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Una pregunta sobre el tiempo Alberto Rosales Los maluiplesfendinenos que Is losofis occidental ha lama Ser o modes, tpos, estructura de Se, tenen un sentido ten poral. Bsa conetion entre Ser y temp, que permanesia mis ‘8 menos latent en la tradi fosbtes, a sido puesta de me rifiesto en auesro siglo por Martin Heideeger. Si bien es des ‘ubrimiento nos parece uns aportaciondecisivaa la osofi, ro creemos que Heidegger haya respondido defininamente ln prepuna acerea de cdma el tiempo hace posble mesa omprension de Ser Heidegser mismo ha dado, respucstas di ‘erst ell, primero en Sein und Zeit y Wego en su ensyo tardio Zeit und Sein Creemos, po ello, que ademis de tatar de comprendcr su diversas respuesta, la investiga ilsotca factual debe explorar los caminos posbles para responder a sa pregunta Parecria que ese intento pudira ponerse en marcha con silo ‘iat hacia el fendmeno del tiempo, Sin embargo l dedicarbos 4 pensar en él, como cuando renunciamos a ello, estamos ya siempre en una tradicion que impone un detemminado concepto el tempo y ha decidido de antemano qué preguntas pueden plantearse mbre ly qué eaminos de Inguisicon han de conse erase inttansiables. Esa tadiion forma parte de ls fenéme- ‘nos mismos, de suerte que para aceresrnos ellos debemos mar char a la ver a travis do la tradicion y en lucha con elt, Esa la permite conocer las posibiidadese imposibildades ya dex ‘ubleras en el esfuerzo por pensar la cosas, Por ota part, esa via de aproximacion es la inica manera de controlar la dctadu de las opiniones consgradas y de rescatarertcamente ago Ae fa libertad que requete el pensamiento paras fil alas co- ss mismas Con ese fin interpretamos dos passes decisvos del tratado de Anstteles sobre el tempo, en el Libro IV de su Fi sea, qe ha sido hasta noestros dias a ase de as intepretaco- nes filoificas de ese fenémeno, De acerdo on las observacio- nes anteriores, un esfuerzo semelante ha de evita tanto un ingenuo mirar facia las cosas, como el quedarse en una mera interpretacion histdrico cultural dels opiniones de ese pens dor. Por el contatio, hemos de interpetar crfticamente si Aoctrina,en vista dela pregunta acerea del modo en que el tem po hace posble nuestra comprension de Ser Aristotle se aproxima a esa cuestin en capitulo 12 del Li bro IV de ai Fisica. Como et contenido de ese pasties funda fen la definicin del tiempo desarollida en el capitulo anterior, hemos de considerar en primer lugar esa definici, Como s¢ sabe, Arsttcls determina al tiempo como “nimero del mo- Vimiento respecto de lo anterior y lo posterior” (219 b 1/2), ‘A fin de comprender esa defniibn, hemos de interpreta el pase decsivo (219 2 10Vb 2), en el que Aristételes Ia fare ‘Samenta ‘Antes de niciar esa interpretacin es necesrioadvertir que, si bien Aristteles encuentra al tiempo en el movimiento, lo que 4 Tama tiempo no et slgo que residiera en el movimiento en S{ mismo. En efecto el dempo es nimero, es decir, o numer do. contado pore sma al numerar el movimiento (219 b 5/9). EI tiempo es, at pcs, solamente como algo petibido 0 pe ceptible por el alma al percbir el movimiento, lo cual impli fue el movimiento es, in embargo, condiion necesaria dela Posiildad del tiempo. Por ello, para determinar qué es fo que 1 _ percibe esa percep, es necesario consigerar en primer lar Aigunos carcteres fundamentales del movimiento, como lo hace Aristteles en ef 219 4 10/21 Por estar al servicio del defincion del tempo, la consideracion el movimiento en ese pase no se tine a definieon gu ‘9 de movimiento (kinesis) en el Libro Ill, de i Fite, sino 8 nocion de movimiento como metabo, implicto en aque- lis (218 b 19/20). Meaboté significa cambio, mis literalmente tratrueque, a stber, el teqve de un coattario por el oto (ef 224 b 35) 225 4 2), Un cambio somejante es el que todos podemos peribir en tn rele de tipo tradicional, donde P ls Imanecila del sequndero reorse un tayecto celta velocidad Constante, En el fendmeno mencionado percibimos, en efecto, SOmo el sequndero trueca su. presencia en un punto dé si ‘rayecto por m presencia en otre punto de ste y por cierto uno tres otro, La percepoiba de ese movimiento ha de aprehende fen eonseeuencia, un cambio, y ello implica ditinuir lugares, pereibie un mOvil, asf como sus presncis y ausencias en esos Jugares El cambio en cuestin es un cambio de lugar (topos). Blue el sogundero seri en cada caso, segin Acistteles, la situ ‘ion de esa manevilarexpecto de las paredesinterores dl rele} Siempre que éste permanezca fj en i tira, yest as nmol fen el coos. Los hgares que una manecilla semejante puede focupar al desplizise estin simbolzados en la superficie circu dar, que sele hacer de pared posterior del elo através de pun- fos ¥ mates. Eros simbolizan Ia vex la extension rocorrida por ess movimiento, ai como si division en partes mules. Es. Extension es en el ejemplo examinado, un cicule, una linea furve de certs longtud sobre la pared posterior del elo. Est longitad tiene en cada caso Un tamafto, es mis 0 menos grande, ‘sun quantum continuo, un mézethos? Tal quantum se carae- teriza porque €l es divisible por el cognoscente en putes tam bin continuss, p. os linea en sesmentos, yes por ello divi ble al infin. Medimos la magnitud del trayecto dela manecila «el reo levando sobre ese efreulo un sopmento fjado como uid, ‘hasta determinar cuintas. unidades semejantes es ontenidas en 6 Como lo indian las ifs nsritas en fos eho 4s de tipo tradicional, ee tayeoto ex un quantum semejante, Alvida y medido. Tan s6lo por set esa extensin wn quantum ‘continuo, son el movimiento que la recor y,a teavés de ta, cl uempo mismo, accidentalmente magnitudes continuas medi bles (219% 10/18, Met. 1020 a 28/32). En lo que respecta tiempo, esto ha de enfenders ene sentido de queen la percep- ci del movimiento se musta et impo como una magnitud Continua semejante, gracias al movimiento ya la extension local rcortida, De todo esto se sigue que In percepelon en cussion hn de distingur al mov en su cambiar de Iver, en tanto dist su [aver fs lugares de una extension continua, pero medible oyamedida El ciroulo que have de tayecta para fa manecilla de eoj posee dems, epin Aristtaes, ott caricteristice importante, Si Samos abitrariamente un punto de partids en ose clrulo, los restantes puntos en sein anteriores (pnbver) 0 posteriores| (ster sein su poscion rexpecto a ese punto.” Ast P. 6 sl designamos el punto de partida con el nimero Dy ls sguisn- {es.con los nimeros 1,2, 3, ete, ol? sede anterior al3 pores: {ar mis eercano al, mientras que el 3 seré posterior al, por star localmente mis aljado de aquel. Las expresiones “ante Hor” y “posterior” no tienen aqui an una signfiaciontempo- ral. Los lugares posible dela linea mencionada no consituyen tuna sucesin, sino silo una serie ordenada de puntos simults- reos. Como el movimiento del seaundero recorre ea ines ss fases quieren ese mismo orden. De tal suerte, la fase que acac- i ‘ce através del punto 2 etédslante de a fase corespondiente a ‘panto 3 y ala invers, esta tina estéloalmente detds dela fase 2 Aristoteles anade que, como el tiempo sigue al movimiento, es ect, os accidente de tla través de ese orden de las Tases del fovimiento adquiere el tiempo un orden semejante (219 a 18/19). Sin embargo, como el orden de los tempos consist en aque estos se suceden unos otros ye, asi pues, diverso de ese ‘orden local del movimiento, ese enunciado debe ser entendido fen el sentida de que, sobre base de a percapcion de ese orden Tocal de las fases del movimiento, ¥-a través de dl, desubrimos emo en su orden sucesivo. ‘Las consideraciones precedentes han hecho expicto lo. que pereibimos al captar tin cambio de fuga. Percibimos al cuerpo fn movimiento a tavés de una extensiin, de una magnitud ontinua, distingsendo en clla diversas lugares, que pueden ormar ns sere ordenids, Gracias «esto, al pecibir al cuerpo mover de un liga @ oto, distinguimos ls fass del movimien- to en reaciones de anterioridad y posterioridad locales. Pero nada de esto es todavia perepcion dl tiempo. Sin embargo, cuando potsbimos al movil al stravesir uno de ‘os hustres,slemos decir “ahora esté aqut” y, desputs de un ‘recho, al ateavesar otro lugar, “ahora esté aqui” y as sucesva- ‘mente. Sopin AristOceles, con e508 “ahora, distinguidos no del otro, uno antes y el oto desputs, vene's mostrirsenos el tiempo (219 a 22/29). Pero je6mo Hegamos a dist esos “ahor Devimos “ahora” al pecibit la presencia del movil en un aga Pero “presenct den tambi un sentido “espacial” y sgnfca fntonces que ese cuerpo ests contenido en un lugar y esti au- Sente de otros, stuado respecto de ells, come de una multp cidad de Iugaes que permanecen copreentes, de sere que el ‘movil puede alejarse de un lugar y luego retornar a él. Para des- abrir est misma. presncia del movil en se sentilo temporal hay que mirar en otra dieesidn, Ello opurre en tanto experi rmentamos es presencia como perecedera e irepetible ¥ por éerto como una sniea presencia cada vez, en contrast con tras presencias ya pasadas. Esto es posible porge, al percibir Ja presencia del mévi, retenemos su presencia en otro IMeat ¥ 1a experimentamos como ahora ausente, pasada* A través de sas presencas del mei, ya una con ells, experimentamos ot horas como presenes fugces, que existen uno cada vee y sin ‘stom, Su orden es el “antes”y el “desputs” Pero ipor qué es ol tiempo algo asf como un nimero 0 alo ccontado? Heidegger ha sostenido que est concepciin es mot vada porque el hombre descubre primeramente y las mds de las veees al Lempo en una praxis, que cuenta con ély lo calcula fn vista de Jo que hay que hacer’ Si bien es respuesta ce plausible, parece haber un motivo més profundo del careter el tiempo como nimero. Como lo muestra un passe de st tratado juvenil sobre as Categorias (S a 23/26), Aristteles ‘experimenta al tiempo a partir del hablar y conta en vor alta En ambos casos. pronunciamos sonidos separadamente y en sucesion, pe al contr “uno y uno y uno", et. de suerte que al pronuneiar una unidad, las anteriores ya no estin presents De igual manera, los ahorastransurrdes de tiempo, en el cual se despliga el Hablar mismo, tampoco subssten (UR hypor Iménein)* Debido a esto, a pesr de ser una cantdad contin, tiempo parece desintesrarse en una muitipicidad de shores ‘que, come cuastunidades disretas, solo pueden estar presente como un todo si el alma aprehende cada una, reliene la Ya aprehendidas y las reune a todas ante si Es actividad del alma 16 ‘no es otra que el contar” Por consguinte, el tiempo, en el sentido de una extensin de tiempo mayor que el ahors, 3610 existe como algo contado dentro del sina. Por eso. define ‘Arsttees al tempo como lo que el alma cuenta en el movi tiento, en tanto, al percbilo, dstinguimox sus fsses conto Los ahoras que el alms descubre son, a eval que las comrespon- dientes fases det movimiento, sblo limites dentro del tempo como. un continue suceiva. Y como la longitud recorida or el movil, p. ej, por el Segundero del rele, esté ya medida, perebir el movimiento de ese cuerpo contamos ss fasts Y, 1 travis de est, contamos los trechos de tempo dalimitados ‘or los ahora, es decir, medimos el tempo. Una vez que se ha constituide ast para el hombre el mpo com tiempe medio, 5 posible medir por medio de €l la cantiad de caalquir tipo de movimiento, caleulindola pe) en sepundos, minutos, hors, fete. El tempo tiene, a8 pues, una funcion mca, Esa funcion la que sieleasociarse ala concepcin aistotlica del tiempo. Sin embargo, Arstteles Je asgna de hecho otra funcional tomario,en el capitulo 12 del mismo libro de Is Fite, como base para distinguir diversas clases de entes y de no-ntes (220 b 32/22 4-9). Pero esa funcion onfolipica del tiempo pemancce implicta en ese texto. Arist6teles no It pone de Felieve como una funcidn propia y lx concibe ms bien como tna simple aplicaion dea uncién meria del tempo. in efveto, Arist6teles comienza por interpetar Ia expresion, "ser en el tiempo” en el sentido de que el Ser de un ente es me- ‘ido por el tempo (221 4 8/9) Ast p. ej una carer de auto- LS me ae hay ee ‘éviles esti en el tempo porque podemos decir que lla ha sido fe 2 horse y 20-minutos. Lo que est asi ene tiempo s arac- teria, ademis, por ser abarcado por un tiempo més extenso, ‘ue Io precede y lo sigue. Lo intratemporal tiene un ser tempo- ralmente imitado dentro del todo del tiempo (221 3 17/18, 26130), Bn base de es nociém mérica dl Seren-. “ET ahora ex continuldad del tiempo” (222 210), Sin en- baizo, en tanto el shora es sempre diverso, el alma puede ute lizarl expresumente como division (@aires), esto es, como un ‘unto indivible, que sive en un dobe sentido, como fin de un pasado y comienzo de un futuro (222 a 10/20) y esasila base fe Is experiencia dl tiempo y de su constitucién como un fuantuen ‘Spee. 1) ann ee ea aan ape eaters scan pe Dc ae ter "De acuerdo con esto, el ahora como division exist slo en tanto orrelato del alma que percibe y piensa al tiempo. Eve uso del ahora es ago fundad, pues presupone, coma su fundamento, ‘ue antes del delimitary conta, el alma se le dé el ahora como limite unificador: Ese ahora, asf como el continuo del “tiempo” cual hace posible, tienen que ser y, fuera del alma, 2 saber, 4 una con el movimiento del cosmos, antes del contar y del tiempo como quantum. Ese "prestiempo”, asi como el movi siento, son posibles gracias al etme | ulento, son poles praca tern juego dels materia De tal suerte, en su teorfa del ao fund 4 como fundamento de ls ‘sencia del tempo, va Arstételes implictamente més als de fe como quantum, ach una arte de "pretempo" en lime ie" e304 aera ct 20's 19/0) El pata toms line 0. Ello mismo est impliito en su defnicién del tempo, pues, al definislo como ndmero, prespone que toda extensin de tem po alo existe como algo contado en el alma, y deja con esto Abierta la pesblidad de que el ahora mextensoexista fuera de tila Esa posibildad no es nesada por Arstteles cuando afirma (223 4 21s) aue tno hubjora alma, que es lo nico capaz de ‘conte, no habria tempo como mimero. En ese caso exstiia Ciertamente movimiento en el cosmos, y con él fuirian fases ‘anus tras ottas, pero ne habla tiempo, pues “tempo gon esas fases en tanto numerables™. (223 a 29)" I Asi; como Ta doctina del ahora semite, asf pues, aun “pre- tiempo” orignario, ue esté en conexion con el Ser de ls en- tes intatemporales, reefprocamente, la concepetin atstotdica de eae Ser se funda en el tiempo, ¥ por cierto en lo que hemos Tlsmedo el “pretiempo"” Tratamos de aproximamos a esta nueva perspectiva a partir de la dstnciOn de clases de ents, esrollads en nuestro texto. Arstteles menciona expres mente 12 ae dnta , Jos stompre entes (221 b 3/4) y, por otra parte, ta en Khrino Ont, oe entes en el tempo (221 a 24/25, y 27) Como se trata de una distineion entre clases de ents, te de suponer que a #0 base se encuenre algo comin aambos, Slo asi como tn “ente en genera. :Q¢ signiicaria en est ontexto una expresiin semelanto? Dejamos sun lado 1s pro- ‘Sette oo "ay kab sya onan a sap te tanec 0 pnt oe. blemitiea de a Hamada analogia ents. pues ella slo podsia aportar una respuesta sobre la forma de Jo generalidad de ese "ents", ¥ 90 consideacion podria impedirnos ahora avizorar Jstamente en nuestro texto el contenido significative de la cxpresion “ene en general” En efecto, al considerr Ios entesy los no-entes que estn en el tiempo, Aistteles determina lo pasado y lo futuro eqmo no- centes (21 b 31/222 a 1), Bll indica que, al menos respecto de To que extéen el tempo, él entiende por ente a o presente 10 cal confirma lo antes dicho sobre elente perecedero y sa Ser. ‘Asi pues es de presumir que, si a palabra “ente” noes total ‘mente equivocs, los entes fuera del tiempo tengan algo en co- rin con lot entos ntratemporles y serén, en consecuencia, También “presents” de algin modo peculirisimo. En efecto clos son “siempre” (ae). Peo si bien “ser sempre” significa

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