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ca; también modificaron el sentido de panorama prevaleciente en la sierra
ocupación y funcionamiento de la sie- durante los siglos xvi y xvii. En las
rra. Si bien en la época prehispánica la crónicas del siglo xvii se destacan
sierra desempeñó un papel activo en los cambios en la política de evangeli-
los procesos de comunicación, debido a zación. Un ejemplo es la crónica de fray
que era una zona estratégica en la me- Esteban García donde es posible notar
dida que posibilitaba la comunicación un enfriamiento del espíritu evangeli-
entre los grupos costeños del golfo y los zador derivado del drástico descenso
del altiplano, en la época colonial fue de la población indígena, la progresiva
perdiendo esa dinámica, pues la llega- desintegración del orden social al inte-
da de los españoles y la consolidación rior de los pueblos y sobre todo, la des-
del altiplano como centro dominante ilusión de los frailes de su feligresía
en términos políticos, culturales y eco- indígena debido a la continua aparición
nómicos, se tradujo en la marginación de idolatrías y la recurrencia de vicios
del territorio, que carecía de condicio- tales como la embriaguez y la poliga-
nes favorables para el desarrollo de las mia. La autora señala que los frailes
actividades productivas prioritarias de destacaron que los otomíes seguían or-
los colonos. Este aspecto es sumamente ganizando su vida de acuerdo al año
importante para entender los otros pro- prehispánico que iniciaba el 2 de febre-
cesos de la heterogeneidad cultural y ro, muestra la persistencia de su cosmo-
lingüística, así como la desaparición visión. Por otro lado se encuentran los
de toda una red de caminos, la cual informes oficiales de los visitadores
determinó la forma en que se dio la que dan otra visión de la sierra. Si bien
evangelización y la implantación de las los cronistas de la orden vieron con ojos
instituciones de gobierno colonial. optimistas el triunfo de la fe, las visitas
El capítulo tercero, “Las rutas del pastorales mostraron la otra cara de la
cristianismo serrano”, analiza el proce- moneda, la cruda realidad donde veían
so de evangelización durante los siglos la continuación de prácticas idolátricas.
xvi y xvii; se expone que el trabajo de El capítulo cuarto “Tutotepec en la
los agustinos fue lento y difícil. En este segunda mitad del siglo xviii”, analiza
lapso hubo pocas fundaciones, situa- la situación de la sierra en la segunda
ción que refleja, de una u otra forma, las mitad del siglo xviii destacando entre
dificultades a las que se enfrentó la or- otras cosas la marginación de la sierra,
den para entrar en contacto con los na- la presencia de una población indíge-
turales. La heterogeneidad lingüística, na predominante, caracterizada por un
así como el carácter disperso de las uni- mosaico cultural, la escasa presencia de
dades habitacionales creó una barrera frailes y colonos españoles y el desarro-
entre los frailes y los feligreses. A ello se llo de un catolicismo popular. Centra su
agregó la reacción de los indígenas, que atención a partir de la implantación de
mantuvieron sus creencias y construye- las reformas borbónicas y los nuevos
ron estrategias de convivencia. enfoques acerca de las prácticas popu-
Al pasar revista a las crónicas y los lares. Destaca la política real y eclesiás-
informes oficiales, la autora muestra el tica que imbuida por el pensamiento
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territorios novohispanos. No sólo dan y controlar a las poblaciones, pero tam-
cuenta del número de feligreses, las bién educarlas (p. 124). Llama la aten-
condiciones de los templos sino que ción que a pesar de todas estas medidas
ofrecen instantáneas que permiten con- la sierra mostró a lo largo del siglo xviii
frontar diferentes realidades. Como un clima de incertidumbre en el que los
acertadamente lo anota la autora: “las indígenas cuestionaron la autoridad
visitas episcopales dan la posibilidad tanto real como de los religiosos. Güe-
de conocer diversos aspectos de la vida reca señala que “Si bien los informes
religiosa en las comunidades serranas.” pretendieron mostrar la evangelización
En la visita a la sierra destaca, la escasa como un proceso concluido, las visitas
preparación de los frailes en materia de llevadas a cabo por los obispos a la Sie-
lenguas, y permite pensar en la poca rra de Tutotepec a lo largo del siglo xvii
injerencia que pudieron tener estos desmintieron el optimismo de los cro-
hombres en la vida religiosa de los pue- nistas agustinos” (p. 97).
blos. Asimismo eran frecuentes las de- El capítulo quinto “La rebelión in-
nuncias sobre la escasa atención que dígena” se centra en el movimiento
recibían los numerosos feligreses por popular, los principales actores y las
las distancias entre una visita y otra, y características del movimiento. En un
sobre todo la irregularidad con que se esfuerzo por esclarecer los hilos que
administraban los servicios religiosos, movieron esta rebelión la autora con es-
situación que derivaba de un adoctri- píritu detectivesco se introduce al espa-
namiento superficial, pero también en cio serrano y analiza los mecanismos
una mayor autonomía religiosa de las de difusión de las prácticas populares.
comunidades serranas. Eso explica que Centra su atención en el líder del movi-
fueran comunes las menciones de ido- miento, Diego Agustín y la forma en
latría y la actitud apática de los agusti- que logró la aceptación de la población.
nos. Estas fuentes también nos permiten En su análisis convergen dos enfoques:
ver la pugna entre el clero regular y secu el histórico y el antropológico. Merced
lar por el control de los pueblos indios. a los testimonios a su alcance pudo re-
En este contexto se explican las me construir las fases del movimiento, des-
didas promovidas por la Corona que, de su creación hasta su fin. La forma en
apoyada por obispos regalistas, im que estaba organizado y el alcance que
pulsó una serie de medidas tendien- logró. Como lo señala la autora, gracias
tes a reformar la religiosidad popular al apoyo con que contaba Diego Agus-
e imponer un estricto control sobre tín pudo erigirse un templo en el sitio
las órdenes religiosas al tiempo que las sagrado del Cerro Azul y dotarlo de los
doctrinas, que aún eran administradas objetos principales de culto en el que
por los regulares pasaran a manos del convergían imágenes católicas y obje-
clero secular. Asimismo se intentó sus- tos de culto ancestral como piezas pre-
tituir el catolicismo barroco suprimien- hispánicas, un cuchillo de obsidiana y
do las danzas, el teatro indígena y la figuras de papel. Poco a poco va abrién-
literatura devota de origen popular. dose el camino para entender el desa-
Con el propósito de moralizar, civilizar rrollo del movimiento, los partícipes en
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mentales del discurso indígena fue el la heterodoxia y limitar las interpre
apropiarse del status de cristianos ver- taciones indias del cristianismo, éstas
daderos, por oposición a los españoles, continuaron floreciendo, haciéndose pa
los malos cristianos. Esta inversión de tentes cada tanto en el descubrimiento
roles justificaba, que en el nuevo mun- de cuevas con ídolos, o en actos tan
do, los indios serían los señores y los simples como la colocación detrás de la
españoles sus vasallos y tributarios. Asi imagen de un santo o de una deidad
mismo, el análisis del discurso, de los recortada en papel amate.” Si bien el
símbolos y de la ritualidad de los rebel- estudio se detiene en el momento co-
des permite acceder al pensamiento re- yuntural de la captura y ejecución del
ligioso de los indios de Tutotepec, al líder, el movimiento muestra el panora-
tiempo que muestra el tipo de cristia- ma del catolicismo popular visto hacia
nismo forjado durante más de dos si- adelante, en el que la religiosidad popu-
glos de dominio colonial, producto de lar posterior y hasta la actualidad ha
un largo proceso que implicó adapta- sido una lucha permanente entre la reli-
ciones, cambios, préstamos, pérdidas, gión institucionalizada y las prácticas
reelaboraciones y apropiaciones. Esto cotidianas.
lleva a poner la mirada en la religio
sidad actual y considerar las palabras Tomás Jalpa Flores
de la autora quien señala que, “A pe- Biblioteca Nacional
sar de la represión de la religiosidad in- de Antropología e Historia, inah
dígena, de los intentos por acabar con