Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DEDICATORIA ...................................................................................................................................... 2
INTRODUCCION ................................................................................................................................... 3
CARACTERIZACION DE LA PROBLEMÁTICA ..................................................................................... 5
MARCO TEORICO ................................................................................................................................. 6
MENOR INFRACTOR ........................................................................................................................ 6
REGULACION DE LA FIGURA DEL MENOR INFRACTOR EN LA LEGISLACION PERUANA .............. 7
EL CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES DEL 2000 .............................................................. 9
EL DECRETO LEGISLATIVO 990 .................................................................................................... 9
MARCO JURIDICO PENAL DEL MENOR INFRACTOR .................................................................. 10
EL MENOR INFRACTOR EN EL PROCESO PENAL ........................................................................ 11
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES PROCEDIMIENTO .................................................... 13
LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR ............................................................................................... 13
EL PROCESO JUDICIAL................................................................................................................ 15
MEDIOS IMPUGNATORIOS ........................................................................................................ 16
EJECUCIÓN DE LAS MEDIDAS SOCIOEDUCATIVAS .................................................................... 17
Tipos de delito: Marco legal ...................................................................................................... 18
DECRETO SUPREMO Nº 011-2016-JUS ...................................................................................... 20
Módulo especializado de atención a adolescentes infractores o sección especial de la
comisaría. .................................................................................................................................. 20
ANALISIS .................................................................................................................................... 22
PANDILLAJE PERNICIOSO............................................................................................................... 25
OPINIÓN SOBRE LA APLICACIÓN EN EL CAMPO JURÍDICO ....................................................... 25
PANDILLAJE PERNICIOSO........................................................................................................... 26
DECRETO LEGISLATIVO 1348 ......................................................................................................... 42
CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 49
RECOMENDACIONES ......................................................................................................................... 50
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................... 51
DEDICATORIA
Hace muy poco tiempo, pudimos dejar atrás casi un siglo de patronato en políticas de infancia y
comenzamos constituir una nueva institucionalidad: un Sistema de Protección Integral de Derechos
de Niñas, Niños y Adolescentes. Hace pocos días también, a través de la Secretaría Nacional de Niñez,
Adolescencia y Familia, hemos podido suscribir, junto con UNICEF, un convenio de cooperación para
poner en práctica el Plan Nacional de Acción por los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, en
lo que consideramos como un paso necesario en la consolidación del profundo proceso de cambio
normativo, institucional, político y cultural que el Gobierno viene ejerciendo desde el momento
mismo en que se hizo cargo del Estado y sus políticas sociales. El Gobierno ha definido como prioridad
mejorar la calidad de vida de niñas, niños y adolescentes, construyendo un país con respeto social,
económico y cultural, basado en la promoción y protección de sus derechos. Estábamos
acostumbrados a políticas sociales homogéneas, originadas en conceptos abstractos, de escritorio,
destinadas a tranquilizar conciencias e intelectos de quienes tienen mucho más de entrenamiento en
el discurso que en revertir una realidad social afectada por décadas de crisis y abandonos. Con mucho
esfuerzo y convicción, hemos edificado un Estado reparador de desigualdades sociales, en un
permanente trabajo de inclusión, creando oportunidades para el acceso igualitario a la educación, a
la salud, la vivienda, promoviendo el progreso social en el esfuerzo y el trabajo de todos los peruanos.
Dicho proceso de readecuación de las políticas sociales se llevó a cabo a través de los siguientes
pilares: la concepción de un Estado promotor, presente, activo, que se reubique en un lugar
protagónico en la toma de decisiones; una mirada territorial; una concepción integral, en la que las
personas, la familia y las comunidades son portadoras de derechos y no beneficiarios pasivos. En
síntesis, queremos que sean protagonistas del cambio. Buscando trascender la fragmentación de las
miradas e intervenciones, en el Plan Nacional de Acción por los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes, se consolida la política interministerial, como una herramienta común de planificación
que plantea líneas estratégicas de desarrollo. Creemos importante destacar, que todas las provincias
han aprobado las pautas para edificar una política integral para los adolescentes infractores a la ley
penal. Es un proceso de construcción respetuoso de los derechos humanos, nos permitirá dejar atrás
prácticas retrógradas, que no generan ningún resultado y adecuarnos a nuestra Constitución
Nacional como así también a los estándares internacionales en la materia. Queremos dejar asentado
una vez más que, este trascendental proceso de cambio normativo, institucional y cultural tiene en
nuestro Gobierno y en su Ministerio de Desarrollo Social, un actor comprometido y consistente,
dispuesto a liderar la transformación. En el día a día trabajamos convencidos de que sólo en un país
justo e inclusivo, las niñas y los niños podrán gozar efectivamente de sus derechos. Ésta es nuestra
mejor apuesta de cara al futuro. Es así que toda acción policial en que forme parte una persona menor
de edad en conflicto con la ley penal, se debe proteger al máximo su integridad física y su dignidad,
así como su imagen, identidad, y aquellos datos que faciliten su individualización e identificación por
terceros ajenos al proceso o procedimiento correspondiente. Queda estrictamente prohibido que al
amparo de una actuación policial, un personal de policía permanezca a solas, en un lugar aislado, con
una persona menor de edad. En caso de imposibilidad objetiva para cumplir con esta última
disposición, el personal para fundamentar su actuación, deberá buscar a una persona mayor de edad
ajena a la investigación, que sea testigo del procedimiento, y que pueda dar fe del respeto a los
derechos fundamentales y al interés superior de la persona menor de edad. No se conoce país
civilizado en que no se haya establecido normas legales de protección y de sanción al menor. Esa
protección en los pueblos primitivos la realizaron y la realizan en forma rudimentaria, empezamos
diciendo que el Niño, Niña y Adolescente está revestido de muchos derechos que están consagrados
en nuestra legislación. Si bien la infracción penal de un adolescente se asume como una transgresión
normativa cuyo administrador titular será un sistema de justicia, no puede olvidarse que en realidad
se trata de un fenómeno de violencia cuyo origen, desarrollo y tratamiento escapan a los tribunales,
y deben ser abordados por estrategias mucho más complejas. La estrategia de control obedece a
modelos integrales de intervención con agencias especializadas capaces de abordar la problemática
en todas sus etapas de progresión. La infracción penal no es más que el desenlace de un cúmulo de
factores de riesgo que no fueron atendidos en el tiempo debido, y que se manifiesta en la desviación
conductual de un adolescente. Una vez cometida, deberá construirse un modelo de gestión que
responda a las particularidades del individuo, incluyendo alternativas orientadoras, restaurativas y
capaces de reparar el tejido social perjudicado. De este modo, la etapa de asesoramiento y
reinserción del adolescente, deberá responder a sus requerimientos como ser humano en desarrollo
con mayores posibilidades de acatar nuevas oportunidades sociales. En general, desde antes de la
comisión de una infracción penal, es necesario mitigar los factores de riesgo capaces de alimentar la
desviación. Asimismo, el modelo de administración de justicia deberá ajustar sus instancias y
lineamientos de operación a efectos de garantizar una salida adecuada al conflicto que gestiona. No
será distinta la necesidad en el sistema de reinserción social, la etapa de orientación y guía personal
deberá realizarse en un contexto adecuado y con pautas que aborden integralmente la problemática
conductual. En la presente investigación de procedimiento policial, se realizará una aproximación a
la violencia juvenil y la respuesta integral del Estado peruano frente a la problemática de las
infracciones penales realizadas por los menores infractores a la Ley Penal.
CARACTERIZACION DE LA PROBLEMÁTICA
Para poder determinar primero el problema en general y especifico haremos una reseña de todo lo
que antecede a todo lo relacionado a la infracción penal de menores y la ayuda que debe tener la
PNP para poder realizar una adecuada intervención policial a menores de edad que incurren en algún
delito, así como a la ciudadanía ya que será una herramienta útil de consulta, de esta misma manera
serán beneficiadas las víctimas, cuyos derechos son vulnerados por la insuficiente rigurosidad que
existente en las medidas socioeducativas que se las impone a los adolescentes infractores.
Este tema contiene antecedentes históricos y de actualidad para su ejecución, como posibles
soluciones a los inconvenientes que existen con las resoluciones dictadas a los adolescentes
infractores, las mismas que son con poca rigurosidad.
MARCO TEORICO
MENOR INFRACTOR
Se acepta que “hablar de menores significa hablar de hombres que atraviesan etapas
prematuras de su vida; hablar de “derecho de menores” importa hablar de aquello que
comienza o se adecua al ser humano en la minoridad, la tendencia moderna es que no
pueden someterse al ámbito que rige para los adultos. Sea, como se afirma de manera
tradicional en la doctrina, porque son inimputables; o bien, porque se reconoce que su
personalidad apenas se encuentra en formación, pudiendo contar con cierta madurez, más
no completa.
Nuestro vigente Código Penal establece en su artículo 20 que los menores de edad están
exentos de responsabilidad penal. Ante lo dispuesto por el citado artículo, el Código de los
Niños y el Adolescentes, aprobado mediante Ley N° 27337, materializa un proceso de
administración de justicia para niños y adolescentes.
En este sentido, la influencia de la dogmática doctrinal del Derecho Penal mínimo y/o de un
ordenamiento jurídico garantista del interés superior del niño, se muestra desde la
denominación al acto delictual cometido por un adolescente, denominado “Adolescente
Infractor Penal”. Según el Código del Niño y del Adolescente: “Se considera adolescente
infractor a aquel cuya responsabilidad ha sido determinada como autor o partícipe de un
hecho punible tipificado como delito o falta en la ley penal”. Por otro lado, en cuanto a la
sanción por comisión de infracciones, en lugar de denominarla pena, se le denomina medida
socio-educativa, siendo la más grave la medida socio-educativa de internación.
En líneas generales, si en el Perú, expresamente no existe una Ley de Justicia Penal para
adolescentes, nuestra legislación ha reservado un sistema especial de administración de
justicia para ellos. Esta concepción considera que el joven o adolescente está sujeto a una
regulación especial, en todos los ámbitos de su desarrollo, y que como consecuencia de este
trato especial, a nuestro criterio, se ha adoptado una concepción punitivo garantista, debido
a que se le atribuye al menor de edad una mayor responsabilidad, pero a su vez, le son
reconocidas una serie de garantías sustantivas y procesales que no eran siquiera pensadas
dentro de una concepción tutelar, que tal como hemos manifestado, considera al menor de
edad como sujeto pasivo de la intervención jurídica, objeto y no sujeto de Derecho.
Comprendemos que lo que se ha querido hacer es un Derecho Penal de Menores que
pretenda ser humano, moderno, justo, moralizador, eficaz y realista, pero se ha olvidado la
realidad nacional. El mal es viejo y generalizado. Como que también ha sido denunciado una
y otra vez (ante un sistema tutelar propio de la doctrina de la irregularidad social, no
existieron los medios para ejecutar las medidas tuitivas. Ahí estuvo el fracaso del Código de
Menores de 1962).
a) En el Código Civil de 1852: Se dio mayor realce al adulto que al menor de edad. Se legislo
la discriminación de los hijos por razón de nacimiento clasificándolos como legítimos e
ilegítimos, los primeros con derechos y los segundo sin derecho alguno.
b) En el Código Civil de 1936: Mejora la situación del menor con respecto al código anterior,
a pesar que seguía clasificando a los hijos, estableció derechos para ambos pero en forma
desigual, así por ejemplo en el aspecto sucesorio el ilegitimo tenía derecho al 50% de un
legítimo.
c) En el Código Civil de 1984 (actual): Este se aplica en forma supletoria al Código de los Niños
y Adolescente, en especial el Libro III referido al Derecho de Familia. Este código considera la
igualdad de los hijos, pero los seguía clasificando, esta vez como matrimoniales y extra
matrimoniales.
e) En el Código Procesal Civil de 1993 (actual): A pesar de que entro en vigencia un mes
después del Código de los Niños y Adolescentes, se aplicó en forma supletoria a éste y se
sigue aplicando en el aspecto adjetivo, en lo que corresponde.
f) En el Código Penal de 1924: En el Libro I, Titulo XVIII, Arts. 137 a 147 se señalaban las
medidas de seguridad social, o educativas a favor del menor que realizaba un acto reprimido
por la ley como delito. Dichas medidas debían de dictarse previa investigación que permita
el examen al niño y su entorno, y, variaba de acuerdo a su situación (abandono, en peligro,
pervertido, etc.). En el Libro IV, Titulo V se estableció la Jurisdicción de Menores, disponiendo
que en la capital funcionaría un Juzgado de Menores compuesto de un juez, un médico y un
secretario, mientras en las provincias dicha labor la realizaría el Juez Civil, mencionando
además a los Jueces de Paz como instructores en los distritos. Se especifica los requisitos para
ser Juez de menores, nombramiento, la designación de inspectores de menores, la forma de
realizarse la investigación en casos de adolescentes de 13 a 18 años que cometían actos
reprimidos con prisión.
Se propugna un proceso judicial en el marco de una justicia especializada que tiene en cuenta
el conflicto jurídico como un problema humano. (Art. IX Título preliminar), lo que se condice
con el hecho de que el adolescente tenga derecho a expresar su opinión libremente en el
proceso por ser un asunto que le afecta y además que tenga el derecho a que se tenga en
cuenta sus opiniones (Art. 9 CNA). Reconociéndose el respeto de sus derechos individuales
(Art. 185- 138 CNA) y de las garantías del proceso y Administración de Justicia consagradas
en la Constitución, Convención de los Derechos del Niño y en las leyes de la materia (Art 192
CNA), recurriendo en caso de vacío a la aplicación supletoria de las normas sustantivas y
adjetivas penales (Art. VII, Título Preliminar)
El Decreto Legislativo 990, modifica diversos artículos del Código de los Niños y Adolescentes,
relativos a su capacidad y responsabilidad penal: Asimismo, regula de modo particular el
concepto de pandilla perniciosa, define normativamente la infracción a la ley penal,
diferenciando una forma de comisión leve y otra agravada, señala las medidas
socioeducativas aplicables para los líderes y miembros de una Pandilla Perniciosa,
otorgándole posibilidades de archivo al Fiscal de Familia frente al resarcimiento del daño y
perdón del ofendido, dando facultades a los gobiernos locales y regionales para atender el
gasto de implementación y ejecución de las medidas socioeducativas y de protección.
El Código Penal, en su artículo 20.2, establece que los menores de dieciocho años de edad se
encuentran exentos de responsabilidad penal. Este tratamiento diferenciado
(inimputabilidad) se sustenta sobre la base de la ausencia de dos factores en el menor
(inimputable): a) facultad para comprender la naturaleza delictuosa del acto y, b) capacidad
de determinación de su comportamiento según esa comprensión.
La ley penal construye pues una presunción respecto de la defectuosidad o ausencia de los
factores anteriormente mencionados, lo que ciertamente no implica que en la generalidad
de los casos ello sea de ese modo, por lo que es posible que aun cuando un sujeto no haya
rebasado el límite etéreo que hace presumir su inimputabilidad (legal) comprenda que el
hecho que va a realizar es delictuoso, y que además de ello es perfectamente posible que
pueda motivarse según esa comprensión para inhibir su ejecución.
De allí que el tratamiento de los supuestos de autoría mediata en la que el hombre de atrás
(autor mediato) posee el dominio de la voluntad de un ejecutor inimputable no debe admitir
un tratamiento igualitario, sobre todo frente a aquellos supuestos en los que aquel no
presenta las mencionadas deficiencias que hacen presumir legalmente su condición de tal.
En casos como estos, en los que exista la comprensión y la capacidad de motivación según
ella, el dominio sobre la voluntad del menor no puede afirmarse, con lo que decae la
posibilidad de un supuesto de autoría mediata.
No debemos olvidar que el artículo 40.3 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
establece que los Estados partes deben adoptar las medidas apropiadas para promover el
establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicas para los
niños en conflicto con las leyes penales, y en particular el establecimiento de una edad
mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para infringir las leyes
penales; y siempre que sea apropiado y aceptable, la adopción de medidas para tratar a esos
niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarán
plenamente los derechos humanos y las garantías legales. Al respecto, cada Estado es
competente para determinar la forma como concreta el desarrollo de este sistema
específico, a través de leyes especiales o de reformas a las leyes generales en materia penal
y procesal.
a. La primera de las hipocresías es que mientras se dice que el problema del menor es
integral la política pública se caracteriza por el fraccionamiento en sus acciones.
b. El uso de un lenguaje nuevo en el Proceso Penal con el que se pretende encubrir la
vieja cultura inquisitiva.
c. Se huye de los estudios de campo para ver los resultados prefiriéndose por el
contrario reformularse las leyes en base a buenas intenciones.
d. Resistencia a escuchar lo que el adolescente quiere decir, porque todo lo que se tiene
que hacer a su favor ya está establecido.
Las consecuencias que tiene el problema abarca como vemos distintos aspectos: ausencia de
Políticas Públicas en prevención frente al adolescente en conflicto con la Ley Penal, el uso de
un Derecho Penal simbólico efectista, etc. Siendo el proceso seguido de implementación
normativa de la doctrina de la protección integral en nuestro país de arriba hacia abajo, la
primera manifestación de este problema se encuentra en la creación del marco de
intervención penal frente a los adolescentes.
Por ello, el Proceso Penal seguido al adolescente es el lugar donde se ponen de manifiesto
todos los problemas y debilidades de nuestra legislación de control penal forma
preponderante y dinámica, pues es donde los derechos sino se descuelgan de sus marcos
normativos y son efectivizados dejan de ser derechos. Es en el Proceso de Juzgamiento de
los adolescentes, donde se pone de manifiesto la ausencia total de las Políticas Públicas en
prevención, des judicialización e implementación de medidas alternativas, donde una
equivocada imagen de aparente bondad estatal legitima la violencia y la represión del estado
contra los adolescentes desprovistos de sus garantías constitucionales y específicas.
Consideramos que de hecho dentro del Sistema Penal la Justicia Penal Juvenil se ha
convertido siempre en una vanguardia del modelo de intervención que marca la pauta hacia
dónde camina el Derecho Penal
LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
Dentro del Modelo de Intervención propuesto por el Código frente al adolescente en
conflicto con la Ley Penal, la Policía luego de la aprehensión, puede confiar la custodia del
adolescente a sus adres o responsables cuando los hechos no revistan gravedad, se haya
verificado su domicilio y sus padres o responsables se comprometan a conducirlo ante el
Fiscal cuando sean notificados(Art. 201 CNA), estableciendo la Conducción ante el Fiscal, en
el término de veinticuatro horas, acompañando el Informe Policial, únicamente si ha mediado
violencia o grave amenaza a la persona agraviada en la comisión de la infracción o no
hubieran sido habidos los padres (Art. 202 CNA), procediendo el Fiscal a recibir su
declaración, en presencia de sus padres o responsables, si son habidos, y del Defensor (Art.
203 CNA).
No obstante, siendo el Fiscal el titular de la acción penal y quien debe dirigir la Investigación
Policial, participa en todas las diligencias(entendemos a nivel policial), por lo que deja de
tener sentido la regulación en la que se señala que los adolescentes deben ser conducidos a
su presencia, pues por el contrario es el Fiscal quien en la práctica, se constituye a la comisaría
a recibir la declaración del adolescente y de ser posible en la declaración del agraviado y de
los testigos, pues le corresponde intervenir, de oficio y desde la etapa inicial, en toda clase
de procedimientos policiales en resguardo y protección de los derechos del adolescente e
investigar su participación en los hechos denunciados como titular de la acción penal. (Art.
144 CNA).
El Fiscal puede solicitar la apertura del proceso, por medio de la formalización de una
Denuncia Penal, la que debe contener un breve resumen de los hechos, acompañando las
pruebas reveladoras de la existencia de la infracción por parte del adolescente y los
fundamentos de derecho. Asimismo, solicitar las diligencias que deban actuarse. En caso
contrario, archivará la investigación. Puede además disponer la remisión como forma de
exclusión del proceso, cuando se trate de infracción a la Ley Penal que no revista gravedad y
el adolescente y sus padres o responsables se comprometan a seguir programas de
orientación. (Art. 204, 206CNA).
Asimismo, el denunciante o agraviado puede apelar para que el Fiscal Superior revise la
Resolución del Fiscal que dispone la Remisión o el archivamiento, dentro del término de tres
días. Sise declara fundada se ordenará la formulación de la denuncia. No procede otro
recurso impugnatorio. (Art. 205 CNA).
EL PROCESO JUDICIAL
Recibida la denuncia, el Juez, la califica y de no dictar un auto de no ha lugar a la apertura de
un Proceso Penal, por aplicación del Artículo 77 del Código de Procedimientos Penales,
declara en resolución motivada promovida la acción penal, disponiendo que se tome la
declaración del adolescente en presencia de su abogado y del Fiscal. Asimismo, determina su
condición procesal, que puede ser: la entrega a sus padres o responsables o el internamiento
preventivo. (Art. 208 CNA)
En este último caso, sólo puede decretarse cuando existen: a) Suficientes elementos
probatorios que vinculen al adolescente como autor o partícipe dela comisión del acto
infractor; b) Riesgo razonable de que el adolescente eludirá el proceso; y c) Temor fundado
de destrucción u obstaculización de pruebas. (Art. 209 CNA).
La orden será comunicada a la Sala Superior. Mandato que puede ser apelado, el cuaderno
correspondiente debe ser elevado dentro de las veinticuatro horas. La Sala se pronunciará
en el mismo término, sin necesidad de Vista Fiscal. (Art. 210 CNA). Ordena además la
realización dentro de treinta días, de la Diligencia Única de Esclarecimiento de los Hechos, a
cargo de un Juez que se constituye en el instructor a quien le corresponde la conducción,
organización y desarrollo del proceso (Art. 136 CNA). Además, el Código regula la remisión a
nivel judicial a cargo del mismo Juez e incluso de la Sala Superior como un mecanismo de
separación del Proceso Judicial, con el objeto de eliminar sus efectos negativos, no siendo
necesario el reconocimiento de la infracción.
MEDIOS IMPUGNATORIOS
El Código de los niños y Adolescentes establece que la sentencia sea notificada al
adolescente, a sus padres o responsables, al abogado, a la parte agraviada y al Fiscal, quienes
pueden apelar en el término de tres días, salvo que se imponga al adolescente la medida
socio-educativa de internación, la cual le será leída. (Art.219 CNA), con lo que se atenta
contra la prohibición constitucional de ser condenado en ausencia.
En el caso de ser impugnada, la Sentencia no puede ser reformada en perjuicio del apelante,
pudiendo la parte agraviada apelar únicamente en el extremo de la reparación civil o la
absolución. Una vez concedido el recurso el expediente debe ser elevado a la Sala Superior
de Familia en Lima, a la Salas Mixtas en Provincias, dentro de las veinticuatro horas de
recibido debe remitir a la Fiscalía Superior que tiene 48 horas para emitir Dictamen.
Devueltos los autos, dentro del término de cinco días debe realizarse la vista de la causa en
audiencia reservada, donde podrá informar el abogado que lo solicite por escrito con el sólo
mérito de su solicitud, la resolución debe emitirse dentro de los dos días siguientes.
27. 25 de octubre de 1996, se transfiere al Poder Judicial las funciones relacionadas con la re
aserción social de los adolescentes que cumplen medidas socioeducativas por haber
infringido la Ley Penal. Creándose dentro del Poder Judicial, la Gerencia Central de Centros
Juveniles del Poder Judicial, diseñándose el Sistema de Reinserción Social mediante
Resolución Administrativa N 539- CME-PJ- de 25 de noviembre de1997, modificada mediante
Resolución Administrativa N 075-SE-TP-CMEPJ del 03 de febrero del 2000, mediante el cual
se reconocen se crean diversos programas dirigidos a la resocialización tales como los
programas educativos en medio cerrado: donde se incluyen: Recepción e inducción,
Acercamiento y persuasión, Formación personal y laboral, así como los programas en medio
abierto para la ejecución de la Libertad Asistida, restringida, semi libertad y prestación de
servicios a la comunidad.
Así como, los programas complementarios tales como el Programa de Atención Intensiva
(PAI) para los adolescentes con problemas de comportamiento, el cual ha devenido en un
instrumento de castigo y represión sistemático como lo hemos comprobado en el trabajo de
campo realizado. El programa Madre María, dirigido a las adolescentes que se encuentran
privadas de libertad y se encuentran en gestación, el cual al menos en el papel comprende
estimulación temprana y atención integral madre-hijo y Huellas en la Arena, dirigido a los
adolescentes externados a fin de promocionarlos y apoyarlos en la reinserción en el núcleo
familiar a través de actividades integradoras. En la práctica, la mayoría de estos programas
no funciona de la manera como está establecido en los documentos de creación y en los dos
últimos casos, simplemente no operan.
El Código de los Niños y Adolescentes establece que el Equipo Multidisciplinario tanto dentro
del ámbito cerrado como del abierto debe de hacer el seguimiento de las medidas. (Art. 150
CNA). Sin embargo, pese que el Poder Judicial tiene a su cargo la rehabilitación de los
adolescentes, al no haberse establecido la infraestructura, ni contarse con el personal
necesario para poder realizar el seguimiento de las medidas en medio abierto, además de no
establecerse en nuestra legislación un sistema de conversión de las sanciones no privativas
de la libertad, frente al incumplimiento, convierte en simbólicas las sanciones penales.
• Protección, para aquellos niños hasta los 11 años de edad, que han cometido alguna
infracción. Esto incluye el cuidado en el propio hogar, participación en un programa
educativo de la comunidad o atención integral en un establecimiento de protección (casa
hogar).
• Amonestación, para los adolescentes a partir de los 12 a 17 años de edad y consiste en una
llamada de atención por su comportamiento por parte del Juez de Familia. La familia también
es recriminada con el fin de que presten mayor atención a la conducta de su hijo.
• Prestación de Servicios a la Comunidad, mediante el cual el adolescente se compromete a
cumplir una serie de actividades en favor de su comunidad por un plazo máximo de seis
meses.
• Libertad Restringida, la cual consiste en que el adolescente debe cumplir diariamente con
asistir a un centro juvenil abierto, con el fin de recibir orientación y capacitación ocupacional,
por un plazo máximo de doce meses.
• Internación, medida privativa de la libertad para aquellos adolescentes que hayan cometido
actos graves (robo agravado, tráfico ilícito de drogas, violación, homicidio, pandillaje
pernicioso), por un plazo máximo de tres años, a excepción de seis años para pandillaje
pernicioso.
El sistema penal juvenil en el Perú, está orientado a lograr una rehabilitación que facilite la
incorporación social productiva del adolescente y no simplemente en la aplicación de una
sanción. Aunque se ha avanzado mucho en este aspecto, aún queda un largo camino que
recorrer para lograr la paz social, puesto que el problema es multifactorial y su solución
requiere del compromiso e intervención de todos los actores sociales.
En los 10 Centros Juveniles que administra el Poder Judicial en todo el país, 09 son para
adolescentes con medida socioeducativa de internación, es decir, han cometido una
infracción considerada grave. Entre las infracciones o delitos más comunes están el robo
agravado (42.3%), la violación (19.3%), pandillaje pernicioso (08.6%), etc. (ver anexos).
Muchos de los cuales afirman haber estado bajo la influencia de alguna SPA al momento de
cometer el delito.
Si bien los datos obtenidos pueden no representar enteramente la realidad (tendencia a
falsear), una gran cantidad de adolescentes refiere consumir o haber consumido alcohol
(77.6%). En menor proporción reconocen haber consumido marihuana, terokal y PBC.
- Personal especializado (Policía, Defensa Pública, Fiscal de Familia y equipo del Programa de
Justicia Juvenil Restaurativa). - Infraestructura básica, diferenciados para adolescentes.
LA REMISIÓN
El Código de los Niños y Adolescentes (Ley 27337), señala que la Remisión “es una medida
que puede disponer el Fiscal cuando se trata de una infracción a la ley penal que no revista
gravedad y el adolescente y sus padres y/o adultos responsables se comprometan a seguir
programas de orientación supervisados por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables25 o las instituciones autorizadas por éste y, si fuera el caso, procurará el
resarcimiento del daño a quien hubiere sido perjudicado”.
Por lo tanto la Remisión es una alternativa legal, educativa y social, que prioriza frente al
proceso judicial sancionador, el desarrollo integral del adolescente. De acuerdo al Código de
los Niños y Adolescentes, “antes de iniciarse el procedimiento judicial, el Fiscal podrá
conceder la Remisión como forma de exclusión del proceso. Iniciado el procedimiento y en
cualquier etapa, el Juez o la Sala podrán conceder la Remisión, importando en este caso la
extinción del proceso (Artículo 228)”. En ambos casos los requisitos son los mismos y evita la
estigmatización del adolescente.
Bajo una perspectiva de derechos y desarrollo integral, busca que el adolescente tome
conciencia del hecho cometido, asuma la responsabilidad del mismo y repare el daño.
Restablece relaciones de confianza y previene la reincidencia por parte del adolescente. En
ese sentido, evalúa para su implementación los determinantes familiares y sociales que
permiten optar por esta alternativa, en el entendido que el adolescente requiere de una red
social de servicios que contribuya a garantizar este proceso.
La víctima
La Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y
del abuso de poder de la Organización de las Naciones Unidas26, la define como tal a las
“personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o
mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de los derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal
vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder”.
Tienen derecho a ser informadas sobre los mecanismos de resarcimiento y sus posibilidades
de obtener una reparación, así como ser escuchada y absueltas sus preocupaciones e
informada sobre el estado de las actuaciones en este campo.
El resarcimiento a cargo del autor del hecho punible, comprenderá cuando menos, la
reparación integral del daño, tanto en los aspectos materiales como la devolución de los
bienes o el pago por los daños o pérdidas sufridas, el reembolso de los gastos realizados como
consecuencia de la victimización, la prestación de servicios y la restitución de derechos, así
como los emocionales (disculpa). La víctima no puede quedar desamparada ante el daño
causado, por ello, se prevé que reciban contención emocional “la asistencia material, médica,
psicológica y social que sea necesaria”, así como la disponibilidad de servicios sanitarios y
sociales debidamente capacitados y receptivos a las necesidades de las víctimas, quienes
requieren una ayuda rápida y eficaz.
ANALISIS
• Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo
pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día
más, no solo en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones
socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres
creadas y aceptadas por la sociedad.
• El Perú confronta desde hace varios años, problemas económicos y sociales que afectan a
los estratos más vulnerables de la población, en especial la madre y el niño. Así podemos
señalar el incremento acelerado y desorganizado de la población frente a servicios básicos
deficitarios, un aumento en el costo de vida en desmedro del poder adquisitivo, el
incremento de la tasa de desempleo y subempleo, la desintegración familiar y el terrorismo;
problemática que se ve reflejada en los llamados por la UNICEF como "Menores en
circunstancias Especialmente Difíciles", como son los niños de la calle, víctimas de violencia
armada, niños trabajadores, maltratados, infractores, etc.
• Las deficientes condiciones de vida agravada por la existencia de familias con prole
numerosa y abandonados por el padre, impulsan a muchos niños a trabajar.
• Por lo que deberá remitir a la sede fiscal el informe policial del adolescente que contiene
las investigaciones cuando el fiscal decida formalizar denuncia, en un plazo máximo de 18
horas de producida la retención del adolescente, siempre que así hubiere sido previamente
dispuesto por el Fiscal.
• Remitirá a la sede fiscal, el informe policial del adolescente que tienen la calidad de citado,
en un plazo máximo de 15 días.
La Constitución Política del Perú de 1993 establece en su Artículo 4° que "La comunidad y el
Estado protegen especialmente al niño y al adolescente". Contamos también con un Código
de los Niños y Adolescentes varias veces modificado en un intento de lograr eficacia en la
mejora de su situación, así como con un marco legal extenso.
Pese a la existencia de estas leyes, así como algunos importantes esfuerzos realizados por las
instituciones estatales y de la sociedad civil, la realidad actual nos devuelve una imagen
preocupante sobre la situación de la niñez y adolescencia de nuestro país y nos recuerda que
tenemos con ellos una importante tarea social.
Es indudable que se requiere de un trabajo sostenido y articulado, así como una inversión
consistente y suficiente para modificar los indicadores sobre la situación de la niñez y
adolescencia en el Perú.
En los últimos años, los avances tecnológicos han sido de gran importancia para el hombre y
la sociedad, siendo una realidad en la actualidad.
La aplicación de la Informática en el campo jurídico es de esencial importancia ya que su
influencia es directa y de total uso para el ejercicio del Derecho, sin textos sistemáticos,
racionales, críticos y verídicos no habría un original y legítimo derecho en la sociedad.
PANDILLAJE PERNICIOSO
I. DEFINICIÓN:
Se considera pandilla perniciosa al grupo de adolescentes mayores de 12 (doce) años y menores
de 18 (dieciocho) años de edad que se reúnen y actúan en forma conjunta para lesionar la
integridad física o atentar contra la vida, el patrimonio y la libertad sexual de las personas, dañar
bienes públicos o privados u ocasionar desmanes que alteren el orden público. (Código de los
Niños y Adolescentes)
A. INFRACCIÓN:
Al adolescente que, integrando una pandilla perniciosa, lesione la integridad física de las
personas, atente contra el patrimonio, cometa violación contra la libertad sexual o dañe los
bienes públicos o privados, utilizando armas de fuego, armas blancas, material inflamable,
explosivos u objetos contundentes, cuya edad se encuentre comprendida entre doce (12) y
catorce (14) años de edad se le aplicará las medidas de protección previstas en el presente
Código. Tratándose de adolescentes cuya edad se encuentre comprendida entre más de
catorce (14) y dieciséis (16) años se aplicará la medida socio-educativa de internación no
mayor de cuatro (4) años; y, en el caso de adolescentes cuya edad se encuentre comprendida
entre más de dieciséis (16) años y dieciocho (18) años, se aplicará la medida socio-educativa
de internación no mayor de seis (6) años”.
B. INFRACCIÓN LEVE:
Al adolescente mayor de catorce (14) años que, integrando una pandilla perniciosa, atenta
contra el patrimonio de terceros u ocasiona daños a bienes públicos y privados, se le aplicará
las medidas socio-educativas de prestación de servicios a la comunidad por un período
máximo de seis (6) meses.”
C. INFRACCIÓN AGRAVADA:
Si como consecuencia de las acciones a que se refiere el artículo 194, se causara la muerte o
se infringieran lesiones graves a terceros o si la víctima de violación contra la libertad sexual
fuese menor de edad o discapacitada, y la edad del adolescente infractor se encuentra
comprendida entre doce (12) y catorce (14) años se aplicarán las medidas de protección
previstas en el presente Código.
Tratándose de adolescentes cuya edad se encuentre comprendida entre más de catorce (14)
y dieciséis (16) años se aplicará la medida socio- educativa de internación no menor de tres
ni mayor de cinco años; y, en el caso de adolescentes cuya edad esté comprendida entre más
de dieciséis (16) años y dieciocho (18) años, se aplicará la medida socio-educativa de
internación no menor de cuatro ni mayor de seis años.”
E. CUMPLIMIENTO DE MEDIDAS:
El adolescente que durante el cumplimiento de la medida socio-educativa de internación
alcance la mayoría de edad será trasladado a ambientes especiales de un establecimiento
penitenciario primario a cargo del Instituto Nacional Penitenciario para culminar el
tratamiento.
H. CÓDIGO PENAL:
Al Delito de Pandillaje Pernicioso, nuestro ordenamiento penal lo define: El que participa en
pandillas perniciosas, instiga, induce a menores de edad a participar en ellas, para cometer las
infracciones previstas en el Capítulo IV del Título II del Libro IV del Código de los Niños y
Adolescentes, así como para agredir a terceras personas, lesionar la integridad física o atentar
contra la vida de las personas, dañar bienes públicos o privados, obstaculizar vías de
comunicación u ocasionar cualquier tipo de desmanes que alteren el orden interno, será
reprimido con pena privativa de la libertad no menor de diez ni mayor de veinte años. La pena
será no menor de 20 años cuando el agente:
II. CAUSAS:
Las causas principales que llevan a que un joven se integre a una pandilla son el abandono
familiar y el desempleo. Por un lado, la familia, al dejar de lado al joven, hace que su
autoestima disminuya y por esto, se resienta con la sociedad, pues ve como principal culpable
de su situación. Por otro lado, la poca estabilidad laboral provoca que el joven busque los
recursos económicos de una manera ilícita. Por esta razón, se integra a las pandillas donde
todos comparten problemas similares.
En este problema, las principales causas sociales que provocan el pandillaje son las siguientes:
1. La Familia y la Educación:
En primer lugar, la familia juega un rol muy importante, pues los integrantes de una
pandilla suelen proceder de hogares en crisis o destruidos totalmente o parcialmente
por parte de los padres, donde sus necesidades materiales o afectivas no son
atendidas para un adecuado desarrollo personal. En segundo lugar, la educación
brinda al joven los valores necesarios para contribuir al buen camino y así, no caer
en el pandillaje.
En el plano familiar, porque son excluidos de ser parte de una familia integrada en la
que la unidad familiar esta fraccionada y la comunicación entre sus miembros,
mutilada, completando una disfuncional dinámica familiar desde antes del
nacimiento de algunos de ellos(as) por ser hijos(as) no deseados de sus padres.
Están excluidos del sistema educativo, algunos nunca han asistido, otros han
desertado y muchos de ellos han terminado la secundaria sin ver en ello ninguna
utilidad para su futuro.
2. Económicas:
Por otro lado, existen también causas económicas que provocan el pandillaje que son
las siguientes: la pobreza y el desempleo
a. La Pobreza
En primer lugar, la pobreza causa que los jóvenes tengan carencia de bienes
es por esta razón que en las pandillas encuentran dinero fácil por medio de
robos, distribución y venta de drogas.
b. El Desempleo
Se Considera que la "pandilla juvenil" debido a todos los elementos que ínter
lazados producen el caldo de cultivo que alimentan el espiral de violencia.
El 60% de las pandillas registradas por la policía proceden de hogares que carecen de
condiciones mínimas de vivienda y en un alto porcentaje han abandonado sus
estudios por la falta de recursos económicos o la desintegración familiar.
3. El Ambiente Social:
Aunque todos, o gran parte de los problemas sociales, tienen origen en la familia por
ser esta la base de la sociedad o incluso siendo más radical con esta posición se puede
desprender la hipótesis de que el origen de los problemas sociales está en sus propios
protagonistas que al no saber conducir bien sus vidas se convierten en un problema
no solo para ellos mismos sino también para la sociedad que tiene que cargar, con lo
que, siendo coherentes con esta hipótesis, serian inútiles sociales.
Esta múltiple exclusión social contribuye a crear una sub-cultura juvenil con sus
propias normas, valores, conductas y expresiones de vida en la que se impone como
practica el ejercicio de la violencia.
Por lo general estos adolescentes y jóvenes sienten que la sociedad poco o nada
puede ofrecerles para solucionar sus necesidades o aspiraciones; y lo peor; es que
muchos de ellos no se sienten parte de ella. Por ello, la sociedad entendida esta con
sus instituciones y ciudadanos, tiene la obligación de incorporar, resocializar y
reorientar estas conductas para afirmar los derechos y la participación de todos y
todos en la construcción de una cultura de paz en nuestra comunidad.
4. La Necesidad de Pertenencia:
Uno de los elementos de las "pandillas" es este sentido de pertenencia, que se
desarrolla en su interior, esto cubre una necesidad muy importante en el adolescente
porque como hemos visto provienen principalmente de familias donde por la
desintegración ellos sienten o son excluidos de este espacio. Por tanto, necesitan
mucho más que otros adolescentes un espacio del cual se sienten apoyados.
Los "integrantes de las pandillas" son los más sensibles y afectados por la
desintegración familiar; esto es porque ellos admiran a sus padres, principalmente a
la madre, recordemos a aquellas frases que pintan en las paredes de las Av. "Dios, mi
madre... y (el equipo preferido) son lo más grande que hay". Aunque es
contradictorio con su comportamiento la pérdida de autoridad de los padres con
estos adolescentes y jóvenes es evidente y en que las broncas se suelen mentar la
madre parece contradictorio con admirar y despreciar al mismo tiempo, pero a veces
se ataca donde más duele.
Las presiones económicas obligan a ampliar los horarios de trabajo y a eliminar los
momentos dedicados a la integración familiar, la afectividad y la recreación entre
padres e hijos, elementos importantes en su formación. Este estado de abandono
familiar y moral en diferentes grados y formas, algunos de ellos violentos y
traumáticos, contribuyen a que los jóvenes padres y adolescentes que proceden de
estos hogares sean fácilmente captados por la pandilla, en las que encuentran el
apoyo, la afectividad, identificación y referencia grupal que no encuentran en su
propio entorno familiar.
Prácticamente todas las respuestas ubican al hogar como el espacio clave para la
formación de los hijos. Los adolescentes consideran primordial el aspecto formativo
que se da dentro del hogar, que exista un entorno cálido, de comprensión entre los
miembros; cuando esto no existe el adolescente comienza a sentirse marginado, no
siente la seguridad que es básica a su edad. Por ello, se refugia en grupos que, aunque
destructivas, lo hace sentirse miembro de algo, como un paliativo a su soledad.
6. La Desocupación y El Empleo:
Después de más de diez años de violencia social en nuestro país, las nuevas
generaciones han crecido en una sociedad que ha convivido con la muerte y
destrucción y principalmente, con la pérdida del respeto a la vida; el desprecio a la
autoridad y las leyes; al derecho de los demás, ideas y actitudes que promovieron
tanto los grupos subversivos como la guerra sucia desde el estado.
Un pandillero explica "sentimos temor a que nos pueda suceder algo grave y al
mismo tiempo un gusto y placer de querer atrapar a alguien de otro bando y
convertirlo en nuestro trofeo de guerra (banderas, polos, zapatillas, meterle cuchillo,
etc.). Explicación que desnuda la motivación por afrontar los peligros, las conductas
temerarias, jugar con la muerte; una verdadera catarsis que permite liberación
emocional de sus tensiones y frustraciones, se tiene sentimientos de pena y dolor
cuando hay víctimas o heridos entre sus miembros.
Los investigadores de las conductas humanas siempre han unido la violencia, con el
sexo y alcohol para explicar los fenómenos juveniles.
a. Las de Barrio:
Son agrupaciones que actúan en un determinado espacio territorial o barrio.
Estas pandillas pueden ser:
El liderazgo de las manchas escolares ejercido por los líderes de pandilla de barrio
y aunque los enfrentamientos entre estos grupos han disminuido, su presencia
en los colegios es aun fuerte.
Esto se puede observar en las pintas de paredes y servicios higiénicos de
prácticamente todos los centros educativos estatales de nivel secundario del
distrito.
En conclusión, los integrantes de las pandillas, mayormente, son jóvenes con pocos
valores y maltratados provenientes de hogares destruidos, sin educación, etc. Las
pandillas están conformadas, generalmente, para una ayuda mutua entre miembros,
defender su territorio y otras más radicales para hacer actos delictivos. En nuestra
opinión, la educación y la familia, así seas pobre, son las que más influyen en la
decisión del joven para integrarse a una pandilla o seguir con una vida normal. “El
pandillaje no es solo un problema social" El Estado debe apoyar a los colegios para
que estos otorguen mejor educación en valores y así los jóvenes puedan tener mayor
autoestima y no integrarse a las pandillas tan fácilmente.
El presente artículo tiene como objetivo compartir con la comunidad jurídica y sociedad en
general, algunas consideraciones generales en torno al Código de Responsabilidad Penal de
Adolescentes (en adelante CRPA), norma que marca la pauta hacia la construcción de un
Sistema de Justicia Penal Juvenil en nuestro país, con principios y enfoques que se acogen a
los estándares internacionales sobre la materia y que promueve, además, el respeto por las
garantías y derechos de los adolescentes y víctimas.
Antes de desarrollar el contenido al que se avoca este artículo, es menester advertir que el
presente constituye tan solo un documento básico que permitirá hacer un pequeño recorrido
en torno a los albores de la elaboración del CRPA, el contexto en el cual se gestó, además de
comprender algunas de sus más resaltantes características y aspectos.
Como es sabido, antes de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo N° 1348, la regulación
del tema concerniente al adolescente infractor estaba contemplada en cerca de 30 artículos
del Código de Niños y Adolescentes (Ley N° 27337), que años más tarde fue modificada por
el Decreto Legislativo N° 1204, norma que trajo consigo cambios sustanciales en la regulación
de las medidas socioeducativas (llamadas sanciones por este Decreto). Así, las pocas
especificidades en torno al proceso a seguir frente a una presunta infracción, así como los
tipos de sanciones a imponer que contenía el Código de Niños y Adolescentes, se
encontraban reguladas junto con otro tipo de materias, tales como instituciones familiares,
adopciones, derechos y libertades de los niños y adolescentes; de modo que la temática del
adolescente infractor perdía particularidad y especialidad.
Más allá de la poca independencia -a nivel normativo- que se confería a la temática, en los
últimos años se hacía patente la falta de congruencia entre los lineamientos de la Convención
sobre los Derechos del Niño y demás estándares internacionales en materia de adolescentes
en conflicto con la ley penal con el desarrollo del procedimiento inquisitivo mixto previsto
para nuestros adolescentes infractores; así, se apreciaban sentencias de procesos judiciales
seguidos contra adolescentes infractores, en muchos casos carentes de motivación o
sustento fundados en criterios especializados, en los que muchas veces el tan mentado
principio de interés superior del niño era invocado sin desarrollar justificación alguna
respecto de la medida socioeducativa impuesta; se apreciaba además un sistema judicial que
iba optando de manera más recurrente por la internación como primera opción; así como un
carente modelo de tratamiento especializado y diferenciado para los adolescentes que se
encuentran ejecutando medidas socioeducativas.
Diez años más tarde, la Dirección General de Política Criminal y Penitenciaria del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos, tuvo la iniciativa de impulsar un proyecto normativo
denominado “Proyecto de Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes”, iniciativa que
desde su concepción tenía visos de ambiciosa, para pasar luego a ser considerada incluso de
utópica concreción por parte de los propios participantes en su elaboración. Y es que,
teniendo en cuenta los diversos antecedentes de proyectos normativos que año tras año
eran elaborados en mesas de trabajo organizadas y/o impulsadas por diferentes instituciones
tales como el Congreso de la República, que contaron incluso con mayores condiciones para
su desarrollo, así como tiempo y dedicación exclusiva de destacados participantes, pero que,
lamentablemente, nunca vieron la luz.
Teniendo como máxima de actuación que, para todo proyecto normativo impulsado desde
la Dirección General de Política Criminal y Penitenciaria, se tenían en cuenta las fases de
elaboración, aprobación, validación final, gestión de su publicación en el diario oficial y final
seguimiento y monitoreo de su implementación; contando además con la clara y firme
convicción de que resultaba necesario impulsar este proyecto, en noviembre del 2015, se dio
inicio a la elaboración del proyecto de Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes,
labor que se desarrolló a lo largo de diversas y enriquecedoras mesas de trabajo durante el
año 2016 y culminó con su publicación, en el diario oficial, el 07 de enero de 2017, a través
del Decreto Legislativo N° 1348.
En este apartado corresponde hacer referencia al contexto en que esta norma fue gestada;
de modo que, haciendo una analogía, el CRPA tendría una partida de nacimiento en la que
figuran como padres, dos componentes determinantes, uno de gestión (política pública) y
otro legislativo-político (delegación de facultades al Ejecutivo).La primera se trata de la
Política Nacional de Prevención y Tratamiento del Adolescente en Conflicto con la Ley Penal
-PNAPTA, aprobada mediante Decreto Supremo N° 014-2013-JUS, la misma que se basa en
un trabajo articulado entre los diferentes sectores y tiene como finalidad la disminución del
involucramiento de las y los adolescentes en conflicto con la ley penal a través de la reducción
de conductas antisociales, lograr una administración de justicia eficaz con enfoque garantista,
y garantizar la resocialización del adolescente en conflicto con la ley penal y la reparación a
la víctima. Estos tres ejes mencionados, traducen las problemáticas identificadas por el
Consejo Nacional de Política Criminal-CONAPOC en materia de justicia juvenil en nuestro país.
Por otro lado, la culminación del proceso de elaboración, aprobación y validación final por
quienes participaron del grupo de trabajo para la elaboración del CRPA, coincidió con la
delegación de facultades otorgadas al Ejecutivo por el Congreso de la República, en el año
2016, a través de la Ley N° 30506, Ley que delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar
en materia de reactivación económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la
corrupción, agua y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A. Así, el literal b) del inciso
2 del artículo 2 del citado dispositivo legal estableció la facultad de legislar a efectos de
reestructurar la política penitenciaria, optimizar los procedimientos de extradición y traslado
de condenados; y modificar las normas sobre tratamiento del adolescente en conflicto con
la ley penal y mecanismos alternativos para el cumplimiento de penas en general.
Retomando el relato sobre los albores del CRPA, cabe mencionar que la aplicación de esta
norma contó con una vacatio legis sujeta a la publicación de su Reglamento, el mismo que
también pasó por un proceso de elaboración a cargo de un grupo de trabajo
interinstitucional, conformado por representantes de diversas instituciones del Sistema de
Justicia, así como de sectores del Ejecutivo y sociedad civil: Poder Judicial, Ministerio Público,
Policía Nacional del Perú, Defensa Pública, Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial,
Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Ministerio de Economía, Ministerio de la Mujer
y Poblaciones Vulnerables, Terre des Hommes Lousanne y UNICEF; dicho grupo de trabajo
también desarrolló sus funciones bajo la coordinación y asistencia técnica de la Dirección
General de Política Criminal y Penitenciaria, a lo largo de diversas mesas de trabajo durante
el año 2017.
Al respecto, corresponde precisar que, conforme a lo dispuesto por el Decreto Legislativo N° 1348,
queda pendiente la aplicación del CRPA en el componente procesal, lo cual se dará de manera
progresiva conforme a un calendario de implementación que será aprobado mediante Decreto
Supremo; ello sucederá en cuanto la Comisión Multisectorial Permanente de Implementación del
Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes organice el referido calendario atendiendo a un
diagnóstico que permita determinar el distrito judicial en el que debería darse inicio a la
implementación integral del CRPA, lo cual además será establecido en el Plan Nacional de
Implementación de la norma. Hasta entonces, las normas que rigen el procedimiento para judicializar
a un adolescente, de quien se presume haber infringido la ley penal, son las del Código de Niños y
Adolescentes, esto es, se dispuso la ultraactividad de dicha norma.
CONCLUSIONES
1. Se ha llegado a la conclusión que las causas que conllevan a que los menores cometan infracciones
a la ley penal, son las siguientes: Los menores infractores a la ley Penal son el resultado de la
combinación de diversos factores de riesgo y respuesta social. Se presenta en toda sociedad, en
donde los antivalores de violencia, agresividad, competencia salvaje, consumo, se imponen a los
valores supremos de la sociedad, como la tolerancia, la solidaridad y la justicia.
2. Creemos que los procedimientos adecuados de la PNP para intervenciones en menores infractores
a la Ley Penal, es basada netamente con el respeto a los derechos humanos y sin descuidar la
integridad física del personal PNP interviniente.
RECOMENDACIONES
La prevención antes que la represión: Esta parece ser la regla básica en materia de menores, a la que
debiéramos dedicarle mayores esfuerzos institucionales. La mejor manera de prevenirse contra la
delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cual se requieren
adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral.
BIBLIOGRAFÍA
- Código de los niños y Adolescentes, Jurista Editores E.I.R.L, Lima, Editorial Nº 31501010600178,
Hecho en el depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2006, Edición Abril 2010.