �o.n. crudeza y realismo y
dos de las imposiciones de las circunstancias.
financi?ción con la preciosa ayuda de las telectual. El problema estaba planteado en términos dentro de las pos1bil1dades económicas de la
Mutualidades Laborales, construcción a un que no admitían opción; teníamos que dar Nación, creando las bases y condiciones pre­
rit�o milagroso para aquel entonces, adjudi­ Con mayor razón puede afirmarse lo mis­ cisas para su resolución en la escala nacional.
�? de los Organismos Sociales. Cumplir vein­ albergue rápidamente a miles de familias de
caciones tanto más cuidadas, cuanto más ne­
cesaria era la justicia ante la tremenda es­ t1_c1nco años re�r�senta haber superado los trabajadores españoles que carecían de él y Los que hemos tenido la satisfacción de po­
n_esgos del nac1m1�nto administrativo y téc­ que eran, precisamente, los que habían de der aportar nuesro grano de arena a la Obra
casez.
n_1co, hab e
_ r aprendido a andar por los difí­ levan1ar nuestra industria y nuestra agricul­ Sindical del Hogar -muchas veces en situa­
Y es que estos hombres supieron hacer lo ciles caminos de lo social y económico, y si, tura. Puestos a valorar, valoramos como co­ ciones bien difíciles-, podemos hablar de
que h1Jbía que hacer. Por la mitad de los como en el caso de la Obra Sindical del Ho­ rrespondía a los criterios cristianos y sociales su labor, con conocimiento de causa, y sen­
años cincuenta, España comenzaba a despe­ gar, el Organismo llega fuerte y ágil a su ma­ de nuestra doctrina, e hicimos las obras lo
y�ría de edad, la seguridad de que su crea­ tirnos justamente gozosos de ella.
rezarse. Hasta entonces nuestros trabajadores mejor que pudimos en aquellos momentos,
tenían otros problemas todavía más graves ción fue útil y está preparado para cumplir dando albergue a los que después habían de Porque ello representa el éxito de una doc­
que resolver. Por eso la promoción de vivien­ la misión que le fue confiada. levantar las nuevas fábricas arquitectónicas e trina y de un sistema político, en pdmer lu­
das había tenido un marcado sentido anti­ industriales, y ello nos ha permitido tener gar, y el del equipo que en ella trabaja. Y esto
p_aro. . �a Ley del 54 supo recoger la nueva El volver la vista al camino recorrido es el ahora fábricas y hombres. conviene resaltarlo. Puedo decir con el cono­
s1tuac1on y encauzarla. El Plan Sindical, ins­ más seguro método para juzgar la labor cimiento de causa que mis treinta y siete años
pirado en los mismos principios, hizo posible efectuada, y en el caso de la Obra Sindical También ha habido quejas (lo humano no
del Hogar solamente los voluntariamente cie­ de aparejador y veinticinco de Arquitecto me
hacerlos realidad. es perfecto), algunas incluso justificadas. Y dan, que pocas empresas poseen en la actua­
g_os pueden. no ver el volumen y trascenden­ si, como técnicos, tenemos la ineludible obli­
cia de la misma. Cerca de 200.000 viviendas lidad una organización semejante en eficacia
Hoy todo parece sencillo, a nadie extrañan gación de analizar y corregir los defectos a la de la Obra Sindical del Hogar, en sus
las urbanizaciones abiertas, las viviendas de puestas al servicio de los trabajadores espa­ -muchas veces causados por el desconoci­
iioles, es haber dado alojamiento a un millón Servicios Técnicos, y más perfectos Reglamen­
obreros con ascensor, los pisos de sesenta mieni"o o la desidia del oficio, del propio ocu­ tos de Proyectos e Inspección y en sus con­
metros cuadrados, los grandes bloques cons­ de personas y haber construido más vivien­ pante de la vivienda-, como españoles de­
das de las que en toda España se habían iToles de proyectos y obras. Verdaderas ciu­
truidos en un año. bemos sentirnos satisfechos de la ingente ta­ dades, como los Grupos del «Gran San Bias»,
c�nstruido en los treinta y seis años transcu­
Al lector que haya tenido la paciencia de rea ejecutada. de Valencia, Bilbao, etc., no se pueden im­
rridos desde 1900 hasta el Movimiento. Ha­
llega� hasta aquí, le pido que me arnmpañe berlas edificado en una gran parte en los provisar y resolver, si detrás de ellos no exis­
Tampoco es mal síntoma de éxito el que te una organización completa y eficaz.
en m1 esfuerzo. Que vuelva, con su imagina­ más difíciles tiempos y bajo las más desfa­ los que durante siglos pudieron -en la de­
ción, a la España de hace diez años. Estoy vorables condiciones. A raíz de una guerra recha y en la izquierda- hacer algo por re­ Organización que, por su fuerza y vigor,
seguro de que me acompañará también en devastadora, sin industrias básicas y sin ele­ solver, o al menos corregir, los problemas de puede ser capaz de adaptarse a todos los
mi gratitud a estos hombres a los que traigo �F-ntos auxiliares, solventando el, al parecer, la habitación infrahumana y los económicos cambios de estructura necesarios en el futuro,
aquí con nombres y apellidos: José Salís insoluble problema de cada día y cada hora, y sociales, origen de las migraciones masivas, como lo fue en el pasado, siempre con vista
Ruiz, Luis Valero Bermejo, Enrique Salgado buscando la menos mala de las soluciones causa primordial de aquéllos, nos dirijan con­ a un mejor servicio y utilidad, bien en la for­
Torres. Y cito sólo a los que por ser los pri­ posibles, representa luchar sin desánimo ni tinuamente severísimas filípicas -por todos ma actual 1 bien mediante Mutualidades o
meros en la responsabilidad, fueron los pri­ desfallecimiento, con un tesón y una constan­ los medios de difusión existentes- sobre si
cia en el servicio encomendado que honran Cooperativas o Grupos de promotores sindi­
meros en poner toda su capacidad de pasión nos hemos olvidado de quince chabolas de
a la Organización, a sus técnicos y a las em­ cales individuales, etc.
en el servicio. su especial predilección o si, en determinado
presas que con ellos colaboraron. barrio, las calles tienen faltas en sus pavimen­ Para terminar. A todos los que fueron mis
. Los demás, tod?s l�s �emás, saben muy colaboradores en la Obra Sindical del Hogar,
bien. que no necesita n1ngun esfuerzo mi me­ Hemos tenido errores y contratiempos, qué taciones. Presentando con ello síntomas de
grave y maligna amnesia, al no recordar que mi agradecimiento por su leal trabajo y ayu­
moria par? que mi gratitud de jefe y español duda cabe -como en toda obra humana­
en sólo veinticinco años nuestro Régimen ha da, y el deseo y la seguridad de que, �I c�le­
vay? ha�1a ellos. Es difícil olvidar aquella pero lo que en justicia hay que valorar es 1�
hecho más por resolver el problema que los brar los cincuenta años de la Obra Sindical
dedicatoria: «La gran familia de HOGAR proporción entre aquéllos y lo conseguido
y el balance está a la vista de España y e� unos y otros sistemas políticos anteriores hi­ del Hogar, un millón de viviendas, como mí­
compuesta por todos los funcionarios de est� nimo indiscutidamente proclamen, una vez
Obra Sindical, a su jefe, con verdadero afec­ todos sus pueblos y ciudades. cieron en siglos y que el Movimiento ha he­ 9
8 cho también lo más difícil de hacer -cuando más,'una ejecutoria perseverante y ejemplar.
to, más que subordinado filial.»
De otra parte, el error hay que analizarlo se trata de viviendas-, que es edificarlas.
V.M. A. para saber cuál es el origen y sus consecuen- Cosa infinitamente más difícil que escribir, M. A. G.-L. M.

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