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Idi Amin Dada: el carnicero dictador

Una más de las dictaduras consentidas de África donde la crueldad de su


dirigente destrozó Uganda, un país que no encuentra la paz por causa de su
riqueza.

El pasado 30 de enero dio la vuelta al mundo la noticia de que el dictador de


Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, asumía la presidencia de la Unión
Africana. Cargo que compartió con el protagonista de nuestra historia en 1976,
que también fue presidente de la entonces Organización para la Unidad
Africana (OUA).

Infancia y juventud del demonio ugandés

Idi Amín “Dada” nació el 1 enero de 1925 en Adibu-Sippe, un poblado de etnia


Kakwa del sur de Sudán, fue criado en medio de la pobreza. Su madre, Assa
Aatte, era una especie de hechicera y su padre, Andreas Nyabire, era policía y
soldado, al convertirse al Islam, adoptó el nombre de Amin Dada. Poco se sabe
de él hasta que en 1946, a los 21 años, su padre lo obliga a alistarse en el
ejercito colonial británico uniéndose al Cuarto Regimiento de Fusileros Reales
de África, batallón con sede Langata, cerca de Nairobi, como pinche de cocina,
donde pudo practicar varios deportes como el boxeo, el rugby o la natación.

Su vida militar con el ejército británico

Idi Amin era analfabeto medía 1,93 metros de altura y pesaba más de 110 kg.
Fue el campeón ugandés de los pesos pesados entre 1951 y 1960. Era
conocido en el boxeo con el nombre de “el tonel”. En 1960 se trasladó a
Inglaterra y después a Israel para realizar estudios básicos y allí se hizo
paracaidista.

En esta época ya destacó por las atrocidades que cometía allá donde el
ejército de Su Majestad lo enviaba: Birmania, Somalia, Tanzania, norte de
Uganda y Kenia.

Estuvo después en Kenia como policía hasta el 9 de octubre de 1962 que se


proclamó la independencia de Uganda alistándose en el ejército apoyando
incondicionalmente a Obote. En 1964 lo nombran coronel y el 1966 jefe
adjunto de las Fuerzas Armadas. En 1968 fue nombrado general de división y
jefe de las Fuerzas Armadas. Es en este momento cuando dirige negocios de
contrabando y crea a su alrededor una guardia pretoriana en la que se apoyó
para dar un golpe de Estado en enero de 1971 contra el presidente Milton
Obote que había ido a la cumbre de la Commonwealth en Singapur. Tanto
Israel como Inglaterra hicieron todo lo posible para que Idi Amin se mantuviera
en el poder en las primeras semanas. El servicio británico de información siguió
el rastro del ex-Presidente Obote. Cuando recibió noticia de su llegada a
Jartum (Sudán) el 29 de enero, el gobierno británico inmediatamente avisó a
Amin, a través del gobierno de Kenia, de que Obote podría intentar entrar a
Uganda por la frontera con Sudán.

El dictador en el poder

Ahora debía mantener el poder y mató a los leales al ex presidente y se rodeó


de 23.000 guardaespaldas, al tiempo que potenció su Ejército con la ayuda de
Libia y Sudán. Creó una policía político-militar entrenada por agentes de los
servicios secretos rusos.

El Primer Mundo prefirió mirar hacia otro lado y esperar acontecimientos.


Inicialmente fue apoyado por Reino Unido, Israel y Sudáfrica y posteriormente
por Libia, la Unión Soviética y la República Democrática Alemana. No hay
datos concretos del genocidio, pero las cifras hablan de 200.000 a 500.000
personas las que murieron asesinadas.

Como carecía de títulos de cualquier tipo se autoproclamó: Su Excelencia el


Presidente Vitalicio, Mariscal de Campo Al Hadji Doctor Idi Amin, Señor de
todas las bestias de la Tierra y de los peces del mar, Conquistador del Imperio
Británico en África en General y Uganda en particular y Rey de Escocia.

El abuso de poder

En 1972, siguiendo los preceptos de la ideología nazi, expulsó del país a los
ciudadanos asiáticos que llevaban décadas allí y expropiar sus bienes. Les dio
90 días y sólo podían llevar 100 dólares. Salieron 70.000 personas dejándolo
todo, que fue repartido “sin ton ni son” entre la gente de Amín. Un policía
consiguió una camisería y vendió el género por la etiqueta de la talla
confundiéndolo con el precio. Un criadero de reses fue entregado a otro que
decidió matarlas todas y tuvo que cerrar el negocio. En pocas semanas todos
aquellos negocios se arruinaron.

Los asesinatos eran algo que ocurría todos los días. A la prisión de Makindye
mandaron a unas personas a limpiar y descubrieron más de 2 centímetros de
sangre en el suelo de una celda y restos de carne en las paredes. La mayoría
de los presos no sabían por qué estaban en la cárcel. Cualquiera podía
denunciar a su vecino.

El sadismo de un psicópata

La gente desaparecía sin más y surgió una nueva profesión: la de buscador de


cadáveres. La policía devolvía a las familias los cuerpos de los fallecidos previo
pago de una cantidad: un funcionario, 600 dólares; un alto cargo, 3.000. Los
cadáveres se echaban al río para que los cocodrilos se los comiesen. Pero
seguían habiendo tantos restos que incluso la central eléctrica de Owen Falls
se averió porque los cuerpos atascaban las turbinas.

Azotaba a sus enemigos con látigos de piel de hipopótamo y le gustaba


humillar a las personas. Se paseaba en un trono porteado por ingleses blancos
mientras silbaban las estrofas de la película “Puente sobre el Río Kwai”. Cerca
de una de sus residencias, en la colina de Nakasero, había un campo de
exterminio cuyos prisioneros sobrevivían royendo los cadáveres de los ya
fallecidos.

Su mujer, Key, abortó y Amín mandó cortarle los miembros y que fueran
cosidos cambiados de lado, como castigo y dijo a sus parientes: “Esto es lo que
les pasa a las madres malas”.

Su familia y sus ideas

Tuvo unos 40 hijos de sus 5 esposas y 20 amantes oficiales, aparte de las


mujeres que pasaron ocasionalmente por su cama, pero todo era legal porque
en 1973 implantó la poligamia. Amín cuando le gustaba una mujer, mandaba
asesinar al novio o al esposo para después iniciar el cortejo, que podía
culminar en relaciones sexuales consentidas o en una violación.

No sólo tenía “brillantes” ideas sino que las manifestaba públicamente y entre
todas las barbaridades que dijo están las siguientes:

"Aunque algunas personas sienten que Adolf Hitler era malo, era un gran
hombre y un conquistador, cuyo nombre real nunca sería olvidado".

"No se puede correr más rápido que una bala".

"La política es como el boxeo, solo debes intentar noquear a sus oponentes".

Idi Amin decidió enviar un telegrama al secretario general de la ONU, Kurt


Waldheim, donde le decía: “Expreso mi apoyo a la figura histórica de Adolf
Hitler, que hizo una guerra para unificar Europa y cometió el grave y único error
de perderla”.

La caída del monstruo

El país sufría una gran inflación y desempleo por lo que Amín, para distraer la
atención, ordena en 1978 que las tropas Ugansesas invadan la región Tanzana
de Kagera, escasamente defendida y poco poblada. Pero el ejército de
Tanzania se rebela, así como algunos grupos del interior de Uganda contrarios
a Idi Amín, que formaron el frente de Liberación Nacional de Uganda y el 11 de
abril de 1979 lograron derrocarlo.

Idi Amín Dadá huyó como un cobarde con todo lo que había robado, primero a
Libia donde Gadaffi le dio apoyo, luego en Irak, instalándose finalmente en
Arabia Saudí. El mundo no hizo nada contra él y vivió un exilio fantástico junto
a treinta y tantos de sus hijos y sus dos esposas legítimas. Nada le perturbó, y
murió en 2003 a los 78 años de una afección renal en un hospital de la ciudad
saudí de Jedda. Nunca respondió por sus crímenes, jamás se sentó en un
banquillo, nunca fue procesado.
Lo que vino después

Milton Obote volvió a asumir el poder y grupos armados de zonas


depauperadas de Uganda, Sudán, Kenia y Etiopía comenzaron a sembrar el
terror. Entre 1979 y 1980 robaron a sus habitantes el 95% del ganado que
poseían, dejándolos sin medios con los que subsistir. La hambruna mató al
21% de la población. El 60% de los niños perecieron. Fue una de las peores
hambrunas de la humanidad.

En noviembre del 2009, el demócrata Hugo Chávez, en uno de sus conocidos


discursos, elogio públicamente a Idi Amín y lo calificó como “Un nacionalista
patriota” y que hay una serie de líderes que “son injustamente etiquetados
como “los chicos malos del mundo”, incluidos Robert Mugabe, de Zimbabue, y
Mahmud Ahmadinejad, de Irán

PALABRAS CLAVE: idi amin dada, amin, dada, genocidio, canibal, dictadura,
africa, uganda, obote,

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